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Cómo Relacionarnos Correctamente con Dios para Traer Su Poder a Nuestra Vida

Habitualmente sentimos que permitimos que la negatividad prevalezca en nosotros.

Nosotros le damos la fuerza. La alimentamos.

Eso es porque magnificamos la oscuridad – enfermedad, mala suerte, accidentes, dificultades familiares, económicas – en lugar de magnificar a Dios.

oraciones en tiempo de afliccion

Todo esto lo sentimos como parte de nuestra psicología, de nuestras emociones, de nuestras debilidades humanas.

El mal reside dentro de nuestros pensamientos y nuestra psicología, porque es trasmitido por la cultura, por el entorno.
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Y por lo tanto hay que luchar contra él tanto en la cultura como contra la parte que ella que está depositada en nuestras emociones y pensamientos.

Para ello debemos confiar en las enseñanzas de la Iglesia y no caer en una religiosidad experiencial y basada sólo en las emociones.

   

NOS ENFRENTAMOS INCORRECTAMENTE CON EL MAL 

Es importante reconocer, aislar y sofocar el mal, pero en realidad, ¿tenemos que obsesionarnos con lo «malo»? 

¿No podría incluso ser sabio a veces ignorar un problema una vez que hemos hecho lo que podemos, dejándolo ahora en manos de Dios?

La «obsesión» tiene el siseo de la serpiente, y cuando llegamos a estar demasiado inmersos en un dilema, es como usar una lupa.

Los detalles crecen fuera de proporción; quedamos consumidos.

Magnificar, enaltecer a Dios en su lugar es lo más adecuado.

Oremos como rezaba Juan Pablo II, y como lo hizo Juan XXIII. La alabanza es nuestra gran defensa.

Ver a Dios como más grande que el edificio más alto mientras al diablo más pequeño que un grano de arena, es la forma correcta de comparación.

¡Su misericordia es muy fuerte!

No «entretenerse» con lo negativo o comportarse como un disco rayado. Esto no tendrá fin.

En lugar de una lente de aumento, en lugar de un microscopio, en lugar de detenerse en cada detalle oscuro, utilizar un telescopio – mirando tu problema en todo el conjunto.

Por lo que el problema parecerá pequeño y distante. Pronto, esa será la realidad.

Dios creó todo. Todo está bajo su dominio.
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Y es una gran prueba de la vida ver si podemos abandonar nuestros problemas y sufrimientos y a nosotros mismos a Él, como lo hizo Jesús en el Calvario.
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Cuando lo hacemos, abrimos el camino para que los milagros sean posibles.

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Podemos mover la «montaña». El Señor sopla en nuestro camino.
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Ascendemos.
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Quizás aún mejor, Su poder se intensifica a nuestro alrededor.

Cuando nos convertimos en obsesionados con un problema es cuando le damos el poder al mal.

manos tocandose enfermo fondo

   

SIEMPRE ESTAMOS EN UNA SITUACIÓN TERMINAL EN LA TIERRA

Un asesor financiero te muestra cifras rojas. Tu hijo falla en la escuela. Tienes una crisis en una relación. Un médico llega y te anuncia una enfermedad muy comprometida.

¿Quién en la tierra no está en una situación «terminal»?

Como un predicador contó lo que le pasó a su madre, quien fue diagnosticada con esta enfermedad y cinco semanas de vida.

Ella hizo a un lado la obsesión por el «final» oscuro de la enfermedad; llenó su casa con saludables y sonrientes fotografías de sí misma; y entró en el papel de vencedora en lugar de víctima.

Eso fue hace treinta años. Recientemente, ella asistió al funeral del doctor.

Sabemos de otra mujer que tenía cáncer de seno que se propagó a los ganglios linfáticos. Ella simplemente se negó a aceptar la enfermedad.

Ella permitió una medida prudente de intervención médica y luego bloqueó los pensamientos de enfermedad a efectos de convencerse a sí misma que no existía. Ella ha vivido años más allá de las expectativas.

Recientemente, hubo un informe en las noticias de una mujer que se supo abandonar a sí misma.

«Helen Dunsford, de 66 años, era cliente en un Bank of America en Oakland Park, Florida, cuando una mujer que había llegado, dijo que tenía un arma en su bolso y gritó que todos se tiraran al suelo», se nos informa. 

«Mientras otros clientes escucharon las órdenes, Dunsford abordó a la aspirante a ladrón, y la desafió hasta que llegaron las autoridades.

Tengo cáncer, etapa 4, y pensé si voy a morir es la voluntad de Dios cuando yo muera. Ella no me va a disparar»

Los ataques que sentimos del maligno vienen a través de como nos sentimos con las cosas que suceden afuera nuestro, entre nosotros y el entorno físico, en el que participan otras personas.

Es así que un exorcista explica cómo derrotar al demonio siendo contestatarios a la Cultura Moderna, al entorno.

El maligno está infiltrado fuertemente en el corazón de nuestra cultura dice Sante Babolín.

don sante babolin

   

COMO DERROTAR AL MALIGNO INFILTRADO EN EL CORAZÓN DE NUESTRA CULTURA MODERNA

La tesis de Babolín es:

«Nunca he dudado de la existencia del diablo y sus influencias en los seres humanos, pero cuando hago de exorcista realmente entiendo lo que significa.
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El diablo es capaz de destruir las culturas, destruir a los pueblos.
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Envidia al hombre, sobre todo envidia la capacidad de amar, y por eso hay muchas personas que sufren de envidia».

Y propone evitar las explicaciones sensacionalistas, porque el mal se combate con un «necesario discernimiento».

La confusión es la esclavitud del instinto, sin el amor y el perdón.

Babolín plantea tres puntos para abordar el discernimiento como exorcista:

Punto número uno: el uso adecuado de la razón.
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De hecho la «santidad de la razón», como Babolin cita al filósofo Maurice Blondel,
«es el factor decisivo», dice en la entrevista.

«Cuando yo era profesor, mi objetivo era unir la cátedra (la razón) con el altar (la oración), y he considerado la enseñanza como un ministerio. 

Ahora que estoy anclado al altar sé que debería seguir utilizando la razón, que es el único instrumento que un hombre tiene para ejercer su discernimiento«.

El discernimiento contrasta con la cultura moderna porque es

«un grave riesgo permanecer siempre en la superficie. 

Si apreciamos las sensaciones, si hacemos colección de bellas experiencias, pero no hay razonamiento, se minimiza el tiempo del discernimiento. 

Y esto es un desastre».

Punto número dos: la libertad.
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Babolin la conecta estrechamente con la cuestión de la razón.
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Vivir en un mundo que hace de la espontaneidad la modalidad de acercamiento a todas las cosas, hace que, la libertad se desvanezca.

«Porque la raíz de la libertad está en la razón. 

La libertad es la razón de la razón, como afirma Blondel, influenciado por San Bernardo, que ve en la libertad humana la imagen de Dios.

Quien disminuye la razón va a disminuir la libertad,  significa ser irresponsable de la realidad en la que vivimos merced a lo inmediato, el ‘yo siento’» 

Este es el gran engaño que se ha convertido el eje alrededor del cual gira el nuevo concepto de la educación.

«Los jóvenes, pero cada vez más los adultos también – nota Babolin – dicen: ‘si lo siento lo hago’. 

Pero no es en el ‘yo siento’ en que se basa la ley, la sociedad civil libre. 

Si hay un compromiso no tengo que esperar ‘sentir’. No es mi dignidad como ser humano».

Punto número tres: la dignidad.

Dice el exorcista:

«Todo está conectado: la razón, la libertad y la dignidad. 

Mi dignidad como ser humano se ejerce en el uso de la razón, en el discernimiento, en la conciencia de lo que soy: una perfecta combinación de materia y espíritu».

quema del diablo en guatemala fondo

   

DÓNDE ESTÁ EL DIABLO Y QUE ARMAS UTILIZA

En la confusión está el maligno, dice el exorcista.

«Es típico del diablo mantenernos lejos de la plenitud de nuestra identidad como seres humanos. 

Su arma es la confusión más sutil, por lo que ya no sabemos donde está la derecha como la izquierda, al igual que la gente de Nínive, a la que se envió a Jonás.

Aprendí que cuando hay confusión, siempre es el maligno que opera».

Y el arma que utiliza es la seducción.

«La atracción por lo inmediato, por lo fácil que se encuentra, por la rapidez y sin esfuerzo», son las falsas promesas del maligno.

«Pero no podemos ser libres si estamos dominados por los sentidos y el instinto«, dice Babolin.

En otras palabras, el diablo se aprovecha de nuestros actos que hacemos sin pensar, que no alineamos a nuestra razón.

«El instinto es lo que tenemos en común con los animales. 

Pero el ser humano está llamado a manejar las cosas de acuerdo a la razón. No es esclavo del instinto. 

Es libre de dar cada día una respuesta al amor de Dios que se derrama sobre él…

La verdadera libertad se realiza por amor. Usted es libre para amar, no se es libre para ser libre«.

   

EL AMOR, EL PERDÓN Y LA SANTIDAD

He aquí, el amor. Aquí Babolin da esta respuesta en la entrevista:

«Al maligno le molesta el amor humano.
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En un exorcismo, el demonio me dijo con enojo: ‘No soporto que se amen’.
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Se refería a una pareja casada.
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Esto me hizo reflexionar mucho sobre el papel fundamental del matrimonio.
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Hay dos armas en nuestro poder, contra el diablo:
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-la oración, es decir, la relación de amor con Dios Padre y
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– el amor al prójimo.
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El matrimonio es el sacramento del amor.
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Es por eso que el diablo quiere destruirlo.
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Y muchos de los problemas se solucionan mediante un acto de perdón, que pone knock out al diablo». 

El amor es el amor por la verdad:

«Es el amor por la verdad y junto a Cristo, el único exorcista; porque el único exorcismo es la Cruz, que sin duda ha vencido al maligno».

«Y, como hemos dicho, donde no hay libre uso de la razón no puede haber amor y el diablo tiene el campo abierto».

Suena muy lógico y simple ¿pero dónde queda la esperanza?

el maligno orando

   

QUE EL MALIGNO NO NOS ROBE LA ESPERANZA

Este es un mantra que repite el Papa Francisco, lo mismo que Juan Pablo II repetía «no tengan miedo».

No dejes que el maligno te robe la esperanza, no le permitas alcanzar el bolso de tus bendiciones.
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Porque cuando lo hace, te está robando la oportunidad de aprovechar el Poder que creó no sólo este planeta, sino el universo.
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Desata el Poder de Dios, no el del enemigo.
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No te enganches con tus emociones que no estén tamizadas por la razón y la fe.

Si ves un tsunami que viene, ¿buscarás un terreno más alto o se sumergirá en las aguas turbias para contemplarlo?

Lo que tenemos que hacer es levantar nuestros ojos al Señor por encima de las aguas.

Lee la Biblia todos los días. Quédate consumido por su Palabra, en lugar de por los susurros del diablo dentro tuyo.

Él susurra constantemente,

«tu nunca serás capaz de hacer eso. Tu va a fallar. Quedarás avergonzado. 

¿Por qué tratarte? No es para ti. Tu no puedes curarte. Tu vas a morir en agonía».

Él está en cada esquina con un palo; se muestra cada vez que puede. Sin embargo, nos caemos sólo cuando desviamos nuestra atención.

Él sólo nos puede vencer si jugamos con sus reglas.

Juega con Dios. Mira hacia arriba, no hacia abajo, mira hacia arriba a la Crucifixión.

Mira la forma en que Jesús depositó sus ojos en los cielos antes de morir. Y en la gloria después.

Mira la fe de Juan Pablo II, que cuando llegó la hora de morir dijo sólo y con calma que era el momento de «ir al Padre.»

La Santísima Virgen ha dicho que con suficiente oración, nosotros ni siquiera sentiremos el pasaje al Cielo.
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Engrandece al Señor, no a la enfermedad, no a la dificultad, no temas, usa la razón y la fe.

Y recuerda que Él está ahí.

   

DIOS ESTÁ EN TODAS PARTES QUE SE LO PERMITIMOS

No hay ningunas tinieblas en él. La Escritura nos dice eso. Él penetra todo.

Él está ahí para el intrincado funcionamiento de todas las células de nuestro cuerpo.

Y él puede revertir el daño y renovarnos espiritualmente y físicamente.

Sin Él, hay entropía, las cosas se deshacen, hay condenación. Con él hay bendiciones.

Tendemos a pensar en él como alguien que creó todo y que luego todo gira autónomamente como un reloj.

Esa no es la manera en que sucede.

El Señor es el que nos vivifica. El es todo nuestro ser.

Y puede afectar cualquier cosa en nuestros sistemas, si le dejamos y si no creemos que la vida es mecánica.

Es como los aparatos en nuestros hogares: el ventilador que gira, el refrigerador, el televisor: tendemos a pensar en ellos como unidades independientes, pero que no van a funcionar sin la fuerza de la electricidad que se esconde detrás de ellos.

Dios es nuestro poder y depende de usted empezar a pensar en Él de esa manera.

Comienza a verlo en todas partes todo el tiempo, empezar a verlo en lo ordinario, empezar a verlo en lo extraordinario (sabiendo que Él puede hacer eso fácilmente).

Y que ahora está bajo el control de tu ser, que puede borrar toda la negatividad a la que haya estado expuesto y revertir cualquier daño.

Esa es la esperanza. Y es la verdad: Dios está en todas partes y lo hace todo. 

¿Ha notado cuán sutil son la mayor parte de sus milagros? 

Hará que una vela gotee de una sola manera que pueda ser vista como un ángel. Él torcerá ligeramente la luz.

Él hará que la corteza de un árbol crezca de una manera que se asemeje a la cara de su Hijo o a la de la Santísima Virgen.

Estos son sus pequeños milagros, y se extienden a nuestros propios cuerpos.

Su ligero toque hace que nuestras células y los tejidos y órganos vayan en la dirección correcta.

   

NO TENEMOS POR QUÉ ENFERMARNOS Y NO CURARNOS

Con la edad nos enfermamos y el cuerpo con el tiempo se descompone, pero nosotros no tenemos que acelerar el proceso por el estrés.

Nosotros no estamos destinados para el cáncer. Nosotros no estamos destinados para el Alzheimer.

Con fe, estamos destinados a la plenitud de la vida. 

Si llega el momento en que necesitamos un médico, oraremos para que Dios venga a través del médico.

Cuando Dios está en escena – cuando Él está en control, en lugar de «nosotros mismos»,  ya no estamos a merced de los caprichos.

La Biblia dice que las armas de la guerra espiritual no son carnales, sino poderosas en Dios.

Déjalo en cada parte tuya. Deja que se haga cargo. Deja que penetre cada célula de su cuerpo.

La vida no es una ruleta para los que le invocan con fe, y eso significa darse cuenta de que no hay una sola enfermedad o discapacidad que Él no pueda corregir.

No hay nada que no pueda hacer. Él creó las leyes físicas y Él puede suspenderlas.

El Señor está por encima de todas las fuerzas de la naturaleza y cuando se lo permitimos en nuestras vidas, Él puede revertir cualquier daño físico. 

Él velará por el funcionamiento de cada célula. Él se compromete a reparar lo que necesita ser reparado.

¿Y si ese fuerte dolor en mi brazo es un síntoma de un ataque al corazón?

¿Y si el dolor en el abdomen es causado por un aneurisma abdominal?

¿Y si ese aleteo en el pecho es una arritmia peligrosa?

¿Y si ese malestar abdominal ocasional es un tumor?

Todos pasamos por esto, y cuando lo hacemos tenemos que invocar al buen Dios para tomar el control total de la situación.

En teoría, con suficiente fe, no necesitamos nada más. 

Él puede detener todo lo malo. Puede corregir cualquier situación. Él te indicará si necesitas un médico.

En oración, si algo se siente realmente serio, por supuesto, debemos aprovechar del don de la comunidad médica de Dios.

   

ES HORA DE DEJAR DE RENDIRSE ANTE EL ESTRÉS 

¿Qué causa el estrés? Querer más y más – más respeto, más dinero, más prestigio.
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No tener tiempo para nada. Tratar de hacer demasiado. Gimotear. Quejarse. Altercados. Recibir insultos de los demás (en lugar de ignorarlos).

Como se señala en un libro muy útil llamado Stress Less, un médico cristiano llamado Don Colbert, dice que traemos muchos males a nosotros mismos.

El estrés es mortal. Es un círculo vicioso

«Muchas personas hoy en día están muy lejos de experimentar la ‘paz perfecta’, ya que no confían en Dios y sus mentes no están fijas en Él y en Su capacidad de protegerlos, proveyendo para ellos y guiándolos en todo buen camino», escribe el Dr. Colbert

«Ellos pasan sus días y noches preocupados por el pasado o preocupándose por el futuro»

El Dr. Colbert ofrece innumerables formas de atacar el estrés – desde lo que comemos, cómo dormimos, actuamos y oramos – pero el resultado final es siempre la confianza en Dios.

«Cada vez que veo a un paciente cuya salud se está deteriorando porque la vida está girando demasiado rápido, le explico que la vida no es un sprint, sino una maratón«, dice el médico.

«Él o ella necesitan relajarse y disfrutar del trote lento por la vida.

Los que corren sus días a una velocidad de vértigo con gran ‘esfuerzo’, están en la persecución de las cosas temporales que creen que deben tener, lograr, o hacer que sucedan».

¿Estás en una cinta de correr? ¿Estás demasiado «ocupado» para disfrutar de la vida? ¿Eso te está afectando?

«Me temo que voy a perder mi trabajo…»

«Estoy preocupado por mis hijos…»

«Estoy preocupado de que no seré capaz de pagar las facturas…»

Baja la velocidad de la cinta de correr y piensa que Dios está en todas partes que se lo permitimos.

   

CUIDADO CON LA RELIGIÓN EMOCIONAL

Estamos viendo un resurgimiento de la religión anti intelectual, confiando básicamente en nuestras emociones.

Fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios con libre albedrío y un intelecto.

Y negar la importancia del intelecto es caer en los errores de las religiones falsas, por confiar en nuestras emociones por sobre las enseñanzas y la tradición de la Iglesia y su magisterio.

Ya místicos como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila advirtieron sobre no detenerse en experiencias como visiones o consuelos para lograr el crecimiento espiritual y la búsqueda de santidad.

Porque si confiamos básicamente en nuestras experiencias puede que finalmente llegaremos a que no haya un Dios, porque por ejemplo, no podremos interpretar los largos silencios que tiene Dios en nuestras vidas o la aparente falta de respuesta a las oraciones.

Pero sucede que nosotros tenemos nublado el intelecto como resultado del pecado original. Esta es una enseñanza de la Iglesia.

Y esa nubosidad o enturbiamiento del intelecto está conectado a la pereza espiritual de evitar mirar la realidad y aprender a través de nuestros sentidos.

Entonces la tarea es un trabajo duro de estudio y oración.

La gracia dará información al intelecto a través del don de conocimiento y el don de consejo estancado por el pecado.

Pero hay personas que quieren experimentar una religión sólo emocional.

Por ejemplo una persona que asiste sólo a reuniones de grupos de oración, a misas carismáticas, pero nunca estudia, puede estar creando su propia religión a través de sus experiencias emocionales, en lugar de conocer la realidad de la tradición de la Iglesia.

No estamos negando la importancia de los grupos de oración y de las misas carismáticas, pero confiar solamente en ellos, y en las misas de sanación, no es el camino de la santidad personal.

Este camino implica también la mortificación, la reparación personal, la misa diaria, la meditación, la adoración, el estudio de la palabra, etc.

Aquellos católicos que buscan constantemente buenos sentimientos o sea emociones religiosas, pronto se convertirán en protestantes o algo peor.

Porque la persona creará su propia religión en base a lo que siente.

Si una persona sigue solamente las emociones que le llegan muchas veces actuará en contra de las pautas de la Iglesia por desconocimiento.

Por ejemplo puede caer en aceptar sin el menor análisis cosas contrarias a la doctrina de la Iglesia, como la comunión de los divorciados vueltos a casar, la aceptación de la homosexualidad como un tercer sexo, la no existencia del infierno, el criterio que Dios es tan bueno que nunca corrige o castiga, etc.

Las emociones nos ayudan a crecer espiritualmente hasta cierto nivel, pero si uno no avanza en el estudio entonces empezará a retroceder.

La religión interna de nuestras emociones es una religión falsa si no la controlamos y educamos a través de las enseñanzas de la Iglesia Católica.

O sea la aceptación de lo que se nos transmite a través de la Iglesia, y su obediencia.

La religión emocional es lo que hace a los protestantes dividirse en infinidad de congregaciones e interpretar cada uno a su manera la Biblia.

Finalmente debemos considerar que la búsqueda de consuelos emocionales termina en la desesperación y no en la creencia, si uno no tiene bases doctrinales.

Y si esto sucede, fácilmente podrán ser engañados por el maligno y el anticristo.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Cómo la Resistencia contra la Humildad produce Personalidades Narcisistas

La humildad es la base de la vida espiritual.

Y sin ella nunca avanzaremos en santidad.

En cambio el narcisismo es la base de materialismo.

Y si no nos apartamos del él iremos en sentido contrario a los designios de Dios.

Pero es fácil extraviarse porque entre la humildad y el narcisismo no hay una frontera bien entendida.

Y a veces nuestra práctica de la humildad está llena de narcisismo u orgullo disimulado

En este artículo tratamos sobre lo que es la humildad y como cultivarla.

En este artículo utilizamos el narcisismo y el orgullo como términos intercambiables.

Antes de hablar sobre la humildad, que es la meta de todo cristiano, definamos el narcisismo a través de retratar como son los narcisistas.

 

EL CONTRARIO DE LA HUMILDAD ES EL NARCISISMO

Es el punto máximo del orgullo y de la arrogancia.

Es una epidemia que se ha desatado en el siglo XXI. Es uno de los desórdenes de personalidad que ha crecido más en los últimos tiempos.

Es profundamente destructivo porque apaga la caridad, divide a las personas, rompe las familias y los matrimonios, y conduce al egoísmo.

Ya hay algunos que consideran que más que un trastorno de personalidad es una especie de posesión light.

Los narcisistas son incapaces de ver las cosas desde la perspectiva de otra persona.

Sufren delirios de grandeza y de infalibilidad.

Y son tan altamente competitivos como inseguros.

El narcisismo está en la base del materialismo y de males como el aborto y el abuso sexual.

¿Cómo podemos identificar un narcisista?

  • Los síntomas incluyen estas descripciones
  • Sentirse superior a otras personas.
  • Preocupación por las fantasías de riqueza, poder, fama y alabanza pública.
  • Priorizar la competencia sobre la cooperación.
  • Actitudes cínicas hacia aquellos que actúan desinteresadamente o expresan creencias idealistas.
  • Falta de empatía y comprensión de los motivos ajenos.
  • Incapacidad para ver sus propios defectos o admitir cuando están equivocados
  • Creencia que sus intereses son más importantes que los intereses de otras personas.
  • Hábito de dividir el mundo en ganadores y perdedores.

Y en términos emocionales podemos ver que tienen,

  • Necesidad de atención constante y halagos.
  • Sentimientos frecuentes de envidia y resentimiento.
  • Impaciencia y un temperamento rápido.
  • Extrema sensibilidad a la crítica.
  • Incapacidad de adaptarse al cambio sin sentir rabia o frustración.
  • Sentimientos no reconocidos de inseguridad, vergüenza, vulnerabilidad.
  • Malhumor, a menudo acompañado de signos de depresión.
  • Miedo profundo de estar indefenso o impotente
  • Un deseo obsesivo de venganza contra cualquier persona percibida como un enemigo.
  • Cambios drásticos en el estado de ánimo pasan de un momento encantador a uno intensamente hostil al siguiente.

Y en sus relaciones,

  • Presumen y alardean (y algunas veces mienten) sobre sus logros.
  • Hacen todo lo posible para evitar asociarse con personas que consideren debajo de ellos.
  • Dominan las conversaciones interrumpiendo constantemente y negándose a permitir que otros elijan los temas de discusión.
  • Insultan o degradan a otras personas como una forma de verse mejor.
  • Gratifican a quienes los adulan, y critican o denigran a quienes los critican.
  • Reacciona con indignación y ofensa cuando se hacn comentarios humorísticos hacia ellos, o si son objeto de burlas.

   

QUE ES LA HUMILDAD

La humildad es el antídoto al narcisismo y la base de nuestra vida espiritual.

Porque el orgullo es nuestro pecado más grave.

Por lo tanto necesita un remedio fuerte y por eso la humildad no es fácil de aceptar y hay que trabajarla arduamente.

Podemos definir la humildad como la virtud moral que evita que una persona vaya más allá de sí mismo.

Frena el deseo ingobernable de la grandeza personal.

Y ordena a las personas en un amor fecundo a sí mismas y respecto a Dios y a los demás.

En términos religiosos, reconoce la total dependencia hacia Dios.

Y en términos humanos, reconoce la igualdad de las demás criaturas con respecto a uno mismo.

La humildad tiene dos opuestos el orgullo, que es la sobre valoración de uno mismo.

Y la inmoderada auto-abyección, que peca por no reconocer los dones que Dios le dio a cada persona.

La palabra humildad viene del latín humilitas, que a su vez viene de humus o sea de la tierra.

Esto implica reconocer que no somos más que polvo que Dios tomó y modeló.

   

TRES MITOS SOBRE LA HUMILDAD

La humildad es mal entendida por muchos que piensan que significa auto desprecio.

Y por eso han fabricado 3 argumentos que son falaces.

1, que las almas humildes carecen de confianza.

Sin embargo las almas seriamente humildes saben que su vida depende de Dios.

Y que no deben valorar las cosas que pasan, si no valorar lo que el Señor les da.

Las personas más humildes son en realidad las que tienen más seguridad, porque apuntan al verdadero foco de la gracia.

En cambio muchas veces el orgullo de las personas orgullosas es consecuencia de una compensación por su inseguridad.

2, que una persona humilde no es atractiva para los demás.

Este es un error porque la persona realmente humilde se orienta hacia los demás y escucha a los demás.

No se enfoca en sí misma ni intenta verse bien ante los demás.

Y en este sentido va a ser más valorada por los otros porque los atiende y entiende.

3, que las personas humildes tienen una falsa humildad.

A veces puede suceder, pero esto es fácilmente reconocible cuando la persona proclama orgullosamente su humildad.

El verdaderamente humilde no está buscando elogios, sino que se demuestra humilde porque cree que eso es lo correcto.

Y esconde su humildad.

   

LA ESCRITURA Y LOS SANTOS RESPECTO A LA HUMILDAD

Veamos cómo conceptualizan la humildad los santos.

La humildad es un tipo de llave que elimina el orgullo y nos hace capaces y en forma para recibir la gracia.

Santiago escribe: Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes (Santiago 4: 6).

La humildad parece ser una contradicción y, sin embargo, Jesús era manso y humilde de corazón (Mateo 11:29).

«Se vació a sí mismo, tomando la forma de un siervo, y se hizo a semejanza de los hombres» (Filipenses 2: 7)

El mundo no valora ni comprende el poder de la humildad, pero nosotros sí, porque fue lo que Jesús usó para salvarnos.

