Los católicos fieles rezaron afuera el rosario mientras se producía el sincretismo dentro de San Sulpicio.
Ocho de cada 10 habitantes del mundo tienen alguna religión.
Y 7 de cada 10 de los que tienen alguna religión son cristianos o bien musulmanes.
De modo que una religión mundial única debe contar con la participación sí o sí, de las expresiones más numerosas del cristianismo y del islam.
Y una religión que sintetice ambas, con doctrinas diferentes y en muchas partes antagónicas, necesita que ambas abandonen parte de sus creencias.
Y reconozcan a la otra como una expresión genuina de la palabra de Dios.
En febrero de 2022 hemos visto cómo una importante catedral de Francia hizo una declaración unilateral de esa afinidad, al invitar a sacerdotes musulmanes a proclamar su palabra desde el altar católico.
Aquí hablaremos sobre lo que sucedió en ese evento, que significa respecto a la pretensión católica de que es el único medio de salvación, y cómo se cumplen las profecías del abandono institucional de la fe cristiana.
Cuando San Patricio era un anciano y la que luego sería la gran mística Santa Brígida de Kildare, una niña, le contó un sueño para que el obispo irlandés lo interpretara.
Le dijo,
«Vi una asamblea de personas vestidas con vestiduras blancas; y vi arados y bueyes y maíz, todo blanco, e inmediatamente se pusieron todos manchados, y después se pusieron todos negros».
Entonces San Patricio le interpretó que «la blancura pertenecía al estado de Irlanda en ese entonces; porque todos los servidores de la Iglesia eran fecundos en la fe y en las buenas obras, según la doctrina del evangelio».
«Las cosas que fueron manchadas pertenecían a la generación venidera, que sería pura en la fe, pero manchada por las malas obras».
«Y la negrura, era la época de las siguientes generaciones, cuando el mundo sería profanado, no sólo con malas obras, sino con la renuncia a la fe cristiana».
Y en un tono similar cuenta Ana Catalina Emmerich la visión que tuvo de la demolición de la Iglesia desde adentro.
Una expresión de esa destrucción de la Iglesia desde adentro, la hemos visto el 6 de febrero de 2022, en la segunda catedral más importante de París, la Iglesia de San Sulpicio.
El párroco de la Iglesia, naturalmente con el permiso del Obispo, realizó un encuentro musulmán cristiano, en el que los musulmanes cantaron suras del Corán desde el altar de la Iglesia.
Se mostró unilateralmente al catolicismo, como una religión más, que está apostando por el ecumenismo como forma religiosa independiente, antes que por la evangelización con el contenido que predicó Jesucristo.
Llegó al punto que mientras se prohíben expresiones genuinamente católicas como la misa tridentina en la Iglesia de Sulpicio, sea perfectamente lícito que los musulmanes se suban al altar de la Iglesia y proclamen las verdades de otra religión.
Que no sólo no cree que Jesús sea el salvador, sino que afirma además que Él vendrá al final de los tiempos a convertir a los cristianos al islam por la fuerza.
Mientras que la Biblia dice, que el que niega que Jesús sea el Cristo el mesías, no sólo es un mentiroso, sino un anticristo, 1 Juan 2.
Es poner al catolicismo en una dirección inversa a la dirección principal que indicó Nuestro Señor, porque Él no dijo «vayan por el mundo y reúnanse con otras religiones para mejorar el planeta».
Sino dijo, vayan por el mundo y prediquen el evangelio.
En concreto, «Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado», Mateo 28.
O sea que conviertan a todos a las enseñanzas de Jesús, incluyendo a los integrantes de otras religiones.
Con esto no queremos significar que no hay que practicar el ecumenismo, porque hay que llevarse bien con los vecinos y coordinar lo que se pueda.
Pero las escrituras en las que se basa el catolicismo son claras, dicen,
«Si alguno viene a vosotros rechazando el evangelio, no lo recibáis en vuestra casa», 2 Juan 1.
Y el Código de Derecho Canónico en el numeral 1234 dice que,
«En los santuarios, los medios de salvación deben ser provistos más abundantemente a los fieles, por la proclamación diligente de la palabra de Dios»
¿Es el Corán la palabra de Dios y el islam un medio de salvación para poder ser proclamado en un lugar católico sagrado?
Una Iglesia Católica es un lugar sagrado, en que debe haber un extremo cuidado para conservar la pureza, cuando se celebra misa se abre una ventana al cielo y Dios se hace presente realmente.
Por eso, cuando hay algún sacrilegio, las autoridades celebran misas de reparación.
Y es la razón por la que algunos sectores católicos están pidiendo que se celebre una misa de reparación, por el sacrilegio de que sacerdotes musulmanes proclamaran la fe musulmana desde el altar católico.
