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Fátima y Balasar, dos tierras hermanas

Este es un trabajo del P. Humberto M. Pasquale S.D.B., en el que compara las apariciones de Fátima y de Balasar, concluyendo su vinculación y unidad.  

El unir los nombres de estas localidades — Fátima y Balasar —  no es arbitrario ni sin fundamentada motivación, antes bien es fruto de un estudio documentado y de un conocimiento directo de los acontecimientos ocurridos.

La relación Fátima-Balasar me fue confirmada por la carta que la Beata Alexandrina María da Costa escribió al P. Mariano Pinho S.J., que me precedió en su dirección espiritual. Escribe el 3 de noviembre de 1953: “El Cardenal (D. Manuel Cerejeira) me envió palabras de aliento, diciéndome que al inaugurar la Basílica de Fátima, pensó en Balasar, y me colocó sobre la patena, ofreciéndome junto con Jesús, como víctima por los pecadores”.

El Cardenal Cerejeira, al segundo director de la Beata, P. Humberto Pasquale, al enviarle este libro, escribía el 12-10-1975: “Lo leí rápidamente y no me canso en la contemplación de este misterio, que asocia y mutuamente confirma la presencia divina en los dos centros, a usted le fue dada la mayor parte de su difusión, que el Cielo lo ayude”.

En el momento de su muerte, el periódico del Patriarcado publicaba: El último libro que el Cardenal leyó fue “Cristo Jesús en Alexandrina” del P. Humberto Pasquale, edición italiana, con la autobiografía de la Sierva de Dios de Balasar”.

Procuraré poner en evidencia los hilos de la trama celeste, que unen los dos nombres y los protagonistas de las extraordinarias revelaciones.

Las convergencias son muchas, expondré las esenciales, como me consiente un pequeño trabajo de divulgación.

No recelo en afirmar que los privilegiados mensajeros aun ignorándose, se completan en su misión.

Así Balasar aparece, de un modo evidente, como una explicación, una acentuación y un complemento de Fátima.

Hago votos para que el maravilloso mensaje de las dos localidades, constituya un llamado a una vida siempre más cristiana y una invitación a la reparación, hoy más necesaria que nunca.

Que este documento infunda en sus lectores la certidumbre de que el Cielo no abandonó la tierra, continúa siempre su obra de amor con todos nosotros.

 

BAJO EL MISMO CIELO, UN LLAMADO A LA CONVERSION

Fátima, en el centro de Portugal, era una pequeña parroquia perdida entre las montañas, se volvió famosa en todo el mundo gracias a la voz y a los hechos de tres pequeños niños, pobres y analfabetos, de los que se sirvió el Cielo para llamar a los hombres hacia Dios.

Balasar es una parroquia agrícola, sepultada entre la verdura de los viñedos y de los pinos, al norte de Portugal, en la diócesis de Braga y a cincuenta kilómetros de Oporto.

La aldea está ganando fama mundial, gracias al nombre de la Beata Alexandrina María da Costa, que vivió en la práctica de las virtudes heroicas y dotada de excelsos dones místicos.

Nació el 30 de marzo de 1904 y voló para el Cielo el 13 de octubre de 1955, aniversario de la última aparición de Nuestra Señora a los Pastorcitos de Fátima. Sin duda, mimos divinos, considerando el impulso extraordinario que Alexandrina dio, durante toda su vida, al vehemente llamado de la Virgen a favor de los pecadores.

A los catorce años, para defender su pureza de las perversas intenciones de un hombre que se introdujo en su casa, se lanzó de una ventana a la altura de cuatro metros del suelo.

Una mielitis en la columna vertebral, después de seis años de sufrimientos, el 14 de abril de 1925 la inmovilizó, consumiéndola, durante treinta años, con un doloroso martirio.

En esa forzada soledad, en 1928, Alexandrina se consagró a los Sagrarios Eucarísticos para reparar las profanaciones y el abandono en que es dejado Jesús.

Le decía en sus oraciones de la mañana: “Jesús mío, me uno en espíritu en este momento y desde este momento para siempre a todas las santas Misas que de día y de noche se celebran en la tierra. Jesús, inmólame contigo al Padre Eterno con las intenciones que Tú le ofreces”.

Y a Nuestra Señora le decía: “Madrecita, ábreme tus santísimos brazos, tómame y estréchame en tu santísimo Corazón, cúbreme con tu manto y acéptame como tu hija muy amada, muy querida y conságrame toda a Jesús. Enciérrame para siempre en su Divino Corazón y dile que le ayudas a crucificarme, para que no quede en mi cuerpo ni en mi alma nada por crucificar…

Madrecita, hazme humilde, obediente, pura, casta en el alma y en el cuerpo, hazme un ángel, transfórmame toda en amor, para que me consuma en las llamas del amor de Jesús”…

Movida por el Espíritu Santo, sin saber cómo, se ofreció al Señor como víctima “preocupada solamente en consolar a Jesús y salvar las almas de los pobres pecadores”.

En estas fechas (1928-1929), cuando le preguntaba a Jesús lo que debía hacer, le oyó repetir varias veces: “Sufrir, amar, reparar”.

En 1924 el Señor le pidió expresamente que se diera a Él, para que fuera crucificada a su semejanza. Al cabo de un año, recibió de Jesús la orden de pedirle al Papa la consagración del mundo al Corazón de María.

Desde octubre de 1938 hasta su muerte, esto es, durante 17 años, sufrió la Pasión física de Jesús (esto es, con señales externas) y después su Pasión íntima.

Desde marzo de 1942 hasta diciembre de 1953, todos los viernes Alexandrina tiene éxtasis hablados, en los que Jesús, a través de sus labios, lanzaba al mundo de los pecadores llamados ardientes de conversión.

Privada de su primer director (1934-1941), que era de la Compañía de Jesús, fue dirigida durante cuatro años (1944-1948) por un Salesiano, que la inscribe entre las Cooperadoras Salesianas (15-8-1944) y en 1946 la inscribe en las “Lámparas vivas” que tienen su Centro Directivo en Milán, Italia.

Alexandrina se dejó de alimentar el 27 de marzo de 1942 y vivió durante 13 años y siete meses, hasta la muerte, solamente de la Eucaristía, hecho que fue confirmado por la ciencia médica.

Los dos últimos años de su vida, la visitaron miles de personas, a las que les hablaba, sobre todo en los días de mayor afluencia, con un micrófono, con una fuerza y una unción impresionante, sólo Dios sabe las conversiones obtenidas, pero se conservan muchos testimonios en los archivos de Balasar.

Su misión de atraer almas hacia Dios continúa aun hoy, instrumento de ese llamado es la leyenda que escribió para su tumba:

“Pecadores, si las cenizas de mi cuerpo les son útiles para salvarse, aproxímense, pasen sobre ellas, písenlas hasta que desaparezcan, pero no pequen más, no ofendan a nuestro Jesús.

Pecadores, ¡quisiera decirles tantas cosas! No me alcanzaría este grande cementerio para escribir todas. ¡Conviértanse! No ofenda a Jesús, no quieran perderlo eternamente, ¡Es tan bueno! ¡Basta de pecar! ¡Ámenlo! ¡Ámenlo!”

Su biografía ha sido muy traducida, son muchas las peregrinaciones de varias naciones a su cuartito, donde se inmoló y a su sepulcro aumentan cada año, debido a las numerosas gracias atribuidas a ella.

Su hermana Deolinda escribía en 1957 al P. Humberto: “Parece que no pasa un día sin que vea a muchas personas rezar junto a la tumba de Alexandrina, sobre todo el domingo y en los días trece de cada mes hay auténticas peregrinaciones… hay junto al cementerio una gran sala llena de exvotos”.

El 14 de enero de 1967 fue abierto el proceso sobre las virtudes y fama de santidad de Alexandrina y fue cerrado y enviado a Roma el 10 de abril de 1973, en el cierre del proceso, el Arzobispo de Braga agradeció a todas las personas “que contribuyeron a esta obra fatigante y difícil”. Agregando: “Pero los instrumentos de este trabajo, hechos en común por tantos, pertenecen sobre todo a los Salesianos.

Me alegro con ellos y se los agradezco, me alegro porque Alexandrina era Cooperadora Salesiana y yo les agradezco porque ella era de esta diócesis, gloria de esta diócesis “.

 

LLAMADO A LA EUCARISTIA EN FATIMA

El otoño de 1916 los tres pastorcitos, en la vertiente de la colina “Cabezo”, después de la merienda, rezaban el Rosario, cuando vieron en una nube luminosa un Ángel, que tenía un cáliz con una Hostia, de la que descendía gotas de sangre y dejando el Cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, el Ángel se postra al lado de ellos y les hace repetir tres veces:

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, les ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con las que es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, pido la conversión de los pobres pecadores”.

Lucía interroga cierto día al pequeño Francisco:

— ¿Qué estás haciendo?

— Estoy pensando en Dios que está tan triste, por causa de tantos pecados, si yo fuera capaz de darle alegría.

Cuando estaba ya muy enfermo, Lucía le pregunta:

— Francisco, ¿qué te gusta más? Consolar a Nuestro Señor o convertir a los pecadores, para que no se vayan más almas al infierno.

— Me gusta más consolar a Nuestro Señor, te fijaste que Nuestra Señora el último mes, se puso tan triste, cuando dijo que no ofendiéramos a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido, yo quiero consolar a Nuestro Señor y después convertir a los pecadores, para que ya no lo ofendan.

El pequeño pastorcito, para consolar a Jesús se pasaba hincado horas y horas en profunda oración y cuando Lucía comenzó a frecuentar la escuela, habiendo sabido que Nuestra Señora vendría pronto para llevarlo al Cielo, Jacinto prefería entrar a la iglesia a hacerle compañía al Señor “Escondido”, como acostumbraba llamar a Jesús Eucaristía.

 

EL LLAMADO A LA EUCARISTIA EN BALASAR

Jesús le dice a Alexandrina en los años 1934-1935: “Escribe que quiero que se predique la devoción a los Sagrarios, quiero que se encienda en las almas la devoción hacia estas prisiones de Amor…”

“¿Quieres consolarme? Ve a los sagrarios, estoy allí tan solo, tan despreciado, abandonado, ofendido… estoy encarcelado y encarcelado por amor…”

“No creen en mi existencia: no creen que allí habito, blasfeman contra Mí”.

“Otros creen, pero no me aman y no me visitan, viven como si Yo no estuviera presente… te escogí para que me hicieras compañía en esos pequeños refugios, tantos que son tan pobrecitos… pero dentro de ellos, ¡qué riqueza! Está allí la riqueza del Cielo y de la tierra…

“Haz que Yo sea amado por todos en mi Sacramento de Amor, el mayor de los Sacramentos, el mayor milagro de mi Sabiduría”. (de las cartas a su primer Director)

Alexandrina hacía varios años que vivía espiritualmente unida a Jesús Sacramentado y en 1928, mientras pensaba en Jesús en el Sagrario, le dice:

“¡Mi buen Jesús, Tú estás preso y yo también, estamos presos los dos; Tú estás preso para mi bien, y yo estoy presa en tus manos. Eres Rey y Señor de todo y yo soy un gusano de la tierra, te dejé en el abandono, pensando sólo en este mundo que es la perdición de las almas, ahora arrepentida de todo corazón, quiero lo que Tú quieras y sufrirlo con resignación, no me faltes con tu protección, buen Jesús”.

Cuenta en 1930 que hacía la Comunión Sacramental pocas veces (no se atrevía a pedírselo al Párroco, por el temor de incomodarlo) pero vivía unida a Jesús lo más posible, para honrarlo a Él y a la Madrecita, escribía en pedacitos de papel y en imágenes esta oración:

“Querido Jesús mío, quisiera ir a visitarte en tus Sagrarios, pero no puedo, porque mi dolencia me obliga a estar retenida en mi querido lecho del dolor. Hágase Tu voluntad, Señor, pero al menos, Jesús mío, permite que ni un momento pase sin que yo vaya en espíritu a decirle a las puertas de tus Sagrarios:  ¡Jesús mío, te quiero amar! Quiero abrasarme en todas las llamas de Tu amor y pedirte por los pecadores y por las almas del Purgatorio”.

En la tapa de un librito, en mayo de 1930 escribió: “Amada Madre del Cielo, ve a presentarle a nuestro Jesús en mis Sagrarios, mis oraciones y vuelve más eficaces mis pedidos. Refugio de los pecadores, ve y dile a Jesús que quiero ser santa”.

Toda la vida de Alexandrina transcurrió a la luz de los Sagrarios eucarísticos, los documentos sobre esto son innumerables. Jesús le decía el 5 de enero de 1952:

“Hija mía, luz y estrella eucarística, fui Redentor, morí para darle el Cielo a las almas, me hice alimento de ellas. Te crié para que te asemejes a Mí, te escogí para víctima, para que continuaras mi obra redentora. Puse en tu corazón el amor, la locura por la Eucaristía, es por ti, eres la luz de este fuego, que dejaste arder, y muchas almas guiadas por esta estrella escogida por Mí, llevadas por tu ejemplo se transformaron en almas ardientes, almas verdaderamente eucarísticas. Ay del mundo sin mis víctimas, sin hostias, continuamente inmoladas Conmigo”.

