En 1531 la Madre de Dios tuvo a bien aparecerse en el cerro del Tepeyac.

La prueba de esa aparición quedó estampada en la tilma de ayate del indiecito Juan Diego, el vidente.

Durante muchos años ha sido cuestionada la veracidad de estos hechos.

Mientras que la religiosidad popular se ha resistido siquiera a considerar los retoques que ha tenido la imagen de la tilma.

El núcleo central del argumento se basa en la distancia que hay entre la supuesta imagen original y la actual.

Lo han hecho por un lado los que descreen de la aparición, porque son ateos e incluso antagonistas militantes de todo lo divino.

E incluso lo han fomentado los cristianos racionales que descreen de las manifestaciones sobrenaturales.

Pero en el caso de la Virgen de Guadalupe la situación se torna más complicada.

Porque la mayor evidencia de la aparición, el tejido de ayate, ha sido intervenido con pintura en los siglos posteriores a la aparición.

Y el enredo es que las intervenciones no fueron informadas como tales.

De forma que muchos milagros que se comentan sobre la imagen toman las intervenciones como parte del diseño original.

Y se mencionan como una demostración de la sobrenaturalidad del evento, por ejemplo las constelaciones en el manto de la Virgen.

Es así que se ha difundido un repertorio enorme de milagros en la tilma de Juan Diego, algunos de los cuales se basan en información de base espuria.

Entonces cuando se mencionan estos retoques y agregados a la imagen, los guadalupanos se sienten agraviados porque interpretan que se cuestiona la sacralidad y sobrenaturalidad de la imagen.

Y por el otro lado el no admitirlos, da pie al mote de falsificación de todos los aspectos de la aparición, por parte de los enemigos.

Tapa del Nican Mopohua con la Imegen de la Virgen de Guadalupe con todos sus agregados

 

LA INTERVENCIONES EXISTIERON

No hay dudas que la imagen original ha tenido intervenciones.

Pero, ¿las intervenciones al ayate fueron para hacer figurar más milagrosa la imagen?

Claramente no, porque las interpretaciones milagrosas de los agregados fueron recién en la segunda mitad del siglo XX y los agregados se realizaron con anterioridad.

Los agregados en realidad se hicieron con el objeto de hacerle regalos a la imagen; como si se le pusieran ramos de flores, como se acostumbraba en aquellas épocas.

Y también con el objeto de limpiar la imagen, por ejemplo su cara.

Ten en cuenta que en los siglos XVI y XVII no existía el criterio de restauración que tenemos hoy.

No existía la idea de que un objeto valioso debía conservarse tal cual era primigeniamente, o sea que la restauración debe llevar el objeto al estado original, omitiendo cualquier agregado o cambio.

Por otro lado, la absoluta mayoría de las imágenes de la Santísima Virgen que se consideran milagrosas fueron construidas por manos humanas; pensemos en Lourdes, la Rosa Mística, Fátima y así con todas.

Y eso no cambia la milagrosidad de ellas.

Millones de fieles se han arrodillado frente a ellas pidiendo la intercesión de Nuestra Señora y han obtenido respuestas milagrosas.

Además, el arte religioso también muestra que la absoluta mayoría de las imágenes tradicionales de la Virgen son relativamente nuevas, porque las originales se han deteriorado con el tiempo o han desaparecido en las persecuciones.

Y las imágenes nuevas que las sustituyeron no son un calco de las originales, sino que han sido modernizadas al gusto de la época y con agregados.

Y aún así los fieles dan cuenta de la continuidad de las gracias fluyendo en estas nuevas creaciones.

Los milagros no provienen de objetos, por más sagrados que se consideren sino de Dios, y en este caso por intercesión de Nuestra Señora.

En este artículo quiero separar la paja del trigo.

Hay suficiente evidencia de la aparición milagrosa de la guadalupana.

Y quiero centrarme en los verdaderos milagros que hacen de la Virgen en el Tepeyac un verdadero prodigio.

