En la Gruta de Choya, en Catamarca, fue encontrada la Imagen de la Virgen del Valle.
Fue entre 1618 y 1620, en poder de unos indígenas a quien veneraban.
Esa imagen fue sacada de la gruta pero siempre volvía misteriosamente.
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Luego se construyó una de las Basílicas más importantes de Argentina, arraigándose fuertemente las peregrinaciones y la difusión de sus milagros.
La Gruta, está enclavada en el faldeo del Ambato, cadena montañosa ubicada al oeste de la Capital de la provincia de Catamarca.
El pueblo de Choya al que se hace mención en los antiguos documentos estaba situado a 1 km del actual homónimo.
Desde el centro de la ciudad, luego de cruzar 7 kilómetros hacia el noroeste se llega a este histórico lugar.
La Virgen del Valle de Catamarca en Argentina es Patrona Nacional del Turismo, Patrona Nacional del Paracaidismo, Patrona del Noroeste Argentino, Patrona de Catamarca.
COMO ENCONTRARON LOS ESPAÑOLES A NUESTRA SEÑORA
Un indio, de los jornalizados al servicio del vizcaíno Don Manuel de Salazar, Comisario de los Nativos y Juez para los españoles, en el silencio de la tarde percibe voces apagadas y un rumor de pisadas en la arena movediza y cálida de la estrecha quebrada que corría en la hondonada.
Allí ve aproximarse y luego pasar un reducido grupo de indiecitas. Caminaban recelosas como temiendo que alguien las sorprendiera. Iban conversando mitad kakan, mitad castellano.
El indio no pudo comprender lo que decían pero algo muy importante y vio que llevaban lamparillas listas para ser encendidas y algunas vistosas y fragantes flores de la montaña.
Al despuntar el alba del día siguiente, retornó a sus tareas y lo visto la tarde anterior volvió a preocuparlo por lo que regresó afanoso hacia aquellos parajes. Pronto dio con las huellas.
Unas pocas, frescas; las más, ya de cierto tiempo.
Contando desde el pueblo de Choya, habría caminado unos cinco kilómetros, remontó la quebrada como unas quince cuadras, cuando de pronto apareció, en una pendiente muy inclinada y a unos siete metros de altura, un nicho de piedra bastante disimulado entre garabatos y chaguares pero al que podía llegar con relativa facilidad.
Hacía aquel lugar se dirigía el frecuentado sendero.
Lleno de asombro continuó investigando y vio cómo, al pie del nicho y su pendiente, había ramas quebradas y hasta espacios bien talados donde evidentemente habían encendido fogatas e incluso bailado sus hermanos las tradicionales danzas tribales.
Allá al fondo de la gruta se descubría una Imagen de la Santísima Virgen María, era pequeñita, pero muy linda, era como algunas que había visto en casas de los españoles.
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Esta era de rostro morenito y tenía las manos juntas.
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Cerca de la Imagen, se advertían muchas candilejas todas apagadas y algunas semiocultas por la abundante y fina arena que el viento iba juntando entre las piedras.
De esto, pasaron seguramente algunas semanas, quizá hasta meses, cuando el indio seguro ya de su descubrimiento, se determinó a dar cuenta del mismo a su amo.
Un día se le acercó y le narró todo.
SALAZAR LLEVA LA IMAGEN A SU CASA Y ÉSTA VUELVE A LA GRUTA
¿Cómo había ido a parar en aquellos lugares una imagen de la Virgen María?
Salazar decidió cerciorarse personalmente de la veracidad de aquel extraño relato, yendo al lugar descrito por el indio.
Se dirige con el nativo al lugar y nicho mencionados.
Llegó hacia el anochecer con el fin de sorprenderlos en lo que él imaginaba, desenfreno y desorden.
Nada de eso. Sí un silencio expectante y completo y verdadero recogimiento.
Al llegar el Administrador del Valle, trepa con el indio hasta la entrada de la gruta, y la encuentra tal cual su servidor se la había descrito.
No cabía duda; era la Imagen de la Reina del Cielo, soberana en su advocación de la Pura y Limpia Concepción.
De inmediato dispone no dejar un momento más la Imagen en aquella agreste y desolada cueva.
Y del modo más amable pero firme manifiesta a los presentes que la llevará consigo a sus “heredades” de Motimo.
Los indios comienzan a expresar quedadamente su descontento y dicen a media voz:
“Si es nuestra, nosotros la queremos. Ella nos cuida, siempre nos defiende”, Salazar insiste en su determinación y allí mismo, tomándola delicadamente en sus manos, la lleva reverente a su casa.
