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PREPARÁNDONOS A LA NAVIDAD 

Mensajes a la vidente Gladys Quiroga de Motta

07-12-86
«Mis queridos hijos, en la Novena de este mes: Orad, id preparando vuestros corazones para recibir Navidad.
Benditos los que lo hagáis. ¡Esta Madre tiene tanto para daros, Amor, Gracia y Bendición!.
¡Venid, ved a la Madre, venid, ved a su Niño!.
Alabado sea mi Divino Hijo.»

09-12-87
«Mi amada hija: Dios, obra maravillas en sus criaturas. Así obró en Mí, Su Espíritu, al engendrar a Mi Hijo, Mi Unico Hijo, a quien acuné en Mi Purísimo Seno Maternal, durante nueve meses.
Este Hijo, que, como aquella noche en Belén, quiere ser hoy, recibido con humildad, pero también, con el amor que son capaces de dar los hombres.
En esta novena, deben prepararse los corazones; en la oración, en la confesión y en la Santa Comunión, para recibir debidamente, al Hijo de Dios.
Es ésta, la hora de demostrar el hombre, el amor a Cristo y de entregarse, por amor a Cristo.
Amén, amén.
Que este mensaje, llegue a todos tus hermanos.»

7-12-87
«Hija: Mi Corazón de Madre, latió siempre junto a Mi Amado Hijo, desde el momento mismo de la Anunciación. Mi Corazón, se inundó de dicha, el Día de Su Nacimiento, aún cuando su cuna, fue un pesebre en un pobre establo.
Mi Corazón, lo acompañó en Su predicación a sus discípulos, porque donde se encontraba Mi Hijo, estaba Mi Corazón de Madre.
Mi Corazón, se sobrecogió de dolor, cuando lo vi muerto en la Cruz; Mi pobre Corazón se angustia hoy, por las almas que se pierden, que permanecen ajenas al pedido de conversión, que hace Cristo Jesús a los hombres.
En todo momento estuve con El y como El, pido amor a los corazones.
Sí, que lo amen, con verdadera humildad y con sincero amor.
Amén, amén.»

10-12-88
«En esta novena: Preparaos para recibir a mi Niño, haciendo de vuestros corazones, pesebres, donde Mi Hijo, sea acunado con amor.
En la humildad, se prepara el corazón; en la humildad, se aprende a ser hijo de Dios.
A semejanza de vuestra Madre, adorad a Jesús, amad a Jesús.
Que las ofensas, la indiferencia hacia Cristo, sean aplacadas con la oración.
No están los hombres abandonados de Dios, sino Dios, abandonado de los hombres. Amén. Amén. Sea ésto, profundamente meditado.»

 

PREPARARNOS EN LA ORACIÓN, LA CONFESIÓN Y LA SANTA COMUNIÓN

La Virgen María en su mensaje del 9/12/87 nos dice que «deben prepararse los corazones; en la oración, en la confesión y en la Santa Comunión, para recibir debidamente, al Hijo de Dios».

Con respecto a la oración la Santísima Virgen nos dice:

08-07-88
Veo a la Santísima Virgen. Me dice: «Gladys, muchos se preguntarán de mi insistente pedido de oración. Te diré: La oración, ayuda al cristiano a meditar, lo saca de la prisa con que anda por el mundo y lo hace ir de prisa hacia Dios. Hace que profundice en el corazón y lo detiene en Dios, para que pueda escuchar a Dios. En la oración, el sediento de Dios, apaga su sed; el débil se fortalece y el orgulloso se vuelve humilde. Es que en la oración el alma se pone en presencia de Dios. Deben mis hijos crecer en oración y crecerán en amor a Dios. Amén, amén.»

El Sacramento de la Reconciliación, confesión, es fundamental para la vida del cristiano. Cuando nos vamos olvidando de este sacramento vamos perdiendo la noción de pecado. Volvamos a darle la gran importancia que tiene esta fuente de gracia y de divina misericordia. María nos dice:

03-11-84
«Hijos míos, el Señor se presenta ante vosotros de manera que podáis pedir, confiar en El y entregaros a El. Sería inútil si no fuera así, por eso os llevo a la Iglesia. Allí debéis volcar cualquier opresión, que padezca vuestro corazón en una confesión, donde quedará vuestra alma tan pura, que sentiréis que Cristo Jesús habita en ella. Para esto sirve la Iglesia, por esto es necesario acudir a ella, ahí está el Señor.
Gloria a Dios.»

