Cómo Bendecir para lograr rápidamente la gracia y la misericordia de Dios.
El mundo está muriendo porque no apelamos a la gracia y a la misericordia de Dios, como Él quiere que hagamos.
Porque Él nos dijo, «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá».
Y la forma esencial de apelar a la gracia y a la misericordia de Dios sobre la gente, de pedir, buscar y llamar, son las bendiciones.
Pedir a Dios que bendiga a las personas, su salud, sus proyectos, su familia, sus posesiones.
Incluso bendiciones para nosotros mismos.
Aquí hablaremos del impresionante poder que tienen las bendiciones sobre el bienestar del mundo, las cosas y la gente, cómo se realizan las bendiciones que Dios alienta, qué se puede bendecir, quien puede bendecir y con qué resultado.
Habitualmente escuchamos a algunas personas decir “he sido bendecido”.
Se refieren en general al éxito, a la salud, a la familia, a la riqueza.
A veces le agregan la palabra Dios y a veces dicen que la vida les ha bendecido.
Sin embargo, sabemos que siempre es Dios quien otorga las cosas.
Y ser bendecido por Dios significa que Él le dio cosas sólo posibles por Su poder, porque Él es el creador de todo.
De este modo, las bendiciones hacen que Dios se manifieste en la vida de las personas, hogares e instituciones, cuando se le pide una protección especial y una gracia particular.
Y es la contracara de una maldición.
Porque Dios también proclamó maldiciones, como por ejemplo al animal que tentó a Eva a comer del fruto prohibido.
La bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona o la cosa.
El Génesis narra que Dios, al completar cada día de la creación, la bendijo
Dios bendijo a Abraham, y le dijo que mediante Él, serían bendecidas todas las familias de la Tierra.
Jesucristo y los Apóstoles bendecían, por lo que la práctica pasó a la Iglesia como el mayor de los sacramentales.
Las páginas del Antiguo y Nuevo Testamento muestran abundantes bendiciones.
En algunos casos realizadas por los patriarcas de las familias y en otros por los sacerdotes administrándolas a la gente.
Y en todas el objetivo central es asegurar la protección de Dios.
Hay una bendición especialmente notoria, que luego hizo famosa San Francisco de Asís, y que se usa como una de las bendiciones de los sacerdotes en misa, está en Números 6,
“El Señor te bendiga y te guarde, el Señor dejé que su rostro resplandezca sobre ti y te muestre su misericordia. El Señor te mire con bondad y te de la Paz”.
Y otra notoria es la bendición sobre la comida, que bendice a quienes produjeron la comida, pide comida para los que no tienen y para que la comida le caiga bien.
En definitiva, una bendición es un gesto que se realiza para pedir que Dios manifieste su gracia y protección hacia una persona, una relación, una casa, una empresa, un objeto.
Y cuando invocamos la bendición de Dios imploramos su benevolencia divina, confiando que Él responderá a nuestras necesidades.
La humanidad antes no merecía bendiciones porque estaba maldecida por el pecado original.
Pero esto cambió cuando Jesús revirtió las maldiciones del pecado original muriendo en la cruz y redimiéndonos.
Por eso hoy puedo pedirle bendiciones a Dios con mayor libertad.
Sin embargo, hoy faltan bendiciones en el mundo, porque los ateos no suelen bendecir, y mucho menos pedir la protección de Dios.
El poder de las bendiciones debería ser más usado, sobre personas, relaciones y alimentos por ejemplo, para pedir más que Dios intervenga en el mundo con Su gracia y misericordia.
También hay auto bendiciones, un ejemplo típico de un católico es cuando entra a un templo, moja los dedos en agua bendita y se hace la señal de la cruz.
Esta es una bendición que entra dentro de la categoría de los sacramentales.
Porque un sacramental es una oración, acción u objeto que prepara a una persona para recibir la gracia de Dios y cooperar mejor con ella, a través de la Iglesia.
La señal de la cruz a la entrada de la iglesia nos despierta la presencia de Dios y nos dispone a recibir las gracias de Dios.
¿Y qué puede ser bendecido?
Una amplia variedad de personas y cosas pueden ser bendecidas. El Catecismo menciona específicamente personas, comidas, objetos y lugares
Pero puede ser bendecido aquello que tenga un fin neutro o decididamente Santo.
Porque Dios no va a bendecir, por ejemplo, un cargamento de drogas, porque es negativo para la vida humana.
Sin embargo, hay bendiciones sobre algunos objetos que pueden ser discutidas, por ejemplo las bendiciones sobre armas, porque pueden verse como una máquina de matar, o como un instrumento de defensa ante agresiones.
Una razón de la bendición de un objeto es añadirle la virtud que lo aleje de influencias o interferencias malignas.
Así la Iglesia bendice objetos para cortar el mal y alejarlos de influencias malignas.
Por ejemplo, si una persona compra una imagen religiosa en una santería que vende también objetos para hacer Macumba y Vudú, la imagen debería ser llevada ante un sacerdote para que la bendiga.
Lo primero que hará es quitarle la influencia maligna a través del símbolo de la cruz, que es un signo claramente exorcista.
Y luego de quitada la influencia maligna, el sacerdote le incorporará virtudes que apuntan a recibir la gracia de Dios.
¿Y quienes pueden bendecir?
Hay varias partes que pueden estar involucradas en una bendición.
La persona bendecida o quien trae un objeto a ser bendecido.
La persona que realiza la bendición.
La Iglesia, que ha autorizado que se den algunas bendiciones en su nombre.
Y Dios, que es la fuente última de toda bendición.
La Iglesia no participa en todas las bendiciones, sino sólo en aquellas que ha autorizado, a través de ministros ordenados.
Mientras otras bendiciones son las realizadas por los laicos, por ejemplo cuando un laico le dice a otro “Dios te bendiga” o cuando los padres bendicen a sus hijos cuando salen de casa, o cuando bendicen los alimentos.
El numeral 1669 del Catecismo de la Iglesia Católica establece claramente que tanto laicos como sacerdotes pueden bendecir, aunque con diferencias.
La diferencia es que la bendición del sacerdote o del diácono se imparte con el peso de la Iglesia detrás, y por lo tanto tiene el valor de los méritos acumulados de la Iglesia a los ojos de Dios.
En cambio, en la bendición de un laico, por ejemplo de un padre bendiciendo a su hijo para implorar la protección de Dios, el valor a los ojos de Dios dependerá de la sinceridad y santidad de la persona que emite la bendición.
En el libro de bendiciones de la Iglesia Católica hay un repertorio de fórmulas para bendecir cosas y personas, por parte de sacerdotes y laicos.
De cualquier forma los laicos no tienen necesariamente que seguir las fórmulas, sino que son más que nada indicativas.
¿Y se puede bendecir a una persona que no cree en Dios, pedir la protección de Dios sobre ella?
Sí, porque Dios ama a cada persona como una de Sus creaciones, y Él desea fervientemente que regrese a Él y pase la eternidad con Él.
Cuando tú bendices a un ateo o a un agnóstico, en realidad estás abriendo un canal a través del cual Dios puede responder a tus oraciones sobre él.
Dios te escucha y está al tanto de tus súplicas a favor de la otra persona.
Entonces tus deseos son respondidos por Dios creando oportunidades para que esa persona regrese a Dios.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre el poder de pedir bendiciones a Dios, qué se puede bendecir y como hacerlo con eficacia en cada caso.
Y me gustaría preguntarte si tu sueles usar el recurso de las bendiciones y que sueles bendecir.
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