La Virgen María se aparece en 1980 a Bernardo Martínez en un pueblito de Nicaragua, así como también un ángel.

La primera aparición fue el 8 de mayo.

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Las apariciones fueron reconocidas por el Obispo en 1982 y por la conferencia episcopal nicaragüense.
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Y el lugar de las apariciones es Santuario Nacional y fue indulgenciado durante el jubileo del año 2000.

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La HISTORIA NO CONTADA de las Apariciones de Cuapa en Nicaragua – Las persecuciones que sufrió el humilde sacristán que luego se convirtió en sacerdote…

La Virgen hizo solo 5 apariciones en un período especialmente conflictivo de Nicaragua.

San Francisco de Cuapa es un pequeño poblado en el departamento nicaragüense de Chontales, a 125 kms. al este de Managua, capital de la nación.

La palabra «Cuapa» se deriva de «coatl pan», que en el idioma indígena nahualt significa: “por encima de la serpiente”.

Al cristiano este nombre le hace pensar en la Inmaculada Concepción, patrona de Nicaragua, quien aplasta a la cabeza de la serpiente.

Bernardo Martínez nació en Cuapa, Nicaragua en 1931.

Su abuelita lo crío y educó cristianamente.

Era un campesino sencillo y humilde, piadoso y servicial, que le gustaba ayudar en la Iglesia como sacristán.

Desde muy niño Bernardo quiso ser sacerdote, pero no pudo lograrlo en su juventud.
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Después de las apariciones, por un regalo preciosísimo de la Santísima Virgen, Bernardo, a los 64 años de edad, es ordenado sacerdote en la Catedral de León, Nicaragua, en 1995.
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Muere como santo sacerdote en el año 2000 y se celebra la misa de resurrección en la misma catedral.

 

VICISITUDES DE BERNARDO

Bernardo contó al Sacerdote Jorge Rodríguez, en el Seminario donde esta recluido advirtiéndole que no podía revelar todo lo que le dijo MARÍA.
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Que cuando el Obispo de Juigalpa, Monseñor Pablo Antonio Vega, lo autorizó a revelar el milagro y muchedumbres de romeros empezaron a acudir a Cuapa.
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Y tres funcionarios del régimen sandinista lo fueron a ver, para ofrecerle, gratis, una hacienda de buenas tierras, con ganado.
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La condición: decir que La Virgen era sandinista.

bernardo y la virgen de cuapa

Bernardo les explicó que él no podía faltar a la verdad.

Ellos transaron, bastaría que omitiera que era antisandinista. Bernardo contestó: «Yo no puedo traicionarla».

Entonces, los diarios oficiales como Barricada y la televisión sandinista iniciaron una campaña acusándolo de loco, histérico y alucinado.

Una mujer llamada Sandra, comenzó a rondarlo y a susurrarle al oído concupiscencias así: «Quiero verte a medianoche».

Los fieles católicos que protegían a Bernardo descubrieron fotógrafos al acecho.

Una mañana la policía sandinista invadió su casa y trató de secuestrarlo. Pero los devotos que dormían en la casa de Bernardo, se les enfrentaron.

La Iglesia para resguardarlo, trajo a Bernardo al Seminario donde se dedicó a cuidar el jardín y deleitaba con sus relatos a los seminaristas.

 

LOS MENSAJES DE CUAPA

El mensaje de la Virgen de Cuapa, es profundamente bíblico y corresponde a la sana doctrina de la Iglesia.

Hagan la paz ustedes, si ustedes no la hacen no habrá paz.

El mensaje de Cuapa ayuda a profundizar la devoción a la Virgen María sobre un fundamento bíblico y cristológico, así como la entiende nuestra Madre Iglesia.

