Cómo la Iglesia puede volver a crecer en Latinoamérica.
Los últimos datos de diversos estudios, indican que si bien hoy Latinoamérica es la región con más católicos en el mundo, está decreciendo a pasos agigantados.
Y no se trata de que los latinoamericanos se hayan vuelto menos religiosos.
No pasa lo mismo que en el primer mundo donde el enemigo es que la población ha dejado de creer en Dios.
Las grandes masas latinoamericanas aún siguen creyendo en Dios y en lo sobrenatural.
Los problemas son otros.
Son las deficiencias de la Iglesia y de los sacerdotes en la región.
Que son aprovechados por otras religiones y por devociones populares, que surgen espontáneamente, para llenar el espacio que ha dejado vacío el catolicismo.
Aquí hablaremos sobre cómo se está produciendo el descenso del catolicismo en Latinoamérica y por qué está cayendo, con informaciones de estudios que hemos compilado.
América Latina tiene más de 640 millones de católicos, es el continente más católico con 48% de los católicos del mundo.
Impresionante.
Sin embargo, no nos podemos quedar sólo con ese dato.
Porque mientras en 1995 el 80% de su población era católica, en el 2018 ya bajó al 59%, casi 20 puntos menos en 23 años.
Un descenso enorme y vertiginoso.
Y el caso de Brasil es una radiografía muy explícita.
Es el país católico más grande del mundo, con 100 millones de católicos.
En 1940 los católicos eran el 95% de la población brasileña, mientras los protestantes eran un poco menos del 3%.
Había 31 veces más católicos que protestantes.
Pero en el 2020 ya menos de la mitad de la población era católica, mientras que los evangélicos habían crecido con la velocidad de un rayo.
Y las proyecciones estadísticas muestran que para el 2030 habrá tanta cantidad de católicos como de protestantes en Brasil.
Y no sólo pasa en Brasil, en la mayoría de latinoamérica el catolicismo pierde fieles.
¿Y por qué es esto?
Hay varios motivos, pero los podemos sintetizar en 3 grupos de causas:
La mayor flexibilidad de los evangélicos para interpretar las necesidades de la población.
El enfoque equivocado que adoptaron buena parte de los sacerdotes en la década de los 60, con la Teología de la Liberación
Y la religiosidad impulsada actualmente desde el Vaticano, que no toma en cuenta las particularidades de Latinoamérica.
Veamos cada uno de los grupos de causas.
La mayor flexibilidad de los evangélicos para satisfacer las necesidades de los latinoamericanos se debe a su vez a cuatro razones.
Primero, los evangélicos son más flexibles pastoralmente, pueden hacer templos cerca de la gente y sus necesidades, y los pastores surgen de entre esa misma gente.
En cambio la Iglesia Católica depende de grandes templos, que llevan mucho tiempo para construirse y son muy costosos de mantener.
Y hay un déficit grande de sacerdotes, es el continente con menos sacerdotes por cantidad de fieles.
Segundo, las encuestas de opinión muestran que los evangélicos están más cerca de la multitud de latinoamericanos que buscan salir de la pobreza, que quieren un ascenso social, mientras que esto no es un tema central católico.
Los que desertan del catolicismo hacia los evangélicos dicen que éstos se preocupan más de fenómenos de la vida diaria de los fieles.
Tercero, los evangélicos sintonizan mejor con la tradición religiosamente conservadora del continente, la que solía tener la Iglesia Católica antes.
Tienen posiciones mucho más conservadoras en cuanto al aborto y temas de género, incluyendo el matrimonio igualitario, que los sacerdotes católicos.
Y cuarto, el estilo de culto pentecostal está más adaptado a una población de baja educación, porque es más emocional.
Y una muestra de eso es que el grupo católico que crece más en la región es la Renovación Carismática Católica, que ya son más de un quinto de los católicos, y tiene un estilo parecido al pentecostalismo.
Otro grupo de causas están relacionadas con la Teología de la Liberación, una corriente que nació en el propio continente en la década de 1960.
Se construyó bajo el lema «opción preferencial por los pobres», pero puso énfasis en la justicia social y en la rebelión de los pobres.
Al punto que varios sacerdotes se declararon marxistas cristianos y otros tantos se hicieron guerrilleros.
Por eso se dice que mientras la Iglesia Católica optó por los pobres, los pobres optaron por los pentecostales.
En 1984 Juan Pablo II pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe que preparara un análisis sobre la Teología de la Liberación.
Y ese análisis expuso que la teología de la liberación tenía elementos de la “lucha de clases” y del “marxismo violento”.
