¿En que se basa el Plan Masón?
¿Crees que la masonería y el catolicismo son compatibles?
¿Y crees que la masonería tiene una estrategia de infiltrarse dentro de la Iglesia Católica para cambiar su doctrina y alejarla de Dios?
¿Y que existe una masonería eclesiástica que actúa en las sombras dentro de la Iglesia?
Aquí hablaremos sobre estos temas con datos concretos y no opiniones, para que podamos comprender cuál es el plan general de los masones sobre la Iglesia y la sociedad en general.
Y para que nos saquemos de encima lo que nos quieren hacer creer, que todo esto es una teoría de la conspiración.
Hay más de 20 documentos pontificios de la Iglesia desde 1738 condenando a la masonería, como contraria al catolicismo, y ni uno sólo a favor.
El Código de Derecho Canónico de 1917 describía a la masonería como una organización que conspiraba contra la Iglesia.
Y el que lo sustituyó, el de 1983, mantiene la pena de excomunión para los católicos que se conviertan en miembros de las Logias Masónicas, según la declaración de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
¿Y de donde viene la incompatibilidad?
La masonería es una religión naturalista que mezcla el panteísmo, la gnosis y la autosalvación.
Según ex masones convertidos, cuyos testimonios se pueden encontrar en internet facilmente, en los primeros grados de la masonería se venera una divinidad incierta y nebulosa como el ‘Gran Arquitecto del Universo’.
Pero en los grados superiores esta divinidad se identifica como lucifer, o sea el adversario de Dios.
Al punto que cuando un masón logra ascender a lo más alto debe pisotear un crucifijo en el ritual.
El Papa Pío VIII en 1829, dijo que la masonería «es una secta satánica, que tiene al demonio como su dios».
Y su trabajo consiste en la perversión y subversión del orden divino de la creación y en la transgresión de las leyes dadas por Dios.
El Padre Pio decía que su misión número uno es la destrucción de la Iglesia Católica
Han sido innumerables sus ataques.
La masonería hizo un ataque furioso a las apariciones de Fátima por ejemplo.
La Logia masónica en Santarem, una ciudad vecina, marchó a Cova da Iría y procedieron a destruir el santuario improvisado con hachas, destruyeron la mesa, la imagen que habían puesto de Nuestra Señora y el supuesto árbol donde transcurrieron las apariciones.
Pero Lucía se sintió aliviada porque los masones habían cortado el árbol equivocado.
Se llevaron faroles, cruces y otras cosas más, y las mostraron en una procesión blasfema por las calles de la ciudad.
Y por la misma época San Maximiliano Kolbe estaba en Roma y presenció que los masones llenaron la ciudad con carteles, que mostraban al Arcángel Miguel derrotado en el suelo pisoteado por un lucifer triunfante.
Colocaron el estandarte negro de Giordano Bruno bajo las ventanas del Vaticano.
Y distribuyeron innumerables folletos donde decían que satanás gobernará en el Vaticano y el Papa le servirá con el uniforme de la Guardia Suiza.
En ese momento San Maximiliano concibió la idea de organizar una sociedad para contrarrestar la masonería, y fundó la Milicia de la Inmaculada.
Sin embargo el último Papa en escribir formalmente contra los masones fue Pío XII, a pesar que la excomunión sigue en pie según el último Código de Derecho Canónico.
¿Qué sucedió?
La clave la podemos encontrar en la Instrucción Permanente Alta Vendita de 1908, de la logia de los Carbonarios de Italia.
Éstos llamaron a la infiltración de la Iglesia para que los laicos, seminaristas, clérigos y obispos se imbuyeran gradualmente con los principios de la Revolución Francesa.
Y con el tiempo, esta mentalidad fuera tan generalizada que los infiltrados fueran ordenados, luego llegaran a ser cardenales y con el tiempo pudieran elegir a un francmasón para sentarse en la silla de Pedro.
Todo esto que hemos relatado hasta aquí es información documentada, no es una teoría de la conspiración.
Así que el ataque de los masones cambió de foco y de una confrontación frontal con la Iglesia pasó a su infiltración.
Lo que fue corroborado por la Lista Pecorelli, un documento que publicó el periodista Mino Pecorelli en 1978, quien fue encontrado muerto un año después en circunstancias extrañas.
Allí divulgó el nombre de 116 obispos y cardenales integrantes de sólo una logia de la masonería, con el nombre que tomaron en la logia, su matrícula y el año de ingreso.
