Los 10 mandamientos especifican obras que debemos hacer o no hacer para expresar nuestra fe.
Son un resumen de las condiciones para una vida liberada de la esclavitud del pecado, según el catecismo # 2057.
Y según el resumen que hizo Nuestro Señor, deben entenderse como la aplicación de la ley del amor: el amor a Dios y el amor al prójimo.
Lo cual resume la ley natural dada por Dios.
Fundado por esa ley del amor, aparecen entonces los 10 mandamientos, que son las obras mínimas requeridas por ese amor.
Los 10 mandamientos, que maneja la Iglesia Católica y que están expresados en el Catecismo y abajo hacemos un resumen, se deben a la tradición establecida por San Agustín.
Pero puede haber algunos cambios ligeros según las distintas confesiones cristianas.
LOS MANDAMIENTOS SON LA PARTE VISIBLE DE LA FE
Nosotros como seres humanos tenemos un alma que es espiritual y un cuerpo físico que es material.
Por lo tanto nuestra fe no puede relacionarse solamente con conceptos o ideas abstractas del mundo espiritual.
Sino que se tienen que expresar en conductas físicas en el mundo material.
Y eso es a lo que apuntan los 10 mandamientos.
Nuestra fe debe dirigir la forma en que actuamos.
De la misma forma que el amor de Dios sobre nosotros no es algo abstracto y espiritual, sino que se puede ver en la realidad material.
La forma en que vivimos nuestra vida, como usamos nuestro cuerpo, como tratamos a los demás y las decisiones que tomamos son nuestros indicadores de la fe.
En realidad son la demostración de cuan sinceramente creemos lo que decimos o pensamos.
El cumplimiento de los mandamientos no es más que el aterrizaje de la fe que decimos profesar.
No significa que cumplir los mandamientos nos haga tener más fe, sino que su cumplimiento es el fruto de la fe.
Y en este sentido los protestantes se equivocan al separar las obras, de la fe.
Piensan que expresando vocalmente que aceptamos al Señor como nuestro salvador personal ya seremos salvados.
Pero no es así, la salvación se basa en cómo llevamos a la acción lo que pensamos.
Pongamos un ejemplo absurdo, pensemos en un violador serial, que violó a decenas de niños o mujeres, pero que dice que aceptó al Señor como salvador.
¿Crees que esa persona tiene verdadera fe?
Por lo tanto la fe y las obras no pueden separarse, son parte de lo mismo.
De la misma forma que el ser humano no puede separar su carne del espíritu, se influyen mutuamente.
Podemos distinguir analíticamente entre la fe y las obras
Pero si no obramos en consistencia con la fe que decimos profesar, entonces estamos diciendo una mentira.
Esto sucede con los protestantes, pero también hay muchos católicos que manifiestan que siguen a Cristo y tienen Fe, pero que no lo demuestran en obras ni en el cumplimiento de los mandamientos.
Creen de repente que ya basta ser bautizado o ir a misa de vez en cuando.
Cuando en realidad la fe es lo que hacemos con el amor que Dios nos dio, como lo resumió Jesús en la ley del amor.
JESÚS LOS RESUMIÓ EN LA LEY DEL AMOR
Son una prescripción para la liberación del pecado, necesario para vivir como cristiano.
Un mínimo debajo del cual no podemos ir.
Son un todo coherente, al punto que la entrada del catecismo # 2069 dice que si rompes uno de ellos, los rompes todos.
Expresan los deberes hacia Dios y hacia el prójimo, mirados en perspectiva.
Y violarlos voluntariamente implica cometer un pecado mortal, como habla el catecismo #2702 y #2703.
Deben considerarse la expresión de la ley natural.
Desde el principio Dios dio al hombre mandamientos para guiarlo en la elección de lo que es bueno y unirlo a Dios y a otros hombres.
Pero la historia de la humanidad muestra que el hombre abusó de su libertad, desobedeció los mandamientos de Dios, rompió la armonía y cayó de la gracia.
En medio de este caos Dios entrega los mandamientos a Moisés, luego de liberar al pueblo judío de la esclavitud en Egipto.