Salazar le construye una humilde repisa donde la ubica, quedando a buen recaudo. Los miembros de la familia y sus allegados rivalizarían con Don Manuel en adornarla con hermosas flores, sin descuidar los cirios encendidos al caer de la tarde de los sábados, cuando reunidos todos rezarían devotos el Santo Rosario.
Al amanecer de un día de tantos, como acostumbraba hacerlo, antes de comenzar sus faenas, se llega a visitar a la “Madrecita Morena” que reinaba en su casa desde una repisa.
Pero no la encuentra. Al preguntarle a su esposa, Beatriz, tampoco sabe cosa alguna.
La noche anterior (asegura) estaba la imagen en su repisa y no sabía que hubiera entrado persona alguna a la casa.
¿Estaría de nuevo en su gruta?. ¿Porqué no buscarla allí? ¿A lo mejor, algún indio audaz habría entrado de noche a su casa, llevándosela a pedido de los nativos pobladores de Choya?
Se dirige a la gruta y llegando al lugar trepa decididamente hasta el mismo sitio del que sacara la imagen… y ¡Oh prodigio!.
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Allí estaba, tal cual la viera la primera vez. Pero ahora sin flores, ni cirios.
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No había signo alguno, ni rastros de pisadas humanas que dijeran que alguien hubiera estado allí antes que él.
Llegado a la población y a la casa, la coloca en su sitio; y día y noche multiplica la vigilancia.
Pero todo fue inútil. Varias veces tuvo que viajar a la gruta de Choya a “capturar a la Fugitiva” y traerla de nuevo a su casa.
LA IMAGEN DE LA GRUTA DE CHOYA
No hay ningún dato preciso para asegurar cuál fue el origen de la Imagen o cómo llegó a la Gruta de Choya.
Dicen los historiadores: «Esto nomás constituye un auténtico prodigio».
Según describe el historiador de Catamarca, el sacerdote Antonio Larrouy: Representa a la Virgen en el misterio de su Concepción Inmaculada, de pie, la media luna bajo sus plantas, las manos juntas ante el pecho, mirando el cielo sonriente.
En conformidad con una antigua costumbre española, la Imagen fue vestida con ropas de tela desde los principios y vestida ha quedado siempre.
Las vestiduras constan de túnica blanca y largo manto azul.
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No dejan visible más que el óvalo del rostro y las manos que sobresalen de una hendidura de la túnica y ocultan un conjunto formado por tres piezas.
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Un pedestal de 24 cm de alto.
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Una peana de 10 cm.
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Y la Imagen que mide 42 cm desde la cabeza hasta los pies.
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La altura total es de 78 cm y el peso de 5280 kg. incluido el pedestal.
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Este es de algarrobo negro torneado y dorado; hecho en 1870 en sustitución de otro ya envejecido.
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Sobre él esta atornillada la peana.
Su traje modelado en relieve, y pintado, comprende manto, pelo, cinturón y vestido.
Todo está pintado al estofado; es decir, dorado primeramente por debajo y pintado luego de los colores por encima.
El manto rojo con puntitos de oro por dentro, es exteriormente azul, sembrado de estrellitas, siempre de oro y realizado con un galón de lo mismo; cae por detrás hasta el suelo; dejando despejada la frente envuelve la cabeza, y los cabellos de color castaño claro se perciben sólo en ambos lados del cuello y un poco sobre los hombros.
Por decreto Vaticano de 1889 se concede la coronación de la Imagen de la Virgen del Valle de Catamarca en virtud de los innumerables prodigios que realizó en toda la región del noroeste argentino.
Hubieron varios juramentos a la Imagen, el último lo hacen representantes de Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero, después de la Procesión de las Bodas de Diamante de la Coronación, en 1995.
Se realizó en el frente de la Catedral Basílica.
EL SANTUARIO
Desde el hallazgo de la venerada Imagen de nuestra Señora del Valle -más o menos por el año 1620- hasta poco más de la mitad del siglo XIX, fueron varios los templos construidos en su honor.
El primero fue en el antiguo Motimo, hoy San Isidro (cabecera del Departamento Valle Viejo) al que conocemos como La Ermita de la Virgen.
Pero, su casa definitiva y más hermosa, es la actual Catedral Basílica, su Santuario, que atrae a miles de peregrinos, hijos fieles que buscan en Ella amor y consuelo.
En 1860 se firmó un contrato con el arquitecto iltaliano Luis Caravatti para la construcción de un Santuario digno de nuestra Reina.
Aunque todavía no estaba concluida la obra, el 4 de diciembre de 1869 se realizó una ceremonia muy solemne, durante la cual se inauguró el Santuario de Nuestra Señora del Valle
Este templo es uno de los más importantes en su tipo que hay en Argentina.
