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Los Modernistas Niegan los Milagros: el caso del Traslado por Ángeles de la Casa de Nazaret a Loreto

Argumentos de los modernistas para negar los milagros de Jesús, del traslado por Ángeles de la Casa de Nazaret y de la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Uno de los milagros más impresionantes que se ha producido en la Tierra en estos 2000 años fue el traslado de la casa donde vivió la Sagrada Familia en Nazaret, por medio de ángeles y por el aire a Italia.

Hay numerosas pruebas de que fue así, desde visiones y mensajes, hasta estudios arqueológicos e históricos, y los sucesivos Papas desde el siglo XIII lo han refrendado.

Sin embargo el racionalismo de los modernistas los lleva a no creer en los milagros y ensucian la verdad con hipótesis que no pueden mostrar, pero que siembran cizaña, más tratándose de algo dicho por un sacerdote.

Aquí hablaremos cómo los modernistas descreen de los milagros, por qué lo hacen, cómo esto sucede con la aparición de la Virgen de Guadalupe y especialmente cómo lo usan para desacreditar el milagro del traslado angélico de la Casa de Loreto, para privilegiar políticas solamente humanas.

Durante el siglo XX y hasta nuestra época los modernistas dentro de la Iglesia han estado tratando de desmontar la credibilidad en los milagros.

Parten de considerar, por ejemplo, que los milagros de Jesús son hechos que no sucedieron como los cuenta el Evangelio, que no son hechos históricos sino sólo metáforas para reforzar la fe.

A pesar que la veracidad y la historicidad de los Evangelios ha sido siempre afirmada por la Iglesia y también por el Concilio Vaticano II, al que suelen invocar espuriamente.

Por ejemplo el cardenal Walter Kasper sostiene que la mayor parte de los milagros referidos en los Evangelios son relatos compuestos literariamente por las primeras generaciones cristianas para expresar su fe en Cristo.

Porque parte de la base que Dios jamás actúa en su omnipotencia alterando el orden de la creación.

¿Y entonces qué deberíamos hacer con la Biblia? 

Porque por ejemplo, de los 666 versículos del Evangelio de San Marcos, un 31% refieren a milagros, y en los primeros diez capítulos es aún más acentuado, un 47% se refieren a milagros.

Sin embargo en la propia Biblia aparece la explicación de por qué los milagros fueron tales.

Los milagros de Jesús fueron realizados para verificar la verdad de Sus palabras, en Juan 10:38 leemos «aunque no me creéis a Mí, creed a las obras».

Y algunos casos, como por ejemplo la muerte de Lázaro, que estuvo muerto por cuatro días, y ya olía mal, vuelve a la vida por la palabra de Jesús, en Juan 11, y no puede considerarse sino por una alteración momentánea del orden natural permanente, salvo que el escritor bíblico se empeñe en tergiversar la realidad. 

Esta guerra contra los milagros de Jesús contados en la Biblia, se trasladan con más razón a los milagros realizados en las apariciones marianas.

El caso más llamativo lo encontramos en la Virgen de Guadalupe del Tepeyac.

Nada menos que el el abad de la Basílica de Guadalupe por 33 años, Guillermo Schulenburg negaba la existencia histórica del indio Juan Diego, que es lo mismo que negar las apariciones de la Virgen de Guadalupe.

Por lo que el cardenal Norberto Rivera terminó expulsándolo de la Basílica.

El 27 de septiembre de 1999, el padre Schulenberg y tres clérigos de la Basílica enviaron una carta a Roma donde advertían el error de canonizar al indio Juan Diego, y añadieron además que, del examen de la imagen de la Virgen de Guadalupe se deduce que reúne «todas las características de una pintura hecha por mano humana, con el deterioro propio de la antigüedad».

Esto es sólo la parte visible del iceberg, que muestra que hay una veta de guadalupanismo eclesiástico que descree del milagro de la aparición.

Y esto mismo se puede ver respecto al milagro del traslado angelical por los aires de la casa de Loreto desde Tierra Santa a Italia en el siglo XIII.  

