La Virgen de Itatí que se venera en Villa Ansina de Uruguay.

Tiene su origen devocional en las Misiones, y su centro actual de devoción en la Provincia de Corrientes en Argentina.

Llegó a Uruguay traída por los indios guaraníes.

Y en ambos lugares, Villa Ansina y Corrientes, las devoción está custodiada por la congregación de San Luis Orione.

cara imagen itati ansina

Villa Ansina (ex Paso del Borracho) se ubica en la margen izquierda del Río Tacuarembó grande, sobre ruta 26, en el departamento de Tacuarembó.
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Que se encuentra en el centro geográfico del pequeño Uruguay.

Según Wikipedia,

Villa Ansina o simplemente Ansina es una localidad del departamento de Tacuarembó en Uruguay.

La localidad se ubica al este de la capital del departamento de Tacuarembó, sobre las costas del Río Tacuarembó.

Aproximadamente 50 km la separan de la capital departamental Tacuarembó. Su población no alcanza los 3.000 habitantes.

El nombre de la localidad homenajea a un fiel servidor de José Artigas. Ansina habría sido en realidad el soldado Manuel Antonio Ledesma o bien otro soldado y poeta llamado Joaquín Lencina.

Tras la derrota artiguista de 1820 el antiguo esclavo negro prometió acompañar a su jefe “hasta el fin del mundo”. Murió en el exilio paraguayo.

 

HISTORIA DE LA VIRGEN DE ITATÍ DE CORRIENTES

Todo comenzó en la desembocadura del arroyo Yaguarí, que en guaraní significa «arroyo de las fieras», sobre la margen izquierda del Río Paraná, a unos seis kilómetros del actual pueblo Itatí, en la provincia argentina de Corrientes.

Allí estaba ubicada la aldea precolombina de aborígenes guaraníes, llamada Yaguarí, cuyo jefe era el Cacique Yaguarón.

Ver aquí y aquí sobre la original Virgen de Itatí.

En marzo de 1528, llega al lugar el Padre Francisco García, que era capellán de la tripulación de Sebastián Gaboto, quien le dio a esa población el nombre de Santa Ana.
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Luego, mediante la obra evangelizadora de los Padres Franciscanos, comenzó y se desarrolló el culto a una imagen de la Inmaculada Concepción.
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La reiterada aparición de esta misma imagen en «Itatí», que significa punta de piedra, hizo que los pobladores del Yaguarí se trasladaran a ese lugar.

Con los guaraníes del Yaguarí y con otras seiscientas familias que trajo el santo mártir Roque González de Santa Cruz, Fray Luis de Bolaños, fundó el 7 de diciembre de 1615, el Pueblo de los Indios de la Pura y Limpia Concepción de Itatí.

estatua virgen-itati ansina

Estos eximios misioneros de las playas del Paraná y del Uruguay, atraían a los indios con la predicación de los beneficios espléndidos de la tierna Madre de la Civilización Cristiana.

Sus palabras eran cántico a María de prodigiosa dulzura en los oídos del salvaje e irresistible moralización de sus costumbres.

El Padre Fray Luis de Bolaños: Fue uno de los primeros evangelizadores que pisó tierra Oriental siendo diácono en 1574. Había nacido en Andalucía – España, en 1549.

Fue enviado entre los misioneros que se comenzaban a enviar a las Indias, descubiertas por Colón.
Se ordenó de Sacerdote en Asunción, cuando tenía 36 años.

A partir de entonces se dedicó apasionadamente a las famosas reducciones.

Traduce el Catecismo de Lima al guaraní y compagina la gramática guaraní. Siembra reducciones y pueblos en la cuenca del Paraná hasta muy arriba del Brasil, en el Paraguay actual, en la parte norte de Corrientes y todo Misiones.

Muere en Buenos Aires el 11 de octubre de 1629, reconocido como el gran apóstol de la Cuenca del Plata.

