Todos somos tentados, no escapamos.

Pero para poder luchar con ellas con éxito debemos comprender cómo funciona la tentación.

Luego, asegurarse de tener puesta una capa de protección preventiva.

Y si la tentación supera esa primera capa, hay que saber qué hacer.

Uno es tener una armadura fuerte para protección previa.

La fe es fundamental para el rechazo de la tentación y para la liberación.
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Esto lo vemos en varios pasajes de la Biblia en que Jesús usa la fe para liberar.

En Marcos 5: 1-20, un hombre poseído se arroja a los pies de Jesús pidiendo sanación.

En Mateo 17: 14-17 se cuenta de un hombre que le pide a Jesús que libere a su hijo poseído.

En Mateo 15: 21-28 una mujer sirofenicia presenta la petición sobre su hija a Jesús.

Todos estos tenían fe en la sanación de Jesús y se convirtió en el insumo para la liberación del mal.

Parece que la fe desata el poder de Dios en situaciones desesperadas.

Recientemente se ha informado que la Asociación Internacional de Exorcistas ha informado sobre un aumento dramático en la actividad del demonio.

Y es perfectamente entendible que así suceda, porque el mundo cada vez cree menos en Dios, tiene menos fe.

Y los cristianos están en plena apostasía renegando de su fe primigenia.

Lo ideal siempre es no tener que enfrentarse en una lucha cuerpo a cuerpo con el demonio.

Porque no olvidemos que él es un ángel y tiene más capacidades que la que nosotros disponemos.

Por tanto la primera estrategia tiene que ser de la prevención.

Aquí te ofrecemos g resguardos que debes tener para proteger y mantener a raya al enemigo

Y luego te daremos consejos cuando la tentación desborda la capa de contención inicial.

Pero comencemos hablando de la anatomía  del pecado y datos básicos para comprender cómo actúa la tentación.

  

LA ANATOMÍA DEL PECADO: LA PRIMERA TENTACIÓN

La primera tentación que hubo en el mundo, según la Biblia, es la que se describe en el Génesis 3.

Y cuenta como la serpiente tentó a Adán y Eva y los hizo caer en el pecado.

Por eso es bueno ver cómo actúa el maligno para tentar a nuestros primeros padres y sacar conclusiones de ello.

Dios le había dado a Adán la posibilidad de comer de cualquiera de los árboles del Jardín del Edén para alimentarse.

Pero les advirtió que no comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal porque morirían.

Esto significa que comer de ese árbol era considerado un pecado para Dios, que llevaba a la muerte.

El ataque del maligno comienza sugiriendo que Dios es irrazonable al prohibirle comer los frutos de uno de los  árboles.

Siembra la semilla de que Dios les coarta la libertad.

Luego de esto pasa a sembrar la desconfianza sugiriendo que Dios les quiere ocultar algo.

Y les revela que si comen de ese fruto serán como dioses, apelando así a su orgullo y ambición.

En esta primera etapa se aflojan las ataduras intelectuales de la obediencia.

Luego el texto dice que la mujer vio que el árbol era bueno para comer, una delicia a los ojos.

En esta etapa la tentación pasa a convertirse en un deseo que entra por los ojos y actúa sensualmente.

El afloje de la obediencia es complementado con un deseo carnal.

Es entonces cuando Eva concibe el pecado en su corazón.

El recorrido de la tentación en el jardín del edén comienza entonces con un aflojamiento de la confianza de lo que Dios nos recomienda no hacer

Pasando luego por las ventajas intelectuales de rebelarse.

Dispara después el deseo emocional del pecado.

Para generarse luego un deseo físico de comer la fruta.

A partir de ahí Adán y Eva llegaron a la muerte espiritual, que es el fruto de la desobediencia cuando se cede ante la tentación.

  

COSAS IMPORTANTES PARA COMPRENDER LA TENTACIÓN

Veamos algunos pensamientos de la enseñanza de la Iglesia al respecto.

La tentación es una atracción, ya sea desde fuera de uno mismo o desde dentro, para actuar en contra de la razón correcta y los mandamientos de Dios (CIC #538).

Los pecados capitales: el orgullo, la codicia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza / la pereza están en la raíz de toda tentación.