La fachada, con su imponente atrio que avanza hacia la vereda está enmarcada entre dos altas torres en sus extremos laterales, que culminan en un reducido frontis triangular, lo que da solemne grandiosidad al edificio sacro.
El templo tiene una gran nave principal y dos laterales y cuenta con varias capillas intercomunicadas (tres en el costado sud y cuatro en el norte).
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Los pisos fueron construidos con sólidos tablones de algarrobo, hoy de mosaicos marmóreos con decoraciones geométricas.
En 1869, la iglesia tenía sólo tres naves, pero surgieron dudas acerca de la solidez de la estructura.
Por ello, por iniciativa del Vicario Segura y por consejo de técnicos, se levantaron las capillas laterales y los arbotantes volantes de los costados.
La cúpula muestra una magnífica representación de la Asunción de María a los Cielos.
Está flanqueada por las imágenes de los autores de los cuatro Evangelios.
Con motivo de las fiestas del cincuentenario de la Coronación de la imagen de la Virgen del Valle, en 1941, el Obispo de Catamarca Mons. Carlos Hanlon mandó pintar las artísticas telas de Orlando Orlandi tomados de la historia de los prodigios de la Santísima Virgen del Valle.
El 4 de octubre de 1909, se crea el Obispado de Catamarca.
El 5 de febrero de 1910, Bula de Erección de San Pío X, dada en Roma, la Iglesia Matriz, pasa a Iglesia Catedral.
El 5 de abril de 1941, con motivo de la conmemoración de las bodas de Oro de la Coronación de la Sagrada Imagen del Valle, el papa Pío XII, otorga el título de «Basílica Menor» al Santuario, pedido concedido por cablegrama.
La gruta de la Virgen también es un lugar muy visitado por devotos de la Virgen María.
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En los días de “Las Fiestas de la Virgen” (diciembre y abril o mayo) y durante el año se ofician los Misterios divinos de la Santísima Eucaristía.
LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA
MILAGRO DEL JARRO: Un hombre estaba a punto de morir cuando recordó a Nuestra Señora del Valle y le rogó por su vida, prometiéndole peregrinar a su Santuario.
Poco después recuperó su salud sin alguna explicación visible, a tal punto que sus vecinos se sorprendieron al mirarlo trabaja la tierra como antes.
Pasado un tiempo, decidió cumplir su promesa a la Virgen, así que comenzó su largo viaje a Catamarca por las extensas salinas.
En la iglesia contó a un sacerdote que él había recuperado su salud por segunda vez gracias a la «ayuda» de la Virgen, había hecho un viaje muy largo y difícil por las Salinas Grandes, sin agua para beber cerca.
Por esa razón él y su mulo se morían de sed.
Entonces, otra vez, le rogó a la Virgen pidiéndole ayuda y Ella le respondió milagrosamente. Dijo con lágrimas en los ojos que «… de un jarro plateado que apareció repentinamente en el camino, salía mucho agua, como si fuera una fuente que fluye del corazón de la tierra, para que podamos ambos satisfacer nuestra sed».
Él sacó de su bolso el jarro plateado y lo entregó al sacerdote. Era el jarro plateado que había desaparecido del Santuario de la Virgen. Esta jarro se llama actualmente «El Jarro Milagroso» o el «Jarro de la Virgen”.
RESUCITA A UN NIÑO: A Don Ignacio Moreno Gordillo, conocido y respetado vecino de Santa Cruz le fallece un hijo.
Es así que sus padres cargan con el cuerpo rumbo al Valle para depositarlo a los pies de la Virgen, y prometen que si vivía lo consagrarían a su exclusivo servicio como sacerdote y capellán del Santuario.
Una vez depositado el cuerpecito ya rígido, a los pies de la Portentosa Imagen, éste comienza a moverse, se anima y revive.
SANA A UN CIEGO: el Presbítero Dr. Pedro Ignacio Acuña había quedado ciego, el cura de la Matriz y el clero deciden llevar en procesión la Imagen de la Virgen a la casa del enfermo, postrado de rodillas oró en silencio un corto tiempo, y después habló en voz alta a la Virgen para pedirle que si convenía le devolviera la vista perdida, y si no le diera resignación para soportar aquella desgracia.
Aun no había terminado de hablar cuando comenzó a inquietarse y luego de un instante de silencio manifestó que comenzaba a distinguir la Imagen. Al poco rato veía perfectamente.
EXTERMINIO DE PLAGAS: Corría el año 1764. Se había desencadenado una devastadora e invencible plaga de gusanos, de tal manera que se tenían por perdidas las cosechas de algodón.
