Para demostrar que existe la Masonería basta saber que tiene sus propios locales con el nombre de la Logia en la puerta en todos los países.

Y que la Iglesia Católica la considera incompatible con el cristianismo y la condena formalmente tampoco.

Porque la Iglesia la ha condenado en más de 200 documentos desde el inicio de la masonería moderna.

Aunque a pesar de eso hay muchos que se llaman a sí mismos masones y católicos, como el actual presidente de Uruguay Tabaré Vázquez.

escuadra y compas mason

Pero también existe la Masonería Eclesiástica.
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Aunque si se lo preguntas a tu párroco lo más probable que no pare de reírse y te mire como si fueras una especie de despistado o de subversivo.
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Y esto no necesariamente porque tu párroco sea de esa organización.
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Sino porque la Masonería Eclesiástica trabaja en sumo secreto.
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Ha difundido que no existe y colonizado – con lo que hoy llamamos  modernismo – la narrativa eclesiástica.

Una prueba de que la Masonería Eclesiástica existe y tiene un plan siniestro para la Iglesia, lo podemos comprobar en los mensajes que María le entregó al Padre Gobbi, sobre fines de los años 1980 incluyéndola como parte del Apocalipsis.

En el llamado libro azul, “A los Sacerdotes, Mis Hijos Predilectos”, la Santísima Virgen revela al sacerdote italiano Stefano Gobbi que “la bestia negra con garras de oso y fauces de león”, del capítulo XII del libro del Apocalipsis, es la Masonería.

Y que “la bestia con cuernos de cordero”, es la Masonería Eclesiástica, la cual recibe órdenes directamente de la otra Masonería.

Más en concreto. En Dongo (Como), el 13 de Junio de 1989, el Padre Stéfano Gobbi recibió lo siguiente en un mensaje dado por la Virgen María:

La bestia negra semejante a una pantera indica la Masonería.
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La bestia con dos cuernos, semejante a un cordero, indica la Masonería infiltrada dentro de la Iglesia.
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Es decir la masonería Eclesiástica, que se ha difundido sobre todo entre los miembros de la Jerarquía.

Esta infiltración masónica dentro de la Iglesia, ya os ha sido predicha por Mí en Fátima, cuando os anuncié que Satanás se introduciría hasta el vértice de la Iglesia.

Si el objetivo de la masonería es el de conducir a las almas a la perdición, llevándolas al culto de falsas divinidades, el fin de la masonería eclesiástica, en cambio, es el de destruir a Cristo y a su Iglesia, construyendo un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia.

padre stefano gobbi

Padre Stefano Gobbi +

El mensaje completo puede verse aquí.

Se ha mencionado que objetivo central de toda la masonería – la eclesial y fuera de la iglesia – es instalar una sola religión mundial, un solo sistema económico mundial, una sola cultura mundial y un solo gobierno mundial.

Y en términos religiosos han actuado en un plan de 3 pasos:

1º Disminuir a la Iglesia Católica pero no a Cristo a través del ecumenismo cristiano.
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2º  Disminuir a Cristo para centrarse en Dios a través del ecumenismo con las demás religiones no cristianas.
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3º  Disminuir las religiones para promocionar las espiritualidades de diverso tipo, cada uno a su estilo.

En este artículo veremos los propósitos y formas de actuar de la Masonería global y en especial de la Masonería Eclesiástica.

Triangulo-Masones

   

LOS PROPÓSITOS DE LA MASONERÍA

   

La desobediencia de los Mandamientos

El objetivo principal de la Masonería es de llevar a los hombres a desobedecer todos los mandamientos de Dios.
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Colocando en su lugar otras metas, otros principios, llegando a poner al mismo hombre en el lugar de Dios.

Cuando el hombre rompe las leyes divinas, entra en un estado de ceguera espiritual que le impide entender toda la realidad espiritual, quedando sólo en contacto con el mundo físico-material.

Entonces el hombre centra su vida en lo material.

Es así como se da en el hombre contemporáneo un ateísmo materialista.

Es decir, se trata de un hombre ateo y materialista.

Un hombre que no cree o no está seguro de que Dios existe, y que se rige por lo que puede captar por sus sentidos: lo que puede ver, tocar y oír.

   

La entronización de los pecados capitales

La exaltación de los pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, envidia, ira, pereza, gula) -por parte de la Masonería- en el mundo de hoy, lleva a la sociedad actual a adorar a otros dioses que no son el Dios verdadero.