En otra ocasión, Jesús le pedía: Procúrame almas que te sustituyan junto a mis Sagrarios, después de tu muerte”.

Alexandrina dice en sus últimas disposiciones: “Quiero ser enterrada, si puede ser, con el rostro volteado hacia el Sagrario de nuestra iglesia, así como en la vida ansié estar junto a Jesús Sacramentado y voltear para el Sagrario las más veces posibles, quiero después de mi muerte continuar velando mi Sagrario y mantenerme volteada hacia Él”.

 

LOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA EN FÁTIMA

El verano de 1916, entre julio y agosto, los tres Pastorcitos, a la hora de la siesta, se encontraban en la huerta de Lucía para jugar, cuando repentinamente vieron a su lado al mismo Ángel, que les dijo:

“¿Qué hacen? Recen mucho, los Corazón de Jesús y de María tiene para ustedes designios de misericordia, ofrezcan constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo de todo lo que puedan, ofrezcan a Dios sacrificios en acto de reparación por los pecados con que es ofendido y supliquen por la conversión de los pecadores, así atraen la paz para su Patria. Yo soy el Ángel de su Guarda, el Ángel de Portugal. Sobre todo, acepten y soporten con sumisión el sufrimiento que el Señor les envía.”

 

LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA EN BALASAR

Sobre los inocentes Pastorcitos de Fátima, como dice el Ángel, el Cielo tuvo designios de misericordia al convertirlos en participantes del mensaje de Salvación.

Pero a Alexandrina le decía más: “Eres un canal por donde han de pasar las gracias que Yo distribuyo a las almas y por el cual han de ir las almas hasta Mí”. (4-10-1934) Y explicaba:

“Estás en mis Sagrarios de todo el mundo, en ellos puedes servirme como víctima por los pecados del mundo en este tiempo en que el mundo se vuelve contra Mí y contra Mi Iglesia”. (8-11-1934)

Esto debía realizarse a través de una unión mística de Alexandrina a los sufrimientos redentores de Jesús y de su Madre bendita.

Balasar se convierte así en una revelación elocuente y extraordinaria del amor del Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado y Doloroso de María.

Este breve documento lo confirma:

“Hija mía, Yo te lleno, te conforto, te preparo para darme más, dame reparación, pide al mundo reparación para mi Divino Corazón y para el de mi Madre bendita, pide al mundo reparación para aplacar la Justicia divina”. (29-5-1950)

“Dame tu dolor, para sanar mi Divino Corazón y el de mi Madre bendita y permíteme quedarme por más tiempo en tu corazón con la espada y las espinas que hirieron su Corazón, son las blasfemias proferidas contra la Reina del Mundo”. (12-5-1950)

“Si no fuera por mi ignorancia, cuantas cosas podría decir, cuantas pruebas podría dar de ese grande amor que Jesús nos tiene, para nuestra vergüenza y si no fuera por mi ignorancia, cuanto podría decir del dolor tormentoso, lacerante que tiene el Corazón Divino de Jesús y con Él, el de la querida Madrecita!, el amor de Jesús es tan grande como Dios.

El mismo es todo Amor, pero el dolor es grande como la tierra y llega hasta Él, poder infinito, grandeza infinita, para transformarse en dolor infinito”. (7-7-1950)

“En esta unión de dolor, amor y agonía, Jesús expiró, me pareció que mi cuerpo había quedado sin alma, pasó un poco de tiempo en esta separación, después recibí de nuevo la vida y oí la voz de Jesús:

“Me compadecí de ti, compadécete de los Corazones dolorosos de Jesús y de María, ten dolor, es infinito tu dolor, repara por tantos crímenes e iniquidades… hija mía, tu vida es mía: es la vida de Cristo crucificado. Yo fui víctima, fui víctima de la humanidad con mi Madre bendita y tú continúas siéndolo con Ella y Conmigo, es la razón por la que sufres así.”

En el diario del 1 de octubre de 1954, Alexandrina dejó escrito: “…vino Jesús y, en un impulso, su amor me fortaleció más y me habló así: “Ven, hija mía: estoy contigo, está contigo el Cielo con toda su fortaleza”.

En este momento, por la llaga de su Divino Corazón salió una claridad tan grande y unos rayos tan luminosos que irradiaban todo, poco después, de todas sus llagas divinas salían rayos que le venían a traspasar sus pies y manos, de su sacrosanta cabeza pasaba a la mía un sol que me traspasaba todo el cerebro.

Hablando de la primera claridad y de los rayos que le salían de su Divino Corazón, le dice Jesús: “Hija mía, a semejanza de Santa Margarita María, quiero que incendies en el mundo este amor tan apagado en los corazones de los hombres, incéndialo, Yo quiero dar mi Amor a los hombres, quiero ser amado por ellos, no me aceptan y no me aman. Por ti quiero que este amor sea incendiado en toda la humanidad, así como por ti fue consagrado el mundo a mi Madre bendita, haz, esposa querida, que se conozca en el mundo todo el amor de nuestros Corazones”.

“¿Cómo, Jesús? ¿Cómo? Cómo trabajar de esa forma, si no te han aceptado a Ti, ¿cómo los hombres lo van a recibir de mí?”

“Con tu dolor, hija mía, así van a quedar cogidos a las fibras de tu alma y después se va a dejar incendiar los corazones con mi amor, deja que los rayos de mis divinas llagas penetren en tus llagas escondidas, en tus llagas místicas.”

 

DOS CORAZONES: UNA SOLA LLAMA DE AMOR

La reforma litúrgica que se sigue en la celebración de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, se unió a la memoria del Corazón Inmaculado de María: Corazón que acoge la Palabra de Dios y la desarrolla en grado sumo. Existe una afinidad sorprendente entre el Corazón de Jesús y el de María, el Corazón de Jesús es sacratísimo, porque habita la plenitud de la Divinidad, el Corazón de María es Inmaculado y Dolorosa y es el templo “digno” del Espíritu Santo. (oración colecta)

Hay una afinidad sorprendente también en los símbolos con que los dos Corazones se manifestaron: el primero en Paray-le-Monial (1673-75), el segundo en Fátima y en Pontevedra (1917-25), el tercero en Balasar (Corazón traspasado por espadas).

En Jesús: llamas, corona de espinas, Corazón abierto, las llamas indican el amor, la corona de espinas, el sufrimiento; el corazón abierto, la fuente de gracias; del lado abierto de Cristo, como de una fuente, nace la Iglesia. Igualmente en María: llamas, ramo circular de espinas, espadas, amor y dolor.

El Corazón de Jesús fue abierto por la lanza, el de María, por la espada del dolor. Dos Corazones estrechamente unidos en un único sacrificio de amor redentor y santificador.

Nuestra Señora de Fátima dice: “Los pecados que ofenden al Señor también hieren mi Corazón de Madre”.

Y Alexandrina lo confirmo místicamente durante 17 años, en su cuerpo y en su alma.

 

EL SANTO ROSARIO EN FÁTIMA

En las seis apariciones, Nuestra Señora recomendó a los tres Pastorcitos que rezaran todos los días el Rosario con devoción, como poco antes lo habían hecho, pero que lo rezaran para obtener la paz del mundo. (primera aparición, mayo 1917)

En la segunda aparición, se explicó así: “Quiero que vengan el día 13 del mes que viene, que recen el Rosario todos los días y que aprendan a leer, después les diré lo que quiero” (junio de 1917)

El 19 de agosto, en el lugar dos Valinhos, la Virgen ordena: “Quiero que continúen yendo a Cova de Iria el día 13 (no habían ido ese mes, por estar presos) y que sigan rezando el Rosario todos los días, en octubre, haré un milagro para que todos crean en mis apariciones, vendrá San José con el Niño Jesús para darle la paz al mundo, vendrá también Nuestro Señor para bendecir a la gente”.

El 13 de septiembre, la Santísima Virgen le dice a los Videntes que perseveren en el rezo del Rosario, par alcanzar el fin de la guerra, y renovó la promesa de la venida de San José y del Niño Jesús.

El 13 de octubre, la Visión finalmente declara quien era: “Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honra, que soy la Señora del Rosario, que continúen rezando el Rosario todos los días, la guerra va a acabar y los militares volverán pronto a sus casas”.

Tomando después un aspecto triste, con voz suplicante, agregó: “No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido”.

La Hermana Lucía comenta que “las palabras de Nuestra Señora, que más profundamente le quedaron impresas en su corazón, fueron en las que nuestra Madre del Cielo pedía que no se ofendiera más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido, que amorosa lamentación contienen y que tierna súplica, cómo desearía que todos los hombres, hijos de esta Madre Celeste, escucharan su voz”.

 

EL SANTO ROSARIO EN BALASAR

Alexandrina escribió en su diario el 1 de octubre de 1949: “ Vino la Madrecita, la cubría un manto blanco y dorado, me tomó en sus brazos, me acarició y enrolló en mis manos el Rosario que pendía de la suyas y me dio la cruz que lo remata, después de besarla: Hija mía, soy la Virgen del Rosario, estoy contenta contigo por que aconsejas rezar el Rosario en mi honra, continúa, es la devoción de la salvación, el mundo agoniza y muere en el pecado, quiero oración, quiero penitencia, hija mía, acoge en mi Rosario a los que amas y son tuyos, porque también los amo y Jesús los ama.

Acoge a los que se encomiendan a tus oraciones, enrolla al mundo en un molino como Yo te acogí, estréchalo en tu corazón, como Yo te abracé”.

La mañana del 13 de octubre, día de su muerte (¿será un sencillo acaso, este dato, para recordar la última aparición de Fátima a los tres Pastorcitos?) Alexandrina fue visitada por un grupo de personas amigas, entre las cuales se encontraba el hermano del Cardenal Cerejeira y les dijo estas palabras:

“Adiós, hasta el Cielo, ¡no pequen! El mundo no vale nada, esto lo dice todo. ¡Comulguen muchas veces! ¡Recen el Rosario todos los días!”.

 

LÍBRANOS DEL FUEGO DEL INFIERNO

En Fátima, en la tercera aparición, después de haberles mostrado el infierno, la Virgen enseñó a los tres niños: “Sacrifíquense por los pecadores y digan muchas veces, en especial al hacer algún sacrificio: Jesús, es por Tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.

La pequeña Jacinta escogió este compromiso: sacrificarse por los pecadores y fue vista muchas veces muy pensativa: “¿En qué piensas?” “¡En el infierno, el infierno! Que pena tengo por las almas que van para el infierno”.

Arrodillada, con las manos juntas, repetía docenas de veces la oración: “Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva a las almas al Cielo, principalmente a las más necesitadas”.

Muchas veces, entrando en sí misma, llamaba: “Lucía, Francisco, ¿vienen a rezar conmigo? Es necesario rezar mucho, para librar a las almas del infierno, ¡van tantas para allá, tantas!”

Cuando no quería comer por hacer sacrificios, Lucía le decía: “Jacinta, ven a comer”. “No, ofrezco este sacrificio por los pecadores, que comen demasiado”.

La visión del infierno la había aterrorizado de tal modo, que todas las penitencias y mortificaciones le parecían nada para obtener que ninguna alma fuera para allá. La Madre Maria da Purificacao Godinho, de Lisboa, Superiora del Orfanato donde fue recibida en 1920, poco antes de ser internada en el hospital donde murió, escribe en 1937 las palabras de la pequeña vidente: “Nuestra Señora ya no puede sostener el brazo de su amado Hijo sobre el mundo, es necesario hacer penitencia; si la gente se enmendara, todavía Nuestro Señor apoyaría al mundo, pero si no se enmienda, vendrá el castigo.

Pobrecita de Nuestra Señora, ¡yo tengo tanta pena por ella! Si supieran que es la eternidad, pobrecitos, no saben lo que les espera, ¡rece mucho por los Padres, rece muchos por los Religiosos! Madrina, ¡rece mucho por los Gobiernos! Los pecados que llevan a las almas al infierno son los pecados de la carne… han de venir unas modas que han de ofender mucho a Nuestro Señor, estas modas amargan el Corazón de Jesús y de Nuestra Señora. La Iglesia no tiene modas, Nuestro Señor es siempre el mismo…”

 

LOS TORMENTOS DEL INFIERNO EN BALASAR

En Balasar, la reparación por la salvación eterna de los pobres pecadores tuvo por parte de Jesús exigencias únicas, como se lee en la vida de los mayores místicos.

