El Gran Plan Divino Para Transformar la Humanidad revelado a Luisa Piccarreta.

¿Cuál es el Plan de Dios para nuestros tiempos?

¿Por qué Dios está permitiendo que el mal aumente? 

¿Cómo superaremos estos tiempos turbulentos de manera segura? 

Dios tiene preparado una Nueva Gracia, que la ha comunicado a través de Luisa Piccarreta.

La cual es el destino final de la humanidad, que nos conducirá a un reino parecido al que vivieron Adán y Eva antes de la caída.

Podemos aceptar esa Nueva Gracia desde ya y conducir nuestra vida conforme a la misericordia de Dios.

O podemos enfrentarnos a Dios y no aceptar esa Nueva Gracia, con lo cual no tendremos cabida en el mundo venidero, porque todo girará en términos de esa Gracia.

Aquí explicaremos cual es esa Nueva Gracia, cómo acceder a ella y qué sucederá si no la aceptamos.

Y hablaremos también sobre cómo Dios está en proceso de establecer esa Gracia en el mundo. 

Los mensajes que Luisa Piccarreta recibió de Jesús indican que hay tres intervenciones divinas o fiat en el Plan de Dios: 

El fiat de la Creación 4000 años antes de Cristo.

El fiat de la Redención hace 2000 años con Cristo.

Y ahora el fiat de la Santificación, que está a punto de ocurrir en esta generación, y entraremos en la Era de Paz.

Ya sea que estemos hablando de las profecías de Fátima, Akita o Luisa Piccarreta, el gran plan revelado en todas estas apariciones es prepararnos para la nueva época del establecimiento universal de la Divina Voluntad.

Todo lo cual está contenido en las Escrituras.

A través de ellas, Dios indica que la batalla final y la purificación apocalíptica del Libro del Apocalipsis han comenzado.

Y deben continuar porque la humanidad no ha respondido a Sus advertencias de regresar a Él, rechazar el pecado y vencer el mal.

Con la excepción de un pequeño resto fiel, estamos perdiendo esta batalla. 

Jesús nos dijo a través de Luisa que la purificación venidera es necesaria, y que Dios la producirá para el bien de quienes lo aman. 

Porque la sociedad ha construido una civilización sin Dios, como una nueva Babel y Sodoma, contraria a Su Ley.

Ha justificado todas las formas del mal y de pecado, hasta el punto de invertir lo bueno con lo malo.

Se dejó seducir por el materialismo, el odio, la violencia, el placer y la impureza. 

Satanás ha engañado a todas las naciones de la Tierra con odio, división, injusticia y guerra. 

Pero Dios quiere salvar a la humanidad, y por eso está en proceso de purificar drásticamente el mundo como lo profetiza el Libro del Apocalipsis.

Y nos está diciendo de antemano todo lo que va a suceder, y nos ha dado el camino seguro hacia la victoria, a través de la revelación de una Nueva Gracia.

¿Y cuál es la nueva gracia?

Jesús nos revela en el Padre Nuestro que estamos llamados a encontrar plenitud al desear la Santa Voluntad de Dios, cuando oramos: Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo.

Y Él reveló a través de Luisa Piccarreta, que no se trata simplemente de seguir la Voluntad de Dios, sino de vivir en la Voluntad de Dios mismo.

A través de esta Nueva Gracia, Dios penetra nuestra voluntad con Su Divina Voluntad, para que seamos completamente colmados de Sus bienes, dándonos gozo y felicidad sin límites.

Al comenzar a vivir en la Divina Voluntad, podrás entrar al nuevo Reino mismo, por tu propia voluntad.

Y ayudar a cristalizar el Reino de la Divina Voluntad en la Tierra como lo es en el Cielo, lo que traerá la Nueva Era Paz al mundo.

Esto provocará una transformación como el mundo nunca ha conocido.

Jesús le dijo a Luisa Piccarreta que esta era final de la Tierra, lista para comenzar pronto, será el ‘Fiat de Santificación’, producido por el poder del Espíritu Santo.