Y cuando los sandinistas marxistas llegaron al poder en Nicaragua, sacerdotes de la Teología de la Liberación trabajaron estrechamente con el gobierno, pese a las objeciones de Juan Pablo II.
Pero hay algo más inquietante y es la utilización de la Teología de la Liberación como arma de la guerra fría entre EE.UU. y la URSS.
Ion Mihai Pacepa, un general de tres estrellas de la policía secreta de la Rumanía comunista, que desertó a los Estados Unidos en 1978, reveló que la Teología de la Liberación en Latinoamérica fue una intervención de la KGB.
Suscitaron o apoyaron a la corriente de la Teología de la Liberación en América Latina para subvertir a sectores de dentro de la Iglesia y el clero.
Lo que incluyó la infiltración en los seminarios.
Según Pacepa la estrategia de los comunistas contra la iglesia tenía tres pilares.
El primer pilar era una ofensiva propagandística, donde se operó una campaña de desprestigio principalmente contra Pio XII, por ser fuertemente anticomunista.
Y además contra sacerdotes conservadores latinoamericanos.
El segundo pilar fue la implantación de agentes, básicamente en los seminarios y en los obispados.
Sobre esto hay varios testimonios que relatamos en otro video.
Y el tercer pilar fue la promoción de la Teología de la Liberación con un giro anti-occidental.
Cuenta Pacepa que la KGB maniobró a prelados católicos de izquierda en la Conferencia del Episcopado de Latinoamérica de 1968 en Medellín.
De dónde surgió la creación de las llamadas comunidades de base que serían clave para la Teología de la Liberación.
Y en los años siguientes, cientos de sacerdotes, monjas y laicos utilizaron sus posiciones de influencia sobre la gente común, para instruirlos en una nueva lectura, revolucionaria, del Evangelio.
Y luego el famoso periodista católico John Allen agregaría que ante esta estrategia soviética, los EE.UU. optaron por apoyar a los evangélicos en la región.
Y el tercer grupo de causas que aleja a la Iglesia de los latinoamericanos es la estrategia global actual del Vaticano.
Que está más centrada en lo que sucede en el primer mundo que en las necesidades de Latinoamérica.
Y entonces vemos tres cosas que no van en dirección de las necesidades de la región.
En primer lugar, mientras en el primer mundo la Iglesia le debe hablar a los que están dejando de creer en Dios, en Latinoamérica le debe hablar a gente que sigue creyendo en Dios.
Pero a la mayoría de los latinoamericanos no les interesa el cambio climático y las migraciones, como hoy es el discurso central de la Iglesia
Sino una mayor conexión con Dios para salir de su pobreza.
En segundo lugar, se han producido grandes suburbios empobrecidos y con escasa educación en las grandes ciudades Latinoamericanas, que hay que evangelizar.
Sin embargo el Papa Francisco ha dicho en más de una oportunidad, que la Iglesia no debe hacer proselitismo, como si estuviera hablándole a una zona laicista.
Lo que le impide liderar una cruzada para hacer un esfuerzo misionero en la región.
Y en tercer lugar, la religiosidad popular es la base del enganche de la población con la religión, en especial las devociones a la Virgen María, que es el precioso tesoro de la Iglesia Católica en América.
Pensemos en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe que recibe 7 millones de peregrinos al año, en el de Aparecida, Caacupe, etc.
Pero muchos sacerdotes latinoamericanos se han despegado de estas devociones, muchas veces considerándolas supersticiones.
Y ha dado como consecuencia el crecimiento de devociones populares no católicas, como la Santa Muerte, el Gauchito Gil, María Lionza, Maximón, etc. porque el alma latinoamericana es religiosa.
En resumen, el catolicismo en Latinoamérica, la región hoy más católica en el mundo, está en franco descenso y debemos conocer las causas para enfrentarlo.
Están creciendo fuertemente los pentecostales, que según los estudios independientes sintonizan mejor en su pastoral y en el estilo de culto con las grandes masas de población latinoamericana.
Una traba de la Iglesia católica es y sigue siendo la Teología de la Liberación en la región.
Que fue suscitada o utilizada por el bloque soviético durante la guerra fría.
La que adultera el culto católico tradicional con elementos marxistas.
Y otra traba es el discurso vaticano actual que se dirige más a las necesidades del primer mundo que a las de Latinoamérica, lo que impide una cruzada para misionar la reevangelización de la región.
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las razones del descenso de fieles de la Iglesia en Latinoamérica
Y me gustaría preguntarte qué otras causas de este descenso estás viendo tú.
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