La creación envió fuertes mensajes en el momento de la muerte de Jesús.

Se produjeron hechos claramente sobrenaturales coincidentes con ese momento.

Y no fueron mensajes solamente para hacer notorio que allí había pasado algo importante.

Sino que cada milagro nos trajo un mensaje bien claro.
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Porque Dios no hace milagros por puro exhibicionismo, sino para comunicar un mensaje específico.  

Pero hay un quinto milagro que a veces pasa desapercibido, que es el derramamiento de la gracia entre quienes presenciaron los eventos.

   

LOS MILAGROS TESTIMONIADOS POR LA BIBLIA

La muerte de Jesús en la cruz puede tomarse desde varios ángulos.

Desde el ángulo humano muestra una escena de dolor y sufrimiento más allá de nuestra comprensión.

Y además un enorme error judicial al condenar a un inocente.

Pero había un propósito divino en la crucifixión de Jesús.

Que fue cargar sobre sí todos los pecados del mundo para redimir a la raza humana del pecado original.

Se trata de un evento tan importante como la creación del ser humano por parte de Dios. Es como una segunda vida.

Y por eso es razonable que la muerte de Jesús en la cruz fuera acompañada por eventos sobrenaturales en la naturaleza.

Las escrituras cuentan de 4 eventos que sucedieron en ese momento de la muerte de Jesús.

A las 3 de la tarde se oscureció el cielo lo que algunos expertos adjudican a un eclipse de sol.

Cuando Jesús dijo que todo estaba consumado y abandonó su espíritu, se rasgó el velo del templo.

Se produjo un terremoto.

Y ese terremoto abrió tumbas y aparecieron cuerpos resucitados de santos.

Estos milagros llevaron a la comprensión de a quién se había crucificado y que consecuencias tenía este hecho.

Un centurión dijo según Lucas 23: 47 “ciertamente este era nombre justo”.

Y según Mateo 27: 54 dijo “verdaderamente éste era el hijo de Dios”.

Y Lucas 23: 44 relata que la multitud viendo lo que habían hecho se golpeaba el pecho, y regresaron a sus casas seguramente tristes, horrorizados y con remordimiento.

No sólo los presentes estuvieron frente a la ira de Dios, por lo que es razonable que hubieran sentido miedo.

Sino que también presenciaron las manifestaciones indicadoras de que había muerto una persona divina.

Y que probablemente fuera el hijo de Dios, como Él mismo proclamó durante su ministerio.

O sea que estos eventos agregaron credibilidad al ministerio de Jesús.

Y la comprensión de esto es la gracia derramada por Dios, porque no atribuyeron los cuatro eventos a causas naturales sino que comprendieron el mensaje y comenzaron un proceso de conversión.

Veamos cada uno de los hechos sobrenaturales acaecidos.

    

LA OSCURIDAD SOBRE LA TIERRA

Jesús fue colocado en la cruz a las 9 de la mañana según Marcos 15:25.

Y según Mateo 27: 45 vinieron tinieblas sobre la Tierra desde el mediodía hasta las 3 de la tarde, que es la hora de la expiración de Jesús.

Cuando se habla de Tierra es posible que se esté refiriendo a la región y no a todo el planeta.

En el Antiguo Testamento la oscuridad tiene el significado de juicio.

La novena plaga del Éxodo fue la oscuridad sobre la Tierra y luego vino la muerte de los primogénitos.

O sea que la oscuridad precedió a la muerte en el Antiguo Testamento, de la misma forma que la oscuridad en la Tierra precedió a la muerte de Jesús.

Esto significa que Jesús soportó el juicio de Dios sobre nuestros pecados, lo que se infiere en Gálatas 3: 13, 2 Corintios 5: 21, 1 Pedro 2: 24.

Lo cual se contrapone al nacimiento de Jesús, porque cuando Él nació el cielo nocturno se iluminó y Lucas 29 dice que la gloria del Señor brillo alrededor.

Además Jesús hablo en su ministerio que era la luz del mundo.

Por lo tanto es razonable que su muerte fuera acompañado de oscuridad.

Orígenes y Tertuliano mencionan este oscurecimiento y hay un informe de Pilato al emperador Tiberio informando de la oscuridad generalizada.

Pero otros sugieren que el oscurecimiento de Dios arrojó un velo sobre los sufrimientos de Cristo para cubrir la deshonra de su hijo.

Esta oscuridad instauró un reino momentáneo del silencio, el asombro y el horror por el acto cometido.

La atención estaba centrada en la agonía del hijo de Dios que se iba profundizando, acompañado por su soledad y aislamiento.