«Así como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28).

“Fue el orgullo lo que cambió a los ángeles en demonios; es la humildad lo que hace a los hombres ángeles”. (San Augustín)

De modo que el diablo prefirió abandonar el Cielo por la eternidad en el Infierno en lugar de humillarse ante su creador.

La humildad habría protegido a Adán y Eva de pensar que podrían desobedecer a Dios y llegar a ser como él.

A San Juan María Vianney, el diablo le dijo:

«Puedo hacer todo lo que haces, también puedo hacer tus penitencias, puedo imitarte en todo.

Sin embargo, hay una cosa que no puedo hacer, no puedo imitarte con humildad.

Es por eso que te derroto», respondió el santo.

La humildad como virtud es el buen hábito por el cual una persona tiene una estimación modesta de su propio valor y se somete a los demás, de acuerdo con la razón.

Santo Tomás dice: «… la humildad es una cualidad por la cual una persona que considera sus propios defectos tiene una humilde opinión de sí mismo y voluntariamente se somete a Dios y a los demás por el amor de Dios…

La virtud de la humildad consiste en mantenerse dentro de los propios límites, no llegar a las cosas que están por encima de uno, y someterse a su superior».

   

FUNDAMENTOS DE LA HUMILDAD

La humildad significa reverenciar la verdad acerca de nosotros mismos.

O sea, ni valorarnos excesivamente ni despreciarnos demasiado.

Sino reconocer los dones que Dios nos proveyó.

También es aceptar la verdad respecto a los demás.

Y la verdad significa que uno no tiene todos los dones que Dios ha dado para la creación.

Tiene algunos dones, pero no los adquirió pos sí mismo, sino que fueron una donación de Dios.

Dios te dio una serie de dones y luego suscitó una serie de acontecimientos en tu vida que te ayudaron a desarrollar los dones y las habilidades prácticas que Ellos suponían.

Sólo el pueblo de Dios en su conjunto tiene la completitud de los dones.

   

LA HUMILDAD ANTE DIOS

Somos pequeños y pobres, nada más que polvo y agua amasados por la gracia de Dios.

Él fue el que encendió la misteriosa chispa de la vida en nosotros.

Y por lo tanto debemos reconocer que somos totalmente dependientes de Él.

Él nos sacó del polvo en un acto puramente gratuito.

Y por lo tanto le debemos la existencia, a pesar que nuestros padres fueron el conducto ejecutor de ese acto de gracia.

La humildad también significa reconocer que carecemos de significado o propósito si no fuera por Dios.

Y que Dios no solamente nos ha dado una dirección, sino que nos ha revelado el significado de nuestra vida humana a través de las escrituras y el magisterio de la Iglesia.

Esto difiere radicalmente con los ateos que consideran que la vida no tiene significado, propósito o sentido.

Ellos consideran que todo ha sido fruto del azar y que cada uno de nosotros es dueño de su destino.

Sin embargo los cristianos creen que podemos aprender lo que Dios quiere de nosotros, si obedecemos lo revelado en las escrituras y se lo preguntamos.

Debemos buscar humildemente el proyecto que Dios tiene para nosotros y por el cual Él nos creó individualmente.

Esa constituye la verdad para cada uno.

Es un reconocimiento que no somos nada sin Él. Y que ningún buen fruto en nosotros puede suceder sin Su gracia.

Por lo tanto los dones que Dios nos ha dado deben ser estimados por sobre todas las cosas.

También debemos diferenciar la humildad hacia Dios y la humildad hacia los demás.

   

HUMILDAD HACIA LOS DEMÁS

El primer acto de humildad hacia los demás y hacia Dios es admitir que somos pecadores.

Que por el pecado original somos atraídos por lo malo y resistimos lo que es bueno.

Que nuestra voluntad es caprichosa, obstinada e inconsistente.

Y que la oscuridad en nuestra mente se aparta del sentido común y la verdad.

Para solucionar esto debemos buscar la verdad.

Y parte de la verdad es que nuestros prójimos tienen también dones que Dios les ha dado y que deben ser respetados.

Algunos dones son similares a los nuestros y otros son diferentes y complementarios.

Cada uno de nosotros no tiene el repertorio completo de dones, sino que tiene una parte de ellos.

Pero juntos los tenemos todos.

De modo que esto nos debería llamar a cultivar respeto mutuo y la humilde sumisión.

Porque en definitiva es reconocer nuestra humildad hacia Dios, que quiere que todos seamos parte de uno, que es su creación.

La verdadera humildad entonces significa humillarnos ante los demás porque Dios está en ellos.

Y hay que cuidar que no se trate de humildad por un mero respeto, adulación humana o por los logros mundanos que tuvieron.

Ni tampoco se relaciona con la falsa humildad expresada en la noción moderna de “¿quién soy yo para juzgar?”.

La cual es una manifestación de tolerancia que evita buscar la verdad y conformarse respecto a ella, siendo una especie de pereza moral.

La verdadera humildad significa estar dispuesto a ser corregido por los demás y a corregir a los demás en base a la verdad.

Y no la falsa tolerancia del lenguaje políticamente correcto.

   

HUMILDAD RESPECTO AL CONOCIMIENTO

Hoy el conocimiento se considera un derecho. La prensa habla de “derecho a saber”.

Pensamos que tenemos derecho a saber cualquier cosa, sin embargo hay una curiosidad que es pecaminosa.

En algunas áreas no lo es tanto por ejemplo en temas políticos y sociales.

Pero cuando llega al derecho a saber sobre las vidas privadas ahí sí es pecaminoso, porque atenta contra el misterio de la vida de cada uno.

Hay cosas que no nos incumben y no debemos inmiscuirnos en la vida de los demás, porque nos lleva al chisme.

Aunque lo hacemos porque en el fondo pensamos que el conocimiento nos da poder y control sobre los demás.

Pero Dios, sabiendo esto, pone un velo de misterio sobre algunas cosas que deberíamos respetar.

Hay cosas demasiado grandes para nosotros y debemos acercarnos a ellas con la humildad, de que si Dios quiere que la sepamos, Él nos conducirá hacia ello.

Pero debemos admitir también que esto es difícil de calibrar.

Y a veces nos podemos negar a conocer determinadas cosas por miedo o falsa humildad.

   

HUMILDAD POR EXCESO Y POR DEFECTO

La virtud es un término medio entre el exceso y el defecto.

Y por lo tanto la virtud de la humildad está en el término medio.

Veamos dos excesos de la humildad.

Demasiada obsequiosidad, que pueden servir para mimar el orgullo en otros a través de la adulación o alentar sus pecados de tiranía, arrogancia y arbitrariedad.

Demasiada abyección de uno mismo, en la que uno desdeña los dones de Dios.

Despreciar los dones no está al servicio de la verdad y deshonra al dador.

También puede limitar la utilidad de uno para los demás al ocultar o limitar lo que Dios quiere que se comparta y se use para otros.

Dos santos han puesto el justo término sobre la humildad.

La Madre Teresa de Calcuta manejaba una lista de maneras de cultivar la humildad para las Misioneras de la Caridad

Habla lo menos posible sobre ti.

Mantente ocupada con tus propios asuntos y no con los de los demás.

Evita la curiosidad (se refiere a querer saber cosas que no deberían interesarte).

No interferir en los asuntos de los demás.

Acepta pequeñas irritaciones con buen humor.

No pienses en las fallas de los demás.

Acepta censuras incluso si no parecen correctas.

Cede a la voluntad de los demás.

Acepta insultos y lesiones.

Acepta el desprecio, ser olvidada y desatendida.

Sea cortés y delicada incluso cuando te provoque alguien.

No busques ser admirada y amada.

No te protejas detrás de tu propia dignidad.

Cede en discusiones, incluso cuando tengas razón.

Elige siempre la tarea más difícil.

Santo Tomás enumera conductas de humildad pensando en la vida monacal.

Ser humilde de corazón, pero también mostrarlo en la propia persona, con los ojos fijos en el suelo; uno debe reprimir el aspecto arrogante.

Hablar pocas y sensatas palabras y no ser fuerte de voz; uno no debe ser inmoderado en el habla.

No ser movido fácilmente a la risa; uno debe controlar la risa y otros signos de alegría sin sentido o degradantes.

Mantener el silencio hasta que se le pregunte; uno no debería tener prisa para hablar.

No hacer nada excepto como lo exhorta la regla común del monasterio o comunidad; en el trabajo uno rara vez debería apartarse de la manera ordinaria.

Creer y reconocerse a uno mismo como un pecador más grande que todos; a este respecto, uno debe considerar la propia pecaminosidad primero.

Suponerse insignificante e inútil para la mayoría de los propósitos; uno debería considerarse menos que plenamente capaz de grandes cosas.

Confesar el pecado de uno; uno debe experimentar su pecaminosidad con compunción.

Abrazar la paciencia obedeciendo bajo circunstancias difíciles y contrarias; no se debe disuadir a causa de las dificultades de la obediencia.

Someterse a un superior; uno debe regular su propia voluntad de acuerdo con el juicio de un superior legítimo.

Evitar el deleite excesivo en el cumplimiento de los propios deseos; uno no debe insistir en la propia voluntad.

Temer a Dios y estar siempre atento a todo lo que Él ha ordenado.

Para algunos estos actos descritos de humildad pueden ser muy pesados.

Por lo tanto quizás sea bueno comenzar de a poco, hasta llegar a cultivar grados más altos de humildad.

Deberíamos orar por la gracia de la humildad, por comprender que no somos nada y que nuestro bienestar procede únicamente de Él.

Reconoce tu nada meditando sobre la grandeza de Dios.

Desconfía de ti mismo, porque los santos dicen que cada pecado que cometemos es debido a nuestro orgullo y confianza excesiva en nosotros mismos.

La desconfianza en uno mismo es indispensable para el combate espiritual y para vencer nuestras pasiones desordenadas.

Piensa mejor de los demás, porque cuando estamos orgullosos inevitablemente pensamos que somos mejores que otros.

Thomas Kempis dice “no pienses que eres mejor que los demás, no sea que te consideren peor delante de Dios, que sabe lo que hay en cada hombre”.

Obedece a tus superiores legítimos, porque la desobediencia es una rebelión, como la de satanás y sus ángeles caídos.

Y quizás lo más difícil es aceptar humillaciones, aunque son la forma más efectiva de aprender humildad.

Muchos piden a Dios que los haga humildes, pero pocos quieren ser humillados.

Por lo tanto debemos también aceptar los medios para crecer en humildad.

Tenemos que ser conscientes que no poseemos nada por nosotros mismos salvo el pecado.

Este dolor de la humillación nos debe llevar a la verdadera humildad y no hacia la humildad superficial.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Qué Misión te han Dado para Cumplir en la Tierra? [cómo discernirla]

¿Cuál es la razón por la que has venido?

¿Cuál es tu llamado? 

Cuando se nos lo pregunte al final de nuestros días ¿Qué contestamos?

¿Lo hemos comprendido? ¿Lo hemos pensado siquiera alguna vez?

Muchos de nosotros tenemos claro que hemos recibido una misión para Dios en nuestra vida.

Pero cuando tratamos de seguir ese camino nos encontramos con infinidad de trabas y problemas.

hombre en un tunel

Y esto sucede porque la misión que Dios nos encomendó, siempre lleva a una guerra espiritual con el maligno.
.
Que trata de entorpecer nuestro camino y el de Dios.
.
De modo que la misión y la profecía que hay detrás, llevan a una guerra espiritual.  

Realmente es intrigante la idea de que cada uno de nosotros tiene una causa especial para estar aquí.

Y que reside en las mayores profundidades del espíritu. 

Es un secreto muy profundo y tenemos la vida para resolverlo.

   

¿QUE DICE LA TEORÍA DE QUE CADA UNO VIENE CON UN PLAN PRE ESTABLECIDO A LA TIERRA?

Esta teoría es manejada por muchos cristianos y no ha podido ser refrendada o desestimada.

Por lo tanto esto es un material para tu discernimiento.

La teoría dice que tú y tu familia han sido enviados aquí por una razón específica.
.
Que es conscientemente desconocida para ti (por lo menos en cuanto a los detalles).
.
Y es importante para que puedas cumplir con tu parte de esa asignación.

La vida es como tierra extranjera – un desierto – y tenemos que cruzar desiertos, escalar acantilados, soportar la falta de alimento, buscar refugio, redescubrir caminos.

Decidir cuales se vuelven a tomar (y cuales son peligrosos), vadear ríos (que pueden tener rápidos), cortar a través de “pasadizos”, sobrevivir al calor y al frío, atravesar montañas y barrancos.

Eres como un explorador en un planeta extraño que un día verás que no era tu verdadero hogar.

Sino un lugar para el aprendizaje y los logros, el crecimiento y la santificación.

Nuestro trabajo se reduce a mantener nuestros ojos en la luz y guiar a nuestros seres queridos llevándolos con nosotros.

Todos tenemos misiones y están relacionadas con las pruebas de la vida en la tierra, que es una carrera de obstáculos.

Mientras, en un sentido “mundano”, puede ser difícil de creer, lo que Dios te ha asignado es tan importante como lo que Él ha asignado a cualquier otra persona.

Recuerda que eres un sueño que dios tuvo de ti desde el primer día y te engendró.

Eso no significa necesariamente debes saber exactamente cuál es la misión. Esto comprometería las “pruebas” de la vida.

Si supiéramos exactamente lo que Dios esperaba, tendríamos la “prueba” demasiado fácil.

Y no nos engañemos, ese no es el objetivo, la vida es una prueba constante.

Cuando tenemos éxito, purificamos nuestras almas y ayudamos a nuestras familias, que suelen estar con nosotros en este viaje.

De hecho, algunas misiones pueden centrarse casi exclusivamente en las relaciones.

O bien, una misión puede tener que ver con lo que hacemos por los demás en el mundo: un trabajo, una vocación, una amistad, o un ministerio.

El Señor te ha puesto a ti donde Él te quiere, y requiere que sirvas a los demás en cualquier papel que tengas.

Las grandes almas se encuentran en todas las estaciones de la vida.

Tal vez Él ha establecido que tu misión sea ser un conserje, un cartero, un abogado.

   

LAS PISTAS QUE NOS DAN LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE

Las distintas generaciones de seres humanos que han poblado la tierra se han preguntado si han nacido en la tierra con una misión específica o no.

Las experiencias cercanas a la muerte, o sea aquellas personas que murieron y luego fueron a un lugar que ellos piensan que era el cielo y regresaron, nos pueden dar pistas sobre la existencia o no de una misión predeterminada para nuestra alma.

Quienes han tenido estas experiencias obviamente han resucitado y no se han quedado en el cielo, de lo contrario no podrían habernos contado sus experiencias.

¿Y por qué volvieron?

Estos casos pueden dividirse en dos formas en las que volvieron.

Hay algunos que no quieren quedarse, por más que el lugar les parece paradisíaco, porque sienten que tienen que cumplir una misión en la tierra, por ejemplo criar a sus hijos.

Y hay otros quieren quedarse pero no se les permite hacerlo.

Por más que insistan y argumenten no es aceptada su presencia en el cielo en ese momento.

A algunos se les dice directamente “no es tu tiempo”, “no estás listo para morir”, “tu vida aún no está terminada”, “debes regresar”.

Y aún a otros les han dicho cosas aún más específicas como “tu misión no se ha cumplido”, “tu trabajo en la tierra no está completo”.

A algunos se les dice directamente esto y otros lo comprenden sin palabras.

Por ejemplo Darren Corlett ha testimoniado que se le dijo que debía regresar porque tenía una misión.

Un niño llamado Matthew Dovel, parado frente a lo que él entendió que era Jesús, comprendió que su trabajo en la tierra no estaba completo.

Y hay otros que directamente son traídos de nuevo a la tierra sin que medie ninguna explicación.

Pero en la absoluta mayoría de los casos las personas sienten que tienen una misión que cumplir en la tierra y que por eso han vuelto.

Sin embargo son pocos los que tienen claro cuál es la misión que deben completar en la tierra.

Saben que se les ha hablado de la misión y se les ha instruido, pero no tienen presente en su memoria de qué se trataba.

Entonces en la tierra ellos deberán discernir cual es la misión que debían cumplir.

Si las experiencias cercanas a la muerte son experiencias de personas que estuvieron en el cielo, o en su antesala, entonces es muy claro que cada uno tiene una misión en la tierra y que la debe completarla antes de regresar.

Y una vez en la tierra cada uno debe encontrar su camino a través del ensayo y el error.

muchos esperando de comer de jesus

   

NO IMPORTA SI TE EXTRAVIASTE EN EL CAMINO, SIEMPRE PUEDES VOLVER

No importa lo que te haya pasado en tu vida.
.
No importa cómo posiblemente te hayas extraviado.
.
Y no importa cuán tarde apareces en el juego.
.
Recuerda que Dios siempre puede volver al plan original que tenía para ti.

Si estás en oración, si te arrepientes, si buscas trabajar para Él en cualquier obra en la tierra que ha asignado para ti, Él puede permitir que se produzcan las circunstancias para que de alguna manera recuperes lo que puedes haber perdido.

O quizás, algunos teorizan, que el camino que recorriste cuando te extraviaste era necesario para tu formación y la misión posterior.
.
Porque hay cosas que eran necesarias que vivieras en carne propia para después operar con ellas.

El crecimiento en la tarea implica el cumplimiento de cualquier plan que Dios tiene para ti.

Significa diligencia.

Significa la excelencia en lo que sea que haga (aún si el mundo considera tu vocación “pequeña”).

Una misión implica siempre fe, servicio y amor.

También significa pureza.

Podemos pedir ayuda especial en la búsqueda de nuestras propias misiones cuando tomamos la comunión.

Se supone que debemos limpiarnos a nosotros mismos en esta vida.

Estamos hechos para limpiarnos nosotros mismos en este tiempo de vida.

Nosotros somos limpiados por las gotas de su amor.

Estas gotas extienden su poder.

Son como tinte, trayendo hermosos colores y anulando las obras del enemigo.

Si no amamos, estamos perdiendo nuestra misión. 

El amor significa la pureza de intención.

Si estamos en el campo de la educación, significa enseñar a amar a los que enseñamos (y no simplemente obtener un cheque de pago).

Si trabajamos en un restaurante es para satisfacer a los demás. Si se trata de un médico, el motivo es ayudar a otros con su salud.

Cuando un cocinero reza durante la cocción, o un médico mientras el examen, o un maestro antes de entrar en un salón de clases, algo particularmente bueno se añade al producto terminado.

Y este es el toque de Dios, que es parte de la misión de cada persona.

Es el enemigo que distorsiona nuestras misiones por el egoísmo.

Y puede tentar a un médico a trabajar para su propio lujo o a un vendedor a agarrar todo lo que puede para sí, y esto hay que purificarlo.

Cuando morimos, vamos a estar asombrados de por qué nos pasó todo lo que nos ocurrió.

Y veremos que no hay tragedias en esta vida si mantenemos nuestros ojos en Dios y en la vida posterior (las tragedias son lecciones).

Todo es una oportunidad para brillar delante de Dios.

un camino sinuoso

   

DEBEMOS ELEGIR LOS CAMINOS CORRECTOS

Es nuestra tarea elegir el rumbo adecuado para cumplir nuestra misión.

Cuando éramos niños no teníamos demasiados problemas para hacer elecciones.

Íbamos con nuestro instinto y estómago, y si alguien no estaba de acuerdo, tirábamos una moneda al aire, y luego nos lanzábamos a lo que fuera.

En algún momento, las cosas se complicaron.

Empezamos a ver que había caminos que se bifurcaban y aprendimos que una opción puede definir una vida.

Y si queríamos hacer la voluntad de Dios, comenzábamos a angustiarnos cuando teníamos que tomar decisiones.

Entonces nos preguntamos con más insistencia ¿cuál es la voluntad de Dios para mi vida, y como puedo encontrarla?

A veces nos preguntamos si estamos destinados a angustiarnos con las “opciones de vida”, porque

“Hagan lo que hagan, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”, dice San pablo a los colosenses en 3:23.

Claramente más interesado en la forma que en  el qué hacer.

Pero el hecho es que sabemos que la voluntad de Dios en cuanto a la forma es:

Nuestra santidad“Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación” (1 Tes 4:03) la “santificación” se refiere al crecimiento en la santidad.

Nuestras acciones correctas: “Ya se te ha dicho, hombre, lo que es bueno y lo que el Señor te exige: tan sólo que practiques la justicia, que seas amigo de la bondad y te portes humildemente con tu Dios” (Miqueas 6:8)

Nuestro corazón agradecido: “Estén siempre alegres, oren sin cesar y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es, por voluntad de Dios, su vocación de cristianos” (1 Tesalonicenses 5:16-18)

Nuestro amor a Él y a los demás: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente… [y]: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37 – 39).

Cumplir lo que sabemos que es la voluntad de Dios para que recorramos el camino debería ser nuestra principal prioridad.

Cada uno tiene talentos y habilidades dados por Dios, únicos.

Hemos de ser administradores responsables de esos dones, para que podamos “ir y dar fruto” en su amor.

Y para ayudarnos a hacer eso, tenemos una conciencia y la capacidad de razonar.

Y tenemos libre albedrío.

Parte de ser humanos es tomar decisiones, incluso cuando es difícil.

De este modo, aprendemos a seguir a Dios y a escuchar su voz.

Crecemos en la fe.

Y aunque Dios nos muestra el objetivo y proporciona señales en el camino, largos tramos de nuestro camino pueden estar en la oscuridad.

mision

   

BUSCANDO PISTAS

Uno de los procesos más útil para identificar la misión con la que vinimos es comenzar a notar esas cosas que haces que te apasionan, que despiertan tu creatividad.
.
Esas cosas por las que obtienes energía a partir de cuándo las haces y encuentras satisfacción en hacerlas.
.
No por lo que te paguen por ello, sino simplemente en hacerlo.

Esas cosas que hacemos que nos ponen en ese tipo de ambiente son nuestros recursos naturales.

Es la mayor parte de lo que nos hace más eficaces en nuestras carreras, actividades empresariales, nuestras amistades y vidas.

Muchas personas no hacen eso.

Pasamos mucho tiempo haciendo lo que tenemos que hacer y no bastante tiempo haciendo lo que fuimos creados para hacer.

Se natural. Se quien eres. Da rienda suelta, a tu “unidad innata”.

Si tienes un don, ésta es tu pista. 

En realidad, todos lo tenemos; sólo tenemos que reconocerlo.

¿Qué te gusta hacer? ¿Lo que te resulta más natural?

¿Qué te trae inspiración? ¿Qué te da energía (y a la inversa lo que te fatiga)?

   

¿CUÁL PUEDE SER LA MISIÓN?

Tu corazón tiene el secreto.
.
Tu puedes encontrar tu misión a través de “accidentes”, a través de encuentros casuales, a través de las palabras de otros, a través de un “trauma”, a través de algo que cae de la nada.
.
O de algo que siempre ha estado ahí en frente tuyo – algo que estás haciendo, pero no del todo con el espíritu correcto.

Una misión puede ser muchas cosas – y más de una.

Puede ser la maternidad simplemente. ¡Qué gran llamado!

Esta fue la misión de la Santísima Madre.

Puede ser en la profesión médica (cuando el motivo no es el dinero).

Puede ser en la plomería o carpintería – ayudar a los demás, ayudar a la gente vivir.

Puede ser cultivando. Puede ser evangelizando.

Puede ser enseñar, o puede estar en ayudar a los inválidos.

Puede ser la oración – simplemente orar por otros.

Puede ser la música, o trabajar en el jardín o la cocina, cuando se hace algo en alabanza a Dios.

Cualquier cosa que sirva para mejorar la vida y las cosas pueden ser parte de tu misión.

Un empleado de supermercado, sonriendo a los clientes; un paisajista, embelleciendo el mundo que le rodea; un conserje de escuela, bendiciendo a los niños; un alcalde; un policía, manteniendo a raya al mal.

Mision Gaia,rescate humano

   

PREGÚNTALE AL ESPÍRITU SANTO

Solamente en oración al Espíritu Santo, podemos discernir la dirección que debemos tomar.
.
Y cómo debemos acercarnos a nuestros puestos de trabajo.

Puedes estar haciendo el trabajo correcto, pero de la forma equivocada.

Casi cualquier cosa que no conduzca a pecar se puede utilizar para ayudar a los demás; si se hace bien, significa la mayor gloria de Dios.

No importa la edad que tengamos, y aunque no tengamos idea de lo que podría ser, tenemos una misión que cumplir en el tiempo que estamos vivos.

Mira en Hechos 20:24:

“Pero ya no me preocupo por mi vida, con tal de que pueda terminar mi carrera y llevar a cabo la misión que he recibido del Señor Jesús: anunciar la Buena Noticia de la gracia de Dios”.

Ve con tus instintos. Sé más consciente de lo que son tus instintos.

¿Qué te conduce a la alegría? ¿Que hace que te sientas contento?

¿Qué te parece que vale la pena hacer? ¿Qué te trae paz?

¿Hay algún bagaje espiritual en tu familia que te ata y te detiene?

Quizás nada interfiere más que la orientación hacia el dinero, que ha causado que muchos hagan lo que ellos piensan que deben hacer en lugar de lo que ellos sienten que deben hacer; lo que Dios quiere que hagas.

Cuando hacemos lo que Dios quiere, el dinero está ahí cuando lo necesitamos. 

Él nos envía sustento.

Si hay una gran cantidad de él, puede ser un regalo que podemos utilizar para ayudar a los demás.

¿Qué ayuda a alguien o a algo? Pregúntale al Espíritu Santo.

Es a través del portal de su corazón que entrarás en la eternidad.

guerra espiritual

   

PERO LA MISIÓN CONLLEVA UNA GUERRA ESPIRITUAL

La asignación de una misión es Dios que está anunciando su voluntad específica para ti.

Las palabras de edificación, de exhortación y consuelo no tienden a suscitar muchos demonios.

Pero las profecías que te direccionan o palabras reveladoras acerca de tus tareas, o llamamientos o destinos, dan al enemigo una nueva agenda.

En otras palabras, una vez que el enemigo tiene conocimiento sobre donde Dios quiere llevarte, él estará tratando de establecer trampas a lo largo de tu camino para llegar allí.
.
Como un Judas para traicionarte.
.
Una enfermedad para reducir tu velocidad, dificultades financieras para asustarte, problemas de relación.
.
O situaciones estresantes que te hacen olvidar la profecía y apagar tus fuegos personales.

   

DOS CASOS

Esto es bíblico. Dos ejemplos que enseguida vienen a la mente son el de David y el de José.

David fue el rey profetizado, ungido por Samuel en medio de sus hermanos (1 Sam. 16:13).

Pero David pasó por el infierno y estuvo de regreso antes que el acto profético se convirtiera en una realidad.

Fue casi inmediatamente sacado de su casa y se le asigna convertirse en el escudero del rey Saúl.

En el renglón seguido, se enfrentaba a la batalla de todas las batallas con el gigante Goliat.