La sagrada morada donde nació la Santísima Virgen y que había sido el lugar de la Anunciación y de la Encarnación de Nuestro Señor, donde el Niño Jesús había crecido bajo el cuidado de María y de José, fue colocada por los ángeles en la vía pública que lleva a Ancona según han sostenido sucesivos Papas desde esa fecha, arqueólogos e historiadores.

Hay innumerables pruebas de que se trata de la misma casa que hoy ha desaparecido de Nazaret.

Las medidas de los tres muros sagrados de la casa de Italia coinciden con los cimientos de Nazaret. 

Los análisis científicos sobre el suelo, las piedras, la argamasa, la orientación de la casa, así como múltiples testimonios y datos históricos, confluyen en sustentar la milagrosa traslación. 

Sin embargo, hoy preferimos creer en otra cosa, porque es un milagro demasiado portentoso para ser cierto, para nuestra mente racionalista.

En los últimos 100 años han aumentado los escépticos y los negacionistas, y hoy la traslación angélica se reduce a considerarla una leyenda piadosa, olvidada o relegada a un segundo plano

Y es especialmente nocivo en el ámbito eclesial, que podría beneficiarse mucho en reevaluar uno de los mayores milagros que Dios nos ha regalado, que además tiene una cantidad considerable de documentación histórica, arqueológica y científica que va de la mano con el hecho de la fe.

La historia de este milagro comienza en 1291, cuando la caída del último bastión cristiano en Tierra Santa y la expulsión de los cruzados. 

Apenas unos días antes de su derrota final a manos de los musulmanes, la Santa Casa de Nazaret fue arrancada de sus cimientos y llevada por ángeles a Trsat, hoy un distrito de la ciudad de Rijeka, Croacia, en la noche entre el 9 y 10 de mayo de 1291.

Para asegurarla de la amenaza de destrucción a manos de los turcos.

A un párroco local, Don Alessandro Giorgiewich, se le apareció la Virgen, curándolo de hidropesía y revelándole que las tres paredes que aparecieron de improviso en Trsat eran su casa en Nazaret.

Y el mismo sacerdote fue a Tierra Santa, y pudo comprobar que en Nazaret los tres muros sagrados, sobre los que se había construido la Basílica de la Anunciación, no existían más.

La Santa Casa permaneció en Trsat durante tres años y siete meses, siendo trasladada nuevamente por los ángeles, esta vez a Italia, en la noche entre el 9 y el 10 de diciembre de 1294.

La casa de la Sagrada Familia tocó por primera vez suelo italiano, quedando cerca de Ancona, en la localidad de Posatora.

Unos nueve meses después, tuvo lugar la tercera traslación documentada, a un bosque de una señora llamada Loreta, en un lugar llamado luego «Veleta».

Pero debido al peligro de los bandoleros de la zona, se produjo un cuarto traslado, al Monte Prodo, a terrenos de los hermanos Rinaldi, quienes, arrebatados por la codicia de la afluencia de peregrinos, intentaron apoderarse de la propiedad de la Santa Casa. 

Y al final en 1296, después de cuatro meses en esta granja, la Santa Casa partió y aterrizó en la vía pública que conecta Recanati y Ancona, donde permanece hasta el día de hoy.

Hay numerosas manifestaciones del Cielo de este fenómeno y pruebas arqueológicas.

Y existe por ejemplo un santuario construido en el siglo XIII en memoria de la permanencia de la Santa Casa en Trsat, donde se puede leer en el mármol, «la Casa de la Santísima Virgen María vino de Nazaret a Trsat, en el año 1291, el 10 de mayo y partió el 10 de diciembre de 1294».

Y San Nicolás de Tolentino, vio a los ángeles que transportaban la casa a la región de Marche en Italia, en 1294.

Numerosos Papas y Santos han considerado estas pruebas como fidedignas, y los arqueólogos e historiadores que han estudiado el caso, consideran que hubiera sido un milagro aún mayor que la casa hubiera soportado cinco traslados por barco y por tierra manteniendo su estructura, que si la hubieran trasladado los ángeles.

Sin embargo, la idea del milagro no entra en la cabeza de los modernistas.