El hombre nunca está totalmente libre de la tentación… Pero con paciencia y verdadera humildad nos volvemos más fuertes que cualquier enemigo” (Papa Benedicto XVI). 

“La paciencia y la humildad necesarias para vencer al enemigo vienen al seguir a Cristo todos los días y aprender a construir nuestra vida fuera de él” (Papa Benedicto XVI).

La victoria que conquista el mundo es nuestra fe (1 Juan 5: 4). Cuando caigamos, comienza de nuevo en la fe.

El regalo de la fe es dinámico. Nos lleva a la victoria de Dios sobre la tentación y el pecado.

Lo opuesto a la fe en Dios es el orgullo.

Porque una persona orgullosa piensa que todo depende de él, como si Dios no existiera en su vida. La autosuficiencia frente a la tentación es una locura.

La tentación nos cierra. “Nos quita la capacidad de ver el futuro, cierra cada horizonte y de esta manera nos lleva al pecado” (Papa Francisco).

Cristo siempre está dispuesto a enseñarnos cómo escapar de la tentación. “Jesús es grande porque no solo nos saca de la tentación, sino que también nos da más confianza” (Papa Francisco).

Si nuestra fe se vuelve tibia y no tiene expresión, Dios puede permitirnos caer. “Dios no quiere el mal, pero puede querer sus consecuencias, ya que las consecuencias del mal imparten gracia y el llamado a convertirse” (P. Tadeusz Dajczar). 

Las tentaciones son comunes al género humano. Pero “Dios es fiel y no permitirá que te prueben más allá de tu fuerza, pero con la prueba Él también te dará una salida, para que puedas soportarla” (1 Co. 10:13).

 Cuando nuestro vínculo de amor por Dios se fortalece mediante la confesión sacramental.

Nuestra armadura espiritual se fortalece para resistir las continuas tentaciones del mundo, la carne y el diablo.

Sabiendo estos datos sobre la tentación ahora es posible armar una estrategia para que la tentación no te domine.

  

6 ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN CONTRA EL MALIGNO

  

MANTENERSE ALEJADO DE CUALQUIER COSA OCULTA

La sabiduría popular dice que los que juegan con fuego se queman.

Por lo tanto quienes juegan con el maligno pueden ser influidos por él sin darse cuenta.

El Padre Pío decía que el diablo es como un perro rabioso atado a una cadena.

Si te mantienes fuera del alcance de la cadena del perro no podrá atacarte, lo único que podrá hacer es ladrar.

Sin embargo hay gente que busca contacto con fuerzas espirituales que no vienen de Dios, sin medir las consecuencias.

Estamos hablando de New Age, Wicca, Yoga, sanaciones espirituales, adentrarse por ejemplo en Harry Potter, jugar a videojuegos con temáticas ocultas, mirar series de TV que hablan de vampiros, hombres lobo, brujería.

Hay que evitar el contacto directo con estas fuerzas que están detrás de lo oculto.

Lee el catecismo de la iglesia católica #2115-2117.

  

NO DESAFIAR ATREVIDAMENTE AL DIABLO

Lucifer era un ángel poderoso, que muchos padres de la iglesia sostuvieron que era el de rango más elevado en el cielo.

Que se convirtió en el líder de la rebelión contra Dios.

El Apocalipsis 12 se dice que es un ser espiritual muy poderoso.

De modo que es una estupidez desafiarlo.

Porque si te enfrentas directamente con él, en su propio campo, difícilmente puedas vencerlo.

Y además como él no es una criatura humilde se concentrará en vencerte a ti, para mostrarte que él es más poderoso que tú.

Por lo tanto es recomendable permanecer lejos de él para que no tenga ninguna capacidad de infiltrarse en tu vida.

Debes escudarte en la fe y en la Iglesia, y rechazar cada una de sus proposiciones sin más.

  

VIVIR UNA VIDA DE FE Y DE ORACIÓN

La táctica es estar lo más posible cercano a Dios, alimentando tu relación con él, por lo tanto ser fiel a la oración.

El maligno no puede atacarte cuando tú estás cercano a Dios profesando una fe auténtica,

Después de todo es lo que todo Cristiano está llamado a hacer: cultivar su fe y vivir en oración.

