Escapan de los insurgentes islamistas que persiguen a los cristianos.

 

Más de seis mil personas se han refugiado en la catedral de Bouar en la República Centroafricana, por temor a ser asesinados por la coalición rebelde Seleka. 

 

refugiados cristianos en parroquia centroafricana

 

La misma situación se vive en Bossangoa, donde más de 35.000 cristianos han encontrado refugio en la misión católica local.

A fines de octubre, algunos rebeldes, que se dedicaban a la persecución contra los cristianos, el saqueo, el robo y la tortura, fueron atacados en Bouar por grupos espontáneos de defensa llamado «Antibalaka». Para escapar de los combates, la gente ha buscado refugio en la parroquia de Fátima y la Catedral y San Lorenzo.

«No es una cuestión política, las personas que atacaron a los rebeldes son personas desesperadas que han visto sus casas quemadas, los amigos y los familiares asesinados y sus pertenencias robadas», dice a la Agencia Fides el padre Aurelio Gazzera.

El misionero visitó la catedral hace unos días:

«Es impresionante ver a toda esta gente a mantener la calma y al mismo tiempo ponerse a trabajar. Sin embargo, sigue existiendo la preocupación de un regreso a casa, que no está exenta de riesgos».

La misma situación se vive en Bossangoa, la ciudad natal del depuesto presidente Francois Boizizé, que el 24 de marzo se vio obligado a huir por un golpe de Estado liderado por el musulmán Michel Djotodia y por una coalición de rebeldes Seleka, especialmente extranjeros y  musulmanes en un país de mayoría cristiana.

Según ha informado la BBC si la ciudad está desierta, la misión católica está llena de gente. Más de 35.000 cristianos se han refugiado allí después de que sus casas fueron atacadas por los islamistas.

La misión católica acoge a miles de nuevas personas cada semana y la gente tiene miedo de salir, incluso si sus cosas están sólo a unos pocos metros de distancia. Todos los cristianos son identificados como del grupo «antibalaka» y arriesgan sus vidas  si se encuentran por los rebeldes.

Las fuerzas desplegadas en el país por la Unión Africana y las Naciones Unidas no son suficientes para el restablecimiento de la situación

Y todos en la misión católica de Bossangoa tienen una historia que contar, hecha de familiares asesinados y hogares destruidos sólo por ser cristianos.

Fuentes: Tempi, Signos de estos Tiempos

 

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