Cuando David derrotó a Goliat, Saúl se puso celoso y trató de matarlo.

David terminó huyendo al desierto y se encontró con todo tipo de peligros en el camino, como el ejército de Saúl que lo perseguía.

Sus esposas fueron capturadas. Sus hombres se volvieron contra él.

Los salmos de David revelan las emociones de un hombre frente a la guerra viendo su destino profético haciéndose realidad.

Luego está José. Él tuvo dos sueños proféticos cuando adolescente.

Los dos sueños esencialmente indicaban que gobernaría sobre sus hermanos mayores.

Cuando se enteraron la guerra comenzó.

Los hermanos de José lo tiraron a un pozo y lo vendieron como esclavo.

Fue acusado falsamente de intentar tratar de violar a la esposa de Putifar. Y fue echado en la cárcel.

pruebas de la vida

   

SE VIENEN LAS PRUEBAS

Entonces, cuando recibes una verdadera misión de Dios y un camino, ella trae la guerra espiritual como a David y José.

Probablemente no vas a ser perseguido por el desierto por un rey celoso, pero puedes tener problemas en tu parroquia.

No serás vendido como esclavo, pero puedes ser traicionado por las personas más cercanas a ti.

Tal vez no puedas ser falsamente acusado de violación, pero puedes ser falsamente acusado de algo.

Quizás no puedas ser puesto en la cárcel, pero puedes ser arrojado fuera de su zona de confort.

La guerra espiritual viene en todas las formas y tamaños.
.
A veces son niños desobedientes que se meten en problemas por haber perdido su camino.
.
A veces es la enfermedad por las presiones financieras mencionadas antes.
.
A veces es una batalla furiosa en tu mente que te hace morder el cebo del enemigo, generándote agotamiento, depresión, confusión o algo más.

   

¿CÓMO ME MANEJO EN ESTA GUERRA? 

Con la gracia de Dios, por supuesto, pero también tomando el consejo del apóstol Pablo a Timoteo

Al darte estas recomendaciones, Timoteo, hijo mío, pienso en las profecías que fueron pronunciadas sobre ti; que ellas te guíen en el buen combate que debes realizar. (1 Tim. 1:18).

¿Qué es lo que significa prácticamente?

Significa que sigas la palabra profética sobre tu vida.

Aunque una palabra profética no está a la par con las Escrituras, una profecía que se ha juzgado verdadera puede ser utilizada como una espada en el reino espiritual para luchar contra el enemigo.

Después de todo, el enemigo no quiere que la palabra profética suceda porque cuando lo hace, la voluntad de Dios viene a la tierra.

Si estás en tu camino y en guerra, espera.
.
Recuerda, que pasaron por lo menos 15 años entre la unción profética David y el reinado de David.
.
Y alrededor de 13 años entre el sueño de José y su promoción a primer ministro de Egipto.
.
Es probable que no tome tanto tiempo para que puedas ver los primeros frutos de esas palabras proféticas pronunciadas sobre tu vida.
.
Pero incluso si lo hace, no cedas a las estrategias del enemigo.

Recuerda que esta es la batalla del Señor.

Sigue la palabra profética sobre tu vida y continúa peleando la buena batalla de la fe.

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5 PASOS PRÁCTICOS PARA ENCONTRAR TU CAMINO EN LA VIDA

Tal vez hayas oído decir, “Dios no puede dirigir un barco que no está en movimiento”.

Hay verdad en eso. Entonces, ¿cómo empezar a moverse?

He aquí cinco maneras de empezar:

   

PERSEVERA

Termina lo que ya te han dado para hacer.

No puedes ver a dónde ir después, si no puedes terminar lo que estás haciendo.

   

ORA

Busca a Dios y comprométete con Él “Encomienda tu suerte al Señor, confía en él, y él hará su obra” (Salmo 37:5).

Cultiva la actitud de Jesús, “No se haga mi voluntad, sino la tuya”.

   

DISCIERNE

Ten en cuenta los pros y los contras delante suyo, la situación, los posibles resultados.

¿Dónde puedes utilizar mejor tus dones?

Presta atención a lo que Dios te llama, a lo que te pone en frente y también lo que no te concede.

Busca el consejo de asesores de confianza.

   

EVALÚA

Descarta las cosas que están en contra de la Escritura o la enseñanza de la Iglesia, que causan daño o son pecados, y que actúan en contra de tu vocación elegida.

   

NAVEGA

Ahora haz tu mejor elección, permaneciendo atento a Su voz y muévete donde tengas paz interior.

Tal vez San Agustín lo dijo mejor:

“Ama a Dios y [entonces] haz lo que quieras… Que la raíz del amor esté dentro de ti y nada pueda salir sino lo que es bueno”


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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¿Por qué Razones Dios nos Pone Pruebas en la Vida?

Las pruebas de la vida, el dolor y la angustia que traen, es a veces algo incomprensible para los cristianos.

Que solemos verlas como un castigo o como un evento negativo en nuestra vida.

El sufrimiento de esos momentos nos hace olvidar que Dios nos pone pruebas para que aprendamos una lección.

E incluso para tomarnos lección sobre cuánto hemos aprendido.

pruebas de la vida

¿Alguna vez has escuchado o has visto una prueba o un simulacro de emergencia en alguna calle o aeropuerto?
.
La idea es preparar a los participantes, y también al público, sobre algo que pudiera suceder.
.
Lo mismo pasa cuando estudiamos, que de repente viene el maestro o profesor y nos pone un parcial sorpresa.

Dios es un padre amoroso que desea lo mejor para sus hijos y por eso los disciplina.

Como todo padre los corrige primero verbalmente, explicándoles, mostrándoles el camino.

Pero cuando no hacen caso, como cualquier padre los pone en penitencia: hoy no sales a jugar», «hoy no ves televisión».

No todas las cosas dolorosas que nos pasan son un disciplinamiento de Dios, pero algunas sí.

Entonces cuando nos pasa alguna cosa dolorosa, es atinado hacerse un exigente examen de consciencia y preguntar al Señor lo que podría haber ameritado el dolor. 

   

COMO HEMOS APROVECHADO LA ENSEÑANZA

Dios traerá pruebas a nuestras vidas para ver si estamos aprendiendo el material que está tratando de enseñarnos.

A menudo pensamos que sabemos más de lo que realmente sabemos.
.
Creemos que tenemos ciertas áreas bajo control y no necesitamos ninguna instrucción más sobre ellas.
.
Creemos que hemos aprendido a caminar por la fe, que hemos aprendido a confiar en Dios.
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Pero a veces Dios nos vuelve a probar, y nos sorprendemos al descubrir que no sabemos todo lo que pensábamos que sabíamos.

Dios traerá pruebas en nuestras vidas para que nosotros aprendamos las lecciones que él está tratando de enseñarnos.

Y así avancemos espiritualmente y no nos quedemos para siempre en el kinder espiritual.

Es como un águila madre le enseñará a sus aguiluchos a volar.

Cuando llega el momento de que deben volar, la madre tiene un método poco ortodoxo de fomentarlo.

Ella básicamente iniciará a los aguiluchos fuera del nido.

Esa es una larga caída, porque las águilas tienden a ir a los picos más altos para construir sus nidos.

Después de que la madre empuja al aguilucho fuera del nido, espera hasta que ha descendido cerca de 100 metros antes de que ella se abalance sobre él y lo ataje poniéndolo de nuevo en el nido, y luego comienza de nuevo.

malos pensamientos

   

SON PRUEBAS SORPRESA QUE NOS PONE EL MAESTRO

A veces, algo así es como pasa con nosotros.
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Estamos sentados cómodamente en nuestro pequeño nido.
.
Todo va razonablemente bien.
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Y de repente, Dios nos da una pequeña patada y estamos en caída libre.
.
Creemos que todo se va a acabar.
.
Luego se abalanza sobre nosotros y nos levanta.

¿Por qué Dios hace eso?

Él quiere que crezcamos espiritualmente. Él quiere que aprendamos a volar.

Él quiere que aprendamos que Él es quien dice ser.

Él quiere que confiemos en Él, incluso cuando no lo entendamos.

Él quiere que seamos pacientes con Él, incluso cuando parece que Él no hace funcionar nuestras agendas.

Él quiere que crezcamos y seamos fuertes espiritualmente.

En la carta de Santiago nos da algo de información acerca de las pruebas:

«Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas.

Esta puesta a prueba de la fe desarrolla la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a ser perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada». (Carta de Santiago 1:2-4).

Cuando viene una prueba, cuando llegan las dificultades, cuando llega la tentación, tendemos a decir: «¡Otra vez no!»

¿Nosotros no entendemos que se trata de una oportunidad para crecer? Es una oportunidad para aprender.

Dios no quiere los seguidores “part time”.

Él no quiere ser considerado como un amigo celestial en el cielo.

Tampoco quiere que le sigamos porque nos hace sentir mejor con nosotros mismos o porque necesitamos «un poco de religión» en nuestras vidas.

Él quiere que le sigamos porque lo amamos y queremos conocerlo.

   

LOS TIPOS DE PRUEBA QUE NOS PONE DIOS

Dios no nos pone pruebas para darnos un puntaje a nosotros, no lo necesita porque Él lo sabe todo, sino para nosotros y en algún caso también para que vean los otros.

Hay 7 tipos de prueba que nos pone Dios.

Una es la prueba de diagnóstico, tal como los estudios médicos, pero en este caso para revelar nuestra condición espiritual.

En Deuteronomio 8: 2 Yahveh le dice al pueblo de Israel que los 40 años en el desierto fueron para probarles lo que había en el corazón del pueblo de Israel.

Estas pruebas nos revelan con qué facilidad volvemos a nuestros patrones de pecado.

Nos advierten del cuidado que debemos tener, sensibilizándonos respecto a nuestras incapacidades.

Y además nos revelan la necesidad que tenemos de Su misericordia y Su orientación.

El segundo tipo de pruebas que nos pone Dios son educativas, para que aprendamos a tener fe y confiar en Él.

Por ejemplo en Mateo 8 se relata el caso en que Jesús subió a la barca con sus discípulos y se desató una tormenta mientras, Jesús dormía plácidamente.

Los discípulos alarmados lo despertaron y le pidieron al Señor que los salvará,

Y Él les respondió “por qué temen hombres de poca fe”, entonces se levantó, reprendió al viento y vino la calma.

El tercer tipo de pruebas son las de certificación, cómo cuándo se le hace a una persona para verificar si tiene la capacidad para desempeñarse en un campo en particular.

En este caso Dios nos hace pasar por pruebas para certificarnos a nosotros mismos en qué situación espiritual estamos.

Qué tan cerca y tan lejos estamos de no caer e tentación, de depositar la confianza en Dios, de no preocuparnos, de dar amor a los demás, de ver en los demás el rostro de Jesús, etc.

Un cuarto tipo es para refinarnos; haciéndonos repetir la lección una y otra vez.

Como cuando se refina la plata y el oro mediante el fuego quitándole impurezas, una y otra vez.

Y en cada vez se retiran las impurezas y el metal va quedando más refinado en cada pasada.

Un quinto tipo de pruebas es para probar a Satanás y al mundo que somos hijos de Dios.

Esto se puede leer en la Primera carta de Pedro 1: 7.

Dios señala al adversario y al mundo de que material están hechos los cristianos, su resistencia, su amor a Dios; es una declaración propagandística si se quiere.

En el sexto tipo, Dios nos puede hacer pasar por pruebas para darnos una bendición.

Por ejemplo él puede querer qué nos dediquemos a otra actividad que nos va a bendecir mucho más, y sin embargo nosotros estamos aferrados a la actividad que estamos desarrollando actualmente.

Es un tipo de prueba que nos eleva de repente a nivel material, de repente a nivel de afectos, de repente a nivel espiritual o lo que sea.

Un séptimo tipo de pruebas es para que podamos conocerlo mejor.

Esto se revela claramente en el libro de Job cuando dijo “mis oídos habían oído hablar de ti pero ahora mis ojos te han visto”.

El vio la mano de Dios en las pruebas por las que pasó.

   

DANOS HOY EL PAN DE CADA DÍA

Durante el ministerio de Jesús en la tierra, sabía que la gente le seguía por las razones equivocadas y por los motivos equivocados, e intencionalmente hizo cosas y dijo cosas que ralearon sus filas.

Esto puede ser una sorpresa para nosotros, pero es cierto.

Jesús enseñó a sus discípulos a orar, «Danos hoy nuestro pan de cada día» (Mateo 6:11).

Nota que él no dijo: «Danos nuestro pan para todo el año» o «Danos el pan para todo el mes», o incluso «Danos pan para toda la semana».

Sino «Danos hoy nuestro pan de cada día».

Cuando Jesús nos enseñó a orar de esa manera, él nos estaba mostrando que tenemos que depender de Dios.
.
Tenemos que estar buscando al Señor para proveernos de las cosas que necesitamos.

hombre mirando al cielo

   

ANTES DE PEDIR: RECONOCER Y ALABAR

Pero antes de que la petición del pan de cada día, Jesús oró primero,

«Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo» (versículos 9-10).

Antes de pronunciar una palabra de petición personal, hemos de contemplar la grandeza de Dios y dejar sumirnos en Él.
.
Y probablemente después de hacer esto, puedas cambiar sobre lo que está a punto de orar.
.
Al pensar en Dios y su grandeza, podrás ver el problema en perspectiva.

   

PERDEMOS LA DIMENSIÓN DE LAS COSAS

Muchas veces se diluye en nuestras mentes lo grande que es Dios.
.
Y consideramos nuestros problemas fuera de proporción, que son mucho peores de lo que son.

Lo que tenemos que hacer es poner las cosas en su justa dimensión y ver cuán grande y poderoso es nuestro Dios.

Nos ayudará a ver nuestros problemas como lo que son: cosas que se pueden resolver por Dios.

Así que cuando Dios nos da una prueba, cuando la prueba se te presente, no la trates como a un intruso, sino dale la bienvenida como a un amigo.

Es una oportunidad para que Dios muestre su poder en nuestra vida.

Es una oportunidad de aprender cosas que necesitas aprender.

baches en la carretera

    

¿Y LOS BACHES QUE APARECEN EN NUESTRA VIDA?

También todos o casi la mayoría de nosotros pasamos por momentos en nuestra vida en que las cosas se nos trancan, nos suceden situaciones dolorosas y nos cuesta recomponernos.
.
Y nos preguntamos por qué Dios permite esto, cuando en realidad la pregunta debería ser para que Dios permite esto.

Estos son momentos clave para examinar nuestra vida y aprovechar el momento para reencauzarla.

Hay baches en la vida que nosotros encontramos en algún tramo de la vida.

¿Sabes lo que significa un bache? Un bache es un agujero, un pozo, un defecto en la carretera, un revés.

Algo que nos detiene. Algo que puede causar daños.

También puede hacernos cambiar nuestro camino – y ese puede ser el punto.

¿Nos dirigimos por el camino a Dios – a la gloria – o por el camino del mundo?

El camino del mundo pueden parecer suave al principio, pero están llenos de peligros ocultos.

Cada vez que llegamos a la rutina, tenemos que asegurarnos de que no se ha desviado nuestro papel – del plan de Dios, de nuestra misión.

No es la gloria de este mundo (el poder, el placer y la popularidad, el ensimismamiento, el orgullo y la glotonería) sino que es el resplandor auténtico y la gloria del Cielo.

Recuerda que Satanás es “el príncipe de este mundo” y le seducirá, como él hace, él le ciega, no podrá ver lo que viene.

Él es la “oscuridad brillando”.

¿Por qué llegamos a baches?

A veces, por errores. A menudo, por el pecado.
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También, porque Dios está tratando de detenernos y nos hace pensar, está tratando de reorientarnos, está tratando de empujarnos hacia un camino diferente.
.
Llegamos a una carretera de baches cuando no está siendo mantenida o nosotros nos hemos desviado o hemos sido distraídos (de lo que es más importante en la vida) y no prestamos atención.

Cuanto más baches, más nos vamos a golpear, aunque el diablo le otorgue un cúmulo de lujurias en el camino.

Toma el tiempo para pensar en los “baches” en tu vida, cuando ocurrieron, y lo que pueden haber significado.

Más importante aún, mira lo que ellos indican.

Baches grandes. Baches pequeños. Medianos. Problemas cotidianos. A veces, enfermedad. A veces, una trampa.

Nunca es agradable estar yendo bien y de repente sentir que un neumático choca contra algo que no está destinado a estar allí.

No lo vio venir. O bien, no podía desviarse.

Ellos son lo peor cuando nos estamos moviendo demasiado rápido o nuestros ojos están vagando.

Y cuando nos estamos moviendo demasiado rápido, no nos detenemos a pensar en por qué ocurrieron.
.
Y por lo tanto con demasiada frecuencia nos dirigimos a otros aún más grandes (o retornamos y otra vez hacemos lo mismo).

Piensa en esto también: cómo pequeños baches en tu vida pueden haber precedido a los grandes baches.

Si no son baches, golpes. A veces, hay un precipicio.

Durante un tiempo, no será posible que sigas adelante. Pudo haber sido causado por un “neumático” desinflado.

Eso podría haber sido un punto de Dios: para pararte en tu ruta y hacer que vuelvas a evaluar dónde estaba y dónde se dirigía.

Los baches nos ponen en la “trilla” para separar la paja – las ramas y las cosas malas – del trigo (para que evitemos el purgatorio) Dios no nos juzga por nuestros problemas, sino por cómo respondemos a ellos.

Podría ser una cuenta más grande de lo que esperábamos.

Podría ser una factura que no podemos pagar. Podría ser la venta de la casa que se cae (que podría ser una más grande).

Y podría ser algo serio como un divorcio o la pérdida de un ser querido o la amenaza de una dolencia.

A menudo, los pequeños baches (cuando no se tratan) se convierten en grandes.

Corrige tu camino, y ejercita el optimismo.

Puede que no seas capaz de ver a través de un agujero profundo, pero recuerda: más allá está el trabajo adecuado, la casa correcta, el cónyuge correcto.

Renuncia al reino del mundo y conviértete de nuevo a Dios.

Evita la autocrítica, juzgar a los demás, y tratar de controlar todo en tu vida y las vidas de quienes le rodean.

Si te frustras porque las cosas no van como quieres, sólo te preparas para la negatividad, que es una manera de permitir a los demonios invadir tu espacio.

Tu no tiene control sobre todas las cosas que te suceden, pero tienes control total sobre cómo responder a ellas.

Toma toda esa energía desperdiciada en tratar de forzar la vida para adaptarte a tu percepción de cómo debería ser, y canalízala, en lugar de hacer frente a lo que la vida te trae.

Un ex ocultista y ahora añade cristiano llamado Greg Griffin dice,

Muchas personas vienen a la fe en Cristo y algunos creen que una varita mágica se posará sobre ellos y todo estará bien.

Pero la genuina sanación no funciona de esa manera.

Cuando salí de lo oculto entonces realmente encontré a Jesús a la edad de cuarenta años.

He experimentado una temporada de pruebas, quebrantamientos, y remodelaciones de Dios.

Yo pasé por algunos de los momentos más dolorosos que he tenido en mi vida, pero he encontrado esta verdad en el camino: a satanás le gusta hacernos daño, el quiere matarnos, robarnos y destruirnos.

Pero cuando Dios nos quebranta, es para nuestro propio bien. Dios tiene que sacar toda la escoria y el mal de nosotros.

El proceso no es agradable, por cierto, pero Él nos permite que pasar por ese tipo de dificultades, porque Él sabe que nos bendecirán“.

Meditemos sobre esto que sigue.

   

ALGUNAS RAZONES POR LAS QUE DIOS NO ARREGLA LAS COSAS INMEDIATAMENTE

Uno de los grandes misterios de la providencia de Dios es que a menudo deja las cosas sin resolver o sin atención a durante mucho tiempo.

A pesar de nuestras fervientes oraciones, a menudo no se precipitar para arreglar todo.

Y él tiene sus razones para ello.

Tal vez es porque a menudo crecemos a través de las luchas.
.
Descubrimos fortalezas que nosotros no sabíamos que teníamos.

El sufrimiento trae a veces la sabiduría.
.
Podemos aprender más, viviendo con nuestras preguntas durante un tiempo en lugar de obtener respuestas rápidas.

El sufrimiento puede estimular la creatividad.
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Muchas películas, obras de literatura, pinturas y poemas, son el fruto de la lucha con el drama de la vida y los conflictos que padecemos.

El sufrimiento a veces fomenta el crecimiento.
.
Hay un viejo dicho, “Las cosas crecen por la oposición”. Otro dice, “mar en calma no hace a un marin”.

Tal vez si corriera para resolver las cosas e interviniera con frecuencia, Dios eliminaría la libertad humana.
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La que se ve como necesaria para que seamos verdaderos hijos e hijas en lugar de esclavos.

Por último, el arreglo de una cosa a menudo afecta a muchos otros.
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El arreglo de un problema a veces conduce a más problemas, o al menos trae consecuencias no deseadas.

Hemos causado una gran cantidad de “daño colateral” en nuestra cultura como resultado de tratar de arreglar las cosas con demasiada rapidez.

Hay misterios a la providencia de Dios.

A pesar de nuestras muchas y aparentemente razonables peticiones que las cosas se solucionen y rápidamente, Dios en su sabiduría a menudo retrasa y deja las cosas sin resolver.

Él tiene sus razones.

Y nosotros deberíamos tener cuidado antes de precipitarnos a arreglar las cosas en nuestra vida o en la vida de los demás.

El arreglo se requiere a menudo, pero procediendo lentamente y con cuidado, siendo pacientes.

Aprendamos de Dios, que puede arreglar todo al instante, pero por lo general no lo hace.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Por qué los Cristianos pueden Manejar Mejor los Pensamientos Negativos

Nuestras alteraciones, nuestras pérdidas de paz, se interrelacionan con el entorno.

Y si estamos alterados muchas veces el entorno nos devuelve más perturbación y pensamientos negativos.

Tal como si fuera una especie de contagio.

Pero afortunadamente los cristianos tenemos a quien recurrir para restaurar la paz.

A través de la oración y el discernimiento.  

pensamientos negativos

Muchos expertos en psicología social han declarado en repetidas ocasiones que estamos atraídos por las emociones negativas.
.
Las que afectan a nuestra percepción del dolor.
.
Y lo estamos más que por las emociones positivas. 

Un estudio publicado en la revista Clinical Psychological Science, muestra que la forma en que las personas que nos rodean responden a los acontecimientos estresantes puede ser contagiosa.

Y también hay patrones de pensamiento distorsionado que causan angustia y trastornos. 

Estas distorsiones cognitivas nos llevan a malinterpretar o sobreanalizar los datos del mundo y vivir en una especie de irrealidad o una realidad exagerada.

La buena noticia es que los cristianos tienen a disposición un arsenal de armas para recuperar rápidamente su paz y felicidad, que otros carecen.

    

LA NEGATIVIDAD

Si nos fijamos en el mundo físico, muchos de nosotros encontramos la forma de la negatividad presente – las cosas ordenadas muestran la tendencia natural a estar desordenadas, tarde o temprano.

Es interesante ver que la mente humana, que es considerada como el sistema más ordenado y consciente en el mundo, no permanece intocable por el efecto negativo de la naturaleza.

La negatividad es omnipresente, eso parece.

La capacidad de regular las emociones es esencial para el bienestar físico como mental. 

Es un mecanismo básico que subyace a los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad.

La capacidad de identificar y distinguir entre las emociones negativas nos ayuda a abordar el problema que llevó a esas emociones al primer lugar.
.
Sin embargo, aunque algunas personas pueden decir la diferencia entre sentirse enojado y culpable, otros pueden no ser capaces de separarlas.
.
Distinguir entre la ira y la frustración es aún más difícil.
.
Las emociones también pueden convertirse en un problema, por ejemplo, para las personas con depresión, que no pueden dejar de pensar en los pensamientos negativos.

Madurez en la oración

   

¿CONTAGIOSO?

El riesgo de depresión que viene con el pensamiento negativo también parece contagiarse.

En un estudio en la revista Clinical Psychological Science, los investigadores analizaron la «vulnerabilidad cognitiva» de 103 pares de estudiantes universitarios.

Éstaes la tendencia a pensar que los acontecimientos negativos son un reflejo de la propia carencia de una persona, o que van a dar lugar a acontecimientos más negativos. 

Los estudios han encontrado que las personas con alta vulnerabilidad cognitiva tienen un mayor riesgo de depresión:

«Encontramos que el grado de vulnerabilidad cognitiva de los participantes fue significativamente influenciado por el grado de vulnerabilidad cognitiva de sus compañeros de cuarto, y viceversa», escribieron los investigadores.

Sólo tres meses de convivencia e necesitaron para ver este contagio.

Los investigadores también encontraron que los que experimentaron un aumento de la vulnerabilidad cognitiva durante los tres primeros meses de la universidad tenían casi el doble del nivel de síntomas depresivos a los seis meses.

Y peor en las grandes transiciones de la vida.

Antes de este estudio, se pensaba que la vulnerabilidad cognitiva no cambiaba mucho cuando una persona pasaba de la adolescencia.
.
Sin embargo, los nuevos resultados sugieren que durante las grandes transiciones en la vida la vulnerabilidad cognitiva puede ser alterada.

La energía negativa que una persona irradia afecta directamente a su entorno inmediato y sin embargo el estado de la persona también es dependiente de su entorno inmediato.
.
Por lo tanto, se puede suponer que una persona que está preocupada extenderá sus alteraciones en su entorno inmediato.
.
Y como efecto podría a su vez obtener más perturbación.
.
Y todo esto tendría un efecto caótico y acumulativo en todo el entorno.

Lo anterior nos indica claramente por qué el estado actual del mundo es lo que es hoy.

Nosotros, los seres egoístas de hoy en día no podemos pensar más allá de nosotros mismos y sólo queremos la paz para sí mismos; fallamos en entender la perturbación, que si hay una perturbación que nos rodea ¿cómo podemos estar en paz?

Pero muchas veces las cosas que nos suceden son por nosotros mismos, debido a cómo distorsionamos la realidad.
.
Por lo tanto ten en cuenta lo siguiente.

mujer orando con rozario en la mano

   

7 PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS QUE SON UNA PUERTA ABIERTA AL MALIGNO

Muchas actitudes pecaminosas, miedos, rencores, aversiones, y ansiedades provienen del pensamiento distorsionado. 

Estos patrones emergen de nuestra carne, pero también son puertas abiertas para los demonios, que pueden explotar y torcer nuestra experiencia de la realidad más allá.

El mundo, también es capaz de explotar las distorsiones cognitivas, tanto para su beneficio como su influencia.

Por lo tanto, debemos aprender a reconocer y nombrar las formas más comunes de pensamiento distorsionado, también llamados distorsiones cognitivas, mediante discernimiento.

Vamos a echar un breve vistazo a algunas de las distorsiones cognitivas más comunes:

   

1 – SOBREGENERALIZACIÓN 

Se refiere a la tendencia a pensar que una situación negativa es parte de un ciclo constante de las cosas malas que suceden.
.
Las personas que generalizan en exceso suelen utilizar palabras como «siempre» o «nunca».

