El siniestro Plan de las Élites para Bajar la Población Mundial

Una estrategia para terminar con la civilización cristiana.

Desde hace décadas las élites financieras mundiales, están insistiendo en que el mundo está sobrepoblado y que hay que bajar la cantidad de población.

Lo hacen a través de los foros internacionales y los medios de comunicación.

Y lo operan a través de las ongs que financian y de la ONU.

Sin embargo la ciencia demuestra que la tierra puede soportar más población de la que tiene ahora, que no hay escasez de alimentos, salvo por razones políticas, y que bajar la cantidad de población equivale la destrucción de esta civilización, como ha dicho recientemente Elon Musk.

En realidad lo que no soporta la cantidad de población mundial es la seguridad de estas élites, y sobre todo su estrategia para cambiar el mundo, alejándolo de la civilización creada a instancias del cristianismo.

Aquí hablaremos sobre por qué es equivocado decir que la civilización va a colapsar con esta cantidad de población.

Por qué el plan que tienen las elites pide que disminuya drásticamente la cantidad de habitantes del mundo.

Y las razones por las que el catolicismo es la piedra en el zapato para su plan y cuál es la forma en que lo están intentando licuar.

En una reunión auspiciada por el Wall Street Journal del 6 al 7 de diciembre de 2021, Elon Musk de Tesla, en ese momento el individuo más rico del mundo, él mismo con 6 hijos, dijo que las tasas de natalidad de las personas, en rápido descenso, son «uno de los mayores riesgos para la civilización».

Y agregó, «si la gente no tiene más hijos, la civilización se derrumbará».

En realidad no es nada novedoso, porque es lo que los estudios científicos poblacionales han mostrado en las últimas décadas.

Casi no hay países hoy que puedan reponer a la población que muere.

Al punto que los demógrafos estiman que a este ritmo Europa tendrá sólo el 5% de la población que tiene ahora, sobre el año 2300, e Italia por ejemplo sólo el 1%.

Y esto tiene consecuencias funestas.

Al nacer pocas personas la población envejece, porque la medicina y los mejores hábitos alimenticios han alargado la vida.

Entonces sucede que disminuye la cantidad de trabajadores y aumenta la cantidad de pensionados, con lo que los sistemas jubilatorios entran en bancarrota.

Y también sucede lo mismo con los sistemas de salud, porque sus costos aumentan debido a que hay más viejos para atender, y es lo que ya está justificando la eutanasia.

La de Elon Musk fue una declaración sorprendente para un multimillonario, aunque este personaje nos tiene acostumbrados a declaraciones rupturistas.

Su opinión va en contra de lo que han sostenido los representantes de las grandes fortunas, de que el planeta tiene una cantidad de población insostenible y que hay que bajarla.

Ahora, ¿las élites económicas del planeta están cometiendo un error histórico al pensar que la civilización depende de bajar la cantidad de población?

No, porque no lo han estado diciendo por razones reales y científicas, sino porque es parte del plan que tienen para la humanidad.

Ellos quieren cambiar lo que ha sido hasta ahora la matriz de la civilización.

Durante décadas las elites mundiales han difundido la falsa idea que el mundo camina hacia la superpoblación, donde va a faltar la comida y el agua.

En 1970 Julian Simon tuvo una áspera polémica con Paul Erlich, quien pronosticaba grandes hambrunas, e incluso le hizo una apuesta, que por supuesto ganó.

Simon le respondió que en el futuro todo tipo de recursos estarían disponibles para evitar el colapso, por la creatividad humana.

Porque el plancton tiene 3 veces más biomasa que los 7 mil millones de humanos.

El 70% del planeta está cubierto por agua que se puede desalinizar.

Hay suficiente espacio para todos en la Tierra. Cada hombre, mujer y niño en la Tierra podrían tener más de 2 hectáreas de tierra y una media de un cuarto de hectárea de tierra cultivable.

Y todos en el mundo podrían caber hombro con hombro en la isla de Zanzíbar.

Hoy la agricultura y la ganadería han elevado considerablemente los rendimientos en calorías, Israel está cultivando en lo que antes era un desierto, y hay un desarrollo sorprendente de alimentos sintéticos.

Mientras que hasta la propia ONU ha establecido, que las hambrunas en algunos países obedecen a razones políticas internas, antes que a la escasez real de alimentos.

Sin embargo las élites han estado impulsado férreamente una política de despoblación del planeta, a través de las ongs que controlan, los medios de comunicación y la ONU.

