Las elecciones parlamentarias en EE.UU. mostraron un apoyo creciente a la despenalización de la marihuana.
Mientras en Latinoamérica hay una tendencia creciente a la legalización de la marihuana, fundamentada explícitamente en el fracaso de la guerra frontal contra el narcotráfico y el aumento de la violencia, EE.UU. se mantenía como el freno a la expansión de la permisividad. Pero eso parece que se está deteriorando a partir de las últimas elecciones legislativas de EE.UU.
Oregón, Alaska y Washington DC se han convertido en los últimos lugares en Estados Unidos en legalizar la marihuana, proporcionando otro impulso hacia la reforma de la política de drogas en el hemisferio.
Ya en el año 2012 habíamos dicho que el liderazgo mundial marcha hacia la liberación del consumo, comercio y producción de drogas y en el 2013 que se avecinaba un cambio en la política anti drogas en América, todo lo cual parece que se está reafirmando.
En este contexto hay que afirmar que las drogas son un flagelo para las personas y la sociedad por múltiple motivos, por lo que el Papa Francisco ha insistido públicamente en su NO a la legalización de las drogas.
LA GRAN IRONÍA
El reconocido periodista Andrés Oppenheimer ha dicho recientemente que a raíz de las elecciones legislativas del 4 de noviembre el EE.UU.,
el gobierno de Estados Unidos continuará exigiendo que México, Colombia y otros países combatan el tráfico de marihuana como parte de su “guerra contra las drogas”, mientras que los votantes de Washington DC acaban de aprobar la legalización de esa droga en la propia capital estadounidense.
Y agregó,
los votantes de Oregon y Alaska aprobaron enmiendas mucho más fuertes de legalización de la marihuana. Florida fue el único estado donde se derrotó una enmienda sobre la marihuana, pero solo porque consiguió el 58 por ciento de los votos, en lugar del 60 por ciento que requiere la ley estatal para su aprobación.
Esto tiene un gran valor simbólico, que unido a que 54% de los estadounidenses apoyan la legalización de la marihuana, según una reciente encuesta del Pew Center, ofrece un panorama de posibilidad cambio en EE.UU.
LOS NUEVOS AIRES REGIONALES
Uruguay se ha convertido recientemente en el primer país del mundo en legalizar el consumo, la producción y distribución de la droga por parte del gobierno, mientras que Guatemala, Colombia y varios otros están considerando la despenalización, o un debate serio sobre la legalización.
Mientras Oppenheimer informa también que
José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos, me dijo el miércoles que el voto de legalización de la marihuana en Washington DC “acelerará el proceso de debate sobre la legalización de la marihuana en América Latina”.
Lo que se completa con que el panel de figuras políticas de alto perfil que conforman la Comisión Global de Políticas de Drogas, dijo a principios de este año que el tabú global en torno a la discusión sobre la reforma a las políticas de drogas se había «roto».
O sea que parece que se juntan una creciente demanda latinoamericana a la legalización de la marihuana en los países de la región con un posible cambio en EE.UU., que hoy se mantiene como el gendarme regional de la lucha frontal contra las drogas.
Este año en otro artículo dijimos que Latinoamérica marcha a una política de drogas basada en la salud y la despenalización, indicando la base sobre la cual se promociona el cambio en la región.
Probablemente el cambio en EE.UU. acelere las cosas en la región.
MANERAS EN QUE REFORMAS EN EE.UU. PODRÍAN AFECTAR LA POLÍTICA DE DROGAS EN LA REGIÓN
Contradicción en EE.UU.
Se volverá más difícil para Estados Unidos presionar por un enfoque más tradicional a la llamada «guerra contra las drogas.»
William Brownfield, subsecretario de Estado para Asuntos Internacionales sobre Narcóticos y de Seguridad, dijo en una conferencia de prensa hace unas semanas en las Naciones Unidas:
«¿Cómo podría yo, un representante del gobierno de Estados Unidos de América, ser intolerante de un gobierno que permite que cualquier experimentación con la legalización de la marihuana si dos de los 50 estados de Estados Unidos de América han elegido tomar ese camino?».