Originalmente estos preceptos les fueron revelados a Moisés en el monte Sinaí y grabados en dos tablas de piedra.
Están expresados en el Éxodo 20 y Deuteronomio 5.
Transformándose en un documento escrito para llevar al hombre hacia la paz y la felicidad.
A pesar de estar escritos detalladamente, el hombre moderno rechaza los mandamientos porque rechaza a Dios.
Considera que no hay pecados y por lo tanto tampoco hay preceptos.
Entonces la tolerancia se regula de acuerdo al consenso político y moral del momento.
Es así como el hombre está en la ruta de la cultura de la muerte a través del aborto, la eutanasia.
Y en la de diversos pecados respecto a la sexualidad, al matrimonio y a la familia.
Pero no puede escapar de las consecuencias de romper los mandamientos y por eso la vida se está haciendo tan oscura en la Tierra.
La misión de Jesús no fue abolir los mandamientos del pueblo judío, sino todo lo contrario.
Vino a reiterar que se deben guardar los mandamientos como lo dice Mateo 5: 17-19.
Y en Mateo 19: 16-21, Jesús habla de la validez de los mandamientos al joven rico.
Y a través de su predicación en su ministerio público da ejemplos para una comprensión más acabada de ellos.
Culminando en una nueva síntesis del decálogo que está en Mateo 22: 37-40,
“…amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.
Este es el gran el primer y gran mandamiento.
Y el segundo mandamiento es semejante a este.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Y en Juan 13: 34 dice
“Les doy un nuevo mandamiento, que se amen los unos a los otros; así como yo los he amado también ámense los unos a los otros”.
En su misión de enseñar los mandamientos Jesús explica detalles con ejemplos y parábolas.
Que el amor incluye el perdón, el amor a los enemigos, abstenerse de juzgar habitualmente a los demás.
Manda la ejecución de actos de misericordia, ordena a los hombres que sean misericordiosos para entrar en el cielo, ofreciendo diversas parábolas e incluso lavando el mismo los pies a los apóstoles.
Cuando enseña los hombres el Padre Nuestro llama a orar con persistencia, y además da un texto donde aparecen mandamientos.
También insiste en el arrepentimiento y la confesión, y concede a los apóstoles el poder de perdonar los pecados reconciliando a los hombres con Dios.
En la última cena enseña a los hombres a participar en la Eucaristía, comiendo su cuerpo y su sangre.
Y deja claro que los mandamientos no son un ideal sino un requisito absoluto, que se debe guardar para entrar en la vida eterna.
En Juan 14:15 dice “si me amas guarda mis mandamientos”.
Agrega en Mateo 5: 48 un llamado a la perfección para que seamos perfectos así como el Padre Celestial es perfecto.
Y cuando llama a los hombres a entrar por la puerta estrecha, da el camino para entrar en Mateo 19: 26, cuando dice “para los hombres esto es imposible pero para Dios todo es posible”.
Queriendo significar que la entrada al cielo es posible por la gracia de Dios.
Finalmente manda a los hombres evangelizar.
En Mateo 28: 19-20 les dice que vayan por todas las naciones haciendo discípulos y bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Lo que significa que enseñen la observancia de lo que Él ha mandado, o sea los 10 mandamientos.
Ahora veremos un resumen de los 10 mandamientos extraído del Catecismo de la Iglesia Católica.
RESUMEN DE CADA UNO DE LOS 10 MANDAMIENTOS
Primer Mandamiento
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»
2133 ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas’ (Dt 6, 59).
2134 El primer mandamiento llama al hombre para que crea en Dios, espere en El y lo ame sobre todas las cosas.
2135 ‘Al Señor tu Dios adorarás’ (Mt 4, 10). Adorar a Dios, orar a El, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir las promesas y los votos que se le han hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que constituyen la obediencia al primer mandamiento.
2136 El deber de dar a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado.
2137 El hombre debe ‘poder profesar libremente la religión en público y en privado’ (DH 15).
2138 La superstición es una desviación del culto que debemos al verdadero Dios, la cual conduce a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia.”
