El emergente escenario mundial donde se mezcla el poder y la religión.
En estos tiempos finales, donde todo se mezcla, ha crecido la hasta ahora ‘outsider’ Rusia de Putin, que por un lado quiere recosntruír el poder ruso mundial que se esfumó con la caída soviética, y por otro lado se posiciona ideológicamente y culturalmente como el defensor de los valores tradicionales judeo cristianos, que iluminado por Dios se opone a las concepciones satánicas de occidente.

 

 

putin con un ortodoxo ruso

 

Esto sitúa en un brete a los cristianos occidentales, porque saben que Putin tiene razón en criticar a occidente por su ideología anti cristiana y el alejamiento de las bases judeo cristianas que formó su civilización. Pero por otro lado, se dan cuenta que detrás de esto también hay una búsqueda de hacer resurgir el poder imperial ruso como potencia mundial.

Este es un tema para discernir e ir mirando paso a paso.

UNA MINI GUERRA FRÍA PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE RUSIA

Esta Segunda Guerra Fría que Putin ha desencadenado no pasa de ser una Pequeña Guerra Fría, menos gélida y amenazadora que la original y genuina, pero no deja de marcar una divisoria cronológica en el mundo sin grandes bloques de poder que se creó tras del desplome del comunismo, la desaparición del imperio soviético y la fragmentación de la URSS, lo que Putin en el 2005 llamó “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”. Ciertamente una enorme conmoción, gloria para muchos, catastrófica para otros.

Su gran objetivo es reconstruir lo posible de aquella entidad, teniendo como núcleo directivo y aglutinador el nacionalismo ruso, empezando con una unión aduanera llamada “euroasiática”, que aspiraría a confederar políticamente a sus miembros y a promover un orden internacional conservador y tradicionalista en normas y valores, que rivalice con el sistema inspirado, tras la Segunda Guerra Mundial, en los valores americanos y basado en instituciones internacionales entonces creadas con una dosis apreciable de utopía, que hizo a las Naciones Unidas su pieza central.

Ahora aspira a algo más. Un orden alternativo alentado y dirigido por la Rusia eterna. En realidad su propósito suena algo parecido a la Santa Alianza que Alejandro I de Rusia consiguió que firmase casi toda Europa después de las Guerras Napoleónicas, menos el Vaticano, que se tomaba en serio la religión, y Gran Bretaña, que se tomaba en serio los tratados internacionales.

Para comenzar el desarrollo de esa gran idea Ucrania es pieza sine qua non y primera piedra de la reconstrucción de Rusia propiamente dicha. Cualquier nacionalista ruso la considera parte irrenunciable de su propio ser. El que domésticamente hablen un dialecto algo diferente no cambia nada ni crea una identidad diferente.

EN LA GUERRA FRÍA MORAL RUSIA-OCCIDENTE ‘DIOS ESTÁ CON PUTIN’

Según el presidente Putin

“Es Rusia la que está del lado de Dios, mientras que Occidente es (Sodoma y) Gomorra“. Se trata de una nueva «Guerra Fría ideológica».

Vladímir Putin, como defensor de valores tradicionales, lidera la lucha ideológica contra el «corrupto Occidente» y sus «crímenes morales», según el analista político Patrick J. Buchanan, que responde a la pregunta del «papel de Dios» en esa confrontación.

En su blog, Buchanan, que fue consejero de los presidentes estadounidenses Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, citó el reciente discurso del mandatario ruso sobre Crimea en el que mencionó que «en Crimea, casi todo está literalmente impregnado con nuestra historia y orgullo comunes» y subrayó que allí, en el antiguo Quersoneso, fue bautizado el príncipe Vladímir que dio inicio a la fe ortodoxa en la antigua Rus de Kiev. Su hazaña espiritual, continuó Putin, definió el fundamento común cultural, como civilización y de valores, que une a los pueblos de Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Ese discurso le recordó a Buchanan a otro discurso presidencial ante la Asamblea Federal el año pasado, en el que el líder ruso hablaba de la oposición rusa al decadente Occidente.

«Muchos países europeos se han desviado de sus raíces, incluyendo los valores cristianos; los matrimonios entre personas del mismo sexo están al mismo nivel que las familias numerosas, así como la fe en Dios y la adoración de satanás, ese es el camino a la degradación», dijo Putin.

Buchanan destaca la dura postura de Putin sobre este tema. El presidente ruso cree que se ha desatado una nueva lucha ideológica entre un Occidente corrompido liderado por EE.UU. y un mundo tradicionalista que Rusia se sentiría orgullosa de encabezar. En la nueva guerra de creencias, escribe Buchanan, Putin asegura que

«es Rusia la que está del lado de Dios, mientras que Occidente es (Sodoma y) Gomorra».

A pesar de la ola de críticas por parte de líderes occidentales, Putin sabe exactamente lo que está haciendo y sus afirmaciones sobre valores morales «tienen un linaje venerable».

Putin considera que Moscú es «una ciudad divina», la Tercera Roma, y «puesto de mando de la reformación contra el nuevo paganismo». La primera Roma fue la ciudad santa y sede del cristianismo que cayó ante Odoacro y sus bárbaros en el año 476 d.C. La segunda Roma fue Constantinopla, Bizancio (actual Estambul), que cayó ante los turcos en 1453. Moscú se considera la ciudad sucesora de Constantinopla, o la Tercera y última Roma.

«PUTIN CONTRA LA ‘CULTURA DE LA MUERTE’ DE OCCIDENTE»

Buchanan menciona que Putin no sólo se opone abiertamente a la búsqueda de la hegemonía global de EE.UU., no sólo trata de proteger a los ciudadanos de habla rusa de la antigua Unión Soviética que fueron olvidados después de su disolución, sino que también se ha unido a la resistencia global contra

«la propagación de la revolución secular y social hedonista de Occidente».

En la guerra cultural para el futuro de la humanidad Putin pone la bandera rusa en el lado del cristianismo tradicional. Sus últimos discursos se hacen eco del discurso de Juan Pablo II, cuyo Evangelium Vitae de 1995 contiene duras críticas a Occidente por su adopción de la «cultura de la muerte», escribe el experto político.

Para el papa Juan Pablo II el crimen moral fue la capitulación de Occidente ante la revolución sexual con sus dudosos logros: el divorcio temprano, la promiscuidad sexual, la pornografía, la homosexualidad, el feminismo, el aborto, el matrimonio entre homosexuales, la eutanasia, «los valores cristianos sustituidos por los valores de Hollywood».

Masha Gessen, autora de un libro sobre Putin, dice que «Rusia se está rehaciendo a sí misma como el líder del mundo antioccidental». Pero Buchanan subraya que la guerra contra Occidente no se lleva a cabo a través de misiles, sino que es una guerra cultural, social, moral, donde el papel de Rusia, según Putin, es «evitar los movimientos hacia atrás y hacia abajo, en la oscuridad caótica y el retorno a un estado primitivo».

«Mientras que otras superpotencias se mueven hacia la visión pagana del mundo, Rusia defiende los valores judeocristianos. Durante la era soviética, los comunistas occidentales acudieron a Moscú. Este año, el VII Congreso Mundial de las Familias se llevará a cabo en Moscú», escribió el líder del dicho congreso, Allan Carlson.

Fuentes: GEES, Protestante Digital, Signos de estos Tiempos

 

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