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05 Mayo ADVOCACIONES Y APARICIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Movil Noticias 2019 - enero - junio Peregrinaciones y Santuarios Perú Santuarios

Festividad del Señor de Qoyllorit’i, gran Peregrinación en el Cusco, Perú (Pentecostés)

La festividad del Señor de Qoyllorit’i se desarrolla año tras año en el paraje de Q`OYLLOR RIT`I.

Al pie de los nevados de SINAKJARA Y COLQUEPUNCO, distante 8.5 kms. de Mahuayani (distrito de Ocongate, Prov. de Quispicanchi, Depto. del Cusco.

Tiene su origen de devoción católica a partir del año de 1780.

La peregrinación sincretista, entre mayo y junio, tiene más de 200 años y surge de una aparición de Cristo crucificado en una roca de la cordillera.
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La mayor concentración de peregrinos se da el Domingo de la Santísima Trinidad.

Santuario de Sinakara
Santuario de Sinakara

Comienza el Día de la Ascensión y termina el primer martes después de la Santísima Trinidad.

Santuario aerea
Santuario aerea

Es una de las mayores actividades religiosas que se desarrolla en la sierra sur del Perú.

Con una participación activa de gran cantidad de devotos que se autodenomian «naciones», procedentes de diversos pueblos y ciudades.

Esta festividad se realiza en el paraje de Q`oyllor Rit`i, al pie de los nevados de Sinakjara y Colquepunco (Dist. de Ocongate, Prov. de Quispicanchi , Depto. del Cusco.

Al lado del Santuario
Al lado del Santuario

Esta festividad y el santuario del Qoyllorit’i fueron declarados patrimonio cultural de la nación el 10 de agosto del 2004.

Posteriormente en noviembre del 2011 la Unesco inscribió a la «Peregrinación al santuario del Señor de Qoyllorit’i» como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Imagen del Señor de Qoyllurit
Imagen del Señor de Qoyllurit

 

ORIGEN DE LA DEVOCIÓN

La siguiente es la versión oficial compilada por el cura del poblado de Ccatca entre los años 1928 y 1946.

En 1780 un niño mestizo llamado Manuel se le apareció a Mariano Mayta, un niño quechua que pastoreaba en las alturas del nevado Colquepunku.
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Únicamente Marianito podía ver al niño rubio.

Columnas de peregrinos
Columnas de peregrinos
Columna de peregrinos en la nieve
Columna de peregrinos en la nieve

Ambos se hicieron buenos amigos.
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El padre de Mariano al enterarse de esto fue en busca de su hijo y quedó sorprendido al notar que su ganado había aumentado.
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Como recompensa mandó a Mariano a comprar ropa nueva para Manuel.
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Debido a que el tipo de tela que portaba Manuel era solamente usada por el obispo del Cusco, se envió una comisión en búsqueda de este niño dirigida por el párroco de Ocongate.
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El sacerdote intentó atraparlo y cuando lo consiguió el niño se transformó en un árbol de tayanca.
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Mariano murió de la impresión en ese mismo lugar y fue luego enterrado bajo una piedra, en donde Manuel fue visto por última vez.

Peregrinos en estación de Via Crucis
Peregrinos en estación de Via Crucis
Peregrinacion a la cima en estación de Via Crucis
Peregrinacion a la cima en estación de Via Crucis

En el lugar donde fue enterrado Marianito, que fue el mismo sitio donde desapareció el niño rubio, apareció la imagen del Cristo crucificado estampado sobre una roca.
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Atrajo a un gran número de devotos indígenas quienes le encendían velas.
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Y allí se construyó el templo al que acuden en peregrinación en medio de las colosales montañas de nieve.

Esta imagen se empezó a conocer como el Señor de Qoyllorit’i.

 

En quechua, qoyllur significa estrella y Rit’i es nieve, por tanto Señor de Qoyllorit’i quiere decir Señor de la Estr ella de Nieve.

Carpas de peregrinos
Carpas de peregrinos

 

EL PEREGRINAJE

La festividad de Qoyllorit’i reúne a miles de peregrinos cada año, muchos de ellos de comunidades rurales en áreas cercanas.

Los campesinos asistentes se agrupan en dos naciones: Paucartambo y Quispicanchis.

Las comunidades campesinas de ambas naciones emprenden un peregrinaje anual a la festividad de Qoyllorit’i llevando cada una consigo una pequeña imagen de Cristo al santuario.

Estas delegaciones incluyen un gran elenco de danzantes y músicos vestidos en cuatro estilos principales.

Abriendo la procesión de una columna de peregrinos
Abriendo la procesión de una columna de peregrinos

 

LA FESTIVIDAD

La festividad es organizada por la Hermandad del Señor de Qoyllurit’i, una organización laica que también se encarga de mantener el orden durante la celebración.

Los preparativos empiezan el día de la Ascensión con la procesión del Señor de Qoyllorit’i desde su capilla en Mawallani hasta su santuario en Sinakara.

El primer miércoles después de Pentecostés, una segunda procesión lleva una estatua de Nuestra Señora de Fátima desde el santuario de Sinakara hasta una gruta cuesta arriba.

La mayoría de los peregrinos llegan el domingo de Trinidad que es cuando la eucaristía sale en procesión por el santuario.
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Al siguiente día el Señor de Qoyllorit’i es llevado en procesión a la gruta de la virgen y traído de vuelta.

En la noche de este segundo día los elencos de danzantes bailan por turnos en el santuario.

Al amanecer del tercer día, ukukus agrupados por naciones escalan los glaciares del monte Colquepunku para recoger cruces puestas en la cima, también traen consigo bloques de hielo que son considerados por tener cualidades medicinales.

Bailes de una comunidad
Bailes de una comunidad

 

UBICACIÓN DE LA PEREGRINACIÓN

El Santuario del Señor de Qoyllurit’i está ubicada en el paraje paraje de Q`oyllor Rit`i, al pie de los nevados Sinakjara y Colquepunco, sector oriental del nudo cordillerano de Chimboya, cuyo máximo exponente es el AUSANGATE ( 6,372 m.s.n.m.).

La temperatura varia en un rango de 12 Cº a medio día y de-10.5 Cº durante la noche.

Mas bailes
Mas bailes

 

DISTANCIAS

Las distancias AÉREAS entre Ocongate, Ausangate y el Santuario, son:
1) Ocongate (distrito) – nevado Ausangate : 25 kms. con rumbo sur.
2) Ocongate (distrito) – Santuario de Q`oyllor Rit`i : 19 Kms. con rumbo este
3) nevado Ausangate – Santuario de Q`oyllor Rit`i : 26 kms.
Ocongate marca el ángulo mayor del triángulo, con 90º o más

Por carretera, de Ocongate a Mahuayani dista 22 kms.; y de Mahuayani al Santuario, 8.5 kms. a pie.

El monumental panorama niveo de Chimboya se ubica en predios del distrito de Ocongate, Prov. de Quispicanchi, del Depto. del Cusco, camino a las selvas de Quince Mil (distante 136 kms. y a 643 m.s.n.m.), y Puerto Maldonado (distante 368 kms. y a 256 m.s.n.m., capital del Depto. de Madre de Dios).

Otros bailes
Otros bailes

 

NUMERO DE ASISTENTES A LAS FESTIVIDADES

FESTIVIDAD CENTRAL del Sr. Qoyllurrit’y: 80,000 personas (9 días de duración).
OCTAVA: 4000 personas (2 días de duración).
EXALTACIÓN DEL SR. DE QOYLLURRIT’Y (del 12 al 15 de Setiembre): 7000 personas.
SEMANA SANTA: 1200 personas (2 días de duración)
ASCENSIÓN DEL SEÑOR: 1500 personas (2 días de duración)
NAVIDAD: 500 personas (02 de duración).


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Señor de la Ascensión de Cachuy, Peregrinación al Jesucristo de los Andes, Perú (Mayo)

Por encima de los 3700 m.s.n.m. se encuentra la milagrosa imagen del Señor de la Ascensión.

En un pequeño pueblo llamado Cachuy, jurisdicción del distrito de Catahuasi, Provincia de Yauyos, Departamento de Lima, Perú, y a escasos 200 km.

