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La violencia engendra violencia.
La segunda religión en el mundo, el Islam, hoy tiene un ala violenta con un programa político para instalar el califato mundial, o sea islamizar todo el mundo. Pero en las zonas que el Islam controla toda la sociedad está armada para discriminar a las personas de otras religiones, de las formas mas violentas a las más pacíficas, cosa que no sucede en occidente donde es mayoritario el cristianismo.

 

los Rohingya

 

¿Pero que sucede cuando los mususlmanes se enfrentan con una religión que también tiene su veta violenta en países donde no son mayoría? Son exterminados como es el caso de Myanmar.

¿Y que sucede cuando algunos occidentales se cansan de recibir violencias juhadistas en su propia casa? Se generan grupos violentos que atentan en principio contra las propiedades musulmanas en general y luego no se sabe como puede seguir.

DE SU MISMA MEDICINA

Hace 3 semanas publicábamos un artículo que planteaba la escalada de violencia desatada por los jihadistas musulmanes en occidente, y decíamos en concreto que Boston, Estocolmo, Londres, París eran las últimas escaramuzas de un  corazón de occidente que se está viendo conmovido por la guerra lanzada por los musulmanes radicales, que parece no obedecer a una organización que planifica y genera focos de conflicto, sino que es parte de una guerra cultural llevada a cabo por “lobos solitarios”, que están convencidos que deben instaurar un régimen islámico en occidente. Ver aquí.

Esto se une a las violencias que sufren los cristianos en el mundo árabe, donde funciona formal o informalmente la sharía y quienes no creen en Allah pueden ser castigados ante la más mínima falta, como se ve en las noticias profusa y diariamente.

Pero toda acción tiene su reacción. En la última semana cinco establecimientos islámicos han sido incendiados en Londres, quizás como respuesta al asesinato reciente del soldado británico por un islamista, poniendo así más leña al fuego jihadista.

Todo esto a partir de la mecha encendida por los musulmanes radicales.

¿Pero que pasa cuando los musulmanes se encuentran con una religión violenta?

Eso se puede ver en Myanmar o Birmania, donde el 95% de la población es budista y la minoría musulmana no tiene derecho a la ciudadanía y se le prohíbe tener más de dos hijos, en una clara política de limpieza étnica.

EN UNA SEMANA, INCENDIAN CINCO ESTABLECIMIENTOS ISLÁMICOS EN LONDRES

La capital británica está siendo testigo de una campaña contra el Islam sin precedentes en el Reino Unido. Escuelas, internados y el Centro islámico Al-Rahlam, en Muswell Hill, fueron atacados por criminales anti-islámicos

En sólo una semana, cinco establecimientos islámicos fueron incendiados en la capital británica en una campaña anti-islámica sin precedentes en el Reino Unido.

La policía londinense registró en menos de siete días, incendios criminales de dos internados islámicos, del Centro islámico Al-Rahlam, en Muswell Hill, al norte de la capital, y de la escuela Darul Uloom, informó la agencia coránica, Iqna.

El último incendio fue provocado este miércoles en el internado de una escuela islámica, donde cerca de 130 personas, estudiantes y personal del establecimiento fueron evacuados en cuestión de minutos.

Después de esta serie de ataques, las autoridades policiales anunciaron que vigilarán las 24 horas varios establecimientos islámicos considerados vulnerables o que podrían constituir un objetivo para los criminales anti-islámicos.

POLÍTICA DE EXTERMINIO PARA LOS MUSULMANES EN MYANMAR

Birmania, un país aislado de casi 60 millones de personas, se encuentra en la esquina del sudeste de Asia entre India y China. También conocido como Myanmar, Birmania tiene actualmente una tasa de fecundidad de 2,21 hijos, y único en el mundo que no sufre de selección de sexo. Los Budistas comprenden alrededor del 95% de la población, pero hay una minoría musulmana que reside en el estado septentrional de Rakhine.

Estos musulmanes, conocidos como los rohingya, han sido apodadas, «las personas más oprimidas del mundo». En 1982, el gobierno birmano promulgó una ley de ciudadanía que eliminó a los rohingya de una lista de las minorías que son reconocidos como ciudadanos del país. Esto dejó a los Rohingya en apátridas, tienen la condición de inmigrantes ilegales. Sin recurso legal, en un país altamente corrupto, los rohingyas viven bajo la amenaza de la extorsión y el soborno de los funcionarios públicos locales.

Este abuso se ha convertido en la limpieza étnica en toda regla. Es difícil para los Rohingya obtener un permiso, requerido por la ley para tener un hijo. La ley actual castiga a las mujeres que tienen «hijos ilegítimos» con multas o penas de prisión. Los funcionarios locales se llenan los bolsillos con sobornos de parejas desesperadas por tener hijos. La cohabitación sin una licencia de matrimonio oficial se castiga con pena de prisión

La mayoría Arakan busca activamente prevenir que los rohingya se reproduzcan. En septiembre del año pasado, los líderes locales Arakan reafirmaron un límite de dos niños a los musulmanes del estado de Rakhine. Afirmaron que la ley beneficiará a los musulmanes, con el argumento de que su «rápido crecimiento en la población» alimenta la violencia étnica. La reducción de la población musulmana aliviaría las tensiones étnicas. La ley, como es lógico, no se aplica a los budistas.

¿Qué tipo de violencia causa el crecimiento de la población musulmana? Turbas de Arakaneses, a menudo dirigidos por monjes budistas, saquean tiendas musulmanas, incendian mezquitas, e incineran los barrios musulmanes enteros. ONG y periodistas han documentado escenas horribles de musulmanes ser quemados vivo en las calles de Birmania. Los niños que huyen de un barrio quemado han sido golpeados hasta la muerte con los policías que miran y no hacen nada.

Fuentes Population Research Institute, Valores Religiosos, Signos de estos Tiempos   

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