Por ejemplo, una persona podría pensar que tenía planes para ir al cine con amigos, pero los planes no se concretaron.

¡Esto siempre me pasa; nunca llego a tener ninguna diversión!

La verdad más probable es que esa persona también tiene cosas agradables en su vida.

La vida es un poco de todo, pero en general, la mayoría de la gente tiene mucho más bendiciones de cargas.

Cotidianamente a la mayoría de la gente le van bien, mientras que sólo a unos pocos las cosas van mal.

Debemos evitar generalizar y exagerar acerca de cómo las cosas malas «siempre» nos suceden y las cosas buenas «nunca» se cruzan en nuestro camino.

Esta no es la realidad. No es un pensamiento sobrio.

Nos hace negativos, nos ponen miedo y ansiedad. 

No es de Dios y tiene su origen en el pecado de ingratitud.

Satanás sin duda puede aprovechar esta distorsión para agitar el resentimiento, el miedo, la ansiedad y otras emociones negativas.

El mundo, también, puede actuar en esto revolviendo hasta la misma negatividad y luego proponer soluciones falsas o incompletas.

   

2 – EL PENSAMIENTO DE TODO O NADA 

Esto se refiere a ver las cosas como perfectas o terribles, bueno o malo, 100% o cero, con poco o ningún espacio en el medio. 

Por ejemplo, puedo etiquetarme a mí mismo, ya sea un héroe o un perdedor total. Pequeños errores son vistos como un fracaso total.

Tal vez una persona en una dieta reincide por el consumo de un gran pedazo de la torta y luego piensa,

¡soy un fracaso total; no puedo con mi mismo! 

Hay muy poco «término medio» en el pensamiento de todo o nada.

También existe la tendencia a pensar que la afirmación de una cosa significa que se niegan otras.

El pensador todo-o-nada puede ofenderse por las afirmaciones o relativistas hechas por otros porque no ve un término medio.

Hay posibilidad de que muchas cosas pueden ser afirmadas y alabadas a la vez o que las preferencias pueden estar en un continuo en algún lugar entre cero y cien.

De hecho, la mayoría de las cosas de la vida caen en algún lugar en un continuo, con la gran mayoría en algún lugar entre el todo y la nada, entre el 100% y el cero. 

A menudo hay muchos resultados y combinaciones de cosas diferentes que son loables y / o aceptables. 

Pero el pensador todo-o-nada, a causa de esta distorsión cognitiva, tiene dificultad para recordar y aceptar esto.

El resultado de pensar todo-o-nada en un nivel personal puede ser por el excesivo orgullo (en el que uno piensa de sí mismo o de su rendimiento con demasiada exigencia)

O por baja autoestima (en el que uno se considera a sí mismo un completo perdedor).

En el plano social, el pensador todo-o-nada es a menudo hostil a todas las opiniones que no están completamente de acuerdo con lo que él insiste que es mejor.

Estas personas a menudo se ofenden cuando no están de acuerdo con ellas.

Por ejemplo, si alguien se adhiere algo distinto que él, él piensa que él (y / o su opinión) está totalmente descartada o incluso es ridiculizada.

De esta manera, el pensamiento todo-o-nada tiende a hacer que la gente hostil, con miedo, de piel fina, e innecesariamente insistente en la perfección o éxito total.

No es difícil imaginar cómo tanto el diablo y el mundo pueden acceder a esta visión distorsionada de la carne.

Y mantener la gente en sujeción con miedo, hostilidad, y muchas nociones de ansiedad.

El pensador todo-o-nada cree que, dado que el mundo no es perfecto, no hay nada bueno para celebrar, y por lo tanto descarta a aquellos que celebran algo como ingenuos, estúpidos, o peor.

niña con madre y fantasmas

   

3 – ADIVINACIÓN 

Esta es la predicción de que algo malo va a pasar sin ninguna prueba.
.
Por ejemplo, una persona puede pensar, no importa lo duro que haya preparado su charla, que se va a ir terriblemente mal.
.
La gente se va a aburrir o se van a burlar.

Esto es esencialmente una forma pesimismo y la negatividad que deshecha la esperanza contra es el pecado llamado «desesperación».

Los que participan en este tipo de pensamiento tienden a ver el mundo como un lugar hostil y para ver las oportunidades como cargas y trampas.

Pero, por supuesto, las oportunidades no son necesariamente buenas o malas, hostiles o benignas.
.
No son más que oportunidades.

Además, el fracaso no siempre es total; a veces ni siquiera es un fracaso en absoluto.

La cruz fue un fracaso de muchos de los que fueron testigo de ese día, pero en realidad fue una victoria.

Algunos de nuestros «peores» conversaciones han tenido sorprendentemente buenos efectos.

La vida es una propuesta divertida. Pero el adivino rechaza todo esto e insiste en que el desastre se esconde en la siguiente colina.

Lamentablemente, la mayoría de los adivinos trabajan sobre sus profecías autocumplidas. 

Esperando cosas malas, por lo general ellos las consiguen, o al menos pueden recoger numerosas pruebas para demostrar su tesis.

Y ser confirmados en su espiral descendente de la negatividad, la ansiedad, la depresión, el cinismo y la desesperación.

Satanás puede explotar fácilmente la negatividad y el «presentimiento» de que las cosas malas van a suceder.

Los adivinos mantienen la puerta abierta para las andanzas del diablo, prácticamente dándole en bandeja la posibilidad de que pueda decir:

«Ves, te lo dije».

Este pensamiento negativo tiene que dejarse.

Es una distorsión que niega la posibilidad que existe una oportunidad.

Y la posibilidad de resultados paradójicos o sorprendentes en todo tipo de situaciones.

   

4 – RAZONAMIENTO SOBRE BASE EMOCIONAL 

Esta es la creencia de que los malos sentimientos o emociones reflejan la situación de la realidad.
.
Por ejemplo, me siento ansioso cuando vuelo, por lo tanto, los aviones no son seguros.

Tenemos que tener mucho cuidado de recordar que los sentimientos son sólo sentimientos.
.
Que no deben ser ignorados por completo, pero tampoco deben ser el factor decisivo.

La escritura advierte: El corazón es engañoso por sobre todas las cosas (Jeremías 17: 9).

Muchos de nuestros sentimientos fuertes tienen su origen en acontecimientos traumáticos del pasado y pueden no reflejar la realidad actual.

Si me siento inseguro no significa que yo soy inseguro. 

Sentirse mal por la forma en que fue la reunión, no significa que en realidad fue mal.

Satanás y el mundo pueden explotar fácilmente los sentimientos para hacernos pensar cosas que no son necesariamente así.

Una parte importante del crecimiento espiritual es aprender a discernir los sentimientos, al verlos como parte de la imagen, pero no la imagen completa.

   

5 – LECTURA DE LA MENTE 

Esto es llegar a conclusiones acerca de lo que otros están pensando sin ninguna prueba.
.
Por ejemplo: mi amiga no se detuvo a saludar por lo que debe estar enojada conmigo.
.
Pero tal vez ella tenía prisa y no tenía tiempo para parar; o tal vez ella ni siquiera me vio. 

He aquí otro ejemplo, mi jefe lanzó una mirada negativa por lo que debe estar molesto conmigo y voy a ser despedido.

Pero tal vez como él estaba mirando en tu dirección y recordó algo que se le olvidó de hacer o una discusión que tuvo con su esposa.

O tal vez sólo tenía dolores de cabeza.

Este tipo de distorsión suele tener sus raíces en una forma de orgullo llamada grandiosidad.
.
En el que creemos que somos siempre lo más importante en la mente de otras personas o la razón por la que actúan. 

Leer la mente también tiene sus raíces en el orgullo porque confiamos demasiado en que tenemos el mando de todos los hechos y realmente sabemos lo que está pasando.

No lo tenemos, esta es una distorsión.

Hacemos bien en desarrollar una reserva saludable sobre nuestras conclusiones acerca de lo que otros están pensando o acerca de sus motivos.

Debemos pedir a Dios un cierto tipo de «ceguera» que nos indique que hay muchas cosas que realmente no podemos entender.

Esta forma de pensamiento distorsionado conduce a muchos miedos y ansiedades que son por lo general innecesarios y sin fundamento.

Satanás seguramente tiene muchas puertas a través de esta forma de orgullo y el pensamiento que produce ansiedad.

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6 – FILTRADO MENTAL 

Esto se centra sólo en las partes negativas de una situación, haciendo caso omiso de algo bueno o positivo. 

Por ejemplo, tengo un montón de buenos comentarios de la conferencia que hice, pero una persona no estaba de acuerdo con mi premisa.

Así que supongo que la conferencia no era tan bueno después de todo.

Esta distorsión es similar a la generalización excesiva.

   

7 – MODELO RÍGIDO DE COMO DEBEMOS ACTUAR

Esto el exceso de decirte a ti mismo cómo «debes» actuar.
.
Por ejemplo, yo debería ser capaz de manejar esto sin alterarme.

Es evidente que hay parámetros morales que debemos observar en nuestro caminar cristiano.

Pero también hay muchas otras reglas y normas que exigimos de nosotros mismos que no son necesariamente razonables o correctas.

Es común que alguna persona nos diga «yo debo hacer [esto o aquello]».
.
¿Pero de dónde sacó que esa es la única posibilidad?
.
No todo lo que pensamos que deberíamos hacer es imprescindible, o debe ser hecho.

Debemos discernir cuidadosamente lo que se requiere de nosotros y lo que no, o lo que es meramente opcional basado en cada circunstancia.

Al diablo le gusta las declaraciones «debería» porque él ama a destruir la verdad mediante la exageración de ella y haciendo que parezca una carga insoportable.

También le da la oportunidad de disfrazarse con ropa de piedad.

Por ejemplo, considera la situación «debería» siguiente:

«Tu sabes que tus sus oraciones serían contestadas si sólo rezas o ayunas un poco más. Tu realmente debes aumentar tus oraciones y ayunos».

Pero esto puede ser muy diabólico.

Primero, es diabólico porque en cierto grado es cierto.

Probablemente podríamos orar más si descuidamos otras cosas.

Podríamos rezar más si, por ejemplo, nunca dormimos. Pero no significa que debemos hacerlo.

Además, es diabólico porque si el diablo puede sembrar la idea de que deberíamos rezar más, entonces llegamos a que nunca hemos rezado lo suficiente. 

Y eso nos pone justo donde él quiere: desanimados, con culpa y ansiedad; no pone la oración como una carga y a Dios como un amo.

Por último es diabólico, ya que sugiere que vamos a conseguir lo que queremos como resultado de nuestros propios esfuerzos en lugar de por la gracia de Dios.

Con demasiada frecuencia declaraciones «debemos» son lobos con piel de cordero. 

Tenemos deberes legítimos, pero no confíes en cada pensamiento «debería». Hay que discernir cuidadosamente.

Hay muchas distorsiones cognitivas más que podríamos discutir. No dudes en añadirlas en la sección de comentarios.

La vida de la mente es muy importante en la vida espiritual.

La conclusión es, no creas todo lo que piensas. Discierne, distingue, tamiza y clasifica. 

Ten en cuenta también que Dios quiere darte una mente sobria, una mente clara, una mente que está en contacto con la realidad en lugar de uno perdida en las distorsiones y la irrealidad.

Pide una mente sobria y sigue el viaje. Y este es el aporte del cristianismo y la ventaja que tienen los cristianos con el resto.

      

PRIMERO: DEJAR A DIOS EL CONTROL DE TODO

Muchas veces, cuando tratamos de discernir, buscamos la sensación de paz. Pero también hay que buscar el sentido de libertad.

Ser libre es ser liberado de lo que no es verdad.

Tu sabes la expresión, la verdad os hará libres (Juan 8:32).

Por eso es que nos debemos preguntar:

¿Buscamos la verdad lo suficiente? ¿Regularmente pedimos al Espíritu Santo por ello?

A menudo, esto significa ir al Espíritu Santo por la auto-iluminación.

El Espíritu Santo es el Espíritu de la Verdad y puede revelar las cosas ocultas.

Muchas veces, nosotros mismos tratamos de ejercer demasiado control, dejando a Dios afuera.

Nuestra necesidad obsesiva de controlar todos los aspectos de nuestra vida crea un inmenso estrés.

Porque los demonios le han convencido que usted no puede confiar en nadie más que en usted mismo para escribir su vida”, escribe Deborah Lipsky en Un mensaje de Esperanza.

Pare de pensar que es usted quien tiene que resolverlo todo.

Aléjese del centro del universo y ponga a Dios de nuevo en su lugar.

Si Dios intervino cada vez y detuvo la circunstancia que nos hizo tener miedo, ¿cómo no podemos desarrollar confianza, coraje y fe?

Así que deje de luchar con el miedo, no importa cuán justificado usted lo sienta.

Déjelo ir y permita a Dios”.

Como la Pequeña Flor lo puso: practicar el abandono.

La victoria, la verdad y la libertad vienen cuando ponemos nuestras cuestiones en Su control y no sólo bajo nuestro propio control (o el de otros).

Cuando está la verdad, el miedo disminuye. Cuanto más sabemos, menos miedo (esto es cierto incluso con las serpientes y las arañas).

“El que practica la verdad viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios”, afirma Juan 3:21.

Tenemos éxito cuando nos vestimos “del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad” ( Efesios 4: 24).

Cuando vienen los pensamientos negativos tu mantra debería ser:

“Yo no decidí estar allí” o “Yo no elegí pensar eso”.

Pide por el Espíritu de la Verdad.

Los pensamientos negativos – la falsedad, la simulación – desaparecerán.

Y aquí es donde llegamos a la oración.

   

LA RELIGIOSIDAD Y LA ORACIÓN SON PODEROSAS PARA TRAER LA PAZ

En un estudio de 2008 publicado en la revista PLoS ONE, los investigadores encontraron que los meditadores / oradores cuando escucharon sonidos de gente que sufre, tenían niveles de activación más fuertes en sus junturas parietales temporales, una parte del cerebro vinculada a la empatía, que las personas que no meditan.

Estos estudios demuestran que la meditación y la oración regular apoyan eficazmente la salud mental, emocional y física de muchas maneras tangibles.

También un estudio reciente encontró que las personas que participan más activamente en la religión son más felices.

Y a su vez están más comprometidas con la comunidad a través de acciones comunales.

La felicidad es un producto de la paz interior.

El estudio de Pew Center se realizó en 25 países.

Y en todos ellos es significativa la cantidad de activos religiosamente que se sienten más felices en la vida que los que no son activos religiosamente.

No hay ningún país investigado dónde los que son activos religiosamente sean menos felices que el resto.

En concreto, aquellos que se declaran como activamente religiosos y asisten a los servicios religiosos al menos una vez al mes, experimentan una felicidad que según ellos es mayor que quienes no están en esta situación.

Por ejemplo tomemos el caso de Estados Unidos para ejemplificarlo. Un tercio de los adultos religiosamente activos se describen a sí mismos como muy felices, en comparación con un cuarto de los que no son religiosamente activos.

De la misma forma las personas que son activamente religiosas participan más en grupos voluntarios y comunitarios.

Por lo tanto la vinculación religiosa de las personas lleva a una mayor felicidad con la vida y un mayor compromiso con los otros seres humanos.

hombre orando

   

LA ORACIÓN ES LA FORMA CRISTIANA DE ALCANZAR LA PAZ

Estar en paz sólo es posible si existe la paz a nuestro alrededor y si discernimos nuestras opciones, pensamientos y emociones. 

La oración es una herramienta muy poderosa para ello.

Ora para conseguir la paz.
.
El Rosario es una buena oración.
.
Cada vez que te sientas sin paz a tu alrededor comienza con las oraciones, desgaja las cuentas del rosario y pide a María y al Señor te den la paz.

Cuando estés caminando o haciendo otras acciones que no signifiquen pensar en la tarea, ora.

Deja en manos de María y Jesús tus preocupaciones y pide calma, para ti mismo como para las otras personas a tu alrededor.

Llama a tus ángeles guardianes y pídeles que actúen en el entorno.

Por ejemplo que tu ángel vaya a ayudar al ángel guardián de una persona cercana a ti que está fuera de equilibrio, sin paz.

Solicita que ejércitos de ángeles vayan a orar y cantar melodías de paz al lado tuyo y de la persona alterada.

Y pide discernimiento. Para que las distorsiones de tus pensamientos y emociones no te jueguen una mala pasada.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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10 Cosas a hacer cuando no te puedes Desprender de un Vicio que te Aprisiona

Nuestra lucha final es mantener las tentaciones a raya.

Para no caer en el pecado sistemáticamente y hacer de él nuestra forma de vida.

Pero todos luchamos contra algún vicio que no podemos sacarnos de encima.

Esa batalla ha sido la vida de la mayoría de los santos.

Así que no te sientas impotente.

Sólo tienes que prepárate para la lucha de manera adecuada, dar la batalla inteligentemente y sin perder motivación.

manos atadas

Lo peor que puedes hacer es resignarte a convivir con el pecado o sentirte culpable permanentemente por el pecado que cometiste.
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Debes mirar siempre para adelante.
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Y arbitrar las formas para deshacerte genuinamente de él, si no quieres perder la ‘amistad’ con Dios.

  

ROMPE CON LO QUE NO TE DEJA PROGRESAR EN LA PUREZA

Sin duda sientes de inmediato a lo que esto se refiere.

A rasgos y tendencias y cosas que nos limitan, que nos atan, que nos detienen.

Que nos detienen el progreso hacia adelante, que nos quitan nuestra libertad, que nos lanzan a la oscuridad, a veces, de una mazmorra.

Tenemos éxito, pero no tanto. Estamos felices pero de a ratos. Estamos en paz, pero no realmente.

Esto significa que algo tiene que ser roto.

¿Qué te detiene? ¿Qué te frustra? ¿Por qué no dejas de repetir lo mismo? Haz una lista. Escríbelo.

A menudo, se trata de una simple cuestión de tener una voluntad fuerte.

Eso es un requisito previo: para tener éxito en este lugar de adversidad llamado Tierra debes tener una voluntad que persevere – como el Antiguo Testamento dice, un espíritu “correcto” y “firme”.

Nunca voy a conseguir ese trabajo, podrías decir en tono preocupado. Yo nunca voy a terminar esta tarea. Yo nunca voy a hacer esto o este viaje nunca llega. Nunca encontraré el cónyuge correcto. Yo nunca…

Eso es un espíritu malo.

Nos mantenemos en esos temas cuando deberíamos estar “rompiendo” la esclavitud, diciendo lo contrario (lo voy a conseguir, voy a conseguir el trabajo correcto…).

Despertar cada mañana decidiendo ser feliz, decidiendo tener un buen día (deleitándome incluso en las pruebas).
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Y al final del día, dar gracias a Dios aun cuando no hayamos recibido exactamente lo que queremos, porque es Su Voluntad.
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Y el final del día significa que estamos un día más cerca del “deseo de nuestros corazones”.

Dios se encuentra con nosotros a nivel de nuestras expectativas.

Para hacer eso, sin embargo, se necesita una voluntad de hierro, ya que sólo el hierro es lo suficientemente fuerte como para romper los grilletes.

La adversidad es un don que nos permite “destruir el hierro”, para construir el músculo espiritual.

Cuando hacemos todo lo posible en lo natural, Él lo lleva luego a cabo en lo sobrenatural.

Si no lo haces, no verás milagros, no alcanzarás tu pleno potencial, lo que significa que estarás privado de tu misión.

Sólo serás feliz cuando te estés moviendo a trabajar en tu tarea en esta Tierra.

cadena

Cuando tenemos una voluntad de hierro también tenemos libre albedrío, porque una voluntad de hierro rompe ataduras.

Esto hace al alma paciente cuando el tema es la impaciencia; calma cuando el problema es la ansiedad; humildad cuando el tema es el orgullo.

Cualquiera que sea tu falta, simplemente no la repetirás.

¿Estás enojado? Sólo deja de estar enojado. Fuerza la situación.

¿Eres perezoso? Se diligente. ¡Solo hazlo!

Enumera los rasgos negativos en tu vida y tu linaje y luego simplemente no los repitas.

Sólo la libertad te puede hacer volver a lo que realmente eres. No esperes por las cosas para ser feliz.

Obtén la felicidad antes de que algo suceda y Dios te hará más feliz aún.

“Sacúdete el polvo, levántate, oh cautiva Jerusalén; quítate las cadenas alrededor de tu cuello, cautiva hija de Sión”, dice Isaías 52: 2.

Hay cadenas cuando estamos atrapados en las emociones equivocadas, cuando nos parece que no podemos encontrar la paz, cuando hay roces constantes, cuando existen malos hábitos y adicciones.

Estamos en esclavitud cuando estamos obsesionados con todos y con todo.

Incluso podemos estar encadenados con enfermedad transmitida a través de la línea de la familia y otros graves problemas físicos, emocionales o espirituales.

Y así repetimos la pregunta:

¿Deseo continuar ese patrón?

Si es así sólo “ve con la corriente”, pero si quieres alterarlo, salta de la corriente.

Lo mejor es ser un rompedor de cadenas.

Si hay algo en tu línea familiar que te ha envuelto en cadenas o a miembros de tu hogar, rompe esas cadenas en el Nombre de Jesús.

Estableciéndote en el “camino correcto”. Consiguiendo la libertad de la voluntad.

Tu propósito en la vida es encontrarte con tu espíritu libre.

Es muy fácil estar en una mala rutina.

Muchas veces, los miembros de las familias no crecen espiritualmente porque se convierten en marmotas, siempre lo mismo, las mismas negatividades, las mismas conversaciones, día tras día.

La pelota no se está moviendo hacia adelante.

Hay estancamiento, es un disco rayado, y cuando hay un estancamiento, estamos en un lodazal, en un pantano. Estamos “cerrados”.

Sabemos cuántas serpientes hay en los pantanos. Sólo una persona atada con cadenas puede estar en esa oscuridad, e incluso destruir un hogar.

Deshacernos de los rasgos negativos que “heredamos” es hacer la Voluntad de Dios.

Esto no significa aislamiento. Esto no significa separación.

Ciertamente no significa antagonismo. Significa seguir adelante con el enfoque principal: Dios.

Romper las cadenas es hacer lo contrario de lo que nos une a ellas. Es reconstruir. Significa diligencia. Significa auto-honestidad.

Esto significa la lealtad correcta. Rompes eslabones de la cadena cuando Dios es tu relación clave.

Nos enfrentamos a esa elección todos los días.

En todas las dificultades podemos optar por crear algo nuevo y sano o reciclar el veneno de las generaciones pasadas.

Podemos enviar a nuestros hijos, para sus propios hijos, una base de amor y bondad y paciencia, o podemos entregarlos al mismo infierno que podemos haber recibido de nuestros padres.

No pienses en el ayer. Todos los días empieza de nuevo, con esa alegría.

Donde hay pecado, arrepiéntete; donde el rencor ha echado raíz, perdón; donde hay mentiras en tu vida, busca la verdad; donde hay malos ejemplos (y malas tradiciones), un nuevo comienzo.

¿Cuál es la emoción o hábito más hiriente que tienes? ¿Ira? ¿Impaciencia?

¿Culpa? ¡Pocas cadenas son tan fuertes como culpabilidad!

Si vas al Espíritu Santo Él te iluminará.
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Ora suficiente
y Dios te presentará lo que quiere, como un regalo, o te eliminará el deseo por ello.
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Cuando hayas hecho todo lo que es posible, Él vendrá a hacer lo imposible.

  

NO DESESPERES Y HAZ CASO DE ESTOS 10 CONSEJOS

Una de las cosas que tira a la gente abajo cuando se esfuerzan en hacer progresos espirituales es seguir cayendo en el mismo pecado una y otra vez.

Dices lo siento no voy a hacerlo de nuevo.

Entonces en la primera oportunidad que tenemos los hacemos de nuevo; aun sabiendo que es un pecado y que no debemos hacerlo, no nos podemos contener.

hombre-triste

Esto nos llena de culpa, de vergüenza, nos pone frente a nuestra incapacidad, y es fácil querer renunciar.

Nos frustramos y nos decimos que no es realmente un pecado de todos modos si muchos lo hacen, o no es tan grave como parece.

Aquí hay 10 cosas que debes recordar si sigues cayendo en el mismo pecado.

  

1 – La perfección es la obra de toda una vida  

¿Pensaste que ibas a ser santo en una noche? Este es un problema con nosotros los cristianos de ahora.

Nos gusta la solución inmediata, la solución indolora y la salida fácil.

El Papa san Juan Pablo II dijo: «La castidad es la obra de toda una vida».
Nada grande llega fácilmente.

Convertirse en santo es como convertirse en un atleta olímpico o un concertista de piano. No sucede rápidamente.

  

2 – No seas tan duro contigo mismo

Trata por todos los medios de establecer un alto nivel.

No seas demasiado complaciente contigo mismo, pero tampoco demasiado duro.

Si continúas tratando con genuina intención, entonces estás haciendo lo correcto.

Hay un viejo cliché que es verdad: «No importa cuántas veces te caes, lo que importa la frecuencia con que te levantas».

Mientras todavía estás en el camino y te levantas, no te castigues severamente si tropiezas.

  

3 – Se objetivo acerca de tu problema

La cantidad de culpa y vergüenza que sientes no es necesariamente un indicador preciso de la gravedad del pecado.

Tendemos a sentirnos más culpables y avergonzados de los pecados de la carne, porque son muy peligrosos y parecen muy sucios.

Pero tu falta de oración o tu falta de respeto a otras personas pueden ser más graves que pecados que son muy avergonzarse.

Tu orgullo y tu arrogancia puedes ser un mayor bloqueo espiritual que los pecados de la carne.

Esto no es para excusar los pecados de la carne, sino para decir que las emociones de culpa y vergüenza que sentimos por ellos a veces bloquea la conciencia de los demás pecados, que no nos hacen sentir tan avergonzados.

Se objetivo en tu examen de conciencia y no te regodees en tu culpa y vergüenza.

En su lugar, levántate, ve al confesionario y deposita la confianza en la misericordia de Dios.

joven sentada

  

4 – Ten claro el pecado mortal y el venial

Para que sea pecado mortal, el mismo tiene que ser una materia grave. Lee aquí lo que dice el catecismo de la Iglesia Católica sobre los pecados.

Eso significa que tiene que ser un pecado grave, que por su propia naturaleza te separa de amor de Dios.

En segundo lugar, tienes que saber que es un pecado mortal y que tiene que tener un elemento de deliberación y decisión al respecto.

Tienes que decir: «Yo sé que esto es un pecado grave, pero yo voy a hacerlo de todos modos». Cuando tropiezas y caes ten esto en mente.

Si cometes un pecado mortal, simplemente vuelve a Dios de inmediato y has un verdadero acto de contrición y un propósito de enmienda. 

Si haces esto con la intención de ir a la confesión tan pronto como sea posible, estás en el camino de regreso a Dios.

  

5 – El pecado habitual a veces tiene raíces psicológicas profundas

Esto no te exime pero quiere decir que tu culpabilidad podría reducirse.