Es así como, por instigación de la Masonería, la mayoría de los hombres contemporáneos están adorando al dios de la razón, al dios del dinero, al dios de la ciencia, al dios de la violencia.

Como medio de dominio, al dios del sexo, al dios del materialismo, al dios del placer.

Los medios de comunicación social del mundo, que están en su mayoría en manos de la Masonería, incentivan al individuo a centrar su vida en el conocimiento científico o técnico.
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En la adquisición de medios económicos, en el predominio sobre los demás, en la posesión de cosas materiales.
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Y en el ejercicio de un sensualismo centrado en la idea de que la vida hay que disfrutarla y de que no se debe sufrir.

   

La difamación de las virtudes

La Masonería emplea los medios de comunicación social para llevar al hombre a exaltar los pecados capitales en contraposición a las virtudes teologales y cardinales.

Las virtudes teologales y cardinales son la fe, la esperanza, la caridad, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

Estas virtudes son exactamente lo que los hombres necesitamos para mantenernos en estado de gracia y para poder vivir una vida en concordancia con los evangelios y con los mandamientos de Dios.

La fe, la esperanza, la caridad, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza son las virtudes que hacen evidente en los cristianos la presencia misma del Espíritu Santo.

   

LOS PROPÓSITOS DE LA MASONERÍA ECLESIÁSTICA

La Masonería emplea los medios de comunicación social para llevar a los hombres a desobedecer las leyes de Dios y a colocar los pecados capitales en el lugar que deberían tener las virtudes fruto de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Mientras la Masonería Eclesiástica se encarga de construir un falso Cristo y una falsa Iglesia.

Masonería eclesiastica

   

LA CONSTRUCCIÓN DE UNA FALSA IGLESIA

   

El primer objetivo de la Masonería Eclesiástica es la construcción de una “fe” sin fe.

La fe tiene que ver precisamente con el acto de creer en algo que no podemos constatar con nuestros sentidos.

Porque si lo pudiéramos hacer, entonces ya no sería un acto de fe, sino un acto de conocimiento corriente.

La Masonería Eclesiástica intenta llevar al pueblo de Dios a creer solamente en lo que se puede explicar con la lógica y la razón humanas.
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Y que sólo existe lo que se puede captar con nuestros sentidos físicos.
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De esta manera, se está enseñando una fe sin fe.

Necesitamos de la fe para creer en las verdades de Dios, pues aunque en ocasiones son cosas imperceptibles a nuestros sentidos físicos, si podemos constatar sus efectos en el mundo espiritual.

Así como no vemos la energía eléctrica que viene por un cable, sí sentimos el sacudón cuando tocamos un cable eléctrico pelado.

   

La negación de la acción del Espíritu Santo

Las manifestaciones sobrenaturales que se presentan por acción del Espíritu Santo son las que ocurrieron en Pentecostés cuando los apóstoles estaban reunidos en el Cenáculo encabezados por María Santísima.

Empezaron a hablar en lenguas, a imponer las manos para sanar enfermos, a expulsar demonios, a profetizar y a realizar muchos milagros de todo tipo en el nombre de Jesús.

Estas manifestaciones del Espíritu Santo deberían ser la regla y no la excepción en la Iglesia de Cristo.
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Sin embargo, son escasas en la actualidad, no porque Dios no nos envíe su Espíritu Santificador, sino porque la falta de fe y de entrega a la voluntad de Dios nos lleva a carecer de esta fuente de vida en nuestra alma.

Sin embargo, por la persecución que la Masonería Eclesiástica hace de estas manifestaciones entre feligreses y sacerdotes, muchas parroquias se ven privadas de seminarios, conferencias y reuniones que propicien el avivamiento del Espíritu Santo.

   

La deformación del concepto mismo de Dios

Por influencia de la Masonería Eclesiástica, nos encontramos con un concepto de Dios que parece haber perdido el control de su propia creación.
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Porque no tiene nada que ver con lo que acontece a cada uno, porque es un Dios distante, desentendido, desconectado de nosotros.

Lo grave de tener esa concepción de Dios es que nos impide entender lo que Él quiere enseñarnos en el transcurso de nuestra vida. Dios nos habla en el acontecer de cada día.

Detrás de cada cosa que ocurre en nuestra vida está la Voluntad de Dios: lo que quiere decirnos, cómo quiere instruirnos, hacia dónde quiere llevarnos.

