Las señales en la naturaleza caracterizarán la parte más visible de la tribulación.
El planeta está viviendo sequías, inundaciones, terremotos, tsunamis, tormentas, cambios de temperatura extremos, etc.
Parece que estamos empezando a vivir el clima apocalíptico del fin de los tiempos como predice la Biblia.
Se le ha dado en llamar cambio climático.
Estos fenómenos no son solo materiales, detrás de ellos hay motivos espirituales, la naturaleza se trata de deshacer de los pecados de los hombres.
Y nos están alertando de que estamos pisando una gran tribulación.
A una monja brasileña le fue dicho en junio de 2023 que un arcoiris en los cielos de todo el mundo precederá el Aviso o Iluminación de Conciencia.
Y a otra vidente, le fue dicho en julio de 2023, que una coloración especial del cielo en Europa precederá a la Gran Tribulación.
Aquí hablaremos sobre cómo la naturaleza se está tratando de sacar de encima el pecado, y aparece a nuestros ojos como una tribulación, y qué le dijo Nuestra Señora a esta vidente de nuestro conocimiento, María Matea, sobre la manifestación en los cielos de Europa, previo a la escalada de la tribulación.
Antes de que el pecado entrara en el mundo a través de la desobediencia de los primeros padres, el clima era perfecto, no había tormentas, terremotos, ni otras tribulaciones en el Jardín del Edén.
La naturaleza y el hombre vivían en perfecta armonía.
Pero esa armonía fue rota por la desobediencia del hombre.
Y entró la enfermedad y la muerte en el ser humano, y los desastres en la naturaleza.
Esto sucedió porque toda la creación fue sometida a la frustración.
Pero como dice San Pablo en Romanos 8, la creación espera ser liberada, y actualmente está gimiendo dolores de parto.
No olvidemos también que es por medio de la naturaleza que Dios se comunica con nosotros, porque los cielos declaran la gloria de Dios, como dice el salmo 19.
La escritura está llena de menciones de eventos de la naturaleza producidos por razones espirituales.
Hubo un terremoto cuando Jesús fue crucificado, Mateo 27:54.
La Biblia registra también que hubo un gran terremoto que quitó la piedra de Su tumba cuando la resurrección, Mateo 28: 2.
Y otro que liberó a Pablo y Silas de la prisión, Hechos 16:26.
La Biblia es clara en decir que Dios controla todo. Nada en la naturaleza sucede fuera de la Providencia de Dios.
El clima no se define por sí mismo, ni las placas tectónicas debajo de la superficie de la Tierra se mueven ajenas al plan de Dios, ni tampoco las luminosidades que aparecen en los cielos.
Si Dios deja pasar desastres naturales es por alguna razón.
Y ellos son expresión del juicio de Dios sobre el mundo.
Porque de otra manera no podríamos entender que Jesús haya dicho que en los últimos tiempos, cuando la batalla decisiva entre el bien y el mal, habrá terremotos y otros fenómenos en la naturaleza.
La mayoría de las veces cuando Dios permite un desastre natural lo hace con un fin didáctico, de enseñanza.
Así lo hizo Dios Padre por ejemplo, cuando el oscurecimiento y el temblor de tierra a la hora que murió Jesús en la cruz.
Le expresó al pueblo judío, a los sacerdotes, a los romanos, que reprobaba lo que hicieron con Su hijo.
Entonces, cuando sucede un desastre natural, deberíamos discernir humildemente qué mensaje de Dios hay detrás de él.
La Biblia habla de bendiciones expresadas por el clima debido a la obediencia de los hombres y maldiciones relacionadas con la desobediencia.
En Levítico 26 Yahvé dice que si guardan Sus mandamientos y los ponen por obra, entonces “os daré lluvia en su tiempo, la tierra dará su fruto, y los árboles del campo darán su fruto».
“Daré paz en la tierra, vosotros os acostaréis, y nadie os atemorizará, limpiaré la tierra de malas bestias, y la espada no pasará por tu tierra”.