El Padre Roque González de Santa Cruz: Nació en 1576 en Asunción del Paraguay.

Allí mismo llevó a cabo sus estudios siendo ordenado sacerdote a los 22 años en 1598.

En 1609, renunciando a ser rector de la Catedral de Asunción y Vicario de la Diócesis, pide entrar en la Compañía de Jesús.

Como misionero jesuita funda muchos pueblos a los que pone bajo la protección de María Santísima a la que el llamaba «LA CONQUISTADORA».

El 17 de noviembre de 1628, mientras estaba levantando las campanas para la fundación de un nuevo pueblo, fue cruelmente asesinado.

Luego de muerto un indio le sacó el corazón y lo tiró a las llamas. ¡No se quemó!.

Ese corazón  se guarda en una urna de cristal en la ciudad de Asunción.

Junto a Alonso Rodríguez y Juan del Castillo, se los considera como los primeros mártires rioplatenses.  

 

LA VIRGEN DE ITATÍ EN TACUAREMBÓ

Con los guaraníes misioneros llegó a Tacuarembó la Virgen de Itatí.

El primer testimonio que encontramos es del Padre Jaime Ros:

«El General Fructuoso Rivera, llevaba en su ejército una pequeña imagen de dicha Virgen que quedó en posesión de una humilde familia…». 

Otro testimonio es el de Ramón González:

«¿Cómo vino a Tacuarembó la Virgen de Itatí, la Virgen Misionera?.

Vamos a decirlo: después de la reconquista de los pueblos de Misiones, situados en la margen izquierda del Río Uruguay, el General Fructuoso Rivera, al verse obligado a retirarse de allí, en cumplimiento del tratado celebrado entre nuestro Gobierno y el Gobierno Brasileño, se trajo consigo a todas las familias misioneras de las poblaciones conquistadas, estableciéndose cerca de la barra del Río Cuareim, donde fundó la Colonia Bella Unión.

Producidas en el año 1832, la sublevación de la Colonia, ésta fue arrasada y sus componentes dispersos en todas direcciones. 

Uno de estos componentes, Doña Brígida Albano, bisabuela de Anastasia Zanit, fue quien trajo a Tacuarembó a la Virgencita de Itatí».

ns de itatai villa ansina

Estos testimonios coinciden con lo sucedido en 1828 y que el profesor Oscar Padrón Favre define como «el gran éxodo guaraní-misionero», con el que entraron al territorio oriental entre 3000 y 8000 personas (según distintos testimonios) de origen guaraní misionero en su gran mayoría.

Este éxodo se produjo porque, después que el Gral. Rivera conquistó los pueblos de las Misiones y declaró su independencia y su unión a las Provincias Unidas del Río de la Plata, se firma la Convención Preliminar de Paz a espaldas de los intereses y opinión de los orientales.

Este documento en el art. 12 disponía el abandono por parte del Ejército del Norte de los territorios de las Misiones.

Esta noticia causó honda impresión y desazón en el pueblo misionero.

Es entonces, que previendo las represalias que contra ellos cometerían los imperiales brasileños al hacerse nuevamente del territorio, los indígenas, a semejanza del Pueblo Oriental en 1811, deciden ponerse bajo la protección de Rivera y su ejército, emigrando hacia el naciente Estado Oriental.

Se trató de la población misionera que aún habitaba los siete pueblos de las Misiones Orientales: San Borja, San Luis, San Juan, San Miguel, Santo Angel, San Lorenzo y San Nicolás.

A estos se les unió la población de otros cuatro pueblos ubicados al occidente del Uruguay: Yapeyú, Santo Tomé, La Cruz y Corpus.

Según las investigaciones realizadas por el profesor Ernesto Michoelsson, en 1833 ya encontramos afincados con chacras en los alrededores de San Fructuoso a los Guaraníes Manuel Cairé, Félix Arayé y Lorenzo Pani.