Los puntos principales del Mensaje son:

Recen el Santo Rosario, todos los días. En familia. A una hora tranquila. Meditando los misterios.
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Pidan fe, paciencia, fuerza para llevar la cruz.
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Remueven la devoción de los Primeros Sábados.
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Mediten en las Bienaventuranzas.
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Ámense unos a otros y perdónense.
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Hagan la paz ustedes; no se contenten con pedirla. Si ustedes no la hacen, no habrá paz.
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Platiquen entre ustedes; entiéndanse, y nunca vayan a la violencia.
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Nicaragua ha sufrido mucho, y seguirá sufriendo si ustedes no cambian.
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No se aflijan: Yo estoy con ustedes aunque no me vean. Una Madre no olvida nunca a sus hijos.
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Invóquenme con estas palabras: «SANTÍSIMA VIRGEN, vos sos mi Madre, la Madre de todos nosotros los pecadores.»

procesion virgen de cuapa 

 

LA IMAGEN DE LA VIRGEN SE ILUMINA

Las primeras señales de las apariciones empiezan a ocurrir el 15 de abril de 1980 en la iglesita de Cuapa donde Bernardo era sacristán.
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Al llegar él a la sacristía se encuentra la imagen de la Virgen toda iluminada.

El propio Bernardo relata:

«Pensé‚ que eran los muchachos que jugando en la plaza habían quebrado las tejas y así era que entraba claridad sobre la imagen.

Me acerque‚ para ver y vi que no había ningún agujero en el techo; salí para ver si por las ventanas entraba luz de afuera y no vi nada; volví cerca de la imagen a ver si le habían puesto un rosario fosforescente, mire‚ las manos, los pies, el cuello…

No era nada de eso. La luz no salía de ninguna cosa, la luz salía de ella. Con la iluminación que ella daba se podía caminar sin tropezar.

Y era de noche, casi las ocho de la noche porque había llegado tarde.»

Desde ese momento los milagros empiezan a ocurrir en el corazón del humilde campesino.

Él que antes tendía a la ira, según su propio testimonio, y peleaba con las personas cuando algo no estaba bien, ahora se quedaba callado.

 

PRIMERA APARICIÓN

La primera aparición ocurre el día 8 de mayo de 1980. Bernardo decidió irse a pescar al río, camino de regreso con su pesca, se recostó a un árbol a rezar.

A las tres de la tarde ve un relámpago y, sin saber de dónde venía, caminó unos seis pasos y vio otro relámpago, entonces empezó a ver la imagen de la Virgen de La Asunción, conocida en Nicaragua como la Purísima o la Inmaculada Concepción.

Bernardo cuenta que

«la nube era blanquísima… daba resplandor en toda dirección, rayos de luz como el sol.

Sobre la nube estaban los pies de una bellísima señora. Los pies los tenía descalzos.

El vestido era blanco y largo. Tenía una cinta celeste en la cintura. Manga larga.

La cubría un manto color crema pálido con bordados de oro en la orilla. Las manos tenía juntas sobre el pecho.»

Entonces le dije:

«¿Cómo se llama Usted?». Ella me contestó con una voz dulcísima que se llama María.

Vi cómo movía los labios. Entonces dije: ¡Es viva!. ¡Habló!. ¡Me ha contestado mi pregunta.

Le pregunto, entonces, que de dónde venía. Me dijo con misma dulzura:

«Vengo del cielo. Soy la madre de Jesús», y yo inmediatamente le pregunto -acordándome de lo que el sacerdote me había dicho

«¿Qué quiere?».

Ella respondió:

«Quiero que recen el Rosario todos los días”; “no quiero que lo recen solamente en el mes de Mayo.

Quiero que lo recen permanentemente, en familia… desde los niños que tengan uso de razón… que lo recen en una hora fija cuando ya no haya problemas con los quehaceres del hogar».

Ella me explicó que al Señor no le gustan las oraciones que hacemos a la ligera o mecánicamente.

Por eso nos recomienda el rezo del rosario con la lectura de las citas bíblicas y que pongamos en practica la palabra de Dios.

Y continuó diciendo:

«Ámense: Cumplan con sus deberes. Hagan la Paz.

No pidan la paz al Señor porque si ustedes no la hacen NO habrá paz»

Después me dijo:

«Renueva los cinco primeros sábados. Muchas gracias recibieron cuando ustedes lo hicieron».

Antes de la guerra nosotros lo hacíamos -nos confesábamos y comulgábamos cada primer sábado de mes- pero como Señor nos había librado de que hubiera derramamiento de sangre en Cuapa, ya no seguimos con esta práctica.

Después dijo:

«Nicaragua ha sufrido mucho desde el terremoto.
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Está amenazada a sufrir más todavía.
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Seguirán sufriendo si ustedes no cambian.
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Y después en breve pausa me dijo:
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«Reza, ¡Hijo mío, el Rosario por todo el mundo.
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Dile a creyentes y a no creyentes que al mundo lo acechan graves peligros.
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Pido al Señor que aplaque su justicia; pero, si ustedes no cambian, abreviarán la venida de la Tercera Guerra Mundial».