Si sufres de un problema de adicción genuino y no puedes superar un pecado en particular, ve a buscar ayuda profesional.

Los terapeutas y consejeros pueden ayudar a encontrar la causa de la adicción.

Si no puedes salir de un pecado en particular pueda que tengas un problema de adicción. Mucha gente lo tiene sin darse cuenta o bien lo niega. Piensa en ello.

Es posible que necesites un poco de ayuda extra. Eso está bien.

¿No te importa ir al dentista para las caries dentales, no es así?

No tengas vergüenza de ir a un sacerdote y plantearle tu problema.

  

6 – Toma el ministerio de liberación en serio

Si estás atrapado en un pecado en particular puedes estar oprimido por un espíritu maligno.

Cuando digo «espíritu maligno» no me refiero necesariamente a un demonio poderoso.

Podría ser un espíritu maligno de origen humano, un recuerdo traumático, una relación venenosa del pasado o algún factor diabólico o humanamente desconocido, que los demonios exacerban.

Si sientes que hay una dimensión de espíritu maligno en tu problema usa la oración simple y la terapia de ayuno.

Mantén los viernes como día de ayuno y céntrate en la oración del Señor como oración de liberación.

Si es necesario pide a un sacerdote local oraciones de liberación cuando vas a la confesión.

Y ten cuidado, porque muchos sacerdotes no están familiarizados con este ministerio y puede que tengas que buscar al sacerdote correcto.

hombre ora en capilla

  

7 – Entiende cómo funciona la tentación

En primer lugar está la idea de que es posible hacer algo en particular que es pecaminoso. 

Luego viene la oleada de deseo. 

Luego viene un impulso más fuerte en el que discutes contigo mismo. 

Para entonces ya es demasiado tarde.

Resiste la tentación tan pronto como el pensamiento viene a ti.

Recuerda el ministerio de liberación y has una autoliberación.

Reprende a satanás e incluso puedes decir en voz alta: «¡Apártate Satanás!», como lo hacía Jesús.

  

8 – Utiliza sacramentales

La medalla de San Benito, Escapulario, el Rosario, las Sagradas Escrituras, todas estas son armas en la batalla espiritual.

Aprende cómo manejarlos y utilizarlos de forma activa.

  

9 – Ora para que veas el pecado como lo que realmente es

No vas a librarte del pecado hasta que no estés realmente disgustado por él.

Imagina ser adicto a las hamburguesas grasosas.

Tienes que dejar el hábito cuando llegas al punto donde se ve una foto de una hamburguesa grasosa y dices: «Ughhh! ¿Por qué iba yo a querer comer ese pedazo de grasa de animal muerto lleno de grasa pegajosa con salsa de tomate repugnante?»

Así que ora para que tus deseos se purifiquen y te sientas atraído por todo lo que es bello, bueno y verdadero.

  

10 – Encuentra un buen confesor y quédate con él

Declara tu arrepentimiento al confesor y construye una relación para que él pueda ver que estás haciendo progresos.

Si tu párroco no es esa persona encuentra uno que lo sea y lo valore.

Él te ayudará a superar los pecados que te mantienen preocupado.

cristo abraza a un joven

  

EN DEFINITIVA

  

A – No te rindas

Hagas lo que hagas, no te rindas.

No digas que tu pecado no es un pecado. Esa es una forma de destrucción y una manera de mentir.

En su lugar enfrenta al pecado y sigue el esfuerzo de tu lucha.

¡Es una hermosa lucha! ¡No te rindas!

  

B – Recuerda que Dios está de tu lado

Demasiados católicos tienen un tipo de extraño sentimiento de culpa como si Dios estuviera listo en buscar los pecados para que les pueda dar una bofetada cuando se salen de la línea.

Créeme. Dios hace exactamente lo contrario.

«Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo» (Jn 3:17)

Trata de meterte en la cabeza que Dios está buscando cualquier oportunidad para perdonarte, no para buscar las oportunidades para condenarte.

Él no quiere que nadie perezca. ¡Ánimo!

  

PIENSA EN ESTOS CONSEJOS RADICALES DE LOS SANTOS

Hay algunos métodos probados por los santos que siempre deben tomarse en cuenta.

Primero, huir de las tentaciones y no darle espacio a los pensamientos impuros que nos llevan a conductas pecaminosas.

Segundo, ser radical en esta campaña, por tomar en cuenta lo que Jesús nos dice en Mateo 18, que si tu ojo te hace pecar quítatelo y tíralo, porque es mejor entrar en la vida eterna con un ojo que ser arrojado al infierno con los dos ojos.

Esto no debe ser tomado literalmente, pero si su espíritu.

Tercero, ser humilde, porque el orgullo y la soberbia son la madre de todos los pecados.

Una persona absolutamente segura de sí misma y sin miedo, seguramente caerá en la tentación mucho más fácil, que aquél que tiene conciencia de sus limitaciones.

Cuarto, pide la gracia de la pureza de corazón a Dios, y si lo pides con humildad Él te lo concederá.

Quinto, conságrate a María y pídele que conserve tu pureza y que te avise cuando estás por tropezar.

Fuentes:

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Acto de amor Autoayuda Breaking News DEVOCIONES Y ORACIONES Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Para Pedir Perdón Pecado Religion e ideologías

Cómo lograr Perdonar y que Nos Perdonen

El perdón es una de las características centrales de nuestro Dios misericordioso.

Y requiere nuestra intención de enmienda.

Pero más difícil es para los hombres perdonar al prójimo.

Y sobre todo mantener ese perdón a través del tiempo.

Por eso el perdón debe ser una acción en el que se comprometen el ofendido y el ofensor.

Donde el ofensor debe admitir la ofensa y asegurarle al ofendido que está dolido por el daño que causó.

Y también convencerle que tiene una verdadera intención de no repetir el daño.

Sólo así se podrá recomponer la confianza en un proceso gradual.

Todo esto se basa en la formación de una actitud de perdonar y otorgar el perdón, que los padres deberían tratar de desarrollar en los niños.

Porque el perdón es un precepto fundamental del cristianismo.

  

EL PERDÓN ESTÁ RELACIONADO CON LA MISERICORDIA DE DIOS

La Biblia habla repetidamente sobre el perdón.

Hay especialmente una parábola en Mateo 18: 21-35, en qué un siervo despiadado le pide perdón por sus deudas al Rey.

El rey condona la deuda y luego él no condona la deuda de un prójimo.

El Rey es Dios que perdona una deuda mayúscula y la otra persona es un prójimo al que el siervo no quiere perdonar una deuda mucho menor.

Aquí se ve cómo actúa el perdón de Dios, perdonando misericordiosamente nuestros grandes pecados.

Pero que después juzga negativamente cuando nosotros no perdonamos los pecados de los prójimos.

Nosotros somos criaturas indignas para que Dios nos perdonara todos los pecados en la cruz, pero lo hizo por su gran misericordia y amor por nosotros.

Y luego de ese acto que realizó, permanentemente nos perdona los pecados que hacemos.

Se ha puesto de moda en estos tiempos decir que la misericordia de Dios es infinita, que perdona siempre, como está escrito en la escritura hasta 70 veces 7.

Sin embargo a veces da la impresión que la gente piensa que el perdón y sus consecuencias es similar, aún sin que el perdonado tenga intención de enmienda.

Curiosamente las homilías de los últimos tiempos están poniendo énfasis en que Dios perdona nuestros pecados, pero no hacen mención de nuestra intención de enmienda.

Como si fuera algo que no le importara a Dios.

Y por lo tanto esas homilías abren la puerta a que los pecados se perpetúen.

En Números 14: 22-23 dice “todos los hombres que me han tentado ya 10 veces no verán la Tierra que prometí a sus padres”.

Y tenemos el caso de Saúl, que fue abandonado cuando desobedeció a Dios por segunda vez.

Dios Perdona siempre nuestros pecados cuando se lo pedimos.

Y cuando tenemos intención de enmienda y trabajamos para no pecar más, Él es capaz de detener las cosas malas que nos pueden suceder.

Cuando pecamos una vez tras otra y se van acumulando en nuestra vida los mismos pecados, llega un momento en que Él nos suelta la mano y entonces deja pasar los castigos.

Pensemos el ejemplo de un narcotraficante.

El peca gravemente contra la salud física y espiritual de la gente proporcionándole adicciones.

El narcotraficante hace una carrera de delitos y pecados, va para arriba en su negocio, todo le sale bien y no tiene consecuencias negativas personales por tales pecados.

Pero llega un momento en que se han acumulado tantos pecados que llenan el vaso y lo desbordan.

Entonces el narco cae preso o es muerto por otros narcos o tiene otros problemas.

Llega un momento en que Dios efectivamente deja pasar los castigos.

No lo hizo al inicio de su carrera cuando cometía los mismos pecados, pero llega un nivel de acumulación que desborda su paciencia.

Ahora veámoslo en la cadena del perdón entre seres humanos.

Nosotros recibimos la gracia del perdón de Dios y Él pretende que extendamos esa gracia a los demás.

Cuando no somos misericordiosos con los demás y no perdonamos nos vemos privados de la vida plena que Dios quiere para nosotros.

En 2 Corintios 2: 5-11, San Pablo advierte que la falta de perdón puede ser una apertura hacia satanás.

Siempre Dios está dispuesto a perdonarnos y evitar males en nosotros, pero el maligno está dispuesto a que nos traslademos ese beneficio a los demás.

Una de las dificultades centrales que tenemos para perdonar está relacionada con la mala interpretación de lo que significa perdonar, exacerbada por el enemigo.

Se perdona a la persona no al acto.

Perdonar no significa olvidar el dolor ni restar importancia a lo que nos hicieron.

Tampoco significa que nos obligamos a una relación emocionalmente intensa y positiva con la persona a la que perdonamos.

El perdón es una decisión no una emoción.

Y en los hechos significa que abdicamos de cualquier represalia contra lo que la otra persona nos hizo.

Como ya sabemos, el perdón es más útil para quien perdona que para quien es perdonado, en el caso de los seres humanos.

Porque el perdonar te libera de pasiones negativas y te acerca a Dios.

También te previene que cometas un pecado contra la otra persona que te lo cometió a ti, como venganza.

  

EL PERDÓN ES UN PROCESO

Para el caso de Dios, el perdón es algo constitutivo de su naturaleza.

Perdona como un hecho habitual para darte más oportunidades de conversión.

Pero en el caso de los seres humanos el perdón hacia los otros requiere un camino para tomar la decisión, que a veces es largo y sostenido en el tiempo.

El primer paso es llegar a la conclusión racional que permita tomar la decisión de perdonar al otro.

Pero esto no necesariamente es un evento de una sola vez, en el que decidimos perdonar y ya el olvido puso su manto.

Muchas veces las cosas no son tan simples y requieren un proceso, dependiendo de la personalidad de cada uno.

No hay que olvidar tampoco que el maligno ópera tratando de tentarnos al revertir nuestra decisión de perdonar.

Hay casos, y todos conocemos algunos, de personas que quieren perdonar racionalmente a otra pero no logran sostener ese perdón en el tiempo.

También hay rasgos de personalidad que llevan algunas personas a sentirse ofendidas sistemáticamente por otras.

A esas personas a veces les llamamos como que están “peleadas con el mundo”.

No sólo ven ofensas en actos que otros no las verían, y les cuesta dejarlas pasar por alto y perdonar.

Pero estos son casos digamos patológicos.

En otros casos no tan patológicos, puede suceder que la persona perdone a otra, pero su perdón se vaya erosionando con el tiempo.

Vuelve la tentación de sentirse ofendido, y entonces la decisión de perdón se vuelve para atrás.

Como si la herida se reabriera y exige una nueva decisión de perdonar.

En este caso el perdón no sería un evento de una sola vez, sino diversos eventos en que el perdonador debe tomar la decisión del perdón.

Quizás puede ser la interpretación qué le podemos dar a lo que dijo Nuestro Señor, cuando Pedro le pregunta cuántas veces lo debo perdonar a mi hermano ¿hasta 7 veces?

Y Jesús le contesta 70 veces 7, lo que no es un cálculo matemático de cuántas veces hay que perdonar, sino el mensaje es que el perdón es perpetuo.

De modo que debemos estar preparados para perdonar múltiples pecados, pero también para perdonar muchas veces un mismo pecado que nos hicieron.

Podría ser perdonar una misma ofensa setenta veces siete.

Y esto implica necesariamente tener la voluntad permanente de perdonar, la actitud de perdón, que es lo central y lo que cuesta más a algunas personas.

Debemos comenzar pidiendo a Dios ayuda para perdonar:

“Dios mío me está costando mucho perdonar. Por favor ayúdame a querer perdonar”.

Debemos recurrir al modelo del perdón que es Jesucristo mismo.

Viéndolo colgado en la cruz podemos reflexionar sobre cómo sufrió para perdonar nuestros pecados.

Y si llegamos a comprender esto, veremos que perdonar una ofensa de otra persona no es comparable a lo que Jesús sufrió en la cruz.

Debemos tener la voluntad de perdonar.

La voluntad de cerrar nuestra mente al recuerdo de las emociones que sentimos cuando pensamos en la ofensa.

Debemos propender a lograr la paz del corazón y de la mente y luchar contra la tentación de negarnos a perdonar.

  

EN EL PERDÓN DEBEN PARTICIPAR EL OFENSOR Y EL OFENDIDO

El ofensor y el ofendido deben participar en el acto del perdón para que el perdón sea completo y funcione.

Muchas veces nos encontramos con que hay gente que quiere ser perdonada y el ofendido no le perdona.

Y al revés, el ofendido le perdonaría pero el ofensor no cree que deba pedir perdón.

En orgullo herido está detrás todas estas cosas.

En el evangelio de Mateo 5 Jesús dice que si tu hermano tiene algo contra ti, primero ve a reconciliarte con tu hermano y luego ofrece tu ofrenda al altar.

Esto significa que si tu hermano tiene algo contra ti, tú tienes que tratar de buscar el perdón de tu hermano.

Y no al revés como generalmente se interpreta.

Porque es común hoy decir “si mi hermano no me perdona es su problema”.

En realidad Jesús está enseñando qué sí es mi problema y mi preocupación que mi hermano me perdone.

Y ese es un precepto esencial cristiano.

Puedo orar pidiendo “Dios mío por favor ayuda a mi hermano a perdonarme”.

Puedo ayunar y ofrecer sacrificios para que él reciba la gracia necesaria para perdonarme.

Mientras que nosotros debemos pedir la gracia de saber cómo pedir perdón, arrepentirnos de lo que hemos hecho, y proponernos realmente no hacerlo más.

Y aquí llegamos a cómo debemos pedir perdón, que no es tan simple como simplemente decirlo.

En primer lugar hay que admitir el error.

Muchas personas esquivan decirlo y tejen excusas atribuyéndole la culpa a otras cosas.

La segunda cosa a tener en cuenta es reconocer el daño que se ha hecho.

Porque el ofendido a veces tiene la sensación que el ofensor no comprende realmente la magnitud del daño.

Y por eso teme que vuelva a ocurrir, si el ofensor no tiene una comprensión profunda de lo que pasó.

Por lo tanto el ofensor debería reconocer que está dolido por el daño que hizo y como lastimó a la otra persona.

Y eso nos lleva al tercer paso que es expresar ese dolor.

El ofendido debe sentir que el ofensor tiene una pena profunda y auténtica por lo que hizo.

Y así llegamos al cuarto paso que es solicitar el perdón.

A alguna gente se le complica entregarle al otro el poder de perdonar, se sienten que han perdido autonomía.

Pero debieran pensar que otorgar el perdón puede ser todo un desafío para la otra persona.

Por lo tanto deberían reconocer el esfuerzo que tendría que hacer el ofendido por otorgar el perdón.

Finalmente el último paso es comprometerse a cambiar.

Porque puede quedar un resentimiento, por más que el ofendido diga que perdonó al ofensor, y la sensación de que no puede confiar más en esa persona.

En este caso la confianza será restaurada gradualmente sólo a través de signos de reconciliación que haga el ofensor.

Este asunto del perdón requiere el desarrollo de una actitud de saber perdonar.

Y es más fácil y menos doloroso lograrla si se ha aprendido desde niño.

Por eso es especialmente importante enseñar a los niños a decir “te perdono” cuando alguien dice “lo siento” o le pide perdón directamente.

También los niños deben ver cómo los padres perdonan a otras personas y a ellos mismos.

Y además como les dan nuevas oportunidades cuando las personas hacen nuevamente una ofensa.

Como dicen los evangelios hay que perdonar hasta 70 veces 7, o sea siempre.

Acá hay algunas oraciones sobre el perdón.

  

ORACIÓN PARA PEDIR PERDÓN Y PERDONAR

Padre, me declaro culpable, pido clemencia, perdón por mis pecados.
Me acerco a ti con absoluta confianza porque sé que tú prefieres la penitencia a la muerte del pecador (cfr. Ezequiel 33,11)
A ti no te gusta ni la venganza ni el rencor, tu corazón es compasivo y misericordioso.
Y sé que sólo estás esperando a que tenga la humildad de reconocer mi pecado, arrepentirme y pedir perdón para desbordar la abundancia de tu misericordia.
Miro al horizonte: veo tus brazos abiertos y un corazón de Padre
queriendo atraerme con lazos de un amor infinito.
Padre, perdóname, quiero recibir el abrazo eterno.
Tu enseñanza es muy clara: para ser perdonados y poder entrar en el Reino de los cielos debemos tener un Corazón como el tuyo.
Nos pides que seamos buenos cristianos por la práctica de la caridad evangélica.Que seamos benévolos con quienes nos han hecho daño, con quienes nos han ofendido, nos han traicionado y nos odian, pues de otro modo no mereceremos que lo seas Tú con nosotros.
Padre, envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados, purifícame, sáname, restáurame, renuévame con la Sangre Redentora de tu Hijo;
ayúdame a tener un corazón como el Suyo, un corazón humilde y generoso capaz de perdonar, arranca de mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne.

Oración del Padre Evaristo Sada

mujer orando

  

SALMO MISERERE 

Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está ante mí;
contra Ti, contra Ti solo he pecado,
lo malo a tus ojos cometí.

Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací,
pecador me concibió mi madre.
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría,
exulten los huesos que machacaste Tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón,
un espíritu dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.
Vuélveme la alegría de tu salvación,
y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito;
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de Jerusalén!
Entonces te agradarán los sacrificios justos,
–holocausto y oblación entera–
se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.

(Fuente: Directorio franciscano).

  

YO PECADOR (CONFITEOR)

Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.

Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor. Amén.

manos orando

  

ACTO DE CONTRICIÓN I

¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío.

Por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido.

También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.

Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amen.

ACTO DE CONTRICIÓN II

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor.

manos con una vela

  

ORACIÓN PARA PEDIR PERDÓN

Oh Dios, dame en esta hora la gracia de reconocer debidamente mis pecados ante ti, y de arrepentirme de ellos verdaderamente.

Borra de tu libro, Señor de misericordia, mis múltiples acciones cometidas contra ti.

Perdóname todas las distracciones en la oración, mis pecados de omisión, y mis pecados deliberados contra la conciencia.

Dame luz para ver lo que he de hacer, valor para emprenderlo y firmeza para llevarlo a cabo.

Que en todas las cosas avance en la obra de santificación, de la realización de tu voluntad.

Y que en definitiva, por tu misericordia, pueda alcanzar la gloria de tu Reino eterno, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen

  

PERDÓNAME SEÑOR

Padre bueno,
tengo necesidad de ti,
cuento contigo
para existir y para vivir.
En tu Hijo Jesús
me has mirado y amado,
pero yo no he tenido la valentía
de dejarlo y seguirlo,
y mi corazón se ha llenado de tristeza,
pero Tú, eres más fuerte que mi pecado.
Creo en tu poder sobre mi vida,
creo en tu capacidad de salvarme
así como soy ahora.
Por mi parte hago el propósito sincero
de evitar las ocasiones próximas de
pecado.
Dame tu fuerza. Acuérdate de mí.
¡Perdóname!

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Cómo Precaverse de las Tentaciones y Cómo actuar Cuando se Desbordan

Todos somos tentados, no escapamos.

Pero para poder luchar con ellas con éxito debemos comprender cómo funciona la tentación.

Luego, asegurarse de tener puesta una capa de protección preventiva.

Y si la tentación supera esa primera capa, hay que saber qué hacer.

Uno es tener una armadura fuerte para protección previa.

La fe es fundamental para el rechazo de la tentación y para la liberación.
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Esto lo vemos en varios pasajes de la Biblia en que Jesús usa la fe para liberar.

En Marcos 5: 1-20, un hombre poseído se arroja a los pies de Jesús pidiendo sanación.

En Mateo 17: 14-17 se cuenta de un hombre que le pide a Jesús que libere a su hijo poseído.

En Mateo 15: 21-28 una mujer sirofenicia presenta la petición sobre su hija a Jesús.

Todos estos tenían fe en la sanación de Jesús y se convirtió en el insumo para la liberación del mal.

Parece que la fe desata el poder de Dios en situaciones desesperadas.

Recientemente se ha informado que la Asociación Internacional de Exorcistas ha informado sobre un aumento dramático en la actividad del demonio.

Y es perfectamente entendible que así suceda, porque el mundo cada vez cree menos en Dios, tiene menos fe.

Y los cristianos están en plena apostasía renegando de su fe primigenia.

Lo ideal siempre es no tener que enfrentarse en una lucha cuerpo a cuerpo con el demonio.

Porque no olvidemos que él es un ángel y tiene más capacidades que la que nosotros disponemos.

Por tanto la primera estrategia tiene que ser de la prevención.

Aquí te ofrecemos g resguardos que debes tener para proteger y mantener a raya al enemigo

Y luego te daremos consejos cuando la tentación desborda la capa de contención inicial.

Pero comencemos hablando de la anatomía  del pecado y datos básicos para comprender cómo actúa la tentación.

  

LA ANATOMÍA DEL PECADO: LA PRIMERA TENTACIÓN

La primera tentación que hubo en el mundo, según la Biblia, es la que se describe en el Génesis 3.

Y cuenta como la serpiente tentó a Adán y Eva y los hizo caer en el pecado.

Por eso es bueno ver cómo actúa el maligno para tentar a nuestros primeros padres y sacar conclusiones de ello.

Dios le había dado a Adán la posibilidad de comer de cualquiera de los árboles del Jardín del Edén para alimentarse.

Pero les advirtió que no comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal porque morirían.

Esto significa que comer de ese árbol era considerado un pecado para Dios, que llevaba a la muerte.

El ataque del maligno comienza sugiriendo que Dios es irrazonable al prohibirle comer los frutos de uno de los  árboles.

Siembra la semilla de que Dios les coarta la libertad.

Luego de esto pasa a sembrar la desconfianza sugiriendo que Dios les quiere ocultar algo.

Y les revela que si comen de ese fruto serán como dioses, apelando así a su orgullo y ambición.

En esta primera etapa se aflojan las ataduras intelectuales de la obediencia.

Luego el texto dice que la mujer vio que el árbol era bueno para comer, una delicia a los ojos.

En esta etapa la tentación pasa a convertirse en un deseo que entra por los ojos y actúa sensualmente.

El afloje de la obediencia es complementado con un deseo carnal.

Es entonces cuando Eva concibe el pecado en su corazón.

El recorrido de la tentación en el jardín del edén comienza entonces con un aflojamiento de la confianza de lo que Dios nos recomienda no hacer

Pasando luego por las ventajas intelectuales de rebelarse.

Dispara después el deseo emocional del pecado.

Para generarse luego un deseo físico de comer la fruta.

A partir de ahí Adán y Eva llegaron a la muerte espiritual, que es el fruto de la desobediencia cuando se cede ante la tentación.

  

COSAS IMPORTANTES PARA COMPRENDER LA TENTACIÓN

Veamos algunos pensamientos de la enseñanza de la Iglesia al respecto.

La tentación es una atracción, ya sea desde fuera de uno mismo o desde dentro, para actuar en contra de la razón correcta y los mandamientos de Dios (CIC #538).

Los pecados capitales: el orgullo, la codicia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza / la pereza están en la raíz de toda tentación.

El hombre nunca está totalmente libre de la tentación… Pero con paciencia y verdadera humildad nos volvemos más fuertes que cualquier enemigo” (Papa Benedicto XVI). 

“La paciencia y la humildad necesarias para vencer al enemigo vienen al seguir a Cristo todos los días y aprender a construir nuestra vida fuera de él” (Papa Benedicto XVI).

La victoria que conquista el mundo es nuestra fe (1 Juan 5: 4). Cuando caigamos, comienza de nuevo en la fe.

El regalo de la fe es dinámico. Nos lleva a la victoria de Dios sobre la tentación y el pecado.

Lo opuesto a la fe en Dios es el orgullo.

Porque una persona orgullosa piensa que todo depende de él, como si Dios no existiera en su vida. La autosuficiencia frente a la tentación es una locura.

La tentación nos cierra. “Nos quita la capacidad de ver el futuro, cierra cada horizonte y de esta manera nos lleva al pecado” (Papa Francisco).

Cristo siempre está dispuesto a enseñarnos cómo escapar de la tentación. “Jesús es grande porque no solo nos saca de la tentación, sino que también nos da más confianza” (Papa Francisco).

Si nuestra fe se vuelve tibia y no tiene expresión, Dios puede permitirnos caer. “Dios no quiere el mal, pero puede querer sus consecuencias, ya que las consecuencias del mal imparten gracia y el llamado a convertirse” (P. Tadeusz Dajczar). 

Las tentaciones son comunes al género humano. Pero “Dios es fiel y no permitirá que te prueben más allá de tu fuerza, pero con la prueba Él también te dará una salida, para que puedas soportarla” (1 Co. 10:13).

 Cuando nuestro vínculo de amor por Dios se fortalece mediante la confesión sacramental.

Nuestra armadura espiritual se fortalece para resistir las continuas tentaciones del mundo, la carne y el diablo.

Sabiendo estos datos sobre la tentación ahora es posible armar una estrategia para que la tentación no te domine.

  

6 ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN CONTRA EL MALIGNO

  

MANTENERSE ALEJADO DE CUALQUIER COSA OCULTA

La sabiduría popular dice que los que juegan con fuego se queman.

Por lo tanto quienes juegan con el maligno pueden ser influidos por él sin darse cuenta.

El Padre Pío decía que el diablo es como un perro rabioso atado a una cadena.

Si te mantienes fuera del alcance de la cadena del perro no podrá atacarte, lo único que podrá hacer es ladrar.

Sin embargo hay gente que busca contacto con fuerzas espirituales que no vienen de Dios, sin medir las consecuencias.

Estamos hablando de New Age, Wicca, Yoga, sanaciones espirituales, adentrarse por ejemplo en Harry Potter, jugar a videojuegos con temáticas ocultas, mirar series de TV que hablan de vampiros, hombres lobo, brujería.

Hay que evitar el contacto directo con estas fuerzas que están detrás de lo oculto.

Lee el catecismo de la iglesia católica #2115-2117.

