La Iglesia Católica tiene desafíos diferentes en la mediación entre pandillas en El Salvador y Honduras

Distintos escenarios y distintos comportamiento de la Iglesia.

 

La Iglesia Católica está mediando en un proceso histórico en dos países de Centroamérica, El Salvador y Honduras, para una tregua entre pandillas cuyo enfrentamiento ha causado numerosas muertes, y tratando de incorporar a sus miembros a la legalidad de la sociedad civil. 

 

el obispo Romulo Emiliani habla en conferencia de prensa de las pandillas de honduras

 

Los gobiernos de El Salvador y Honduras y la Iglesia, son pioneros en emplear nuevos esfuerzos para detener la violencia relacionada con las pandillas, que no es un fenómeno solamentre de estos dos países, sino especialmente un banco de prueba de mediación para la integración social.

BUENOS RESULTADOS Y LA BÚSQUEDA DE MÁS ÉXITOS

Los gobiernos locales, la comunidad internacional, y la Iglesia Católica han jugado un papel clave en el fomento de los esfuerzos para forjar las treguas, las cuales han tenido el mayor impacto individual sobre la violencia en la región, desde el fin de las guerras civiles en Centroamérica y el acuerdo negociado con los paramilitares en Colombia.

Mientras el acuerdo de Honduras está todavía en sus primeros estadios, la tregua entre pandillas de El Salvador ha reducido a la mitad los homicidios en ese país; alguna vez considerado como uno de los más violentos del mundo. Hay una esperanza similar en Honduras.

No obstante, aunque los nombres de las pandillas son los mismos y el tipo de violencia que perpetran es similar y en los dos casos intermedia la Iglesia Católica, existen varias diferencias clave que puede determinar el éxito o el fracaso de las treguas, y si sus resultados pueden o no ser replicados en otros lugares.

LA MEDIACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA

El proceso de tregua está más adelantado y tiene más fortaleza en El Salvador que en Honduras, pero la fortaleza de los mediadores es la única área en donde Honduras puede tener una ventaja respecto a El Salvador.

Las reuniones de la tregua entre pandillas en Honduras – que son sólo reuniones y aún no es técnicamente una tregua – están siendo gestionadas por el principal funcionario de la Iglesia Católica del país, monseñor Rómulo Emiliani, dando la sensación de un frente unido por parte de la Iglesia.

En contraste, el proceso de Salvador está siendo mediado, en parte, por una Iglesia Católica dividida. Mientras el obispo Fabio Colindres ha recibido el respaldo nominal por su papel en la intermediación y el mantenimiento de la tregua entre pandillas en El Salvador en las diferentes etapas, la Conferencia Episcopal también ha emitido expresiones públicas de preocupación de que la tregua

«no ha producido el beneficio que la población honrada y trabajadora esperaba para sí misma (…)».

CREDIBILIDAD DEL GOBIERNO

En el otro interlocutor, el gobierno de cada país, hay diferencias entre El Salvador y Honduras.

En ambos países, el gobierno ha dejado que los representantes de la Iglesia Católica y otros mediadores civiles e internacionales tomen un papel más activo en la situación.

Sin embargo, el gobierno de El Salvador tiene mucha más credibilidad, así como algunos interlocutores e instituciones confiables, a través de los cuales se puede iniciar la siguiente fase del proceso; la cual debería incluir la formación social, educativa y profesional para las comunidades pobres en donde prosperan las pandillas.

En cambio, Honduras se está enfrentando a una crisis institucional de proporciones históricas. Desde el golpe de Estado de 2009, que envió el Presidente Manuel Zelaya al exilio, el país ha entrado en una terrible espiral política en la cual pocos políticos tienen la suficiente credibilidad para conseguir el apoyo público en torno a algo, y mucho menos para una controversial tregua de pandillas.

En general, el gobierno de Honduras carece de la credibilidad necesaria para reunir los fondos necesarios de la comunidad internacional, con el fin de poner en práctica nuevos programas sociales y dirigir el tema de las pandillas en una dirección diferente.

Pero hay algunas diferencias importantes en la conformación en historia de las pandillas en cada caso, que puede hacer que los experimentos sean exitosos, o fracasen.

LA PANDILLA DOMINANTE

Barrio 18 tiene un mayor número y alcance en Honduras, mientras que la MS-13 (Mara Salvatrucha) es la pandilla dominante en El Salvador.

La diferencia es importante porque Barrio 18 está dividida y es menos disciplinada que su contraparte de la MS-13. Barrio 18 tiene las alas de los Sureños y los Revolucionarios en El Salvador y, aunque aparentemente tienen una base sólida, la pandilla está más fracturada en Honduras.

La capacidad de los líderes de la MS-13 de El Salvador para mantener a raya a los pandilleros de nivel medio y bajo ha sido una parte sorprendente y fundamental del éxito de la tregua entre pandillas en ese país. Pero alcanzar el mismo nivel de éxito en Honduras puede resultar difícil.

COMPOSICIÓN DE LA PANDILLA

El liderazgo de las pandillas en El Salvador tiene más experiencia política que sus contrapartes en Honduras.

Algunos de los salvadoreños son ex guerrilleros; otros han estado en posiciones de liderazgo regional durante años, ya que el cuartel general nominal de estas pandillas es El Salvador.

El resultado es un equipo más experimentado de negociadores que entienden lo que está en juego y cuál es la mejor manera de tomar ventaja de este camino hacia la legitimidad.

De la misma manera, se podría argumentar que también saben cómo jugar con el sistema y desarrollar estructuras criminales más sofisticadas.

HISTORIA

Durante al menos una década, los líderes pandilleros en El Salvador han estado en conversaciones con el gobierno, organizaciones no gubernamentales y personalidades religiosas en un intento por cambiar su situación. Estas conversaciones han dado forma a su comprensión de lo que es y no es posible.

Estos diálogos también han colocado a estos líderes en estrecho contacto con personajes clave que los pueden ayudar a evaluar su peso político en el futuro.

Una tregua entre pandillas sólo funcionará si los participantes entienden el contexto en el que están forjando este acuerdo y con quién.

En El Salvador hay una mejor comprensión de ese contexto que en Honduras.

En realidad, ambas treguas llevan consigo retos y oportunidades. No obstante, para aprovechar las oportunidades, los gobiernos, la Iglesia Católica y los líderes pandilleros van a tener que entender y superar algunos de los retos descritos anteriormente.

Fuentes: Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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