Numerosas son las profecías en las vidas de santos a lo largo de los siglos.

Algunas son muy precisas y otras lo son sólo vagamente.

Dios inspira tales profecías en los santos para guiar a las almas más cerca suyo, por medio de las advertencias de eventos futuros. 

Un caso especialmente preciso es la profecía de San Antonio María Claret, fundador de los Claretianos, sobre la realidad de Cuba.

El santo español fue Arzobispo de Cuba entre 1851 y 1857.

A mitad del siglo XIX habló de un líder barbudo que gobernaría la isla con puño de hierro.

Y que moriría en su cama en la cuarta década de su reinado.

Profetizó que tendría pelo largo, barba, uniforme y portaría armas.

Y que sus seguidores se parecerían a él.

Profetizó también que la llegada al poder de ese joven barbudo implicaría actos que violarían los mandamientos de Dios, con derramamiento de sangre.

Y que su plataforma sería la reforma de la vida en Cuba, la que sería aceptada de buen grado en aquella época.

Pero luego su forma de gobierno cambiaría y los cubanos vivirían con restricciones carcelarias y en condiciones angustiantes.

Este joven barbudo dijo que las décadas de gobierno conducirían a Cuba a la devastación.

Luego de la muerte de este líder, que como dijimos sería en la cama, Cuba sería liberada de la oscuridad que produjo este personaje.

Pero previamente, entre su muerte y el reflorecimiento de Cuba, vendría un período de inestabilidad.

Eso fue lo que en realidad sucedió con la revolución castrista y con Fidel Castro.

Fidel murió en 2016, después de más de 50 años de gobierno.

Y cedió el poder a su hermano Raúl Castro, quien recientemente cedió parte de él a Miguel Díaz Canel en el 2018.

Quien se comprometió a hacer reformas, lo que pudiera ser parte del período de inestabilidad que mencionó Claret.

La revelación mencionada vino a Claret por medio de la patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre.

Quien a su vez dijo que los jóvenes que acompañarían al líder barbudo llevarían medallas de la Virgen de la Caridad del Cobre en sus cuellos y crucifijos.

Pero que al poco tiempo de asumir el poder, dejarían de usarlos.

San Antonio María Claret fue un sacerdote español enviado a Cuba para ser arzobispo de Santiago de Cuba, la provincia natal de Castro.

La visión sucedió cuando andaba a caballo por la Sierra Maestra, que curiosamente fue desde donde Fidel Castro dirigió la revolución cubana en la década de los 1950.

Esta profecía fue dada por Claret con 75 años de antelación al nacimiento de Fidel Castro en 1926.

San Antonio María Claret partió de regreso a España en 1857 nombrado confesor de la Reina.

Y era tal su predicamento que fue despedido por una multitud en el puerto de Santiago de Cuba.

San Antonio maría es reconocido por la realización de muchos milagros.

san antonio maria claret

 

PROFECÍAS SAN ANTONIO MARÍA CLARET (1807-1870)

El santo fundador de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (conocidos como los claretianos) hizo incontables milagros a través de la gracia de Dios en su vida.

Entre ellos un gran número de profecías documentadas.

Una profecía bien documentado ocurrió cuando el Padre Claret organizó una Misión que, debido a su apretada agenda, desafortunadamente estaba prevista durante el tiempo de la cosecha, cuando el trigo estaba listo, y el pueblo se veía obligado a trabajar en los campos.

En preparación para su misión, visitó las casas de muchos de los trabajadores y les dijo que debían asistir a la Misión, y que Dios les bendeciría por ello.

Muchos respetuosamente respondieron que era imposible, ya que toda la cosecha se puede perder en un solo día.

A lo que el Santo pronunció esta advertencia profética:

«En nombre de Dios le digo, que si usted se llega a la Misión, los campos de trigo serán más productivos, y se evitará todo peligro de lluvia y granizadas.
.
Sin embargo, si usted no lo hace y no va, será destruida su cosecha».

Con esa advertencia profética, San Antonio María Claret comenzó la misión.

Asistieron algunos de los agricultores y trabajadores, mientras que otros no lo hicieron.

Dos días más tarde, los agricultores que no habían asistido a la misión vieron sus cultivos completamente arruinados por una feroz tormenta de granizo que inesperadamente apareció.

Sin embargo, los que habían asistido a la misión vieron que no sólo se habían salvado del granizo sus cultivos.

Sino que sus tallos de trigo también estaban más cargados de grano del que se había previsto, al igual que el Santo había predicho.

Otro milagro profético se llevó a cabo en la diócesis de Vich, España, donde una pareja llamados José Rovira y Rosa Malats tenían dos hijas.

Una de ellas murió en la infancia y la otra hija, Cándida, deseaba en secreto entrar en la vida religiosa y, finalmente, le dijo a sus padres de su vocación.

Sus padres le pidieron que pensara bien en ello.

El padre y la hija consultaron a un amigo sacerdote llamado Padre Canals, prior de los Carmelitas de Vich.

Después de hablar con Candida y ver la pobreza y la edad de los padres, el sacerdote se mostró reacio a tomar una decisión ya que los padres estaban sin duda esperando que Candida fuera la alegría y la ayuda de su vejez.

Así que, sabiendo de la santidad del Padre Antonio María Claret, el padre Canals los envió a él.

Quien luego de entrevistar a la hija, reflexionó por unos momentos, oró y luego hizo este pronunciamiento profético al padre:

«Es la voluntad de Dios que Cándida se convierta un religiosa.
.
No tema en dar su consentimiento, ya que dentro de un año Dios le concederá la bendición de convertirse en padre de un hijo, que será su consuelo en su vejez».