Después de decir estas palabras yo comprendí que tenía que decirlo a la gente y le dije:

«Señora, yo no quiero problemas tengo muchísimos en la Iglesia. Dígaselo a otra persona.»

Entonces me dijo Ella:

«No, porque el Señor te ha escogido a vos para que des el mensaje».

Bernardo prefirió guardar todo en secreto. A los ocho días cuando iba en busca de una ternera, buscó otro camino que no fuera el de la aparición.

Después de caminar un rato, vio un relámpago y sintió el gozo de la primera vez; luego vino otro relámpago y enseguida vio a la Virgen.

Ella le dijo en tono amable pero de reclamo:

«¿Por qué no has dicho lo que te mandé a que dijeras?».

Y Bernardo respondió:

«Es que tengo miedo. Tengo miedo de que se burlen de mí».

Y entonces la Virgen le dijo:

«No tengas miedo. Yo te voy a ayudar; dile al sacerdote». Hubo otro relámpago y luego desapareció.

santuario de cuapa 

 

SEGUNDA APARICIÓN

El 8 de junio Bernardo fue al lugar de las apariciones, más no sucedió nada. Pero a la noche tuvo un sueño en el que vio a la Virgen en el lugar de las apariciones.

Cuenta Bernardo que:

Era como de día. Yo estaba en el lugar donde la vi por primera vez. Recé el rosario.

Al terminar vi de nuevo los dos relámpagos y ella se presentó.

En el sueño, yo le dije: «Que quieres, madre mía?».

Y después yo le dije algunos pedidos que tenía, porque ya la gente me encargaba cosas.

Me contestó diciendo: «Unas se van a realizar, otras no».

Luego ella le señaló una zona del cielo y allí apareció, como en cine, una multitud de personas con vestidos hermosísimos.

Él lo describe así:

«Miré un grupo de personas, que, vestidas de blanco caminaban hacia donde sale el sol.
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Cantaban. Los oía, pero no entendía las palabras. Tenían un gozo que yo jamás había visto».
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Luego apareció otro grupo, y la Virgen me dijo:
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«Mira. Éstas son las primeras comunidades cuando empezó el cristianismo.
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Son los primeros catecúmenos. Muchos de ellos fueron mártires.
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¿Quieren ustedes ser mártires?. ¿Te gustaría a vos ser mártir?».

Bernardo sigue relatando: «Yo no sabía lo que esto significaba pero le dije que sí.

Después vi otro grupo, vestido de blanco con rosarios luminosos en las manos. Se les veía en oración, rezaban el Padrenuestro y diez Avemarías. Yo rezaba con ellos.

Después vi un tercer grupo, todos vestidos de color café». Luego de haber rezado me dijo la Señora: «Estos recibieron el rosario de mano de los primeros.»

Vino un cuarto grupo, pero estos venían vestidos como nosotros vestimos. Sentí de pronto que podía entrar en este grupo, porque vestían como yo.

Pero me miré las manos y me las vi negras, ellos, en cambio, como los anteriores despedían luz.

Entonces dije: «Señora con estos me voy porque están vestidos como yo».

Ella me dijo: «No, todavía te falta, tienes que decir a la gente lo que has visto y oído.

Te he mostrado la gloria del Señor, y esto van a adquirir ustedes si obedecen al Señor, la palabra del Señor, si perseveran en el rezo del Santo Rosario y ponen en práctica la palabra del Señor».

 

TERCERA APARICIÓN

Para la aparición que correspondía al 8 de julio la Virgen no vino al lugar de las apariciones, sino que Bernardo tuvo un sueño que tiene que ver con las peticiones y encargos que la gente le hacía.
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En el sueño, Bernardo ve a un ángel y éste le dice que la oración que había él hecho, en el lugar de la aparición y donde la Virgen no llegó, había sido escuchada.

Entre las peticiones de mucha gente, se encontraba la de una señora que tenía un hermano preso, acusado injustamente; y el ángel trajo un mensaje para ellos.

El ángel dijo:

«Ve y dile a la hermana que el preso está muy triste; que le aconseje que no firme un documento; que lo van a presionar para que lo firme haciéndose responsable de un dinero; él es inocente.