2139 La acción de tentar a Dios de palabra o de obra, el sacrilegio y la simonía son pecados de irreligión, prohibidos por el primer mandamiento.
2140 El ateísmo, en cuanto niega o rechaza la existencia de Dios, es un pecado contra el primer mandamiento.
2141 El culto de las imágenes sagradas está fundado en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. No es contrario al primer mandamiento.
Segundo Mandamiento
«No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios»
2160 ‘Señor, Dios Nuestro, ¡qué admirable es tu nombre por toda la tierra!’ (Sal 8, 2).
2161 El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. El nombre del Señor es santo.
2162 El segundo mandamiento prohíbe todo uso inconveniente del nombre de Dios. La blasfemia consiste en usar de una manera injuriosa el nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de los santos.
2163 El juramento en falso invoca a Dios como testigo de una mentira. El perjurio es una falta grave contra el Señor, que es siempre fiel a sus promesas.
2164 ‘No jurar ni por Criador ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia’ (S. Ignacio de Loyola, ex. spir. 38).
2165 En el Bautismo, la Iglesia da un nombre al cristiano. Los padres, los padrinos y el párroco deben procurar que se dé un nombre cristiano al que es bautizado. El patrocinio de un santo ofrece un modelo de caridad y asegura su intercesión.
2166 El cristiano comienza sus oraciones y sus acciones haciendo la señal de la cruz ‘en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén’.
2167 Dios llama a cada uno por su nombre (cf Is 43, 1).
El Tercer Mandamiento
«Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo»
2189 ‘Guardarás el día del sábado para santificarlo’ (Dt 5, 12). ‘El día séptimo será día de descanso completo, consagrado al Señor’ (Ex 31, 15).
2190 El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo.
2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado con toda razón día del Señor, o domingo.
2192 ‘El domingo ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto (? CIC can. 1246, 1). ‘El domingo y las demás fiestas de precepto, los fieles tienen obligación de participar en la misa’(? CIC can. 1247).
2193 ‘El domingo y las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo‘ (? CIC can. 1247).
2194 La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un ‘reposo y ocio suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa‘ (GS 67, 3).
2195 Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, a otro impedimentos para guardar el día del Señor.
El Cuarto Mandamiento
«Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar»
2247 ‘Honra a tu padre y a tu madre’ (Dt 5,16 ; Mc 7,10).
2248 De conformidad con el cuarto mandamiento, Dios quiere que, después que a El, honremos a nuestros padres y a los que El reviste de autoridad para nuestro bien.
2249 La comunidad conyugal está establecida sobre la alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los hijos.
2250 ‘La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar’ (GS 47, 1).
2251 Los hijos deben a sus padres respeto, gratitud, justa obediencia y ayuda. El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar.
2252 Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos en la fe, en la oración y en todas las virtudes. Tienen el deber de atender, en la medida de lo posible, las necesidades materiales y espirituales de sus hijos.
2253 Los padres deben respetar y favorecer la vocación de sus hijos. Han de recordar y enseñar que la vocación primera del cristiano es la de seguir a Jesús.
2254 La autoridad pública está obligada a respetar los derechos fundamentales de la persona humana y las condiciones del ejercicio de su libertad.
2255 El deber de los ciudadanos es cooperar con las autoridades civiles en la construcción de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad.”
2256 El ciudadano está obligado en conciencia a no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando son contrarias a las exigencias del orden moral. ‘Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres’ (Hch 5, 29).
2257 Toda sociedad refiere sus juicios y su conducta a una visión del hombre y de su destino. Si se prescinde de la luz del Evangelio sobre Dios y sobre el hombre, las sociedades se hacen fácilmente totalitarias.
El Quinto Mandamiento
No matarás
2318 ‘Dios tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre’ (Jb 12, 10).
2319 Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo.
2320 Causar la muerte a un ser humano es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador.
2321 La prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresor cause daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es responsable de la vida de otro o del bien común.
2322 Desde su concepción, el niño tiene el derecho a la vida. El aborto directo, es decir, buscado como un fin o como un medio, es una práctica infame (cf GS 27, 3), gravemente contraria a la ley moral. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.