Y entonces apareció el padre Giuseppe Santarelli por lo años ’70, un capuchino que llevó adelante una férrea campaña negando el traslado angelical de la casa, y formulado la hipótesis, con débiles pruebas, que la casa había sido trasladado por la familia Angeli desde Tierra Santa a Italia por barco, y de ahí que se confunda que fueron los ángeles.

Y últimamente, el 8 de septiembre de 2022, apareció un artículo del Padre Giuseppe Faraci en el órgano oficial de la Basílica de Loreto, respaldado por el obispo de Loreto y también por el redactor jefe de la revista, Vito Punzi.

Este artículo promueve la falsedad de que la casa fue traslada en barco, con una prueba falsa y para justificar el discurso políticamente correcto que predomina en el Vaticano, de promoción de las migraciones.  

Tomó una serigrafía del artista Valeriano Trubbiani del año 2003 en que retrataba la casa siendo trasladada por barco y dijo que era del siglo XVII, haciendo ver que desde hace siglos se cree que la casa fue trasladada en barco.

Y escribió,

«Recordemos que también la Santa Casa llegó en un barco como refugiada en busca de un lugar de desembarco… Se movió por tierra y por mar, y corría el riesgo de perder pedazos, pero hoy está aquí en el santuario de Loreto, ella también llegó por mar como tantos de nuestros hermanos».

Bueno hasta aquí lo que queríamos exponer sobre cómo la verdad de las manifestaciones del Cielo en la Tierra a través de milagros, están siendo negados dentro de la Iglesia.

Porque se rechazan los milagros y se usan los hechos, que siempre la Iglesia consideró milagros, para promover políticas e ideologías humanas, como las referidas a migraciones, en lugar de reconocer la intervención directa y visible de Dios en el mundo.  

Y me gustaría preguntarte si te has encontrado con sacerdotes y laicos católicos que descreen de los milagros o no.

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La Milagrosa Aparición de la Verdadera Casa de la Anunciación en Loreto, Italia https://forosdelavirgen.org/ortodoxos-loreto/

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A Nuestra Señora de Loreto DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a Nuestra Señora de Loreto

ORACIÓN ANTE EL SAGRARIO

¡JESÚS SACRAMENTADO, HIJO VERDADERO DE DIOS Y DE LA VIRGEN NUESTRA SEÑORA!

Creemos firmemente que estas aquí, real y verdaderamente presente; que eres nuestro Salvador y Redentor; que eres «Luz de los Pueblos»; alimento de nuestras almas; amigo que nunca falla; nuestro Camino, Verdad y Vida; Hijo Predilecto del Padre.

Esperamos en Ti, que tienes Palabras de Vida Eterna; que eres Bueno y Misericordioso; que tienes un corazón, lleno de bondad y de Amor, manso y humilde; que perdonas nuestras faltas y pecados, que aunque sean grandes, mayor es tu perdón y tu amor.

Te amamos, y queremos amarte, como Tú quieres que te amemos: «Con todo el corazón, con toda el alma, con todas nuestras fuerzas».

Y porque sabemos que nos amas, queremos amarte con la entrega y ardor, con que te amaba María, Madre tuya Inmaculada y Dulce Madre nuestra. Y siguiendo tus huellas, queremos dar nuestra vida por Ti y por nuestros hermanos, a quienes queremos amar, como Tú nos amas.

Te prometemos:

– Que nunca te dejaremos de amar. Te decimos las mismas palabras que Pedro, tu Apóstol Predilecto y nuestro Titular: “Aunque todos te abandonen, yo no”.

– Que seguiremos siempre al Papa «el Dulce Cristo en la tierra»; a nuestro Obispo, sucesor de los Apóstoles, y a nuestros Sacerdotes, vínculo y garantía de unión con el Obispo y con el Papa.

– Que te recibiremos en la Comunión con frecuencia y dignamente, pues, sabemos que eres el Pan de Vida Eterna; que te visitaremos asiduamente, siguiendo el ejemplo de Nuestra Señora, Perpetua adoradora de tu Corazón Eucarístico, porque creemos que estás aquí y nos esperas. Y que asistiremos a la Santa Misa participando piadosa, activa y conscientemente, como quiere la Iglesia a la que por tu gracia pertenecemos.

¡ALABADO SEA JESÚS SACRAMENTADO, SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO!