La marcha de los guaraníes durante su éxodo hacia el sur fue como una gran «procesión presidida por los ancianos que llevaban los santos principales».
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Entre estos Santos principales o patronos estaba la Pura y Limpia Concepción de Itatí, que fue venerada en Tacuarembó.

El Padre Jaime Ros dejó un valioso testimonio del culto que recibió:

«Los que peinamos canas podemos certificar que esta imagen era popular en nuestra campaña y que era reclamada frecuentemente para ser velada en distintos hogares.

Donde cubierta de cintas y circuida de luces y flores se le hacía presidir las fiestas organizadas en su obsequio, que terminaban generalmente en baile a la usanza prístina».

También Ramón González fue testigo de dicho culto:

«¡Virgen de Itatí!, cuántos recuerdos trae a mi memoria la evocación de tu santo nombre.

Virgencita de Itatí, Virgencita India, Virgencita Alegre, la de nuestros años mozos, que contemplaste con íntimo placer muchos de nuestros bailes bullangueros y nuestros alegres juegos de prendas, en tanto te velábamos…

Era costumbre antiguamente y no sé si aún subsiste que cuando la gente moza se quería divertir, se buscaba el pretexto de la Virgen de Itatí.

Se la iba a buscar y se organizaba un velorio en alguno de los ranchos de los alrededores del pueblo, en los cuales so pretexto de velar a la Virgen de Itatí, se bailaba o se jugaba a las prendas o alguna cosa por el estilo».

En el testimonio de un anciano (Pedro García) recogido por el profesor Padrón Favre, aparece nuevamente la costumbre guaraní de «velar a los santos»:

«reiteró que donde vivía, en Tacuarembó, vivían muchos misioneros, ellos mismos se decían misioneros… eran muy religiosos, siempre rezaban antes de dormir, tenían el velatorio de los santos, para ello se iban turnando, una vez en una casa, otra vez en otra».

 

DON ORIONE Y LA VIRGEN DE ITATÍ

Don Luis Orione nació el 23 de junio de 1872 en un pueblo de Italia llamado Pontecurone.

Impulsado por el amor de Cristo y de los hermanos más necesitados fundó la Congregación «PEQUEÑA OBRA DE LA DIVINA PROVIDENCIA», más conocida como OBRA DON ORIONE. Murió el 12 de marzo de 1940 en San Remo, Italia.

Actualmente la Obra Don Orione está formada por los Hijos de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.

templo de villa ansina

Fueron las Hermanas las que llegaron primero a Tacuarembó donde fundaron en 1991, el Hogar Jesús Misericordioso.

El 6 de marzo de 1998, llegaron a Tacuarembó dos religiosos de la Obra Don Orione: el Padre Miguel Berriel y el Hermano Roberto Vera, con la misión de fundar una nueva comunidad.

El Obispo los recibió en su casa, mientras elegían el lugar para la nueva fundación.

De esta manera se ponen en contacto con la realidad de la Diócesis y con su historia.

Entonces, con muchísimo asombro y alegría, descubren la hermosa historia de la presencia de la Virgencita de Itatí e estas tierras.

Lo que sucede es que el mismo Don Orione durante su estadía en Argentina, se hizo cargo del Santuario de la Virgen de Itatí en la Providencia de Corrientes.

El 8 de agosto de 1935, Don Orione le escribe desde Buenos Aires a su estrecho colaborador en Italia, Don Sterpi, comunicándole la noticia:

«Como ya te lo había contado he aceptado, por pedido del Nuncio Apostólico, uno de los cinco Santuarios Marianos más importantes de la Argentina, en los confines de la República frente a Paraguay.

Se trata de la Virgen de Itatí venerada desde 1600. Voy a visitarlo. Se necesitan cuatro días para llegar, tres por tierra y uno por río.

Lo acepté enseguida con mucho gusto porque es un Santuario de María Santísima».