El 20 de julio de 1945, Jesús le dice a Alexandrina: “Hija, mi amada hija,  vengo a pedirte una gran reparación, ¿aceptas?”  “Todo, todo, Jesús mío,. siempre herida y siempre amándote…”

”Desaparecen de los hogares el verdadero temor de Dios, si no hay buenos padres, no puede haber buenos hijos… qué horror esas playas, esos casinos, cines y casas de vicios. No ponen término a esto los que pueden hacerlos y no acuden los que deben de acudir, tú acude al mundo, dame la reparación que te pido, suaviza alegre el dolor de mi Corazón divino”.

Del diario del mes de agosto de 1945, recortamos:

“Que el Cielo sea conmigo, me siento como si estuviera condenada al infierno, mi alma siente los horrorosos suplicios; con los ojos del alma veo a esos demonios atormentadores y en todo el cuerpo me parece sentir el fuego negro y consumidor, en mis oídos se escuchan los aullidos de los demonios y toda la desesperación infernal, muchas veces quedo como si estuviera aterrorizada en medio de ese viaje, no sé que hacer ¡Dios mío, condenada al infierno! Espero su ayuda en su bondad infinita… cuando siento que estoy en esa desesperación eterna, siento sobre mí el peso de la justicia divina, ¡Querer ver a Dios y no poder! Es millones de veces más doloroso que todo el tormento del infierno”. (13-8-1945)

Pocos días después, le dicta a su hermana, para el diario:

“¡Qué sería de mí, si por un solo momento perdiera la fe y la confianza! Perder a Dios, nunca más ver a Dios, de vez en cuando sin pensar en eso, sin reflexionar, sale este grito de mi alma y continúo sintiéndome condenada al infierno; ayer, día de la Madrecita, fue muy doloroso este sufrimiento, me sentí en una cárcel infernal y apresada con cadenas de hierro, sin poder conformarme con la pérdida de Dios, sentía tal desesperación (pero no era yo la que estaba desesperada), que me obligaba a enojarme contra Dios, lo maldecía, a mi Ángel de la Guarda, padres y compañeros del pecado y a los caminos que me llevan a esto, me maldecía y maldecía al cielo y a la tierra, ¡Qué horror constante! Sabía que sólo era digna del infierno, pero no podía conformarme y menos conformarme con perder a Dios…”

Finalmente vino Jesús: “No temas, hija mía, no estás condenada, tus sufrimientos son para evitar que se condenen las almas… ¡ten valor!” (16-8-1945)

El 5-5-1950 Alexandrina escribe:

“Jesús me habló. Hija mía, vengo a pedirte, lo que en mi nombre pidió mi Madre bendita en Fátima: penitencia, oración, enmienda de vida… Mi Divino Corazón pide amor; los crímenes del mundo, las iniquidades piden, exigen reparación… dame tu dolor… lo exigen los pecados de lujuria… las iniquidades de los esposos y aún de las almas piadosas y consagradas a Mí; exigen en las vanidades, ¿Para qué tanto desperdicio? Este desperdicio grita al Cielo, lo que se gasta en vanidades, quitaba el hambre a todos, cubría a los desnudos. Respáldame, hija mía, dile de mis quejas al mundo”.

El 5 de septiembre de 1953, Jesús le explicó a Alexandrina:

“Soporta esta tremenda eternidad, sólo es temporal, para que muchas almas, millares, millones de almas no tengan que soportarlo eternamente.”

 

LA HISTORIA DE UNA INMOLACIÓN POR LA CONVERSI»ON DE LOS PECADORES

En ese año (1928), -escribe Alexandrina en su autobiografía- el Abad fue a Fátima y me preguntó lo que quería de allá, le pedí que me trajera una medalla, pero me regaló un Rosario, una medalla, el manual del peregrino y agua de Fátima. Me aconsejó hace una novena a Nuestra Señora y beber del agua, con el fin de aliviarme, pero no sólo hice una, hice muchas…

“Como no conseguí nada, murieron en mí los deseos de curar, sintiendo cada vez más ansias de amar al sufrimiento y sólo pensar en Jesús. Sin saber cómo, me ofrecí como víctima a Nuestro Señor, ya le venía pidiendo desde hacía mucho tiempo el amor al sufrimiento.

Nuestro Señor me concedió tanto esta gracia, que hoy no cambiaría el dolor por todo cuanto hay en el mundo… consolar a Jesús y la salvación de las almas era lo que más me preocupaba.”

En septiembre de 1934, me pidió Jesús: “Dame tus manos, que las quiero clavar conmigo, dame tus pies, que los quiero clavar conmigo, dame tu cabeza, que la quiero coronar de espinas, como me hicieron a Mí. Dame tu corazón que lo quiero traspasar con la lanza, como me traspasaron a Mí. Conságrame todo tu cuerpo, ofrécete toda a Mí….”

Alexandrina respondió rápidamente que sí a la invitación de Jesús, un año después escribía: “Jesús, soy toda tuya, soy tu víctima, la víctima de la Eucaristía, víctima por los sacerdotes, por los pecadores, víctima por el mundo entero, víctima por la paz, víctima por la Consagración del Mundo a la Madrecita”.

Jesús le decía el 5 de diciembre de 1947: “Aprendan de ti las doncellas para que guarden para Mí el lirio cándido de su pureza, que aprendan de ti los viejos y los jóvenes, los ricos y los pobres, los sabios y los ignorantes: qué aprendan de ti a amarme en el sufrimiento a llevar su cruz”.

En 1948 citó en su diario: “Llevé mi vida hacia el sufrimiento y lo llevaré a mi Cielo para amar y pedirle a Jesús por ustedes, pecadores, conviértanse y amen a Jesús, amen a la Madrecita”.

Durante 17 años sufrió la Pasión de Jesús, que le decía el 5 de diciembre de 1947: No es solamente mi Alexandrina la que es crucificada, es Cristo en ella y  con ella.

Junto al lecho de Alexandrina está una fotografía de Jacinta de Fátima, de quien era muy devota, y con ella se había inmolado por la conversión de los pecadores.

El 11 de agosto de 1953, Alexandrina escribe en su diario:

“Quiero grabar en las piedras de la calle, en los paseos, en las fuentes, en las plazas, en las playas, en los casinos, en el cine, en las casas de pecado, en todas partes, esto: ¡Pecadores, conviértanse! Vayan a Jesús, no fuimos creados para la tierra, pero sí para el Cielo, ¡No ofendan más a Nuestro Señor! Si supieran lo que es una ofensa hecha a su Divino Corazón. Viví para ustedes, sufrí por ustedes, morí por ustedes y por ustedes continúo mi Cielo, fueron por ustedes mis aspiraciones, no quiero dejar nunca de hablarles del amor que Jesús nos tiene y que es para Él, nuestra ingratitud cuando pecamos. Quisiera decirles muchas cosas para que caigan en el pecado, ¡amen al Señor! ¡teman al infierno!”

Jacinta de Fátima le decía a Lucía: ¿Porqué Nuestra Señora no les enseña el infierno a toda la gente, para que ninguna se pierda?

Alexandrina escribió en su diario, el 5 de junio de 1953: “Amantísimo Señor, soy tu víctima, quiero que todas las almas se salven, las de mi familia, Jesús, las de mi tierra, las que me son queridas, las que me piden oraciones y las del mundo entero, Jesús. Si me quieres aquí, hasta el fin del mundo, presa, estoy lista, ya lo sabes, ya te lo había dicho… Ay, mi Jesús, si Tú les muestras una sola vez, el camino del infierno, verías que todos cambian su camino, ¡Ya no sé que más hacer, mi Jesús!”.

Escribía esto después de recibir cerca de 5000 visitantes y de haber hablado, grupo a grupo, durante nueve horas.

 

LA CRUZ ESTABA DISPUESTA, FALTABA LA VÍCTIMA

Esta inmolación de Alexandrina había sido prevista y preparada por el Señor, con las palabras que Jesús le dirigió el 5 de diciembre de 1947, durante mi dirección espiritual:

“Es mi víctima, a quien confié la más alta misión (la conversión de los pecadores) y como prueba de esto atiende bien lo que te digo, para que lo digas: “Hace casi un siglo mandé a esta privilegiada feligresía una cruz para señal de tu crucifixión, no la mandé de rosas, porque no las tenía, las mandé de espinas; no la mandé de oro, porque ese oro, como las piedras preciosas, son tus virtudes, y los adornas con tu heroísmo. La cruz fue de tierra, porque la misma tierra la preparó, estaba preparada la cruz, faltaba la víctima pero en los planes divinos había sido escogida: fuiste tú. El mal aumentó, la ola de los crímenes llegó a su máximo, tenía que ser inmolada la víctima, llegaste y fui al mundo a crucificarte, fue la maldad humana la que preparo tu crucifixión, ¡Cómo son grandes los designios de Dios! Son grandes y admirables en mi sabiduría infinita, ¡qué encantos tienen! ¿Podría asemejarte más a Mí? De esta cruz, de esta inmolación tengo dos provechos: el amor a la cruz, el amor a mi imagen crucificada y la gran reparación”.

 

BALASAR, PARROQUIA PRIVILEGIADA

La referencia de Jesús a la cruz trazada sobre la tierra, le fue repetida a Alexandrina el 14 de enero de 1955, pocos meses antes de su muerte. El hecho me llevó a buscar elementos históricos relativos a una capilla en honra de la Cruz existente en la Parroquia y siempre cerrada. Finalmente, en los archivos de Braga pude encontrar una acta notarial del año de 1832, es una relación detallada y firmada por testigos, dirigida al Pro-vicario Episcopal de gobierno de la diócesis, entonces vacante.

Este es un extracto: “Comunico a usted un caso inexplicable, ocurrido en esta parroquia de Santa Eulalia de Balasar, el día de Corpus yendo la gente a Misa por el camino que pasa por el monte Calvario, divisaron una cruz en la tierra, esta cruz era de color más blanco, mientras parecía que había caído rocío en la demás tierra.

“Mandé barrer todo el sitio, pero comenzó a aparecer como antes la forma de cruz, después lanzaron agua en abundancia en todas partes, pero la parte en donde estaba en forma de cruz apareció de color más oscuro, que conserva hasta el presente, el tamaño es de 15 palmos de largo por 8 de ancho.

En los días turbios, se ve con claridad la forma de cruz a cualquier hora del día y en los días de sol se ve solamente hasta las 9 horas y de tarde, al declinar el sol. Divulgada la noticia de la aparición de esta cruz, comenzó a concurrir la gente a verla y venerarla, adornándola con flores y dándole limosnas”.

Con el dinero recogido, los habitantes, con el permiso de la Curia, erigieron una capilla para conservar y defender, de modo respetuoso aquella señal sagrada, un recuerdo que pronto quedó sepultado en el olvido, excepto el nombre “Calvario”, dado a la colina y al lugar donde transcurrió la vida de Alexandrina.

Llamado a una vida nueva, aquel lugar lanza un mensaje: “¡Del leño de la cruz, nuestra salvación!”.

Leíamos en su diario del 14-9-1949:

“En todo el viaje (del Calvario) nunca asentí la presencia de Jesús, sólo en el Calvario, ya clavada en la cruz y levantada en lo alto, sentí como si Jesús se revistiera de mi cuerpo y me comunicara sus llagas, espinas y lágrimas de sangre. Y la Madrecita, junto a la Cruz, unía sus lágrimas con las de Jesús, había en sus Santísimos Corazones el mismo dolor, las mismas ansias, las ansias de hacerme lugar, de resguardarme para siempre con ellos del mundo entero tan revuelto y cruel. ¡Cómo amaba Jesús, como amaba la Madrecita! ¡Qué amor infinito!”.

Leemos en el diario de Alexandrina, 10 de enero de 1952: ”Al final de la Pasión, Jesús habló a mi corazón: cuántos avisos, cuántos pedidos del mendigo divino y Jesús va inmolando a su víctima, Jesús la va crucificando continuamente, y el mundo, mundo cruel, continúa con sus desvaríos, continua en la opulencia, en la vanidad, en el libertinaje… Ay del mundo sin la Santa Misa, sin la Eucaristía, sin mis víctimas… hija mía, pide misericordia, pide la compasión de la Santísima Trinidad… El Señor está contigo, da dolor a tu corazón hasta reventarlo en añicos nuevos, como reventaron en el árbol de la cruz…”.

 

FÁTIMA Y BALASAR EN LAS PALABRAS DE JESÚS

La relación de las celestes revelaciones entre las dos localidades tiene su confirmación explícita en un éxtasis de Alexandrina. En los dos últimos años de su vida sufrió en su cuerpo y en su espíritu una tremenda inmolación por los que no tienen Dios, que intentan tener el dominio del mundo y por las luchas internas de la Iglesia. Fue en ese período, antes que cesaran los éxtasis públicos, que Jesús le dice a Alexandrina: “¡Portugal ingrato, mundo cruel, que sería de ustedes sin la víctima de este Calvario! ¡Portugal, cuantas gracias has recibido de tu Dios! ¡Fátima, Fátima! ¡Calvario, Calvario (esto es, Balasar)! Este Calvario, son medios para ti de gran reparación”. (9-10-1953)

Refiriéndose a los comunistas ateos, Jesús le dice el 15 de octubre de 1954: “Hija mía, tu reparación es para los que no tienen fe, para los que no creen en Dios, por los incrédulos, tú repara la Majestad divina por todo y por todos… fuiste escogida para la misión más noble pero la más difícil, tu vida es semejante a la de la Santa Iglesia, siempre combatida y nunca vencida hasta el final de los siglos”.

