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Oraciones y enseñanzas de Santa Teresa de Ávila reveladas en Sievernich

Del 17.07.2004 al 1.10.2005

El Cardenal Joachim Meissner, Arzobispo de Colonia, escribió el 9 de marzo del 2005 al Oasis Azul de Oración:

“Muy agradecido confirmo haber recibido su carta del 19 de febrero del 2005 y el material informativo adjunto. Como Ud. sabe, no he tenido ningún inconveniente en aceptar las oraciones que Ud. me ha presentado; así y todo doy por hecho sus buenas intenciones. Sus explicaciones me han ayudado a comprender aún mejor el contexto.

Que los acontecimientos en Sievernich contribuyan a que las personas de nuestro tiempo puedan vivir más plenamente las revelaciones definitivas de Cristo, de acuerdo al articulo N°67 del Catecismo de la Iglesia Católica, como criterio en lo que se refiere a las auténticas revelaciones privadas.”

 

Fiesta de la Humildad de la Virgen María, 17 de julio del 2004
Jesús oculto en el Tabernáculo
Mi Señor y mi Dios, oh mi Jesús,
seas alabado y reconocido por todos los tiempos,
Jesús, todopoderoso en el Padre,
Tú uno, eterno,
para mí oculto en el tabernáculo.
Señor, cuánto valor se necesita,
cuanta humildad.
Para que Tú, en el Santísimo Sacramento,
y que por nosotros los hombres te hagas tan pequeño,
te entregas a través de las manos del sacerdote,
convirtiéndote en un regalo para todos nosotros.
Jesús, oculto en el tabernáculo, Tú allanas
todo los que nos hace falta, para poder estar cerca de ti.
En todas las necesidades, en todas las alegrías quiero permanecer en Ti,
Y permanecer en silencio,
Para así poder regalarme a Ti.
Que tu Corazón lata en mi corazón
Deseo sentir tu amor
Y, todo lo que sea mío
Sea totalmente quemado en Ti.
El ardor de Tu Amor me da fuerza,
Para poder ver Tu camino todos los días.
Con todo, pon a mi lado a Tu Santísima Madre,
Jesús, para así poder encontrar la fuerza,
E ir por tu camino,
Sin mirar ni a la izquierda ni a la derecha,
Escuchando otras opiniones.
Jesús, yo tan solo deseo verte a Ti.
A mí me falta todo lo que está en Ti.
Perdóname, Señor, por ser tan imperfecta
Enséñame, lo que a mí me falta,
Sé Tú un maestro misericordioso
Y condúceme fuera del pécado.
Yo soy nada,
A pesar de ello, Contigo y protegida en Tú Amor,
Todo lo puedo lograr.
Tócame,
Enséñame Jesús lo que puedo hacer para Ti.
Oh Jesús, yo te invito.
Ven, ¡Oh, ven a mí!
Dentro de mi corazón indigno.
Encuentra allí Tu lugar
Y haz que yo te pueda servir por completo, sin reservas.
Tú puedes transformarme
con tu Amor y en tu Amor.
¡Hazlo!
Jesús, oculto en el tabernáculo,
Tú, valioso tesoro.
Regalo del Padre a nosotros, los hombres,
Santifica a aquellos, mediante cuyas manos Tú te regalas a nosotros,
¡Tus sacerdotes!
Regálales valor y humildad,
Para que te vean.
Muéstrales el inmenso poder divino de la transubstanciación,
El Amor, que Tú los quieres hacer partícipes de él.
Tócalos y toca a los jóvenes,
Para que vayan por el camino de tus sucesores.
Llámalos, Señor Jesús, oculto en el tabernáculo,
Llámalos a Ti y a nosotros,
Para que no estemos solos.
Amén

02.08.2004
¿Qué es lo que caracteriza a un cristiano?
Santa Teresa de Ávila me hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que caracteriza a un cristiano?
Yo reflexioné y estuve indecisa, pero ninguna de mis respuestas la satisfizo. Tras un momento de silencio, me contestó alegremente: “Un cristiano es misericordioso. Él entrega la justicia al Padre Celestial.”

Viernes, 20.08.2004
¿Dónde se encuentra Dios?

Escuché la voz de santa Teresa de Ávila. Ella me propuso la siguiente tarea:
“¡Busca a Dios y díme dónde lo encuentras!
Le respondí: “Yo lo encuentro en la Eucaristía, en el Tabernáculo, en los Sacramentos que la iglesia nos administra y lo encuentro en los sacerdotes.”
Tras un momento de silencio me contestó: “Hija mía, Dios te sale al encuentro muchas veces al día en tu prójimo. El Padre Celestial creó al hombre a imagen y semejanza Suya. Por esta razón, es importante, que te santifiques en tu vida diaria. Esta es la voluntad de nuestro Señor.”