La importancia de la Santa Comunión nos la explica la misma Madre del Cielo:

15-09-84
«Amados hijos valorad la Santa Misa, todo buen cristiano debe obligarse a participar de la Sagrada Cena, en la Santa Misa diaria o por lo menos una vez en la semana. Es en ese momento en el que mi adorado Hijo os transmite el Amor al Padre y la salvación eterna. Es también, donde podéis recordar que Cristo Jesús se ofrece, en obediencia absoluta a Dios Padre y confiando plenamente en El. Un gran ejemplo que debéis imitar, os invito a que os hagáis un deber comulgar, mas un deber con un gran amor hacia el Señor…»

09-06-85
«En la mañana la Virgen me dice: En la Santa Misa, no sólo se recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo simbólicamente, Cristo Jesús está presente y se ofrece verdaderamente. Que todos mis hijos vean en la Comunión al Salvador, que sientan esa íntima comunicación con Cristo y que Cristo entra en ellos. Hijos, apreciad también el tesoro incalculable que pone a vuestro alcance el Señor…«

 

MARÍA NOS CUENTA EL NACIMIENTO DE JESÚS

23-12-84
«Vosotros recordáis el nacimiento de mi adorado Hijo con amor, con mucho más amor lo recuerdo Yo, que nació de mis entrañas, sin saber el dolor que me esperaba y sin conocer su gran Cruz.
Con todo mi sufrimiento jamás dude del Amor de Dios, jamás me sentí desamparada, porque me hizo comprender, que a pesar del pecado del hombre, de las ofensas del hombre hacia Dios, El no lo abandona, por el contrario, dio en Cristo su respuesta de Amor, de eterno Amor.
Hijos míos, tenéis que recibir al Señor, cuando vuestro corazón sienta que llega, no lo rechacéis.
A Navidad la deberéis llevar siempre dentro vuestro, ya que es la llegada del Salvador, de vuestra salvación.
Aleluia.
Quiera Dios haceros ver en profundidad su Amor.»

23-12-85
Veo a la Santísima Virgen y me dice, muy suavemente: «Hija, hoy te revelaré el nacimiento de mi amado y dulcísimo Hijo.
Salió de mi vientre, de la misma manera que fue introducido, quiero decir, sin ser tocado.
Nació impulsado por el Espíritu del Señor Todopoderoso. No sentí ningún dolor, sólo sentí que mi vientre se abría y se cerraba, mas fue sólo una sensación, porque no me quedó rastro alguno, quedando Yo intacta como antes.
Ese fue su maravilloso nacimiento, por la Gracia de Dios Padre.
Amén.»

04-10-86
«¡Hija, no sabes cuántos padecimientos sufrimos con mi esposo José! Tan pobres de amigos y de abrigos para cobijarnos, sólo nos acompañaba la intemperie y luego, ese establo que se convirtió en cuna para mi Hijo y asilo para nosotros.
Esa noche, que se perfilaba triste y silenciosa, fue para José y para Mí, la más hermosa; también lo sería para el mundo, ya que ahí nacía el Salvador de los hombres, el Justo entre los justos y el Señor por sobre todo.
Ora mi querida hija, para que el mundo lo conozca, porque a pesar de todo, de los siglos, no es conocido el Señor y mientras esto no ocurra, padecerá el hombre.
Tristre fin se procura éste, siendo que Dios tiene reservado para el cristiano, un hermoso despertar, un comienzo de vida nueva con Cristo y en Cristo.
Alabado siempre sea el Señor.»

  

MENSAJES DE NOCHEBUENA

24-12-83
«Hoy vosotros, la familia cristiana, celebráis la venida del Mesías; eso me llena de gozo, pero más sería mi alegría, al saber que todos los días de vuestra vida, de aquí en más, os acordaréis del Señor. El sabe de vuestras necesidades y en su justa medida; dad vuestra vida por El como El dio la suya por el mundo. Benditos sean los que están con el Señor.
Leed: Salmo 18, 3-4; Salmo 86, entero.»

24-12-84
«Vuestra relación con Dios la debéis mantener siempre en una total armonía. Pobres los hijos que no deseen hacerlo, sus corazones son semejantes a piedras.
Entended, mi boca habla para que entendáis, quiero que este día, en que la generosidad de Dios se ofrece, lo aprovechéis para purificar vuestros espíritus.
Gloria al Altísimo.»

24-12-85
Estaba yo rezando una decena del Santo Rosario, cuando llego al Gloria veo a la Santísima Virgen sola.
Siento su voz acompañándome en la oración, en actitud de súplica con sus manos juntas, mirando hacia abajo, rezando lentamente, al mismo ritmo que yo.
Luego me dice:
«Sí hija mía, así se debe orar, sin prisa, meditando. Es corto todo el tiempo para glorificar a Dios, entonces, alabadlo sin descanso.
Bendito el Señor del universo.»