En cuanto a la previsión clara de las luchas en el interior de la Iglesia, Jesús le dice a la víctima de Balasar:

“Ten valor, Yo hablo por tus labios, cualquier cosa desagradable que surge, no es nada en comparación del bien que se hace, es el demonio rabioso que quiere quemar la simiente divina, en vano lo intentará, hágase oración, hágase penitencia, que principie la Iglesia, la tienen que corregir y perfeccionar, las casas religiosas, monjes y monjas no viven la vida de sus Fundadores, que haya vigilancia en la Iglesia”. (10-9-1954) (1)

Muchas veces dice Jesús: “¡Sin la víctima de este Calvario, pobre Portugal! Y sobre esto me escribe el P. Fernando Leite, S.J.: “Las cosas en Portugal van muy mal, pobres de nosotros, si el Señor no nos socorre, no hemos puesto en práctica el Mensaje de Fátima y el de Alexandrina, no nos hemos volteado para el Inmaculado Corazón de María” (25-5-1975)

 

FATIMA Y LA DEVOCION DEL CORAZON A MARIA

El 17 de diciembre de 1927, Jesús, con voz clara, le dice a la Hermana Lucía: “Hija mía, escribe lo que te piden (a su director), y todo lo que te reveló la Santísima Virgen (julio de 1917, en Fátima) en la aparición en que te habló de esta devoción, (al Inmaculado Corazón de María), escríbelo también, en cuanto al resto del secreto, continúa en silencio.”

La vidente de Fátima, diez años antes, le había dicho a la Blanca Señora: “Quiero pedirle que nos lleve al Cielo”. “Sí, a Jacinta y a Francisco los llevo pronto, pero tú quedas más tiempo, Jesús se quiere servir de ti para hacerme conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón, a quien la siga, le prometo la salvación y estas almas serán queridas de Dios, como flores puestas por Mí para adornar su trono.”

En las primeras publicaciones sobre los acontecimientos de Fátima, no se habló nunca de las manifestaciones del Corazón de María a los Pastorcitos, porque estaba unido al secreto recomendado por Nuestra Señora, Lucía por eso no habló de esto, por miedo a violarlo.

En 1926 y en el inicio de 1927, Lucía recibió la orden de manifestar la relevación sobre la devoción al Corazón de María (1925), y se encontró en serios problemas “porque temía revelar parte del secreto”.

En sus escritos sobre el Corazón de María sólo dice “que deberá un día promover su devoción”.

Uno de sus primeros directores escribe: “En 1927, la Hermana Lucía me habló de la devoción de los cinco primeros sábados en cinco meses consecutivos, le pregunté si había hablado de esto con alguien y me respondió que sí y que había puesto todo por escrito (por orden del confesor anterior) pero después habló con la Madre Superiora, sin decirle que contenía el escrito le pidió permiso para quemarlo y así lo hizo.

Entonces le mandé que escribiera todo de nuevo y me lo entregara, por humildad mostró repugnancia de escribir en primera persona, a esto le respondí que escribiera en tercera persona; es la historia auténtica y la razón por la cual ese documento está escrito en tercera persona” (P. Aparicio, Jesuita, 10-1-1938)

Por eso es cierto que hasta finales de este año, cuando se hablaba de Fátima, no se hablaba del Inmaculado Corazón de María, pero habló públicamente de esto el Obispo en septiembre de 1939.

Como confirmación, transcribimos parte de una carta de la Hermana Lucía, escrita en Tuy el 31-8-1941: Me escribió el señor Obispo, anunciándome el interrogatorio del Dr. Galamba y me mandó recordar todo lo que tenía en relación con Jacinta, para una nueva edición que querían imprimir; esta orden me cayó en el fondo de mi alma como un rayo de luz, pensando que era llegado el momento de revelar las dos primeras partes del secreto y aumentar la nueva edición con dos capítulos: uno sobre el infierno y otro sobre el Inmaculado Corazón de María, pero la repugnancia a manifestarlo me hizo dudar, los escritos están realizados, pero dudo de entregarlos, antes los tiro al fuego, no sé lo que haré ni que es lo mejor.

No dudo que la revelación del infierno y de las misericordias del Corazón Inmaculado de María le harán un gran bien a las almas, así como la virtud que llevó a practicarlo a Jacinta, pero, ¿podré esta vez, callar y poner cosas de menor importancia?

 

PARTE DEL SECRETO ES REVELADO

15 años después de las apariciones en Fátima, la autoridad eclesiástica consideró llegado el momento de volver público, al menos gran parte del secreto para el bien de las almas, y ordenó a Lucía que escribiera “cuanto antes lo que podía ser conocido”.

La Hermana Lucía, por obediencia escribió: “El secreto consta de tres cosas distintas” pero unidas íntimamente; dos voy a revelar, dejando la tercera en secreto.

“La primera fue la vista del infierno” (julio de 1917):

“ Nuestra Señora dijo que era necesario que rezáramos el Rosario para alcanzar las gracias necesarias durante el año, y continuó: “Sacrifíquense por los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María, al decir estas últimas palabras, abrió de nuevo las manos, como en los dos meses pasados, el reflejo pareció penetrar en la tierra y vimos un mar de fuego, abrasados en ese fuego los demonios y las almas, como si fueran brasas transparentes y negras, como bronceadas y con forma humana (debió ser, al encontrarme con esta vista, que di ese Ay que dicen haber oído)”.

Marto, el papá de Jacinta, afirmaba el autor de este opúsculo, que también su hija soltó un grito y se volvió blanca como un cadáver, de tal modo que él se quejó en voz alta: ¡Mi hija se muere, mi hija se muere!”.

“Esta vista fue sólo un momento, -escribe Lucía- y las gracias de nuestra buena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con la promesa de llevarnos para el Cielo (en la primera aparición) si no fuera así, creo que habíamos muerto del susto”.

“La segunda cosa se refiere a la devoción al Inmaculado Corazón de María:

”La vidente continúa: ” levantamos la vista hacia Nuestra Señora, que nos dice, con bondad y tristeza: “Vieron al infierno, para donde van las almas de los pobres pecadores, para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón; si hacen lo que yo les digo, se salvarán muchas almas y vendrá la paz. La guerra (1914-1918) va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor, cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que es la gran señal que Dios da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirlo, vine a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los primeros sábados, si atienden mis pedidos, Rusia se convertirá y habrá paz, si no, se desparramarán sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho y varias naciones serán aniquiladas… “.

 

CONSAGRACIÓN DE RUSIA

La Hermana Lucía escribe:

“Fue en esta época que Nuestra Señora me avisó que llegaba el momento en que quería que la Santa Iglesia Participara en su deseo de la consagración de Rusia y su promesa de conversión.”

La comunicación fue así: “13-16-1929, había pedido permiso a mis Superioras y al Confesor de hacer la Hora Santa de las 11 a la media noche, del jueves al viernes, estaba una anoche sola, la única luz era la de una lámpara, de repente, se iluminó toda la capilla con una luz sobrenatural, después Nuestra Señora me dice: Llegó el momento en que Dios le pide al Santo Padre, que en unión de todos los Obispos del mundo, haga la Consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio”

Di cuenta de esto a mi confesor que me mandó escribir lo que Nuestra Señora quería que se hiciera, pero por medio de una comunicación íntima, Nuestra Señora me dice, quejándose:

“No quieren atender a mi pedido, como el rey de Francia, se arrepintió y habló, pero fue tarde, Rusia va a extender sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia: el Santo Padre va a sufrir mucho”.

El Obispo de Leiria-Fátima, D. José Correia da Silva, solamente en 1937 escribió a Pío XI:

“Existe en esta diócesis el santuario de Nuestra Señora de Fátima, que es el mayor centro de piedad en Portugal y cuya devoción está en muchas naciones. Las recomendaciones hechas por la Santísima Virgen en 1917, son la devoción del Santo Rosario, la aversión a la lujuria y la invitación a hacer penitencia, también Nuestra Señora prepara para la lucha contra el comunismo, del que ha sido preservado Portugal, a pesar de su cercanía con España. Los Obispos Portugueses prometimos el año pasado, después del retiro que hicimos en este santuario, promover una gran peregrinación nacional, si a nuestro país no lo invade la terrible calamidad del comunismo, pero gracias a la Santísima Virgen hemos estado en paz.

“De los tres niños a los que Nuestra Señora se apareció, fallecieron dos y la sobreviviente es religiosa en el Instituto de Santa Dorotea en España. Esta religiosa me pide comunicarle a Vuestra Santidad, que según una revelación celeste el Buen Dios promete terminar la persecución en Rusia si Vuestra Santidad se digna hacer y mandar que lo hagan igualmente los Obispos del mundo católico, en solemne Acto público de Reparación y Consagración de Rusia a los Santísimos Corazones de Jesús y María, y aprobar y recomendar la práctica de la devoción reparadora, que consiste en 5 primeros sábados de mes, recibir la Sagrada Comunión, rezar el Santo Rosario, hacer 15 minutos de compañía a Nuestra Señora, meditando los misterios del Rosario”.

La hermana Lucía, a su vez, el 2 de diciembre de 1940 le escribió a Pío XII:

“Soy la única sobreviviente de los niños, a quienes Nuestra Señora se dignó aparecer en Fátima (Portugal), los días 13 de mayo hasta octubre de 1917…

“Santísimo Padre, vengo a renovar un pedido que ya ha sido llevado varias veces a Su Santidad. Santísimo Padre, el pedido es de Nuestro Señor y de nuestra buena Madre del Cielo, en 1917, en la parte de las apariciones que hemos designado el “secreto”, la Santísima Virgen nos reveló el final de la guerra, que entonces afligía a Europa y anunció otra futura guerra, diciendo que, para impedirla pediría la consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón y la comunión reparadora los primeros sábados.

Prometió, si atendían sus pedidos, la conversión de esa nación y la paz, de lo contrario, anunció la propagación de sus errores por el mundo, guerras y persecuciones a la Santa Iglesia, el martirio de muchos cristianos, persecuciones y sufrimientos reservados a Vuestra Santidad y el aniquilamiento de varias naciones.”

“Santísimo Padre, hasta 1926 quedó esto en silencio, según la orden expresada por Nuestra Señora, pero después de una revelación, me pidió se propagara en el mundo la comunión reparadora los primeros sábado de cinco meses seguidos, confesándose, teniendo un cuarto de hora de meditación de los misterios del Rosario, rezándolo para reparar los ultrajes, sacrilegios e indiferencias cometidos contra Su Inmaculado Corazón. Las personas que practicaran esta devoción, nuestra buena Madre del Cielo les promete asistirlos en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para que se salven.”

“Expuse el pedido de Nuestra Señora a mi Confesor que empleó algunos medios para que se realizara, pero sólo el 13 de septiembre de 1939, el Obispo de Leiria se dignó, en Fátima, publicar este pedido de Nuestra Señora.

Santísimo Padre, aprovecho este momento para pedir a Vuestra Santidad se digne extender y bendecir esta devoción a todo el mundo.”

“En 1929, Nuestra Señora, por medio de otra aparición, pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, prometiendo por este medio, impedir la propagación de sus errores y su conversión.”

“En varias comunicaciones íntimas, Nuestro Señor insiste en este pedido, prometiendo, si Vuestra Santidad se digna hacer la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, con mención especial por Rusia y ordenar que en unión con Vuestra Santidad, lo hagan también todos los Obispos del mundo, lo que abreviará los días de tribulación, que ha determinado castigar las naciones por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Santa Iglesia y a Vuestra Santidad.”

“Permítame hacerle otro pedido, que es un deseo ardiente de mi pobre corazón: Que la fiesta en honor del Inmaculado Corazón de María se extienda a todo el mundo, como una de las fiestas principales en la Santa Iglesia”.

De este documento se deduce:

— Nuestra Señora, en Fátima en 1917, prometió que volvería a pedir, en previsión de una nueva guerra, la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón;

En 1929, Nuestra Señora, según su promesa, volvió a pedir la consagración que habría impedido que Rusia propagara sus errores en el mundo;

— En 1937, el Obispo de Leiria (Fátima) envió a Pío XI el pedido para esta consagración;

— El 13 de septiembre de 1939, el Obispo de Fátima hizo del dominio público este deseo de Nuestra Señora y anunció la práctica de los primeros sábados;

— Solamente hasta 1940, la Hermana Lucía renovó al Santo Padre el pedido del Obispo en 1937;

— En su pedido, la Hermana Lucía, agrega como un deseo personal que la fiesta en honor del Corazón de María se extienda a todo el mundo.