23.08.2004
Meditación sobre el Padre Nuestro

Padre Nuestro que estás en el Cielo…
Reflexiona, tú tienes un Padre que está en el Cielo, que Él es todopoderoso y que cuida de ti. Él, quién es todo, cuida de ti, porque tú eres su hija. Llama al Padre y habla con el Eterno. Dios, nuestro Padre, te ama, tú eres criatura Suya. Toda la creación está en sus manos.”
Santificado sea tu Nombre…
Bendecid, alabad y santificad el santo Nombre de nuestro Padre Celestial. Sus ojos reposarán sobre ti y el Espíritu Santo te fortificará y te guiará. Dios te ha creado a imagen Suya, para que tú encuentres tu realización en Él. Cuanto más le hable el hijo en amor y con respeto a su Padre, tanto más Él le regalará su amor.”
Venga a nosotros tu Reino…
Anhela el Reino del Padre Celestial. Deja de lado lo pasajero y pon en su lugar lo que es necesario. No obstante, abre tu corazón al Reino del Padre y estima el Reino eterno.
Hágase tu voluntad…
“¡No se haga mi voluntad, Padre, hágase tu voluntad.! Me entrego en tus manos. En ellas estoy protegida, cuando me regalo completamente a Ti. Lo que Tú quieres, es el amor solo, y solamente cuando yo me entrego y dejo todo, puedes llevar a cabo por completo tu voluntad en mí. De esta manera te puedo servir. Mi voluntad es débil, y yo soy miserable. Sin Ti, ¿no estoy total y completamente atrapada en el pecado? Por esto digo con alegría: Hágase tu voluntad, no la mía.!”
Así en la tierra como en el cielo…
“¿Cielo y tierra? No son dos mundos completamente diferentes, el eterno y el pasajero? Reflexiona, Dios, nuestro Padre, reina en el cielo así como en la tierra. Todo tiene su origen en Él, todo está en Él, todo retornará a Él. Búscalo con tu corazón. En tu corazón están en contacto el cielo y la tierra.”
Nuestro pan de cada día dánosle hoy…
El Padre cuida de sus hijos. Ora y trabaja, al mismo tiempo ¡No te olvides de tu prójimo!
Perdónanos nuestras deudas …
“Dios, nuestro Padre, es misericordioso cuando, llenos de dolor de nuestros pecados, le pedimos perdón. El perdón es nuestra liberación, nuestra salvación. Búscala con frecuencia, y no te atraerás el juicio sobre ti.”
Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores…
Así como el Padre te demuestra misericordia, no se la rehuses a tu prójimo. No lo ates a través de la culpa. Perdona, libérate a ti y a los demás. Mediante el amor vivido, te entregas a ti y a los demás en las manos de Dios.
No nos dejes caer en la tentación…
“Dios, el Amor, no nos tienta jamás. Dios, nuestro Padre, permite que seamos tentados. Si Dios las permite, es para que tú madures y puedas reconocer, cuán grande es Él y cuán pequeña eres tú. Estas purificaciones sirven para tu salvación. ¡Acéptalas con paciencia!”
Más líbranos del mal…
“Evita el mal, y no dejes que las tinieblan penetren dentro de ti. Si has hecho algo mal, busca el perdón en Dios. De esta manera quedarás libre del mal.”
Tuyo es el Reino…
“Existe tan solo un Reino real y eterno, que es el Reino del Padre Celestial.”
Tuyo el poder…
“¿Qué puedo hacer con el poder de Dios? Todo. El Padre, el hijo y el Espíritu Santo son mi fuerza.”
Y la gloria…
“Dios, ¿Quién puede medir tu gloria, quien de nosotros la puede soportar? No hay nadie, quien pueda formular el concepto correcto en palabras e imágenes.
Por siempre. Amén.
“Sólo Tú eres eterno, ¡Mi Señor y mi Dios!”

11.09.2004
Sobre el trato con la Cruz

Di a todas las personas, que sufren, que acepten tomar sobre sí la cruz por amor al Señor, el Altísimo. Ofrézcansela, entonces se transformará en gracia. El Amor solo del Señor transforma la cruz y el sufrimiento en alegría. Aquellos, a quienes el Señor ama, llevan una cruz, pero díles, que no la llevan solos, la llevan con Él y Él con ellos, tanto cuanto ellos abran su corazón a Él, el Amor. Él, el Amor mismo, transforma la cruz. Él lo puede hacer. ¿Cómo? Ahora bien, desde el principio está en Él mismo, así como el Padre era, es y será por toda la eternidad. A los que ama mucho, el Señor les coloca una cruz sobre los hombros, tal como la llevó Él mismo, el Altísimo. Piensa que, vuestra cruz es liviana y, cuando la llevéis por amor al Señor, se puede convertir en un goce para la eternidad. ¿Quién de vosotros está dispuesto a llevar su cruz sobre sí?
Me quedé privada del habla, luego pensé así, que no existe ninguna persona conocida que esté dispuesta hacerlo libremente, y también se lo dije.
Tras unos minutos de silencio, ella me respondió:
“Hija mía, los amados del Padre, Hijo y Espíritu Santo, están dispuestos a cargar su cruz.
¿Estáis agobiados y llenos de sufrimientos? Entonces contemplad al Crucificado y pensad, ¡Cuánto os ama el Señor!. Tomaos el tiempo, pues sólo de esta manera podréis cargar vuestra cruz con Jesús. El secreto consiste en entregarse por completo al Señor, confiar en Él y dejar que Él actúe. El amor y la cruz están unidos. La cruz es la gloria para la eternidad.