Que ella no se aflija, que va a poder hablar con él a solas, que la van a tratar con amabilidad.

Que vaya el lunes al comando de Juigalpa a dar todos los pasos para sacarlo, porque ese día lo van a dar.

Que lleve mil córdobas porque le van a cobrar la multa».

También le dijo al ángel que tenía dos recomendaciones para la Santísima Virgen de una prima y «le dije que se trataba de problemas en el hogar por el vicio del papá y del hermano y de problemas en el trabajo».

No entró en más detalles.

El ángel le contestó diciendo: «Que las personas que los rodean tengan paciencia con ellos, que no les reclamen nada cuando ellos están ebrios».

Después añadió: «Ve y dile a ellos que no sigan con ese vicio, que lo hagan poco a poco y que así se irá quitando el deseo».

Luego le dijo que a su primo le avisara que le iban a robar, le iban a asaltar, le iban a tirar en un pie hiriéndole el talón izquierdo y que más tarde, lo iban a matar,

Entonces al oír esto, se asustó tanto que le dijo al ángel:

«¿No se revocará a esa sentencia contra mi primo rezando muchos rosarios?».

El contestó: «No. De eso va a morir, pero se le puede prolongar la vida si él toma los consejos».

Luego añadió para su prima: «Que no tenga miedo. Que se mantenga firme donde está.

Que no abandone el trabajo porque como profesora que tiene fe en el Señor puede hacer mucho bien a los hombres».

Y continuó diciendo: «No den la espalda a los problemas y no maldigan a nadie».

Bernardo, despierto del sueño, hizo lo que el ángel mandó. Todo salió como el ángel había dicho.

fiesta en santuario de cuapa 

 

CUARTA APARICIÓN

En agosto no hubo aparición, sino hasta el mes de septiembre.

Bernardo fue acompañado de mucha gente, al lugar de la aparición; y como era costumbre, al segundo relámpago veía a la Señora, solo que esta vez la vio como niña.

Bernardo la describió así:
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«Ella era bellísima, pero niña. Era pequeña, vestía una túnica color crema pálido.
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No tenía velo, ni corona, ni manto. Ningún adorno, ni bordado.
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El vestido era largo, manga larga y estaba ceñido con un cordón rozado a la cintura.
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El cabello le caía a los hombros y era color café. Los ojos también, aunque más claros, casi color miel. T
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oda ella irradiaba luz. Se parecía a la Señora, pero era una niña. Era como una niña de ocho años».

Cuando le habló, le dio el mensaje diciendo: «Quiero que recen el rosario, todos los días.

No quiero que lo recen solamente el mes de mayo»…

Entonces Bernardo le dijo: «Déjate ver para que todo el mundo crea.

Estas personas que están aquí quieren conocerte», pero después de escucharme me dijo: «No. Basta con que vos les des el mensaje porque el que no va a creer aunque me mire no creerá».

Entonces yo ya no insistí más con Ella de que se dejara ver, sino que le hablé del templo que la gente quería hacer en honor a Ella.

El Padre Domingo nos dijo que eso no lo podía decidir él, que se lo dijéramos a la Santísima Virgen.

Así fue cómo yo le hice esta pregunta. Porque un señor de Matagalpa nos había dado ya C$80.00 cordobas para este fin.

Ella me contesta diciendo: «No. El Señor no quiere templos materiales. Quiere los templos vivos que son ustedes.

Restauren el sagrado templo del Señor. En ustedes tiene el Señor todas sus complacencias».

Y continuo diciendo: «Ámense. Ámense unos a otros. Perdónense. Hagan la paz. No la pidan solo. Háganla!».

Yo le dije pegunté que hacía con los C$80.00 córdobas que tenia en las manos. Pensaba yo si debía devolverlos.

Me dijo que los diera para la construcción de la capilla de Cuapa. Y añadió:

«De hoy en adelante no tomes ni un centavo para ninguna cosa». Después me dijo que no dijera «iglesia» a lo material porque la iglesia y los templos somos nosotros; que esas son capillas o casas de oración.

Yo había pensado preguntado mi duda porque no sabia si seguir o no en el catecumenado. Lo hice para ver que‚ me aconsejaba.

