Descubre cómo la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús es la guía del Cielo en medio de la crisis de fe actual.
La renovación que buscamos los cristianos hoy en la Tierra es una obra de amor de Dios.
Y sólo por el amor podrá realizarse.
Y Dios desarrolló la devoción al amor del corazón de Su hijo para que nos guíe, en estos tiempos finales.
La devoción al Sagrado Corazón no es nuestra devoción hacia Dios, sino la devoción de Dios por nosotros, que Él nos pide que acojamos, pide nuestra reciprocidad y la reparación al daño que los pecados le infligen.
Y a cambio nos hace importantes promesas.
Aquí hablaremos sobre por qué Dios planificó el auge de la devoción a Su Sagrado Corazón para los momentos en que la pérdida de fe y los pecados fueran especialmente destructivos en la Tierra, cómo la desarrolló y cuál es su objetivo.
La devoción más antigua de los cristianos es la del Sagrado Corazón de Jesús, el Hijo de Dios.
Todavía no existían los santos Sacramentos y los demás objetos de devoción, cuando la Santísima Virgen María encontró su deleite en adorar al Dulcísimo Corazón de su Jesús; y San José estrechaba contra su pecho aquel Corazón.
Luego los Pastores y los Magos, Simeón y Ana, los Apóstoles y los discípulos anhelaron mostrarle el afecto y el amor de sus corazones.
Después Jesús llamó a todos los hombres a aprender, “que Él es manso y humilde de corazón”.
Sacó de Su corazón el mejor de todos los dones, el Sacramento de la Santísima Eucaristía.
Sobre la cruz, su Corazón se abrió y seguirá abierto, como lugar de refugio para todos.
Finalmente se manifestaron todas las riquezas de Su Corazón y Él mismo reveló Su deseo de que la devoción a Su Corazón fuera una de las más especiales, manejando los tiempos para su desarrollo para que tomara auge, en el momento en que Él sabía que la humanidad iba a ser surcada por el abandono de la fe y por los pecados más terribles.
Y prometió que derramaría la abundancia de sus gracias sobre todos los que se consagraran a su Corazón.?
¿De qué se trata todo esto?
De que en Su Sagrado Corazón late un canto de amor para todos los seres humanos.
La devoción al Sagrado Corazón es la devoción del amor, la única que puede desterrar la frialdad de nuestro tiempo.
Es una devoción que brota del amor, toma el amor como fin y se sirve del amor como medio.
Somos débiles, pero por el Corazón de Jesús nos haremos fuertes y por la caridad del Corazón de Jesús venceremos a la muerte y al infierno.
Y en el Corazón de Jesús, que está abierto, encontraremos el amor, que es la fuente de todas las virtudes.?
El fin de esta devoción para los seres humanos es triple.
El primero es retribuir por aquel amor sin límite de Jesús, del que Su Corazón es símbolo, que le hizo hacer tanto y sufrir tan inconmensurablemente por nosotros.
Y lo llevó a que nos concediera el más dulce y precioso de todos los dones, el Sacramento de la Eucaristía.
El segundo es reparar todas las injurias que se han hecho y se hacen a Su Sacratísimo Corazón.
Cristo pagó la deuda de los pecadores pero el pecado continúa.
Entonces los creyentes deben unirse a la reparación de Cristo y ofrecer las oraciones, sacrificios y penitencias para ayudar a reparar.
Y la devoción al Sagrado Corazón nos ayuda a entrar en el amor reparador de Cristo.
Y el tercero, que imitándolo seamos inspirados de los mismos afectos y de los mismos sentimientos que animaron su Corazón.?
El Sagrado Corazón arde con un poder incomprensible para crear el bien y destruir el mal.
Es un antídoto contra el enemigo, que trama metódicamente la destrucción del auténtico amor a Dios y al prójimo.
Durante las terribles tentaciones y los peores embates diabólicos, el Sagrado Corazón es un refugio.
Especialmente en la Adoración podemos mirar, orar, conversar, refrescarnos, discernir y llenarnos del combustible de la gracia para resistir al demonio y proclamar la victoria de Cristo.