17.09.2004
Sobre la autojustificación

La autojustificación es una gran trampa del enemigo. No tengas más miedo, que de ti misma y del pensamiento de ser un buen cristiano. Cuando creas ser buena, entonces puedes estar segura que no lo eres. Dios no tiene más alegría contigo cuando te ve de esta manera. No te veas con tus propios ojos, mírate con los ojos del Señor. Sus ojos te ven con misericordia y sanan tus heridas. Así como Él te ve en su amor y misericordia, tú te sorprenderías, ¡de ver todo lo que te falta! El hombre sólo es bueno, cuando se valora poco a sí mismo, porque es cuando se ve con los ojos del Señor. Por eso, estad atentos, agradad al Señor y miraos con sus ojos.
Amiga mía, ¿Cómo lo lograrás? Te lo diré: Ora y pídele a Dios para poder ver con sus ojos. Que esta petición venga desde lo más profundo de tu ser. No tengas miedo de ver con los ojos del Señor. Así te conocerás a ti misma y serás más misericordiosa con tu prójimo y sus errores. De esta manera aprenderás, cuán falta más grande de caridad y de autojustificación se esconden tras ellos, y cuánto tu enemigo se alegra por esto. ¿No es nuestro deseo agradar al Señor, nuestro Salvador? Empieza a ir ahora por tu camino, todos los días de nuevo y comienza cada día amando al Señor, salirle al encuentro con agradecimiento y alabanzas.

23.09.2004
Sobre el debido trato con los pecadores

Mira, amiga mía, Dios no deja que el pecador permanezca como un prisionero en sus pecados. Es la libre voluntad del pecador el encontrar a Dios, nuestro Señor, buscarlo y salirle al encuentro, aún cuando esté lleno de culpas. El camino es pedregoso y empinado y lo conduce dentro de su alma, la que ha sido creada a manera de una fortaleza.
No pidas, lo que Dios no te pide. El Señor es misericordioso, bondadoso, paciente. Morada tras morada, el agobiado las indagará y, de acuerdo a su capacidad de comprensión, se encontrará nuevamente en el Señor. Muchas personas entran en una morada, la indagan y con facilidad encuentran el camino que les conduce hacia la siguiente morada, hasta haber explorado toda la fortaleza. Por otro lado, hay muchas personas que están agobiadas, indagan una morada y permanecen mucho tiempo dentro de ésta, hasta que su conocimiento les siga conduciendo. Otras, encuentran la entrada de la primera morada, entran en la siguiente, y regresan nuevamente a la primera morada, encontrando allí de acuerdo a su conocimiento, lo que no encontraron en su primera visita.
El conocimiento al que me refiero, consiste en reconocerse constantemente en el Eterno, el Altísimo, el encontrarse nuevamente en el Señor, de acuerdo a la voluntad de Dios, que Él se pueda encontrar nuevamente en nosotros. Tú no conducirás al agobiado por el camino hacia Él a la fuerza, con amenazas o ataques. Tan sólo cuando tú vivas en Él y Él en ti y tú vivas ese amor, conducirás al agobiado a lo largo del camino del amor del Todopoderoso. Él, el Señor, ama a los pecadores, sin embargo, detesta el pecado.
No le arrojes piedras al pecador que ya tiene suficiente con su carga. Ábrele el camino hacia el Altísimo. Cuidadosamente cubre los hombros del agobiado con el manto ligero de la verdad y el amor. Este manto será su vestimenta a lo largo del camino que lo conduce a Dios. Medita esto, amiga mía.

29.09.2004
Sobre el trato con el prójimo

Procura no ser la cruz de tu prójimo en la tierra. ¡Ayúdale a cargar su cruz!

4 de octubre del 2004
La Madre de Dios sobre la Santa Teresa de Ávila

La Madre de Dios apareció como la Inmaculada, vestida totalmente de banco. En sus manos tenía un rosario hecho de rosas blancas, La Santísima Virgen estaba sobre una nube. Santa Teresa de Ávila estaba arrodillada a su izquierda. La Inmaculada nos habló:
“Queridos hijos, buscad el silencio. Mi divino Hijo Hesús desea, que os convirtáis en oyentes, que vosotros escuchéis Su Palabra. Cuánto os ama Él, por esta razón, es su deseo más ardiente, que vosotros seáis obedientes a la iglesia.
(santa) Teresa es una perla en sus manos. Lo que ella os regale, solamente proviene de sus manos. Sed obedientes, así, vosotros también seréis perlas en sus manos. ¡Buscad el silencio! Yo os deseo cobijar bajo mi manto protector.”
Ella se elevó a gran altura en el aire, se acercó a mí y abrió su manto sobre nosotros, el que llegó hasta los muros de la iglesia. Todos estuvimos cobijados dentro de éste.

15.10.2004, Fiesta de santa Teresa de Ávila
Sobre la búsqueda de Dios

Sal al camino y busca a Dios, el Señor, su majestad. Admira sus grandes milagros, alábalo por sus gracias, porque Él regala con tanta abundancia a los hombres, hasta entregarse a sí mismo todos los días en el sacrificio de la Santa Misa. Encuéntralo en ti, porque Él quiere vivir en ti y quiere transformarte en un tabernáculo vivo. Tú puedes ser su tabernáculo vivo.
Así, tal como Él te quiere transformar, mira también a tu prójimo. Tu prójimo, a través de ti, su tabernáculo, deberá encontrar al Señor. Que la luz del Señor resplandezca en ti, para que tu prójimo le reconozca y que de la misma manera se encienda para el Señor. El Señor desea, que tú lo acojas dentro de ti; que lo encuentres en tu prójimo y que lo veas en toda Su cración. No coloques sobre el Señor a la creación, al prójimo y a ti, porque Él es el Señor y todo procede de Él en el Padre.