¡VIVA JESÚS SACRAMENTADO, VIVA Y DE TODOS SEA AMADO! AMEN.

 

ORACIÓN AL SANTÍSIMO “LIGNUM CRUCIS”

¡TE ADORAMOS OH CRISTO Y TE BENDECIMOS QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO!

Santísimo Cristo, a Quien la obediencia al Padre y el amor a nosotros, tus hermanos, te llevó al Madero de la Cruz. Adoramos el LIGNUM CRUCIS, te agradecemos tu Pasión y Muerte, celebramos tu Resurrección, nos consagramos a tu amor y servicio.

Queremos amarte como Tú nos amas, seguirte fielmente y estar siempre junto a Ti.

Bendice al Papa, a nuestro Obispo y a los Sacerdotes, para que nos enseñen a conocerte mejor y a amarte más.

Protege a nuestras familias, a esta Parroquia, a los aeronavegantes, a nuestro mundo actual. Disipa toda guerra, odio, desunión, discordias y conformismo.

Concede a los pecadores la gracia de volver en sí, para que vuelvan a Ti, y a los justos la firmeza en la fe y en la caridad, a los niños que no pierdan la inocencia, a los jóvenes que se sientan responsables para construir un mañana feliz, a los enfermos la salud, a los difuntos la felicidad y la paz del cielo y a cuantos no te conocen o no te aman, tu luz, tu perdón y misericordia.

Danos el pan de cada día, colegios suficientes, hogares dignos y puestos de trabajo.

Aumenta el número de los llamados al Sacerdocio y a la vida religiosa.

Haz, que cuantos honramos el LIGNUM CRUCIS, sepamos seguir llevando nuestra propia Cruz con amor y alegría como llevaste la tuya.

Te lo pedimos por la intercesión de nuestra Madre, Reina y Señora de Loreto. Amén

 

ORACIÓN A NTRA. SRA. DE LORETO

¡Dios te salve, Reina del cielo y de la tierra, Madre y Señora de Loreto!

Hoy queremos evocar aquel primer Viernes Santo, en el que subiste con Cristo al Calvario, estuviste de pie, junto a su Cruz, recogiste su testamento y quedaste sumida en la más amarga soledad.

Eres Madre y Señora de Loreto la fiel discípula de Jesucristo, le seguiste a todas partes, hasta el momento supremo de la Cruz, acompañada de los pocos discípulos fieles.

La Virgen orante, oyente y oferente. Oraste en Caná de Galilea, al traspasar tu alma de dolor la necesidad de aquellos esposos. Oíste siempre a Jesús, y tan perfectamente que Él nos dijo «Bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen». Ofreciste tu Hijo al Padre y con Él te ofreciste como Corredentora de nuestras almas.

Te saludamos, Madre de Dios, siempre Virgen, Inmaculada y Asunta al cielo, Dogmas marianos que confesamos públicamente y por cuya defensa estamos dispuestos hasta derramar nuestra sangre.

Te invocamos como nuestra Auxiliadora, Abogada, Remedio, Socorro, Medianera, Corredentora, nuestro Modelo, Signo de Esperanza y de Alegría, nuestro Consuelo, Madre de la Iglesia, Madre Dolorosa, Nuestra Señora y Señora Nuestra.

Enséñanos a ser verdaderos Hijos de Dios e Hijos tuyos y fervientes cristianos, que demos testimonio del Evangelio en nuestros ambientes y en nuestro mundo, viviendo con entusiasmo y alegría nuestros compromisos bautismales.

Queremos ser tuyos, todo tuyos y siempre tuyos.

Te pedimos «Tú que nos sonreíste en la suave mañana de nuestra vida, vuelve, Madre a sonreírnos ahora», en este «ahora» en que vivimos azotados por el mundo y por el maligno.

«Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos». Mira con ternura a nuestros hermanos, a nuestras familias, a nuestras Parroquias, a nuestra Diócesis. Defiende la inocencia de los niños, fortalece las ilusiones de los jóvenes, aumenta la esperanza de los mayores.