Dios siempre está presente en nuestras vidas aunque muchos no nos percatamos de su amorosa presencia, porque no entendemos su lenguaje, el lenguaje del alma: el bien que quiere darnos es de tipo espiritual.

anticristo

   

La negación de todo lo sobrenatural

Para intentar negar todo lo sobrenatural, los apóstatas de la Masonería Eclesiástica, sostienen que no se debe creer en revelaciones, apariciones, mensajes, milagros y posesiones demoníacas.

La Biblia, que es el compendio de nuestra fe católica, es en sí misma la revelación de la palabra de Dios por medio de sueños, visiones, revelaciones, apariciones, profecías y milagros

Entonces, ¿en qué queda entonces nuestra fe, si los apóstatas de la Masonería Eclesiástica dicen que todos estos fenómenos no son otra cosa que el producto de mentes humanas sugestionadas?

Es necesario aclarar que el demonio también puede imitar todos estos fenómenos sobrenaturales, ante los cuales tenemos que emplear el discernimiento que Dios nos da.

Las manifestaciones de Dios están en concordancia con las verdades de la fe, sus frutos son los mismos frutos del Espíritu Santo, y siempre producen paz y conversión.

El hombre por sí mismo no tiene poderes sobrenaturales, es decir, si el hombre ostenta poderes sobrenaturales es porque vienen de Dios o porque vienen del enemigo de Dios.

   

La desacralización de los sacramentos

El carácter sagrado de los sacramentos se refiere a la acción sobrenatural de Dios por medio de la persona del sacerdote sobre el creyente que los recibe.

Esta acción se efectúa por medio del Espíritu Santo.

Los sacramentos son las fuentes de la gracia, es decir por medio de ellos recibimos las gracias y dones que necesitamos para devolver y mantener la vida de nuestra alma.

La acción de la Masonería Eclesiástica se centra entonces en restar la importancia de los sacramentos y disminuir su práctica.

Algunos sacramentos como el sacramento de la “Confirmación” y el sacramento de la “Unción de los Enfermos” se practican con mucho menos frecuencia que antes, y también se les da menos importancia.

El sacramento de la “Eucaristía” ha sido atacado en su relevancia, el sagrario ha sido sacado de la nave central de las Iglesias donde debería estar, para ponerlo en naves laterales, dándole así menos trascendencia.

La celebración de la Santa Misa ha sido atacada en el rompimiento de la liturgia, en la supresión de signos de respeto y adoración a Jesús Sacramentado, en el carácter sagrado de la música, para quitarle la solemnidad que debe tener y el sentimiento que debe despertar en nosotros.

Es así como se suprimen

  • las venias,
  • las genuflexiones,
  • las mantillas o velos en las mujeres,
  • los reclinatorios para recibir la comunión de rodillas,
  • la música sacra, para colocar en cambio ritmos bailables en las canciones, para que la gente sienta que está en una rumba en lugar de estar en la celebración incruenta del sacrificio de Cristo en la Cruz.

La permisión de la comunión en la mano, que es sacrílega, lleva a las personas a irrespetar gravemente la presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía, que solamente debe ser tocada por las manos consagradas del sacerdote.

Todo esto va acostumbrando al pueblo de Dios a no creer en la real presencia de Jesús en la Hostia Consagrada.

Sino en una presencia simbólica y en la celebración de una cena ágape, como la practican las Iglesias separadas.

El sacramento de la “Reconciliación” ha sido atacado por la Masonería Eclesiástica principalmente haciendo que los creyentes piensen que no pecan.

Porque presentan el pecado no como un mal sino como un bien, entonces si no pecan, no necesitan confesarse.

Por otro lado se permiten confesiones colectivas o se absuelve a las personas sin haber hecho una verdadera confesión de boca como lo exige la práctica de este sacramento.

Lo anterior está permitido pero sólo en casos de emergencia en los cuales no se puede realizar la confesión de manera regular.

Y si alguien va a confesar sus pecados, el sacerdote le dice que no se preocupe, que eso no es pecado y que todo está bien.

Y últimamente le perdonará los pecados sin siquiera pedirle una conducta de enmienda.

   

Ataque a los sacramentales

Los sacramentales son las imágenes, las medallas, los escapularios, los cirios, las velas, la sal, el agua, el aceite, etc. bendecidos y/o exorcizados por un sacerdote.

Los sacramentales son medios de protección contra las influencias perversas del maligno.

La Masonería Eclesiástica lleva a los sacerdotes a decir que ellos no bendicen objetos y que estos objetos que los creyentes desean hacer bendecir, no tienen el efecto que ellos buscan.

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Negación del pecado, del demonio y del infierno

Los conceptos de pecado, demonio e infierno van juntos porque tienen una relación de causalidad.

