Qué sabían de la batalla final entre el bien y el mal del Final de los Tiempos que sucedería en nuestra generación.

¡No tengas miedo!, estamos yendo hacia el triunfo final de Dios en la Tierra.

Y ese proceso se está cumpliendo de acuerdo a Su plan, y transcurre en tiempo histórico, no en tiempo humano.

Por lo que los procesos son largos, y los cambios deben verse a través de décadas y no de años.

Quizás octubre de 2023 nos depare sorpresas, como dicen algunos videntes, y haya un punto de inflexión en este plan, pero eso no es lo importante.

Lo significativo es ver las señales del plan que hoy está culminando, y comprender lo que viene.   

Ese plan está plasmado en la Biblia y ha sido enseñanza que los apóstoles dieron a los primeros padres de la Iglesia.

Aquí hablaremos sobre cuál es el plan de Dios que los apóstoles transmitieron a los primeros padres de la Iglesia, y hacia donde estamos yendo, más allá de las escaramuzas coyunturales que nos trasmiten los medios de comunicación y las inseguridades personales, y lo que informan apocalípticamente algunos videntes.

La estrategia divina ha estado frente a nuestros ojos todo el tiempo.

Estamos en el umbral de un nuevo nacimiento y los nuevos nacimientos siempre van precedidos de dolores de parto.

Somos la generación de la que hablaron los Padres de la Iglesia, los que pasarían del sexto al séptimo día, donde se restaurará el mundo tal como fue concebido.

Cuando el anticristo de este tiempo, ya sea una persona o un grupo, haya devastado todas las cosas en este mundo, reinará por tres años y seis meses, y se sentará en el templo en Jerusalén, según San Ireneo de Lyon del año 100, padre de la Iglesia.

Pero luego el Señor intervendrá y enviará a este hombre al lago de fuego.

Y vendrá el tiempo de los justos, del reino, el reposo del séptimo día.

¿Y qué significa esto? 

Siguiendo la máxima bíblica de que “un día es como mil años y mil años como un día”, los Padres de la Iglesia dividieron la historia en cuatro mil años desde Adán hasta el nacimiento de Cristo, y luego dos mil años hasta la restauración del mundo. 

Es similar a los seis días de la creación.

A los que seguiría un “séptimo día” de descanso, para que los santos disfruten de una especie de descanso sabático, de la misma forma que lo hizo Dios cuando terminó la creación.

El fin de los seis mil años nos lleva al Gran Jubileo celebrado por Juan Pablo II en el año 2000, que marca la víspera del “séptimo día” en la línea de tiempo apostólica.

Según la Sagrada Tradición, estamos cruzando el umbral hacia el descanso sabático, que se ha dado en llamar la era de paz.

Esto es el cumplimiento del Padre Nuestro, “venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo”, que se cumplirá en estos tiempos. 

Es lo que las escrituras prometen según los padres de la Iglesia; no es el fin del mundo, sino una renovación.

Jesús se lo dijo a Luisa Piccarreta,

“Cada dos mil años he renovado el mundo. En los primeros dos mil años lo renové con el Diluvio; en los segundos dos mil la renové con Mi venida a la Tierra.

Los buenos y los santos de los siguientes dos mil años han vivido de los frutos de Mi Humanidad, y a gotas han disfrutado de Mi Divinidad. 

Ahora estamos alrededor de los terceros dos mil años y habrá una tercera renovación. 

La confusión general no es otra cosa que la preparación de la tercera renovación». 

Y agregó,

“Ahora, en esta tercera renovación, después de que la tierra sea purgada.., Yo seré aún más generoso con las criaturas y cumpliré la renovación”.

Y visto desde el lado humano, durante 2000 años la Iglesia ha trabajado para llevar almas a la fe. 

Ha soportado persecuciones y traiciones, herejías y cismas. 

Ha pasado por temporadas de gloria y crecimiento, decadencia y división, poder y pobreza, mientras proclamaba incansablemente el Evangelio, aunque sólo fuera a través de un remanente. 