Y si algún día, nos olvidamos de Ti, Pastora Divina de nuestras almas, sal al encuentro de la oveja perdida, llénala del Rocío de tu mirada y tráela al redil de Cristo, en el que queremos vivir y morir, ¡Oh Clemente, Oh Piadosa, Oh Dulce Virgen y Señora de Loreto! Amén.
Censura Eclesiástica.- Rg 621.S-9. VIII.1993

 

ORACIÓN DE S.S. BENEDICTO XVI A LA VIRGEN DE LORETO

Visita al Santuario Lauretano
1 de Septiembre del 2007

María, Madre del sí, tú escuchaste a Jesús
y conoces el timbre de su voz
y el latido de su corazón.
Estrella de la mañana, háblanos de él
y descríbenos tu camino
para seguirlo por la senda de la fe.

María, que en Nazaret habitaste con Jesús,
imprime en nuestra vida tus sentimientos,
tu docilidad, tu silencio que escucha y hace florecer
la Palabra en opciones de auténtica libertad.

María, háblanos de Jesús, para que el frescor
de nuestra fe brille en nuestros ojos
y caliente el corazón de aquellos
con quienes nos encontremos,
como tú hiciste al visitar a Isabel,
que en su vejez se alegró contigo
por el don de la vida.

María, Virgen del Magníficat
ayúdanos a llevar la alegría al mundo
y, como en Caná, impulsa a todos los jóvenes
comprometidos en el servicio a los hermanos
a hacer sólo lo que Jesús les diga.

María, dirige tu mirada al ágora de los jóvenes,
para que sea el terreno fecundo de la Iglesia italiana.
Ora para que Jesús, muerto y resucitado,
renazca en nosotros
y nos transforme en una noche llena de luz,
llena de él.

María, Virgen de Loreto, puerta del cielo,
ayúdanos a elevar nuestra mirada a las alturas.
Queremos ver a Jesús, hablar con él
y anunciar a todos su amor.
Amén

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A Nuestra Señora de Loreto DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Galería Movil

Letanías Lauretanas

Después de los cinco misterios se suele rezar las letanías lauretanas o loretanas. Estas letanías provenientes del Santuario mariano de Loreto (de ahí el nombre de lauretanas), en Italia, son invocaciones que honran a la Santísima Virgen, Madre de Dios, con símbolos y figuras tomados sobre todo de la Sagrada Escritura.

Las letanías son una serie de alabanzas y súplicas ordenadas, repetidas y concordes entre sí, por las que se ruega a Dios y su madre Santa María. Etimológicamente la palabra letanía proviene del vocablo griego litanueo que significa súplica o rogativa…

 

Letania Lauretana

Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros

Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo, R
Dios Espíritu Santo, R
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, R

Santa María, Respuesta:»Ruega por nosotros»
Santa Madre de Dios, R
Santa Virgen de las vírgenes, R

Madre de Cristo, R
Madre de la Iglesia, R
Madre de la divina gracia, R
Madre purísima, R
Madre castísima, R
Madre virginal, R
Madre inmaculada, R
Madre amable, R
Madre admirable, R
Madre del buen consejo, R
Madre del Creador, R
Madre del Salvador, R

Virgen prudentísima, R
Virgen digna de veneración, R
Virgen digna de alabanza, R
Virgen poderosa, R
Virgen clemente, R
Virgen fiel, R

Espejo de justicia, R
Trono de la sabiduría, R
Causa de nuestra alegría, R
Vaso espiritual, R
Vaso digno de honor, R
Vaso insigne de devoción, R
Rosa mística, R
Torre de David, R
Torre de marfil, R
Casa de oro, R
Arca de la alianza, R
Puerta del cielo, R
Estrella de la mañana, R
Salud de los enfermos, R
Refugio de los pecadores, R
Consuelo de los afligidos, R
Auxilio de los cristianos, R

Reina de los ángeles, R
Reina de los patriarcas, R
Reina de los profetas, R
Reina de los apóstoles, R
Reina de los mártires, R
Reina de los confesores, R
Reina de las vírgenes, R
Reina de todos los santos, R
Reina concebida sin pecado original, R
Reina elevada al cielo, R
Reina del santísimo rosario, R
Reina de las familias, R
Reina de la paz, R

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Oremos:
Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus sievos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

 

HISTORIA

Los orígenes de las letanías se remontan a los primeros siglos de la cristiandad. Las letanías eran súplicas dialogadas entre los sacerdotes y los fieles, y se rezaban sobre todo en las procesiones. Aunque al principio eran dirigidas sólo a Dios (en súplicas) se añadieron con el tiempo invocaciones a santos y sobre todo a la Virgen María (en intercesiones) usadas a partir del siglo VII.