20.10.2004
Lo que el Señor desea de ti

En la noche, escuché la voz de santa Teresa de Ávila. Ella me hizo la siguiente pregunta:
“Amiga mía, Nuestra Reina, la Medianera de las Gracias, se te ha aparecido tantas veces. Ahora, en su nombre te pregunto ¿Qué han producido éstas en ti?
Le respondí: Santa Teresa, yo no te puedo contestar tan bien como tú lo haces, a pesar de ello, trataré de hacer lo mejor que pueda: Las apariciones de la Virgen María, la Inmaculada, desataron en mí un gran amor a su Hijo Jesús. Y no solamente esto….me di cuenta de cómo Jesús vive en su iglesia, y cómo el amor a Jesús es al mismo tiempo el amor a Su iglesia.
La Madre de Dios me mostró, cómo Jesús regala a su iglesia a través de los sacramentos, porque Él mismo está en los sacramentos. La Inmaculada me dijo, que Su Hijo Jesús y Ella aman a los sacerdotes, a pesar de los muchos escándalos. El sacerdote es el sucesor de Jesús.
Las apariciones de la Madre de Dios han producido lo siguiente en mí: El amor a Jesús y a toda Su Iglesia y la consiguiente obediencia a su iglesia.
Santa Teresa me respondió: “Esto es lo que el Señor desea de ti.”
A continuación le dije: querida Teresa, tú has sostenido un espejo delante de mi alma y me has instruido. ¡Te lo agradezco! Yo voy a tratar de ver a mi prójimo con los ojos del Señor.
A lo que santa Teresa me dijo. “Por esta razón estoy contigo, porque el Señor lo desea y es necesario. Amiga mía, ¡tú, tan solo te tienes que esmerar!.”

21.10.2004
El que busca sin descanso

Aquel, que sin cesar busca al Señor, dice: Señor, yo quería encontrarte y admirarte en tus grandes milagros, me di prisa yendo de lugar en lugar sobre la tierra, allí donde moras, allí donde tu Madre Celestial ha dejado una señal. Yo he admirado todo y hasta mi alma se emocionó. Al abandonar aquellos lugares, estaba inquieta, pues era como que si Tú ya no estuvieras cerca de mí. En mi necesidad, te llamé Señor, a pesar de todo yo quería estar cerca de Ti. Entonces, muchas veces me di prisa yendo de lugar en lugar, sin embargo, yo no tenía paz y no te encontré más dentro de mí.
Al orar ante el tabernáculo, Señor, Tú viniste a mí, Tú maestro Misericordioso. En tus manos llevabas una llave de oro. Tú me dijiste:
“Yo quiero que te abras a mí…” y así, Tú me abriste a ti. Tocada por tu amor, Señor, te sentí dentro de mí. Luego me dijiste: “Te quiero entregar mis llaves en tus manos. Así como Yo te he abierto a Mí y te has convertido en Mi tabernáculo vivo, de la misma manera, con esta llave también tú abrirás a tu prójimo a Mí. Porque si tú pudieras ver con Mis ojos, te darías cuenta que Yo también quiero morar en tú projimo, porque Yo le amo sin condiciones.”

08.12.2004, Fiesta de la Inmaculada Concepción
¡Oh Jesús, Niño Divino!

Oh Jesús,
eres al mismo tiempo divino Niño y sublime majestad,
¿qué hombre podrá darse cuenta de Ti?
quién podrá comprender Tu amor hacia nosotros, miserables?
Necedad llaman los sabios a tu amor,
empero, Tú tan solo los miras y los amas.
Los pequeños aceptan agradecidos Tu amor.
Sin molestarles los ojos del mundo,
cuando Tú tan solo estás con ellos y los amas.
¡Muéstrate a nosotros, Señor Jesús,
Tú, Hijo de Dios!
¡No nos olvides, ten piedad de nosotros!
Tu amor es necedad para los sabios,
porque Tú te entregas por completo a través de los sacerdotes.
Señor, ¿Quién ha merecido tu amor?
¿Quién lo podrá decir de sí mismo?
Oh divino Niño,
Tú vienes a nosotros con todas tus delicias.
Tú nos regalas,
tanto a sabios como a pequeños.
Por nosotros Tú te vuelves pequeño,
para que así nosotros te podamos tomar.
Tu cetro es el amor,
la misericordia es el mundo en Tus manos,
tu vestimenta majestuosa es la fidelidad
y Tu corona de Rey, Oh Niño celestial,
es todo el poder del Padre
El Uno, que en sí a los Tres abarca.
Tu saludo es la paz,
Tus palabras infantiles nuestra bendición.
Oh Niño divino,
Quién a Ti te ve,
Reconocerá que Tú eres, oh Jesús,
Quien gobierna la iglesia y la conduce a través de todos los tiempos.
Pues, lo que es necedad, es lo justo para su Majestad,
la que regala abundantemente a los pequeños
y gobernará a los poderosos.
¡Oh Emperador celestial, míranos!
¡Oh Niño divino, gobiérnanos!
Amen.