Sin embargo hay casos de místicos como San Juan María Vianney, el Padre Pío, San Juan de la Cruz, Santa Teresa y muchos más, que han tenido fuertes ataques físicos y espirituales del maligno, a pesar de su cercanía con Dios y su vida de oración.

Esto es excepcional y fruto de que el maligno los consideraba especialmente peligrosos, porque estaban destruyendo su reino.

Es un misterio porque Dios permite que estos santos tengan esos ataques espirituales y físicos del demonio.

La literatura mística dice que Dios lo permite para qué estas personas crezcan en santidad.

Y de hecho todos estos santos se burlaban del demonio, a pesar de las palizas que les daba, porque ellos sabían que no podía hacerles daño.

En definitiva, entonces, la parte central de la armadura es la fe y la oración.

  

CERRAR LAS HERIDAS PERSONALES POR LAS QUE PUEDE ENTRAR EL MALIGNO

Las heridas humanas no sanadas y no trabajadas, como traumas, abusos, dolores intensos, pecados del pasado, heridas internas, pueden ser la puerta por la que entre el maligno.

Lo cual es agravado por estilos de vida pecaminosos y el efecto acumulativo de actos de desobediencia a Dios.

Todas estas cosas son situaciones que nos alejan de Dios y nos hacen débiles frente a los ataques.

Estas vulnerabilidades del alma deben ser atendidas adecuadamente para prevenir la influencia del mal.

Debemos preocuparnos por la curación de las heridas dedicándole tiempo y esfuerzo.

En algunos casos estás heridas se cierran con la confesión, que es el principio central de la sanación cristiana.

Y a veces también necesitan asesoramiento psicológico, psiquiátrico, etc.

La meta es llegar a un estilo de vida sano, alegre y centrado en la fe.

  

CULTIVAR LA HUMILDAD

El demonio no puede soportar la humildad, no puede soportar al hombre santo.

La humildad es la contracara del pecado primordial del diablo, que es el orgullo.

Los santos han permanecido en general inmunes por su humildad y sencillez.

El ejemplo más claro que tenemos de inmunidad hacia el demonio es el de la Santísima Virgen, que era un ejemplo de humildad, y siendo la enemiga más odiada por el maligno este no pudo atacarla nunca.

San Francisco de Asís sabemos que era asaltado por tentaciones de la carne y el único remedio espiritual que funcionó para alejarlas fue la humildad.

El intentó de todo para calmar sus pasiones pero nada le funcionó.

Cuando le asaltaban las tentaciones pedía a un hermano que orara por él durante la tentación, por su humildad, y así el diablo salía despavorido.

  

COMPRENDER QUE EL DIABLO ES UN EXPERTO EN LA TENTACIÓN

San Pedro lo describe como un león rugiente buscando a quien devorar.

Su habilidad tentadora la ido perfeccionando a través de los siglos.

Él sabe cómo tentar.

Mediante el estudio de tu vida él sabe cuáles son tus debilidades, tus heridas, tus necesidades dominantes no controladas.

Y entonces es capaz de presentarte un cebo para llevarte al pecado.

En las escrituras parece claro, que el amor al dinero que tenía Judas lo hizo fácil presa del maligno y lo perdió.

El demonio también sabe cuándo tentar.

Sabe cuándo poner en marcha una estrategia de tentación exitosa.

El busca tus momentos de debilidad y cuando estás con la guardia baja.

El demonio tentó a Jesús en el desierto al final de su ayuno de 40 días y 40 noches, cuando sintió hambre.

La debilidad física de Jesús abrió la puerta a las tentaciones (Mateo 4: 1-3).

De modo que si el demonio esperó el momento de debilidad de Jesús, usará a esa táctica con nosotros.

Esto nos avisa sobre cómo enfrentar el ataque del demonio.

Cuando el demonio nos ataca debemos ser conscientes que lo está haciendo tratando de penetrar a través de nuestra debilidad central.

Entonces en ese momento lo principal es trabajar sobre esa debilidad a marcha forzada.

Clausurar la puerta de entrada ofreciendo a Dios como veremos más abajo.

Pero puede suceder que la tentación superó nuestra capa de protección, por lo que debemos saber cómo liberarnos.