Sobre el fondo negro de la oscuridad la imagen que resaltaba era la de Jesús, que nunca fue más agradable al Padre como en ese momento, porque había entregado voluntariamente su vida para la redención de los humanos.

Pero complementariamente Isaías 53 dice que los ojos del hombre depravado no vieron los misterios de ese sufrimiento a pesar que Él fue traspasado por nuestras transgresiones.

De modo que hace una separación entre la paja y el trigo; algunos vieron y entendieron el mensaje y otros no.

    

EL VELO DEL TEMPLO SE RASGÓ

Mateo 27: 51 dice que el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.

Esto sucedió en el momento en que Jesús murió en la cruz y entregó su espíritu.

Según el Talmud el velo tenía 18 m. de largo y 9 m. de ancho, con un grosor de 10 cm.

Y estaba compuesto de 72 cuadrados tejidos de tela gruesa.

El velo en el templo de Jerusalén separaba el espacio de Dios santísimo del espacio del hombre depravado.

Allí se guardaba el Arca del pacto.

Nadie se atrevía a entrar excepto el sumo sacerdote el día de la expiación.

Quien levantaba una esquina de la pesada cortina y entraba llevando la sangre del sacrificio que rociaba en el propiciatorio y hacía súplicas por el pueblo de Israel.

Este sacrificio se tenía que hacer todos los años debido a la debilidad del concepto de expiación que tenían los judíos.

El que el velo de esas características se rasgara de arriba abajo implica un hecho sobrenatural, ajeno a la mano humana.

Como si la gran mano de Dios lo hubiera destrozado.

En el momento del desgarro del velo el templo estaba lleno de fieles, incluyendo sacerdotes y peregrinos, que estaban celebrando el sacrificio de la Pascua.

Los sacerdotes estaban del otro lado del velo ocupados en sus deberes sacerdotales.

Y Hechos 6: 7 dice que muchos sacerdotes se hicieron obedientes a la fe.

Todos los que allí estaban presenciaron la verdadera destrucción del templo, que en términos físicos sucedió 40 años después, en el año 70 después de Cristo.

La destrucción simbólica del templo con la muerte de Jesús fue porque los sacrificios dejaron de tener valor cuando el velo se rasgó en dos, ya que el santo de los santos quedó expuesto a todos.

Pero aun así los sacerdotes continuaron haciendo sus sacrificios a pesar de este mensaje.

Y tuvieron que ser los romanos en el año 70 que terminarán con los últimos rastros del templo.

En Hebreos 9: 11 se explica esta situación cuando dice que Cristo vino como sumo sacerdote de los bienes futuros con el tabernáculo mayor y más perfecto no hecho con manos humanas.

Y no con la sangre de cabras y becerros sino con su propia sangre entró en el lugar santísimo de una vez por todas para obtener la redención eterna.

O sea que la muerte de Jesús abrió todo el templo para todos los humanos, sacerdotes y no consegrados.

Hay otros expertos bíblicos que agregan que el significado del rasgado del velo fue derribar la cortina que separaba a los judíos de los gentiles.

Significando que el camino a Dios se había abierto para todas las personas a través de Cristo.

A partir de ese momento Cristo es el único camino hacia Dios santísimo para todos los que crean en Él.

Hebreos 10: 19 dice que ya tenemos confianza para entrar en el lugar Santo, por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que Él inauguró.

De modo que el velo de alguna manera era su carne que se rasgó, y a través de ella podemos alcanzar a Dios.

    

LA TIERRA TEMBLÓ

En el momento en que Jesús murió y se rasgó el velo se produjo un terremoto, donde la Tierra tembló y las rocas se partieron, según Mateo 27: 51.

El temblor de la Tierra también es un signo de la presencia de Dios.

Cuando Dios se apareció a Moisés en el monte Sinaí la montaña tembló violentamente, según Éxodo 19: 18.

Y cuando se apareció a Elías en una montaña, después de un fuerte viento que hizo pedazos las rocas, sucedió un terremoto, según 1 Reyes 19: 11.

En los salmos hay varias menciones de terremotos.

Isaías hablo de que el Señor castigaba su pueblo a través de los terremotos (Isaías 29: 6).

Jeremías dijo qué Dios manifestará su irá sobre las naciones haciendo temblar la Tierra (Jeremías 10: 10).

Y en el Apocalipsis dice que las montañas y las Islas serán sacadas de lugar (Apocalipsis 6: 13-14)

De modo que además de que los terremotos denotan la presencia de Dios, son el signo de su ira y de su juicio.