Nochebuena, 24.12.2004
Contemplación del Amor Divino

Valora la bendición de Nochebuena. Consúmete toda en el amor del Señor. Es incomprensible cuantas gracias se nos concede y siempre nos serán concedidas. Su Majestad suprema abandonó su trono divino y, por amor a nosotros, elegió la pobreza y pequeñez, lejos de toda sublimidad. ¿Por qué razón hizo esto Él por nosotros?
Porque Él nos ama, a cada persona… y así Él quizo estar cerca de nosotros. Su divina Majestad, nacido como Hombre, un testimonio de su amor infinito. Contempla al Niño en el pesebre, ¿comprendes tú también lo que Él te quiere decir?”
‘Ama de la misma manera como Yo también te he amado y siempre te amaré. Mírame, estréchame en tus brazos. Así, Yo quiero encontrar una entrada en tu corazón; regálame tu amor. Que tu fe sea una copia de mi amor vivo. Yo no quiero que tú Me mires, que te enamores de Mí y me llames: ¡Señor, Señor! Yo quiero que tú me ames por completo, sin reservas. ¡Ámame! Que tu amor sea vivo y apasionado. Que tus palabras y tus actos sean una única expresión de Mi amor. Que tu fe sea Mi amor que mora en ti. En los sufrimientos, Mi amor arde como el fuego. Consúmete por Mí, ¡Yo deseo ser uno contigo!’
“Así me habló el excelso y divnio Niño Jesús en la Nochebuena, así Te habla a ti y a cada persona. De este modo, el divno Rey hace una llamada muy especial a sus sacerdotes y a todos los consagrados, a ser testigos vivientes de su amor. Amiga mía, si Él te ha llamado de una manera tan ardiente, ¿de qué modo hablará entonces a sus sacerdotes?

Nochebuena, 24.12.2004
Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo, Fuerza Divina y Sublime,
abre las puertas de mi corazón a mi Señor.
Espíritu Santo, tu viva Fuerza de Dios,
ven a mí y vivifícame.
Espíritu Santo, amante Sabiduría,
Condúceme por el camino hacia el Señor.
Espíritu Santo, Amor ardiente de Dios,
Regálame un corazón que dé más de lo que recibe.
Espíritu Santo, Verdad Divina,
Permanece conmigo, para que yo pueda seguir a mi Señor Jesús.

06.01.2005, Solemnidad de la Epifanía del Señor
Adoración

Jesús, el divino Niño en su encanto y sublime majestad, oculto a los ojos de los hombres, llama a todos los pueblos hacia Si. Él desea regalarse a cada pueblo.
Adoradle, vosotros pueblos, adoradle, al Rey de los Reyes. Los Magos* le regalaron dones de oro, incienso y mirra. Pero vosotros, ¡regaladle vuestro corazón y adoradle!
*Magos=astrólogos
Mi Señor Jesús,
mirando a la humanidad perdida
Tú mismo Te hiciste Hombre,
a pesar de esto, Tu divina Majestad permaneció al mismo tiempo.
Sublime Salvador,
De la misma manera que los Magos Te encontraron y Te adoraron
también yo deseo adorarte.
Divinidad oculta,
Señor Jesús,
te adoro con todo mi corazón.
Oh Señor, Yo te confío todo mi ser.
Mi vida entera, te la regalo, Rey de Reyes.
Suplicante me acerco a Ti,
en la esperanza,
que, benévolo Tú aceptes mi regalo.
Si cuando Tú solo gobiernas en mí,
todo lo que haga será en Tu honor.
Yo no tengo nada más que te pueda regalar.
Te pido, transforma mi miseria en Ti.
Cuando yo te miro, Señor
Cuando yo te adoro, entonces seré rica.
No deseo adornarme con valores mundanales,
Yo deseo embellecer mi alma por medio de Tu amor y Tu amistad.
Te adoro,
Tú me regalarás el oro de Tu reino eterno.
Te adoro,
Tú me adornarás con piedras preciosas,
las virtudes celestiales.
Te adoro, Señor Jesús,
Tú me mirarás,
y pondrás dentro de mí tus divinas joyas.
la eterna fidelidad.
Te adoro,
pobre como soy, pero a pesar de ello, y por Ti adornada,
Tú me regalas los Dones del Espíritu Santo.
Te adoro, mi Jesús,
por eso doblo mis rodillas ante Ti,
pobre e indigna de Ti,
y a pesar de todo, valiosa ante Tus ojos,
y Tú quieres,
Que yo esté completamente en Ti y Tú completamente en mí.
Te adoro,
Tú, amor Amor infinito
Que se entrega por completo y sin reservas.

17.01.05
Oración en silencio

Contempla al Señor en silencio, así estarás completamente protegida dento de sus manos. Él mismo quiere que tu alma esté a salvo en Él. Quiere transformar tu corazón. Él, el amor mismo, desea preparar tu corazón en Su trono. Permítele que entre, ora y busca el silencio, para que tú cumplas Su voluntad.
En el silencio estoy completamente segura en Ti,
Oh Señor Jesús, Tú, Salvador mío.
El silencio sosiega mis anhelos de Ti,
Allí estás protegida.
El silencio apaga la sed de mi alma,
Tú eres mi Agua Viva.
El silencio sacia el hambre de mi corazón,
Tú eres mi Pan vivo.
El silencio detiene mis pensamientos,
Me abandono a Ti.
El silencio tranquiliza mis actos,
Tú actúas en mí.
El silencio calma mis oídos
sólo deseo percibir Tu Palabra.
El silencio apacigua mis ojos
Deseo verte y permanecer Contigo.
El silencio me satisface en Ti.

28.01.05
Por un corazón amplio

Mi Señor Jesús,
entre Tus manos toma mi corazón por completo y sin reservas.
Siembra Tu amor dentro de éste.
Regálame la seguridad y la confianza de,
que Tu amor crecerá dentro de mí.
Para Tu amor necesito un amplio corazón
que permita su crecimiento.
Señor, yo deseo ser Tu terreno fértil.
Tú siembras, Tú eres mi agua viva,
y mi sol Eucarístico
Regálame un amplio corazón,
entonces se apartará de mí la estrechez del viejo Adán
Liberada de la estrechez y caminando por tu amplitud amante
llena de confianza podré amarte a Ti, Oh Señor,
y a mi prójimo.