Tal como lo confirmó a la Beata Concepción Cabrera de Armida cuando dijo: Quiero dar un gran movimiento a Mi Iglesia infundiendo en ella, un Nuevo Pentecostés.

Lo enviaré nuevamente y sus efectos, asombrarán al mundo y moverán a la Iglesia hacia la santidad.

La promesa de Jesús es: “Si os ponéis a merced de Mi Voluntad, ya no tendréis que preocuparos por nada”.

Así, el fiat de Nuestra Señora, hágase en mí según Tu Palabra, se convierte en nuestra consigna constante.

Luis Piccarreta resume que cada uno de nosotros debe concentrarse en resignarse a la Divina Voluntad en todo, tanto en la prosperidad como en la adversidad, viendo la Divina Voluntad en todas las cosas.

Hacerlo implica «renunciar» y «conformar» tu voluntad a Su Voluntad.

Y luego fusionar la Voluntad Divina con tu voluntad, estableciendo una Voluntad Divina única y unida dentro de nosotros.

Cuando esto suceda, Dios es libre de infundir en tu alma una gracia grande, asombrosa, sorprendente e inaudita de forma continua.

Jesús entonces anunció al mundo a través de Luisa: Para restablecer el Reino de Mi Voluntad en la Tierra, como fue con Adán antes de la Caída, es necesario que haya suficientes actos de las criaturas para evitar que Mi Reino quede suspendido, y así le permita descender y tomar forma.

Y cuando se complete el número establecido de personas que hagan Mi Voluntad, obtendréis el Nuevo Reino en la Tierra.

Esta es la mayor revelación de nuestros tiempos: el cumplimiento del ‘Padre Nuestro’, especialmente las dos peticiones: Que venga Tu Reino, y Que Se haga Tu Voluntad en la tierra como en el cielo.

Le dijo Jesús: He formado esta oración en presencia de Mi Padre celestial, seguro que Me concederá el Reino de Mi Divina Voluntad en la Tierra.

Y si Cristo oró: “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, entonces debemos preguntarnos, ¡Cómo puede el Hijo de Dios hacer una petición y no verla cumplida! 

Esto provocará la renovación de la Iglesia y la transformación de la faz de la Tierra, después de que se gane la guerra del Final de los Tiempos.

Después de la derrota de las Bestias del Apocalipsis, se producirá en toda la Tierra el pleno florecimiento de la nueva y divina santidad, y el Reino de la Voluntad Divina.

O sea que después de que la Tierra sea purificada y los malvados perezcan, durante los 3 días de oscuridad, y satanás y sus ángeles caídos sean atados, entonces comenzará la Era de Paz.

Y Jesús prometió dos cosas adicionales, que en ese Reino Nuevo venidero siempre tendremos nuestro libre albedrío, pero el Don de la Voluntad Divina guiará nuestra vida.

Y dijo que cuando Mi Voluntad tenga su Reino en la Tierra y las almas en ella, el Reino de Mi Voluntad pondrá fin a las dificultades de las criaturas, y Cielo y Tierra sonreirán juntos, porque la Voluntad será única.

¿Y cómo puedes empezar a vivir en la Divina Voluntad?

Debes comenzar a esforzarte en cumplir los deberes del estado de tu vida, practicar la caridad, frecuentar los Sacramentos, orar, leer la Biblia y practicar mortificaciones.

Deja de hacer tu propia voluntad.

Desea vivir en la Divina Voluntad y pídela en oración. 

Deja que Dios venga de manera similar a una “posesión” de tu alma y voluntad.

Crece en vivir este Don en tu vida diaria y aprécialo como el regalo más grande de Dios.

Trabaja para traer el Reino de Dios y la Divina Voluntad a la Tierra y compártelo con los demás.

Ora insistentemente para atraer sobre todos la Voluntad Eterna del Cielo.

Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos explicar sobre el don más grande que nos regala Dios en esta época y de antemano, que es conformarse a Su Divina Voluntad, y que sin esta conformación no podrás entrar en la Tierra venidera.

Y me gustaría preguntarte si estás tratando de conformarte a la Divina Voluntad de Dios y qué dificultades experimentas.

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