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En que cosas hay que prepararse y cómo.

Cada generación ha tenido que superar peligros en su vida.

Pero ninguna como la nuestra, porque en nuestro tiempo se amontonan profecías que se están comenzando a cumplir y hechos inéditos que suponen peligros que antes no había.

Muchos dirán no pasa nada, no metan miedo, lo cual es una reacción típica de un niño que se tapa los ojos, ante el miedo, para no ver la realidad.

Y otros dirán, no me preocupa porque me pongo en manos de Dios.

¿Pero es lo que quiere Dios, que te cruces de brazos sin hacer nada, esperando sólo su ayuda?

¿No querrá que también tomes la iniciativa y te movilices para ayudarte a ti mismo, y no esperar todo de Él sin hacer esfuerzos?  

Aquí hablaremos sobre cuáles son los peligros que está enfrentando nuestra generación, cuáles son las cosas específicas que nos podrían afectar, y cómo prepararnos para defendernos, y ser capaces de poner nuestro granito de arena y que Dios luego ponga el resto para ayudarnos.

Pocos católicos, a nuestro juicio, están comprendiendo la situación que tienen por delante.

Algunos por miedo, otros por falta de información y otros por el pecado de presunción.

Como aquel que cruza imprudentemente una avenida en hora pico y con luz roja, alardeando de la protección divina. 

Por un lado hay suficientes profecías que nos dicen que vendrán catástrofes, debido a la purificación en la que entrará el mundo, para limpiarlo de buena parte de su maldad.

Pensemos por ejemplo en el mensaje que Nuestra Señora dio en Akita, donde dijo que caerá fuego del cielo y lo que sucederá será peor que el diluvio.

Y también tenemos por ejemplo la profecía de los 3 días de oscuridad, que ha sido predicha por santos desde hace siglos.

Los que recomiendan que tan pronto veamos las señales previas, cerremos las puertas y ventanas, tapemos los ductos de ventilación, no abramos la puerta a nadie y oremos constantemente.

También se puede citar la profecía de que vendrá una tercera guerra mundial.

Estas profecías son técnicamente «revelaciones privadas», lo que significa que los católicos no están obligados a creerlas.

Y además las profecías en general son condicionales a la conversión y a la oración del mundo. 

O sea que no es 100% seguro que sucederán en el nivel de letalidad que expresan. 

Pero independientemente de ellas, deberíamos ser capaces de leer los signos de los tiempos, como pide el Señor en la Biblia.

Y si lo hacemos, veremos que la persecución a los cristianos, que no se adhieren a los valores del mundo, está creciendo rápidamente, y no hay nada que indique que vaya a dejar de crecer.

Que ya llegaron al mundo tribulaciones importantes, como sucedió con la pandemia, y que nos obligaron a confinarnos en nuestras casas.

Que las élites económicas quieren reiniciar la civilización dejando poco lugar para los que no están a su servicio y aún menos para los cristianos devotos.

Y que han dicho siempre que es necesario bajar la cantidad de población del mundo.

Que se prepara un gobierno mundial sobre la base de la vigilancia férrea de las personas. 

Que se está produciendo una interrupción de la cadena de suministros, que afecta más a algunos lugares que a otros. Etcétera.

Sin embargo algunos dirán que no hay que preocuparse porque Dios nos protegerá y citarán Mateo 6, donde el Señor dice no estén preocupados por lo que comerán, ni por cómo se vestirán.

Porque aunque las aves del cielo no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, Dios las alimenta y los seres humanos somos más valiosos que ellas.

Pero también el libro de los proverbios, capítulo 22, nos dice «el hombre prudente ve el mal y se esconde; pero los simples pasan y son castigados».

Y la escritura nos advierte que no pongamos a prueba a Dios.

Y hay una vieja paradoja de un hombre que cayó al mar, pasó un barco y le preguntó si necesitaba ayuda y dijo, no, Dios me salvará. 

Más tarde llegó otro bote y un pescador preguntó, ¿necesitas ayuda? y respondió de nuevo, no, Dios me salvará

Finalmente se ahogó, fue al cielo y le preguntó a Dios: «¿Por qué no me salvaste?» y Dios respondió: «¡Necio, te envié dos botes!».

Lo que recuerda una vieja enseñanza cristiana muy sabia que dice a Dios rogando y con el mazo dando. 

De modo que deberíamos prepararnos para eventos previsibles y no previsibles.

Discerniendo aquellas cosas por las que es razonable preocuparnos y aquellas que no.

Siempre lo primero es preparar nuestra alma y la de nuestra familia y en segundo lugar lo material.

En todo momento deberíamos estar en gracia, porque no sabemos si mañana podremos.

