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La estrategia de separar al Estado Islámico del resto de los musulmanes.
El activo discurso del Papa Francisco y otros cardenales sobre que los terroristas del Estado Islámico no representan al verdadero Islam no debe verse como un enunciado teológico, sino como un enunciado político, profético y de seguridad.

 

aviones bombardeando

 

Hay una búsqueda de frenar todo tipos de actos, pequeños o grandes, que exacerben la posibilidad de que se extienda – en cristianos y musulmanes – la visión de dos civilizaciones irremediablemente enfrentadas y se formalicen las alineaciones de uno y otro lado cortando por una religión enfrentada a otra.

Hay un mecanismo de reacción muy humano, que los científicos sociales llaman ‘profecía autocumplida’, que enuncia que si una persona cree genuinamente que una cosa va a pasar, luego imperceptiblemente sus actos trabajan para que esa cosa pase. Así por ejemplo si un estudiante cree que va a perder un examen no va a estudiar fuerte, conspirando indirectamente para hacer realidad la profecía que él predijo. O un chico a quien le gusta una chica pero piensa que nunca se fijará en él, no hará el esfuerzo para cotejarla, impidiendo entonces la posibilidad de que la chica lo considere y haciendo realidad la profecía que él mismo enunció. Cada lector podrá abundar en estos ejemplos.

Y un caso de profecía autocumplida puede llevarnos a una guerra de las civilizaciones, a la que dio pie teórico y difundió Samuel Huntington, con su profético libro de 1993 Choque de civilizaciones.

La jerarquía de la Iglesia Católica en estos momentos está haciendo esfuerzos para que los fieles no adopten la visión de que el conflicto entre civilizaciones y religiones es inevitable, porque podría llevar a la Iglesia a dar pasos imperceptibles pero seguros para que realmente se autocumpla esa profecía de un gran conflicto entre el mundo musulmán y el occidente, si se interpretara que los actos de barbarie del Estado Islámico son fruto de la religión islámica.

Para desarmar esta ‘bomba de tiempo’, está apoyando la tesis de que los terroristas islámicos del Estado Islámico no tienen nada que ver con la mayoría de los musulmanes, y que manejan una interpretación falsa del Islam.

Con esta estrategia mata dos pájaros de un tiro. Por un lado alienta a los cristianos a no dejarse llevar por la lógica de un conflicto inevitable entre musulmanes y cristianos. Y por otro, le dan el mensaje a los musulmanes moderados de que el suyo es el verdadero Islam, no el de los terroristas.

Al identificar al enemigo como un grupo dentro del Islam, y no como todo el islam, se desactiva entonces la posibilidad de que se produzca una guerra entre civilizaciones por la suma de agresiones imperceptibles que se pueden generar cuando uno cree firmemente que eso va a pasar y comienza a protegerse.

Es paradigmático de esto el lenguaje que usa el Cardenal Leonardo Sandri.

El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, denunció el pasado 9 de septiembre los asesinatos y barbaries que ocurren en Siria e Irak, así como el intento por erradicar a los cristianos de Medio Oriente, sin embargo, recordó

la “responsabilidad de educar a nuestros fieles para que no cedan a una visión del conflicto entre civilizaciones o religiones”.

‘Todavía en el siglo XXI, como si la historia no nos hubiera enseñado nada, somos testigos de barbaries y atrocidades que se ceban sobre todo en los más débiles: los ancianos, las mujeres y los niños. Entre mis preocupaciones por los miles de refugiados… tengo siempre presente a los obispos y sacerdotes que siguen en manos de los secuestradores en Siria, y no puedo olvidar a todos los periodistas que han sido brutalmente asesinados», expresó el Purpurado ante el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.

Y prosiguió

“Hay que recordar que hemos tardado siglos de reflexión teológica y bíblica hasta llegar a la actual capacidad para interpretar nuestros textos sagrados sin miedo excesivo de violar el ‘depositum fidei’”.

Mientras que el Cardenal Kurt Koch sostuvo que el Islam no está en la base ideológica del grupo terrorista. Insistió en que el terror en Siria e Irak no cuestiona el diálogo interreligioso, por el contrario debería promoverlo.

“Las bases ideológicas de la milicia terrorista y del ‘Estado Islámico’, no tienen nada que ver con la religión musulmana”

Señaló además que en Irak no solamente son los cristianos los perseguidos sino todas las otras minorías religiosas, incluidos los mismos musulmanes.

El cardenal Koch indicó también que cuanto más se respeten los derechos humanos y en particular la libertad religiosa, más las personas de las diversas religiones aprenderán a vivir juntas. Por ello concluyó que la religión no debe ser puesta en el ámbito privado sino que tiene que ser un tema público.

Fuentes: ACI Prensa, Valores Religiosos, Signos de estos Tiempos

 

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