En la liturgia oriental se usaron desde el siglo III. La composición de letanías marianas siguió la línea de las generales y de las de los Santos. En éstas se invocaba a María de tres modos: Sancta María, Santa Dei Genetrix y Santa Virgo Virginum. A lo cual siguió una serie de reflexiones y elogios de los santos padres orientales que constituyen el germen de las futuras letanías marianas.

El germen halló ambiente en la popularidad del Oficio de la Virgen Santísima que se cantaba en algunos monasterios. Este «Oficio» no era fijo y tenía variaciones según la orden religiosa que lo cantaba; éstas variaciones fueron abolidas por Pío V cuando estableció el «Oficio Parvo de la Virgen» reformado. Lo cierto es que entre las variantes que existían habían ciertas letanías que se parecían a las futuras Lauretanas.

Las más antiguas letanías a María propiamente dichas se encuentran en un códice de Maguncia del siglo XII titulado Letania de Domina Nostra Dei genenetrice Virgine Maria. Ora valde bona, cotidie pro quacumque tribulatione dicenda est, con alabanzas largas y en cada verso repitiendo el Sancta María.

En el siglo XV y XVI las letanías marianas empezaron a multiplicarse. Por el año 1500fueron creadas una serie de letanías en el santuario de Loreto hechas para el lugar. Hacia 1575 surgen unas nuevas letanías lauretanas conocidas como «modernas» con alabanzas puramente bíblicas, que se hicieron tan populares que las primeras versiones fueron pasadas a segundo plano. Sixto V las aprobó en 1587 e incluso les dio indulgencias.

Hacia el siglo XVII la situación se hizo exagerada, en Loreto se tenía una letanía para cada día de la semana y no era el único caso. En 1601, con el decreto Quoniuam multi del 6 de setiembre, el Papa Clemente VIII prohibió todas las letanías que existían con excepción de las incluidas en el Misal y el Breviario y también las del santuario de Loreto, aquellas letanías ya eran llamadas como lauretanas. Paulo V, en 1503, ordenó que se cantasen en la basílica romana de Santa María La Mayor en festividades de la Virgen María. Los dominicos en 1615 ordenaron que se recite en todos sus conventos después de sus oraciones de los sábados.

Con el tiempo se han ido añadiendo más títulos a ellas, como León XIII quien añadió «Reina del Santo Rosario», y «Madre del Buen Consejo», Benedicto XV añadió «Reina de la paz», Pío IX el «Reina concebida sin pecado original», Pío XII en 1951 «Reina asunta al cielo», Pablo VI el «Madre de la Iglesia» y «Rosa Mística» y Juan Pablo II incluyó el «Reina de las Familias».

En el libro «Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones» editado en el Vaticano en el año 2002 se define las Letanías así:
Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-súplica. (…) En los libros litúrgicos del Rito Romano hay dos formularios de letanías: Las Letanías lauretanas, por las que los Romanos Pontífices han mostrado siempre su estima; las Letanías para el rito de coronación de una imagen de la Virgen María, que en algunas ocasiones pueden constituir una alternativa válida al formulario lauretano.

León XIII recomendó concluir durante el mes de octubre (mes del Rosario) la recitación del Rosario con el canto de l
as Letanías lauretanas, con ello se pensó que las Letanías eran parte del rezo del Rosario, cuando en realidad son un acto de culto por sí mismas pudiendo ser usadas para rendir un homenaje a la Virgen sea en una procesión (como en su uso primitivo) o como parte de una celebración de la Palabra de Dios.

Después del Concilio Vaticano II surgieron letanías que reflexionaban en torno a los documentos sobre María como la Lumen Gentium o la Marialis Cultus. Un claro ejemplo es el libro publicado en 1981 llamado: «Rito de Coronación de las imágenes de la Virgen María» que propone letanías donde los términos «Señora» y «Reina» abundan, dada la liturgia de tono glorioso donde se recitan.