02.02.05, Presentación del Señor
Sobre la renuncia

Contempla conmigo al Señor, al Cordero Inmaculado, al Rey de los Reyes, Todopoderoso y sacrificado por nuestros pecados. ¿Cómo puede suceder esto? ¿No es incensato de Él, la sabiduría infinita? Por Su inmenso amor a nosotros, Él nace como el Cordero de Dios para que no nos perdamos.
Renuncia – Una palabra, ésta, que a nadie le gusta, a menos que esté firme en el Señor. La Santísima Virgen María renunció a su vida propia, y se abrió por completo a la actuación de la omnipotencia divina en la Anunciación del Angel.
San José renunció a un orden de la sociedad en su tiempo. Como hombre, estuvo expuesto a las consecuencias del pecado original y fue tentado. Venciendo la tentación, el amor lo conduce hacia María y Dios. Este amor permite que Dios le dé una señal. José fue un hombre bien educado, mayor que María, sensato, y no sólo renunció a sus derechos, sino que él renunció a la vida mundanal.
San José y la Santísima Virgen María, admirables en la contemplación – su fortaleza yace en la renuncia al mundo.
Con cuanta frecuencia he recomendado a mis hermanas en todas sus dificultades, especialmente en las tentaciones, recurrir en oración a san José. Si el Padre Celestial le confió en la tierra a su único Hijo, asimismo la vida de la Santísima Virgen María, cuánto más nosotros podemos esperar en su ayuda y recurrir a él llenos de confianza. Yo me he encomendado todos los días a San José, porque yo tenía conocimiento de su grandeza. Así como el Señor se entregó lleno de confianza bajo la tutela de san José, de la misma manera Él se entrega todos los días en las manos de los sacerdotes. Yo os los quisiera encomendar en vuestras oraciones diarias a san José. Él los fortalecerá en todas sus tribulaciones y los sacará de sus apuros, porque él mismo vivió la renuncia al mundo.
Padres espirituales, no pidáis consejo a aquellos que aman la vida mundana; aquellos no conocen la renuncia y piensan que es una necedad. Más bien, buscad consuelo con aquellos, que la han vivido en el pasado y la viven en la actualidad. La renuncia al mundo abre vuestra alma a Su Majestad. El hombre que no renuncia, no reconoce al mundo ni las obras de Su Majestad.

11.02.2005
Sobre el trato con nuestros perseguidores

Amiga mía, no te preocupes por aquellos que procuran tenderte trampas. Ámalos, perdónalos, ora por ellos. Tú sólo mira a Nuestro Señor, Su divina Majestad y a Su Madre celestial. Todo lo demás, no tiene cabida dentro de tu corazón, porque Él mismo, nuestro Señor, desea ardientemente vivir en tu corazón. No es de extrañar, que inclusive las almas devotas sean víctimas del orgullo y de los celos, te miren a ti, pequeña, y todo lo declaren nulo. Tú no eres digna, pero se olvidan, que es el Señor, Su Majestad, quien todo lo ha querido de esta manera. Tú vives en su escuela. Aquellos no se miran a sí mismos y se olvidan de sí por completo. ¡Deja que Dios obre! No te preocupes. Que se haga la voluntad de Dios. Sólo ten cuidado de servir fielmante a la iglesia. Escucha las palabras de Su Sublime Majestad y de nuestra Madre celestial, sirve a la iglesia.

Lunes de la Octava de Pascua, 28.03.2005
Meditación sobre la Cruz y la Resurrección

Contempla conmigo a nuestro Sañor Jesús, el Crucificado, Sus sufrimientos, la Cruz, cuan fuerte y pesada… No obstante, cuan corto es este tiempo comparado con el gran gozo, que el Señor continuamente nos regala.
Aleluya, verdaderamente ha resucitado el Señor, venció al mundo con sus sufrimientos, con sus dolores. Mediante la cruz con nuestro Señor Jesús los hombres obtendrán la salvación (Nota aclaratoria: Sólo cuando nuestros actos, sacrificios y sufrimientos los unimos a los méritos de Jesús y se los ofrecemos al Padre Celestial, éstos traen la salvación de nuestra alma. Sin Cristo no hay salvación. Juan 15, 4-6 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.)
Contempla conmigo al Resucitado. ¡Qué gozo tan grande Él deposita en nuestro corazón a través del Evangelio! Nosotros podemos seguirle y resucitar en Él. Jesús no nos abandona, Él permanece con nosotros con el Espíritu Santo, porque Él ha resucitado.
Querido lector, ¡Todo esto Él lo ha hecho por ti, no lo olvides! Él te ama desde el principio, eres una parte de Él, y desea que tú Le encuentres, tal como es su designio. Alegraos, porque Su Resurreción ¡Es la nuestra! No os canséis de amarle a Él, en el gozo, ¡Seguidle!

Lunes de la Octava de Pascua, 28.03.2005
Por la Cruz hacia la Resurrección

Camino entre oscuridad y sufrimientos,
Tú fuiste delante mío
Yo conozco el Tuyo, Tú mi camino.
Señor, Tú no me dejarás ir en la incertidumbre
y me saldrás al encuentro.
Contemplo la Cruz,
pero no sin Ti, mi Señor.
Tú has resucitado gloriosamente.
Con tu luz vencedora,
nos has traido el gozo.
Mi corazón arde por Ti, ¡el Resucitado!
Permíteme, ¡oh Señor!,
resucitar cada día en Ti,
muéstrame tu vencedora Luz Pascual.