24-12-86
«Acompañadme en esta Santa Noche con vuestra oración, recordad conmigo el nacimiento de mi amado Jesús.
Humilde nacimiento, mas no carente de amor, ya que con mi esposo José le dábamos todo nuestro amor, desde ese momento y para siempre.
Hijos míos, entregad con vuestra oración, también vuestro corazón.
Aleluia.»

24-12-87
«Digo a mis hijos: Adorad conmigo a Mi Niño, permaneced juntos conmigo en esta Nochebuena, orando, no permitiendo que nada se interponga entre El y vosotros.
Prometed amarlo, hoy y siempre y recibiréis la Bendición del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Gloria al Salvador.»

24-12-88
«Hija mía: Ya estáis en espera de la llegada de Mi Niño y así como estoy Yo, junto a vosotros, así los quiero juntos Conmigo en esta Noche de Júbilo, Noche de Amor y de Paz.
Fueron las nuestras, horas de la más Dulce Espera, en ese crudo invierno.
El frío nos traspasaba a José y a Mí; estábamos despojados de toda comodidad; pequeño era nuestro equipaje, muy escaso nuestro abrigo.
En ese pobre ambiente Nació Jesús, pero en una deliciosa Paz.
En los primeros momentos, envuelto en unos pañales y un Sayal, fue colocado por Mí, en el Pesebre, luego lo acuné entre Mis brazos.
A El, le bastaba tan sólo Mi calor Maternal.
Fue allí Adorado por primera vez por José y por su Madre.
Nació pobre pero rico en Amor, porque grande es el Amor que encierra Su Corazón.
Hija, crudo es el invierno para muchas almas, para aquellas que se han rebelado contra Dios.
Es por eso que pido a todas las almas: Oración para reparar las graves ofensas que a El, le son inferidas.
Gloria al Salvador.»

24-12-89
«Velad Conmigo, en esta Noche tan importante para la humanidad.
Velad Conmigo, y junto a José, mi esposo que, ante cada rechazo, ante cada puerta que se cerraba, más unidos nos encontrábamos.
Frente a tanto hermetismo, frente a tanta frialdad, Nació Mi Niño, contando sólo con nuestro Calor, con nuestro Amor. Es por eso que pido hoy: Velad Conmigo junto a Mi Hijo, Adorándolo, respondiendo con amor, al Amor de Jesús.
Mi Corazón de Madre, no sabe de rencores, no sabe de soberbia, sólo sabe de Amor. Amor hacia los que se rebelan; Amor hacia los corazones aún endurecidos y cerrados.
No quiero hielo en los corazones, quiero amor. El Corazón de Jesús, reclama amor.
Las Glorias sean al Salvador.
Predícalo a todos tus hermanos.»

25-12-84
«Hijos míos, abrid vuestros ojos y levantad la mirada, que aquí está vuestra Madre. Quien descubra mi Corazón en El se verá reflejado.
Que el Espíritu del Señor os acompañe eternamente, rogad para que así sea.»
Veo una antorcha, la llama es rosada y alrededor celeste.
La Virgen me dice: «Hija, ya mi llama no se extinguirá, porque es la llama del Amor. Amén. Amén.»

25-12-85
«Hijos míos: Recibid este día jubilosamente.
Id haciendo crecer a Jesús dentro de vuestros corazones, con infinito amor, con ese infinito Amor que El siente por vosotros.
Os lo pido.
Gloria al Señor.»

25-12-86
«Celebrad con esperanza, con fe y con alegría este día.
Uníos a esta Madre; que éste mi gozo sea vuestro gozo, que junto a María despertéis, que junto a María reviváis, que el Mensaje de María no se diluya y en vosotros, mi amor quedará encendido.
Mi dulce y adorado Hijo alumbrará a este mundo en tinieblas.
La Madre os lo dice.
Amén, amén.»

25-12-88
«Es éste, un día de regocijo y de bienestar espiritual.
El Amor de Cristo, alcanza a todos los hombres; recibidlo con la oración por El, esperada.
Contra el desprecio, El, da Amor; contra la blasfemia, El, da Amor; contra la injusticia, El, da Amor.
Combatid también vosotros con Cristo, dando amor a manos llenas.
Vino Jesús al mundo por Amor y Su Segunda Venida será también por Amor, para Gloria Suya.
Abrid vuestros corazones y dejadlo entrar.
Aleluia.
Hazlo conocer hija mía.»

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