 

DE BALASAR LA CELESTE INVITACION A LA CONSAGRACION DEL MUNDO

Como se lee en su autobiografía desde 1928, narra Alexandrina: “Todas las mañanas me consagraba a Nuestra Señora, diciéndole:

“Madrecita, te consagro mis ojos, mis oídos, mi boca, mi corazón, mi alma, mi virginidad, mi pureza, mi castidad…

Madrecita, acepta, soy tuya, Tú eres el cofre sagrado, el cofre bendito de nuestra riqueza, Te consagro mi presente y mi futuro, mi vida y mi muerte…

Madrecita, abre tus santísimos brazos, tómame y estréchame en tu santísimo Corazón, cúbreme con tu manto y acéptame como tu hija muy amada, muy querida y conságrame toda a Jesús…

Madrecita, habla en mi corazón y en mis labios, has más fervorosas mis oraciones y más valiosos mis pedidos…”

En el inicio de 1952 escribe en su diario: “Jesús y la Madrecita, no quiero salir de sus corazones, nadie me arrancará de ellos, bien saben que prefiero el infierno que ofenderlos un solo instante, soy su víctima”. (22-2-1952)

Pocos meses después, el 13-6-1952, explica: “No tengo grandes cosas, pero aprovecho todas las migajitas de sacrificios para ofrecerle a Jesús, por medio de las manos, labios y el Corazón Inmaculado de la Madrecita, todo por muchas cosas y para su gloria y el bien de las almas.”

Alexandrina nos enseña que la Consagración a Nuestra Señora no es tanto la recitación y la repetición de una fórmula, es el vivir en María, con María y por María y este estilo de vida la llevó a la unión mística con Jesús y con la Santísima Trinidad.

Fue ciertamente al vivir esta experiencia que Jesús le confió el encargo de pedirle al Papa la consagración del mundo al Corazón de María y que el Espíritu Santo la guió desde 1935 para ofrecerse como víctima para obtener este gran beneficio para la humanidad.

En 1929 Nuestra Señora le pidió a Lucía de Fátima, la consagración de Rusia y en 1940 le dice en su carta al Santo Padre:

“Nuestro Buen Dios promete que si Vuestra Santidad se digna consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de María, con mención especial por Rusia, abreviar los días de tribulación que ha determinado castiga al mundo por sus crímenes…”

Por el contrario, en Balasar, este deseo del Señor fue expresado por Jesús a Alexandrina el 30 de julio de 1935, ella narra que después de la Sagrada Comunión, oyó que Jesús le decía:

“Manda decir a tu Padre espiritual que en prueba del amor que le dedica a mi Madre Santísima, quiero que sea hecho, todos los años, un acto de Consagración del mundo entero en uno de los días de sus fiestas, escogido por ti: la Asunción, la Purificación, la Anunciación, pidiendo a esta Virgen sin mancha de pecado, que avergüence y confunda a los impuros, para que cambien el camino y ya no me ofendan. Así como le pedí a Santa Margarita María para que el mundo fuera consagrado a mi Divino Corazón, así te pido a ti que sea consagrado a Ella con una fiesta solemne.” (1)

Durante un año, el director espiritual, P. Mariano Pinho, calló el asunto, causando dudas e indecibles sufrimientos a Alexandrina.

Un año después, el 10 de octubre de 1936, Alexandrina le escribe a su Director: “En estos días, me dice Jesús: “Te voy a decir mis deseos, mis divinos deseos, hijita, manda decirle a tu padre espiritual que desparrame en todos los confines del mundo, que este flagelo (la revolución comunista española) es un castigo, es la ira de Dios. Yo castigo para llamarlos: a todos quiero salvar, morí por todos, ya no quiero ser ofendido y lo soy horrorosamente, en España y en todo el mundo, ¡qué crueldad! Corre tanto peligro de extenderse estas barbaridades (guerra mundial y lo que le seguirá)… voy a decirte como será hecha la consagración del mundo a la Madre de los hombres y Madre Santísima mía y que amo tanto. Será en Roma por el Santo Padre y por los Padres en todas las iglesias del mundo, que no haya recelos, mi deseo será cumplido.” (2) (de un documento de 10-9-1936)

El 5 de mayo de 1938, mientras el P. Pinho se preparaba para predicar los ejercicios espirituales a todo el Episcopado portugués, Alexandrina le escribía:

“Me dice Jesús: te doy los tesoros de mi Corazón, acógelos, son tuyos, dáselos a quien quieras.”

Alexandrina le preguntó a Jesús: “¿Puedo dárselos a mi Padre espiritual? Para que los reparta como él quiera a las personas que me son tan queridas y a los Obispos, para que se los den a cada uno de sus Padres y los padres a las almas. –Sí, hija amada…”

“El horno de mi Corazón hoy esta encendido, pero es sólo fuego, todo lo demás parece muerto, déjalo, son los cariñitos de mi Jesús, y todo lo que le voy ofreciendo por el buen resultado del retiro de los Obispos, es toda mi idea, ayudarlos con mis sufrimientos del cuerpo y del alma, que son muchos”.

Al final del Retiro, los Obispos Portugueses, por propuesta del P. Mariano de Pinho, se dirigían al Santo Padre:

“Humildemente postrados a los pies de Vuestra Santidad, pedimos insistentemente, cuando juzgue oportuno, que el mundo sea consagrado al Corazón Purísimo de María, para que sea liberado de los peligros que de todas partes lo amenazan, por la mediación de la Madre de Dios”.

El texto de esta carta fue escrito por el P. Pinho en latín y solamente una frase fue atenuada por el Siervo de Dios D. Manuel Mendes da Conceicao Santos, Arzobispo de Évora y gran Cooperador Salesiano.

Fue después de esta insistencia, hecha con tantas particularidades, que el día 10 del mismo mes, el P. Pinho envió al Santo Padre el pedido para la Consagración.

Es interesante notar como en la fórmula que Pío XII usó para esta Consagración se encuentran los títulos predichos por Alexandrina, “Reina del Cielo y de la tierra, Reina de la Paz, Señora de la Victoria, esto es, vencedora de las grandes batallas de Dios”.

El mes de mayo de 1942, Alexandrina, en un éxtasis, predice, refiriendo las palabras de Jesús, la consagración del mundo que haría el Papa, en lengua portuguesa, el 31 de octubre siguiente:

“El corazón del Papa, el corazón de oro –me dice Jesús- está resuelto a consagrar el mundo al Corazón de María, qué dicha, qué alegría para el mundo ser consagrado, pertenecer más que nunca a la Madre de Jesús. Todo el mundo le pertenece al Corazón Divino de Jesús, todo le va a pertenecer al Corazón Inmaculado de María”. (12-5-1942)

A través de la unión íntima con Jesús, Alexandrina llegó a una identificación con Él que la convirtió en participante, como esposa, de su dominio real. María, a su vez, la hace participar de su misión de dispensadora de gracias, como lo confirma este pasaje de su diario:

“Vino la Madrecita, era el Inmaculado Corazón de María, me mostró nuevamente su Santísimo corazón coronado de espinas y le pedí que me lo diera, Ella pasó todas las espinas a mi corazón y me dijo: Hija mía, te pido lo mismo que te pidió Jesús: dolor y reparación, consuélanos siempre y pide a las almas piadosas que se enfervoricen y nos amen y a los pecadores que se conviertan y no nos ofendan. Como premio de tu sufrimiento y para darles a las almas las gracias celestes y moldear sus corazones, te hago a semejanza de Jesús, depositaria de mis gracias…”

Las manos de la Madrecita estaban llenas de gracias, que  pendían como rayos de sol, unió sus manos a las mías, palma con palma y me dijo: “Son tuyas mis gracias, repártelas a quien quieras, dalas a tus seres queridos, quiero que lo hagas porque mi Jesús y Yo los amamos, dalas a todo los que te las piden en la medida en que te las vayan pidiendo, distribúyelas por el mundo entero, te hago rica con mis riquezas y con las de Jesús”… Ya pasó mucho tiempo, pero aún siento en cada mano un peso inmenso”. (Diario, 5-5-1951)

En Fátima, en el mes de julio de 1917, Nuestra Señora le dirá a los Pastorcitos: “Para salvar (a los pecadores) Nuestro Señor quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”.

En Balasar, en el año de 1935, Nuestro Señor le pide a Alexandrina que se consagre el mundo a su Madre Bendita.

El hecho es confirmado por la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, en el perfil biográfico de Alexandrina y proclama oficialmente:

“En el año de 1936, por orden de Jesús, Alexandrina le pidió al Santo Padre, por medio del P. Pinho, la Consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María. Este pedido fue renovado muchas veces hasta el año de 1941, por lo que la Santa Sede interrogó tres veces al Arzobispo de Braga acerca de Alexandrina y por fin la Consagración fue hecha por Pío XII en Roma, el día 31 de octubre de 1942”.

El acto de Consagración fue transmitido por la radio en lengua portuguesa, en Fátima, estando presentes miles de peregrinos, por amor a la verdad, debe rectificarse el error de muchas personas que atribuyen a la Hermana Lucía el pedido del Cielo para esta consagración.

Visité a la vidente de Fátima en su Carmelo de Coimbra, el día 4 de agosto de 1978 y le pregunté: Quisiera que me dijera, si alguna vez Nuestra Señora le pidió la Consagración del mundo a su Inmaculado Corazón.

Y contestó la Hermana Lucía: Nuestra Señora no me pidió esa Consagración, sólo me pidió la Consagración de Rusia.

 

SAN JOSE EN FATIMA

En la quinta aparición, Nuestra Señora había prometido a los Pastorcitos que volvería en octubre con San José y el Niño Jesús. Al despedirse, los pastorcitos la seguían con la mirada mientras subía en el esplendor de la luz solar y cuando Ella desaparecía en el espacio, se les muestra al lado del sol la Sagrada Familia, a la derecha la Santísima Virgen, vestida de blanco con el manto celeste y el rostro más brillante que el sol, a la izquierda, San José con el Niño, con la apariencia de un niño de dos años de edad y todos bendecían al mundo con las manos.

 

Y EN BALASAR

Jesús le pide varias veces a Alexandrina, reparación por los pecados cometidos por los esposos y por las familias, por medio de ella el Señor invita a imitar las virtudes de la Sagrada Familia: Jesús, María y José.

Escribe en su diario del 19 de marzo de 1948: “de repente, como caídos del Cielo, estaban frente a mí la Madrecita y San José, la Madrecita vestía de azul y blanco y San José de color oscuro, sostenía en la mano izquierda una azucena, de repente, en medio de ellos, apareció Jesús, hermosísimo, y me habló: Hija mía, pide todo lo qué quieras para el mundo a mi padre adoptivo, pídele a los hombres que me pidan en su nombre…”.

“La Madrecita se aproximó a mí y me besó y me acarició, San José se inclinó hacía mí y me dejó sobre el pecho la azucena que traía y desaparecieron, sólo quedó Jesús, pero ya como de costumbre, ya no era pequeñito..”

Alexandrina escribía el 19 de marzo de 1954: “Jesús vino como de costumbre a comunicarme su vida, venía acompañado de San José y me dice: “Lo que le hicieras a mi Madre bendita y a mi padre adoptivo, me lo haces a Mí”.

 

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN EN FATIMA

En la última aparición (1917), después de la visión de la Sagrada Familia, Lucía ve venir a Nuestro Señor para bendecir al pueblo y después a Nuestra Señora, pero bajo dos aspectos: “Parecía la Señora de los Dolores, pero sin la espada en el pecho y creo haber visto también otra figura, la Señora del Carmen”.

 

Y EN BALASAR

Alexandrina narra en su diario el 12 de noviembre de 1954: “Apareció al lado de Jesús la Madrecita querida, la Madre de los Dolores, Jesús le dio el lugar y desapareció:

“Querida hija mía, sufro infinitamente con Jesús, con los males del mundo, acepta mis saetas, sufre, déjame colocarlas en tu corazón y así consuelas el Corazón de la Madre y el Corazón del Hijo”.

“Madrecita, acepto todo para alegrarte y en un momento, la madre de los Dolores se transformó en Nuestra Señora del Carmen, con el Niño Jesús a su lado y continúo diciéndome: “Hija mía, habla a las almas y diles que todas las cosas que pidan a Jesús en mi nombre y en nombre de las almas del Purgatorio, todas las cosas que permitan la conversión de los pecadores, les serán concedidas”.

El Niño Jesús estaba inquieto en los brazos de su madre, quería venir conmigo, la Madrecita le cumple su deseo, lo pasa a mis brazos, y Él me besa, me acaricia y quedando sobre mi pecho me dice: “¿Me dejas quedarme aquí?”