El 22 de junio de 1937 Don Orione se encuentra navegando por el Río Paraná hacia Itatí.
El 24 del mismo mes a bordo del Vapor General Artigas escribe:

«En viaje al Chaco y a Itatí.
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Como pueden ver, tengo el gusto de escribirles mientras viajo por el Paraná, para saludarlos – quizás por última vez en mi vida – a esos hermanos queridos que trabajan para defender y salvaguardar nuestra fe.
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Son los que están más lejos de Buenos Aires, en el centro del Chaco y en Itatí, en el límite de la Argentina, frente al Paraguay».

Don Orione llegó a Itatí el 27 de junio, desde entonces sus hijos son los custodios de la Virgencita de Itatí.

Ahora se entiende por qué los religiosos de la Obra Don Orione, que el 12 de julio de 1998 pusieron sus tiendas en Villa Ansina, se alegraron tanto con el Providencial hallazgo.

Por esta razón, como en Itatí, también en Ansina, ellos son los custodios de esta Virgencita y de su historia.

 

LA IMAGEN

La réplica de la Virgencita de Itatí que está en Villa Ansina, como la original de Corrientes, tiene los gestos y los símbolos de la Inmaculada Concepción.

La contemplamos sin el niño en los brazos, con las manos juntas sobre el corazón en actitud de recogimiento, expresión de la unidad de la persona.

En esta imagen hay algo especial en su ropa.

La antiquísima tradición de vestirla con trajes de tela expresa la convicción de que María es una persona viviente representada en una imagen.

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El vestido blanco simboliza su virginidad y su pureza.
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El manto azul, que es el color del cielo, simboliza su elección para ser Madre del Hijo de Dios.
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La mantilla de encaje sobre la cabeza simboliza al Espíritu Santo que la cubrió con su sombra en el momento de la Encarnación.
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La corona de plata que ciñe su cabeza hacen de ella una Reina, aquella que recibe parte de la soberanía absoluta y única del Rey de Reyes y Señor de Señores: Jesucristo.
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Las estrellas que rodean la corona la identifican con la mujer del Apocalipsis que apareció en el cielo coronada por doce estrellas que representan a los doce apóstoles.

 

CAMBIO DE TRAJE

Una antigua tradición, que combina costumbres y creencias guaraníticas y españolas, consiste en vestir a las imágenes con trajes de tela y cambiárselos cada tanto.
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Esto ha sucedido con la imagen de Nuestra Señora de Itatí de Corrientes y que nosotros hemos retomado aquí en Villa Ansina.

La imagen de la Virgen representa a la persona, la hace presente.

Y como la Virgen María es una persona viviente a ninguno se nos ocurre pensarla muerte.

¡Ella está viva! ¡Ella esta asunta al Cielo! ¡Ella está resucitada!

La vieja costumbre de vestir su imagen encaja perfectamente en esa convicción de la fe de nuestro pueblo: ¡Ella está viva e intercede por nosotros!

El cambio del traje de la imagen de Nuestra Señora de Itatí quiere significar el cambio por el que todos tenemos que pasar para lograr ser como Jesús.

procesion de la virgen de itati ansina

 

FIESTA GAUCHA DE ITATÍ

El segundo fin de semana se realiza la Fiesta que combina la tradición gauchesca con el fervor por la Virgencita del pueblo sencillo. Es uno de los mas importantes jalones del

Así lo comenta el párroco:

«Villa Ansina se transforma al son de la música y la danza, los ritos y simbolismos, la comida, la religiosidad popular, el comercio, las artesanías, las aparcerías, la procesión con caballos, las destrezas criollas, la influencia de los afrodescendientes, el encuentro humano de todas las edades y, en definitiva, la fiesta».

Chamamé, jineteadas, procesiones y candombe acompañan a la Virgen de Itatí en su gran Fiesta Gaucha en Villa Ansina en Uruguay

Es una fiesta muy especial que mezcla lo folclórico, lo gauchesco y lo religioso, son tres días con actividades de campo, de espectáculos, donde los artesanos exponen.

