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Tratamiento de lujo a invitados en el Vaticano.
El tratamiento de lujo dado a unos 150 invitados VIP a las canonizaciones del 27 de abril le ha caído mal a Francisco, que había pensado en un evento con el mínimo de privilegios.

brindis en la terraza del vaticano

Esto pone en primer plano el tema de los límites. Hasta donde los distintos deben ser tratados como iguales.

EL EVENTO EN LA TERRAZA

Con motivo de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II se realizó un ágape con brindis que tuvo lugar en la azotea del edificio de la Prefectura para los Asuntos Económicos

Cómo puede apreciarse en las fotos difundidas por el sitio italiano de chismes e informaciones varias Dagospia, en la terraza tuvo lugar una verdadera fiesta y no justamente de fe.

Periodistas, empresarios, políticos, banqueros y otros “vip” (very important people) pudieron seguir la celebración desde un palco privilegiado. No tuvieron que hacer cola, ni pasar más de 12 horas apiñados acampando para alcanzar un lugar decente, como los 500 mil fieles que ese día abarrotaron las inmediaciones de la Plaza de San Pedro. Llegaron por una zona liberada y accedieron a sus lugares especiales a las 8.30 de ese domingo, apenas una hora antes del inicio de la celebración. Ocuparon sus puestos en gradas montadas especialmente para la ocasión y, al final de la misa, degustaron vino y bocadillos de todo tipo.

Eran 150. El tratamiento de lujo que se les brindó estuvo en evidente contraste con la sobriedad que el mismo Jorge Mario Bergoglio quiso imprimirle a la canonización. Por eso se habían restringido al mínimo los espacios para invitados especiales. Es más, estos prácticamente no existieron. Sólo se reservaron los asientos para las delegaciones oficiales y una zona adicional para el cuerpo diplomático. Nada más.

Todo costó nada menos que 18 mil euros: 13 mil para las tribunas que se montaron sobre la azotea y cinco mil para el bufet. La suma fue patrocinada por dos empresas: Assidai, un seguro médico para altos dirigentes, y Medoilgas, petrolera italiana.

Entre los invitados VIP se encontraban entre otros los periodistas italianos Roberto d’Agostino y Bruno Vespa, el presidente del Banco del Vaticano Von Freyberg, el empresario Marco Carrai y monseñor Vallejo Balda, secretario de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.

REACCIÓN NEGATIVA DE LA PREFECTURA DE ASUNTOS ECONÓMICOS

Giuseppe Versaldi es el presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede. Según confesó él mismo no sabía que se había preparado la “mini comilona». Afirma que ni la autorizó, ni la sufragó. Como diría el mismísimo Papa, lo “primerearon».

El el cardenal Giuseppe Versaldi, declaró a La Stampa que

“el Santo Padre no lo ha apreciado del todo, por usar un eufemismo”.

Y añadió:

“Yo no estaba porque me encontraba en Lourdes, pero les puedo asegurar que este tipo de episodios no volverán a pasar. Estamos identificando a los responsables y vamos a alertar rigurosamente contra iniciativas de este tipo”.

El cardenal también precisó que el uso de las armas de la prefectura y del Vaticano no había sido autorizado en las invitaciones a esta “fiesta VIP” fuera de lugar.

LOS SUPUESTOS RESPONSABLES

Mientras Versaldi intenta esquivar las balas del escándalo, estas parecen irremediablemente dirigidas al joven clérigo español Ángel Vallejo Balda, cercano al Opus Dei, secretario de la Prefectura, cuya carrera eclesiástica ha quedado seriamente comprometida a fuerza de errores garrafales.

Él no puede decir que desconocía de la fiestita en la terraza, porque varias fotos lo retratan “in situ” dando la comunión a los “vip». En una de las instantáneas se le ve tomando las hostias desde un vasito transparente de plástico, de esos usados para los catering.

La meteórica carrera de Vallejo, quien llegó al Vaticano hace algunos años y se convirtió rápidamente en un “manager” eclesiástico de éxito, comenzó a tener problemas cuando trabó amistad con la joven consultora en comunicación Francesca Immacolata Chaouqui, a la cual logró meter en la comisión establecida por el Papa Francisco para la reforma de las estructuras administrativas de la Santa Sede.

Resulta que la misma Chaouqui estaba presente en la terracita y los patrocinadores del evento aseguran que fue ella el contacto para obtener el patrocinio para el suntuoso bufet. Chaouqui ha sido denunciada en varias oportunidades por el vaticanólogo Sandro Magister por excesos en el manejo del jet set.

Lo curioso del caso es que el día después de conocerse públicamente la noticia del bufet para los VIP, Francisco felicita y agradece por carta a Vallejo Valda por su trabajo al frente de la comisión para la reforma económica de la santa sede, que culminó su trabajo:

“Deseo expresar mi gratitud por su servicio en estos meses, y sobre todo, por el espíritu en el cual has llevado a cabo este sensible trabajo. Estoy agradecido por su profesionalidad, generosidad y devoción a la iglesia frente a tantos desafíos y malentendidos”

Este es un ejemplo más de la táctica de Francisco de “acariciar los conflictos”.

LA DIFICULTAD DE TRATAR A LOS DISTINTOS COMO IGUALES

Durante la asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada al tema de la “nueva evangelización” y realizada en octubre de 2012, el cardenal Versaldi afirmó:

“Existe una real dificultad a encontrar el justo equilibrio entre las prioritarias exigencias del fin espiritual y las técnicas con las cuales los bienes materiales son tratados por las administraciones eclesiásticas en cuanto estas técnicas son dictadas por el mundo y en ocasiones pueden estar en contraste con el fin religioso. Como consecuencia pueden existir errores de parte de aquellos que administran los bienes eclesiásticos hacia los cuales debe valer en la Iglesia la presunción de buena intención y de honestidad, hasta la demostración de lo contrario, antes que la fácil acusación de interés y de poder personal propia de los denigradores de la Iglesia».

Es que resulta complicado tratar a los distintos como iguales. ¿Por qué algunos pueden tener una entrevista privada con el Papa y la mayoría de los católicos no pueden? ¿Por qué los grandes benefactores de la iglesia son reconocidos con nombre y apellido y las “pobres viudas” que aportan un céntimo no?

El papa no puede tener una entrevista con todos y las grandes contribuciones que permiten hacer funcionar a la Iglesia deben ser reconocidas, so pena de no tenerlas más. Es el mundo, y la Iglesia tiene que lidiar en el mundo.

Nuestra sociedad es jerárquica, hay estratos, y es razonable que se trate a los del mismo estrato en forma similar y distinta a los de otros estratos.

El punto genera rispideces cuando los tratamientos según el estrato causan reacciones adversas masivas o contradicen la estrategia de un evento o incluso de un pontificado, como en este caso Francisco que ha definido una iglesia pobre para los pobres.

Fuentes: Sacro y Profano, Aleteia, Signos de estos Tiempos

 

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