La imagen apareció entre los años de 1690 a 1712, en un inhóspito paraje típico de las serranías limeñas.

Ver Oraciones al Señor de la Ascensión de Cachuy

  

LA APARICIÓN

Cachuy, en quechua significa: verde.

En el lugar conocido con este nombre hay un manantial, que a causa de la humedad del terreno, las hierbas están siempre verdes; debido a esta circunstancia, seguramente los antiguos llamaron a este paraje con el nombre indicado.

El pueblo de Cachuy, pertenece a la parroquia Santa María de Catahuasi, la cuál está a cargo de las madres misioneras de Jesús Verbo y Víctima.

Cuenta la tradición que en los tiempos remotos, Martín Barrios, humilde pastor, natural de Laraos, según unos y según otros de Huantán, apacentaba su ganado vacuno en un pastizal de la jurisdicción de Putinza, colindante con el de Tupe.

Su humilde choza se levantaba en “pampa de chuco”, distante 5 km. del actual pueblo de Cachuy.

Un buen día próximo a la festividad de San Lorenzo, patrón del pueblo de Putinza, se le extraviaron sus vacas.
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Habiendo ido a buscarlas, llegó a una pampita pedregosa llena de maleza y espinas, junto a unos pedregales vio una figura humana, que pareció ser la de un niño, vestido con una túnica blanca.
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Sorprendido por tan extraño hallazgo y creyendo ver visiones, se acercó a él y tomándolo por efigie de San Lucas, patrón de los vaqueros, la llevó a su choza, sin dejar de repuntar el ganado que extrañamente allí encontró.
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Al llegar a su morada, contó lo ocurrido a su esposa Elena y familiares mostrándole la imagen, improvisó un altarcito donde lo colocó y se pusieron a velarla hasta muy entrada la noche.

Al día siguiente advirtió, con sorpresa, que la imagen había desaparecido misteriosamente.

Confundido por este extraño acontecimiento, se echó a buscarla por todos los contornos de la casa, sin tener la suerte de encontrarla.

En la noche en sueños, le reveló que volvería a verla en el mismo sitio donde había ocurrido el hallazgo.

Tan pronto como amaneció, se encaminó, apresuradamente, al sitio indicado en el que con gran regocijo, volvió a encontrarla nuevamente.

Henchido de gozo se la llevó consigo y creyendo que su modestísima choza era inaparente para albergarla, edificó una capillita, junto a su morada, donde siguió tributándole, con mucho fervor y devoción el culto que merecía, con la seguridad de que le dispensaría el don de acrecentar en corto tiempo, el número de sus vacas.

A pesar del solícito culto que le rendía, la imagen volvió a desaparecer; pero Barrios, tenía la seguridad de encontrarla en el consabido lugar del hallazgo.

Se dirigió allí y la encontró, se la llevó y la colocó nuevamente en la capilla; esto aconteció muchas veces.

El día de la víspera de la fiesta de San Lorenzo se encaminó Barrios a Putinza, llevando consigo la milagrosa imagen.

Cuando hubo llegado al pueblo, su primer acto fue presentarla al párroco quien al punto reconoció que la imagen no era de San Lucas, sino la del Señor de la Ascensión, y dispuso que se colocara en un sitio preferente del altar mayor del templo y que nadie la moviese de allí, para disipar la creencia de la superstición del encantamiento muy generalizada por entonces, entre los sencillos habitantes del lugar.

El día de la celebración de la fiesta de San Lorenzo antes de la Misa, el sacerdote echó de menos la imagen y viendo que no estaba en el sitio donde había sido colocada el día anterior, la buscó dentro del templo, en la población y sus alrededores, sin resultado satisfactorio.

Ante este acontecimiento, el párroco y la gente creyeron que Barrios la había sustraído.

Las autoridades le conminaron a entregar pero él tomando el santo nombre de Dios, les aseguró no haberla sacado, y para dar mas firmeza a sus dichos, relató las desapariciones anteriores y así consiguió que le dejasen en libertad, con la condición de que, en vista de lo narrado, fuese a buscarla, con cargo de dar cuenta el cuarto día.

Transcurrido este corto lapso, la gente esperaba con impaciencia el regreso de Barrios.

Este, el día señalado, descendía la cuesta de “Chuco” trayendo la imagen milagrosa. Unos fueron a recibirla hasta “Añazo” y muchos se quedaron en la portada.

Como el párroco había caído gravemente enfermo, con ataques de cólicos hepáticos, falleció en esos instantes, por cuyo motivo la recepción se hizo sin ninguna ostentación.

Barrios, temeroso de que la gente supersticiosa pidiese su prisión, aprovechando del duelo que embargaba al pueblo, optó por huir a su estancia, llevándose la predicha imagen.

Imagen del Señor de la Ascención saliendo de la iglesia de Quinches

Presa de honda pena, contó a su esposa lo ocurrido, sin atinar él, ni ella el camino que debían tomar.

Pero el Señor, que conoce lo íntimo, todo lo secreto, lo consoló y le fortaleció en sueños, diciéndole: no tengas miedo, ni te aflijas.

No te mortificarán más, al contrario te ayudarán a edificar mi morada en el lugar que te he mostrado.

– Señor: ¿Cómo puedo, yo, débil criatura, edificar tu casa, en un lugar cubierto de espinas y piedras? – repuso Barrios.

– Para mañana, todas estas dificultades habrán desaparecido, arguyó el Señor.

Cuándo Barrios se presentó, al día siguiente, en el lugar indicado, encontró una pampa terraplenada, con extensión suficiente como para construir una capilla y una población.

Lleno de inefable gozo, llevó la nueva a sus familiares, pastores y vecinos, quienes fueron a constatar el suceso extraordinario, se agruparon en torno a la imagen para ofrendarle velas y flores.

Y después de un fervoroso velorio, procedieron a echar los cimientos del templo, en obediencia a las ordenes del Señor.

Estos primeros devotos, secundados por los pastores de los pueblos vecinos, edificaron la capilla, y alrededor de ella, levantaron sus casas, no sólo para guarecerse de las inclemencias del tiempo sino para morar junto al Señor y tributarle culto.

Las autoridades civiles y eclesiásticas de Putinza y Pampas, al tener conocimiento de estos acontecimientos, dispensaron mercedes a los devotos fundadores y concedieron el título de pago o caserío o agrupación, a este naciente centro poblado, que se llamó desde entonces “Señor de la Ascensión de Cachuy”.

Pago llamado erróneamente “Matupampa” o “Cachucaja”, por algunos.

Es posible que haya habido documentos escritos sobre este suceso extraordinario en los archivos parroquiales.

Pero han desaparecido al incendiarse los templos y casas parroquiales, incendios que se han originado al caer los cohetes que se quemaban en las festividades sobre el techo de paja.

Tal ocurrió en Pampas, Putinza, Yauyos, Huantán, Laraos. Así desaparecieron valiosos documentos, altares artísticos tallados en cedro y muchos otros enseres dedicados al culto.

La aparición del Señor y estás escenas tradicionales se cree que se han realizado por los años 1678, mucho después de la muerte de Santo Toribio de Mogrovejo.

   

COMO LLEGAR

Para visitar a la ermita del Señor de Ascensión de Cachuy, deben viajar por la Panamericana Sur hasta el km 146, Cañete.

De allí desviarse a la izquierda e ingresar al distrito de Imperial y seguir la ruta hacia Yauyos, cruzando pueblos donde se encuentran bodegas de vinos y cachinas: Lunahuaná, Uchupampa, Catapalla, Pacarán, Zúñiga y San Juan éste, último pueblo de la provincia de Cañete. Después de cruzar una inmensa roca que se eleva de la ribera del río Cañete hasta la cumbre del cerro “Airayá” se ingresa al territorio de la provincia de Yauyos.

El primer pueblo que aparece a nuestra vista es San Gerónimo, anexo del distrito de Víñac.

La carretera continúa por la margen izquierda del río atravesando los pueblos de Huayllampi, Catahuasi y llegar hasta “Canchán”, lugar donde se empieza caminar hacia el pueblo de Cachuy.