El padre sonrió, dándose cuenta de que su esposa estaba más allá de la edad de tener hijos, pero él respondió al Santo:

«Si dentro de un año tenemos un hijo, vamos a dar nuestro consentimiento a nuestra hija para entrar en el convento».

Como predijo, nació un hijo exactamente un año más tarde.

Toda la ciudad había oído hablar de la profecía, y todos declararon que se trataba de un nacimiento milagroso. 

Candida, ahora liberada de responsabilidad, fue aceptada en la Tercera Orden de los Carmelitas de la Caridad.

Su hermano creció con salud y virtud y se convirtió, como el Santo había predicho, en el consuelo y la alegría de sus padres ancianos.

En otra ocasión, la Isla de Cuba estaba en la necesidad de una profunda reforma espiritual.

Por lo que el Papa, a sabiendas de la santidad y la virtud del Padre Antonio María Claret, le ordenó a la isla, y lo hizo arzobispo de Santiago el 20 de mayo de 1850.

En pocos años su extraordinario ejemplo de pobreza y piedad convirtió a muchas personas.

Sin embargo algunos no escuchaban o apreciaban el don que les fue dado en la persona extraordinaria del Arzobispo Claret.

Así que Dios le dió una señal.

Eran las 8:30 de la mañana del 20 de agosto 1853 el peor terremoto en la memoria golpeó Santiago de Cuba.

Todos los días durante varias semanas una réplica implacable siguió a otra, incluso hasta cinco en un día sacudieron la ciudad y las afueras.

Sólo con la presencia de su santo Arzobispo podía el pueblo de Santiago tener la esperanza de liberación de este horrible flagelo.

Muchos comenzaron a suplicar a Antonio por su intercesión, y lo hizo, de hecho, paró al menos un temblor erupción presionando su santa mano en el suelo.

Sin embargo, él sabía por inspiración divina que los terremotos eran la voluntad de Dios y dijo:

«Dios hace con muchos de nosotros como lo hace una madre con un niño dormido perezoso», explicó el santo.
.
«Ella sacude la cama para despertarnos y hacernos levantar.
.
Si eso no funciona, ella nos golpea.
.
El buen Dios hace lo mismo con sus hijos que están durmiendo en sus pecados.
.
Ha sacudido sus camas, es decir, sus casas por los terremotos, pero les perdonó la vida.
.
Si esto no los despierta, herirá con el cólera y la peste.
.
Dios me lo ha hecho saber a mí».

Aun así, muchos parecieron olvidarse de su profecía.

Apenas pasado el mes, cuando estalló el cólera, se difundió con la velocidad y el horror de un infierno.

El santo que estaba ausente en una misión de predicación, corrió a su casa para atender a su rebaño herido, rezando y trabajando con todos los medios para su bienestar espiritual y corporal.

Dentro de los tres meses, la peste se llevó casi tres mil vidas, es decir, una décima parte de la población de Santiago.

Y si bien la realidad de tanta miseria humana dolía a Claret, él tenía mucha mayor tranquilidad de saber que con la ayuda de sus fieles sacerdotes, al parecer, ninguna vida se perdería sin el consuelo de los últimos sacramentos.

 

LA PROFECÍA DE CLARET SOBRE CUBA Y FIDEL CASTRO

Hay varios relatos parecidos de esta profecía de Claret, que difieren en pocos detalles.

De acuerdo a una fuerte tradición oral y a escritos que conserva la congregación que fundó, la Virgen de la Caridad del Cobre se reveló a San Antonio, mientras recorría las montañas de Santiago de Cuba.
.
Diciendo que la Isla sufriría una dictadura de más de 40 años, que terminarán con la muerte del líder (Castro) en su cama y el “derramamiento de sangre”.

Nota que esto sucedió 100 años antes de la revolución cubana.

Se trata de una profecía de impresionante actualidad.

La profecía de San Antonio María Claret tiene más impacto hoy tras la muerte de Fidel Castro por vejez, en la cama.

Según la tradición, el Padre Claret estaba recorriendo las zonas montañosas de Santiago cuando se le presentó la Virgen de la Caridad para predecirle el futuro de Cuba.

Profecía que luego el sacerdote transmitió a sus feligreses y miembros de su congregación.

La revelación de la Virgen,

“Hablaba de un joven muy osado [Castro] que subiría por esas mismas montañas con las armas en la mano.
.
Y después de unos años bajaría triunfante con una espesa barba.
.
Acompañado de otros hombres también barbudos y con largos cabellos”.

Esos jóvenes traerían, colgando de sus cuellos, medallas de la Caridad del Cobre y crucifijos.

Que en poco tiempo dejarían de usar, para luego negar con vergüenza sus creencias”.

La profecía agrega que el joven líder,

“Sería aclamado por todos a causa de numerosas reformas de beneficio popular.
.
Se iría apoderando poco a poco de todo el poder, sumiendo al pueblo cubano bajo una férrea dictadura que duraría 40 años.
.
En los cuales Cuba sufriría numerosas calamidades y penurias.
.
Finalmente, ese hombre moriría en la cama”.

Tras su fallecimiento, continúa la profecía,

“Se produciría un corto período de inestabilidad y enfrentamientos.
.
En los que incluso llegarían a producirse algunos derramamientos de sangre.
.
Aunque luego la nación cubana volvería a levantarse poco a poco hasta llegar a ocupar un destacado lugar en el ámbito internacional”.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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