En un correo electrónico a InSight Crime, Sanho Tree del Instituto de Estudios Políticos, señaló que con más estados pasando reformas a las leyes de drogas de Estados Unidos, los gobiernos extranjeros ya no ven un «gran consenso nacional» cuando se trata de la política de drogas.
Cambio en el negocio de los narcos mexicanos
La marihuana legal en Estados Unidos podría golpear fuertemente a los grupos criminales de México y llevarlos a depender más de las exportaciones de heroína o metanfetamina.
Anteriormente, el analista Alejandro Hope planteó la hipótesis de que una serie de reformas a la marihuana en Estados Unidos podría devastar a los proveedores mexicanos y dar lugar a un nuevo modelo de regulación en México. Sin embargo, el tema de las drogas más duras -la metanfetamina, la heroína, la cocaína- se mantendría.
Mientras tanto, los grupos criminales mexicanos que producen metanfetaminas a escala industrial siguen afectando a los estados en Estados Unidos. Es posible que esta situación se exacerbe si los proveedores de marihuana de México se ven afectados. Un estudio realizado en 2012 calculó que si la marihuana se legalizaba en tres estados de Estados Unidos, los carteles mexicanos podrían ver caer sus ganancias hasta en un 30 por ciento.
Promoción para el cambio de la opinión pública en la región
El apoyo popular a la reforma de la marihuana en Estados Unidos ofrece un contraste con algunos países de Latinoamérica, donde la mayoría de la opinión popular aún no favorece la legalización.
En Uruguay, por ejemplo, donde se está llevando a cabo la legalización del consumo y la producción, las encuestas muestran consistentemente que la mayoría de la población se opone a las emblemáticas leyes del país.
Un cambio visible en EE.UU. sobre la política de drogas y su promoción a través de los medios de comunicación, probablemente comience a erosionar a la opinión pública de la región, donde el debate sobre las drogas y la política sobre las mismas, es mas un tema dirigido por una elite que por la opinión popular.
EL PAPA FRANCISCO CONTRARIO A TODAS LAS DROGAS
A la vista de que muchos políticos, incluso llamados católicos, y de acuerdo a vagas declaraciones de Obispos que usan giros o sucumben a la presión de la mentalidad dominante, el Papa reiteró: “no a cualquier tipo de droga”.
“Son un flagelo”. “Las drogas no se vencen con la droga”, dijo el Pontífice. “La droga es un mal, y como un mal no podemos ceder o comprometernos”.
El Papa Francisco habló durante una audiencia en la que se reunió con los participantes de la 31ª edición de la Conferencia Internacional de Lucha contra las Drogas y lo vinculó con la libertad religiosa en junio de este año.
No es la primera vez que el Papa habló sobre el tema y también esta vez fue muy explícito al insistir que es contrario a la legalización de las llamadas ‘drogas blandas’,
Esta vez invitó a los que son llamados a luchar contra el tráfico a intensificar sus esfuerzos contra el tráfico de drogas.
“El flagelo de las drogas continúa haciendo estragos en formas y dimensiones impresionantes, impulsado por un mercado que cruza las fronteras nacionales y continentales. De esta manera, existe el peligro cada vez mayor para los jóvenes y adolescentes. Frente a este fenómeno, siento la necesidad de expresar mi dolor y mi preocupación”.
EFECTOS DEPREDADORES DE LAS DROGAS
La posición del Papa parece fundamentarse en los trastornos que a todo nivel trae la dependencia de la droga, especialmente en los jóvenes.
Hace tres meses publicamos un artículo que reseñaba las principales razones por las que la marihuana no debería ser legal.
Decíamos que hay un hecho que es claro: la búsqueda compulsiva y extrema, por los interesados, en la legalización de la marihuana, demuestra que la sustancia es adictiva. Los defensores han perseverado con un enfoque singular y han superado muchos obstáculos y consecuencias para incrementar y facilitar el acceso a cada vez a mayores niveles.
Las razones por las que la marihuana no debería ser legal las podemos dividir en cuatro categorías: físicas, psicológicas, espirituales y sociales.
Fuentes: El País, Insight Crime, Signos de estos Tiempos