¡Oh Jesús, en el exterior no, pero dentro de mi corazón siempre, siempre, no te separes de mí!”.

Quedé sola, desaparecieron y les dije: “¡Amo a Jesús, amo a la Madrecita, creo, creo eternamente!”.

El primer sábado, 5 de diciembre de 1953, Alexandrina dictó para su diario: “Recibí a Jesús y me habló así: Hija mía, mi joya, pupila de mis ojos, está en tu corazón el Esposo fiel, fidelísimo, estoy aquí para prender, atar más, mucho más, con fuertes cadenas de amor mi divino Corazón al tuyo.

Me voy y me quedo, me ausento y estoy presente, voy a dejarte y no te abandono un momento, me cuesta proceder en esta forma, es por las almas, es por los pecadores que necesitan de tu martirio. Me cuesta mucho esta separación fingida, te dijo y le dije a mis discípulos: “Me voy pero me quedo”, partí para el Cielo y me quedé en la Eucaristía, me voy y me quedo en el sagrario de tu corazón, ten siempre presentes mis palabras, mis pedidos, las exigencias de Jesús…”.

Vino después la Madrecita: “Hijita, ven predilecta de Jesús, soy la Madre del Rosario, soy la Madre del Carmelo. Después de colocarte en mi regazo y estrecharte en mi corazón, dejo en tus manos el Rosario que tengo en mis manos benditas: coloca sobre él el Escapulario”.

 

EL ESCAPULARIO DEL MONTE CARMELO

Pío XII llama al Escapulario “nuestra señal de consagración al Inmaculado Corazón de María”.

En su mensaje enviado al primer Congreso Mariano, que tuvo lugar después de la promulgación de la Lumen Gentium, Paulo VI, explicando el párrafo 67 que dice:

“Todos los fieles de la Iglesia tengan en gran estima las prácticas y los ejercicios de piedad para con Ella (Nuestra Señora), recomendadas por siempre por el magisterio de la Iglesia” El Santo Padre nos dice: Entre ellas, juzgamos oportuno acentuar de modo particular el Rosario Mariano y el uso devoto del Escapulario del Monte Carmelo, una forma de piedad que, por su sencillez se adapta verdaderamente al espíritu de cada uno y es apoyada por los fieles para obtener un aumento de frutos espirituales”.

San Juan de la Cruz, doctor de la Iglesia, empeñado en practicar las virtudes de María, simbolizadas en el Escapulario, dice: “El Señor me hizo comprender toda la ternura de su Corazón, nunca había sabido que en este Corazón Divino hubiera tanta ternura para con los hombres”.

Así sucede con los privilegiados niños de Fátima que recibieron, casi de improviso, un milagro de luz sobre el misterio eucarístico.

Lo mismo le sucede a Alexandrina, transformada en Serafín de Jesús Sacramentado, gracias a su total consagración a María. El Escapulario, cuando es pedido y se trae como expresión de filial intimidad con María, se vuelve señal de gracia celeste, al ser ofrecido por Ella para ese fin.

María está moralmente presente para quien trae el Escapulario, que es señal externa de consagración a Aquella que quiere obtener para todos sus hijos encontrar a Jesús y crecer bajo la acción de Espíritu Santo, en la identificación con el Hijo de Dios.

 

LA GUERRA PREDICHA POR JACINTA Y LA HERMANA LUCIA

Los meses de enero y febrero, cuando se encontraba Jacinta en Lisboa, para ser internada en el hospital, parecía tener bajo sus ojos la futura guerra. La Superiora del Orfanato, donde fue recogida, escribió el 30 de noviembre de 1937, que Jacinta le dijo que repitiera que si los hombres no se enmiendan, Nuestro Señor mandará al mundo un castigo, como no se vio igual y primero en España, y hablaba de grandes acontecimientos mundiales, que acontecerían alrededor de 1940, pero sin especificarlos, decía también que el Santo Padre iba a sufrir mucho.

A su vez, la Hermana Lucía escribió al P. José Bernardo Goncalves, S.J. lo siguiente que sacamos del libro “Jacinta de Fátima” escrito por el P. Fernando Leite, 4ª. Edición, Braga 1966, pags, 219-220:

“La guerra terminará cuando la sangre derramada por los mártires sea la suficiente para aplacar la Justicia Divina” 21-1-1940.

“Él (Nuestro Señor) puede hacer que la causa (la consagración de Rusia) fuera aprisa, pero para castigo del mundo, dejará que siga su curso, su Justicia, provocada por nuestros pecados, así lo exige. 21-1-1940.

“Supongo que es del agrado de Nuestro Señor que haya quien se vaya interesando junto a Su Vicario, para la realización de sus deseos (Consagración de Rusia y del mundo al Inmaculado Corazón de María).”

“Pero el Santo Padre no lo hará pronto, duda de la realidad y tiene razón. Nuestro Buen Dios podía, por medio de algún prodigio, mostrar que es Él quien lo pide, pero se aprovecha de este tiempo para usar su Justicia y castigar al mundo de tantos crímenes y prepararlo para un regreso a Él.

La prueba que nos concede es la protección especial del Inmaculado Corazón de María sobre Portugal, por la consagración que le hicieron, la gente de que me habla, tiene razón de estar asustada, más nos pasaría si nuestros Prelados no hubieran atendido los pedidos de nuestro Buen Dios e implorado tanto de corazón su misericordia y la protección del Inmaculado Corazón de nuestra buena Madre del Cielo.

Pero ahora en nuestra Patria existen muchos crímenes y pecados y al ser la hora de la Justicia de Dios sobre el mundo, es preciso continuar orando, pero eso yo hallaba bien que infundiesen en las personas, una gran confianza en la misericordia de nuestro buen Dios y en la protección del Inmaculado Corazón de María, además de la necesidad de oración acompañada del sacrificio, sobretodo el que es preciso hacer para evitar el pecado. Es un pedido de nuestra buena Madre del Cielo, desde 1917, salido de su Inmaculado Corazón con una tristeza y ternura inexplicable: “No ofendan más a Nuestro Señor, que ya está muy ofendido”. (18-8-1940)

“En una comunicación íntima, Nuestro Señor me hace conocer que el momento de la gracia, de que me había hablado en mayo de 1938, estaba por acabarse, la guerra con todos sus horrores que la acompañan, empezaba pronto, prometió una protección especial del Inmaculado Corazón de María para Portugal, en atención al acto de consagración que hizo el Episcopado a este Corazón Inmaculado, pero, como también Portugal es culpable, deberá sufrir algunas consecuencias de la guerra, que terminará cuando el número y la sangre de los mártires haya aplacado la Justicia divina…” (6-2-1939)

El 20 de junio de 1939 le escribe al P. Aparicio: “Nuestra Señora prometió aplazar para más tarde el flagelo de la guerra, pero si fuera propagada y practicada esta devoción, la vemos aplazando este castigo, así que hay que ir haciendo esfuerzos para propagarla, pero tengo miedo de que no podamos hacer más de lo que hacemos y Dios, que no está contento, levante el brazo de su Misericordia y deje que el mundo quede asolado con este castigo que será horrible”.

El Director comenta: “Las palabras son señaladas por Lucía” me hace la impresión del modo como afirma y pronostica los acontecimientos, no duda, habla categórica, como quien está viendo el futuro, pienso que Nuestra Señora se lo ha mostrado”.

Pero nos preguntamos, ¿porqué tardó tanto en publicar esto? Lucía responde en un escrito del 6-7-1942: “Puede ser que a algunos les parezca que yo debía haber manifestado todas estas cosas hace mucho tiempo, porque habrían tenido más valor, así sería, si Dios hubiera querido presentarme como profeta, pero creo que no fue así, si así fuera, pienso que, cuando en 1917 me mandó callar, por medio de los que lo representaban, me hubiera mandado hablar. Juzgo entonces, que Dios quiso servirse de mí para recordar al mundo la necesidad que hay de evitar el pecado y reparar las ofensas hechas a Dios, por medio de la oración y de la penitencia”.

 

LA GUERRA PREDICHA EN BALASAR

En una carta a su Director, Alexandrina predice el 10 de septiembre de 1936: “Corre tanto peligro de extenderse estas barbaridades” y se refería a los acontecimientos en España. En enero de 1939 insiste: “El mundo está suspendido por un hilo finísimo”.

En la fiesta del Corazón de Jesús, el 16 de junio de 1939, el Señor la trata como responsable y representante de la humanidad y la amenaza, diciéndole: “En que montón de ruinas no quedará el mundo, conviértete, cambia el rumbo, te pido en el día de mi Divino Corazón, ¡Conviértete! Te pido cuentas de todo”.

La noche del 28 de junio de 1939, Alexandrina tiene una visión que así describe:

“Esta noche la pasé siempre alerta, pocos minutos tuve de descanso, no siento consuelo, me gusta no dormir, para estar alerta, siempre alerta con mi Jesús en los Sagrarios.”

“No sé bien, pero me parece que serían las dos de la mañana, Dios mío, ¡qué horror!, no sabía lo que era, pero parecía la destrucción del mundo, todo se arrasaba, casas, árboles, techados, todo quedaba en montones de ruinas, ¡caso asustador! atrapados en todo esto, veía en número sin cuenta, gente agitarse debajo de aquel tejado y por encima de ellos serpientes hediondas, eran grandes y tan feas, pero no vi salir a nadie de aquellas ruinas, un poco después, vi venir a lo lejos a la querida Madre del Cielo, venía suspendida en lo alto, vestida de blanco, la cabeza baja y la mirada triste. Venía caminando para el frente y al mismo tiempo todas las ruinas desaparecían, todo quedó plano, lo que eran ruinas hediondas, estaba ahora iluminado, pasado algún tiempo se volvió a repetir la destrucción, las ruinas, pero no a al vista de la querida Madrecita”.

La guerra estalló en toda Europa, el 4 de julio de 1940, Alexandrina fue arrebatada en un éxtasis, estaba presente su director espiritual, al que le dictó: “Después de una breve oración y de la oferta de mi misma con las otras víctimas, en unión con la Madre del Cielo, para obtener que Jesús libertara a Portugal del terrible flagelo de la guerra, fui súbitamente escuchada. Jesús tiene prisa en responderme: “Pide y recibirás, pide con confianza, Portugal estará a salvo, pero, ¡Ay de él si no corresponde a tan grande gracia! Confía, es Jesús quien te lo dice y no engaña”.

Y la profecía se verificó, en el éxtasis del 6 de noviembre de 1940, Alexandrina suplica a Jesús para darle la paz al mundo y proteger al Papa, el Señor le responde: “La paz viene, pero a costa de mucha sangre, el Santo Padre será protegido, el dragón soberbio y rabioso, que es el mundo, no tocará su cuerpo, pero su alma será su víctima.”

Cuando en 1943, Hitler había preparado todo para raptar a Pío XII, Alexandrina escribe una larga carta al Santo Padre, para asegurarle que nada le sucedería.

 

EL CUARTO DE ALEXANDRINA AUN HABLA

Es un lenguaje cada vez más elocuente, siento el deber de hablar de esto, para deshacer la afirmación de los que consideran sobrepasado el tiempo de la mística y para responder a los grupos de sociólogos improvisados, que contradicen mi reciente experiencia.

“Una tarde tuve la idea de participar en una mesa redonda, la discusión la controlaba un joven sacerdote, tres jóvenes barbudos y algunas muchachas pintadas de modo excéntrico. Los términos más usados eran: horizontalismo, alineación, espiritualidad de evasión, misticismo cómodo y la sustancia de la conversación fue que el contacto con Dios podía constituir un alivio para no ocuparnos de los hermanos, la mirada al cielo distrae la empresa de la construcción del mundo, menos misticismo y más disponibilidad a los sufrimientos ajenos.”

La tumba de Alexandrina es una prueba de su inconmensurable caridad espiritual para con los pecadores y una llamada a cuantos la visitan para la práctica de la caridad con los necesitados y los que sufren: una llamada a realizar lo que ella realizó durante toda su vida.

En la serie de impresos encasillados en cuadros a la entrada del cuarto, leemos algunos pensamientos que esta excepcional mística escribió en sus diarios:

“Pobres hombres y pobres almas, si nos preocupamos solamente del Cielo, cuantos morirían de hambre y de frío, cuantas almas caerían en la desesperación, ¡Fuiste Tú, mi Jesús, quien predicó y enseñó la caridad!”

“La limosna y la caridad bien practicada es la base de todo, nada hay que ayude a lo espiritual como auxiliar en lo material cuando es necesario. Cuanto bien se le puede hacer a las almas, quitándoles el hambre, cubriendo su cuerpo y protegiéndolos de tantas miserias, ¿no merece Jesús todo esto?”

“Quisiera consolar y confortar a todos, quiero dar alegría a todos los corazones”.