  

NO DESAFIAR ATREVIDAMENTE AL DIABLO

Lucifer era un ángel poderoso, que muchos padres de la iglesia sostuvieron que era el de rango más elevado en el cielo.

Que se convirtió en el líder de la rebelión contra Dios.

El Apocalipsis 12 se dice que es un ser espiritual muy poderoso.

De modo que es una estupidez desafiarlo.

Porque si te enfrentas directamente con él, en su propio campo, difícilmente puedas vencerlo.

Y además como él no es una criatura humilde se concentrará en vencerte a ti, para mostrarte que él es más poderoso que tú.

Por lo tanto es recomendable permanecer lejos de él para que no tenga ninguna capacidad de infiltrarse en tu vida.

Debes escudarte en la fe y en la Iglesia, y rechazar cada una de sus proposiciones sin más.

  

VIVIR UNA VIDA DE FE Y DE ORACIÓN

La táctica es estar lo más posible cercano a Dios, alimentando tu relación con él, por lo tanto ser fiel a la oración.

El maligno no puede atacarte cuando tú estás cercano a Dios profesando una fe auténtica,

Después de todo es lo que todo Cristiano está llamado a hacer: cultivar su fe y vivir en oración.

Sin embargo hay casos de místicos como San Juan María Vianney, el Padre Pío, San Juan de la Cruz, Santa Teresa y muchos más, que han tenido fuertes ataques físicos y espirituales del maligno, a pesar de su cercanía con Dios y su vida de oración.

Esto es excepcional y fruto de que el maligno los consideraba especialmente peligrosos, porque estaban destruyendo su reino.

Es un misterio porque Dios permite que estos santos tengan esos ataques espirituales y físicos del demonio.

La literatura mística dice que Dios lo permite para qué estas personas crezcan en santidad.

Y de hecho todos estos santos se burlaban del demonio, a pesar de las palizas que les daba, porque ellos sabían que no podía hacerles daño.

En definitiva, entonces, la parte central de la armadura es la fe y la oración.

  

CERRAR LAS HERIDAS PERSONALES POR LAS QUE PUEDE ENTRAR EL MALIGNO

Las heridas humanas no sanadas y no trabajadas, como traumas, abusos, dolores intensos, pecados del pasado, heridas internas, pueden ser la puerta por la que entre el maligno.

Lo cual es agravado por estilos de vida pecaminosos y el efecto acumulativo de actos de desobediencia a Dios.

Todas estas cosas son situaciones que nos alejan de Dios y nos hacen débiles frente a los ataques.

Estas vulnerabilidades del alma deben ser atendidas adecuadamente para prevenir la influencia del mal.

Debemos preocuparnos por la curación de las heridas dedicándole tiempo y esfuerzo.

En algunos casos estás heridas se cierran con la confesión, que es el principio central de la sanación cristiana.

Y a veces también necesitan asesoramiento psicológico, psiquiátrico, etc.

La meta es llegar a un estilo de vida sano, alegre y centrado en la fe.

  

CULTIVAR LA HUMILDAD

El demonio no puede soportar la humildad, no puede soportar al hombre santo.

La humildad es la contracara del pecado primordial del diablo, que es el orgullo.

Los santos han permanecido en general inmunes por su humildad y sencillez.

El ejemplo más claro que tenemos de inmunidad hacia el demonio es el de la Santísima Virgen, que era un ejemplo de humildad, y siendo la enemiga más odiada por el maligno este no pudo atacarla nunca.

San Francisco de Asís sabemos que era asaltado por tentaciones de la carne y el único remedio espiritual que funcionó para alejarlas fue la humildad.

El intentó de todo para calmar sus pasiones pero nada le funcionó.

Cuando le asaltaban las tentaciones pedía a un hermano que orara por él durante la tentación, por su humildad, y así el diablo salía despavorido.

  

COMPRENDER QUE EL DIABLO ES UN EXPERTO EN LA TENTACIÓN

San Pedro lo describe como un león rugiente buscando a quien devorar.

Su habilidad tentadora la ido perfeccionando a través de los siglos.

Él sabe cómo tentar.

Mediante el estudio de tu vida él sabe cuáles son tus debilidades, tus heridas, tus necesidades dominantes no controladas.

Y entonces es capaz de presentarte un cebo para llevarte al pecado.

En las escrituras parece claro, que el amor al dinero que tenía Judas lo hizo fácil presa del maligno y lo perdió.

El demonio también sabe cuándo tentar.

Sabe cuándo poner en marcha una estrategia de tentación exitosa.

El busca tus momentos de debilidad y cuando estás con la guardia baja.

El demonio tentó a Jesús en el desierto al final de su ayuno de 40 días y 40 noches, cuando sintió hambre.

La debilidad física de Jesús abrió la puerta a las tentaciones (Mateo 4: 1-3).

De modo que si el demonio esperó el momento de debilidad de Jesús, usará a esa táctica con nosotros.

Esto nos avisa sobre cómo enfrentar el ataque del demonio.

Cuando el demonio nos ataca debemos ser conscientes que lo está haciendo tratando de penetrar a través de nuestra debilidad central.

Entonces en ese momento lo principal es trabajar sobre esa debilidad a marcha forzada.

Clausurar la puerta de entrada ofreciendo a Dios como veremos más abajo.

Pero puede suceder que la tentación superó nuestra capa de protección, por lo que debemos saber cómo liberarnos.

  

12 MANERAS DE SUPERAR LA TENTACIÓN

Estas estrategias están pensadas para el momento propicio en que tú sientes que estás siendo tentado.

  

1 – Evitar y / o huir de ella

A veces la discreción es la mejor parte del valor.

“Ella lo agarró por su capa y le dijo:¡Acuéstate conmigo! Pero él dejó su manto en su mano y salió corriendo de la casa” (Gén 39:12)

  

2 – Ofrece tu mente y pensamientos a Dios

Él sabe mejor que nosotros lo que es bueno.

“Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, lo que sea noble, lo que sea correcto, lo que sea puro, lo que sea encantador, todo lo admirable, todo lo excelente o digno de elogio, piensen en tales cosas”. (Fil 4: 8)

  

3 – Trabaja para superar tu egoísmo

El verdadero amor no conoce el egoísmo. Porque, si amas a Jesús, no te perteneces a ti mismo

“Y tú eres de Cristo, y Cristo es de Dios”.  (1 Cor 3:23)

  

4 – Esperar y estar listo para la tentación

Necesitamos estar preparados para la batalla espiritual.

“Por tanto, vestíos de la armadura completa de Dios, para que cuando llegue el día del mal, podáis permanecer firmes, y habiendo hecho todo, estar firmes”. (Efe. 6:13)

  

5 – Recuérdate a ti mismo de las consecuencias del pecado

Con la ayuda de Dios puedes vencer la tentación.

“Los actos de naturaleza pecaminosa son obvios: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, ataques de ira, ambición egoísta, disensiones, facciones y envidia; embriaguez, orgías y cosas por el estilo.

Les advierto, como lo hice antes, que aquellos que viven así no heredarán el reino de Dios”. (Gál. 5: 19-21).

  

6 – Memoriza la Palabra de Dios

Llenar nuestras mentes con los pensamientos de Dios y tenerlos a nuestra disposición es muy sabio.

“Él respondió: Bienaventurados más bien son los que oyen la palabra de Dios y la obedecen” ( Luc. 11:28).

  

7 – Cultiva un sentido de la presencia de Dios en la oración

Pero no solo escuches, obedece.

No dejes pasar un día sin que ores.

“Acércate y escucha todo lo que dice el Señor Nuestro Dios.

Entonces dinos todo lo que el Señor Nuestro Dios te dice.

 Escucharemos y obedeceremos”. (Deut. 5:27)

  

8 – Confesión frecuente

Esto nos sana y comenzamos espiritualmente sanos.

“Por lo tanto, confiesen sus pecados el uno al otro y oren el uno por el otro para que puedan ser sanados.

La oración de un hombre justo es poderosa y efectiva” (San 5:16)

  

9 – La responsabilidad nos ayuda a evitar el pecado

Cuando somos responsables ante el hombre y Dios, nos ayuda a vencer la tentación.

“Entonces el Señor le dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel?

No sé, respondió. ¿Soy yo el guardián de mi hermano?

El Señor dijo:¿Qué has  hecho?

¡Escucha! la sangre de tu hermano me grita desde la tierra” (Gén. 4: 9)

  

10 – Recuerda quién es tu verdadero enemigo y sus tácticas

“Nuestra lucha no es contra enemigos de sangre y carne, sino contra los gobernantes, contra las autoridades, contra los poderes cósmicos de esta oscuridad presente, contra las fuerzas espirituales del mal en los lugares celestiales. 

Por lo tanto, toma toda la armadura de Dios, para que puedas resistir en ese día malo y haber hecho todo, para permanecer firme” (Efe. 6: 12-13)

  

11 – Piensa en tu recompensa celestial y no solo en esta vida

“Bienaventurado quien soporta la tentación.

Tal persona ha resistido la prueba y recibirá la corona de vida que el Señor ha prometido a los que lo aman” (San. 1:12).

  

12 – Recibe la Eucaristía regularmente

Aquellos que sí tienen a Jesús permanece en ellos y ellos permanecen en Jesús.

“Los que comen mi carne y beben mi sangre permanecen en mí, y yo en ellos.

Así como el Padre viviente me envió, y yo vivo por el Padre, así también el que me come vivirá por mí” (Juan 6: 56-57).

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Cuál es el Misterio detrás de la Demora de Dios en Contestar nuestras Oraciones?

Dios nos hace esperar, generalmente no contesta enseguida lo que pedimos.

Por eso el cristianismo es la religión de la espera.

Esperamos nuestra vida definitiva junto a Dios.

Esperamos vivir de la mejor manera para llegar al cielo.

Y que nuestro pasaje a la otra vida sea sereno.

Pero también esperamos de Dios su guía y su providencia en la vida, y su educación sobre lo que es mejor para nosotros.

¿Por qué todo no podría ser más inmediato?

Mira el video de reflexiones sobre este artículo, que está abajo.

Todo el tiempo estamos esperando que nos lleguen las cosas que deseamos.

Todos esperamos algo todos los días. Cosas grandes o cosas chicas. Por ejemplo que se caliente el agua cuando nos vamos a hacer un café.

O esperar cuando nos quedamos sin carga en el celular y tenemos que cargarlo,

O cuándo estamos en un comercio haciendo cola y no nos atienden.

Pero también hay cosas más grandes. Podemos esperar por un trabajo, un ascenso, conocer al hombre o a la mujer correcta.

O esperar que Dios nos revele que espera de nosotros.

O cosas más concretas como una curación, eliminar una tentación, reflotar una relación, tener un hijo.

La espera siempre es una cruz y la cuaresma es justamente la espera de la Semana Santa y de la Pascua, y además una preparación para esos eventos.

Pero en general no consideramos útiles las esperas, nos sentimos insatisfechos.

Porque no nos gusta hacer colas, las luces rojas, el invierno, esperar a alguien en una cita.

Ya que siempre estamos apurados para dar el paso siguiente.

Pero debemos tener la seguridad que Dios responde. 

  

LA SEGURIDAD QUE DIOS RESPONDE LAS ORACIONES

La escritura es muy clara sobre la escucha y la contestación de las oraciones de parte de Dios.

Todas las oraciones llegan al cielo y están archivadas allí.

Y si no se contestan de inmediato, no se olvidan y en algún momento serán contestadas.

Por lo tanto no hay que desesperar si la contestación no llega en el momento en que nosotros la queremos y de la manera que la concebimos.

Dios tiene sus tiempos y conoce mejor que nosotros nuestros tiempos y nuestras necesidades.

La escritura enseña con claridad que las oraciones son contestadas.

En Santiago 5: 16 dice que la oración de una persona justa es poderosa y efectiva.

En Juan 15: 17 se dice que “si permaneces en mí y mis palabras permanecen en ti, pide lo que deseas y se hará por ti”.

En la 1ª carta de Juan 3: 22 dice que recibimos de Él todo lo que pedimos porque mantenemos sus mandamientos y hacemos lo que a Él le agrada.

Y sigue agregando en 5: 14 que “si pedimos algo de acuerdo con su voluntad él nos oye”.

En la 1ª carta de Pedro 3: 12 dice que los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos están abiertos a su oración.

Y así podemos seguir con más menciones, como por ejemplo la oración de Elías para que Dios mandara fuego del cielo (2 Reyes 1: 12).

En la realidad cada uno de los cristianos puede citar innumerables historias de personas curadas, favores concedidos, relaciones restauradas, perdones recibidos, etc.

Sin embargo la mayoría de esta evidencia es personal y no es reproducible o medible con instrumentos estadísticos.

Porque Dios contesta de manera diferente a cada pedido y en su tiempo, por lo que el único que puede comprender esto es el que pidió en oración.

Además hay que tener en cuenta que Dios responde a la oración y especialmente a la oración de los justos.

Si no se ora y se pide, y si no se es justo – o sea que se tiene fe y se está en gracia de Dios -, entonces la probabilidad de que Dios responda es menor.

Dios responde de diversas maneras.

Una es decir sí al pedido y entregarlo de la manera en que se pidió.

Otra es decir sí al pedido, pero nosotros no estamos prestando atención y no reconocemos la contestación, porque tenemos una idea predeterminada de cómo será la respuesta.

Otra es decir sí pero dar un sustituto, algo diferente a lo que la persona tenía en mente, pero reconocible.

Otra es decir sí pero excederse y dar más de lo que uno pedía y esperaba.

La otra es un sí parcial, dónde se da una parte de lo pedido y la otra parte queda en suspenso y se puede cumplir o no en el futuro.

Otra forma es la dilación en la respuesta para llevarnos a reflexionar si lo que estamos pidiendo es bueno para nosotros.

Otra respuesta es directamente no, porque eso no me conviene; y el tiempo nos aclarará porque no nos conviene.

Otra respuesta es “espera no ha llegado el momento estoy preparando el escenario para responderte sí”.

Otra es darte algo que no considerabas, porque es una gracia no relacionada con lo que esperabas, pero te llena tanto como si hubieras recibido el regalo por el que oraste.

Y finalmente hay otra forma de respuesta que es darte algo por lo que ni siquiera pensaste orar, pero que alguna vez imaginaste tener.

Estás libertades que se toma Dios nos deben hacer recordar que Dios no es un mayordomo o una máquina expendedora que contesta automáticamente lo que nosotros pedimos.

Él no es un simple benefactor, sino nuestro creador que nos cuida para que recibamos lo mejor.

Por lo tanto debemos someter cada pedido que hagamos a su voluntad, porque Él sabe mejor lo que es bueno para nosotros.

La constante es la espera, Dios no entrega de inmediato las cosas pedidas en oración como por arte de magia.

Esta es una de las cosas que más nos molestan de Dios, que nos haga esperar cuando sentimos que necesitamos algo.

Pero Dios no te hace esperar en vano.

Él está más interesado en tu trayecto que en que llegues a esa meta.

Él no quiere privarte sino cambiarte y la espera es una forma en que te va cambiando.

La Biblia muestra una sucesión de esperas que en general concluyen en que Dios responde a su tiempo.

Y no nos pide que esperemos sin Él sino al contrario.

  

LA BIBLIA ES UNA LARGA HISTORIA DE ESPERAS

Las propias escrituras nos dicen que Dios es lento en hacer las cosas y que siempre tiene un plan y un propósito para cada cosa.

Pero como nosotros no vemos ni el plan ni el propósito, y no tenemos esa perspectiva, el resultado es que la espera se hace incomprensible.

Porque Dios no hace las cosas de acuerdo a nuestro  calendario.

Y a veces en nuestro desaliento podemos pensar que no está oyendo o no le interesa, o está enojado con nosotros.

María y Martha tuvieron esperar que Jesús viniera a curar a su hermano Lázaro.

Y cuando Jesús llega le recriminan que haya demorado.

La Biblia está llena de esperas; las de Noé, Abraham, Moisés, José, David, Daniel, incluso Jesús y Pablo.

Son comunes las historias de parejas en la Biblia que demoraron muchos años en tener hijos como Abraham y Sara también a Hannah la madre de Samuel.

Y también las esperas que tuvo David hasta que fueran hecho Rey.

Lo mismo el anciano Simeón, que había esperado toda la vida para ver al Mesías, y que cuando lo vio en el templo en brazos de sus padres, sintió que su misión de toda la vida estaba cumplida..

La demora es una de las cosas que signó a los primeros cristianos, que estaban preocupados porque el Señor no estaba regresando en la gloria como había prometido.

En la carta de Pedro 3:9 contesta que el Señor no demora su promesa sino que Él es paciente con cada uno, queriendo que ninguno perezca y que todos se arrepientan.

Y en el versículo 3:15 dice que su demora en la segunda venida es por nosotros, para nuestra salvación.

Los salmos también tienen variados cuentos sobre la espera por la guía del Señor, por liberación, por respuestas a la oración, por fortaleza, por el perdón.

De modo que en el judeocristianismo la espera es un ingrediente básico.

  

7 RAZONES POR LA QUE DIOS NOS HACE ESPERAR

Dios nos da el tiempo que necesitamos mediante la espera.

Él nos llama la atención haciéndonos esperar.

Porque si todo marcha bien y no hay sobresaltos tendemos a olvidar al Señor.

La incertidumbre nos lleva de vuelta a Él.

Nos esforzamos por escuchar su voz, por orar con más fuerza, por pedirle con más empeño, por alinear nuestros deseos con su lógica.

Y viéndolo así es un tiempo de preparación de Dios para alinearnos con su voluntad.

La espera es un reencuentro con Dios que se hace básicamente a través de la oración.

Y no necesariamente porque nos hayamos olvidado de rezar, sino porque Él quiere reavivar ese encuentro dándonos el aviso de la espera.

Dios no necesita nuestra oración, nosotros somos los que la necesitamos para lograr la comunión con Dios.

Y ese proceso de espera y oración es como un GPS los de orienta hacia Dios para transformarnos.

Veamos 7 razones por las que Dios nos hace esperar.

  

1 – LA ESPERA PURIFICA, REFINA Y REENFOCA NUESTROS DESEOS Y MOTIVOS

A veces queremos algo equivocado. Y a veces queremos algo correcto pero por las razones equivocadas.

La espera saca lo mejor de las personas porque les da tiempo para ver algo más en el objeto que están esperando.

Te revela los verdaderos motivos de tu corazón.

Y ahí aparecen los pecados y las desilusiones con nosotros mismos y con lo que no podemos lograr.

Esta forma de revelar nuestras emociones es un acto de gran misericordia de Dios.

Que en principio nos lleva a discernir el objeto que perseguimos y a ver los motivos reales por lo que lo hacemos.

Y nos puede llevar al arrepentimiento si son desordenados y pecaminosos.

  

2 – CON LA ESPERA ÉL TE ESTÁ FORTALECIENDO ESPIRITUALMENTE

A veces el Señor nos hace esperar para que estemos listos para manejar lo que Él nos va a dar.

O incluso lo que Él ha planeado para nuestro futuro.

Si nos concediera inmediatamente lo que pedimos tal vez no tendríamos la oportunidad para profundizar en los motivos por los que lo pedimos.

Muchas veces pedimos las cosas correctas pero no estamos preparados para sacarles el provecho y podemos desperdiciar el regalo.

Por ejemplo una persona puede querer tener una pareja o tener un hijo.

Pero quizás la posibilidad de que fracase en esas dos cosas es alta si previamente no fue purificada para manejarlo.

  

3 – LA ESPERA NOS AYUDA A CRECER EN LA VIRTUD DE LA PACIENCIA

La paciencia en la espera de pequeñas cosas conduce a tener paciencia en las cosas más grandes.

Nos enseña a esperar e Dios.

En 1 Corintios 13:4 San Pablo dice que el amor es paciente.

Quiere significar que la cruz de la espera es la forma que Dios tiene para fortalecer nuestra capacidad de amar, tanto a Él, como a nosotros mismos, como a las personas que nos rodean.

Por eso dicen que el sufrimiento construye el carácter.

La carencia ayuda a valorar más lo deseado y eso se logra con la espera paciente y el discernimiento de lo que pedimos.

Y luego con lo que pensamos hacer cuando nos llegue.

Nuestras oraciones en general están orientadas a pedir a Dios que bendiga lo que pedimos y se apure en otorgárnoslo.

Pero cuando el objeto que pedimos no llega se nos plantea la duda sobre si Dios quiere realmente darnos ese objeto.

Entonces es una ocasión para que reflexionemos más a fondo sobre la pertinencia de lo que estamos pidiendo.

Pero quizá la espera no signifique un no de Dios sino simplemente “ten paciencia” llegará en su momento.

  

4 – ESPERAR GENERA ANTICIPACIÓN

En general valoramos más las cosas por las que esperamos más, que las que obtenemos inmediatamente.

Cuando una persona ansía por ejemplo tener su propia casa, cuando está viviendo con familiares, cambia tu perspectiva cuando la obtiene.

La ha estado soñando y desarrollando cada detalle en su mente.

En momento de obtenerla la valora mucho más que si la hubiera tenido inmediatamente.

Si supimos aprovechar espiritualmente este tiempo de espera vamos a estar mejor equipados para saber cómo hacer buen uso de la casa.

Porque en ese tiempo hemos estado elaborando las cosas que haremos allí y reflexionando los pro y los contra.

  

5 – LA ESPERA TRANSFORMA NUESTRO PERSONAJE

Dios hizo pasar 40 años en el desierto a Moisés y al pueblo israelita antes que los llevara a la Tierra prometida.

En ese tiempo Dios transformó a este hombre que era de carácter impetuoso y que incluso había matado a otra persona.

Así Dios le dio una segunda oportunidad y esta vez lo hizo de acuerdo a la manera de Dios y Dios le impuso sus tiempos.

La espera transforma nuestro carácter, lima nuestras aristas, nos vuelve más humildes.

Y también más sabios, porque en el tiempo en que esperamos hemos reflexionado y discernido el objeto que buscábamos y hemos aprendido más sobre él.

Pero sobre todo hemos experimentado cómo debemos discernir las cosas.

Hemos aprendido un método y aprendido que debajo de cada cosa hay muchas más variables que tenemos que considerar.

  

6 – ESPERAR CONSTRUYE DEPENDENCIA DE DIOS

Cuando estamos urgidos por algo nos volvemos emocionalmente frágiles y carecemos de paciencia.

Buscamos emociones que suplanten o nos hagan olvidar pasajeramente lo que buscamos.

Esto conduce a obsesiones en nuestra vida espiritual.

De modo que si esperamos por Dios y dependemos de Él, el tiempo nos llevará a comprobar si lo que estamos buscando es una emoción pasajera o algo que tiene un cimiento real.

Por eso es bueno leer la vida de los santos, porque nos proporciona la convicción de que es la intimidad y dependencia de Dios que aprendieron lo que en definitiva debemos buscar.

Nos persuade que al final de la espera ellos obtuvieron la promesa de Dios y en el momento justo.

  

7 – LA ESPERA ES PARA TU SANTIFICACIÓN

Por lo general cuanto más esperas más te transformarás espiritualmente y más te apegarás a Dios y a sus promesas.

Te ayuda a madurar la confianza en Dios, porque te da lo mejor en el momento que corresponde y no lo que tú quieres por razones desordenadas.

Esto lo vivimos cuando le damos gracias a Dios porque no nos concedió en un determinado momento algo que le pedíamos.

Pasado el tiempo hemos podido comprobar que hubiera sido un desastre para nosotros si nos lo hubiera concedido.

Eso es un padre bueno que te hace esperar y en esa espera te hace una persona más apegada a Él, o sea que te santifica.

Este proceso inculca una confianza más profunda en Él y tu fe aumenta.

Porque cuando miras para atrás ves que Él te ha dado las cosas buenas dentro de lo que tú habías pedido.

Te ha hecho esperar. Pero te lo ha dado con el bonus de que eres una persona más apegada a Dios.

Y cuando nos llegan las cosas que hemos pedido, por las cuales muchas veces hemos suspirado “hasta cuándo Señor”, el peso de la espera se desvanece.

  

CÓMO DEBEMOS ESPERAR

La espera en el Señor es un tiempo difícil, pero activo y es un acto de fe.

Entonces ¿cómo vamos a esperar adecuadamente? Acá hay 7 sugerencias.

  

1 – DEBEMOS ORAR

Debemos orarle no sólo por lo que deseamos, sino especialmente para que nos indique si es bueno para nosotros y cómo debemos pedírselo.

Que nos indique cómo debemos plantearnos el problema

  

2 – DEBEMOS ESTAR TRANQUILOS

No debemos desesperarnos sino esperarlo pacientemente.

Debemos quitar la inquietud y la ansiedad de nuestra mente y de nuestro corazón.

Diciendo simplemente “ya le he pedido a Dios, ahora está en sus manos”.

Y seguir reflexionando objetivamente y fríamente sobre los pro y los contra de lo que pedimos, y las consecuencias que puede tener para nuestro futuro.

  

3 – RECONOCER LA ESPERA COMO UNA OPORTUNIDAD

La oportunidad viene por el lado de reflexionar sobre las distintas aristas de lo que pedimos.

Pero también para explorar cosas nuevas.

Por ejemplo si estás soltero y estás esperando una esposa o un esposo, esto no te debe inhibir para buscar amistades, servir en la iglesia, a los pobres, buscar formarte educativamente, evangelizar etc.

  

4 – DEBEMOS TENER CORAJE

La espera implica siempre aguantar la ausencia.

Resistir a caer en depresión porque no se consigue lo que se busca.

No desesperarnos.

El Salmo 27 dice “espera en el Señor se firme” y lo debemos imitar.

  

5 – ESPERAR ACTIVAMENTE

La actitud de la espera cristiana no es la pasividad.

Sino mirar al Señor permaneciendo alertas y atentos a los mensajes que nos puede dar.

Esto se debe traducir en seguir más profundamente al Señor estudiando las escrituras, conversando con guías espirituales o con hermanos en la fe, frecuentando más los sacramentos.

  

6 – VIVIR LA ESPERANZA

La esperanza nos protege de la desesperación.

Debemos saber en nuestro corazón que el Señor cumplirá.

Pero no necesariamente nos dará lo que pedimos sino que debemos tener la esperanza que nos dará lo que realmente necesitamos.

  

7 – TENER CONCIENCIA DE QUIÉN ES EL DIOS DEL QUE ESPERAMOS

Debemos desarrollar el sentimiento de que hemos puesto en las manos del ser más importante del universo nuestros problemas.

Que él nos ama y que nos ha prometido su protección y guía. Y sobre todo darnos lo necesario para vivir.

Este es el Dios que creó el cielo y la tierra y todo lo que habita en ella. Y que tiene contados todos nuestros cabellos. Que no sucede nada que Él no permita.

Este Dios grande también está cerca de nosotros.

Reconocer su grandeza y su cercanía nos da esperanza y fe.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Consejos prácticos para Crecer en la Fe

Muchas veces solemos decirle a Dios “Señor aumenta mi fe”.

Porque nos sentimos que no podemos con una situación o nos sentimos secos espiritualmente.