Lo mismo expresa en Deuteronomio 11.
Pero en Deuteronomio 28 dice que “si no obedeces la voz del Señor tu Dios, para hacer todos Sus mandamientos que yo te ordeno hoy, vendrán sobre ti maldiciones”
“El Señor te herirá con sequía, con calor sofocante y convertirá la lluvia de tu tierra en polvo».
De modo que las tribulaciones son el resultado del pecado humano.
¿Y cuál es la solución? Arrepentirse de los pecados y enmendar la vida, cumpliendo los mandamientos de Dios.
¿Has oído alguna prédica en los últimos años de que nuestros pecados, no solo contra el medio ambiente, sino especialmente sobre las demás personas, producen desastres en la naturaleza?
En cambio seguramente has oído o leído prédicas vaticanas sobre el cambio climático sin vinculación con estos temas y sin llamado al arrepentimiento de los pecados.
La escritura también dice que sucederán desastres climáticos y conflictos sociales en el final de los tiempos.
Marcos 13 dice “se levantará nación contra nación, y reino contra reino, habrá terremotos en varios lugares y también habrá hambres. Estas cosas son el principio de los dolores”.
Esto mismo es dicho en Mateo 24.
Tanto en Mateo como en Marcos es claro que un tiempo llamado “principio de los dolores” precede a la Gran Tribulación.
En las famosas apariciones de la Santísima Virgen en La Salette, Francia, en 1846, habla de que “la naturaleza pide venganza de los hombres».
Porque “muchos conventos ya no son más casas de Dios, sino pasturas para Asmodeo y los suyos”.
Por lo tanto, “las estaciones serán cambiadas y la tierra producirá sólo malos frutos”.
En Fátima, cuando Sor Lucía se puso a escribir el tercer secreto para entregar al obispo, tuvo una visión de la Tierra sacudida, y mares y ríos fuera de control.
Y le fue dicho, “es la purificación del mundo del pecado en que está inmerso”.
Y en las apariciones de Kibeho, una de las videntes vio montañas chocar entre sí, tormentas, inundaciones.
Y le fue dicho, la gente está causando esto y ya está llegando.
Y en julio de 2023 Nuestra Señora dijo a una vidente de Costa Rica, conocida por nosotros como María Matea, que el cielo teñido de un color rosado naranja, aparecerá en Europa antes de que aparezca el anticristo, o sea que escale la tribulación, y entonces esté muy cerca el Aviso o iluminación de conciencia.
No va a haber anuncio previo al Aviso pero sí señales que nos indiquen su cercanía.
De modo que habrá señales en los cielos que anuncien el recrudecimiento de la purificación dentro de la Iglesia, y la persecución de los enemigos externos de la Iglesia.
Porque la naturaleza se altera cuando lo malo según el mundo ahora es bueno y lo bueno malo, desde que se desafía abiertamente a Dios como si no existiera y se lo saca de los lugares públicos.
Los hombres de ciencia dirán que ese color del cielo es como consecuencia de auroras boreales pero inmediatamente otros lo contradecirán.
Se van a trastornar buscando explicaciones y no las hallarán.
Le explicó también el significado de los desastres en la naturaleza, diciendo que la Tierra trata de sacudirse de encima la maldad y el pecado, y los mares tratan de lavar la iniquidad con la que se ofende a Dios.
“Veréis los cielos llorar tristezas, llorar angustias y llorar fuego purificador; el fuego que no quema ni edificios ni la naturaleza, pero si quema la maldad dentro de los hombres”.
Y dijo que hay que rezar mucho para que dentro de la turbulencia espiritual que se forme, no se pierdan almas confundidas por los tantísimos errores existentes.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre de qué forma veremos en los cielos y en la naturaleza, las señales de la escalada de la tribulación.
Y me gustaría preguntarte si conoces otros católicos que piensen que los desastres en la naturaleza tienen causas espirituales o no.
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