En la Misa del 25 de Marzo, los colonos pidieron en sus plegarias por el exterminio de las plagas y la salvación de sus cosechas. Al otro día, ¡no podían creerlo!.
Los algodonales estaban verdes, lozanos, frondosos, no había plantas marchitas.
El gusano había desaparecido por completo, sin dejar rastros de su destructor paso.
Otro tanto sucedió pocos años después con una plaga de langostas.
Los vecinos concurrieron a una Misa de rogativas a Nuestra Señora suplicándole su intercesión, luego llegó la noticia de que la temible manga de langostas había levantado vuelo hacia el sur.
MILAGRO EUCARÍSTICO: Al Sr. Roque Navarreta la única alternativa que le habían dado los médicos era someterse a diálisis día por medio con urgencia. Roque decide ir “cerca de la Virgencita del Valle, porque sé que Ella me va a sanar”.
Participa de la Santa Misa con su hermano que ya que había pedido por la salud de Roque en las intenciones de las misas anteriores.
Luego de la consagración, el sacerdote Pbro. San Nicolás, realizó la genuflexión y entonces de la patena se elevó el Hostión y se colocó en posición vertical, como si una mano invisible lo sostuviese, se estabilizó a la altura del hombro de una persona y se dirigió hacia el corredor central, llegó hasta la tercera o cuarta fila, giró, se dirigió hacia dónde estaba Roque por atrás de él, pasó por su costado y luego descendió hasta su pie derecho.
En ese momento, Roque sintió que lo tocaron. Su hermano atinó a levantar el Hostión y se lo acercó al sacerdote.
A pesar de que la Forma había sido partida en el momento de la consagración, los asistentes la vieron completa mientras se desplazaba por el aire.
Terminada la misa, lo acercaron al sacerdote, quien lo bendijo en modo especial, ya que sabía que se trataba de la persona por quien se pedía en misas anteriores.
Ese martes de octubre se retiraron los análisis, y el médico pudo constatar… que no tenía rastros de la colonia de virus en su organismo.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL VALLE DE CATAMARCA
Fue compuesta y mandada publicar por el Sr. Obispo de Tucumán, Dr. D. Pablo Padilla y Bárcena.
S.S. León XIII, con fecha de 29 de Agosto de 1899, concedió 200 días de indulgencia a los que rezaren esta oración.
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Y S.S. Pio X, el 30 de Mayo de 1905, concedió 500 días por cada día que se rezare, y una indulgencia plenaria al mes a los fieles de la República Argentina que la rezaren todos los días.
Oh, amabilísima Madre mía; que bajo el hermoso título de Virgen del Valle, y por medio de tu coronada imagen, venerada en tu santuario de Catamarca, derramas abundantemente los dones de la gracia, te ruego, Madre mía, me obtengas de tu divino Hijo Jesús, un vivo dolor de mis culpas y esa pureza de espíritu y de corazón que conduce al perfecto amor de Dios.
A ti, que nada deseas tanto como que Jesucristo reine en los corazones de los hombres, y que los derechos de su divina soberanía sean reconocidos y acatados, te ruego, amadísima Madre mía, mires siempre con amor y compasión a tu favorecido pueblo de Catamarca, a la Diócesis de Tucumán, a su Pastor y ministros del altar, a sus governantes y magistrados y a toda la Nación Argentina, a fin de que tu dulce Jesús sea conocido y amado por todos sus hijos, y su reinado social establecido y afianzado.
Presenta, dulcísima Madre mía, al Eterno Padre, con esta mi pobre súplica, la sangre y amor del Corazón de Jesús, tus propios dolores y merecimientos y los de todos los bienaventurados, para desagraviarle de las injurias y ofensas que diariamente recibe.
Intercede por el Romano Pontífice y por la Iglesia toda, a fin de que sean abreviados los días de prueba, y brille pronto el triunfo de la verdad, de la justicia y de la caridad; y por todos los infieles herejes y pecadores, para que se conviertan y vivan.
En fin, Madre mía, otórgame la gracia de amarte siempre como hijo agradecido, y no desagradar jamás a Jesucristo con mis ingratitudes, para que así pueda gozar de tu dulce compañía en el cielo. Amén.
Fuentes:
- http://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_del_Valle
- http://www.cedeconet.com.ar/Virgen/index.htm
- http://www.folkloredelnorte.com.ar/tradicion/virdelvalle.htm
- https://www.facebook.com/pages/Gruta-De-La-Virgen-Del-Valle-De-Catamarca/130338123707630
- http://www.argnoticias.com/sociedad/item/21038-400-a%C3%B1os-de-veneraci%C3%B3n-a-la-virgen-del-valle-de-catamarca
http://www.catolicosalerta.com.ar/santoral/n-sra-del-valle02.html
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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