Como si hubiéramos el contacto con Dios.

solo con dios hombre sentado

Crecer en la fe se trata fundamentalmente de escuchar la voz de Dios y dejarnos guiar por Él..

¿Y cómo puedo escuchar la voz de Dios? 

El estilo de vida  post-moderna muchas veces conspira contra la vida espiritual.

Estamos en un frenesí de actividad y al final del día no tenemos idea de lo que hemos logrado.

Y mucho menos nos sentimos centrados en Aquel que es al que le debemos todo y puede hacer todo por nosotros.

Los primero es reformar nuestra vida diaria para que podamos estar más abiertos a las mociones de Dios.

tentaciones

  

5 CONSEJOS PARA REESTRUCTURAR TU VIDA

“Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo ten paciencia contigo mismo.

No pierdas el coraje al considerar tus propias imperfecciones, sino que al instante propone remediarlas.

Todos los días comienza la tarea de nuevo”. (San Francisco de Sales)

¿Quién no fantasea con una revisión completa de la vida con una simple elección?

Pero como la mayoría de nosotros sabe por experiencia, no es tan fácil.

No importa cuán fuerte sea nuestra resolución, inevitablemente fallaremos.

Cuando sucede, te desprecias a ti mismo y a tu propia debilidad.

Renuevas tu resolución y prometes volver a encarrilarte. Y luego fallas nuevamente, y luego otra vez.

Se establece el desaliento. Y se come a tu resolución.

Empiezas a racionalizar tu fracaso, a inventar excusas, y antes de que te des cuenta, tu determinación que era tan fuerte hace poco, se evapora.

Te rindes y vuelves a la vida como de costumbre.

A menos que tengas una voluntad de hierro y te hayas dominado por completo, este patrón probablemente te resulte familiar.

Tal vez leemos un buen artículo en línea sobre la importancia de la oración o el peligro de algún pecado.

Resolvemos rezar el rosario y leer más las Escrituras en los días venideros, y nuestras intenciones no son más que buenas.

Pero no importa cuánto lo intentemos, simplemente no podemos seguir con eso.

Con cada falla, nuestra resolución se debilita y, antes de darnos cuenta, nos damos por vencidos.

Lo mismo se aplica en un sentido negativo con el pecado.

Quizás has luchado con un pecado habitual durante mucho tiempo, incluso años.

Te vas a confesar y decides hacerlo mejor con la ayuda de Dios.

Pero luego fallas una y otra vez.

Comienzas a amargarte y a perder la esperanza de superarlo.

Sientes una tremenda culpa y se golpea sin fin. «Soy tan patético, tan débil. Dios debe odiarme» comienzas a pensar.

Tu vida espiritual está dominada por el miedo y la vergüenza.

Tal vez incluso comienzas a odiar a Dios por no haber ayudado más y por hacer que la lucha espiritual sea tan difícil.

Los sentimientos de fracaso y amargura te hacen caer en una especie de depresión espiritual, en la que nada de eso parece valer la pena.

Renuncias a atender tu vida espiritual por completo y el deseo de agradar a Dios se ha disuelto por completo.

¿Alguno de los anteriores te suena familiar?

Si es así, probablemente tengas una relación de amor-odio con la vida espiritual.

Quieres agradar a Dios y ser un buen católico, pero no importa cuánto te esfuerces, pareces fallar constantemente.

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Cinco cosas que deberías hacer

  

Lo primero que debemos hacer es crecer en el autoconocimiento

Somos seres caídos, y si bien puede herir nuestro orgullo decirlo, somos totalmente incapaces de hacer nada por nuestra cuenta.

Muy a menudo no nos damos cuenta de esto.

Miramos nuestros fracasos y nos sorprendemos, como si la perfección fuera nuestro estado normal de ser y el pecado es una aberración.

Creemos que podemos vencer nuestra naturaleza pecaminosa con una fuerza de voluntad simple.

La realidad es exactamente lo opuesto.

El pecado es nuestro modo normal de existencia.

No hay pecado ni acto de depravación que no podamos cometer.

  

En segundo lugar, debemos abrazar la verdad sobre nosotros mismos con humildad

Creemos muy bien de nosotros mismos y nuestras propias habilidades.

Dios quiere curarnos de este orgullo y amor propio, y permitirnos caer es una forma de hacer esto.

Nunca avanzaremos en santidad sin darnos cuenta de nuestra absoluta pobreza.

Con eso en mente, imagina cómo inflaría nuestros egos si pudiéramos convertirnos en maestros de la vida espiritual de la noche a la mañana, con una resolución simple y por mera fuerza de voluntad.

Muy pronto nos convertiríamos en pez globo espiritual, por así decirlo, enamorados de nuestra propia capacidad de hacer el bien.

Diríamos arrogantemente como el fariseo: “Dios, te agradezco que no soy como otros hombres…”.

Veamos cada caída como una oportunidad para crecer en el conocimiento de nuestra propia debilidad y en humilde dependencia de Dios.

Demos gracias porque no hemos caído con más frecuencia o más gravemente.

Sobre todo, recordemos que el paso uno en la vida espiritual es darse cuenta de nuestra completa pobreza espiritual.

Como dijo Cristo: “Bienaventurados los pobres de espíritu”.

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Tercero, debemos rechazar el desaliento

El desaliento y la desesperanza son del diablo, y están enraizados en el orgullo.

Es mortal para nuestras almas.

Cuando caemos en pecado, debemos regresar inmediatamente a Dios con amor arrepentido.

Aunque podemos sentir que nuestro pecado nos ha alejado de Dios, no es verdad.

Nunca es demasiado tarde para arrepentirse.

Dios siempre está esperando, como el Padre en la historia del hijo pródigo, para correr hacia nosotros y abrazarnos con los brazos abiertos.

  

Cuarto, debemos recordar que es el amor el que nos restaura a la comunión con Dios

Como nos enseña San Maximiliano Kolbe, “Un solo acto de amor hace que el alma vuelva a la vida”.

Cuando te caigas, inmediatamente dile a Jesús que lo amas y luego procura complacerlo con una acción concreta.

Este acto de amor infundirá vida a tu alma y reparará tu relación con nuestro Padre celestial.

  

Quinto, debemos comenzar de nuevo día a día

Vivimos un día a la vez, no un año a la vez.

Los maestros de la vida espiritual fomentan las resoluciones diarias y los exámenes diarios de conciencia.

Este enfoque diario nos permite avanzar un paso a la vez y levantarnos después de cada caída.

También es mucho más fácil evitar el desaliento cuando no estamos mirando al pasado o al futuro lejano.

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No pierdas el valor

En una ocasión le preguntaron a un monje: “¿Qué hacen los monjes en el monasterio?”.

El monje respondió: “Nos caemos y nos levantamos una y otra vez”.

Si bien podemos tener ilusiones de que los santos son los que nunca se caen, y podemos esperar un día en que seamos invencibles al fracaso, esto simplemente no es la realidad.

La única diferencia entre los santos y el resto de la humanidad es que los santos se levantaron nuevamente, volviendo a Dios en arrepentimiento hasta el día de su muerte.

Caer y levantarse nuevamente: esta es la única receta para la santidad.

Aquellos que soportan pacientemente no estarán sin su recompensa, porque en las palabras de nuestro Señor: “El que persevere hasta el fin, será salvo”.

Lo que hemos dado son consejos de manejo espiritual y ahora van 5 consejos prácticos para prepararte para oír la voz de Dios.

manos rezando

  

5 CONSEJOS PARA ABRIRTE A LA VOZ DE DIOS

  

1 – Deja las novelas o revistas y pasa ese tiempo leyendo algo espiritualmente enriquecedor [lo mismo vale para lo que miras en internet]

No estoy diciendo que todo en la vida deba implicar densa, e intensa lectura y pensamiento profundo.
.
Pero seamos sinceros: nos hemos convertido en una sociedad superficial, en la búsqueda de la autosuficiencia, la independencia en lugar de la interdependencia, quitando de nuestras vidas la total dependencia de Dios.

Cambiando tus libros o publicaciones periódicas y obras literarias cambias la vida de entretenimiento por grandes filósofos, santos, teólogos, que manejan grandes ideas, y esto tendrá un impacto significativo en tu visión del mundo y tu estilo de vida.

Una lectora nos comenta al respecto:

“Hace unos diez años elegí para poner fin a mis suscripciones a revistas seculares, con la excepción de una de jardín, fue muy difícil y sacrificado en ese momento.

Pero sentí una llamada a algo más, como si Dios estuviera tirando de mi corazón, haciéndome señas a crecer más cerca de él. 

A su vez, descubrí que los libros espirituales clásicos me cambiaron por completo. 

Me puse a pensar sobre el mundo, mi vida, y la eternidad de manera diferente”. 

san francisco y los pajaros

  

2 – Toma un paseo de 10 minutos en un entorno natural

Esto significa ir a alguna parte sin hormigón (a menos que sea un camino a pie a través de una reserva natural), sin el ruido y el bullicio de la vida urbana.

Y si esto no se puede, por lo menos ve a una parte de tu barrio con muchos árboles.

Significa también ningún tipo de tecnología, por lo que debes dejar de lado los teléfonos inteligentes, desconectarte de tus audífonos con los que escuchas música y de chatear; todo eso déjalo en tu casa.

No se puede enfatizar lo sanador que puede ser un paseo por la naturaleza.

Cuando tomas diez minutos (o más) fuera de tu rutina agitada para simplemente escuchar la oración vespertina de las aves locales, para observar la gran variedad de árboles y de sus hojas y los múltiples colores de las flores que te rodeaban, te sentirás como si Dios ha llegado desde el cielo y te ofrece un abrazo.

Un paseo simple, solitario, en medio de los árboles, las flores, los pájaros y el agua, fácilmente nos lleva de nuevo al Creador. 

Probablemente se deba a que la creación refleja a Dios en todas sus maravillas y gloria, por lo que naturalmente atrae y te sientes con enormes ganas de dar gracias por el regalo que la naturaleza te proporciona espiritualmente.

Adicionalmente, estudios científicos muestran que exponerse a la naturaleza es positivo para la salud mental, para el ánimo y la salud física, lo que muestra que el diseño de la naturaleza está vinculado a la satisfacción del ser humano.  Lee aquí una interesante investigación.

Esto vincula la satisfacción con la naturaleza y los paisajes imponentes con la sensación de que Dios existe y está ahí.

rio de agua viva

  

3 – Siéntate en silencio

Dios no suele hablar con nosotros en el trueno o actos llamativos de grandiosidad. 

Más bien, Él nos susurra en el silencio de nuestro corazón, donde reside. 

¿Cuántos de nosotros (laicos, consagrados, religiosos) encontramos que sentarse en silencio es casi una imposibilidad a diario?

Sin embargo, ¿cómo vamos a escuchar a Dios hablando a nuestros corazones? 

¿Cómo, si no vamos a permitir que Él nos sane, nos aclare, nos oriente y fortalezca nuestra determinación? 

Tal vez puedas encontrar que sentarte en silencio va a funcionar mejor en el comienzo de su día si eres madrugador.

O quizás mejor sentarte en silencio durante unos minutos antes de comenzar la lectura de la Escritura.

Pero pasar tiempo en silencio también puede ocurrir en medio de un ajetreado día o relajarse en la noche y cerrar nuestro día.

Algunos de nosotros podemos tener el privilegio de vivir o trabajar cerca de una capilla de Adoración Eucarística o una Iglesia católica que está abierta al público durante el día.

Si es así, utiliza este espacio sagrado por tu tiempo de silencio.

El punto no es cuándo o cómo forjar este tiempo para el silencio, sino en vez de eso, es que nos disciplinemos para estar simplemente con Dios. 

Lee este artículo sobre el silencio que será de mucho provecho El Demonio Promueve el Ruido para Aislarnos de Dios.

Todo lo que Él pide de nosotros es nuestro tiempo, nuestros pensamientos, nuestros corazones.
.
¿Cómo podemos ofrecer éstos a Dios si estamos continuamente distraídos por todo lo demás?

El Cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Karol Wojtyla por más de 40 años ha dicho:

Estar con el Papa significaba garantizar sus espacios de silencio, especialmente el que dedicaba a Dios. Dios y punto.

Los dos. Juan Pablo II era una enamorado de Dios.

Lo buscaba, nunca se cansaba de estar con Él.

En Dios sabía sumergirse en todo lugar, en toda condición: incluso cuando estudiaba o estaba en medio de la gente, lo hacía con la máxima naturalidad”.

manos de enfermo y cuidador

  

4 – Intercambia tu televisión o juegos por tiempo diario para una conversación santa

A veces estamos cegados a lo que más importa en la vida y nuestras prioridades se tuercen y suavemente se desvanecen con el tiempo.

Nos convertimos en criaturas de hábito, y porque todo el mundo está demasiado ocupado y demasiado estresado, el entretenimiento sin sentido se convierte en un momento fácil para nosotros, para descomprimirnos y descansar.

¿Has pensado en las personas con las que has perdido el contacto?

¿Qué pasa con un amigo perdido hace mucho tiempo o tal vez un pariente?

Todos conocemos a personas que están convalecientes en hogares de ancianos, hogares grupales, y centros de rehabilitación.

Estas son personas que están solas y lastimadas.

Consideremos, pues, el tesoro espiritual que una carta escrita a mano o una breve llamada telefónica a alguien que se siente como si nadie se preocupara por él.

Si cambias la media hora u hora de televisión, de juegos de Internet o navegación en los medios sociales para escribir una carta sentida o para una llamada telefónica, enriquecerás tu vida espiritual, porque estás involucrándote en un acto de misericordia.

Revisa los actos corporales y espirituales de misericordia. Lee aquí una artículo que te va a ayudar.

Ora por los que se sienten llamados a crecer en su vida ahora mismo.

Tal vez eso significaría pasar tu tiempo libre como voluntario en un ministerio de apoyo a los encarcelados o llamado a servir a la gente que conoces que vive en la calle para ofrecerles una comida.

Dios nos pide que nos expandamos más allá de lo que es cómodo, práctico y familiar.

Él quiere que digamos sí a la llamada diaria en nuestras vidas para acercarnos más a Él en la Palabra y los Sacramentos, para que podamos estar preparados para hacer una vida más cercana en lo que importa. 

Estamos llamados a una vida de propósito y significado, sin embargo, muchos de nosotros vivimos una vida carente de verdadero carácter y conexión.

Si implementas sinceramente estos principios sobre una base diaria, semanal y luego permanente, entonces te darás cuenta de lo mucho que los deseos de tu corazón te sacan de metas de auto-centradas y distraídas para otros enfoques e intenciones más relevantes. 

No importa cuál sea tu estado de vida y con independencia de tu vocación principal, estamos llamados a vivir en comunidad y ayudarnos unos a otros a través de aliento y amor sacrificial.

Comienza ese viaje, ofreciendo más de ti mismo y de tu tiempo a Dios para que Él te pueda fortalecer para el viaje lleno de alegría que tienes por delante. 

Pero ¿todo esto te garantiza que desarrolles una vida espiritual impecable?

AyunoyOracion

  

5 – Añade 5 minutos más a tu tiempo de oración todos los días de esta semana

Sugiero seguir este patrón hasta llegar a por lo menos a treinta minutos, pero preferiblemente una hora cada día. 

“Invierte treinta minutos al día en la oración, a menos que estés muy ocupado. Luego pasa a una hora”. 

Hay mucha sabiduría en esta idea.

Y si llegamos a ponernos nerviosos ante la idea de pasar una hora entera por día con el Señor, porque estamos “demasiado ocupados”, entonces quizás deberíamos preguntarnos sobre la verdadera calidad de nuestra vida cristiana.

¿Esto significa que puedas tener que levantarte una hora antes? Posiblemente. ¿Sacrificar la hora del almuerzo? Tal vez. ¿Ir a la cama un poco más tarde? Quizás sí.

Hay un sinnúmero de posibilidades de cómo puedes adaptar este principio a tu vida, pero el punto se inicia en algún lugar y puede comenzar hoy ¿no?

  

Y LUEGO MUÉVETE MÁS ALLÁ DE LA ORACIÓN VOCAL

Todos hemos desarrollado devociones como el Rosario, la Coronilla de la Misericordia, novenas y otras oraciones.

Que en general nos sirven de consuelo en tiempos de aridez espiritual.

La oración vocal es tentadora por qué fácil debe recitar y no implica el compromiso de dar el pensamiento a Dios para que Él nos dirija.

Porque podemos estar recitando una oración vocal y con la mente en otro lado.

O sea actuando como si estuviéramos orando mientras que estamos muy lejos de tener una conversación con Dios.

Si nos quedamos solamente en la oración vocal estamos perdiendo niveles más profundos de unión con Dios.

Y puede suceder que, al no avanzar en esa unión, nos aburramos de orar o lo encontremos pesado.

Para comenzar a trabajar en los niveles más profundos de oración comienza por pasar por lo menos 10 minutos en meditación diaria.

¿Y cómo se hace esto?

Comienza por juntar cuadros, estatuas, estampitas de arte santo.

Y ponte cada día frente a una de ellas para mirarla y reflexionar sobre ella.

En el momento en que sientes nuevas ideas que te guían a la paz, a la alegría, al amor y a la humildad, entonces Dios está trabajando en ti para hacer crecer tu virtud.

También puedes hacer esto meditando sobre un pasaje de la escritura qué has leído, pero esto es más abstracto para un principiante.

Este es el primer nivel de la meditación cristiana pero hay por lo menos 7 niveles más en profundidad.

Habitualmente se denominan: la oración de la simplicidad, la contemplación infundida, la oración de la calma, la oración de unión la unión extática, y la unión transformadora también llamada matrimonio espiritual.


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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4 Batallas Espirituales diarias para Alcanzar la Felicidad

Muchas veces olvidamos que nuestro pasaje por la tierra es una lucha espiritual para ascender al cielo.

Y para comenzar a saborear la felicidad sobrenatural ya en la Tierra.

Para ello combatir nuestros deseos espurios y desenfrenados, dar amor a todo lo que nos rodea.

Y desarrollar una actitud de bienaventurados.

Esto debe ser un esfuerzo del día a día.

Esto requiere una decisión firme de pelear cada batalla que nos llega y el entrenamiento necesario.

Hay cuatro batallas permanentes que debemos dar todos los días, una es al despertar, en el comienzo del día; estar a disposición.

Otra es en la vitalidad de nuestra vida de oración.

Una más es en el discernimiento continuado de los ataques del demonio y experimentar cómo defendernos.

Y finalmente viene nuestra batalla espiritual para lograr la felicidad sobrenatural, que se logra desarrollando una actitud de bienaventurados.

Veamos estas 4 batalla espirituales.

  

1 – CÓMO GANAR LA PRIMERA BATALLA DE TODOS LOS DÍAS

Una de las partes más importantes de cada día es también una de las batallas más difíciles de combatir.
.
Se trata del despertador.

Puede parecer una pequeña batalla que no afecta realmente nuestro día.

Y sin embargo, si no somos capaces de disciplinar a nuestros cuerpos en el comienzo de cada día, ¿cuánto más difícil será que hacer algo heroico durante el resto del día?

DESPERTADOR

San Josemaría Escrivá de Balaguer lo que llamó el minuto heroico y escribió:

“Muchos buenos cristianos desarrollan el hábito de dar su primer pensamiento del día a Dios.
.
El «minuto heroico» facilita la Ofrenda de la mañana y ofrece al día libre un buen comienzo.
.
El minuto heroico es el momento fijado para levantarse.
.
Sin dudarlo: una reflexión sobrenatural y… arriba.

Aquí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no hace daño a su cuerpo.

Si, con la ayuda de Dios, a conquistarte a ti mismo, estarás muy por delante para el resto del día.

Es muy desalentador encontrarse derrotado en la primera escaramuza” (San Josemaría Escrivá , Camino).

¿Cuántas veces golpeamos el botón de la alarma del despertador? Es interesante pensar en lo fácil y lo difícil de esta primera batalla es todos los días.

Cuando una persona piensa en la mortificación, el ayuno o penitencia, la imaginación nos lleva algún tipo de cilicio penitencial y comer sólo pan y agua durante 40 días.

¡Sin embargo, para algunos de nosotros el «minuto heroico» parece mucho más desalentador!

Es la primera «escaramuza» del día y es la primera vez que podemos luchar contra los deseos de la carne.

Con esta primera victoria, nos sentiremos mucho más capaces de tomar el día y derrotar a los enemigos que pueden venir.

Por ejemplo, para alguien que está luchando con una adicción (como la pornografía, el alcohol o las drogas), el «minuto heroico» se convierte en una parte vital de la disciplina de la voluntad de modo que sea más fácil decir que no a un hábito pecaminoso.

Esto también nos ayuda con el combate de la oración diaria.
.
Si somos capaces de dar a Dios los primeros frutos de nuestro día, hay mayor posibilidad de que ofrezcamos a Dios el resto de nuestro día.

  

¡SERVIAM!

Una forma para los del Opus Dei es practicar el «minuto heroico» de levantarse inmediatamente cuando suena la alarma, arrodillarse, besar el suelo, y decir «¡Serviam!» que en latín significa «¡Yo serviré!»

The Vigil exhibited 1884 by John Pettie 1839-1893

El razonamiento detrás de esto viene del desafío de satanás, quien dijo: «Non Serviam» (yo no serviré). Estas palabras de satanás no vienen de la Escritura, sino del “Paraíso Perdido” de Milton.

A pesar de que las palabras no son bíblicas, reflejan la realidad de la decisión de satanás para no servir a Dios.

Al decir «Serviam», en lugar de imitar a la legión de rebeldes de satanás, elegimos cada día ser parte del ejército de Dios y de servirle con un corazón dispuesto.

Desafío: Mañana, cuando suene el despertador, levántate de la cama automáticamente y di «¡Serviam!».
.
Entonces habrás ganado tu primera batalla del día y estrás fortalecido para conquistar el resto de los dragones que intentarán derribarte en el día.

  

¿HAS PENSADO ALGUNA POR QUÉ LOS MONASTERIOS DE TODO EL MUNDO TIENEN UN HORARIO ESTRICTO DE LA ORACIÓN?

Además del hecho de que están siguiendo una antigua tradición de oración que traza todo el camino a Jesús, el ritmo diario de oración que impregna la vida de los monjes y monjas de todo el mundo está diseñado para combatir al diablo y su deseo de abrir una brecha entre nosotros y Dios.

franciscanos orando

San Pablo exhorta a los Tesalonicenses a

«Orad sin cesar«,

Y lo hace poco después de que les recuerda:

«Nosotros, en cambio, por ser del día, permanezcamos despiertos; revistámonos de la fe y del amor como de una coraza, y sea nuestro casco la esperanza de la salvación.» (1 Tesalonicenses 5: 8 y17)

La oración que pide San Pablo no sólo es un camino hacia la comunión eterna con Dios, sino también es un arma para usar contra el enemigo que «…ronda como león rugiente, buscando a quien devorar» (1 Pedro 5: 8).

La vida espiritual es una batalla contra el mundo, la carne y el diablo, y con demasiada frecuencia se olvida eso.

  

VIVIR UNA VIDA ORDENADA

El diablo disfruta del caos. Dios es el que trajo orden al mundo, le dio forma y lo diseñó a la perfección.

Todas las leyes de la naturaleza son una sinfonía de orden.

Entonces satanás entra en el jardín del Edén y crea el desorden.

Él atrae a Adán y Eva para llevarlos lejos de Dios y les dice que pueden separarse de Él.

El diablo busca separar lo que debe estar unido.

icono de liturgia de las horas

Lo mismo ocurre en nuestras propias vidas, satanás sabe que estamos predeterminados para la orden.

Dios ciertamente nos ha dado la libertad, pero esa libertad es ser ordenados a los verdadero, bueno y hermoso.

El pecado tiene la tendencia de interrumpir nuestras vidas y nos hace abusar de nuestra libertad.
.
En lugar de seguir el diseño y el orden de Dios, elegimos construir nuestra casa sobre la arena y nos sorprendemos al verla caer.

  

2 – LOS TIEMPOS DEL DÍA PARA LA ORACIÓN

Vivir una vida ordenada, una vida centrada en la oración, traza el camino de regreso a las tradiciones del pueblo judío y al Antiguo Testamento.

Por ejemplo, los judíos habían tratado de modelar su horario de oración diaria para reflejar las tradiciones de los Patriarcas.

liturgia horas

El Rey David, quien se cree ha escrito los salmos, proclama,

Pero yo clamo a Dios y el Señor me salvará. De tarde, de mañana, al mediodía, me lamento y me aflijo y escuchará mi voz. (Salmo 55:17-18)

Incluso el profeta Daniel se muestra ofreciendo una serie específica de oraciones,

Daniel, al saber que el decreto había sido firmado, entró en su casa.

Las ventanas de su pieza superior estaban orientadas hacia Jerusalén y, tres veces al día, se ponía de rodillas, orando y alabando a su Dios, como lo había hecho siempre. (Daniel 6:11).

El pueblo judío luego comenzó una tradición de orar tres veces al día: mañana, tarde y noche.

Con la llegada del cristianismo, los apóstoles de Jesús en desde el principio continuaron observando las tradiciones de los judíos y continuaron orando en los tiempos establecidos.

Con el tiempo, sin embargo, tres veces al día no parecía suficiente, sobre todo después de que San Pablo exhortó a los Tesalonicenses «Orad sin cesar».
.
Y los cristianos que tenían al Antiguo Testamento como guía se encontraron con este pasaje,

Siete veces al día te alabo por tus justos juicios. (Salmo 119: 164)

El siete es el número bíblico de la perfección y los cristianos vieron esto como el número perfecto de veces para rezar.

Uno de los primeros documentos que se han registrado de estas diferentes horas para orar fueron las «Constituciones Apostólicas», escritas en el siglo IV (a pesar de que sólo registra seis horas y omite la final «Oración de la Noche», conocida como Completas, así siete horas se convierten en la norma hasta el siglo VI).

En ella está escrito,

Ofrecer sus oraciones de la mañana, en la tercera hora, la sexta, la novena, por la tarde, y al canto del gallo:

en la mañana, dando gracias al Señor que os ha enviado la luz, porque él os ha traído más allá de la noche y traído al día;

en la tercera hora, porque a esa hora el Señor recibió la sentencia de condena por parte de Pilato;

en la sexta, porque a esa hora fue crucificado;

en la novena, porque todas las cosas estaban en conmoción en la crucifixión del Señor, como temblando ante el intento audaz de los judíos impíos, y en penitencia a la lesión infligida a su Señor;

por la tarde, dando gracias de que Él os ha dado la noche para descansar de las labores diarias;

al canto del gallo, porque esa hora trae la buena nueva de la llegada del día para las operaciones propias de la luz. (VIII, XXXIV).

San Benito de Nursia (que vivió en el siglo VI) construyó su norma sobre estas siete horas y añadió una octava hora, que se produce en el medio de la noche.