Y luego tener artículos devocionales, biblia, medallas, rosarios, estampitas, crucifijos, imágenes santas, velas, todo bendecido, especialmente agua.

Para poder encontrar consuelo y soportar las pruebas y tribulaciones.

Y en lo material dependerá de cada caso.

Por ejemplo, si tu vives en una ciudad y cae un meteorito sobre ella, es poco lo que podrás hacer, aunque te hayas preparado.

Pero podrías estar preparado con comida, agua, energía, medicinas, ropa y sistemas de comunicación, ante la eventualidad que se produzca una interrupción de los suministros, por algunos días o semanas, o no puedas comprar o salir de tu casa.

Hay gente que podrá disponer de estas cosas para varias semanas o meses, y otras no lo podrán hacer por razones que viven al día, pero en todo caso cada uno lo hará a su medida. 

¿Y qué elementos materiales hay que guardar?

En primer lugar agua, porque el ser humano puede sobrevivir un par de semanas o más sin alimentos, pero sin agua apenas 3 días.

El agua para guardar debe ser para tomar, cocinar y para el aseo, por lo tanto se calcula una media de 3 litros por persona y por día.

Debería guardarse en bidones y en un lugar seco, fresco y oscuro, como a la comida también.

Y tener un filtro de agua para el caso de que se consiga una fuente adicional si te escasea. 

Respecto a los alimentos a guardar, hay que tener en cuenta que deben ser enlatados o en envases de un material cuyo contenido no transmigre para afuera.

Deberían mayormente no requerir cocción, porque podría haber problemas con el suministro de energía.

Almacena solamente los alimentos que realmente vayan a comer y que sean del agrado de la familia.

Dando prioridad a ingredientes nutritivos, de modo de que cada persona quede bien alimentada comiendo poco.

Hay que estar atentos a la fecha de vencimiento cuando se compra, e ir consumiendo periódicamente los más viejos primero.

También tener envases herméticos para poner ahí los alimentos que se abran y no se consuman totalmente.

Lo razonable sería tener a mano un mínimo de dos semanas de alimentos en todo momento.

No es este el lugar para discutir qué alimentos concretos guardar, hay muchos sitios de preppers que tratan en detalle este tema.

Incluso tratan sobre la energía para calefaccionar tu hogar, que es todo un tema.

Y también las habilidades a desarrollar para poder sobrevivir, ante una posible situación en que la sociedad se vuelva caótica y se produzcan fenómenos como los que muestran algunas películas futuristas.

Pero lo que aquí exponemos debería ser un disparador para que empieces a investigar cómo ser autosuficiente, aprendiendo nuevas habilidades y conociendo más de los alimentos a los que puedas recurrir.

El conocimiento y la experiencia son cosas que nadie puede quitarte. 

Porque si tienes que dejar el estilo de vida que tienes ahora, podrás reconstruir fácilmente tu vida en otro lugar.

Y otro punto a considerar es el refugio donde vivirás.

No es razonable quedarse quieto esperando, que cuando suceda un verdadero peligro, vendrá un ángel para llevarte a un refugio, donde tendrás todo a tu alcance y estarás protegido.

Porque quizás el refugio que tiene establecido Dios para ti sea tu propia casa.

Por lo tanto deberías desde ahora purgar tu hogar.

Quitando todo lo superfluo, especialmente las cosas que no usas.

Y este proceso te ayudará a ser generoso con los hermanos que necesitan abrigo y ropa.

Además te ayudará a tener más espacio para guardar suministros importantes.

Y en todo caso que Dios tenga previsto que te mudes de urgencia para algún otro lugar, entonces tendrás muchas menos cosas para empacar.

En resumen, las profecías y los signos que vemos en el mundo deberían hacer sonar la alarma a los católicos que se acerca un período de peligro, hasta que triunfe el Inmaculado Corazón de María.

Es sensato que se preparen para momentos de escasez, algún desastre y la persecución.

Mientras que es insensato quedarse sentado esperando solamente por la providencia de Dios, porque él ayuda a los que se ayudan a sí mismos.

Y hemos dado una serie de sugerencias sobre cómo guardar alimentos y agua, y para preparar tu hogar.

Pero teniendo en cuenta que la principal preparación debe ser la espiritual, especialmente asegurarse de estar en estado de gracia permanentemente.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la necesidad de ser prudentes y tomar en serio la preparación ante posibles peligros, y que esto es precisamente católico, mientras que apostar solamente a la providencia de Dios no lo es.  

Y me gustaría preguntarte si te has estado preparando para tiempos difíciles o tienes ganas de comenzar a hacerlo, y que es lo que piensas hacer.

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