Por el demonio entró el pecado en el mundo y por el mismo demonio existe el infierno.

La Masonería Eclesiástica emplea todos sus argumentos para negar la existencia del pecado, del demonio y del infierno, con el propósito de desvirtuar la imagen y la acción salvífica de Jesucristo.

La Biblia no sería la Palabra de Dios, ni Jesucristo habría venido al mundo para algo provechoso, si no existiera el pecado, el infierno y el demonio.
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Sería todo una terrible inconsistencia.

   

El desprecio de la Cruz

La Masonería Eclesiástica difunde entre los fieles la idea de que Dios no quiere que suframos sino que seamos felices en esta vida terrena.
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Para lo cual entonces está justificado que nos liberemos de todo lo que nos molesta u oprime.

Sostienen además, que Dios no castiga y que ya hemos sido salvados por su muerte en la cruz.

En los Evangelios, Jesucristo nos pide lo contrario: que tomemos nuestra cruz y lo sigamos.

Si Dios permite el sufrimiento es para la propia salvación nuestra y de nuestros hermanos, para purificación y edificación de nuestras almas.

Dios no puede ser cómplice de la desobediencia a sus propias leyes dejándolas impunes: el castigo es la consecuencia natural de nuestros pecados.

Jesucristo alcanzó para nosotros la gracia de la redención, pero para ganar esta gracia, nosotros tenemos que acoger y practicar sus enseñanzas.

En resumen, la Masonería Eclesiástica lleva a los católicos a vivir en la oscuridad de la apostasía y a perder el discernimiento que podría tener si viviera en estado de gracia.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN FALSO CRISTO

En cuanto a la imagen de Cristo, procura resaltar el aspecto humano de Cristo, opacando su divinidad.

Entonces enfatiza en el aspecto fraterno de las enseñanzas de Jesucristo.

Pero descuida el aspecto de la realidad de los milagros, ignora la verdad de la resurrección de Jesucristo, para terminar diciendo que Jesucristo no fue Dios sino simplemente un profeta.

La religión católica se centra en las enseñanzas de El Dios hecho hombre quien resumió la ley en dos mandatos: “Amar a Dios sobre todas las cosas” y “Amar al prójimo como a sí mismo”.

Entonces la Masonería Eclesiástica se centra en el amor al prójimo y descuida el primer mandamiento que es el más importante.

Hasta el punto de que no podemos cumplir cabalmente con el amor al prójimo si no cumplimos con el de amar a Dios por encima de todo lo demás.

Si no amamos a Dios, no podemos recibir el amor que Dios nos da de retorno, sencillamente porque nuestro corazón no está abierto a Él.

El verdadero amor sólo nace en esa íntima relación con el Dador de la Vida.

Si no amamos a Dios en primer lugar, nuestros actos quedan vacíos de ese amor ágape, desinteresado, que busca el bien del otro y no simplemente la gratitud, el reconocimiento del otro, o la devolución de ese amor.

Cuando el amor se pone en el plano simplemente humano, tenemos un amor que busca reciprocidad, un amor interesado, que busca una utilidad y que muchas veces exige más de lo que da.

Y por eso casi siempre es un amor egoísta porque se centra más en uno mismo que en el otro.

Y en ocasiones también el amor humano se confunde con el sexo o con la simple y pura atracción física, en el plano animal, entre macho y hembra.

Y entonces muchos hablan de amor, de estar enamorados, cuando el verdadero amor no tiene la menor expresión allí.

¿Cuál es el objetivo final de la Masonería Eclesiástica cuando intenta decir que Jesucristo no fue Dios sino simplemente un profeta?

Sencillamente el objetivo es poner en el lugar de Cristo, al Anticristo.
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Y es eso precisamente lo que la palabra Anticristo quiere decir: el que se hace “el Cristo”, el que lo suplanta o imita.

Entonces, para engañar a los creyentes en Cristo, la estrategia de la Masonería Eclesiástica es destruir la  imagen de Jesucristo, nuestro Salvador.

Para poner en su lugar un personaje que la otra Masonería viene preparando para coronar el proyecto del gobierno mundial.

Para las otras religiones, como lo expresa la Santísima Virgen, el asunto ya está preparado porque todas las religiones están esperando a alguien.

Los judíos están esperando al Mesías que ellos no quisieron reconocer en la persona de Jesús de Nazareth.

Los budistas están esperando al “Buda de pie” o “Standing Buda”.