Además tiene el ingrediente de la misa Gaucha.

Suele comenzar el primer día con la Solemne Misa y con la “Caminata hacia la Virgen de Itatí”.

Se trata de una peregrinación que recorre los 50 Km. que une la ciudad de Tacuarembó con Villa Ansina, donde se desarrolla la Fiesta. 

Por la noche, en Villa Ansina, tiene lugar una Peña y un festival de danzas folclóricas.

El sábado a las 6 hs se da la bienvenida a los peregrinos que partieron en la tardecita anterior desde la ciudad de Tacuarembó.

A la tardecita tiene lugar la celebración del Santo Bautismo y por la noche sigue la peña folclórica.

A la medianoche se realiza la ceremonia del cambio de traje de la imagen de la Virgen de Itatí. La fiesta de ese día culminará con un baile social.

Los festejos del domingo comienzan con la celebración de la Solemne Misa Gaucha presidida por el Obispo.

En el marco de la Eucaristía de la fiesta del 2010, se bendijo la imagen de San Baltasar, que presidió los  festejos del 6 de enero de 2011.

La devoción a San Baltasar tiene su origen en las comunidades de esclavos traídos a Montevideo desde África en época colonial.

Una imagen de este Rey Mago fue venerada por los soldados negros que acompañaron a Artigas en el exilio del Paraguay (1820) y que actualmente se encuentra en  la comunidad de Kamba Kua (“cueva de los negros” en guaraní). 

Ansina y Artigas ciertamente veneraron a San Baltasar.

Por esto, al recuperar la devoción a San Baltasar, se hace un significativo aporte a la cultura afro y se refuerza aun más la memoria de Ansina.

Luego tiene lugar el desfile de caballería gaucha, y se premia a la mejor Aparcería.

Por la tarde, se realizan las jineteadas en el ruedo. La fiesta culminará con la peña folclórica.

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ORACIÓN A LA VIRGEN DE ITATÍ

Tiernísima Madre de Dios y de los hombres,
que bajo la advocación de la
Pura y Limpia Concepción de
Nuestra Señora de Itatí,
hace casi dos siglos llegaste
a Tacuarembó,
traída por las familias
guaraníes misioneras
que se instalaron en nuestra campaña,
donde fuiste venerada como
Virgen de las fiestas,
manteniendo así la esperanza
de que llegarían tiempos mejores
para los pobres e infelices.
No deseches ahora las
súplicas de este tu hijo/a
que humildemente recurre a ti.
Atiende a mis necesidades,
que tu mejor que yo, las conoces.
Y, sobre todo, Madre india y gaucha,
concédeme un gran amor a tu
Misericordioso Hijo Jesús
y un corazón puro, humilde y prudente,
paciencia en la vida,
fortaleza en las tentaciones
y consuelo en la muerte.
Así sea.

 

CONSAGRACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE ITATÍ

María Santísima, que en tu querida imagen de Nuestra Señora de Itatí,
distribuyes innumerables beneficios sobre todos los que te veneran con fe,
yo…………………., si bien no merezco pertenecer al número de tus hijos e hijas, deseo participar de los beneficios de tu misericordia.

Por eso, postrado a tus pies, te consagro mi entendimiento para que siempre piense en el amor que mereces.
Te consagro mi lengua para que siempre te alabe y propague tu devoción.
Te consagro mi corazón para que pueda amar y servir a tu Hijo Jesús en los más pobres e infelices.

Madre buena, recíbeme, dentro del grupo dichoso de tus hijos e hijas.
Protégeme bajo tu manto.
Socórreme en todas mis necesidades espirituales y temporales.
Bendíceme con tu poderosa intercesión.
Fortaléceme en mis debilidades de modo que, sirviéndote fielmente en esta vida, pueda alabarte, amarte y darte gracias en el cielo por toda la eternidad.
Así Sea.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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