Con la promoción de la terminación artificial de los embarazos, de la anticoncepción, la promoción de la idea que los niños son una carga, la ideología de género, etc.

Y hasta algunos como Bill Gates, se han comprometido en campañas de inoculaciones en el tercer mundo, que han tenido consecuencias en la anticoncepción, como han denunciado los obispos de Kenia.

Incluso han difundido la idea luciferina más extrema de que el ser humano es como un virus que infecta la tierra y el medio ambiente.

Que el hombre es responsable del calentamiento global del planeta y que está destruyendo el ecosistema.

Pero un documento de Henry Kissinger desclasificado en 1989, un conspicuo intelectual del Club Bilderberg, plantea que es estratégico para EE.UU. bajar la cantidad de población en los países del tercer mundo para evitar disturbios.

Disturbios que vendrían por la desigual distribución de las riquezas y la continua concentración de ella en cada vez menos manos.

Pero hay otro ingrediente que hoy hace aún más necesario para la élite bajar la población mundial.

Es que su plan está basado en la robotización del mundo, fundamentado en la inteligencia artificial.

Al punto que sostienen que en las próximas décadas, la mayoría de las funciones desempeñadas, por lo que se puede llamar las clases bajas, se llevarán a cabo por robots.

Con lo que los sectores populares se convierten en una carga para el mundo desde el punto de vista económico y en un riesgo para la seguridad del proyecto, porque podrían sublevarse.

Por lo tanto, si se quiere llevar a cabo este plan de transformar el mundo sobre una base tecnológica, no hay otra opción que bajar la cantidad de población porque la mayoría será superflua.

Y si la élite es despiadada, simplemente puede decidir exterminar a la masa de la humanidad.

Y si son «humanos» podrán usar la propaganda u otras técnicas psicológicas o biológicas para reducir la tasa de natalidad, hasta que la masa de la humanidad se extinga, dejando el mundo con el tamaño y la conformación que le sirva a la élite.

Lo que sucede en el mundo actualmente nos demuestra que hay entre ellos halcones y palomas.

Y por otro lado, este plan necesita un gobierno mundial férreo, que es ni más ni menos que el nuevo orden mundial que propone el Foro Económico Mundial y para el que está trabajando la ONU hace décadas.

Este plan luciferino tiene como principal escollo al catolicismo, debido a la visión que tiene de la dignidad de cada ser humano, que ha sido creado a imagen de Dios.

Entonces deben desactivar al catolicismo para que no sea un foco de rebelión.

Y lo están haciendo de tres maneras.

Por un lado quitándole libertad de expresión pública, estigmatizando las creencias religiosas cristianas, quitando los signos cristianos de lugares visibles y confrontando sus principios con los nuevos grupos que han empoderado, especialmente a través de la ideología de género.

La segunda forma es licuar la cultura cristiana, especialmente de Europa, a través de la emigración básicamente musulmana, con la excusa de que se necesita mano de obra joven ante el envejecimiento de las sociedades.

Y como en general los musulmanes no se integran a la cultura local, se quitará la predominancia cristiana en el futuro, creando una sociedad multicultural más fácilmente manejable.

Y la tercera forma es infiltrando a las jerarquías de la Iglesia.

En los últimos tiempos hemos visto un cambio de valores sistemáticos, por ejemplo apoyando un gobierno mundial, la agenda 2030 de la ONU que trabaja hacia ese nuevo orden y la insistencia de algunos obispos en que el cambio climático y las migraciones son el principal foco de la Iglesia, en detrimento de la evangelización como pidió el Señor.

En resumen, la disminución de la cantidad de población del mundo es central para las élites, que están creando una nueva civilización sobre las cenizas, aún encendidas, de la civilización cristiana.

Porque su plan es sustituir la mayoría de los trabajos con robots de inteligencia artificial, y la masa ociosa poblacional que quedará será peligrosa para su seguridad.

La tierra podría sostener mucha más población que la actual, pero no la soporta ni los privilegios ni la estrategia de los poderosos.

Y su principal escollo es el principio católico de la dignidad de cada ser humano, por eso han estado tratando de licuar a la Iglesia de varios modos.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las razones por las que las élites quieren bajar drásticamente la población mundial y licuar al catolicismo.

Esto debemos saberlo, difundirlo y orar pidiendo la ayuda del Señor y de la Santísima Virgen.

Y me gustaría preguntarte si crees que este plan de las elites ya está claramente a la vista o todavía está oculto.

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