Un recordatorio que la Inmaculada siempre está con nosotros.

Versión de como podría haber sido la imagen original de la Virgen de Guadalupe

 

NUESTRO PENSAMIENTO DEJADO EN CLARO

Numerosos testimonios han dicho que la imagen del ayate es una vil falsificación.

La leyenda negra dice que Fray Alonso Montúfar mandó pintar la imagen en 1550 con Marcos Cipac.

Y en 1556 un fraile critica la devoción y asegura que es una pintura de Cipac. Pero probablemente haya sido mal informado sobre el ayate y las  apariciones.

A esto se suma que los críticos y los que niegan el milagro insisten en que las técnicas utilizadas son el temple.

Y que hay base de pintura de sulfato de calcio, cochinilla y otros, que son elementos propios de pinturas del siglo XVI.

Efectivamente la imagen de la Virgen fue retocada a través de los años.

Esto se debe a que posterior a la aparición y al milagro, la imagen sufrió diferentes actos devocionales, y se hicieron con intervenciones en la propia pintura del ayate.

Y a mediados del siglo XX le intervinieron el rostro para limpiarlo de la suciedad acumulada.

Sin embargo no debe sorprender a un buen católico que la estampa milagrosa tenga pintura o que se diga que es obra de algún autor de 1500.

Porque en torno a estos fenómenos siempre hay una batalla espiritual.

El cristiano informado comprende que estos milagros tienen como objeto aumentar la fe en un determinado periodo del tiempo.

Pero no constituyen dogmas de fe, sino únicamente pertenecen a la revelación en cuanto a su carácter privado.

Esto quiere decir que son un medio, pero que la fe está basada en la Biblia, el Magisterio y la Tradición de la Iglesia.

Por otro lado, no se puede venir a juzgar como un no milagro algo que durante muchos años lo ha venido siendo.

Por ejemplo, aunque el cuerpo de San Juan Diego no esté, hay un culto muy antiguo que se demuestra con algunos objetos antiguos que pueden considerarse como reliquias del santo.

Y deberíamos considerar que el cuerpo pudo ser ocultado por las fuertes persecuciones en México.

La imagen tuvo diversos “obsequios” para demostrar la fe de un pueblo.

Cosa que se hizo agregándole pintura para que quedara permanentemente y no se marchitara como las flores.

Por ejemplo la Virgen tenía en un momento una corona sobre su cabeza, esta corona fue eliminada por motivo de la coronación pontificia.

En ese momento se creyó que lo mejor era colocarle una corona en bulto sobre el ayate y no pintado sobre éste.

Quiere decir que no se podía coronar una Virgen que ya tenía la corona.

No se puede juzgar algo fuera de su propia época.

También como contrasta con el original, la Virgen tiene muchos agregados.

El agregado del ángel, las estrellas, el moño, la media luna, no debe entenderse como algo ajeno, sino como un todo con la Virgen.

Juzgar algo que en esa época les pareció lo mejor es muy complicado.

El problema sería si hoy se le hubiese agregado.

Pero en esa época probablemente fuese lo más normal.

Incluso la Virgen no ha tenido procesos de limpieza restauradora en sí.

Y vemos que imágenes de muchos países se han convertido por eso en manchas obscuras y sin detalle.

Si nadie la hubiese intervenido, ni le hubieran agregado pintura para mantenerla aunque sea burdamente, no existirían pruebas que dieran veracidad del ayate como un milagro.

En otras palabras, la Virgen original, lo que presenta en la obra, es un milagro patente.

Los agregados solo están dando fuerza para demostrar que la Virgen tuvo un fuerte impacto en la población.

Y que cuando ya no se le pudo obsequiar al propio ayate, se le empezó a regalar objetos de culto.

Otra de las demostraciones del milagro es que no existe otra pintura de manos humanas en ese estilo, salvo en un caso.

La Virgen para demostrar esto se apareció en Venezuela.

Y así el milagro de México puede ser respaldado por otro, muy parecido, pero mucho más difícil de falsificar.