2323 Porque ha de ser tratado como una persona desde su concepción, el embrión debe ser defendido en su integridad, atendido y cuidado médicamente como cualquier otro ser humano.
2324 La eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y sus motivos, constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador.
2325 El suicidio es gravemente contrario a la justicia, a la esperanza y a la caridad. Está prohibido por el quinto mandamiento.”
2326 El escándalo constituye una falta grave cuando por acción u omisión se induce deliberadamente a otro a pecar.”
2327 A causa de los males y de las injusticias que ocasiona toda guerra, debemos hacer todo lo que es razonablemente posible para evitarla. La Iglesia implora así: ‘del hambre, de la peste y de la guerra, líbranos Señor’.
2328 La Iglesia y la razón humana afirman la validez permanente de la ley moral durante los conflictos armados. Las prácticas deliberadamente contrarias al derecho de gentes y a sus principios universales son crímenes.
2329 ‘La carrera de armamentos es una plaga gravísima de la humanidad y perjudica a los pobres de modo intolerable’ (GS 81, 3).
2330 ‘Bienaventurados los que construyen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios’ (Mt 5, 9).
El Sexto Mandamiento
No cometerás adulterio
2392 ‘El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano’ (FC 11).
2393 Al crear al ser humano hombre y mujer, Dios confiere la dignidad personal de manera idéntica a uno y a otra. A cada uno, hombre y mujer, corresponde reconocer y aceptar su identidad sexual.
2394 Cristo es el modelo de la castidad. Todo bautizado es llamado a llevar una vida casta, cada uno según su estado de vida.
2395 La castidad significa la integración de la sexualidad en la persona. Entraña el aprendizaje del dominio personal.
2396 Entre los pecados gravemente contrarios a la castidad se deben citar la masturbación, la fornicación, las actividades pornográficas y las prácticas homosexuales.
2397 La alianza que los esposos contraen libremente implica un amor fiel. Les confiere la obligación de guardar indisoluble su matrimonio.
2398 La fecundidad es un bien, un don, un fin del matrimonio. Dando la vida, los esposos participan de la paternidad de Dios.
2399 La regulación de la natalidad representa uno de los aspectos de la paternidad y la maternidad responsables. La legitimidad de las intenciones de los esposos no justifica el recurso a medios moralmente reprobables (p.e., la esterilización directa o la anticoncepción).
2400 El adulterio y el divorcio, la poligamia y la unión libre son ofensas graves a la dignidad del matrimonio.
El Séptimo Mandamiento
No robarás
2450 ‘No robarás’ (Dt 5, 19). ‘Ni los ladrones, ni los avaros…, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios’ (1Co 6, 10).
2451 El séptimo mandamiento prescribe la práctica de la justicia y de la caridad en el uso de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.
2452 Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. El derecho a la propiedad privada no anula el destino universal de los bienes.
2453 El séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño.
2454 Toda manera de tomar y de usar injustamente un bien ajeno es contraria al séptimo mandamiento. La injusticia cometida exige reparación. La justicia conmutativa impone la restitución del bien robado.
2455 La ley moral prohíbe los actos que, con fines mercantiles o totalitarios, llevan a esclavizar a los seres humanos, a comprarlos, venderlos y cambiarlos como si fueran mercaderías.”
2456 “El dominio, concedido por el Creador, sobre los recursos minerales, vegetales y animales del universo, no puede ser separado del respeto de las obligaciones morales frente a todos los hombres, incluidos los de las generaciones venideras.
2457 Los animales están confiados a la administración del hombre que les debe benevolencia. Pueden servir a la justa satisfacción de las necesidades del hombre.
2458 La Iglesia pronuncia un juicio en materia económica y social cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Cuida del bien común temporal de los hombres en razón de su ordenación al supremo Bien, nuestro fin último.
2459 El hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económica y social. El punto decisivo de la cuestión social estriba en que los bienes creados por Dios para todos lleguen de hecho a todos, según la justicia y con la ayuda de la caridad.