Los mahometanos, los hindúes, los grupos satánicos de brujos y brujas, los grupos cientistas, los de la nueva era, están todos esperando a un personaje que va a converger en el Anticristo.

Una aclaración importante es que el Anticristo no será un Papa.

Pero sí habrá un falso Papa, que en el Apocalipsis se menciona como el “Falso Profeta”.

El que llevará a la Iglesia apóstata a recibir al Anticristo como si fuera el verdadero Cristo.

El Anticristo será una figura política, que en su momento aparecerá como el salvador del mundo, envuelto en una gran seducción, logrará engañar a la mayoría.

Y sólo cuando esté apoderado de su papel de gobernante del mundo, mostrará sus verdaderas intenciones, proclamándose dios y reclamando la adoración de todos los habitantes de la Tierra.

Padre Luigi Villa

   

EL CASO DEL PADRE LUIGI VILLA

El padre Luigi Villa tenía un doctorado en teología dogmática y conoció al Padre Pío en la década de 1950.

Cuenta que el Padre Pío lo llama su celda en San Giovanni Rotondo y le habló durante más de media hora proponiéndole la tarea de dedicar su vida a defender a la Iglesia contra la penetración masónica en su estructura.

Le dijo que Nuestro Señor lo había guiado durante toda su vida para que lo entrenaran y educaran para luchar contra la francmasonería dentro de la Iglesia.

Y en la segunda mitad de 1963 en la segunda reunión con el padre Pío cuenta Luigi Villa que éste le dijo,

“¡Ánimo, coraje, coraje! Porque la Iglesia ya está invadida por la Francmasonería. La masonería ya ha alcanzado las zapatillas del Papa”.

En ese momento el papa era Pablo VI.

La misión encomendada al padre Villa por el padre Pío fue aprobada por el papa Pío XII quién le dio un mandato papal.

Y el Secretario de Estado del Papa Pío XII, el cardenal Tardini, le dio tres Cardenales para trabajar junto a él en el tema el cardenal Ottaviani, el cardenal Parente y el cardenal Palazzini

Con quienes trabajo hasta su muerte, especialmente con Ottaviani.

Pero luego de la muerte del Papa Pío XII comenzó el camino de la cruz del padre Villa.

Porque fue objeto de una política deliberada de ignorarlo y atacarlo.

El padre Villa fundó la revista Chiesa Viva en 1971 para difundir lo que había encontrado.

Lo más significativo de esto fue el ataque sistemático de la jerarquía superior de la Iglesia contra la publicación.

El clero fue amenazado para que no escribiera en la revista y los que lo hicieron gradualmente fueron abandonando.

También se mencionan 7 intentos de asesinato contra el padre Villa.

Uno de ellos un golpe en la cara en París con un puño de hierro que le rompió todos los dientes y desde ese momento el padre Villa tuvo un solo diente en la boca.

Y un par de veces estuvo a punto de ser fusilado una en Haití y otra en Italia.

Otra represalia que tomaron contra el padre Luigi Villa fue la calumnia de antisemita, cuando hay pruebas claras de su actividad salvando a judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante el breve pontificado de Juan Pablo I apareció la Lista Pecorelli, confeccionada por el abogado Mino Pecorelli denunciando a Cardenales masones dentro de la Iglesia.

Los nombres no fueron sorpresa para el padre Villa porque muchos de ellos estaban catalogados por él como masones.

Uno de los más notorios fue el modernista cardenal Joseph Suenens de Bruselas y otro el cardenal Achille Lienart.

El padre Villa denunció en la revista Chiesa Viva las reuniones entre representantes de la Iglesia y la masonería que tuvieron lugar entre 1966 y 1977, alentadas por Pablo VI.

El padre Villa falleció en noviembre de 2012 con 93 años.

Y su buen amigo y colaborador, Franco Adessa, escribió:

«Incluso si esta noticia nos causa tristeza, es una noticia maravillosa porque sus obras en la tierra están terminadas.

¡Podemos anunciarlo con alegría! Ha completado su compromiso de dedicar toda su vida a la defensa de la Iglesia de Cristo contra la Masonería Eclesiástica.

Y él ha pagado, por la Victoria de la Iglesia, con 70 años de persecución, lágrimas y oraciones.

¡Gloria a Dios que ha utilizado a esta Víctima para la Victoria de Su Iglesia! … ¡Esta es una Gloria de Dios!»

Fuentes:


cara de pilar zamara

Pilar Zarama, M.A. en Psicología, es una colombiana experta en temas del Anticristo y Últimos Tiempos.

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