Los terremotos eran comunes en Palestina pero muy difícilmente podemos considerar a éste como un terremoto ordinario, porque sucedió en medio de un eclipse y cuando expiró Jesús en la cruz.

Son demasiadas coincidencias

Pero además el terremoto trajo otro hecho sobrenatural aún más impactante.

    

LAS TUMBAS SE ABREN Y LOS MUERTOS RESUCITAN

Según Mateo 27 51- 53,

“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron.

Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de los santos que habían dormido se levantaron, y saliendo de los sepulcros después de su resurrección entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos”.

No lo menciona Mateo, pero probablemente las tumbas se abrieron como resultado del terremoto.

Y fue un milagro mayor que el propio terremoto luego de que el velo del templo se rasgara.

Este es un claro signo de la victoria de Jesús sobre la muerte.

Y muestra un anticipo de lo que vendrá en el final de los tiempos donde, según 1 Tesalonicenses 4: 16, los muertos en Cristo resucitarán.

Entonces no sólo la Tierra se ensombreció ante la muerte sacrificial de Jesucristo, sino que destruyó para siempre los sacrificios del templo y nos entregó la promesa de nuestra resurrección.

Porque en realidad que las tumbas se abrieran no fue el milagro, sino el milagro es que los cuerpos de los santos volvieran a la vida.

Y es también una demostración de que a pesar de la muerte de Jesucristo y de la muerte de los bebés en Belén, satanás no puede detener la resurrección.

El mensaje es que la muerte ha sido derrocada.

Y que las tumbas no son suficientes para mantener aquellos a quienes Dios quiere liberar y darles vida en el lugar en el que pertenecen, o sea al lado de Dios.

Por eso el texto dice que resucitaron los santos y no que resucitaron todos. Son los muertos antes de su crucifixión que habían creído en Él.

Porque la pena del pecado ya no tiene control sobre los redimidos.

Y estos muertos no sólo resucitaron saliendo de su sepulcro sino que entraron en Jerusalén y se aparecieron a muchos, luego de la resurrección de Jesucristo.

La escritura no nos Informa el estado de estos cuerpos.

Tal vez no hayan sido cuerpo finales luego de la resurrección, sino cuerpos naturales re vivificados.

Y la escritura dice que hay muchos testigos de ellos.

  

EL QUINTO MILAGRO: LA CONVERSIÓN DE LOS INCRÉDULOS

La Biblia describe claramente estos cuatro milagros sobrenaturales que sucedieron durante la muerte de Jesús.

Pero hay un quinto milagro sobrenatural que se relaciona con el cambio de corazón y la conversión de los que participaron en la crucifixión y de los que la presenciaron.

La vida de ellos comenzó a ser cambiada porque empezaron a darse cuenta quién era Jesús.

Lucas retiene este momento,

“Y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: ‘Padre, en tus manos pongo mi espíritu’ y, dicho esto, expiró.

Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: ‘Ciertamente este hombre era justo”.

Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho (Lucas 23: 46-48).

Algunas traducciones de la Biblia cambian la palabra hombre justo por hijo de Dios. Y también la expresión golpeándose el pecho por profunda tristeza. Son sinónimos.

Durante 6 horas los oficiales romanos y el pueblo de Jerusalén había visto y escuchado desde el juicio de Jesús pasando por su flagelación hasta su crucifixión y muerte.

Los soldados romanos lo habían flagelado y crucificado materialmente, y hasta se habían sorteado sus ropas.

Y el pueblo de Jerusalén lo había mandado a la crucifixión al elegir que liberaran a Barrabás en lugar de a Jesús, como dio la opción Pilato.

Pero luego de esos sucesos vieron los cuatro eventos sobrenaturales que describimos.

Podrían haber pensado qué esas fueron cosas naturales, una casualidad que no tenía relación con lo que había pasado allí en las últimas 6 horas y tampoco una advertencia del cielo.

Y así irse tranquilos a sus casas y no sentir remordimiento.

Sin embargo el centurión sintió que habían crucificado al hijo de Dios.

Y la población de Jerusalén se retiró del lugar pensando que se había hecho una injusticia y probablemente con el sentimiento de haber crucificado al mesías esperado.

De modo que el quinto milagro de Jesús fue el cambio de corazón, la conversión de los incrédulos.

En Juan 12 32 aparece que Jesús dijo “cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”.

Esta máxima se comenzó a cumplir en el calvario y luego siguió con la conversión de San Pablo en el camino a Damasco y lo que vino después hasta nuestros días.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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