Aquí está el Verdadero Mensaje de Fátima que Operaron en la Iglesia para ocultar

El verdadero mensaje de la Santísima Virgen en Fátima ha luchado por emerger, desafiando los intentos de ocultación y los obstáculos impuestos por la mismísima jerarquía vaticana.

La primera vez fue antes de 1960, en una operación preventiva, para suavizar su impacto, y ante la decisión, seguramente ya tomada, de no publicarlo.

En 1957 Sor Lucía reveló por primera vez el fondo del 3er Secreto de Fátima que le había explicado la Virgen.

Quien le había señalado el ataque del maligno a los sacerdotes y la defección creciente de ellos, que implicaría terribles consecuencias para la salvación de las almas de los laicos.

Lo que volvería a revelar 8 años después en Garabandal, y cuyo costo fue la rebelión de un grupo de sacerdotes que exigió que la aparición no fuera aprobada.

¿Por qué tanto esfuerzo por mantener oculta esta verdad celestial?

El verdadero mensaje de Fátima que estamos destapando aquí, es lo que el Cielo quiso que supiéramos para salvarnos nosotros y ayudar a quienes Dios puso a nuestro lado.

Aquí hablaremos sobre la operación que inició el ocultamiento del tercer secreto de Fátima por parte de la jerarquía vaticana, y contaremos todo lo que la Virgen quería que supiéramos a través de su revelación, para nuestro bien.

Se sabía en los medios católicos informados, que sor Lucia de Fatima había hablado de dos fechas para publicar el texto del Tercer Secreto, a su muerte o bien en 1960, lo que llegase primero. 

Y ya cercanos a 1960 corrieron los rumores de que tal vez no se publicara, y aparecieron los miedos.

Pio XII estaba delicado de salud desde 1954, se había considerado su renuncia y las decisiones estaban cada vez más en manos de la curia vaticana.

Y en ese clima el padre Agustín Fuentes, postulador de la causa de beatificación de Francisco y Jacinta, obtuvo autorización para entrevistar a Sor Lucía.

La entrevista tuvo lugar el 26 de diciembre de 1957 en el convento de las carmelitas descalzas de Coimbra, Portugal.

Estuvieron presentes el obispo auxiliar de Leiria, los dos obispos de Coimbra, el nuncio apostólico en Portugal, y el secretario de la Sagrada Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios.

El informe del Padre Fuentes fue publicado en 1958 en español, con el imprimatur del Arzobispo de la Diócesis de origen del Padre Fuentes, Veracruz, y también en portugués, con el imprimatur del Obispo de Leiria-Fátima.

En 1959, fue presentado con licencia eclesiástica en revistas en inglés e italiano.

Y el Padre Fuentes dio una conferencia de prensa en México sobre el encuentro con Sor Lucía.

En 1958 falleció Pio XII y accedió al pontificado Juan XXIII.

Y coincidentemente la curia de Coimbra emitió un comunicado curiosamente anónimo, afirmando que el padre Fuentes había inventado por completo las afirmaciones hechas en el informe, para imponer que las apariciones de Fátima tenían un tinte apocalíptico. 

Nunca nadie se atribuyó la responsabilidad del comunicado pero fue eficaz.

Porque a pesar que las autoridades de la Iglesia mexicana defendieron al padre Fuentes de esta operación secreta, fue destituido como postulador para la beatificación de Jacinta y Francisco, y cayó en desgracia.

Y paralelamente le fue prohibido a Sor Lucía hablar públicamente sobre el contenido del Tercer Secreto.

En 1966 el padre Joaquín Alonso asumió el cargo de archivero oficial de Fátima, e inicialmente sostuvo que el padre Fuentes había inventado las declaraciones de Sor Lucía.

Pero después de una década de investigación en profundidad en los archivos de Fátima, y con numerosos encuentros con Sor Lucía, afirmó que la conferencia de Fuentes «no contenían nada de lo que ya no hubiera dicho Sor Lucía en sus numerosos escritos, ya publicados».

Quedó claro que había habido una operación para quitarle credibilidad a las revelaciones, que por ese tiempo estaba haciendo Sor Lucía por cuentagotas.

Hoy parece claro a los investigadores independientes, que Sor Lucía reveló al Padre Fuentes el núcleo central que le había dicho la Santísima Virgen, sobre el ataque que estaba sufriendo el mundo y lo que recomendaba para salvarnos.

Una Sor Lucía extrañamente triste, pálida y demacrada le dijo a Fuentes que en todas las apariciones que tuvieron en 1917, la Virgen nunca sonrió.

Y que estaba muy triste, porque nadie hacía caso a Su mensaje, ni los buenos ni los malos.

Los buenos, porque proseguían su camino de buenismo, y los malos, porque no viendo el castigo de Dios sobre ellos por sus pecados, proseguían su camino sin hacer caso a este mensaje.

Le reveló que el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen.

Y para ello está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, para dejar a las otras almas desamparadas, y apoderarse de ellas más fácilmente.

Dijo, “el diablo sabe que por cada religioso o sacerdote que reniega de su santa vocación, muchas almas son arrastradas al infierno”.

Por eso intenta corromperlos y llevarlos a la peor impenitencia.

Agregó, “el diablo les ha logrado insinuar el mal bajo la apariencia del bien y ahora se comportan como el ciego guiando a otro ciego”.

De modo que la Virgen le dijo claramente que la caída de los sacerdotes era un grandísimo problema. ?

Y por tanto le sugirió que no podemos esperar que venga del Vaticano una llamada a la penitencia.

Ni debemos esperar tampoco que venga de parte de los Obispos, ni tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas. 

Y en estos años que nos separan de 1957 ha sucedido esto.

La única que ha pedido sistemáticamente penitencia ha sido la Virgen en sus apariciones, mientras incluso ha crecido la tendencia entre los sacerdotes, a absolver a los penitentes aún sin arrepentimiento.  

Y entonces Sor Lucía llamó a que cada comience por sí mismo su reforma espiritual, porque tiene que salvar no sólo su alma, sino la de todas las almas que Dios ha puesto en su camino.

Y por eso es ineludible tomar partido por Dios o por el maligno, no hay más término medio.

La Virgen reveló a Sor Lucía y ésta al Padre Fuentes, que el mundo no ha hecho caso a los llamados de Dios.

Y entonces antes de que castigue al mundo por la desobediencia, Dios está dando los últimos remedios para la salvación a través de la Santísima Virgen, y ya no va a haber otros remedios.

Ellos son la penitencia, la oración y la devoción al Inmaculado Corazón de María

Si rechazamos este último medio, ya no tendremos perdón del cielo, porque hemos cometido un pecado, que en el Evangelio suele llamarse pecado contra el Espíritu Santo, que consiste en rechazar abiertamente la salvación que se nos presenta.

Y dentro de esos remedios, la Santísima Virgen le dijo a Sor Lucía, que en estos tiempos en que estamos viviendo, el Cielo ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario. 

De tal manera que ahora no hay problema, por más difícil que sea, que no pueda resolver el rezo del Santo Rosario.

Ya sea un problema temporal o espiritual, respecto a la vida personal de cada uno o a la vida de nuestras familias, a la vida de las comunidades religiosas, o la vida de los pueblos o naciones.

Dijo, “con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas». 

Bueeeno hasta aquí lo que queríamos contar sobre la operación que hubo en la Iglesia para esconder el verdadero mensaje de Fátima, que Sor Lucía había revelado al Padre Fuentes, y contamos qué le reveló. 

Y me gustaría preguntarte si crees que hoy los sacerdotes que conoces han tomado conciencia de este mensaje de Fátima o aún no. 

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