Si la Virgen de Guadalupe es una falsificación, entonces la de Coromoto debería serlo, porque las dos poseen el milagro de los ojos.

Con la diferencia que la imagen venezolana es mucho más pequeña.

Por lo que la Virgen fue muy inteligente y demuestra que en las dos dejo un atributo para recordar su amor.

 

LOS OJOS GUADALUPANOS

Uno de los milagros que se mencionan son los ojos de la Virgen de Guadalupe.

No hay evidencias de intervención en ellos.

Los ojos reflejan a las personas que estaban presentes en el momento de la pintura, como un espejo.

Sus ojos no revelan a la Virgen dentro de la escena sino fuera de ella.

La Virgen así demuestra que Ella está siempre viendo a sus hijos.

La Virgen puede ver su territorio mexicano a través del ayate, como si fuera un mirador celestial, como si fuese una ventana mágica que se abre al cielo.

Las investigaciones han demostrado que los ojos de la Virgen de casi un centímetro muestran 13 figuras.

Esto podría ser muy difícil que lo hiciera un pintor hoy, pero más difícil aún con la poca tecnología de esos días.

Es imposible reproducir casi en el mismo estilo las mismas figuras en cada ojo y con el cambio de perspectiva de cada ojo.

¿Para que un pintor querría hacer algo tan realista en la mirada, pero no en el resto del cuerpo?

¿Era necesario reproducir tanta gente en los ojos si nadie en esa época lo podría advertir?

Si la obra fue una pintura, ¿como se explica que haya de los dos lados las mismas trece figuras, cuando las personas no la verían ni tan de cerca, ni se fijarían en este detalle?

¿Es un mensaje para nuestra época que sí tiene la tecnología para apreciar esto?

Esto no tiene una explicación lógica.

Un pintor de aquella época habría hecho a la Virgen lo más natural posible e incluso realista.

Incluso con la influencia de las figuras alargadas y un poco deformes del momento.

¿Que ganar con una obra que solo en los ojos se ve lo real?

Estas figuras en los ojos se descubrieron en 1979.

El doctor en sistemas computacionales y licenciado en ingeniería civil José Aste Tönsmann, fue descubriendo el misterio que encierran los ojos de la Guadalupana.

Mediante el proceso de digitalización de imágenes por computadora descubrió el reflejo de 13 personas en los ojos de la Virgen de acuerdo a las leyes de Purkinje-Samson.

El pequeñísimo diámetro de las córneas (de 7 y 8 mm) descarta la posibilidad de pintar las figuras en sus ojos.

Sobre todo si se tiene en cuenta el material tan burdo sobre el que está estampada la imagen.

Las trece figuras son: un indígena que observa, el anciano, el hombre joven, Juan Diego, una mujer de raza negra, el hombre barbado, una mujer joven de rasgos muy finos, una madre con su hijo, un hombre con sombrero, también hay una pareja de niños (niño y niña) y dos figuras de personas adultas.

De las trece figuras solo una de las últimas figuras no aparece en el ojo derecho.

En total 13 se ven en el izquierdo y 12 en el lado derecho.

Cosa inexplicable si se tiene en cuenta el material y el tipo de herramientas de la época.

Pero lo llamativo es que este fenómeno se repitió en otra imagen milagrosa de la Virgen, la de Coromoto.

Día del atentado a la Virgen de Guadalupe en 1921

 

LA VIRGEN SALVADA

Otro hecho inexplicable fue que el ayate se salvó inexplicablemente de un atentado que pretendía destruirlo.

En noviembre de 1921, a los 389 años de haberse aparecido la Virgen, una tremenda explosión dañó todo los alrededores de donde estaba la Basílica.

El piso de mármol se rajó e incluso una imagen del Señor Crucificado de metal se retorció. Pero a la Virgen nada le pasó.

Este hecho puede parecer increíble y muchos pueden intentar darle una explicación científica.