Ocho es el número bíblico de la «nueva creación«, como Jesús resucitó de entre los muertos en el octavo día, el día después del sabbath judío (que es el sábado). Aquí está el desglose:

  • Maitines (antes del alba); también llamada Vigilias u Oficio

  • Laudes o «Oración de la Mañana» (al amanecer)

  • Prima o «Oración de la mañana temprano» (Primera Hora, alrededor de las 6 de la mañana)

  • Tercia o «La oración de media mañana» (Tercera Hora, alrededor de las 9 de la mañana)

  • Sexta o «La oración del mediodía» (Sexta Hora, alrededor del mediodía)

  • Nona o «La oración de mitad de la tarde» (Novena Hora, a las 3 pm)

  • Vísperas o «Oración de la Tarde» (alrededor de 18:00)

  • Completas o «Oración de la Noche» (antes de ir a la cama, por lo general a las 8 pm o 21:00)

A la Prima, Tercia, Sexta y Nona se les llama horas menores.

Tanta cantidad de oraciones puede parecer desalentadora, pero esta lista no pretende que sea imitada exactamente en la vida secular.

Sin embargo, podemos aprender de ella, y ponerlo en práctica en nuestras propias vidas poco a poco.

La Liturgia de las Horas puede rezarse diariamente aquí.

  

HACIA LA UNIÓN CON DIOS

Mientras que el diario Horarium de la oración es un arma poderosa contra satanás, debemos recordar que se dirige hacia la unión con Dios.

ajedrez entre el bien y el mal

Lo que esto significa es que se trata de una relación.

Pensando en la analogía de un matrimonio, el esposo y la esposa deben tener una comunicación abierta y constante.

Si no hay comunicación, el matrimonio fracasará. A lo largo del día lo que sostiene un matrimonio estar hablando entre sí, no sólo una vez, no sólo dos veces, sino «sin cesar» (ciertamente no significa parlotear todo el tiempo).

Lo mismo sucede con Dios.
.
Si deseamos una relación con Él, que es el deseo de nuestro corazón, hay que hablar con él constantemente.

Así que recordemos diseñar nuestro programa diario dirigiendo conversaciones y alabanzas constantes a Él, porque esto va a cumplir los deseos más profundos de nuestro corazón.

  

3 – EL DISCERNIMIENTO DEL TRABAJO DEL DEMONIO

Un tercer punto es el discernimiento del trabajo del diablo en el mundo de hoy y en tu vida y la de las demás personas.

Si no tienes claro el accionar de este personaje y los medios necesarios para derrotarlo, estarás a merced de sus obras.

La obra del diablo está en el desaliento, la desesperanza, en la profunda decepción de pensar la oscuridad de uno es realmente la luz.

  

¿CUÁLES SON LOS MEDIOS QUE EL SEÑOR NOS HA DADO PARA RECONOCER Y DERROTAR LA OBRA DEL DIABLO?

Algunas de las enseñanzas bíblicas de gran ayuda están en Efesios, donde se nos dice que nuestra lucha no es sólo contra sangre y la carne, sino contra los principados y potestades:

“pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba”.

Debido a que este es el caso, se nos dice

“Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas”. (cf. Ef 6:10 -20)

¿Qué es esta armadura necesaria para resistir el mal y mantener nuestro territorio?

Es la verdad, es la santidad, es la claridad acerca de la salvación, es el compromiso con la misión, para conocer y utilizar la Palabra de Dios.

No sólo para defendernos de las mentiras del maligno, sino para hablar palabras de verdad que pongan a la gente libre del engaño demoníaco y la esclavitud.

  

EL “ESCUDO DE LA FE”

El escudo de la fe nos es dado para “apagar todos los dardos de fuego del maligno”.

¿Cuáles son estos dardos de fuego?

Son las tentaciones, las mentiras, las seducciones de los demonios que pretenden alejarnos de Dios y del camino que lleva a la salvación.

La fe tiene un doble significado.

Por un lado, la fe es la confianza completa y entrega a Dios.

Que es todo lo bueno y digno de nuestra adoración y obediencia.

Lo que viene de la amistad con Cristo, de la relación personal con Él.

Y la clave para discernir lo que es de Dios y lo que es del enemigo es la familiaridad con la “voz” del Señor.

A través de una relación que crece en profundidad e intimidad a través de la oración.

Por lo que “orar en todo tiempo según inspire el Espíritu” es lo que Efesios nos insta a hacer.

Por otro lado está la fe en las verdades reveladas que son necesarias para nuestra salvación.

Estas verdades también contienen advertencias claras y explícitas sobre lo que nos va a excluir del reino.

El diablo está particularmente interesado en engañarnos en estas áreas por lo que San Pablo lo advierte expresamente y en repetidas ocasiones:

“¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10)

Listas similares se encuentran en Gálatas, Efesios y Apocalipsis.

Debes tener presente que los “dardos de fuego” del enemigo están entrando permanentemente.

Plantando la mentira, sembrando la sospecha, provocando deseos desordenados y presentando justificaciones para la conducta pecaminosa.

  

4 – VIVIR COMO BIENAVENTURADOS EN LA FELICIDAD SOBRENATURAL

Luego que salimos bien plantados de la batalla diaria para prestarnos a servir.

Luego que hemos destinado tiempo a la oración, para comunicarnos con Dios.

Y qué tenemos claro cómo defendernos de los ataques del demonio.

Entonces debemos vivir cómo bienaventurados, o sea practicar un actitud que nos lleve a la felicidad propuesta por Dios.

¿Qué quiere decir vivir como bienaventurados? ¿Por qué vamos a conseguir la felicidad practicando estas actitudes?

La propuesta es vivir con la dignidad del hombre, que trasciende al universo material, y es capaz de unirse a Dios, porque Dios lo quiso así.

El hombre está obligado a seguir la ley moral, que lo instruye hacer lo bueno evitar lo malo, para lograr el fin por el que fue creado.

Esta es una lucha que se da en la conciencia, en el santuario más secreto del hombre.

Jesús proclamó 8 bendiciones o bienaventuranzas en el Sermón del Monte, que aparecen en el evangelio de Mateo 5: 3-12.

Las cuales revelan resumidamente lo que significa ser seguidor de Cristo y como se consigue la felicidad sobrenatural perfecta.

Benedicto XVI, en la trilogía Jesús de Nazaret, dice que las bienaventuranzas son paradojas que ponen las normas del mundo patas patas arriba, tan pronto como se ven las cosas desde una perspectiva correcta.

Así los afortunados o bienaventurados son aquellos que son pobres o despreciables en términos del mundo.

Las bienaventuranzas son un paso adelante respecto a los 10 mandamientos, porque llaman al hombre a imitar a Cristo y a ser transformados a Su semejanza.

San Juan Pablo II dice que las bienaventuranzas más bien hablan sobre actitudes y disposiciones básicas en la vida, y no son reglas particulares de comportamiento como los 10 mandamientos.

En ellas reside el ideal de felicidad cristiano para practicar.

Las ocho bienaventuranzas generalmente se pueden agrupar en 4 categorías.

La primera categoría habla al sobre la huida del pecado, porque cumpliendo estos requisitos el cristiano es liberado del pecado:

  • Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
  • Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
  • Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.

La segunda categoría se refiere a la vida activa luego que el pecado es sometido.

Entonces el cristiano es bienaventurado al buscar el bien en su acción:

  • Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
  • Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.

Estas bienaventuranzas reflejan la naturaleza de Dios que es justo y misericordioso a la vez.

Y su práctica conjunta evita los excesos en los humanos.

Las dos siguientes bienaventuranzas se refieren a la vida contemplativa para ponerse en armonía con el ideal divino:

  • Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
  • Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Y la última une a las siete anteriores, porque habla de las pruebas finales:

  • Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Cómo Manejar Nuestros Dolores en los Momentos de Prueba

Cuando nos pasa algo malo o doloroso o que nos desestabiliza, ¿qué es lo que nos preguntamos?

Estas preguntas son una ventana a nuestra verdadera naturaleza.

Si nos preguntamos cómo salir rápidamente del dolor, el sufrimiento, la incertidumbre, sin cuestionarnos porque Dios nos lo envió y que quiere que aprendamos, entonces nos estamos engañando.

Nos estamos preparando para tener sufrimientos cada vez más grandes y sin provecho.

El criterio del mundo actual es que todo lo que me duele está mal, cualquier cosa que me lastima está equivocada.

Y no llegamos a comprender que esas son situaciones que nos ponen frente a tomar decisiones para avanzar en nuestro camino de purificación.

Entonces nos preguntamos ¿por qué a mí? ¿por qué la vida es injusta?

Y hasta cuestionamos ¿por qué Dios está en silencio cuando le pedimos que haga cesar nuestro sufrimiento?

Pero difícilmente comprendamos que cada dolor, cada sufrimiento, es un momento de prueba para avanzar.

Nos permite revisar nuestra vida si lo tomamos como un aviso.

A veces nos impacientamos con Dios porque no hace las cosas de acuerdo al plan que suponemos tiene para nosotros.

Dudamos y hasta a veces dejamos de orar.

No es fácil comprender cuál es el mensaje de Dios.

Pero no es algo que nos pasa solo a nosotros, grandes profetas y santos han pasado por esto.

Debemos incorporar que cuando las cosas no parecen salir como deberían, es porque no comprendemos del todo las intenciones y los caminos de Dios.

Y el esfuerzo debe estar en tratar de comprender qué nos quiere decir.

Muchos santos pasaron por esa “noche oscura” y su experiencia nos sirve para actuar con serenidad cuando nos pase a nosotros.

La oración nos saca de las tempestades.

“La oración nos ayuda a descubrir el rostro de amor de Dios”, dijo Juan Pablo II.

Él nunca abandona a su pueblo, pero garantiza, no obstante las pruebas y sufrimientos, buenos triunfos en el final”.

  

TODOS PASAMOS POR PRUEBAS

Dios siempre está ahí cuando lo dejamos cerca y cuando nos encontramos con los mares rugientes en nuestras propias vidas.

Seamos realistas: todos vamos a enfrentar crisis en nuestras vidas.

Si pudiéramos ver con los ojos de Dios, si supiéramos la verdad, podríamos ver que, de hecho, todo el mundo se enfrenta a la igualdad de la tragedia – sólo que en diferentes formas.

Muchos sufrimientos no son visibles. Pero todos pasamos por ellos.

Por mucho que podamos, nunca llegaremos a un estado perfecto donde todo va de camino.
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Puedes hacerlo por uno o dos días, incluso una semana, pero a menudo un buen día es seguido por un día de prueba
.

Todos morimos en lo físico, pero si tenemos en cuenta que vivimos eternamente (en el espíritu), ninguna preparación es realmente muy dura para eso.

Si tú fueras Dios, también querrías a las personas preparadas.

¿Por qué ocurren los desastres, para empezar?

Es interesante cuando un sacerdote, el Padre Joseph Lionel, desde el uno de las zonas más difíciles afectadas en India, señaló que:

“tal vez también podemos ver las cosas no tanto como Dios castiga a las víctimas en particular, sino en el hecho de que cuando el pecado está enraizado en el mundo, pone al mundo fuera de orden.

Causa una oscuridad real que puede físicamente – y geológicamente – manifestarse.

Los eventos llegan casi como una liberación de la oscura tensión. Dios lo permite.

Los buenos sufren con el mal. Hay almas víctimas y siempre las han habido”.

Una vez más, se vuelve de nuevo al misterio del sufrimiento.

pruebas de la vida

  

ES INEVITABLE QUE COMIENCEN LAS PREGUNTAS Y DUDAS, PERO NO SÓLO TE PASA A TI

¿Te ha parecido como si Dios te ha decepcionado? Tal vez algo que sucedió en tu vida que te hizo preguntarte dónde estaba Dios.

¿Te ha parecido como si Dios intencionalmente va arrastrando sus pies y no te presta atención?

Y te preocupa por la forma en que Dios hace o deja de hacer ciertas cosas, provocando momentáneamente duda.

Si ese es el caso, puede que te sorprenda saber que no estás solo.
.
De hecho,
el más grande de los profetas de la Biblia ha lidiado con esos problemas, Juan el Bautista.

Durante su ministerio terrenal, Juan el Bautista era súper importante. En sus días, Juan era una figura de prominencia nacional.

De hecho, el historiador judío Josefo escribió más acerca de lo que hizo Juan que acerca de Jesús.

La razón de que el ministerio de Juan fuera tan significativo era que había terminado un silencio de 400 años.

Desde el momento de la muerte del profeta Malaquías al nacimiento de Juan, Israel no había oído hablar de un profeta por 400 años – ni un milagro, ni un ángel, ni un solo profeta enviado por el Señor.

Entonces el ángel Gabriel se apareció al padre de Juan, Zacarías, diciéndole que su esposa, Isabel, daría a luz al precursor del Mesías.

Juan apareció en la escena como un mega profeta. Audaz y valiente, se paraba junto al río Jordán y pedía a la gente que se arrepintiese, porque el reino de Dios estaba cerca.

Juan tenía un gran número de seguidores, y miles de personas se reunían para escuchar las palabras de Juan. Algunos se preguntan incluso si él era el Mesías, el que había estado esperando.

Entonces, un día, Jesús, que era primo de Juan, apareció en la escena. Juan se dio cuenta de que era el momento en que su ministerio había llegado a su fin.

Juan señaló a Jesús y dijo:“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Y los discípulos de Juan comenzaron a seguir a Jesús.

El ministerio de Juan, sin embargo, no había terminado.

Él había estado hablando con el rey Herodes, a quien le gustaba escuchar a Juan. Pero Juan no era conocido por la sutileza.

Él correctamente acusó al rey de inmoralidad, y, por supuesto, el rey no lo tomó bien.

Así que Juan fue enviado a prisión a causa de su predicación audaz contra Herodes.

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LAS COSAS NO ESTABAN SALIENDO COMO JUAN PENSABA

El ministerio de Juan había llegado a su fin, y él vivía en una relativa oscuridad.

Peor aún, Jesús no parecía estar haciendo lo que Juan pensaba que iba a hacer.

Juan, junto con los otros, creyó que Jesús venía a dirigir una revuelta.

Ellos pensaban que Jesús iba a establecer un reino por la fuerza. Ellos pensaban que Jesús derrocaría la tiranía de Roma.

Pero 18 largos meses habían pasado, y Jesús no estaba dirigiendo la revuelta contra Roma que Juan estaba esperando.

No sólo eso, sino que al parecer fue asociarse con pecadores y recaudadores de impuestos.

Las cosas no estaban saliendo según lo planeado.

Así que Juan empezó a tener algunas dudas, lo que podría ser mejor descrito como perplejidades y confusión.

Juan no estaba cuestionando la veracidad de la palabra de Dios, sino que simplemente estaba teniendo dificultades para entender lo que significaba en su vida.

En el caso de Juan, él había entendido mal lo que Jesús estaba diciendo.

No es que Jesús había hecho algo mal. Es que Juan no entendía muy bien lo que Jesús estaba tratando de comunicarle a él y a los demás.

Juan pensó que tal vez había cometido un error.

¿Podría ser este el Mesías real? ¿No es el Mesías se supone establecería un reino de justicia? ¿Qué está pasando?

Por eso mandó a sus discípulos preguntarle a Jesús si era el mesías.

Lo que estaba pasando era que Juan, junto con otros, no habían entendido la misión de Jesús.

Lo que Juan y los demás habían perdido era que Jesús venía con el propósito expreso de morir en la cruz por los pecados de la humanidad.

Él traería libertad a los cautivos, pero sería la liberación de una prisión espiritual de la opresión y la esclavitud.

Él traería consuelo a los que estaban afligidos, pero sería diferente de lo que Juan estaba anticipando.

  

NOS IMPACIENTAMOS COMO JUAN

A veces nos impacientamos con Dios. Creemos que Dios está ausente en sus señales, por así decirlo.
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Creemos que él está en las alturas.

Algo pasa en nuestras vidas, y nos preguntamos por qué. Situaciones de tragedia y nos preguntamos,

¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Qué hice mal?
.
¿Hay algo malo por lo que Dios me está castigando?

Estas son preguntas que a menudo pasan por nuestra mente – incluso a través de la mente de un cristiano comprometido.

No es raro que las personas más espirituales tengan sus días de duda e incertidumbre.

Moisés estaba tan frustrado con los israelitas y en una ocasión estuvo dispuesto a salirse.

Después de escuchar las quejas de Israel, dijo al Señor:

No puedo llevar a todas estas personas por mí mismo, la carga es demasiado pesada para mí.

Si así es como me van a tratar, por favor, sigue adelante y mátame…” (Números 11:14-15).

Elías estaba tan abrumado por las circunstancias que cuando se enteró de que la reina Jezabel quería matarlo, le pidió a Dios que le quitara la vida.

Pablo estaba muy desalentado también. Él escribió:

Estábamos bajo una gran presión, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de la vida misma” (2 Corintios 1:8).

Madurez en la oración

  

PERO LA DUDA NO ES LO MISMO QUE LA INCREDULIDAD

Tal vez tú estás tratando con la duda y el desánimo en estos momentos.
.
Pero la duda no es siempre una señal de que alguien está equivocado, ya que puede ser una señal de que algo está pasando que debes discernir.

Aquí hay algo que debemos reconocer. Hay una diferencia entre la duda y la incredulidad.

La duda es una cuestión de la mente. No podemos entender lo que Dios está haciendo y por qué lo está haciendo.

La incredulidad, sin embargo, es diferente. La incredulidad es un asunto de la voluntad.

La incredulidad es una elección deliberada de no creer.

La duda no es mala si no lleva a la incredulidad. Y es así como deberíamos enfrentar las tempestades.

 

  

NO SOBRE REACCIONAR EN LAS TEMPESTADES, SINO CONFIAR

Las tempestades llegan a nuestras vidas, y si una serie de circunstancias están presentes, podemos enfrentar una “tormenta perfecta”.

Cuando un inusual potente sistema meteorológico se encuentra con otro, o un par de otros, una ráfaga de aire gélido especialmente Ártico podría colisionar, por ejemplo, con un sistema ciclónico húmedo, y sabemos que en circunstancias especiales el choque del aire caliente y el fresco crean tornados.

Así también hay circunstancias que estallan en turbulencia en nuestras propias vidas. Fuerzas, mundanas y espirituales, convergen.

Podemos estar en un momento muy emotivo, especialmente tierno cuando un gran problema viene en el trabajo, junto con un problema de nuestros hijos y una discusión con un amigo o el cónyuge.

El mundo parece derrumbarse sobre nosotros. Es una cosa tras otra.

Aquí podemos dudar, pero nunca dejar de creer. Y entonces debemos usar un método.

Es la forma en que lo manejamos lo que cuenta.
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Es aquí crucial tomar los problemas uno a la vez, un día a la vez, y recordar el dejar pasar la crisis sin sobre-reaccionar.

Al igual que el miedo, la reacción excesiva otorga poder al mal.
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Es bueno recordar siempre que un día mejor vendrá, con fe siempre sucede.

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Si tenemos una “cuenta bancaria” de oración – si se has buscado la cercanía a Dios – Él suavizará el golpe, te ofrecerá protección automática.

mujer orando

  

LA ALEGRÍA Y LA ALABANZA

Debemos tener incorporado automáticamente que Dios es alegría y cuando estás más cerca de Él, te acercas más a la alegría. Es así de simple.
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No hay nada que pueda traer tanta felicidad.

Y la cercanía viene de una manera especial a través de la alabanza y la gratitud, que son signos de humildad.

Adora a Dios a través del día. Hazlo desde el corazón. Ámale. Alábalo una y otra vez, diez veces, cien veces alaba a Jesús, alaba al Cristo.

Eso es lo que te traerá alegría, porque el Señor es la personificación de la alegría.

Jesús dijo que debemos pedir la gracia de Dios (Mateo 7:7-9), Él dijo que debemos llamar a su puerta, y esto es lo debes hacer, sabiendo que si algo es bueno para nosotros y está en el plan de Cristo – además si lo pediste con fe – se concederá. Pide al Espíritu Santo lo que debes pedir.

Y hazlo en el nombre de Jesús.

De esta manera, todo es posible.

Pero el sufrimiento siempre está y debemos saber qué hacer cuando no podemos sacárnoslo de encima.

  

UNA COSA QUIERE DIOS QUE APRENDAMOS

Dios ha tratado de enseñar al hombre una cosa desde el principio,  y Adán y Eva Perdieron el Paraíso por no haberlo comprendido.

Ellos sabían lo que era correcto sin instrucciones.

Y hasta que desobedecieron no habían experimentado y aprendido lo que estaba mal

Pero hoy la cosa está aún más complicada, porque lo que está mal nos rodea en 360 grados.

Hacer lo correcto no es algo fácil actualmente y requiere fuerza de voluntad.

La regla en la Tierra actualmente es que la suciedad es fácil de adquirir y la limpieza es difícil de realizar.

¿Con qué frecuencia intentamos disculparnos cuando hacemos algo que sabemos que está mal?

¿Con qué frecuencia argumentamos a favor de lo que está mal?

Piensa en los argumentos a favor del aborto.

La única explicación posible para apoyar el aborto es que se trata de una racionalización para el hedonismo:

“Lo primero soy yo y necesito hacer lo que me de placer inmediato sin importarme los demás”

Estamos rodeados de incitaciones hacer las cosas equivocadas. Y es imposible para el hombre vencer a tanto pecado por su cuenta.

La única posibilidad que tenemos es unir nuestros dolores y sufrimientos, cuando llegan, a la obra redentora de Jesucristo.

Y aprovechar esos momentos de dolor y sufrimiento para avanzar en los cambios que Dios quiere para purificarnos.

Porque si no nos purificamos no llegaremos a vivir la vida eterna que nos promete Dios.

O en el mejor de los casos debemos pasar por una larga etapa de Purificación en el purgatorio

Dios quiere que aprendamos a obedecerle por eso nos ha dado los diez mandamientos y muchas otras piezas de moralidad que podemos encontrar en el Antiguo y en el Nuevo Testamento

Él quiere que empecemos a vivir en la tierra a semejanza de Él.

Por eso nos pone pruebas para que avancemos.

Y estas pruebas no son castigos ni son cosas que suceden al azar.

Piensa por ejemplo algo que en general sucede a los seres humanos.

Empezamos a tener algún dolor físico o alguna deficiencia y ahí nos hacemos la película de lo que podría pasar en el futuro si esto avanza.

Si somos medianamente devotos le pedimos al Señor que nos solucione el problema.

Pero el Señor no lo soluciona inmediatamente y nos deja para que nosotros reflexionemos sobre nuestras cosas en esos momentos en que estamos débiles y temerosos.

Nuestra debilidad nos pone aptos para revisar nuestra relación con Él y que tan bien estamos caminando en lo que Él pide de nosotros: que hagamos el bien.

Y mientras reflexionamos sobre nuestras vidas debemos entregar nuestros sufrimientos a la obra redentora de Jesucristo para obtener mayores beneficios.

  

CÓMO UNIR NUESTROS SUFRIMIENTOS A LOS DE JESUCRISTO

El sufrimiento es un aspecto difícil de la condición humana.

Ha llevado a muchos a alejarse de la fe y buscar consuelo en otras cosas. Sin embargo, es sólo a través de Dios que podemos superar el sufrimiento.

Un ejemplo se encuentra con Santa Teresa de Lisieux, que fue capaz de transformar el sufrimiento en amor.

Ella entendió el valor de su sufrimiento para salvar almas.

De la misma manera, Jesús le dijo a Santa Faustina, que aceptara todos los sufrimientos con amor.

Cuando nos enfrentamos a la realidad de sufrir la mayoría de nosotros retrocede, o incluso huye, porque creemos que vamos a estar exentos de la realidad del sufrimiento.

Sin embargo esto no es posible.

Aunque no nos guste el sufrimiento es una parte inevitable de la condición humana, de nuestra condición caída como consecuencia del pecado original.

Debemos llegar a un acuerdo con la realidad de que el sufrimiento nos hará ya sea “mejores o amargos”.

El sufrimiento por su naturaleza, no es ni bueno ni malo: es neutro porque depende en gran medida de cómo el individuo lo interpreta y vive a través de él.

Pero podemos santificar nuestro dolor.

Verdaderamente el único medio por el cual podemos santificar el sufrimiento es mediante la unión de nuestro sufrimiento con los sufrimientos de Nuestro Señor.

Jesús podría haber salvado al mundo de muchas maneras, pero escogió salvar el mundo con su encarnación, la vida, la enseñanza, las palabras, los milagros, pero sobre todo a través del sufrimiento que Él ha querido soportar por todos nosotros.

Depende de nosotros unir nuestros sufrimientos a los sufrimientos de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, especialmente en su pasión dolorosa.

Nos corresponde a nosotros reconocer las diferentes formas de sufrimientos que Dios nos puede enviar.

También es clave reconocer que muchos de los sufrimientos que padecemos son enviados por Dios, como leemos en el libro de Job que estaba afligido por muchas formas de sufrimiento.

¿Cuáles podrían ser las diferentes formas de sufrimiento? De hecho, hay muchas

Física es la más obvia; nuestro cuerpo sufre de una forma u otra: dolor de cabeza, dolor de muelas, recuperación de la operación, dolor de espalda, etc.

La sociedad y la cultura parecen estar alejándose de Dios y toda moral; debido a esto sufrimos.

Un miembro de la familia, posiblemente muy cerca de nosotros, ha tomado decisiones equivocadas y está siguiendo un camino equivocado.

Nos gustaría dirigirlo por el camino correcto, pero él se niega.

Sufrimos miedos, preocupaciones, dolores, incertidumbres sobre el futuro, la tristeza debido a muchas circunstancias.

Sufrimos espiritualmente. A pesar de nuestros buenos esfuerzos parece como si Dios estuviera distante, que Él realmente no me reconoce o realmente se no preocupa por mí.

Ahora, el elemento clave es ser consciente de nuestro sufrimiento en estas áreas y unir nuestros sufrimientos al a Jesucristo.

Por medio de esta unión con Cristo nos santificamos, santificamos nuestra familia, santificamos la Iglesia, y santificamos al mundo en general.

Por esta razón, Santa Teresa de Lisieux afirmaba “cuando hacemos el mal todo el mundo baja; cuando hacemos el bien elevamos todo el mundo más cerca del cielo”.

Coloca tu dolor de cabeza, el conflicto con tu esposo o esposa, el trastorno emocional, tu propia noche oscura, en la patena de la misa.

Luego, cuando el cura consagra la hostia y el vino en el cáliz, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, tus sufrimientos son elevados a máxima potencia para tu santificación, así como para la santificación de todo el mundo.

Y hay un paso más para hacer nuestros sufrimientos más eficaces.

Al recibir a Jesús en la santa eucaristía con fe, fervor, amor y devoción, nuestros sufrimientos son santificados al máximo.

E incluso más. Jesús nos da la gracia, la paz, y la fuerza para llevar nuestra cruz, y Él incluso aliviar el dolor.

¿Y por qué no empezar ahora?

Reza el ofrecimiento de la mañana y da todo a los Corazones de Jesús y María.

Luego, cuando el sufrimiento te visite, ya sea físico, moral, psicológico, emocional, social, familiar, etc., únete a la cruz y Jesús.

Tu sufrimiento tendrá un valor infinito porque se une con los propios sufrimientos de Jesús.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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