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A Nuestra Señora de Loreto DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena a Nuestra Señora de Loreto

Su fiesta se celebra el 10 de diciembre y su novena comienza el 1º de diciembre.

Una tradición del siglo XIII nos cuenta que la Santa Casa donde nació la Virgen María y recibió el Anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios y en donde vivió con Jesús y San José, fue trasladada por ángeles primero de Nazareth a Dalmacia y en 1294 de ahí a Loreto en Italia.

 

SEÑAL DE LA CRUZ

ACTO DE CONTRICIÓN

ORACIÓN

¡Oh, Madre mía! desde tu Casa de Loreto nos invitas, cariñosa a que nos acerquemos a ella con palabras de la Sabiduría: “Bienaventurado el hombre que me escucha, y vela continuamente a las puertas de mi Casa, y está en observación en los umbrales”. (Prov. 8,34).

Presuroso y con un corazón contrito y humillado acudo a tu santa Casa, Madre querida, para que por la meditación constante de los grandes misterios que en ella se operaron me excite a la práctica de las virtudes que tú me enseñas, me abras sus puertas y más tarde las del cielo. Así sea.

DÍA PRIMERO

¡Oh, Madre mía! Tu Casa fue envuelta por el poder infinito de Dios, para que el pecado no penetrara en ella en el momento feliz de tu Concepción Inmaculada. Te suplico me hagas participante del cúmulo casi infinito de gracias que entonces derramaron a porfía sobre ti, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y me alcances, en particular, tal pureza de cuerpo y alma, que merezca ser en tu Casa digno hijo tuyo y hermano de Jesús, Así sea.

EL ÁNGELUS

V. El ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
_ Dios te salve, María, etc.
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
_ Dios te salve, María, etc.
V. El Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
_ Dios te salve, María, etc.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

Dígnate, Señor, infundir tu gracia en nuestras almas, a fin de que, habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación de tu Hijo, podamos llegar por los méritos de su pasión y cruz, a la gloria de la resurrección, por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh, Madre y defensa mía! Tu casita de Loreto fue la fortaleza desde la cual derrocaste el poder del infierno y el primer Sagrario del mundo que preservaste de la profanación de sus enemigos.
Ven a mi corazón, sea él tu nueva casa que defiendas contra la multitud de enemigos que la asedian; permanece en ella con Jesús, tu hijo, para que yo sea como un sagrario en este mundo hasta que me introduzcas en el cielo. Así sea.

DÍA SEGUNDO

(En este día y siguientes, lo mismo que el primero, excepto la oración propia).
Tu nacimiento, ¡Oh, Estrella de la mañana!, llenó el cielo de alegría y la tierra de honor y felicidad. Tu Nombre dulcísimo, que entonces se oyó por primera vez en la Santa Casa repercutió con celestial melodía en el mundo entero, llevando la esperanza a los mortales. Disipe tu luz las tinieblas del pecado que me envuelven desde que nací, y tu Nombre se grabe en mi alma, como señal de los moradores de tu Santa Casa en este mundo, y sea prenda de mi eterna morada en el cielo. Así sea.

DÍA TERCERO

¡Oh, Niña encantadora de Loreto, Tú eres el lirio entre espinas, blanco por la pureza de tu cuerpo, oro por el fervor de tu caridad y fragante por la humildad de tu corazón.
Que estas virtudes de tu niñez, cuyos perfumes impregnaron los muros de tu casita de Loreto, saturen también mi corazón, para que así como ella fue trasladada a Loreto para no ser profanada, sea yo también llevado al cielo. Así sea.

DÍA CUARTO

¡Oh, Madre mía! Al tomar el Verbo de Dios la carne inmaculada que Tú le prestaste, te hiciste Madre de Dios y a nosotros hermanos de Jesús. Concédeme que al contemplar en la Encarnación el más grande de los misterios obrados en tu Santa Casa, mi carne flaca se una con tu espíritu y el de Jesús, para que pueda formar parte de la Sagrada Familia de la que Tú eres Madre tierna, en cuyo seno quiero vivir y morir. Así sea.