  

12 MANERAS DE SUPERAR LA TENTACIÓN

Estas estrategias están pensadas para el momento propicio en que tú sientes que estás siendo tentado.

  

1 – Evitar y / o huir de ella

A veces la discreción es la mejor parte del valor.

“Ella lo agarró por su capa y le dijo:¡Acuéstate conmigo! Pero él dejó su manto en su mano y salió corriendo de la casa” (Gén 39:12)

  

2 – Ofrece tu mente y pensamientos a Dios

Él sabe mejor que nosotros lo que es bueno.

“Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, lo que sea noble, lo que sea correcto, lo que sea puro, lo que sea encantador, todo lo admirable, todo lo excelente o digno de elogio, piensen en tales cosas”. (Fil 4: 8)

  

3 – Trabaja para superar tu egoísmo

El verdadero amor no conoce el egoísmo. Porque, si amas a Jesús, no te perteneces a ti mismo

“Y tú eres de Cristo, y Cristo es de Dios”.  (1 Cor 3:23)

  

4 – Esperar y estar listo para la tentación

Necesitamos estar preparados para la batalla espiritual.

“Por tanto, vestíos de la armadura completa de Dios, para que cuando llegue el día del mal, podáis permanecer firmes, y habiendo hecho todo, estar firmes”. (Efe. 6:13)

  

5 – Recuérdate a ti mismo de las consecuencias del pecado

Con la ayuda de Dios puedes vencer la tentación.

“Los actos de naturaleza pecaminosa son obvios: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, ataques de ira, ambición egoísta, disensiones, facciones y envidia; embriaguez, orgías y cosas por el estilo.

Les advierto, como lo hice antes, que aquellos que viven así no heredarán el reino de Dios”. (Gál. 5: 19-21).

  

6 – Memoriza la Palabra de Dios

Llenar nuestras mentes con los pensamientos de Dios y tenerlos a nuestra disposición es muy sabio.

“Él respondió: Bienaventurados más bien son los que oyen la palabra de Dios y la obedecen” ( Luc. 11:28).

  

7 – Cultiva un sentido de la presencia de Dios en la oración

Pero no solo escuches, obedece.

No dejes pasar un día sin que ores.

“Acércate y escucha todo lo que dice el Señor Nuestro Dios.

Entonces dinos todo lo que el Señor Nuestro Dios te dice.

 Escucharemos y obedeceremos”. (Deut. 5:27)

  

8 – Confesión frecuente

Esto nos sana y comenzamos espiritualmente sanos.

“Por lo tanto, confiesen sus pecados el uno al otro y oren el uno por el otro para que puedan ser sanados.

La oración de un hombre justo es poderosa y efectiva” (San 5:16)

  

9 – La responsabilidad nos ayuda a evitar el pecado

Cuando somos responsables ante el hombre y Dios, nos ayuda a vencer la tentación.

“Entonces el Señor le dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel?

No sé, respondió. ¿Soy yo el guardián de mi hermano?

El Señor dijo:¿Qué has  hecho?

¡Escucha! la sangre de tu hermano me grita desde la tierra” (Gén. 4: 9)

  

10 – Recuerda quién es tu verdadero enemigo y sus tácticas

“Nuestra lucha no es contra enemigos de sangre y carne, sino contra los gobernantes, contra las autoridades, contra los poderes cósmicos de esta oscuridad presente, contra las fuerzas espirituales del mal en los lugares celestiales. 

Por lo tanto, toma toda la armadura de Dios, para que puedas resistir en ese día malo y haber hecho todo, para permanecer firme” (Efe. 6: 12-13)

  

11 – Piensa en tu recompensa celestial y no solo en esta vida

“Bienaventurado quien soporta la tentación.

Tal persona ha resistido la prueba y recibirá la corona de vida que el Señor ha prometido a los que lo aman” (San. 1:12).

  

12 – Recibe la Eucaristía regularmente

Aquellos que sí tienen a Jesús permanece en ellos y ellos permanecen en Jesús.

“Los que comen mi carne y beben mi sangre permanecen en mí, y yo en ellos.

Así como el Padre viviente me envió, y yo vivo por el Padre, así también el que me come vivirá por mí” (Juan 6: 56-57).

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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