Revelación a la monja nordestina sobre las severas consecuencias que tendrán para los incrédulos.
El pecado ha llegado a límites insostenibles para la vida en el planeta.
Ahora los hombres hasta niegan los cuerpos con que nacieron y los quieren cambiar.
En una rebelión masiva contra Dios, que está produciendo enorme cantidad de dolores y sufrimientos, y pérdida de almas.
Pero no temas, Dios no está inactivo. Él está enviando a sus instrumentos para advertirnos, y llamarnos al arrepentimiento y a la conversión.
Y si no escuchamos Su llamado, si no retornamos al camino de la justicia, Dios dice que intervendrá para restaurar el orden en Su creación.
Sin embargo, el enemigo de la humanidad ha sembrado dudas entre nosotros.
Incluso algunos líderes religiosos han caído en su engaño, creyendo que Dios no actuará. ¡Un terrible error!
Y es por eso que la monja nordestina, de la que ya hemos hablado antes, recibió una revelación sobre el grave daño que están provocando estos incrédulos y como Dios va a actuar contra ellos.
Aquí demostraremos, con evidencia irrefutable, que Dios siempre ha cumplido sus promesas y advertencias.
Y conoceremos cómo actuará con aquellos que descreen de que Él va a depurar la Tierra, aunque cause dolor y sufrimiento en muchos.
No te pierdas este informe, si además quieres saber cómo Dios quiere que actúes en este momento.
Todos conocemos cristianos, que dicen que Dios no castiga porque es infinitamente bueno, hablan sólo de Su misericordia y llaman a descreer que en algún momento vaya a aplicar Su justicia.
Hacen campaña contra quienes informan los mensajes de advertencia, de que Dios va a ejecutar Su Santa Ira si no hay conversión.
Y acusan a los que difunden algo de la enorme cantidad de mensajes que Dios está dando a Sus instrumentos, de que tienen la intención de sembrar miedo, quitar la paz a la gente y ser sensacionalistas.
¿Alguna vez esta gente incrédula leyó la Biblia? ¿Y si la leyó, la entendió?
¿Y los sacerdotes, diáconos, obispos y cardenales que hacen uso de su credibilidad para burlarse de estas advertencias, no están haciendo un daño terrible?
Porque la Biblia está llena de amenazas de castigos de Dios y cómo los cumplió.
Dios amenazó al mundo con el diluvio debido a la maldad de la humanidad, y finalmente destruyó el planeta con una terrible inundación masiva en la época de Noé, Génesis 6.
Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra con fuego y azufre debido a su perversión sexual, Génesis 18.
Dios envió diez plagas sobre Egipto para liberar a Su pueblo de la esclavitud, Éxodo 7.
Dios mandó a Jonás a predicar a Nínive de que sería destruida en 40 días, pero como el pueblo se arrepintió, masiva y rápidamente, dejó el castigo sin efecto.
¿Cómo esta gente se atreve a acusar al mismo Jesucristo de sembrar el miedo, cuando nos dice que en el Final de los Tiempos van a haber grandes desastres?
En Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 Jesucristo predice guerras, terremotos, hambrunas, pestilencias, oscurecimiento del sol, y hasta la destrucción del templo de Jerusalén, que sucedió en el año 70 dC.
En el Apocalipsis 16 y 18 la Biblia describe una serie de plagas y desastres naturales que se desatarán sobre la Tierra durante el final de los tiempos, que causarán una gran cantidad de muertes y destrucción.
Y en Mateo 24 retrata la situación de estos cristianos incrédulos actuales, diciendo que será como en el tiempo de Noé, que la gente comía y bebía despreocupadamente, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos.
Advirtiendo que al igual que en el diluvio, habrá una destrucción generalizada durante el final de los tiempos, si la gente no toma en serio las advertencias de Dios, no se arrepiente y se convierte.
Y Lucas Gelasio, el portavoz de la monja nordestina, cuenta la advertencia de Dios a los incrédulos.