2460 El valor primordial del trabajo atañe al hombre mismo que es su autor y su destinatario. Mediante su trabajo, el hombre participa en la obra de la creación. Unido a Cristo, el trabajo puede ser redentor.
2461 El desarrollo verdadero es el del hombre en su integridad. Se trata de hacer crecer la capacidad de cada persona a fin de responder a su vocación y, por lo tanto, a la llamada de Dios (cf CA 29).
2462 La limosna hecha a los pobres es un testimonio de caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.
2463 En la multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria, hay que reconocer a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola (cf 16, 19-31). En dicha multitud hay que oír a Jesús que dice: ‘Cuanto dejasteis de hacer con uno de éstos, también conmigo dejasteis de hacerlo’ (Mt 25, 45).
El Octavo Mandamiento
No darás testimonio falso contra tu prójimo
2504 ‘No darás falso testimonio contra tu prójimo’ (Ex 20, 16). Los discípulos de Cristo se han ‘revestido del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad’ (Ef 4, 24).
2505 La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero en sus actos y en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía.
2506 El cristiano no debe ‘avergonzarse de dar testimonio del Señor’ (2 Tm 1, 8) en obras y palabras. El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe.
2507 El respeto de la reputación y del honor de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra de maledicencia o de calumnia.
2508 La mentira consiste en decir algo falso con intención de engañar al prójimo que tiene derecho a la verdad.
2509 Una falta cometida contra la verdad exige reparación.
2510 La regla de oro ayuda a discernir en las situaciones concretas si conviene o no revelar la verdad a quien la pide.
2511 ‘El sigilo sacramental es inviolable’ (? CIC can. 983, 1), Los secretos profesionales deben ser guardados. Las confidencias perjudiciales a otros no deben ser divulgadas.
2512 La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia. Es preciso imponerse moderación y disciplina en el uso de los medios de comunicación social.
2513 Las bellas artes, sobre todo el arte sacro, ‘están relacionadas, por su naturaleza, con la infinita belleza divina, que se intenta expresar, de algún modo, en las obras humanas. Y tanto más se consagran a Dios y contribuyen a su alabanza y a su gloria, cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras a dirigir las almas de los hombres piadosamente hacia Dios’ (SC 122).
El Noveno Mandamiento
No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo
2528 ‘Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón’ (Mt 5, 28).
2529 El noveno mandamiento pone en guardia contra el desorden o concupiscencia de la carne.
2530 La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón y por la práctica de la templanza
2531 La pureza del corazón nos alcanzará el ver a Dios: nos da desde ahora la capacidad de ver según Dios todas las cosas.
2532 La purificación del corazón es imposible sin la oración, la práctica de la castidad y la pureza de intención y de mirada.
2533 La pureza del corazón requiere el pudor, que es paciencia, modestia y discreción. El pudor preserva la intimidad de la persona.
El Décimo Mandamiento
No codiciarás… nada que sea de tu prójimo
2551 «Donde está tu tesoro allí estará tu corazón» (Mt 6,21).
2552 El décimo mandamiento prohíbe el deseo desordenado, nacido de la pasión inmoderada de las riquezas y del poder.
2553 La envidia es la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de apropiárselo. Es un pecado capital.
2554 El bautizado combate la envidia mediante la caridad, la humildad y el abandono en la providencia de Dios.
2555 Los fieles cristianos «han crucificado la carne con sus pasiones y sus concupiscencias» (Gal 5,24); son guiados por el Espíritu y siguen sus deseos.
2556 El desprendimiento de las riquezas es necesario para entrar en el Reino de los cielos. «Bienaventurados los pobres de corazón».
2557 El hombre que anhela dice: «Quiero ver a Dios». La sed de Dios es saciada por el agua de la vida (cf Jn 4,14).
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Diez_Mandamientos
- http://blog.adw.org/2019/01/dont-be-a-liar/
- http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2_sp.html
- https://www.dummies.com/religion/christianity/catholicism/catholicism-and-the-ten-commandments/
- https://www.catholic.com/magazine/print-edition/the-true-ten-commandments
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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