El evento del 6 de febrero de 2022 en San Sulpicio, fue para celebrar la Jornada Mundial de la Fraternidad Humana, y tenía como centro a la Virgen María, a quien, según afirman los organizadores, los musulmanes tienen una gran veneración, siendo la única mujer mencionada en el Corán, preservada del pecado desde su nacimiento, modelo de fe en Dios y madre de Jesús.
El Corán incluye una historia de la Anunciación, donde el ángel Gabriel se aparece a una joven virgen, María, para decirle que milagrosamente dará a luz a un hijo, que será una señal y una misericordia dada al mundo por Dios.
Sin embargo esta descripción que da el organizador desinforma a los católicos, porque no dice que los musulmanes no creen que Jesús sea Dios, además ellos creen que él es un musulmán.
Y creen que Mahoma está en el paraíso casado con la Virgen María y realizando actos, digamos íntimos con Ella.
El arzobispo Fulton Sheen creía que la figura de la Virgen María era el nexo para llegar a los musulmanes, pero apuntaba a la evangelización y no a la confraternidad.
Además hay suras del Corán que maldicen a los judíos y a los cristianos por rechazar al islam, y eso es parte de su religión.
Los musulmanes están en todo su derecho de pensar lo que deseen, de tener la estrategia que les conviene más para hacer crecer su religión, incluso a expensas del catolicismo, y de buscar la manera de neutralizarlo para que no le quite conversos, es parte de su estrategia política.
Pero los católicos deben tener cuidado, si ves los dientes del león no creas que te está sonriendo.
¿Este evento en San Sulpicio significa un paso más, hacia la creación de una nueva religión ecuménica y un paso más hacia el abandono de la actual?
De hecho, durante más de medio siglo hemos visto que la influencia de la religión católica se ha hecho cada vez más débil en occidente.
Desde que los progresistas de la década de 1970, intentaron reconciliar la iglesia con el mundo, en lugar de afianzar su papel de salvadora del mundo.
¿Y cuál ha sido el resultado objetivo?
Que el catolicismo ha desaparecido de la mente de los hombres en occidente.
Pensaron que volviéndola más parecida a los valores del mundo atraería a más personas.
Entonces quedaron atrás los ritos sagrados, la pureza litúrgica y los misterios sobrenaturales que subyugaban a los humildes, y les hacían soñar con el cielo, con la felicidad eterna junto a Dios.
Y también quedó atrás el aura intelectual de la Iglesia, experta en sabiduría y sostén moral del mundo, que tenía algo original para decirle al mundo.
Sin embargo hoy pocos escuchan genuinamente lo que tiene que decir la Iglesia Católica, porque ha optado por sumar su voz a las propuestas de los poderes del mundo.
Ha optado por proclamar ante todo, la importancia de las migraciones, de precaverse del cambio climático, de dar consejos sobre la salud, en lugar de cumplir la misión para la que fue creada, evangelizar al mundo.
¿Cuanta distancia hay entre lo que propone para el mundo la ONU, de lo que proponen nuestros obispos?
Algunos dirán que su misión es agregar a Dios en la agenda 2030 de la ONU.
¿Pero de qué Dios están hablando?
¿Del Dios lavado y mutilado, que considera a todas las religiones más o menos iguales y que para eso tiene que abdicar de parte de su doctrina, para coincidir con el de otras religiones?
¿El Dios que se mostró en la celebración ecuménica de San Sulpicio?
En resumen, la idea de que la Iglesia y sus ministros iban a pasar por una gran apostasía en el futuro, es casi unánime en las profecías católicas a través de los tiempos.
De modo que no nos deben asombrar los signos que muestran el abandono de la fe que Jesucristo enseñó a los apóstoles.
Pero sí podemos señalar dónde se encuentran esos signos y por qué.
La celebración ecuménica en la iglesia de San Sulpicio del 6 de febrero de 2022, es más que un acto de buena vecindad entre religiones o de coordinación para hacer un frente común ante temas puntuales.
Ha sido una declaración unilateral de que la Iglesia Católica está dispuesta a aceptar rebajar su doctrina, para hacerla compatible con una religión común con los musulmanes, el viejo sueño de la religión única universal.
Quiera Dios que se trate solamente de una equivocación del obispo y no de algo que comprometa a toda la Iglesia.
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre los signos peligrosos de la celebración ecuménica católico musulmana en la Iglesia de San Sulpicio.
Y me gustaría preguntarte si crees que esta celebración es una iniciativa sólo del obispo de París o que muestra el sentir de la mayoría de los obispos del mundo.
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