¿La Biblia es exacta y no se equivoca en nada?

¿Y debe considerarse que el Antiguo y el Nuevo Testamento nos presentan a un Dios con las mismas características?

Estas son preguntas que se hacen muchos católicos actualmente.

Porque han surgido teorías erróneas que dicen que la Biblia solamente es infalible en temas de fe y de moral.
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Y que Lo importante es el Nuevo Testamento porque el Antiguo Testamento Presenta una visión primitiva de Dios.

Ambas cosas están equivocadas.

En este artículo hablaremos sobre la exigencia de creer en la infalibilidad de la Biblia, que la Iglesia pide.

Aunque esto suene hoy como políticamente incorrecto.

Y por otro lado argumentaremos sobre la unidad y concordancia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, que presentan a un Dios con las mismas características.

 

EL CATECISMO CONVALIDA LOS DOS TESTAMENTOS

El Catecismo de la Iglesia Católica trata a los dos Testamentos de la Biblia como una unidad.

Parte de enunciar que fue la tradición Apostólica de la Iglesia la que discernió los libros que se incluirían en la lista de los libros sagrados; en el canon bíblico.

Es así que se incluyeron 46 libros para el Antiguo Testamento y 27 libros para el Nuevo Testamento, que es lo que compone la Biblia Católica que conocemos hoy.

Para más información leer este artículo.

El Catecismo también dice que el misterio de nuestra salvación está presente de manera oculta en el Antiguo Testamento y que es la verdadera palabra de Dios, porque el Antiguo Pacto nunca ha sido revocado, ver numerales 121 a 123.

Según San Agustín,

«El Nuevo Testamento yace oculto en el Antiguo y el Antiguo Testamento se revela en el Nuevo».

Y además

«El Antiguo Testamento conserva su propio valor intrínseco como la Revelación reafirmada por nuestro Señor mismo».

Sin embargo se ha hecho un lugar común por estos tiempos la idea que el Antiguo Testamento no debe tomarse en cuenta, porque nos presenta un Dios que no coincide con el Dios del Nuevo Testamento.

Y además que no toda la Biblia expresa juicios infalibles, sobre todo cuando se refiere a temas históricos, geográficos y de hechos físicos.

Ambas cosas son heréticas, veamos porque.

 

LA BIBLIA ES INFALIBLE

La unidad conceptual llamada Biblia es considerada por el magisterio como infalible.

O sea que todo lo que afirma sobre la fe, la moral, la salvación, la historia o la ciencia es verdadero.

A esto se llama inerrancia de la sagrada escritura.

Aunque hay que considerar que algunas afirmaciones son figurativas y no literales, como por ejemplo que el sol sale por el este.

Los concilios ecuménicos y la enseñanza papal y de los Doctores de la Iglesia han sido unánimes respecto a esto, tratando como una herejía a quienes desautorizan a la Biblia.

Mencionaremos algunas expresiones solamente para reafirmar la Enseñanza Católica sobre la infalibilidad de la Biblia en su conjunto.

Esto no es un resabio de tiempos pasados sino una realidad actual porque no ha sido derogado.

El papa San Clemente I ha dicho,

«Mire cuidadosamente en las Escrituras, que son las palabras verdaderas del Espíritu Santo.

Observe que nada de un carácter injusto o falsificado está escrito en ellas».

El papa León XIII también dijo,

«Está absolutamente equivocado y prohibido, ya sea restringir la inspiración a solo ciertas partes de la Sagrada Escritura, o admitir que el escritor sagrado se ha equivocado.

Porque todos los libros que la Iglesia recibe como sagrados y canónicos, están escritos total y completamente, con todas sus partes, a dicción del Espíritu Santo.

Esta es la fe antigua e inmutable de la Iglesia, solemnemente definida en los concilios de Florencia y de Trento, y finalmente confirmada y formulada más expresamente por el Concilio Vaticano».

Y el papa Pío XII expresó,

«…estos mismos libros deben ser considerados por la Iglesia como sagrados y canónicos, no porque habiendo sido compuestos por la industria humana fueran aprobados posteriormente por su autoridad, o simplemente porque contienen revelación sin error.

Sino porque, habiendo sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y, como tales, fueron entregados a la Iglesia misma«.