Lo raro es que si todo los vidrios de los alrededores e incluso dentro de la misma iglesia hubo serios daños.

¿Cómo a la Virgen no le paso nada?

¿Puede ser que estuviera lo bastante resguardada para que la explosión no le haya surtido efecto?

¿Pero por qué al vidrio no le pasó nada?

Veamos como la situación mexicana en contra de los cristianos tiene mucho que ver, y podría ser la explicación del milagro.

La Virgen cuando se presentó en el Tepeyac dijo que Ella estaría allí con sus hijos.

La historia del atentado es la siguiente.

El 14 de noviembre, terminada una celebración dentro del templo, el sacristán pasó unos momentos al presbiterio llamado por los canónigos del santuario.

Aprovechando semejante instante depositaron una ofrenda floral con dinamita debajo del altar de la imagen original.

La bomba estalló.

Mucha gente quiso linchar al culpable, pero el presidente logró que nadie lo tocara, porque fue detenido y llevado a la oficina municipal.

A la imagen de Virgen no le pasó nada a pesar que la bomba estaba a sus pies.

Se había caído la cortina, el Cristo se retorció, vidrios rotos, candelabros y floreros tirados.

Luego de investigar se supo que la marca de la dinamita era Hércules y que servía en las minas.

Los obreros que llegaron a poner la ofrenda floral eran soldados.

Y dicen que el presidente estuvo invitando a destruir la imagen.

Por lo tanto se imaginan que si el objetivo era destruir por completo la imagen, lo más extraño es que ésta haya permanecido como si nada.

El milagro fue más que quedar sin daño alguno.

Sino demostrar que Ella como madre de los mexicanos estará siempre pendiente de ellos, aún si ellos mismos la quieren destruir.

Además el otro milagro es haber dejado a los mismos agresores atónitos, con la duda de por qué no se destruyó si le pusieron una bomba cerca de Ella.

Otra interpretación de los cambios en la imagen de la Virgen de Guadalupe

 

EL MILAGRO MÁS IMPRESIONANTE DE LA VIRGEN ES ESTAR AL LADO DEL PUEBLO

En 1531 la Virgen se aparecería como la perfecta Siempre Virgen Santa María, la que aplasta la cabeza de la serpiente.

Desde ese día hasta hoy se discute sobre su presencia y en este artículo he tratado de poner orden a la polémica.

Dudaran los que quieran dudar y creerán lo que quieran.

Pero hay un milagro más fuerte, que se repite siempre en quien busca a la Virgen.

Independiente de si hubo o no apariciones, si el ayate es real o producto de mano humana.

No importan estos detalles para quien realmente se abandonan en la Madre de Dios.

Prueba de ello son los numerosos atentados que sufren las imágenes y que en vez de opacar la fe, la refuerzan y la levantan.

El verdadero milagro de la Virgen es aquel que produce en cada corazón.

Sucede cuando el corazón se arrepiente, busca cambiar de vida y Ella acerca al Corazón de Jesús a esa alma.

Ese es el milagro más sorprendente de la Virgen atrayendo multitudes para cambiarlas, trayendolas del pecado a la gracia.

Por eso el diablo ataca donde la Virgen se presenta, porque no quiere que sus almas sean arrebatadas y llevadas al cielo.

Desde 1531 y a través de los siglos, muchos cristianos llegan a los pies del altar de la Virgen en el Tepeyac con un corazón dispuesto a la Madre.

¿O acaso no fue un milagro la conversión al cristianismo de una civilización que adoraba a dioses sanguinarios que pedían sacrificios humanos?

Es Ella la que durante tanto tiempo ha querido quedarse y atraer a todos hacia Ella.

La tierna mirada de su Corazón los lleva a Cristo.

Por eso no se puede olvidar las palabras de la Inmaculada cuando se apareció a sor Barbara Samulowska: “Yo estaré con todos ustedes siempre”.

Fuentes:


Enrique Alfaro, de Guatemala, Profesor de Arte y Teología

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