De Lima a Catahuasi
De Canchan a Cachuy

   

EL CAMINO AL SANTUARIO

Cachuy está situado a 3, 560 mts sobre el nivel del mar. Pertenece al departamento de Lima. Provincia de Yauyos, distrito de Catahuasi.

No es un lugar provisto ni siquiera de relativa comodidad. Está situado en la falda cuasi cumbre de un cerro abrupto.

Allá el peregrino va, no con el objeto de pasar un momento de solaz, va guiado por su fe, unos a cumplir su misión cristiana, otros, por impetrar y recibir un beneficio del Señor.

No existen hoteles, casas de hospedaje, ni ningún lugar adecuado para cobijarse.

A pesar de todas estas incomodidades la afluencia del peregrinaje es tan grande que se cuentan por miles durante las festividades del Señor.

Muchos de estos peregrinos se cobijan en carpas y otros permanecen a la intemperie durante los tres días de fiesta.

Existen tres caminos para subir a Cachuy. Uno va por Pampas; por esta vía el viajero tiene que escalar colinas inmensas para bajar a Cachuy.
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Otro va por Putinza, por la que se sube la inmensa cuesta empinada de “Chuco”.

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Y el otro, es el que parte por Canchan, es el más tendido y traficado por los peregrinos de la costa.

Bordeando los Andes

En el tránsito de estos caminos no se encuentra agua ni ningún otro auxilio, por ser laderas accidentadas y abruptas.

A pesar de las dificultades del viaje y estadía en Cachuy el número de peregrinos aumenta cada año, no sólo por moradores de esta región, sino que concurren anualmente desde tierras muy lejanas para convertirse en fervorosos devotos del Señor.

Los momentos más imponentes y grandiosos que viven los millares de peregrinos que acuden a la fiesta anual del Señor, son cuando reciben las bendiciones tradicionales de llegada y de despedida.
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Se postran llenos de gozo como si hubiese ganado una victoria gloriosa, después de reñida batalla, para recibir la bendición del Señor y ofrecerle sus tributos más fervorosos y filiales.

Acuden todos alegres y entusiastas, puesto que para llegar a estos agrestes lugares han tenido que sufrir mil contrariedades, obstáculos que el enemigo del hombre los ha puesto; pero estos peregrinos llenos de fe luchan y vencen; por eso decimos que van gozosos como si hubieran ganado la más reñida batalla.

La bendición consiste en que el sacerdote levanta la pequeña imagen del Señor y bendice al enorme gentío que se encuentra de hinojos.

En la bendición de despedida, los peregrinos se postran con cierta tristeza que se dibuja en sus rostros castigados por la inclemencia del tiempo y fatigas del camino y sobre todo por el pensamiento que embarga a muchos de ellos, sobre su próxima peregrinación al santuario.

Llegada de la peregrinacion a Canchan
Poblado de Canchan
Inicio de la peregrinacion
Subiendo los Andes
Campamento en la ruta
Cantocorral
Entrada al Santuario
Altar mayor del santuario

   

UN TESTIMONIO DE PEREGRINACIÓN

¡¡MULA, MULA!! Grito una Tupina (Mujer natural de tupe, uno de los pocos pueblos yauyinos que no fue sometido durante la época colonial al yugo español) mientras pasaba a nuestro lado arreando sus tres mulas cargadas con hierbas medicinas que vendería luego en las afuera del santuario.

Nuestro reloj marcaba en ese momento las 2:00 a.m. del día miércoles, habían transcurrido seis horas de nuestra partida en el paraje de Canchán y nuestro caminar se hacía cada vez más lento, las piernas no respondían con la misma fuerza y el intenso frío de la madrugada, parecía haberse puesto de acuerdo con los pedregoso del camino para impedir que avancemos en nuestra peregrinaje.

Casi cinco metros más adelante, la Tupina volvió la mirada para alentarnos manifestando ¡¡Cachuy está arriba donde vez la luz!! (señalando la última luz que reflejaba de uno de los tambos o puestos de ventas, que son instalado por los lugareños a lo largo de todo el camino a Cachuy) ¡¡ya falta poco, no te detengas¡¡ reitero la mujer que vestía su típico atuendo a cuadros rojos y un pañuelo del mismo color que adornaba su cabeza… era la cuarta vez que escuchaba las mismas palabras y sin mentirles, ya no creía lo que nos decían.

Levantamos la mirada y muy a nuestro pesar observaba, como nuestra ocasional compañera avanzaba apresuradamente arreando sus mulas, desapareciendo de pronto entre la multitud de peregrinos que al igual que nosotros; caminaban lentamente cuidándose de los profundos abismos que se abrían a nuestros pies, en una cada vez mas empinada cumbre que parecía nunca acabar.

Continuaba con nuestra peregrinación, sorteando todo tipo de obstáculos, cargando sobre nuestra espalda una frazada enrollada y una mochila de viaje que contenía en su interior, lo necesario para un auxilio médico (frotación, pastillas para el dolor, y uno que otro ungüento) en esa circunstancia nos aunamos a un grupo de jóvenes que caminaban animados por el contagiante ritmo de la tecnocumbia que emitía una radio grabadora a todo volumen.

Sigiloso avanzamos siendo parte de una interminable hilera de luces que se formaban en el cerro producto del resplandor de las miles de linternas que alumbraban nuestro caminar nocturno. ¡¡vamos no se queden!!, ¡¡a la siguiente curva te esperamos ¡¡, ¡¡apúrate ya falta poco!!, ¡¡sigue mas arriba descansamos!! era lo que siempre escuchábamos , cuando de pronto alguien dijo ¡¡desde esa piedras se ve Cachuy!!, emocionado aligeramos nuestro caminar y de pronto apareció ante nuestros ojos el brillo de una luz que reflejaba del pueblo mismo de Cachuy.

Respiramos con tranquilidad al pensar que nuestro objetivo se encontraba cerca, sin embargo nuestra ilusión no duraría mucho cuando nos avisaron teníamos aun buen trecho que recorrer.

Resignado a seguir caminando, reanudamos nuestra peregrinación acompañando esta vez a un grupo de estudiantes de la facultad de ciencias de la comunicación de una conocida universidad limeña, ellos con cámaras fotográfica y filmadoras en manos, registraban todo lo que ocurría con los peregrinos, cada interrupción en nuestro caminar era para observar un hecho diferente.

Desde una señora con síntomas de soroche o mal de altura, hasta el llanto de los que eran presa fácil de los calambres por el cansancio…más de un peregrino dejaba sentir su malestar por la agotadora caminata ¿por qué te has venido tan lejos cachuycito?

Reclamaban en voz alta ¡¡mejor hubiésemos pagado una mula para subir más rápido!! Opinaban algunos. Cuando por enésima vez nos disponíamos a descansar, alguien dijo ¡¡allí es Cantocorral!! , ¡¡lleguemos hasta ese lugar (señalando unas luces) para descansar!!.

Eran las 4.20 a.m cuando arribamos a Cantocorral, preparamos las frazadas y algunas bolsas de dormir para acostarnos sobre el frío suelo. Luego de tomarnos varias taza de agua de manzanilla bien caliente.

Un cielo azul despejado, muy hermoso fue lo que observamos luego de despertar, la luz del nuevo día nos permitió apreciar con mayor precisión nuestro lugar de descanso, una interminable hilera de chozas levantado a base de palos y lonas fue lo primero que llamo la atención, sobre el suelo se apreciaba a centenares de frazadas que abrigaban del intenso frío a cientos de peregrinos que al igual que nosotros optaron por descansar en Cantocorral.

Mayor fue nuestro asombro cuando notamos que a pocos metros, miles de personas continuaban con su peregrinación por un camino de herradura que no pasaba del metro y medio de amplitud… ¡¡ha levantarse muchachos, tenemos mucho que caminar!! fue la vez que interrumpió nuestro reconocimiento visual.

Había transcurrido cuatros horas desde que acompañamos en Cantocorral y teníamos que continuar a pesar de algunos malestares en el cuerpo, producto de la agotadora caminata.

De Cantocorral a Cachuy nos tomó caminar tres horas más, en el trayecto divisamos con mayor claridad la abrupta geografía de los andes yauyinos, era increíble pensar como la oscuridad de la noche, nos había permitido avanzar por unos inhóspitos caminos de herradura, que no vario en nada hasta el sector denominado “El Estanque”.

Recién desde ahí, el camino se realiza bordeando los cerros sin ningún ascenso, el último tramo se muestra reconfortante al presentarse un camino lineal y no las subidas que fueron las constantes desde Canchan… con el cuerpo adolorido llegamos cerca de las 11:00 a.m al Santuario de Cachuy.

Nuestro mayor orgullo haber caminado los 16 km. (*a pesar que demoramos 15 horas) de Canchan al Santuario y participar de los solemnes cultos religiosos en homenaje al milagroso Señor de Ascensión en Cachuy; típico pueblo de la serranía andinas que recibe durante esta festividad a cerca de 45,000 peregrinos y que se encuentra solamente a 200km al Sur-Oeste del departamento de Lima, en la provincia de Yauyos.

*Normalmente sobre camino plano, en una hora se recorre cinco kilómetros.

   

LA IMAGEN DEL SEÑOR A TRAVÉS DE LOS SIGLOS

En ciudades Vecinas

La imagen de mide 55 cm. de alto; todas las partes del cuerpo son proporcionadas; la majestad de su rostro es algo indescriptible.
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El conjunto es fino y delicado. Se cree que la antiquísima imagen, salvo ligeros deterioros, se conserva tal como fue hallada por Barrios.

Se cuenta que allá por los años de 1845, más o menos, la llevaron a Lima para hacerla retocar.

Terminada la obra, a satisfacción de la Comisión, el escultor la embaló en presencia de los comisionados.

Una vez que estos llegaron a Cachuy abrieron el cajón en el que estaba embalada, con asistencia de muchas personas.

No obstante el prolijo cuidado que se tuvo para embalar, conducir y abrir el cajón, se encontró la imagen en el mismo estado en que se hallaba antes del retoque, cuyos materiales habían caído como una capa de polvo de harina, encima de la imagen y contorno de ella.

Este acontecimiento extraordinario dio lugar a que los devotos le rindiesen fervoroso culto durante muchos años, y hace comprender que no debemos de hacer nuevos retoques, sino dejarla tal cuál la encontró el humilde Barrios.

Las imperfecciones ocasionadas por los ósculos reverentes de los fieles y los toques del rostro con flores atestiguan su veneración desde remotos tiempos.

Con el correr de los tiempos, el diminuto caserío del Señor de la Ascensión de Cachuy ha crecido bastante en número de habitantes.

Muchos pastores de los pueblos vecinos engrosaron las filas de los devotos y formaron cofradías, para cuidar mejor la devoción del Señor.

Atraído por la fama de los milagros del Señor, año tras año el número de devotos aumentan algunos venidos de lejanas tierras.

Los peregrinos que acuden a Cachuy, ofrecen donativos en dinero, enseres, muebles, etc, otros a quienes el Señor ha dispensado ya beneficios, le obsequian ex – votos, los cuales consisten en pequeñas efigies (cabezas, brazos) según el beneficio obtenido.


Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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El impresionante Complejo Franciscano del centro de Lima

Fachada principal del Convento

En el centro histórico de Lima una de las visitas obligadas es a la Basílica Convento de San Francisco de Lima, que se empezó a construir a mediados del Siglos XVI por el arquitecto Constantino de Vasconcellos. Vulgarmente se conoce como San Francisco el Grande. Está ubicado en las intersecciones del Jirón Ancash y el Jirón Lampa.

Ver también Nuestra Señora del Milagro de Lima, Perú ( 27 de Noviembre y 19 de julio)

Mapa del centro de Lima
Mapa del centro de Lima

No se puede hablar de una Iglesia sino de un conjunto de recintos religiosos, no debemos olvidar que es uno de los más extensos legados de la época del Virreinato. Los edificios que se pueden visitar con guía son el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, el Convento de San Francisco, la Capilla del Milagro, las bibliotecas, claustros, jardines y catacumbas.

Capilla del Milagro
Capilla del Milagro
Santuario de Nuestra Senora de la Soledad
Santuario de Nuestra Senora de la Soledad

Ya desde la fundación de Lima por Francisco Pizarro, la orden Franciscana recibió un solar vecino al de Santo Domingo. Y aquello que en un principio no fue más que una pequeña ramada que fray Francisco de la Cruz levantó para usarla de capilla, es hoy, tras contratiempos, derrumbes, esfuerzo y oración, uno de los centros religiosos, culturales y turísticos más importantes del Perú, y cuyo templo lleva nada menos que el título de Basílica Menor, concedido por el Papa Juan XXIII en el año 1963.

Jardines exteriores
Jardines exteriores

Interiormente en la actualidad, el Convento presenta atractivos como sus notables patios y jardines, que están rodeados de arquerías con zócalos de azulejos sevillanos. Según cuentan las tradiciones escritas por Ricardo Palma, dichos azulejos fueron colocados por Alonso Godínez, natural de Guadalajara, España, quien había sido condenado a la horca por haber dado muerte a su esposa, el mismo que al ser confesado por el guardián de San Francisco el mismo día de su ejecución, le comunicó dicha habilidad. Sin pérdida de tiempo, el confesor se trasladó inmediatamente a Palacio, para solicitar el perdón de Godínez, lo que consiguió bajo la condición de que éste vestiría el hábito de lego y no pondría nunca más los pies fuera de la puerta del convento.

Dichos azulejos sevillanos, traídos directamente de Sevilla, fueron donados por personas de gran corazón, encontrándose entre estos bienhechores, la famosa Catalina Huanca, quien fuera ahijada de Francisco Pizarro, que vino desde Huancayo a Lima con 50 acémilas, cargadas de oro y plata. Por otro lado la gran cantidad de madera de cedro, con que fueron realizadas las diferentes obras de arte que presenta el convento, fue vendida por Pedro Jiménez Menacho que era importador de madera, quién como pago recibió según Palma, un pocillo de chocolate, ya que al saborearlo, dejó sobre la mesa los recibos cancelados, sin esperar su retribución. La madera fue usada en los artesanados del claustro mayor.

Galería con azulejos valencianos
Galería con azulejos valencianos

Desde la anteportería y el vestíbulo el templo empieza a mostrar su riqueza. Los lienzos y esculturas, tanto de maestros como de genios anónimos, hacen casi tangible el hambre espiritual y la piedad de aquellos artistas que desde distintas épocas supieron plasmar su amor por lo sagrado y divino.

Sector de la Eucaristía
Sector de la Eucaristía

Bóveda

Tanto la sala de exposición penitenciaria, el claustro principal y la sala capitular, en donde los franciscanos se reunían para celebrar sus capítulos conventuales y tratar asuntos de fundamental importancia, conforman un rico mosaico de diseños y formas que conjugan estilos de diversas escuelas, épocas y países.

Los 39 lienzos del claustro principal de artistas limeños como Diego de Aguilera y Francisco de Escobar, compiten en belleza con la talla en madera en alto relieve que corona la cátedra principal de la sala capitular y que muestra las imágenes de Fray Duns Scoto y de la Inmaculada Concepción. La sillería y el techado, el retablo y los lienzos de tan bellas escenas del Antiguo Testamento, de santos de la propia orden, como del Señor y de su Madre Santísima son testimonio de la riqueza espiritual de nuestra Iglesia.

Cuadro de la Ultima Cena
Cuadro de la Ultima Cena

Sala con el impresionante cuadro de la Ultima Cena

En el museo o sala de profundis encontramos lienzos de la escuela del flamenco Pedro Pablo Rubens dedicados a la «Pasión de Cristo» junto a diversos ornamentos en oro y plata. Seis pontífices franciscanos velan la sala Clementina mientras que el Refectorio muestra un lienzo de la Última Cena que destaca por sus dimensiones y belleza.

Recia madera de cedro tallada reviste la sacristía mientras que los coloridos lienzos de Francisco de Zurbarán y de José de Ribera deslumbran por la vitalidad de su ejecución. El retablo, el lavabo, la capilla penitencial: lo barroco se impone por momentos sin opacar los otros estilos: diversas maneras de expresar una misma fe y una misma devoción

Biblioteca con mas de 25000 obras
Biblioteca con mas de 25000 obras

En el Claustro Superior se encuentran las galerías donde estaban las celdas de los frailes, quienes se reunían en el Coro para sus oficios o ceremonias religiosas. Ambas piezas conservan y transmiten parte del espíritu de aquellos hombres a quienes albergaron. La biblioteca reúne unos 25 000 volúmenes, entre ellos verdaderas joyas de la literatura universal y de las diversas ciencias y quehaceres. La belleza del recinto armoniza con la riqueza bibliográfica.

Pasillos de las catacumbas
Pasillos de las catacumbas
Osario de las Catacumbas
Osario de las Catacumbas

Una de las zonas que más impresionan de la Basílica son las llamadas Catacumbas, algo así como el antiguo cementerio de los tiempos coloniales. De hecho funcionó como tal hasta el año 1810, se suponen que hay aquí enterradas más de veinticinco mil personas. Para ello alguien ordenó darle forma artística a los huesos y ordenarlo formando grupos.

Como ocurre en estos sitios tan fúnebres, existen corredizos, puertas secretas y comunicaciones entre las Catacumbas y el Convento, además de con otras iglesias e incluso con lo que era el Palacio de Gobierno, ¡de Película!

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Los Grandes Eventos de Semana Santa en Perú

En Perú podemos destacar dos fuentes populares de grandes eventos de Semana Santa. Por un lado la Semana Santa Andina, en que se destacan las procesiones y eventos de Ayacucho, Cuzco, Tarma y Huaraz.

Y por otro lado las procesiones de Lima, dominada por el despliegue de las hermandades o cofradías.

  

SEMANA SANTA ANDINA

En los Andes, se pueden apreciar multitudinarias procesiones por Semana Santa, llenas de colorido y fervor, donde se mezclan elementos del cristianismo con paganismo. Cada región se convierte en el centro de atención de peruanos y de extranjeros.

Las celebraciones que sobresalen en el Perú, sin desmerecer a otras, se realizan en el milenario Cusco, el pacífico pueblo de Ayacucho, la turística beldad de Huaraz y en Tarma, la Perla del Ande, en la zona central del Perú.

 

EN AYACUCHO

En la capital, Huamanga, las celebraciones se inician con el llamado «Viernes Doloroso», anterior al Domingo de Ramos, congregando miles de feligreses alrededor del Señor de la Agonía y de la Virgen Dolorosa, en un encuentro que personifica el sufrimiento de Cristo y el de su madre.

Minutos después del mediodía en el Domingo de Ramos se realiza la tradicional entrada de la «Chamiza» o retama -especie de planta seca- a la Plaza Principal, que consiste en el paso de una tropelía de acémilas y asnos -adornados con ramas de esta planta- jalada por los pobladores que, abriéndose paso entre la multitud, hacen estallar cohetes y bombardas. Al llegar a la Plaza Principal de la ciudad, la «chamiza» es depositada en un discreto emplazamiento al costado de la Catedral, donde permanecerá intacta hasta la madrugada del Domingo de Pascua antes de ser incinerada.

En el Viernes Santo acontece la Procesión más significativa de la Semana Santa. El Nazareno, ataviado con un traje de terciopelo morado bordado en oro y piedras que asemejan ser preciosas, se encuentra con la Virgen Dolorosa, con una túnica negra de encaje, llamando la atención los siete puñales que lleva en su pecho.

Ambos marchan juntos hacia el templo de Santa Clara, de donde salieron al principio de la jornada, acompañados por María Magadalena y San Juan, en andas.

Un mar de gente acompaña las andas del Cristo Resucitado en la Plaza principal de Ayacucho.

En el Sábado de Gloria, el ritual pagano se hace presente en el cerro Acuchimay, donde se organiza una feria popular en que se venden todo tipo de artesanías, bebidas típicas como chicha, quesos frescos, «pimientos detonantes» y sopas, servidas en mates.

La Semana Santa llega a su fin el Domingo de Pascua o de Resurrección, justo cuando el alba colorea con un rutilante celeste la ciudad. Este mismo día la población pasa de la pena y congoja por la muerte de Cristo al canto alegre de himnos de gloria por el Cristo resucitado.

Miles de fieles acompañan las andas de Cristo ante la bella arquitectura de la Catedral de Huamanga.

Bellos diseños hechos con flores y tierras de colores por artesanos ayacuchanos que esperan ansiosos el paso del Señor. El Señor hace su aparición en un anda monumental en forma de pirámide, mientras el humo de la quemante «chamiza» tiene como telón de fondo el doblar de las campanas, los cánticos y los fuegos artificiales, que señalan el epílogo de esta inolvidable semana ayacuchana que se repetirá con igual o más fervor el próximo año.

 

CUSCO: EL SEÑOR DE LOS TEMBLORES

Señor de los Temblores de Cuzco

La Capital Arqueológica de América y antigua cabeza principal del otrora poderoso Imperio del Tahuantinsuyo celebra la Semana Santa rindiendo culto a la imagen del Señor de los Temblores o Taitacha Temblores, en quechua.

Según algunas fuentes, la historia de este Cristo de rasgos descarnados y de sobrecogedora apariencia se remonta a cuando el emperador Carlos V envió la efigie a Cusco, hecha especialmente para los indios, copiando las bruscas facciones de éstos. Los españoles buscaban consolidar así la Conquista hecha por la espada e imponer su adoración.

Pero fue el 31 de mayo de 1650 cuando se encendió aún más la llamarada de fe del pueblo cusqueño por el Señor de los Temblores. Esa tarde, un terremoto azotó la ciudad echando abajo muchas casas y templos. Fue entonces en que ocurrió un milagro para muchos: indios, señores, esclavos y mestizos se mezclaron todos para adorar y pedir amparo al Cristo de los Temblores.

Su rostro labrado -cual fina roca oscura- muestra un gesto grave y triste, recogiendo en cada paso el clamor de los fieles hacia su «General de la Esperanza». Se cree que su cuerpo adquirió ese tono ennegrecido cuando salió por primera vez a las calles, al contacto del humo que se expandía de los cirios y velas de la gente.

Desde esa época, las andas de este Cristo mestizo salen en procesión cada Lunes Santo, seguidas por una multitud de feligreses que lo acompañan con humilde fervor. En las ventanas de las casas, por donde pasa la efigie, se colocan refinadas piezas de tapicerías aterciopeladas con franjas de oro, telas y alfombras brillantes, que las familias reservan especialmente para esta ocasión. Mientras tanto, los Camaretos o pequeños morteros, petardos y cohetes agitan el ambiente con su estruendo hacen casi inaudibles los cánticos y oraciones de la multitud.

En el Viernes Santo, al igual que en Ayacucho, acontece el encuentro de las andas del Cristo en el Santo Sepulcro y de la Virgen Dolorosa.
Ese día, a diferencia a lo que sucede en otros lugares, no es de abstinencia en el Cusco. La costumbre es degustar doce platos típicos distintos que incluyen desde variadas sopas y potajes ya sea a base de pescado seco, trigo y olluco, hasta los deliciosos postres como los dulces de manzana, maíz o choclo.

La Semana Santa llega a su fin el Domingo de Resurrección. Luego de la procesión y de la celebración de la misa, por las principales calles se percibe el aroma exquisito de los manjares que deleitan propios y extraños, como el sabroso caldo de gallina, las empanadas, el dulce de maíz blanco, los tamales y las tortas. Así, en forma pagana, se cierra en la milenaria ciudad imperial del Cusco la Semana Santa andina.

 

TARMA: LA BELLA PERLA DE LOS ANDES

La muerte de Cristo en el Viernes Santo venerado por fieles que recorren junto a él la ciudad de los 33 templos. La hermosa ciudad de Tarma, bautizada como la Bella Perla de los Andes, está ubicada en el nororiental departamento de Junín, y es escenario de una de las celebraciones más vistosas y pintorescas de la religiosidad andina, comparable sólo con la majestuosidad de la fiesta de Sevilla.

Esta festividad se inicia con la salida de la procesión de la Virgen de Dolores, que lleva pintado en su rostro una natural dulzura que muy pocos artistas han podido plasmar en escultura o pintura alguna.

Durante la celebración de la Semana Santa, se realizan desfiles y procesiones como en otros lugares de la serranía peruana, destacando especialmente la del Santo Sepulcro. Resalta la maravillosa ornamentación que adorna las calles del recorrido, donde se aprecian arcos y alfombras hechos de plantas y flores naturales del lugar, como el arrayán, el geranio, el alhelí y otras, recogidas para la ocasión.
No importa la edad, todos colaboran en la confección de las alfombras para el Señor.

A lo largo de la semana, se llevan a cabo concursos de elaboración de alfombras y arcos florales con la participación de las comunidades aledañas a Tarma. En las noches, los artesanos se solazan con el tradicional «calientito», licor de caña mezclado con té y limón «para mantener la inspiración y creatividad» hasta el Domingo de Resurrección.

 

HUARAZ: CUMBRES NEVADAS DE DEVOCION

Cristo de la Cruz de Huaraz

Al pie del Huascarán -uno de los más altos nevados del mundo- en la ciudad de Huaraz, la Semana Santa se impregna con la tradición y costumbres de su pueblo al conmemorar la muerte y resurrección de Jesucristo.

En Huaraz, conocida como la Suiza peruana, la gente se prepara con un año de antelación para representar el drama del Gólgota y la posterior resurrección de Cristo con gran realismo.

La festividad se inicia el Domingo de Ramos con el tradicional desfile de las palmas en que la efigie de Jesús sobre un burrito recorre triunfalmente por las principales calles de la ciudad, recibiendo el aplauso y homenaje de la población.

Cada día de la Semana Santa se celebra con absoluta entrega. En el Lunes Santo, el Señor de la Oración del Huerto -peculiar figura de Cristo de rodillas con singular belleza, que simboliza un diálogo con el Dios Padre- sale del convento de San Antonio.

El Martes Santo, el Cristo de las Columnas -imagen que evoca al Nazareno con Poncio Pilatos- recorre las calles, escoltado por guardias pretorianos como en la Roma Antigua.

El Miércoles Santo, la venerada imagen del Cristo Pobre sale cubierta con un manto color púrpura y una corona de espinas, y es alumbrada por cientos de cirios y velas en manos de los fieles.

En el Jueves Santo, estas celebraciones alcanzan su máximo esplendor con la consagración de la Santísima Eucaristía. Ese día, los pobladores, impulsados por su fe, visitan a los enfermos en hospitales, clínicas y domicilios, tal como indica su tradición.

También, se realiza el velatorio nocturno o «Huaraqui» -voz quechua que significa amanecer- del Nazareno en la iglesia de La Soledad, que se prolonga hasta la madrugada del Viernes Santo.

El Viernes Santo se lleva a cabo la procesión del Cristo de la Cruz, imagen que es precedida por las andas de la Virgen Dolorosa. Al igual que en otros lares de la Sierra peruana, van acompañados de las andas de San Juan y María Magdalena, empujados por los devotos que no se arredran a pesar de la lluvia.

Al caer la noche, en medio de la penumbra, algunos hombres con túnicas blancas realizan la ceremonia de la desclavación y colocan la imagen de Cristo en el Santo Sepulcro, urna de vidrio que luego llevan en procesión.

El Sábado de Gloria, los niños de todos los barrios fabrican muñecos que representan a Judas y, luego de recorrer mercados y casas, lo queman ante el alborozo de la gente.

Finalmente en el Domingo de Resurrección, el Cristo resucitado es llevado en procesión a la Plaza de Armas donde se encuentra con la Virgen Dolorosa.  

El Cristo se muestra ante la Virgen, mientras el vuelo de los pájaros y la quema de coloridos fuegos artificiales proclaman a los cuatro vientos que el Señor ha resucitado. 

 

SEMANA SANTA EN LIMA

 

VIERNES DE DOLORES

Viernes de Dolores en Lima

Es el convento de San Miguel de la orden de Redención de Cautivos de la Merced, quien organiza, junto con las cofradías y hermandades ahí radicadas, esta solemne y primera procesión con la que se abren los cultos públicos de la Semana Santa. Consta esta primera procesión de tres pasos: Jesús Nazareno, Santo Cristo del Auxilio y Nuestra Señora de la Piedad.

La primera imagen nos nuestra a Jesús con la cruz a cuestas camino al Calvario. Su anda es moderna de estilo neobarroco, tallada en madera con aplicaciones de relieves pasionarios y candelabros de madera dorada. El pesado arco de madera que desde hace pocos años alberga al Nazareno desmerece la esbeltez de la imagen.

El siguiente paso es el correspondiente al Santo Cristo del Auxilio, portentosa imagen de la gubia del divino Montañés, una de las imágenes crísticas más eminentes que conserva la ciudad de Lima, fechada hacia 1603, nos muestra un Cristo muerto de belleza apolínea, con un muy bien logrado trabajo de la anatomía. Fue imagen de mucha devoción en los tiempos virreinales, con capilla propia en la nave de la epístola de la iglesia mercedaria.

El tercer paso es el correspondiente a Nuestra Señora de la Piedad, una de las dolorosas más antiguas de Lima, con cofradía de titularidad Esclavitud de la Madre de Dios de la Piedad y Santo Entierro de Cristo, desde el año de 1559, y con capilla propia desde 1614 en la nave del Evangelio de la mencionada iglesia. Posee un anda de palio soportado por catorce varas de bronce, cuyo cielo o gloria es actualmente de malla con bordados sobrepuestos, delante de la imagen se dispone una sencilla candelería de varias filas de cirios.

 

DOMINGO DE RAMOS

Domingo de Ramos en Lima

Muy temprano por la mañana desde las 6:45 a.m. algunos conventos de monjas realizan una pequeña procesión del Señor del Triunfo, la cual recorre el interior de la clausura conventual para luego salir por la portería, recorrer el estrecho espacio del atrio de la iglesia e ingresar al templo para la misa matinal. Son procesiones muy breves, con una duración de 10 o 15 minutos (lo que toma en recorrer el atrio del templo), en las que la imagen que procesiona es la usual en las representaciones de la entrada en Jerusalén de acuerdo al relato evangélico, es decir, el Señor Jesús montado en un burro o pollino. Estas imágenes suelen ser de tamaño menor que el natural y el jumento es de talla. Podemos observar esta procesión en los monasterios de El Carmen, Santa Rosa de las Monjas y Nazarenas.

En el corazón de Barrios Altos, exactamente a la iglesia de Trinitarias, sale la procesión del Señor Cautivo de Trinitarias. De esta hermosa iglesia barroca salen cuatro andas: el Señor en la Oración del Huerto, el Señor Cautivo de Trinitarias, Cristo de la Caña y la Virgen del Mayor Dolor.
Esta procesión es organizada por la Hermandad del Señor Cautivo de Trinitarias y por la comunidad de monjas trinitarias, que desde principios del siglo XX ha desarrollado la devoción a esta imagen pasionaria.

Sale en primer lugar el anda del Señor en la Oración del Huerto, la imagen es una hermosa muestra de la estatuaria colonial y representa a Jesús en la escena de Su oración y agonía en el Huerto de los Olivos; se lo representa de rodillas, con la mirada hacia lo alto y las manos en actitud de súplica hacia el Padre. Usualmente se lo viste con túnica verde y el escapulario trinitario azulgrana en el pecho, lleva resplandor con potencias de plata y va sobre una peana antigua rojo lacre con perfiles dorados. Generalmente los jarrones esquineros van adornados con ramas de olivos en asociación a esta escena, aunque este paso ganaría mucho si se lo decora en la parte posterior con olivos en tronco, a manera de un “bosque de olivos”.

Sigue el anda del Señor Cautivo de Trinitarias, imagen de tamaño casi natural que representa al Señor Jesús presentado al pueblo, es decir que responde a la iconografía de los Ecce Homo, conocidos como “cautivos” por la piedad popular peruana. Se lo representa de pie y de manera frontal en una actitud muy hierática, maniatado y coronado de espinas, suele ir vestido con túnicas bordadas de tela roja o púrpura con el escapulario trinitario (cruz griega de vertical rojo y travesaño azul en campo blanco) sobre el pecho. Un resplandor con potencias ricamente labrado en plata y una gran peluca de cabellos naturales completan el aseo de la imagen. El anda propiamente dicha es del tipo usual para los Cristos de Lima, un arco con resplandores soportados por columnas salomónicas, jardinera en los flancos y cuatro ángeles tenantes en las esquinas, todo enchapado en plata labrada de estilo neobarroco. Esta anda tiene la peculiaridad de que el arco no es de medio punto sino de herradura de perfil carpanel.

La última anda es la de Nuestra Señora del Mayor Dolor, imagen de vestir de muy hermosa expresión. Dirige la mirada hacia arriba y a la izquierda, como mirando un crucifijo, por lo que es de suponer que originalmente perteneció a un calvario, la mano derecha sostiene un paño de lágrimas mientras que la izquierda se eleva en actitud de plegaria. La imagen va vestida con saya y manto, entre las la que destaca la saya color Burdeos con un bordado antiguo de cesto de flores; siendo el manto usualmente azul también bordado complemente. Complementan el vestuario de esta imagen un corazón con siete puñales labrado en plata y una corona imperial con resplandor en metal feble. La imagen es portada en un anda barroca de madera tallada y dorada, donde destaca la peana que podría ser talla antigua.

 

LUNES SANTO

Esta procesión de Lunes Santo suele pasar en su recorrido hacia la plaza de armas por el local de Congreso de la República donde llega hacia las 5:00 p.m. para recibir el homenaje de esta institución, prosigue su recorrido por el jirón Junín hasta la plaza de armas donde el Señor Jesús en los misterios de la oración del huerto y su cautividad, y la Virgen del Mayor Dolor reciben el homenaje de Palacio de Gobierno, Municipalidad de Lima y Arzobispado de Lima, terminados los cuales retorna hacia su templo.

 

JUEVES SANTO

Jueves Santo en Lima

Como es un día dedicado exclusivamente a la Eucaristía, hoy no salen procesiones, por eso es costumbre que después asistir a los oficios del Jueves Santo, los fieles visiten los monumentos de siete iglesias, en recuerdo de los siete lugares que Jesús pasó durante su pasión: el huerto de Getsemaní, la casa de Anás, la casa de Caifás, el Pretorio con Pilato, la ida donde Herodes, la vuelta a Pilato y el Gólgota. Asimismo esta peregrinación piadosa por los monumentos se hace en recuerdo a las palabras de Jesús durante su agonía y oración en el huerto de Getsemaní: “Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo”. (Mateo 26,38)

Entre los monumentos levantados hoy día en las iglesias del centro de Lima se pueden destacar los siguientes:

Iglesia de San Pedro: En la capilla de la Penitenciaría de dicho templo se construye este monumento para el cual los padres de la Compañía de Jesús utilizan lo mejor de sus ornamentos litúrgicos; jarrones de porcelana, candelabros de cristal, blandones de metal cincelado, etc. ornamentan este monumento.

Iglesia de San Agustín: En la nave lateral se levanta este monumento que es uno de los más suntuosos de Lima, donde destaca el cuidado de los floreros, los ricos candelabros antiguos y sus grandes ángeles luciferarios.

Iglesia de Santa Rosa de las Monjas: Su monumento armado con gusto y dedicación destaca por el uso como peana de la antigua anda barroca de Santa Rosa, así como por el tabernáculo que representa al Agnus Dei sobre el libro de los siete sellos o cordero apocalíptico de cuyo lomo brota un corazón con resplandores.

Iglesia de Santa Catalina: Un monumento sencillo colocado en un anda de palio blanco y dorado, que alberga un tabernáculo en forma de pelícano eucarístico de metal labrado, en cuyo pecho se guarda la Hostia. En la iconografía cristiana, el pelícano representa a Cristo-Eucaristía, que da de comer su propia carne y sangre a sus hijos.

Iglesia de Santo Domingo: El retablo de la Virgen de Rosario alberga a este sencillo monumento que destaca por exhibir un antiguo tabernáculo de plata labrada y algunas piezas de platería antigua, restos del pasado esplendor del templo dominico.

Catedral de Lima: La iglesia Mayor arma un sencillo monumento en la nave de la Epístola con forma de tienda donde se alberga un Sagrario sencillo custodiado por ángeles antiguos tallados en madera. La importancia y jerarquía de la Iglesia catedral merece la elevación de un monumento con mayor ornato.

Iglesia de La Merced: La comunidad mercedaria construye el monumento eucarístico en el mismo retablo mayor, en cuyo tabernáculo se alberga el sagrario que contiene a Jesús Sacramentado; en los últimos años destaca el cuidado de los grandes arreglos florales y los grandes ángeles adoradores y luciferarios.

 

VIERNES SANTO   

Viernes Santo en Lima

Hoy día la iglesia se reúne para conmemorar la Pasión y Muerte del Salvador con el Oficio del Viernes Santo, que en Perú incluye el popular Sermón de las Siete Palabras o de las Tres Horas, invento limeño del Venerable padre Francisco del Castillo S.J.

Los templos silencian sus campanas, los altares desmantelados y desprovistos de flores, antiguamente las imágenes de los santos eran cubiertas con telas negras o moradas en señal de duelo, los sagrarios lucen vacíos y abiertos. Todo esto contribuye a dar un ambiente de pérdida, de despojo y de orfandad; la iglesia congregada al pie de la cruz especta el drama que nos dio la Redención.

Hoy por la tarde Lima ve pasar por sus cales tres procesiones organizadas por tres de las instituciones religiosas de mayor importancia: la Archicofradía de la Veracruz, la Cofradía de la Soledad y la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas.

La Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas saca hoy en procesión a su patrono rumbo a la Catedral, donde presidirá el Oficio de Viernes Santo, luego del cual retorna al monasterio de Nazarenas. Esta procesión no es tradicional dentro de la Semana Santa de Lima, es una innovación de tiempos muy recientes por deseo del actual cardenal.

La antiquísima Archicofradía de la Veracruz, decana de las cofradías y hermandades de Lima, fundada en 1540 por Don Francisco Pizarro y González con los primeros vecinos de la Lima hispánica, es la titular del Viernes Santo y hace su solemne recorrido procesional desde su propia sede, la Basílica de la Veracruz (vecina a la iglesia de Santo Domingo) y recorre la Plaza Mayor portando la preciosa reliquia de la Santa Cruz donde murió Cristo, conocida como Lignum Crucis, en un relicario bajo palio, acompañado por todos los archicofrades vestidos con túnicas de color negro con cruz quíntuple del Santo Sepulcro en el pecho.

Además forman parte de este tradicional cortejo tres pasos, la primera de las cuales, precedida por el estandarte de la Archicofradía y la cruz alta, es el de la Santa Cruz de Guía. Aquí se muestra una antigua cruz verde de tipo arbóreo -de la primera mitad del Siglo XVII- con un paño de tela blanca que representa el descendimiento del cuerpo de Cristo yaciente; el anda presenta algunos tallados de filiación barroca y cuatro hachones esquineros con cirios rojos que combinan con exornos florales de muy buen gusto..

La siguiente anda (paso) es la correspondiente al Señor del Santo Sepulcro. Se trata de una hermosa urna de madera tallada en el Siglo XIX en Cataluña y sobredorada con cuatro ángeles turíferos en las esquinas, base con relieves de las catorce estaciones del Vía Crucis, coronación de nubes con querubines y lados y tapa de cristal que dejan ver en su interior la inigualable imagen del Señor Cristo yaciente, obra que está inspirada en la estética de los grandes maestros de la escuela sevillana del siglo XVII. Una sobria decoración con claveles rojos completa el arreglo de esta anda.