Expresiones que han sido convalidadas por el Concilio Vaticano II cuando señaló que,

«Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo.

La santa Madre Iglesia, según la fe apostólica, tiene por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia.

Pero en la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de sus propias facultades y medios, de forma que obrando Él en ellos y por ellos, escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que Él quería».

También ha habido una enérgica defensa de la inerrancia de la Biblia, condenando las herejías,

El papa San Pío X condenó la idea de que

«la inspiración divina no se extiende a todas las Sagradas Escrituras para que haga que sus partes, todas y cada una, estén libres de todo error»

Y el papa Benedicto XV expresó,

«…nos entristece encontrar que no solo los hombres de fuera, sino incluso los hijos de la Iglesia Católica… clérigos y profesores de conocimiento sagrado, que en su propia opinión repudian abiertamente o al menos atacan en secreto las enseñanzas de la Iglesia sobre este punto

La inspiración divina se extiende a cada parte de la Biblia sin la menor excepción, y que no puede haber ningún error en el texto inspirado…».

Y el papa Pío XII, refiriéndose a los que critican la inerrancia de la Biblia dice,

«Ellos presentan de nuevo la opinión, ya a menudo condenada, que afirma que la inmunidad del error se extiende solo a aquellas partes de la Biblia que tratan a Dios o asuntos morales y religiosos«.

 

SIN EMBARGO HOY ES MODA CUESTIONAR LA INERRANCIA DE LA BIBLIA

Una herejía muy extendida por los modernistas es que la Biblia es inerrante solamente en asuntos de fe y de moral.

Sin embargo la enseñanza actual de la Iglesia Católica es que la Biblia es infalible también en temas relacionados con la historia, la geografía y la ciencia.

Esto es lo que los católicos deben creer, es cuestión de fe.

¿Y por qué sea mellado la inerrancia bíblica?

En primer lugar debido al exceso de credibilidad de la ciencia, porque muchas veces presenta sus hallazgos coyunturales como si fueran una verdad incontestable.

Pero la ciencia verdadera no hace juicios permanentes y se corrige a sí misma.

Por ejemplo hace 100 años se pensaba que el universo era infinito y que siempre existió, lo cual contradecía la enseñanza de que Dios Creó el universo.

Pero por los años 1930 se estableció científicamente la teoría del Big Bang, que sostiene el universo es finito y tuvo un punto de partida.

Aquí vemos un caso en que los nuevos conocimientos científicos avalan lo que está escrito en la Biblia, luego de un tiempo de no hacerlo.

Hoy el conocimiento que se genera a través de la ciencia es más valorado que el conocimiento expresado en la Biblia, incluso entre los cristianos.

Quizás sea consecuencia de una falta de fe total hacia Dios.

Pero si Dios existe, ¿porque no pudo darnos un documento que contuviera las verdades inmutables y permanentes, como es el caso de la Biblia?

La dificultad que a veces existe para comprenderlo, es que la Biblia contiene algunas descripciones figurativas y poéticas, que no son enseñanzas fácticas.

Y en distintas épocas, diversos interpretadores de la Biblia han tomado esas descripciones figurativas y poéticas como fácticas; pero eso no es un error de la Biblia sino de su interpretación.

Por ejemplo el salmo 104:5 dice que la Tierra es firme, que no se puede mover, y esto se interpretó como que el Sol gira alrededor de la Tierra.

Estos dos ejemplos que dimos muestran por qué el Concilio Vaticano I proclamó,

«A todos los cristianos fieles se les prohíbe defender como conclusiones legítimas de la ciencia las opiniones que se sabe que son contrarias a la doctrina de la fe, especialmente si han sido condenadas por la Iglesia».

La otra fuente de error a la que nos queremos referir es el menosprecio del Antiguo Testamento.

Ya vimos por expresión de magisterio que ambos testamentos están inspirados por el Espíritu Santo.

 

LOS DOS TESTAMENTOS SON UNO

Los cristianos han luchado en todos los tiempos para armar en su cabeza lo que se dice en el Antiguo Testamento, con las revelaciones que hizo Jesús en el Nuevo Testamento.

Por eso han sucedido herejías como la de Marción, que en el siglo segundo rechazó el Antiguo Testamento y la Iglesia lo considero un hereje.