Nuestro corazón unido al corazón de Cristo se convierte en una fortaleza impenetrable.
Los demonios pueden rodear la fortaleza pero no pueden entrar.
Y además, entre el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, hay una generación de poder donde ningún espíritu maligno se atreve a entrar.
En 1899 León XIII promulgó la encíclica Annum Sacrum, en la que consagró el mundo al Sagrado Corazón de Jesús.
Pero eso fue un pedido del Cielo. Y se llegó por tres revelaciones que incidieron en el Papa.
Santa Gertrudis en el siglo XIII, Santa Margarita María de Alacoque en el siglo XVII y María del Sagrado Corazón del siglo XIX, tuvieron visitas de Nuestro Señor pidiéndole el desarrollo de esta devoción y la consagración.
De modo que la devoción es un plan del Cielo y no una mera iniciativa humana.
Nuestro Señor se le apareció a Santa Gertrudis para revelarle a ella y al mundo el amor divino y humano de su Sagrado Corazón.
A Santa Margarita María le dio las promesas a los devotos de su Sagrado Corazón, y a través ella se realizó la gran difusión de esta devoción.
Y a la Beata María del Sagrado Corazón le pidió que gestionará la consagración ante el Papa.
La propuesta del Papa era que todas las personas del mundo, independientemente que fueran cristianas o no, fueran consagradas al Sagrado Corazón.
Cuatrocientos años antes de Santa Margarita María de Alacoque y 600 años antes de María del Sagrado Corazón, San Juan, el amadísimo Apóstol del Corazón de Jesús, se le apareció a Santa Gertrudis y juntos reclinaron la cabeza en el Corazón de Jesús.
Y le fue dicho por el Señor que esta revelación era un secreto reservado para estos últimos tiempos del mundo, para que después de tanta ruina y desolación, las almas débiles y descorazonadas se preparasen para un siglo de consolación, en el que la fe se renovará, florecerá la piedad y se reavivará la caridad.
A Santa Margarita María de Alacoque, el Señor le reveló los admirables dones de amor de su Corazón en toda su profundidad, las extraordinarias gracias para su santidad, y la promesa de que los carismas sobrenaturales se extenderían a todos los devotos del Sagrado Corazón.
Y le dictó las 12 promesas para las almas que se consagren a Su Sagrado Corazón, que te dejo en el artículo de nuestro sitio web, cuyo link está en la descripción del video.
Y el 4 de junio de 1897, cuando se inauguró la práctica de los primeros viernes de mes al Sagrado Corazón en su convento, María del Divino Corazón recibió del propio Jesús la misión de escribir a León XIII para que consagrara el mundo a Su Sagrado Corazón.
Y le dijo que su misión en la Tierra quedaría terminada cuando el Papa consagrara el mundo al Sagrado Corazón de Jesús.
Para el 11 de junio de 1899 León XIII programó oficialmente la Solemne consagración.
Y previamente, el 8 de junio, le había enviado a María del Sagrado Corazón, una copia de la encíclica Annum Sacrum, y ese mismo día, después de recibirla, ella murió.
Efectivamente Jesucristo se había tomado 6 siglos para desarrollar la devoción a Su Sagrado Corazón.
Y suscitó la representación pictórica con Jesús mostrando Su corazón sangrante con una herida de lanza, del que salen llamas en la parte superior, para representar Su inflamación de amor por los hombres.
Corazón del que también salen rayos de luz, que simbolizan que Jesús es la luz del mundo.
Bueno hasta aquí lo que queríamos demostrar de que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es de origen sobrenatural y fue planificada para nuestra época apóstata.
Y me gustaría preguntarte qué te ha impactado más de esta devoción.
PROMESAS
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
2. Pondré paz en sus familias.
3. Les consolaré en sus penas.
4. Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.
5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
6. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
7. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia.
8. Las almas tibias se volverán fervorosas.
9. Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección.
10. Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de Él.
12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final.
No morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos.
Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.
Las condiciones para ganar esta gracia son tres:
1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
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