La última anda es la de la Virgen de los Dolores de la Santa Veracruz, imagen traída de España a mediados del Siglo XVI, artísticamente decorada con candelería torneada y dorada compuesta por noventidos candelabros delante de la Madre de Dios y ocho jarrones con lilas, azucenas y jazmines; y, detrás ella una monumental cruz con paño y escaleras apoyadas en el travesaño en clara alusión al descendimiento de Cristo de la cruz.

La imagen sigue el tipo de las dolorosas de vestir que se encuentran dentro de arte colonial y va vestida con saya y manto negros ricamente bordados con hilos dorados y sobre la cabeza una diadema de oro labrado, coronada con cruz y enriquecida con veinticuatro esmeraldas.

Hay que hacer notar el detalle histórico de que esta Muy Antigua Archicofradía de la Veracruz fue durante varias décadas la única que procesionó durante la Semana Santa como titular de los días Jueves y Viernes Santo, manteniendo viva una tradición cuatricentenaria hasta que a fines de los años ochenta y bajo el gobierno arzobispal del recordado Cardenal Augusto Vargas Alzamora y los esfuerzos del obispo auxiliar de Lima, Mons. Alberto Brazzini Díaz Ufano, se revivió la costumbre de sacar procesiones pasionarias durante los días de la Semana Santa.

Otra curiosidad sobre esta Archicofradía de la Veracruz es que en tiempos coloniales su procesión trasladaba, además del Lignum Crucis, una imagen del crucificado llamado Cristo de la Veracruz que hoy se venera en el Altar Mayor de su Templo.

La siguiente corporación que procesiona este día es la Cofradía de la Soledad, muy antigua institución fundada en Lima a fines del siglo XVI en el convento de San Francisco, y que desde sus orígenes tuvo por titulares a Jesús en su Santo Sepulcro y a María Santísima de la Soledad, procesionando a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII los Viernes Santos por la tarde, llevando en andas al Señor del Santo Entierro y a la Virgen de la Soledad por las calles de la Lima virreinal. Al igual que otras hermandades y cofradías que actualmente procesionan durante la Semana Santa, la Cofradía de la Soledad volvió a sacar a su Virgen titular el año 1989 después unos 180 años de suspensión de esta procesión, gracias al apoyo de mons. Alberto Brazzini Díaz-Ufano quien incluso financió la compra de la nueva anda de la Virgen de la Soledad. Inicialmente se le asignó para su recorrido procesional el Sábado Santo en alusión a la soledad en que quedó María después de la muerte de Jesús, y hasta el año 2005 procesionó ese día acompañada de San Juan Apóstol, recuperando el día Viernes Santo a partir del año 2006. Los cofrades de La Soledad organizan un cortejo procesional bastante ordenado, muy diferente a lo común para las procesiones locales, e inspirado en la procesión virreinal que se aprecia en los cuadros coloniales de este tema dentro de la iglesia de La Soledad.

Estos cofrades visten un hábito compuesto de una túnica blanca y escapulario negro con el escudo de la Cofradía en el pecho y el cordón franciscano en la cintura por su identificación histórica con la orden franciscana, ya que esta cofradía de la Soledad de Lima es una de las cofradías de fundación franciscana en la ciudad. El color blanco de la túnica hace referencia a la pureza de la Virgen María y el negro de escapulario al color que se asocia tradicionalmente a la Virgen en el misterio de sus dolores.

Este cortejo procesional sale de la iglesia de La Soledad y se inicia con la cruz de guía flanqueada por portadores de cirios, luego el estandarte de la cofradía, sigue el anda de la Santa Cruz, continúa el anda de Señor del Santo Entierro y finalmente el anda de palio de la Virgen de la Soledad.

La primer anda corresponde al paso de la Santa Cruz, teniendo ésta la denominación propia de Santísima Cruz del Señor de Torrechayoc, devoción cuzqueña que tiene sede en la iglesia de la Soledad y que en estos días se asocia a la Cofradía para sacar en procesión a su santo madero. Va sobre anda tallada en madera natural y con un paño de tela blanca como único ornamento, flores rojas bordean esta anda que es flanqueada por filas de devotas y devotos del patrón de Urubamba.

La siguiente anda es la del Señor del Santo Entierro. Esta imagen representa a Cristo muerto y colocado en el sepulcro y es una de las imágenes pasionarias más importante de Lima, obra atribuida a Pedro de Noguera y fechada en 1609 presidió los cultos del Viernes Santo y procesionaba por las calles de Lima desde inicios del siglo XVII hasta la época de la Independencia en que se suspendió esta procesión. La talla muestra la pericia de Noguera en el tratamiento de la anatomía y el manejo del desnudo, siendo imagen articulada en los brazos y cabeza pues puede ser crucificado y luego descendido en una ceremonia que durante los siglos coloniales se realizaba en el atrio de la iglesia de San Francisco.

La siguiente y última anda es la de la Virgen de la Soledad, devota imagen que poseyó en tiempos virreinales muchísima popularidad y devoción; se representa a la Virgen María con la iconografía usual para la Virgen de la Soledad: las manos entrelazadas sobre el pecho y la cabeza inclinada hacia delante con la mirada perdida en la distancia, como desconsolada por la muerte de su hijo. Va vestida con túnica blanca y gran capa de terciopelo negro todo suntuosamente bordado con hilos dorados; un puñal y una corona imperial con resplandores, ambos ricamente labrados y dorados, completan el aderezo de esta imagen, que fuera dañada por el incendio del año 2005 y que a consecuencia de la restauración de la que fuera objeto perdió gran parte de su aspecto original.

Via Crucis Basilica de San Francisco. En horas de la tarde y después de los oficios del Viernes Santo, la comunidad de padres franciscanos organiza un Via Crucis alrededor de la plazuela de San Francisco, el cual es presidido por un antiguo crucifijo que es llevado en andas durante dicho ejercicio. La imagen que presidió este Via Crucis el año 2008 representa a Cristo ya muerto en la cruz, cuya cabeza cae hacia adelante mientras que el paño de pudor posee un dramático vuelo, lo que involucra esta talla dentro de la estética barroca de fines del siglo XVII. En años pasados se usaba al Crucificado de la portería del convento. La imagen va portada en una antigua anda neoclásica generalmente adornada con flores rojas, que ha sido lamentablemente repintada con esmaltes burdos.

Años atrás cuando la Cofradía de La Soledad procesionaba el Sábado Santo, la imagen de la Virgen de la Soledad acompañaba en su anda este Vía Crucis del convento franciscano, para luego regresar a su capilla para la velación de Señor del Santo Entierro.

 

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Domingo de Resurrección

Hoy nuevamente Cofradía de la Soledad realiza un recorrido procesional rumbo a la Catedral de Lima portando una imagen de su Virgen titular, ya de gloria y vestida de blanco riguroso, con el objetivo de hacer un encuentro con el Cristo Resucitado que se alberga en la Iglesia Mayor y de presidir la misa de Domingo de Pascua.

Terminada esta ceremonia la Virgen de la Soledad de gloria retorna a su capilla anexa al convento de San Francisco, tras un breve recorrido procesional por la plaza de armas de Lima. En esta ocasión la imagen es portada en una pequeña y sencilla anda decorada con flores blancas y amarillas, vistiendo túnica y capa blanca con bordados dorados y un resplandor de plata labrada auroleando su cabeza.

Un dato histórico sobre esta procesión del Domingo de Resurrección nos recuerda que desde principios de los años noventa hasta hace pocos años, era la comunidad de monjas del convento del Carmen de Barrios Altos y la Hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima los encargados de realizar esta procesión, que salía muy de mañana desde el templo barrioaltino hasta la Catedral, portando dos andas: una con el Señor Resucitado del convento del Carmen y la segunda con la Virgen de la Alegría, que era una Virgen del Carmen que en este día cambiaba su tradicional hábito marrón por una túnica y capa de color rosado; ambas portadas en andas decoradas con láminas de plata labrada. Dejó de venir esta procesión desde Barrios Altos por motivos de fuerza mayor.

Fuentes:

http://www.semanasantadelima.org/

 

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