Pero el Concilio Vaticano II ha dicho que el propósito principal del Antiguo Testamento es preparar la venida de Cristo, reafirmando todo el magisterio de la Iglesia.

El Antiguo Testamento sienta las bases para la llegada del Mesías, que se reveló en el Nuevo Testamento.

Los dos Testamentos revelan a un mismo Dios que es santo, misericordioso y justo.

Que condena el pecado y quiso salvar a los pecadores mediante el sacrificio de Su hijo.

Cuando éste se hizo presente en la Tierra, el Dios que se había revelado desde el Antiguo Testamento, nos muestra cómo llegar a Él a través de Su hijo.

Además el Antiguo Testamento es una convalidación de la divinidad de Jesús, porque contiene muchas las profecías de su aparición, que se ven cumplidas con la Encarnación y vida pública de Jesús.

Pero sus enfoques son diferentes y por eso la dificultad que algunos tienen para integrarlos.

Por ejemplo, el Antiguo Testamento está centrado en la historia de un pueblo, que es el pueblo judío.

Mientras que el Nuevo Testamento está centrado en la figura de Jesús, el Mesías.

También hay diferencias relacionadas con la progresión didáctica de la enseñanza de Dios a los hombres.

Así, en el Antiguo Testamento se profetiza la venida del mesías y cuáles son las señales para identificarlo.

Mientras que en el Nuevo Testamento se identifica a Jesús con el Mesías y muestra el cumplimiento de esas señales.

En el Antiguo Testamento Dios enseña la maldad del pecado mostrando su ira hacia él.

Mientras que en el Nuevo Testamento muestra a Jesucristo tratando de rescatar a los que han caído en el pecado.

En el Antiguo Testamento se muestra un Dios preocupado por liberar al pueblo del mal y por eso castiga y reprime cuando los judíos le desobedecen y adoran ídolos.

Y es por eso también les entrega los diez mandamientos para que reglen su vida personal y en sociedad.

Ya con esta base, es que Jesús busca que las personas cambien también interiormente, predicando el perdón y el cumplimiento de la ley.

Por eso entonces nos encontramos que en el Antiguo Testamento Dios se preocupa por establecer las leyes y las reglas.

Y que en el Nuevo Testamento Jesús muestra cómo se deben cumplir.

La venida de Jesús a la Tierra es para la redención de los pecados que cometió el pueblo elegido por Dios, a pesar de las enseñanzas de Dios y sus 10 mandamientos.

 

NO HAY DOS DIOSES

Muchas veces hemos oído que el Dios del Antiguo Testamento es diferente al Dios del Nuevo Testamento.

Dicen que el Dios del Antiguo Testamento está lleno de ira y es castigador.

Mientras que el Dios que presenta el Nuevo Testamento está lleno de amor y gracia.

Sin embargo eso no es así.

Por ejemplo, en el Antiguo Testamento se describe permanentemente a Dios como lento para la ira y con amor misericordioso.

El amor eterno y misericordioso de Dios se menciona 200 veces en el Antiguo Testamento.

Y se muestra cómo Dios permanece en su amor por el pueblo judío a pesar de los pecados y rebeliones; se muestra su impresionante paciencia.

Pero contrariamente a lo que algunos opinan, Jesús ha hablado mucho más sobre el castigo eterno, o sea el infierno, de lo que han hablado los libros del Antiguo Testamento.

Al punto que tres de cada cuatro menciones sobre el castigo eterno aparecen en el Nuevo Testamento y una en el Antiguo Testamento.

También se ha dicho que el Dios del Antiguo Testamento era intolerante y extremadamente celoso.

Sin embargo las exigencias que pide Jesús para seguirlo son mucho más fuertes a nivel personal que las expresadas en el Antiguo Testamento.

Las diferencias entre las enseñanzas de Jesús y las del Antiguo Testamento se deben a la didáctica de Dios en el proceso de aprendizaje del pueblo.

Jesús pudo revelar su mensaje porque tenía una base que venía de las enseñanzas del Antiguo Testamento.

Allí se había revelado las características centrales de Dios y Jesús lo que hizo fue refinar y completar alguna de esas características.

Fuentes:

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