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Terrible caso que muestra el desconcierro moral en Bélgica.

 

Esta es una demostración más, pero dramática, del desconcierto y el sentimiento de inadecuación que tienen los humanos post modernos, y de la falta de sensibilidad de la sociedad para tratar los casos extremos. Una mujer, en Bélgica, cambió de sexo y como no estaba conforme con el cambio y le resultaba “insoportable” pidió la eutanasia y la mataron.

 

Verhelst-eutanasia-belgica

 

Cuando hablamos de desconcierto no nos referimos sólo a la suicida, sino también a la gente a su alrededor, incluído el médico que la mató, porque no han tenido el tino de reflexionar sobre las causas últimas que le llevaron primero al cambio de sexo y luego a pedir la eutanasia. Porque evidentemente el disgusto con si misma no era su cuerpo cuando era una mujer, sino que residía en su psiquis, en un problema mal resulto desde su niñez.  

LA PENDIENTE RESBALADIZA BELGA

La terrible historia de la eutanasia de Nancy (en adelante, Nathan) Verhelst tiene su puinto culminante después de la operación de reasignación de sexo; el/ella dice que estaba «disgustado conmigo mismo.» Entonces los médicos consideraron su sufrimiento «insoportable» y la mataron con la eutanasia.

El cambio de sexo a los 42 años le había proporcionado un «sufrimiento psicológico insoportable.» Así que los médicos belgas han aceptado la petición de Nancy Verhelst, convertido en Nathan, de recurrir a la eutanasia, pocos meses después de la cirugía de construcción del pene.

EL CAMBIO DE SEXO

«Yo era la chica que nadie quería», dijo Verhelst al periódico flamenco  Het Laatste Nieuws antes de su muerte.

Cuando era niña,

«mis hermanos eran mimados, pero a mí me habían asignado el dormitorio encima del garaje. ‘Si sólo fueses un niño’ se quejaba mi madre». 

Esto habría llevado a Nancy a hacerse una terapia hormonal a los 42 años, seguida de una operación de mastectomía y la cirugía para la «construcción de un pene.»

NO QUIERO SER UN MONSTRUO

«Ninguna de estas operaciones fueron como yo quería», insistió Verhelst.

«Yo estaba dispuesto a celebrar mi nuevo nacimiento pero cuando me miré en el espejo, me dio asco. Mi pecho no se correspondían con mis expectativas y mi nuevo pene tenía síntomas de rechazo. No quiero ser un monstruo», concluyó.

El mismo oncólogo que el año pasado puso las inyecciones letales a unos gemelos asustados por quedarse ciegos, fue entonces el que le perpetró la eutanasia

SUFRIMIENTO INSOPORTABLE

El supervisor de la eutanasia de la mujer belga, el médico Wim Distelmans, declaró que

«la elección de Nathan Verhelst no tiene nada que ver con la fatiga con la vida. Hay otros factores que indicaban que se trataba de una situación incurable, un sufrimiento insoportable«.

Un sufrimiento insoportable que lleva a la eutanasia, dice el doctor,

«puede ser tanto físico como psicológico. Se trataba de un caso que responde perfectamente a las condiciones exigidas por la ley«. 

Antes de aprobar la eutanasia, Verhelst tomó seis meses de terapia psicológica, dijo el médico.

ABUSO DE DERECHO

El de Verhelst es el enésimo caso de eutanasia por causas discutibles en Bélgica y una demostración que la ley, que se ha ampliado para que todos puedan acceder, no sólo es para los que sufren de enfermedades incurables. 

El concepto de «sufrimiento insoportable«, de hecho, se considera subjetivo.

Ahora el Parlamento está considerando extender la «muerte dulce» a los niños, a pesar de la evidencia de que la ley es abusada todo el tiempo.

Además, en 2012 el país registró un número récord de casos: 1.432, un 25 por ciento más respecto al año anterior.

Fuentes: Tempi, Signos de estos Tiempos

 

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