El 4 de abril del 2024 la monja nordestina rezaba antes de dormir y oyó al Señor decir esto «sé simple y escucha mi voz».
Y tuvo un sueño impactante, Jesús extendiéndole la mano le entregó un cordón blanco con tres nudos y dijo «ve».
Entonces vio el rostro de muchas personas, jóvenes, viejos y en mayor número niños, y sus expresiones eran de gran sufrimiento.
El día 7 de abril, cuando rezaba en Acción de Gracias, se sintió súbitamente envuelta por un sopor que le hizo perder los sentidos.
Y oyó una voz que parecía ser la de Nuestro Señor diciéndole “los tres son los dolores por los cuales la humanidad pasará”, presumiblemente refiriéndose al cordón con tres nudos.
Y en el mismo día en adoración, abrió al azar la Biblia y cayó en el versículo de Jeremías 44:13, donde dice, “castigaré a los que residen en Egipto como hice en Jerusalén, con espada, hambre y peste”.
Entonces pasó los días siguientes preguntándole al Señor por qué tenía que ver tantos dolores y sufrimientos.
Pero siempre al abrir la Biblia encontraba un pasaje con sentido semejante al anterior.
Y el 9 de abril, mientras rezaba llorando, su ángel la inspiró a abrir las Escrituras de nuevo.
Y la monja encontró por tercer día consecutivo Jeremías 14:10 a 16.
El pasaje dice:
Esto es lo que el Señor dice sobre este pueblo: Se complacen en vagar, y no saben cómo detener sus pies. El Señor no está contento con ellos
Recordándose de sus iniquidades, los castiga por sus pecados.
Entonces el Señor me alertó enseguida: No intercedas por estas personas. Si ayunas, no escucharé tus gritos, y si ofreces holocaustos y oblaciones, no los aceptaré. Quiero destruirlos con espada, hambre y peste.
Pero yo le respondí: Señor Yahveh, mira lo que dicen los profetas: la espada no vendrá a ti, y no sufrirás hambre, porque en este lugar te daré paz y seguridad.
Pero el Señor respondió: los profetas han dicho una mentira en mi nombre. Yo no los envié, no les ordené, y ni siquiera les hablé. Visiones falsas, conjeturas vanas, inventos de sus mentes, esto es lo que profetizan.
Esto es lo que dice el Señor: “con respecto a los profetas que profetizan oráculos en mi nombre cuando no les he confiado una misión, y que proclaman que no habrá espada ni hambre en la Tierra, serán ellos los que perecerán por espada y hambruna.
Y los hombres a los cuales se dirigen, serán lanzados en las calles de Jerusalén, víctimas de la espada y del hambre, y nadie los enterrará, ni a ellos ni a sus esposas, ni a sus hijos ni a sus hijas. Y sobre ellos haré caer el mal que hicieron.
En este pasaje se advierte sobre tres castigos: la espada, el hambre y la peste, simbolizados por los nudos del cordón que se le entregó.
Y también hay una condena para aquellos que profetizan falsamente la paz y la seguridad, o sea los que dicen que no va a pasar nada, que Dios no va a castigar.
Estos son los que más sufrirán el castigo junto con quienes los escuchan.
Hermanos, el que oye la voz del Señor se prepara para aceptar Su voluntad.
En el sufrimiento sólo debes obedecer, orar fervientemente y unirte a Su pasión.
A los pies de la Cruz está la Santísima Virgen, entrégate a Ella.
Recibe el consuelo que Dios da en la segunda bienaventuranza: «Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados».
Esa gracia supera cualquier pesar.
Estamos en la hora de orar y arrepentirnos, y no de cerrar los ojos y pensar que nada va a suceder.
Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el llamado cada vez más insistente de Dios para nuestra conversión, las consecuencias de no hacerlo, y qué les advierte a los incrédulos que descreen de que Él vaya a intervenir drásticamente en la Tierra.
Y me gustaría preguntarte qué crees que lleva a los incrédulos a pensar que Dios no va a intervenir decisivamente en la Tierra.
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