Familiares de las niñas secuestradas acuden a la magia negra.
El cristianismo cree en el poder del mal – si no, lea a Jesús hablando sobre el mal en múltiples pasajes dela Biblia -, debería creer también entonces en el poder de la magia negra, de lo contrario no tendrían explicación algunas posesiones. Pero lamentablemente muchos laicos y sacerdotes católicos piensan que son macanas, fruto de mentes infantiles y de un cristianismo no maduro. 

 

islamistas de boko haram

 

Ahora nos llega un informe que dice que los islamistas nigerianos de Boko Haram, que secuestraron a cerca de 300 niñas hace más de dos meses, está siendo perseguidos inexplicablemente por abejas y serpientes que no parecen naturales.

Para poner contra las cuerdas en unas pocas semanas a los guerrilleros jihadistas no alcanzan los marines de Estados Unidos, sino que son necesarios los animales del bosque y los espíritus evocados por las familias de las estudiantes secuestradas.

Las abejas y serpientes del bosque de Sambisa están atacando sin tregua a los rebeldes desde el momento del secuestro. Abejas y serpientes de origen sobrenatural, que son activadas con la magia por los familiares de las víctimas de Boko Haram, o espíritus de los muertos que toman su venganza y se encarnan en animales salvajes.

Esto lo dice a un artículo de Vanguard News, uno de los principales periódicos nigerianos, que entrevistó a algunos guerrilleros detenidos recientemente cerca de la ciudad de Maiduguri por una milicia local (el grupo de vigilantes civiles JTF).

«Muchos de nosotros huimos del bosque porque hay demasiadas, demasiadas, abejas y serpientes. Las picaduras o las mordeduras, luego desaparecen en el aire, y las personas afectadas por ellas no sobreviven más de 24 horas», dice un cierto Mustapha Kolo, uno de los insurgentes capturados.

«Ahora se ha corrido la voz que éste era el trabajo de personas que habíamos hecho sufrir con nuestros ataques letales, incluyendo los espíritus de las personas a quienes les habíamos causado la muerte: los unos y los otros, se convierten en abejas y serpientes para atacar». 

Incluso algunos líderes de la organización se han visto obligados a huir de los refugios habituales en el bosque de Sambisa, y ahora se encuentran en Camerún o escondidos en la ciudad de Maiduguri.

«Somos Boko Haram desde el 2010 y hemos luchado en muchos lugares: Marte, Bama, Buni Yadima y Gwoza, pero no estuvimos en Chibok por el secuestro. Nunca hemos visto a las chicas, a pesar de que somos conscientes de estas acusaciones», dijo otro preso con el nombre de Umar Abor.

«Nuestros líderes no nos han hablado de ello y hemos seguido las noticias en la radio. Decidimos mudarnos cuando casi todos los compañeros comenzaron a huir debido a los ataques de las serpientes y abejas. Los líderes dijeron que era la consecuencia de los hechos de Chibok que ofendieron a la gente, y los espíritus de los que habíamos matado nos perseguían con medios diabólicos. Estuvimos refugiados en el bosque, en tres ocasiones, en 2010, en 2011 y el año pasado. Nunca había ocurrido nada comparable a los ataques de los animales que hemos sufrido en los últimos tiempos».

Los rebeldes capturados dicen que están convencidos de que detrás de los ataques misteriosos hay padres y otros familiares de las niñas secuestradas:

«Están utilizando el ‘juju’ para perseguirnos por el hecho de que nuestros líderes han secuestrado a sus hijas» 

Juju es el término de la lengua Ibo con el cual en Nigeria es conocida la magia negra asociada a la religión vudú en el extremo sur del país, en la región de los manglares a lo largo de la costa.

Incluso las personas no relacionadas con los creyentes del vudú, y cristianos y musulmanes temen el poder maligno de juju, a menudo asociado con sacrificios humanos.

Durante los años ochenta y noventa muchos films cinematográficos de Nigeria han representado el tema de los nuevos nigerianos ricos que se han convertido así gracias a los sacrificios humanos en rituales juju.

Muchas mujeres nigerianas que escaparon de la prostitución, dijeron en informes internacionales, que se veían obligadas a practicar rituales juju destinados a su sumisión a la organización a través del miedo.

En mayo pasado, otro periódico nigeriano, Fuse (equivalente europeo de un semanario femenino) había informado que 500 guerreros tribales del estado de Borno, armados con amuletos juju, estaban listos para unirse al ejército en busca de las niñas desaparecidas.

Fuentes: Tempi, Signos de estos Tiempos

 

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