Ella me dijo: «No. No salgas. Siempre sigue firme en el catecumenado.

Poco a poco vas a comprender todo lo que significa el catecumenado. E

n comunidad mediten las Bienaventuranzas alejados del bullicio».

Después añadió: «No voy a volver el 8 de octubre, sino el 13». Y la nube la elevo.

 

QUINTA APARICIÓN

Eran las 3 de la tarde del 13 de octubre cuando de pronto se formo un gran circulo luminoso en la tierra.
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Todos sin excepción alguna, lo vieron; como un solo rayo que caía y marcaba este circulo luminoso en el suelo.
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La luz venia de arriba. Baje la vista y vi a la Señora.
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Esta vez la nube estaba sobre las flores que habíamos llevado y sobre la nube los pies de la Señora. ¡Bellisima!.
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Ella extendió las manos y nos llegaron rayos de luz a todos.
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Yo al ver a la Señora así con sus brazos extendidos dije a la gente: «Mirenla! Ahi esta !».

santuario de la virgen de cuapa

Dijo Ella: «No. No todos pueden verme».

Yo dije de nuevo a la gente: «La Señora esta en el montón de piedras sobre las flores».

Entonces dije a la Señora: «Señora, que te miren para que crean! porque muchos no creen.

Me dicen que a mi se me aparece el Diablo. Y que la virgen esta muerta y hecha polvo como cualquier mortal. Que te vean, Señora!».

Ella no me contestó nada. Se llevó las manos al pecho en actitud como la Imagen de la Dolorosa y como esa Imagen puso el rostro pálido, el manto cambio a un color gris, puso el rostro triste y lloro.

Yo también lloré. Yo temblaba al verla as y le dije: «Señora, Perdóneme por lo que le he dicho!.Yo soy culpable!. ¡Perdoneme!.»

Entonces me contesto diciendo: «Yo no estoy enojada ni me enojo».

Le pregunte‚ yo: «Y por que llora?. La veo llorando.»

Ella me dijo: «Me da tristeza la dureza del corazón de esas personas. Pero vos tenes que hacer oración por ellas para que cambien».

Mientras yo continuaba llorando, Ella dio el mensaje: «Recen el Rosario, mediten los misterios.

Escuchen la palabra de Dios en ellos dicha. Ámense. Ámense unos a otros. Perdónense.

Hagan la paz. No pidan la paz sin hacerla porque si no la hacen no sirve para nada el que la pidan.

Cumplan con sus deberes. Pongan en practica la palabra del Señor. Busquen ser agradables a Dios. Sirvan al prójimo que así le agradan».

Cuando termino de dar el mensaje, yo me acorde de las recomendaciones de las personas de Cuapa.

Le dije: «Señora, tengo muchas recomendaciones. Usted, Señora, las sabe todas».

Entonces, me dijo ella: «Me piden cosas sin importancia. Pidan fe para tener fuerza para llevar cada uno su cruz.

Los sufrimientos de este mundo no se les pueden quitar. Los sufrimientos es la cruz que ustedes tienen que llevar.

La vida así es. Hay problemas con el marido, con la esposa, con los hijos, con los hermanos.

Hablen, platiquen para que resuelvan los problemas en paz. No vayan a la violencia. Nunca vayan a la violencia. Pidan fe para tener paciencia».

Después me dijo: «Ya no me veras mas en este lugar».

Yo pensé que definitivamente no la vería mas y me puse a gritar: «¡No nos dejes, Madre mía!».

Entonces me dijo: «No se aflijan. Yo estoy con ustedes aunque no me miren. Soy la Madre de todos ustedes, pecadores. Ámense unos a otros. Pendonéense.

Hagan la paz porque si ustedes no la hacen no habrá paz. No vayan a la violencia. No vayan nunca a la violencia.

Nicaragua ha sufrido mucho desde el terremoto y seguirá sufriendo si ustedes no cambian. Si ustedes no cambian abreviaran la venida de la tercera guerra mundial. Reza, reza, hijo mío, por todo el mundo. Al mundo lo acechan graves peligros.

Una madre no olvida nunca a sus hijos. Y yo no he olvidado lo que ustedes sufren.

Soy la Madre de todos ustedes, pecadores. Invóquenme con estas palabras: Santísima Virgen, vos sos mi Madre, La Madre de todos nosotros pecadores».

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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