Y para que tengamos una idea de hasta donde llegaron citaremos sólo tres nombres.
Jean Villot, fue Secretario del Estado Vaticano durante el pontificado de Pablo VI, o sea el equivalente a Primer Ministro.
Pio Vito Pinto, fue el decano de la Rota romana, o sea la Corte de apelaciones del Vaticano.
Annibale Bugnini, fue el principal reformador de la liturgia vaticana y el creador de la misa actual.
Pero no sólo la prueba de su pertenencia a la logia ha sido la pormenorizada Lista Pecorelli, sino que hay otras pruebas de que estos eclesiásticos estaban relacionados con la masonería.
El escritor y teólogo Dr. Taylor Marshall relata en su libro Infiltración el caso de Bugnini.
Dice que a mediados de la década de 1970, dejó sin querer un maletín en una sala de reuniones en uno de los departamentos curiales del Vaticano.
Y fue descubierto por un sacerdote que lo abrió para determinar su dueño.
Dentro del maletín había documentos que implicaban a Bugnini como francmasón o al menos demostraba alguna asociación con los francmasones.
Los documentos fueron debidamente llevados a Pablo VI, y después de dejar a Bugnini en el limbo durante varios meses y de negarse a volver a hablar con él, finalmente lo envió a Irán como pro-nuncio Papal en ese país.
Todo esto indica que existe realmente una masonería eclesiástica que opera desde adentro de la Iglesia para debilitar su poder y erosionar su doctrina.
Lo cual está en línea estricta con las profecías del libro del Apocalipsis en la Biblia, donde se habla de dos bestias.
La primera bestia negra del Apocalipsis, representa la masonería civil, la que será personificada más tarde en el anticristo.
Y la segunda, que parece un cordero, representa la masonería eclesiástica, que ha penetrado en el interior del templo, especialmente en la jerarquía.
Y será personificada más tarde en el falso profeta, que trabajará para que la humanidad le rinda veneración de culto al anticristo.
Incluso hay una profecía de San Francisco de Asís, que aparece en los archivos franciscanos, que habla de la asunción de un antipapa apóstata en tiempos de la tribulación.
Y el Padre Gabriele Amorth, hijo espiritual del Padre Pío, ha señalado que éste le dijo, «satanás ha entrado en el seno de la Iglesia, y en poco tiempo gobernará sobre una iglesia falsa»
Y Nuestra Señora le abundó al Padre Gobbi sobre la masonería dentro de la Iglesia.
Pero hay que tener en cuenta que la conspiración de la masonería no es sólo contra la Iglesia.
Hay un documento interno de la masonería de 1918, que el cardenal Felix von Hartmann envió al nuncio apostólico en Alemania, al arzobispo Eugenio Pacelli, que sería luego Pio XII.
Allí advierte a Roma contra el plan masónico detrás de la revolución que se estaba dando en Rusia, y que tenía como objetivo la destrucción tanto de las monarquías como de la Iglesia Católica.
En el documento se dice que el objetivo es establecer lo que llamaban una república mundial bajo el liderazgo del gran capital estadounidense, que en ese momento era el gran poder económico del mundo.
No hace falta ser muy astuto para darse cuenta que estaban hablando de un Nuevo Orden Mundial ya hace un siglo.
Y en el 2012 un alto masón dijo en el periódico Le Figaro abiertamente, que las leyes que legalizan la terminación de la vida al nacer, el llamado matrimonio entre personas del mismo sexo y la eutanasia, se prepararon en los laboratorios masónicos.
Entonces ¿qué podemos concluir con toda esta información?
Que la masonería ha trabajado desde el inicio para desmoronar a la Iglesia Católica y para crear un orden político y económico mundial a su medida.
Que su estrategia ha sido la infiltración, de modo que así como hay una masonería actuando en el área civil también hay una masonería eclesiástica.
Y que esto no es una teoría de la conspiración, sino que está avalado por documentos. No tengas duda.
Bueno hasta aquí lo que queríamos decir sobre el plan de la masonería para establecer un nuevo orden en la Iglesia y en el mundo económico y político.
Y que sus tentáculos llegan hasta hoy, encubiertos gracias a una forma de actuar en las sombras, ocultando sus objetivos e infiltrando las instituciones, como la Iglesia por ejemplo.
Y me gustaría preguntarte si crees que en tu país hay muchos sacerdotes y obispos masones, o que se han concentrado más bien en el Vaticano.
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