“Quiero practicar el bien, quiero que todos mis actos lleven bondad y dulzura, no soporto saber que los pobrecitos tiene hambre y no tiene que cubrirse, no soporto saber que mis semejantes estén en grandes aflicciones, sean las que fueren, mi corazón a pesar de ser tan malo, sufre, muere por no poder convertirse en pan, agasajos, consuelo y alegría, consolación y bálsamo para los que sufren. Jesús, amo a todos y a todos quiero consolar por Tu amor”.

Transcribimos algunos testimonios:

“Recuerdo a Alexandrina, no tanto como mística, sino por sus virtudes cristianas y humanas, que supo practicar de un modo admirable”.

“En horas de graves angustias, yo estaba segura de encontrar siempre en Alexandrina, un corazón semejante al de mi Dios: hacía prodigios de caridad”.

“El Gobierno piensa en las escuelas, pero creo que sería mejor construir casas para los pobres”.

“Quien amaba tanto al Padre Celeste, debía necesariamente amar al prójimo, era conmovedor observar la generosidad y bondad con que recibía, en su lecho de dolor, tanto a los ricos como a los pobres, a las personas cultas como a las ignorantes, a los amigos y a los extraños”.

Debía de ser así, porque Alexandrina acostumbraba decir: “Amémonos en Dios y con su amor”. Y su corazón, precisamente porque siempre estaba unido al Corazón de Cristo, hasta una mística identificación con Él, se dilató desmedidamente y abrazaba a todos, se conmovía de todo, sentía en sí todo cuanto era del prójimo y daba siempre y se daba completamente. Sus coterráneos, en su muerte, se vistieron de luto durante un mes y comentaban: “¡Murió la madre de Balasar!”.

 

CONSAGRA TU PARROQUIA

El 10 de septiembre de 1936, Jesús le hacía esta profecía y promesa a Alexandrina:
“Te voy a decir como va a ser hecha la Consagración del mundo a la Madre de los hombres y Mi Madre Santísima, que amo tanto.

Será en Roma por el Santo Padre consagrando a Ella el mundo entero y después por los Padres en todas las iglesias del mundo bajo el título de Reina del Cielo y de la tierra, Señora de la Victoria, si el mundo corrupto se convierte y cambia el rumbo, Ella reinará y la victoria será ganada por Ella”.

A los testimonios de Balasar queremos unir los que la historia narra sobre la extraordinaria consagración al Corazón de María en la parroquia parisina de “Nuestra Señora de la Victoria” y a la fundación de la Archicofradía del Corazón de María.

Para el lector atento, el “título” de la parroquia no es nuevo: lo recogieron los labios proféticos de Alexandrina y lo escuchó pronunciar por Pío XII en la oración de la Consagración del mundo. No podemos dejar de ver aquí la trama de una Providencia divina, tanto más que el contenido de esta narración viene a probar lo que fue pedido y prometido en Fátima y Balasar.

En 1832 el Arzobispo de París, D. De Quelen, confió la parroquia al joven sacerdote Carlos Des Genettes, que se dedicó con todo el corazón y celo al bien de las almas de aquella zona árida e indiferente. Desanimado ante la inutilidad de sus esfuerzos, le pidió repetidas veces a su Prelado que lo transfiriera, pero el Arzobispo le respondía siempre: “Rece y confíe”.

Al cabo de cuatro años, viene del Cielo la respuesta, lo describe el mismo:

“Corría el mes de diciembre de 1836, por la fiesta de la Inmaculada (3), ya tenía algún tiempo de párroco y la pobre parroquia se encontraba en un estado miserable, cerca de 18 mil habitantes y ni una sola persona en la iglesia, 35 mujeres en la misa del domingo, ningún hombre cumplía el precepto pascual, yo estaba desolado, me invadió el desánimo, temiendo que mis pecados fueran la causa de este triste estado de las cosas, me decidí a pedir mi dimisión.”

“Un viernes de diciembre, me hallaba más triste y abatido que nunca, comencé la Misa, sólo con mi pequeño ayudante, cuando llegué al “Sanctus”, me asaltó una perturbación extraordinaria.

Me vi obligado a parar, estaba por continuar la Misa, cuando de repente oigo una voz fuerte y distinta, que me dice: “Consagra tu iglesia y parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María”. Espantado, me volteó para atrás con vivacidad, pero no veo a nadie, mi pequeño ayudante seguía jugando tranquilamente con sus dedos.

Se acabó, digo dentro de mí, me voy a volver loco, no más dudas, es preciso que hoy mismo presente mi dimisión al Señor Obispo. Ya más tranquilo con esta resolución, terminé la Santa Misa, sin prestar más atención a la voz extraña que había oído, di de rodillas mi acción de gracias.

Estaba totalmente solo y me preparaba para levantarme, cuando la misma voz, más fuerte y distinta, me repite en un tono de mando que me causa escalofríos: “Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María”.

Esta vez me convencí, no era ilusión, había entendido bien, cosa extraña, nunca le había tenido gusto a esa devoción, me parecía pueril, casi ridícula.

“Caí de rodillas, lleno de reconocimiento y de emoción. Después de una larga oración, regresé a casa resuelto a escribir sin falta los Estatutos de una Cofradía en honor del Inmaculado Corazón de María para la conversión de los pecadores.

Puse manos a la obra y yo que siempre había hallado difícil redactar, quedé maravillado al ver que escribí de una sola vez, sin corrección alguna, los Estatutos proyectados, una potencia invisible guiaba insistentemente mi mano. Son los mismos Estatutos que existen hoy y fueron aprobados por la Santa Sede.

No sabía que decir, pedí a la Virgen que me diera una prueba de que todo venía de Dios y dije para mí: Si el Señor Arzobispo aprueba la Cofradía, será la señal de que la obra es de Dios.

Fui ese día con el Arzobispo, temiendo un poco que Mons. De Quelen se riera de mí y de mi idea, no me atreví a hablarle de la voz misteriosa que había oído dos veces, me contenté a presentarle el proyecto de los Estatutos, con grande asombro mío, me dice: Quiero Padre, no solamente apruebo esta Cofradía, ordeno que se establezca y quiero que comience el próximo domingo.

“Estábamos a viernes, partí sorprendido y alegre, dos días después, anuncié en el púlpito, en la Misa solemne, a las treinta o cuarenta mujeres que componían el auditorio, que aquella misma tarde comenzarían las reuniones de la Cofradía del Santísimo Corazón de María para la conversión de los pecadores.

En el fondo de mi corazón, con mi pesar, no tenía mucha confianza, al descender, encuentro a los pies del púlpito a un señor, que no había visto al subir, se aproxima a mí y me pregunta, -¡cosa inaudita!- dónde y cuándo podría confesarse.

“En la tarde, latía ansioso mi corazón. No encontraré a nadie en la iglesia, me decía al dirigirme para allá, haré una bella figura con la Cofradía, pero cual fue mi sorpresa al entrar, vi mi pobre iglesia llena y había un tercio de hombres y jóvenes, no podía creerlo, leí y expliqué los Estatutos, se cantaron las laudes de Nuestra Señora y llegando a la invocación: “Refugium peccatorum, ora pro nobis, Refugio de los pecadores, ruega por nosotros”, lloraba como un niño, la Cofradía estaba fundada.

El Padre Des Genettes pretendía más, quería que la Cofradía se extendiera por el mundo entero, así aconteció, la Santísima Virgen distribuyó por su medio multitud de gracias y conversiones.

El 9 de julio de 1838, Pío IX coronaba solemnemente la milagrosa estatua de Nuestra Señora de las Victorias, diciendo: “La Archicofradía del Sagrado Corazón de María es obra de Dios, un pensamiento del Cielo se suscitó en la tierra y será una fuente de gracias para la Iglesia”.

El prodigio ocurrido en París el siglo 19 y las gracias que se dieron, estimulen a las parroquias y a las instituciones y a los fieles a consagrarse al Corazón Inmaculado de María.

Como conclusión de este humilde trabajo, me parece que queda perfectamente la oración escrita y divulgada por San Juan Bosco, grande devoto del Corazón doloroso de María y que previó las batallas de los enemigos de la Iglesia y profetizó que por medio de María se iría a la victoria:

“Oh María, Virgen poderosa,
Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia,
Tú, Auxiliadora admirable de los cristianos,
Tú, terrible como ejército en orden de batalla,
Tú, que sola destruyes los errores del mundo,
Tú, en nuestras angustias en nuestras luchas, en nuestras necesidades,
Defiéndenos del enemigo,
Y en la hora de nuestra muerte,
Acógenos en las alegrías eternas, Amén”

 

Notas

(1) Jesús, en 1954 confirma: “Por medio de ti fue consagrado el mundo a mi Madre Bendita”. ¿La frase “con una fiesta solemne” significa el modo con que debe de ser hecha la consagración y la institución de una fiesta litúrgica en honor del Corazón de María? El primer Director no nos dejó ninguna explicación sobre esto y a mí se me escapó esta particularidad y nada le pregunté a Alexandrina. La Hermana Lucía es más explicita y le pide a Pío XII una fiesta, extensiva a todo el mundo en honor del Corazón de María.

(2) Pío XII, en mayo de 1948, recomendaba vivamente que la “Consagración se renovara en cada diócesis y parroquia y en cada familia”.

(3) 1832: el P. Carlos Des Genettes toma posesión de la parroquia parisina, en Balasar, el mismo año, aparece la cruz misteriosa. En 1836, el sacerdote oye la invitación de consagrar la parroquia al Corazón de María, en Balasar, en 1936, Jesús dice que los sacerdotes consagrarán al Corazón de María sus parroquias y que el Papa invocará a María como “Señora de la Victoria”. ¿Coincidencias o realizaciones de un plano divino?

Autor: P. Humberto M. Pasquale S.D.B.
Edición: Cavaleiro da Inmaculada
Provincia Salesiana Portuguesa


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Consecuencias de la Consagración de Rusia: los pedidos de Jesús y María

El 13 de junio de 1929, mientras la Hermana Lucía estaba en el noviciado de las Hermanas Doroteas en Tuy, España, Nuestra Señora cumplió Su promesa del 13 de julio de 1917: “Vendré a pedir la consagración de Rusia…” escribe la Hermana Lucía que, estando ella una noche sola… en medio de la capilla… cuando la única luz era la de la lámpara:

TODO SOBRE FÁTIMA

Virgen de Fátima, Portugal ( 13 de mayo)
Los Videntes de Fátima
Aparición y mensajes del Ángel, en Fátima
Las seis apariciones de Nuestra Señora de Fátima en 1917
Ultima aparición de la Virgen de Fátima, la danza del sol, Portugal ( 13 de octubre)
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Cronología de Fátima: 3º secreto y consagración de Rusia
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Consecuencias de la Consagración de Rusia: los pedidos de Jesús y María
Una visión del mundo con base en Fátima
Devociones a Fátima

De repente, se iluminó toda la capilla con una luz sobrenatural y sobre el altar apareció una cruz de luz que llegaba hasta el techo. En una luz más clara se veía, en la parte superior de la cruz, un rostro de un Hombre y Su Cuerpo hasta la cintura. Sobre su pecho había una paloma igualmente luminosa. Y clavado en la cruz, el cuerpo de otro hombre. Un poco por debajo de la cintura, suspendido en el aire, se veía un Cáliz y una Hostia grande sobre la cual caían unas gotas de Sangre que corrían a lo largo del Rostro del Crucificado y de una herida en Su pecho. Escurriendo por la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz.

Bajo el brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora con Su Inmaculado Corazón en Su Mano … (Era Nuestra Señora de Fátima con Su Inmaculado Corazón … en Su mano izquerda … sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas). Bajo el brazo izquierdo (de la Cruz), unas grandes letras, como si fueran de agua clara cristalina, que corrían hacia el altar, formaban estas palabras: ‘Gracia y Misericordia’. Comprendí que me era mostrado el misterio de la Santísima Trinidad y recibí luces sobre este misterio que no me es permitido revelar.

Luego Nuestra Señora dijo a la Hermana Lucía:

«Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los Obispos del mundo, la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón; prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir Reparación. Sacrifícate por esta intención y reza».

El pedido de la solemne y pública Consagración de Rusia por el Papa y todos los obispos católicos, expresado por intermedio de Nuestra Señora a la Hermana Lucía, es un pedido hecho por Dios mismo. En Tuy, Nuestra Señora dijo a Lucía: “Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga…”

Durante casi 1.000 años el rechazo de la Santísima Voluntad de Dios, y de Dios mismo, ha ido escalando. En 1054 el cisma ortodoxo comenzó cuando ellos dijeron “sí” a Dios, “sí a Cristo”, “sí” a Su Iglesia, pero “no” al Papa — Vicario de Jesucristo.

Ellos lo reconocen como “el primero entre iguales”, pero no reconocen su primacía de jurisdicción sobre todos los Patriarcas, Cardenales y obispos de la Iglesia.