17.04.2005, Jornada Mundial de Oración por las vocaciones sacerdotales
Manos que oran

Dios le dio al hombre su herramienta más importante: Sus manos juntas en oración por amor dirigidas hacia Él. Manos que oran son manos que aman. Manos que aman son manos que ayudan. Manos que por amor a Él rezan, son los puentes del Señor. Un puente que no tiene principio ni fin, que sobrepasa todas las fronteras, que permanece fiel y constante al Señor, porque lo conduce a Él, y es Él, quien nos ha enseñado a construirlos. ¡Deo gratias!

16 de mayo del 2005, Lunes de Pentecostés
Sobre las revelaciones privadas

Amiga mía, si muchas personas acuden a ti pidiéntote consejo, debido a que ellas dicen de sí, haber tenido experiencias sobrenaturales con Dios, escúchalas y no pierdas la calma. El verdadero Espíritu de Dios se agita, y donde Él se agita, llena al alma de una vida nueva en humildad y verdadero servicio.
El correcto modo de proceder del que recibe los verdaderos dones de Dios será: recurrir a la iglesia, a su director espiritual y a su confesor. Si todo esto no tiene lugar, recomienda al receptor (de los dones de Dios), recurrir a la iglesia. Sin auxilio espiritual, el alma caerá en confusión, pues los dones de Dios se deberán someter al juicio de la iglesia; y es necesario tener cierta experiencia para poder discernir, lo que proviene de Dios, y lo de la otra parte.
Si el que recibe las gracias no se somete al juicio de la iglesia, no se le podrá dar crédito en su totalidad. ¿Cómo llevará en sí mismo la humildad y el temor de Dios? ¿No se lo debió comunicar a ella el Espíritu de Dios?
Entonces, si aquella persona te habla de sus dones, recomiéndale que, de inmediato se confíe a un director espiritual. De la misma manera que tú te sometes al juicio de la iglesia, así es como Dios desea que lo haga la otra persona y, sólo después del juicio de la iglesia, podrá dar a conocer sus dones recibidos. Si aquella persona no lo hace, es porque está llena de orgullo y éste es quien se lo impide. Entonces deberá callar.
Esta ley es la voluntad de Dios, porque es buena. La Teología y las experiencias divinas van juntas.

Viernes, 17 de Junio 2005, 15: 00 h.
Reflexión sobre el sufrimiento

Los que están cerca del Señor y se regocijan en su Amor, recibirán sufrimientos de Él – y no solamente sufrimientos en sí. El sufrimiento como tal no tendría ningún sentido. El ser humano no lo desea.
Ellos se unen al Crucificado y por sus sufrimientos padecerán con Él. Ellos sufren por aquellos que están lejos de Él y viven en pecado. Ellos sufren para redimir a los tibios y a los que están lejos de Dios y por aquellos que en su vida espiritual ofenden constantemente al Señor. El Resucitado regalará la redención a los que sufren por Su Amor y a los pecadores debido a Su Misericordia.

Viernes, 17 de Junio 2005, 15: 00 h.
Tú eres mi Pastor

Tú eres mi Pastor, Señor Jesús,
en un tiempo,
En el que con frecuencia tus ovejas están abandonadas.
Tú nos dices: Sujetaos a Mí,
¡pues yo vengo a vosotros como vuestro Salvador en la Eucaristía!
¡Vivid este tiempo conmigo!
Vosotros, ovejas mías, sed un solo rebaño,
para que las falsas doctrinas no os dispersen.
Yo quiero cuidaros y ver por cada uno de vosotros.
Venid a Mí,
Yo os espero en los Sacramentos de mi Iglesia.
Allí estoy enteramente presente para vosotros.
¡Sentid y experimentad Mi Amor!
Esto, Señor Jesús, divina Majestad,
yo quiero seguirte a Ti y estar contigo.
Cada vez que te visito en tu iglesia,
Tú me das fuerza en mi vida.
Tú iluminas mi vida cotidiana.
Tú dices que,
mediante la adoración nos regalas frutos espirituales,
a nuestros pastores, los sarmientos de Tu de tu viñedo.
¡Envíanoslos Señor!
Gustosamenre queremos corresponderte por este favor
y rezar por ellos,
para que Tu rebaño sea conducido por pastores,
Que vivan en Tu Amor.

16.07.2005
Sobre la debilidad

Si tú crees que eres el vencedor sobre el pecado, de esta manera caerás por el camino directo dentro de éste. No juegues con las tentaciones, evítalas; muy pronto ellas te encadenarán. Si en tu debilidad reconoces la grandeza del Señor, Él te fortalecerá con firmeza. Él, el Sublime, sabe que tú sufres bajo las consecuencias del pecado original y que cada día recaes de nuevo. Así, Él te levantará siempre, una y otra vez, …… Él… ¡el mismo Amor infinito!
Quien verdaderamente reconoce sus debilidades, vive en el Señor, porque se ha entregado por completo a Él. Considérate débil y tómate a ti mismo con ligereza, vive en Él, entonces Él te regalará sin medidas y te fortalecerá.

16.07.2005
Señor, soy débil

(Esta oración fue revelada por sta. Teresa
quien la recomendó como oración interior)
Señor,
soy débil.
Fortaléceme,
porque sin Ti,
yo caería.
En la necesidad
caigo,
y sin escapatoria,
me encuentro.
Te llamo
sin cesar,
esperando
y confiando.
Orando
yo caigo
en Tus manos,
estoy protegida.
Tú escuchas
mi llamada,
Tú amas a Tu hija.