Pero algún día, dijeron los Padres de la Iglesia, ella disfrutará de un “descanso sabático”, una era de paz en la Tierra antes del fin del mundo. 

Según el “depósito de fe” que les transmitieron los Apóstoles, los Padres de la Iglesia Primitiva enseñaron que el “octavo día”, o sea la eternidad, no vendría hasta que fuera restaurado el orden de la creación en el séptimo día.

Y las Escrituras enseñan que vendrá a través de una gran tribulación, porque los ángeles caídos lucharán por el dominio del hombre y su voluntad. 

Pero satanás y sus legiones finalmente fracasarán, aunque reclamen muchas almas, y el séptimo día o “reposo sabático” vendrá después de la caída del anticristo.

En el último siglo, casi todos los Papas han hablado de esta próxima “restauración” en Cristo, que someterá al mundo y aliviará a la Iglesia en sus labores.

Y se logrará mediante un “segundo Pentecostés”, como los papas han estado implorando durante más de un siglo, cuando el Espíritu renueve la faz de la Tierra.

Este es el plan que Dios está desarrollando y está a la vista de Todos.

Ahora estamos en plena batalla escatológica.

Y como todo esto transcurre en términos históricos y no humanos, no hay que esperar nada muy extraordinario en octubre de 2023, sino tal vez que haya indicadores que escalen, por ejemplo, la guerra mundial y los ataques contra el cristianismo.

No hay que olvidar que el 13 de octubre de 2023 se cumplen los 50 años del último mensaje de las apariciones de Akita, en Japón, que transmitía la profecía que se está cumpliendo 

“si los hombres no se arrepienten y no mejoran, el Padre infligirá un castigo terrible a toda la humanidad. 

Será un castigo mayor que el diluvio, como nunca antes se habrá visto. Fuego caerá del cielo”.

Mientras el 3 de agosto la Santísima Virgen le había hablado a Sor Agnes Sasagawa de los antídotos a la virulencia del castigo.

“Con mi Hijo he intervenido muchas veces para apaciguar la ira del Padre. 

He impedido la llegada de calamidades ofreciéndole los sufrimientos de Mi Hijo en la Cruz, Su Preciosa Sangre y las almas amadas que lo consuelan formando una cohorte de almas víctimas. 

La oración, la penitencia y los sacrificios valientes pueden suavizar la ira del Padre”.

Y para dar el tono justo a lo que está sucediendo ahora, el Señor le dio al Padre Michael Scanlan esta célebre explicación en 1980, 

“El tiempo que ha sido marcado por mis bendiciones y dones está siendo reemplazado ahora por el período marcado por mi juicio y purificación. 

Lo que no he logrado con bendiciones y dones, lo lograré con juicio y purificación.

Mi gente, Mi Iglesia, necesita desesperadamente este juicio. Han continuado en una relación adúltera con el espíritu del mundo. 

Hay fragmentación y confusión en todas las filas. 

Satanás va a donde quiere e infesta a quien quiera. Tiene acceso gratuito a toda Mi gente, y no lo toleraré.

Al pecado se llamará pecado, y satanás será desenmascarado”. 

Y agregó,

“Tendrás que defender lo que crees. Tendrás que elegir entre el mundo y Yo. Tendrás que elegir qué palabra seguirás y a quién respetarás.

El fuego se moverá entre ustedes y quemará lo que es paja.

Es necesario que Mi pueblo sea Mi pueblo, que Mi Iglesia sea Mi Iglesia, y que Mi Espíritu produzca la pureza de vida, y la fidelidad al Evangelio”.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobreel plan que está siguiendo Dios, a dónde nos conduce, y cómo debemos entender los sucesos que vemos, incluyendo las profecías de los videntes sobre octubre de 2023.   

Y me gustaría preguntarte si tu ves con cierta claridad el plan que está siguiendo Dios para purificar el mundo o no lo comprendes del todo aún. 

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