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Calma inusual en la naturaleza.

 

El Papa Francisco había convocado a la Iglesia y al mundo para una jornada de ayuno y oración para el 7 de septiembre de 2013, para orar por la paz en Siria, que en ese momento estaba bajo la amenaza de un ataque militar por parte de EE.UU., que hubiera sido devastador para una población que hace más de dos años sufre una guerra interna y hubiera tenido enormes repercusiones y represalias en la región y en el resto del mundo.

 

imagen satelital del clima el 8 de septiembre 2013

 

El resultado de la gestión fue todo un éxito, porque no sólo se paró la amenaza de intervención militar, sino que Francisco emergió como una figura de peso político mundial, porque logró aglutinar a una buena cantidad de políticos y líderes otras religiones para la jornada.

Pero ahora surge otro efecto que tuvo la jornada que convocó el Papa. La NASA muestra que el día siguiente, el 8 de septiembre, los cielos de todos los océanos aparecieron relativa y extrañamente calmos. ¿Un mensaje del cielo o una coincidencia?

EL LLAMADO DEL PAPA PARA UNA JORNADA DE AYUNO Y ORACIÓN POR LA PAZ EN SIRIA

A principios del mes de septiembre el Papa hacía una fuerte llamada por la paz en el contexto del conflicto en Siria y la posibilidad de una invasión extranjera liderada por Estados Unidos. Francisco ponía toda la maquinaria diplomática y religiosa que tiene en a su alcance para conseguir que esa ofensiva militar no tuviera lugar; y efectivamente lo logró

“Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en nuestra sociedad destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz”. “Nunca más la guerra”, fue entonces el grito del Papa Francisco.

El obispo de Roma decidió entonces convocar a toda la Iglesia el 7 de septiembre a una jornada de ayuno y de oración “por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero”, dijo el Papa Francisco a la hora del ángelus dominical.

El Pontífice invitó a los hermanos cristianos no católicos así como a los pertenecientes a las demás religiones, a unirse a esta iniciativa según el modo que considerarán más oportuno.

Y así fue: el 7 de septiembre millones de personas en el mundo se unieron desde las 19.00 y hasta las 24.00 en oración con el Santo Padre que estuvo arropado por miles de fieles cristianos en la Plaza de San Pedro. Se sumaron distintas confesiones de todo el mundo, líderes religiosos y cristianos católicos y no católicos, y gran catidad de políticos.

PAZ EN EL MUNDO Y EN LA NATURALEZA

Al día siguiente de la jornada de ayuno y oración por la paz sucedió un hecho inusual en la Tierra, un fenómeno extraño que los científicos observaron con sorpresa: el planeta estaba en absoluta calma (climatológicamente hablando).

Casualidad o providencia el hecho está ahí, y después de la jornada y ayuno y oración por la paz que convocó el Papa Francisco el clima de la Tierra ofreció una de sus caras más amables.

La Tierra es inquieta y dinámica por naturaleza, y más en estos momentos en que el clima parece que “se ha vuelto loco”. En un día cualquiera, hay un ciclón, una depresión tropical o una gran tormenta en algún lugar del globo. Pero el 8 de septiembre, por un momento, los cielos de todos los océanos aparecieron relativa y extrañamente tranquilos. Así se aprecia en la imagen que encabeza esta noticia, una composición de catorce pases de satélites polares compuesta ese día y que la NASA escogió como imagen del día.

En el momento en el que pasaron los satélites, cerca del mediodía, no se produjeron huracanes, ciclones o tormentas tropicales en las cuencas del Atlántico, Pacífico u Océano Índico, una coincidencia relativamente rara en el apogeo de la temporada de huracanes o ciclones en el hemisferio norte. Eso sí, la imagen muestra una gran cobertura de nubes y tormentas más pequeñas. En el Pacífico oriental, los restos de la tormenta tropical Lorena rompían cerca de la península de Baja. En el Atlántico oriental, las piezas de una depresión tropical comenzaban a reunirse cerca de las islas de Cabo Verde. Al día siguiente, se formaba la tormenta tropical Humberto.

Esa jornada de paz todavía sorprende más si se tiene en cuenta que en su reunión de mayo y agosto de 2013, el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. pronosticaba una probabilidad del 70% de una temporada “más activa de lo normal”, con 13 a 20 tormentas con nombre y 7 a 11 huracanes. Una temporada “normal” suele producir 12 tormentas nombradas, incluyendo 6 huracanes. A través de la segunda semana de septiembre (el punto medio de la temporada de huracanes en el Atlántico), se han producido nueve tormentas con nombre -lo que se ajusta a las predicciones-, pero sólo una alcanzó la categoría de huracán. El único huracán, Humberto, se observó el 11 de septiembre de 2013.

Queda la imagen de un mundo que, por un rato, estuvo en paz.

Fuentes: Forum Libertas, Signos de estos Tiempos

 

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