27.08.2005
El Amor vence el pecado del mundo

Dios es el orden eterno. Todo en Él está bien calculado. Su orden perdura por siempre y yo te lo denominaré con una palabra: ¡Amor! El Señor mismo es el Amor perfecto. Todo lo que está fuera de este orden, es desorden, es pecado. De esta manera, el pecado consiste en alejarse del Señor, el Amor mismo. La creación entera se somete a Su orden…y de ese modo el mundo, que vive alejado de Él y no le reconoce, será sanado y santificado sólo a través de su Amor.
¿Cómo logrará esto Su Sublime Majestad? Él envía su luz al mundo, a los suyos, a los que proclaman Su Palabra y ardiendo de Amor por Él hacen lo que el Señor les dice. No basta sólo arder en el corazón. Vencer el temor a los demás y hacer, lo que el Señor nos diga, es el cumplimiento de Su Palabra. Hombre de poca fe te preguntarás, ¿no se consumirá ésta en el mundo…?
El amor de Dios arde, pero no se consume. La luz del Señor quiere que la lleves protegida en tu corazón. Que esta llama se desarrolle en el silencio y en la oración. Considera: esta es la preciosísima luz del Señor, la llama de Su Amor, que Él quiere encender en ti y en tu prójimo.

27.08.2005
Señor, en la oscuridad de mi corazón

(Esta oración fue revelada por sta. Teresa
quien la recomendó como oración interior)
Señor,
en la oscuridad
de mi corazón,
enciende Tu luz.
Tu luz:
extendiéndose en el silencio, flameando en la oración,
ardiendo en mi prójimo,
proporciona calor y refugio.
Dios mío:
todo en todo
y todo en uno,
todo uno,
sólo Amor.

17.09.2005
Sobre la higuera estéril y la higuera joven

En el jardín de Dios hay una higuera deforme. El jardinero la cuida y, puesto que la tierra en la cual está enraizada es fértil, espera hasta el tiempo de la cosecha. Al llegar ésta, él ve que el árbol sólo ha dado frutos secos. Debido a que el árbol no dará más frutos buenos y casi no tiene vida en sí, el jardinero lo corta y le arranca las raices del suelo. Él cultiva la tierra buena y planta una higuera joven, le echa la bendición y la deja crecer. Ésta crece y se desarrolla bajo su cuidado y, llegado el tiempo de la cosecha, da frutos en abundancia.
Reflexiona, amiga mía, el árbol joven no puede crecer junto al árbol viejo y deforme. El árbol viejo e infructuoso con sus frutos secos le quitaría la fuerza de la tierra y la luz del cielo. Por lo tanto, ambos no pueden permanecer el uno junto al otro. Ni el árbol viejo se regeneraría, ni el joven se plantaría a sí mismo, tampoco la tierra se labra a sí misma … Muchos se olvidan que, ésta es la tarea del jardinero, que cultiva el jardín de Dios.
El Señor te ha dado su bendición y ha enviado a su Madre a la humanidad. ¡Tú sólo ora y llama! Contempla a nuestro Señor, no a los frutos secos de aquel árbol deforme. Considera que el Señor también labró aquel árbol hasta el tiempo de la cosecha. Sin embargo, lo que no da frutos, lo arroja, para que el árbol joven y bendito pueda dar frutos en abundancia.

17.09.2005
Señor, sé mi bendición

Señor, sé mi bendición,
Déjame crecer en Ti.
Sé mi suelo, mi agua,
mi luz.
Yo quiero ser tu árbol,
regalarte frutos en abundancia.
Señor, sé mi bendición,
Mi protector contra todas las tempestades
y de todo peligro.
Tú, Señor, eres el jardinero,
que planta, me protege y me cuida.
Te regalo mi vida.
Tómala para Ti,
para que yo pueda crecer en Ti.

30.09.2005
Bienaventurados, los que creen sin haber visto

Un hombre preguntó a través del Oasis Azul de la Oración: “¿Qué puedo hacer para seguir verdaderamente el camino que el Señor me ha designado y pueda complacer al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo? Además tengo un anhelo muy grande de poder ver alguna vez también a la Madre de Dios.”
Mientras yo oraba por este hombre, sta. Teresa de Ávila se dirigió a él diciendo: “¡Abre tu corazón más de lo que tus ojos puedan ver!

01.10.2005
Poner todo en las manos de Dios

Suelta tus manos,
pon todo en las manos de Dios.
No temas, confía en Él
pues te lleva protegida en Sus manos
y te mantiene en Su Amor.
Confía sólo en Él,
y deja que los hombres hablen,
que su propio juicio caiga sobre ellos mismos.
Ten valor, humildad y reconócete a ti mismo
y deja que todo lo pasado produzca frutos maduros.
Ve lo bueno, de este modo tú crecerás.
Ten malas experiencias, para así madurar.
La vida como la escuela de Dios,
la que en si lleva amor y sufrimiento;
Ten el valor de ir por el camino del Señor.
Atrévete, no tengas miedo.
Que torpeza sería,
no ir por este camino
Es pasajera la luz del mundo
y sólo un débil reflejo
comparada con la luz eterna, Dios mismo.
Abre tus ojos, tus oídos, tu corazón
y observa tu vida cotidiana.
Tú ves correctamente
cuando allí nuestro Señor te espera
para ir junto a ti por el camino hacia el Padre.
Eternamente protegida en Sus manos,
las que fueron, son y serán.
Nadie te consolará de esa manera,
Ni te levantará y mantendrá como el Señor.

 

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