En 1517, Martín Lutero dijo “sí” a Dios, “sí” a Cristo, “no” a la Iglesia Católica y “no” al Papa. Él proclamó tener fidelidad a Dios y a Nuestro Señor, pero rechazó a la Iglesia. Por lo que, es imposible permanecer fiel a Cristo cuando se rechaza a Su Esposa, la Iglesia.

En 1717 la Francmasonería dijo “sí” a Dios, “no” a Cristo, “no” a la Iglesia Católica y “no” al Papa. Ellos pretendieron reconocer a Dios (no al verdadero Dios, sino a su propia concepción de Dios), pero ya no quisieron a Cristo y a Su Iglesia. De nuevo, es imposible servir a Dios mientras se rechaza a Su Hijo: “Yo y el Padre somos uno,” dijo Nuestro Señor.

Finalmente, en 1917 Lenín dijo “no” a Dios, a Cristo, a la Iglesia Católica y al Papa. Con el Comunismo, vemos la culminación de lo que había comenzado con el cisma ortodoxo y con la herejía luterana: el rechazo descarado no solo de la Iglesia Católica, sino también el rechazo de Jesucristo e incluso de toda noción de un Dios Todopoderoso.

La Consagración de Rusia revertirá el alzamiento y la rebelión contra Dios, iniciada con el cisma ortodoxo de 1054, favorecida por la herejía de Lutero de la sola scriptura, incrementada por la apostasía de la Francmasonería e intensificada por el Comunismo.

Son estos “No” los que serán revertidos por la consagración de Rusia. Como dijo Nuestro Señor, la Iglesia es Su Esposa. Usted lo encontrará en la Carta a los Efesios. No podemos estar con Cristo y contra Su Iglesia, como enseñó Lutero. No podemos estar con Dios y contra Cristo, como dijo Nuestro Señor a los Fariseos: “Si Dios fuera vuestro Padre, vosotros me aceptaríais porque Yo soy la imagen de Mi Padre. Yo y el Padre somos Uno. No, vuestro padre es el diablo”. Dios Hijo es la imagen del Padre. “Felipe. ¿No sabes que Yo y el Padre somos Uno? Tú me has visto, tú has visto al Padre”.

Así, en cierto sentido, Marx lo estaba cumpliendo, al decir “No” a Dios, ese “No” es inseparable del “No” a Cristo, “No” a Su Iglesia y “No” a Su Vicario sobre la tierra. Pero todas estas cosas serán revertidas por la consagración y la conversión de Rusia. Incluso el “No” de los ortodoxos, negando la primacía del Papa en 1054, será revertido.

Así, cuando finalmente se logre la Consagración de Rusia y la paz mundial, deberíamos recordar que esta no vino por ninguno de los hombres, ni por todos ellos juntos. Ni siquiera por los méritos del Santo Padre, sino por los méritos de Nuestra Señora.

Al mismo tiempo, Dios quiere también que todo el mundo vea la importancia de la condición única del Santo Padre y de los obispos católicos y, en realidad, de la Iglesia Católica. Y es por eso que Él ha insistido que no solo sea el Santo Padre, sino los obispos católicos junto con el Santo Padre quienes realicen ese acto, para que el mundo vea la relación directa entre la Rusia convertida y el Papa y los obispos, que cumplieron ese acto de consagración al Inmaculado Corazón de María.

Dios ha dado a la Iglesia y al mundo este plan inmutable para obtener la paz mundial, solo por medio de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María a realizar por el Papa y los obispos católicos. El Dios Omnipotente ha decretado demostrar así, a la Iglesia y al mundo, no solo la necesidad y la importancia de la devoción a Nuestra Señora, sino también demostrar por esta consagración de Rusia y la paz mundial subsiguiente, que El ha fundado solo una Iglesia, la Iglesia Católica y que Él ha establecido dentro de ella esa jerarquía de la Iglesia Católica, y ha dado al Papa la primacía de autoridad en la Iglesia.

Como Dios ha sido insultado públicamente por el ateísmo comunista, error principal de Rusia del cual nos advirtió Nuestra Señora en 1917, Él pide que se haga reparación pública por esa grave blasfemia, por medio de una re-dedicación del país y de los pueblos de Rusia al servicio de Dios. Sin embargo, Él ha ordenado que se haga de una manera determinada.

Dios desea que la Consagración de Rusia venga de manos de Su Madre Santísima, quien no solo hará más agradable a Él esa consagración, sino que Ella atraerá al mundo a Su Inmaculado Corazón, por medio de la paz subsecuente que Ella le dará.

Poco antes de su muerte, la Beata Jacinta de Fátima le dijo a su prima Lucía, “Ya me falta poco para ir al Cielo. Tu quedas aquí para decir que Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Cuando sea el momento de decirlo, no te escondas. Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María; que se las pidan a Ella; que el Corazón de Jesús quiere que, a su lado se venere el Inmaculado Corazón de María; que pidan la paz al Inmaculado Corazón de María, que Dios se la entregó a Ella.”

 

LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA: CONSECUENCIAS PARA EL MUNDO

Muchos no se dan cuenta que Dios ya nos ha dado una vislumbre de lo que sucederá cuando el Papa y todos los obispos católicos del mundo consagren Rusia al Inmaculado Corazón de María.

Eso ocurrió en Portugal, después de que los obispos portugueses consagraran solemnemente su país al Inmaculado Corazón de María el 13 de mayo de 1931.

Como resultado de esa consagración, Portugal experimentó un triple milagro:

1. Hubo un Renacimiento Católico magnificente, durante el cual ocurrió un notable resurgimiento de la vida católica;

2. Tuvo lugar una milagrosa reforma política y social, de acuerdo con los principios sociales católicos; y

3. Hubo un doble milagro de paz, durante el cual Portugal fue librada tanto de la Guerra Civil Española como de la Segunda Guerra Mundial.

El Cardenal Cerejeira, Patriarca de Portugal, afirmó que las gracias arriba mencionadas, que transformaron completamente la nación, se debieron a Nuestra Señora de Fátima. El afirmó: “Para expresar lo que ha estado ocurriendo aquí durante veinticinco años, el vocabulario portugués no tiene sino una palabra: milagro. Sí, estamos convencidos que debemos la maravillosa transformación de Portugal a la protección de la Santísima Virgen”.

El Cardenal afirmó también, que las múltiples bendiciones que Nuestra Señora obtuvo para Portugal son una muestra de lo que Ella obtendrá para el mundo entero, una vez que Rusia sea consagrada debidamente a Su Inmaculado Corazón. “Lo que ha estado ocurriendo en Portugal proclama el milagro”, afirmó. “Y prefigura lo que el Inmaculado Corazón de María ha preparado para el mundo.”

Con la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón, y el Triunfo del Inmaculado Corazón, el mundo entero experimentará las gracias que Portugal experimentó luego de su consagración. Pero, estas serán a escala mundial, y, necesariamente, ¡mucho más notables! Habrá paz a lo largo del mundo. Las naciones aceptarán el reinado de Cristo Rey, y basarán así sus leyes en Sus Leyes. Y la Iglesia Católica será renovada, y todas las gentes y todas las naciones se convertirán a la práctica ferviente de la Fe Católica.

Para una descripción más detallada de la transformación milagrosa de Portugal, que fue la vista previa de lo que el mundo entero experimentará cuando se haga la Consagración Colegial de Rusia.

 

POR EL NO CUMPLIMIENTO

La historia ha demostrado los resultados de la omisión de consagrar Rusia por parte del Papa y los obispos. Hemos visto guerras incontables y conflictos: la 2a. Guerra Mundial; las guerras de Corea y de Vietnam; incontables revoluciones sangrientas en África, América Latina y el Sudeste Asiático, la reciente Guerra de Iraq, etc. También tenemos la guerra que se está librando contra los no-nacidos, en la que son asesinados 50 millones de bebés cada año en el mundo.

Por todo lo que ocurre a nuestro alrededor, tenemos la evidencia que no estamos viviendo en el período de paz prometido por Nuestra Señora de Fátima. Sin embargo, todos estos horribles castigos podrían haber sido evitados, y los futuros problemas se evitarán, por la Consagración de Rusia. Ha sido la demora del Papa y los obispos en el cumplimiento de la orden de Dios de realizar la Consagración Colegial de Rusia al Inmaculado Corazón de María, lo que ha permitido que hubieran ocurrido las terribles devastaciones del siglo pasado — después de 1929, cuando fue dada la orden formal para la Consagración. La destrucción continuará intensificándose si no se obtiene la conversión de Rusia; veremos la predicha esclavización de todo el mundo, y la aniquilación real de varias naciones.

Así, las consecuencias de no cumplir con la realización de ese simple acto de consagración son inconmensurables. Debemos rezar para que se haga pronto, y nos veamos librados de la esclavización y la aniquilación. Tal como el primer Papa, San Pedro, fue liberado de la prisión por las oraciones de los primeros cristianos, nuestro Papa actual puede ser igualmente ayudado por nuestras oraciones, para que finalmente obedezca los pedidos del Cielo y consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María.

Fuentes: www.fatima.org y  otros

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Apariciones y Visiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

Revelaciones “privadas” y Medjugorje

Fr. Ljudevit Rupcic escribe un trabajo teológico pastoral en 1995 donde expone su posición sobre las revelaciones en general y la de Medjugorje en particular, y expone las razones por las cuales debe darse credibilidad a las de Reina de la Paz.

El término revelaciones «privadas» desde hace bastante tiempo se ha hecho una costumbre en la teología. En contraste con la revelación pública. Sin embargo, una revelación pública sería la que es dada en la Biblia y privada la que es dada aparte de la Biblia. Consecuentemente, sería más justificado hablar de revelación bíblica y extra bíblica.

Con todo, asignar mayor honor y significado a la [revelación] bíblica que a la otra no tiene realmente razón de ser. Y es que si ambas son auténticas, si ambas provienen de Dios, de acuerdo a su origen, ambas son divinas e igualmente valiosas. Ambas, la una y la otra, Dios pretende dirigirlas al pueblo y quiere que éste acepte a las dos. De otro modo, no habría razón para que El hablara del todo. Si existe alguna diferencia justificada entre ellas, no puede ser jamás en el sentido de que una obliga y la otra no. Ambas obligan. Porque a quien ha sido tocado por ellas y a quien ha alcanzado razones suficientes y la seguridad moral en relación a su autenticidad, ambas lo obligan igualmente.

La revelación contenida en la Biblia es llamada «canon», esto es, la regla de la Fe. La autenticidad de cualquier otra revelación se mide de algún modo de acuerdo a ella. Antes que nada, todo lo que sea contrario a esa revelación no sería auténtico, esto es, falso. Consecuentemente, la revelación bíblica provee una garantía de certeza y, en un modo negativo, que una revelación contraria es falsa. Aún más, la autenticidad de la revelación bíblica es garantizada por el Magisterio de la Iglesia al que Cristo concede el Espíritu Santo, a fin de preservar fielmente esa revelación e interpretarla infaliblemente. Para la revelación extra bíblica, el magisterio no tiene directamente esa autoridad, sino indirectamente. Esto significa que, si estableciera que una revelación extra bíblica es contraria a la bíblica, sería seguro que no es auténticamente divina del todo. Y es que, «aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciará un evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema!» (Gal 1,8). Por otro lado, si el Magisterio de la Iglesia de algún modo llegara incluso a confirmar una revelación extra bíblica, no estaría uno obligado simplemente por eso a aceptarla como auténtica. Si uno tiene razones propias, debe aceptarla con fide divina. Pero si no tiene sus propias razones, puede rechazarla o dudar de ella. En este caso, la persona no está obligada fide catholica.

La historia de la Iglesia da testimonio de que siempre han habido revelaciones extra bíblicas. De acuerdo a su forma y estructura, son iguales a la revelación bíblica y están generalmente ligadas con apariciones o visiones. Usualmente era Jesús el que se aparecía, los Ángeles y los Santos. Pero en tiempos recientes, es más frecuentemente la Santísima Virgen María [quien se aparece].

Las locuciones (audiciones) también están conectadas con visiones. Las más recientes apariciones de la Santísima Virgen en La Salette, Lourdes, Fátima y Medjugorje así lo confirman. Los videntes, además de ver a Nuestra Señora, también escuchan sus mensajes que generalmente llaman a la conversión, la oración -especialmente el rosario-y la penitencia. De ese modo, están tanto más orientadas hacia la renovación y el florecimiento de la vida de la Iglesia que a dar una nueva verdad de la Fe.

Nadie puede cerrarle la boca a Dios. El no ha terminado Su conversación ni Su revelación al pueblo. Esta sigue adelante continuamente, en la Iglesia y en el mundo, de diversos modos. El discurso de Dios, en un sentido más amplio, toma la forma de una visión o al menos nadie puede refutarlo. