¿Se comunica Dios con los seres humanos individualmente hoy?

Para quien recién empieza, le es difícil comprender dónde encontrar las señales de Dios hablándole a él.

Le es difícil entender lo que oye de los curas que le dicen “habla con Dios, pregúntale que te contestará”.  

Lo primero que le surge es ¿cómo hago?, ¿qué lenguaje tengo que aprender para oírlo?, ¿cómo me entreno? 

Dios usa variadas formas de comunicarse con cada uno, no sólo la biblia.

A algunas personas se les presenta casi físicamente con visiones y locuciones.
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Mientras que en el otro extremo, a la mayoría de nosotros, nos envía señales a través de diferentes modos, menos evidentes y deslumbrantes.  

Pero en todos los casos debemos tener cierto entrenamiento para saber dónde se pueden hallar las señales de Dios.

Debemos tener la predisposición a buscarlas, a discernir si las señales vienen de Dios o no, y a interpretar lo que nos quiere decir.

Las señales que recibimos son lo que llamamos revelaciones privadas, personales, para distinguirlas de las revelaciones públicas que son las que dejó Nuestro Señor en la Biblia.

En este artículo hacemos una reseña de las formas que Dios tiene de comunicarse con nosotros, pero no son todas.

  

EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO

No hay duda que el creador del universo es un Dios que se comunica con el ser humano.

La palabra más clara e indudable de Dios la tenemos en la Biblia; y es la certera.

Ya en el primer libro de la Biblia en el Génesis se muestra como Dios le habló directamente a Adán e incluso se le apareció en forma física.

Después en el Antiguo Testamento aparecen una serie de profetas a quienes Dios les habla para que fueran intermediarios con el pueblo.

Algunos de los mensajes de Dios a estos profetas son mencionados en la Biblia pero también la Biblia menciona otros profetas cuyo material no está incluido en ella.

Luego en Hebreos 1: 1 del Nuevo Testamento dice,

“Dios, habiendo hablado desde hace mucho tiempo a los padres en los profetas de diversas maneras, al final de estos días nos habló en su Hijo

Esto quiere decir que a partir de ese momento el interlocutor entre los hombres y Dios es Jesús.

Fue el mismo Jesús quien le habló directamente a San Pablo en el camino a Damasco.

Dios Jesucristo hoy nos sigue hablando y comunicándonos, revelándonos, cosas personales.

Y nos habla de diversas maneras que relataremos en este artículo.

Muchas conversiones vienen de esto, como por ejemplo la de San Ignacio de Loyola, que sintió que Dios le estaba hablando directamente su lecho de convaleciente, cuando leyó las palabras de la Biblia,

“¿En qué beneficiará un hombre si gana todo el mundo y sufre la pérdida de su alma?”

Dios también elige a ciertas almas para hablarle directamente y muy evidentemente, que son los que hoy llamamos videntes.

Pero habla a todos sin excepción de manera directa a través de diversos métodos.

De modo que el mensaje que creemos recibir lo debemos discernir con aquellas palabras que sabemos realmente que son de Dios.

Más específicamente lo debemos discernir contra lo que dice la Biblia.

Si el mensaje que creemos recibir de Dios, por diversas formas de comunicación, contradice lo que está expresado en la Biblia, entonces muy probablemente debamos seguir investigando las señales de Dios para discernir las mejor.

Todo esto hace necesario el ejercicio de estar abiertos a la escucha de Dios.

Especialmente en aquellas formas de comunicación que Él suele utilizar.

Y esto no lleva a considerar lo que entiende la Iglesia por revelación.

videntes-de-medjugorje

  

REVELACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA

La teología católica distingue comúnmente entre lo que se conoce como la revelación pública y la revelación privada.

Revelación pública, es el tipo de revelación que encontramos en las Escrituras, es vinculante para todos los cristianos de todas las épocas.

Por el contrario, la revelación privada sólo es vinculante para aquellos a quienes les es dada.

La Iglesia Católica enseña que la revelación pública está cerrada hasta la Segunda Venida.

El Catecismo de la Iglesia Católica establece:

La economía cristiana, por lo tanto, desde que es la nueva y definitiva alianza, nunca pasará, y ninguna nueva revelación pública es de esperar antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo [CIC 66].

La revelación privada, sin embargo, está en curso:

A lo largo de los siglos, ha habido las llamadas revelaciones “privadas”, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia.
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Ellas
 no llegan, sin embargo, hasta el depósito de la fe.
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Su papel no es para mejorar o completar la revelación definitiva de Cristo
, sino para ayudar a vivir más plenamente en una cierta época de la historia.

Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sensus fidelium [es decir, el sentido colectivo de los fieles] sabe cómo discernir y dar la bienvenida en estas revelaciones a lo que constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia.

La fe cristiana no puede aceptar “revelaciones” que pretenden superar o corregir la Revelación de la cual Cristo es el cumplimiento, como es el caso de ciertas religiones no cristianas y también de ciertas sectas recientes que se fundan en tales “revelaciones” (CIC 67).

dios habla en sueños

  

SIGUEN EXISTIENDO LAS REVELACIONES PRIVADAS

Algunos asimilan las revelaciones privadas a las llamadas apariciones y llegan a considerar que la época de la revelación, incluso revelación privada ha terminado.

Sin embargo, esto es algo que la Escritura nunca dice.
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Ninguno de los autores del Nuevo Testamento dice que Dios va a dejar de usar visiones y fenómenos relacionados antes de la Segunda Venida.

San Pablo expresa la actitud cristiana apropiada hacia estos fenómenos de esta manera:

No apaguéis el Espíritu. No desprecies declaraciones proféticas. Probad todo y quedaos con lo bueno (1 Tesalonicenses 5:19-21.).

Los Padres de la Iglesia eran de la misma opinión.
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Cuando la Era Apostólica se cerró y comenzó la era de los Padres, no pensaron que Dios había dejado de repente de dar visiones.
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Reconocieron que las nuevas visiones no estaban en el mismo plano que la revelación que se encuentra en la Biblia (revelación pública).

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Pero reconocieron la continua presencia de las revelaciones privadas en la Iglesia.

No fue hasta la época de la Reforma Protestante que la gente comenzó a negar el concepto.

escuchar

  

DEBEMOS ESTAR ABIERTOS A VER Y ESCUCHAR

Aunque no todas las comunicaciones son tan explícitas como sueños y visiones.

Hay otras más sutiles, que vamos a enumerar más abajo.

Pero además de captar el evento como un signo con el cual Dios nos quiere comunicar algo, el punto central es discernir que nos quiere decir.
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Y esa es una de las principales funciones de la oración, en la que pedimos a Dios nos ilumine para comprender.

Sin embargo, suceden casos en que no comprendemos inmediatamente el mensaje.

Y ahí debemos tener la templanza de seguir adelante con el aparente pedido del Señor, porque más tarde se aclarará, como en el ejemplo de abajo.

niño orando

  

UN TESTIMONIO

Jane Hamon, escritora y profesora estadounidense relata esta visión.

Poco después de dar a luz nos dimos cuenta que nuestro hijo tenía un defecto congénito facial. 

Una mujer que vivía a 45 kilómetros de nuestra casa tuvo una visión de un bebé con calcetines en las manos y los pies

Ella comenzó a orar por el bebé a pesar de que ella no entendía la visión.

Más tarde esa semana dedicamos nuestro hijo al Señor durante el servicio de la noche del viernes. 

El defecto de nacimiento de nuestro hijo era tan sensible que teníamos que mantener los calcetines en las manos para que no se lastimara.

Cuando se llevó a cabo la dedicación de nuestro hijo, la mujer, que estaba de visita en esa noche, reconoció que él era el bebé de su visión.

Dios usó una visión para inspirar a esta mujer para organizar la oración para mi hijo durante sus primeros días de la infancia y la cirugía correctiva.
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La visión y oraciones nos bendijeron con un aliento fresco y esperanza durante una temporada muy traumática en nuestras vidas.

Este es un ejemplo de cómo Dios se comunica, pero lo hace en muchas más formas que en sueños y visiones. 

Por eso quisimos hacer un listado de los métodos y formas en que Dios se comunica con nosotros y nos da respuestas.

Ante cada signo, la reacción debería ser “que me está diciendo”.

Sagrada Escritura

  

LOS MÉTODOS ESTÁNDAR

  

LA PALABRA DE LA BIBLIA. Allí está su revelación, aunque no totalmente explícita sino para irla descubriendo.

Cada vez que leemos un pasaje se presenta con nuevos significados para nosotros.

  

LOS HECHOS. En las cosas que nos suceden están las contestaciones de Dios a nuestras preguntas.

  

LA ORACIÓN Y LA ADORACIÓN. Orar y postrarse ante el santísimo sacramento son la forma de diálogo que tenemos con Dios.

En la repetición monótona del rosario y en el silencio de la adoración podemos obtener respuestas a nuestras interrogantes.

  

LOS CONSEJEROS. Englobamos aquí a los exégetas del cristianismo que nos interpretan las enseñanzas, a los pastores en sus homilías.

Y también diálogos personales, e incluso amigos que nos hacen llegar respuestas a lo que buscamos.

  

OTRAS INSTANCIAS DONDE BUSCAR LOS MENSAJES

Los mensajes de Dios ante nuestras preguntas pueden venir de diferentes sucesos.

Por eso no debemos estar distraídos y pensar en cada caso, que nos quiere decir.

Y si parece extraña la forma en que nos llegó el mensaje, entonces debemos pedir una confirmación.

Este listado lo hacemos para que tengamos los ojos, oídos y corazón abiertos para discernir las señales.

  

ATRACCIÓN INSTANTANEA. Cuando dos personas congenian.

Son como dos piezas que encajan la una en la otra, y eso permite una comunicación fluida para escuchar el mensaje.

  

AUGURIOS. Son acontecimientos o fenómenos que parecen presagiar un evento futuro.

Por ejemplo un pájaro negro (malo).

  

COINCIDENCIAS. Cuando los acontecimientos parecen tener algún tipo de conexión sin que en apariencia exista ningún plan o proyecto.

  

CORAZONADAS. Son una fuerte sensación intuitiva relativa a un acontecimiento o resultado futuro.

  

DIOS A TRAVÉS DE LOS DEMÁS. Define el principio de que DIOS nos habla por boca de otras personas.

Quienes nos dan respuestas que estábamos buscando sin que les preguntemos.

  

EFECTO ECO.  Se trata del uso que hace DIOS de la repetición de acontecimientos, ideas o personas para decirnos algo.

Se remite a la experiencia de oír lo mismo o ver a las mismas personas, objetos o mensajes en un breve lapso de tiempo.

  

ENSUEÑOS. Son una creación visionaria, a menudo ilusoria, de nuestra imaginación.

Si lo combinamos con la meditación podemos alcanzar la percepción sobre cuál es la voluntad de DIOS para nuestra vida.

  

EPIFANÍA. Es una repentina manifestación o percepción de la naturaleza o del significado esencial de una cosa.

Es una comprensión intuitiva de la realidad mediante algo normalmente sencillo pero sorprendente.

  

FENÓMENOS NATURALES. En los tiempos bíblicos DIOS a menudo hablaba a través de fenómenos naturales: viento, tormentas, arco iris, fuego, nubes, zarza ardiente, etc.

  

IMPRESIONES MENTALES. Cuando algo en nuestra mente parece estar dándonos nuevas ideas o  modificando nuestro pensamiento pero no se oye sonido audible alguno, es posible que DIOS nos esté hablando a través de impresiones mentales.

Estos pensamientos son distintos de los que desarrollamos en nuestros monólogos interiores habituales.

Una impresión mental puede impulsarnos a decir “¿de dónde he sacado esta idea?”.

EscucharaDios

  

INTUICIÓN. Es la capacidad o facultad de obtener un conocimiento o cognición directos sin recurrir al conocimiento racional y a la información objetiva.

  

LLAMADAS DE ATENCIÓN. Advertencias o avisos repentinos o sorprendentes que pueden captarse mediante una sensación visceral, una intuición o un obstáculo físico.

Pueden adquirir la forma de un susurro al oído o una impresión mental que se percibe como una idea inconfundiblemente ajena.

  

MANIFESTACIONES SENSIBLES. Hechos extraños que captan los sentidos, como por ejemplo un aroma de rosas cuando se reza el Rosario.

El Padre Pío enviaba mensajes a sus ‘hijos’ mediante el aroma.

  

MILAGROS. Se trata del uso que hace DIOS del asombro y el espectáculo para llamar la atención respecto a su omnipotencia, la majestad de su creatividad y su infinito poder.

  

MURMULLOS DE ANGELES. Es un habla suave al oído de parte de un mensajero de DIOS cuando necesitamos ayuda o consejo especial o urgente.

  

PREMONICIONES. Anticipar un acontecimiento sin razonarlo conscientemente, se trata de advertencias.

  

PRESAGIOS. Cuando un acontecimiento anuncia otro y nos prepara para un evento culminante.

  

REACCIÓN VISCERAL. Es una respuesta intuitiva ante una persona o situación que entraña la activación de emociones básicas, es una respuesta inmediata y espontánea.

  

SABIDURÍA INTERIOR. Cuando no tenemos hechos que nos respalden, pero algo nos dice que una cosa es cierta, estamos confiando en nuestra sabiduría interior.

  

SERENDIPIDAD. Es la facultad de realizar descubrimientos afortunados de forma accidental mientras se está buscando otra cosa.

  

SEÑALES DIOS. Nos trasmite sus mensajes a través de carteles, postales, tarjetas de visita, titulares, publicidad.

La aparición inesperada pero oportuna de un animal.

Un objeto o un acontecimiento puede captar nuestra atención.

La experiencia de recibir una señal suele tener un regusto mágico y puede transmitir un consejo o un mensaje de aliento.

  

SINCRONICIDADES. Son coincidencias significativas que entrañan siempre un elemento temporal crucial.

Una interacción entre dos personas o acontecimientos paralelos sin previa cita o plan es una sincronicidad.

  

TENER PINTA DE SER CIERTO. Un hecho tiene pinta de ser cierto cuando oímos a alguien hablando sobre algo de lo que nosotros no sabemos nada de primera mano, pero que debido a cierta resonancia y conexión mental y emocional, reconocemos como auténtico.

  

SUEÑOS. Son series de pensamientos, imágenes o emociones que transcurren mientras dormimos. Una creación visionaria de la imaginación.

Como si se tratase de una premonición, un sueño puede vaticinar el futuro o proporcionar una caja de resonancia para los problemas con que pronto nos toparemos.

  

TELEPATÍA. Es la comunicación mental a través de medios extrasensoriales.

Es como si unos cables telefónicos invisibles trasmitieran mensajes entre dos o más personas.

  

VISIONES. Experiencias místicas de ver como si lo hiciésemos a través de los ojos de un ente sobrenatural.

La visión en si misma suele ser una aparición milagrosa que comporta una revelación.

  

EN DEFINITIVA ES SU SUAVE VOZ

El profeta Elías, avisado de que el Señor iba a pasar, se dispuso a esperar.

Y aprontó sus oídos para escuchar y sus ojos para ver.

“El Señor pasó, y entonces sopló un viento huracanado tan violento que partía los cerros y quebraba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento.

Después, hubo un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto.

A continuación brilló un rayo, pero el Señor tampoco estaba en el rayo.

Y después del rayo se sintió el murmullo de una suave brisa”. (1 Reyes 19, 3-15)

Y en la suave brisa estaba el Señor.

Esta Palabra nos enseña cómo puede llegarnos la voz de Dios.

Dios, que es inmenso, incontenible y por lo mismo, Todopoderoso, se dirige a nosotros con la ternura y la delicadeza que usa un padre para hablarle a su bebé.

Y el bebé recibe esa muestra de cariño paterno con la alegría que despierta el recibir amor.

Pero – lamentablemente para nosotros- no ocurre lo mismo en nuestra vida…

Estamos sumergidos en la cultura del estruendo.

Todo es ruidoso en nuestro día a día desde el momento que suena la campanilla del despertador.

La radio y los jingles que pretenden vendernos sueños a veces inalcanzables, los motores y bocinas en la calle, las discusiones y peleas a voz en cuello reclamando derechos.

Los videos con que se nos bombardea muestran, en secuencias casi subliminales, la transformación violenta de imágenes en otras y en otras, como en un efecto dominó que finalmente logra fragmentarnos el cerebro.

Como consecuencia, somos incapaces de “soportar” aunque más no sea un minuto de silencio.

El maligno sabe de lo que se trata.

Conoce perfectamente que a Dios se lo encuentra en el silencio.

Por eso nos aturde.

De mil maneras diferentes, todas ellas exitosas.

Logra su objetivo principal: alejarnos lo más posible de Dios.

Y nosotros, que hemos recibido del Creador el inmenso regalo del libre albedrío, se lo entregamos envuelto para regalo al manipulador de conciencias.

¿Puede concebirse estupidez mayor?

Hemos recibido y seguimos recibiendo de Dios toda clase de bendiciones y regalos.

Pero, claro, no nos conforman el cielo azul, el aire limpio, el agua pura, nuestro cuerpo que podemos mover casi antes de que nuestro cerebro se lo ordene, nuestras piernas, nuestras manos.

Los árboles que embellecen nuestro horizonte y respiran para nosotros. Las flores que nos deslumbran con su belleza.

“Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos”. (Mateo 6, 28).

Nada de eso apreciamos, porque lo tenemos sin pedir.

Anhelamos otras cosas, los brillos de los autos nuevos, la elegancia de la ropa costosa, los perfumes caros, los zapatos de marca, la tecnología que nos hace más fácil todo.

Lejos quedó la maldición bíblica: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” (Génesis 3, 17).

El hombre se siente vencedor: cree haber derrotado a Dios.

Ya consigue su pan sentado cómodamente en una computadora. Llega bañado y perfumado y se retira igual.

Para no inquietar su mente olvida, despreocupadamente, que hay quien sigue inclinando su cuerpo duramente sobre la tierra, para generar los alimentos que él comerá.

Y el día que el agricultor se canse y prefiera una computadora, se acabará el alimento.

La consigna es no pensar demasiado. Aturdirse es mejor.

Y por lo tanto, elige el ruido constante que lo atonta y le impide pensar claramente.

Sin que él lo perciba, confunde sus valores, le quita libertad, lo despoja de aquello a lo que Dios lo hizo acreedor.

Pero, increíblemente para él, en esa loca carrera para obtener más y más, no se siente satisfecho.

Porque el Creador imprimió en lo más intimo de su ser el deseo de Él.

Es Su marca registrada, Su patente de invención, Su derecho de autor, el royalty que nadie puede negar ni despreciar. Y menos hacer desaparecer.

San Agustín lo sabía bien. Le costó años entenderlo, pero la Gracia del Señor hizo el milagro.

“Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”.

Podremos correr, agitarnos, desear sin límites y afanarnos buscando aquello que deseamos, pero si no hacemos silencia para escuchar la voz de Dios que nos habla siempre desde lo profundo de nuestro corazón, viviremos en vano y moriremos en vano.

Y pondremos en riesgo nuestra salvación eterna.

¿No sería hora de detenernos para escuchar en el silencio lo que el Señor tiene para decirnos y como consecuencia volvernos a Él que nos ama como nadie nunca lo hizo?

Es nuestro Padre amoroso y nos espera para darnos aquello que creó para nosotros y que ni siquiera podemos imaginar.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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