DÍA QUINTO

¡Oh, Madre del Amor Hermoso! La primera impresión del amor maternal hacia el Hijo que llevabas en tus entrañas, derritió tu alma santísima. Deja caer sobre mi duro corazón siquiera una gota de ese amor hermoso, que lo purifique e inflame para amar como Tú amaste en este mundo y ser amado de Dios en el otro. Así sea.

DÍA SEXTO

¡Virgen suavísima! Tu castísimo esposo José, consolado por tu intercesión amorosa te veneraba lleno de fe en compañía de la corte celestial, mientras fuiste el Sagrario vivo de mi Jesús.
Fortalece mi espíritu; consuélame en mis temores y dudas; y, ya que te venero en este misterio con José, tu esposo, los santos del cielo y los justos de la tierra, no me falte tu compañía y la de tu Santo Esposo en la hora de la muerte. Así sea.

DÍA SÉPTIMO

¡Madre obedientísima! Con el fin de dar cumplimiento a las profecías y sumisa también a la voluntad del César, te dirigiste a la ciudad de David, dando a luz allí al Verbo Encarnado; pero una vez que lo presentaste en el Templo, volviste presurosa a Nazareth, para darle posesión de tu Santa Casa.
¡Madre mía! Ya que te he seguido hasta Belén, y allí contigo he adorado a Jesús, no me cierres las puertas de tu casa bendita; quiero en ese recinto dichoso, amarlo más y más, para seguir amándole en el cielo. Así sea.

DÍA OCTAVO

¡Oh, Madre dolorosa! Las amarguras y tormentos de la Pasión, vistos en lontananza, inundaron tu Santa Casa, durante la infancia de Jesús, permaneciendo Tú amorosamente resignada, en unión con Jesús, tu Hijo y tu castísimo esposo José.
Ya que las aflicciones y penas merecidas por mis pecados, han llegado hasta el seno de mi familia, concédeme la misma resignación a mí y a todos los míos; a fin de que asemejándonos a tu Sagrada Familia, tengamos la misma recompensa en el cielo. Así sea.

DÍA NOVENO

¡Oh, Madre mía! Felices han sido los días que he pasado en tu Santa Casa. Los misterios inefables, que contigo he meditado, llenan de luz mi inteligencia y mi corazón de esperanza y amor. Mil gracias, Madre mía. En este templo de Loreto, enriquecido con las mismas gracias de la casa donde naciste, procuraré tu gloria al mismo tiempo que el provecho de mi alma. Tu casa será mi casa y tu cielo será mi cielo. Así sea.

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LORETO

¡Oh, misericordiosa Virgen de Loreto, abogada y protectora de los hogares! Derrama sobre nosotros, que nos ponemos bajo tu amparo, tu santísima bendición y aparta de nuestras almas y de nuestros hogares, las divisiones, los conflictos y las tensiones entre los que en ellos habitan. Alivia nuestras penas. Enséñanos a vivir con armonía y haznos capaces con tu auxilio, de encontrar los recursos y saber construir con ellos un verdadero hogar. Consérvanos siempre un techo donde cobijarnos, una habitación donde compartir con nuestros familiares y amigos un ambiente de paz, en el que podamos amarnos y servirnos recíprocamente.
Piadosísima Virgen, acoge nuestros ruegos con la dulzura y piedad que Dios ha puesto en tu corazón. Te lo pedimos por tu hijo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

 

CONSAGRACIÓN

Santa Familia de Nazareth, modelo de todas las familias cristianas, nosotros te bendecimos y te veneramos con el alma en fiesta.

Nos consagramos a ti, para que nuestra morada llegue a ser un santuario de la presencia de Dios, cuna de nuevas existencias donde padres, hijos, ancianos y jóvenes crezcan en el amor recíproco.

Santa Familia de Nazareth, irradia, desde la Colina Lauretana, sobre el mundo: luz, fe y fuerza de amor. Protege nuestras familias y dirígelas por los caminos de las bienaventuranzas evangélicas. Amén.

Virgen de Loreto: ¡Ruega por nosotros!

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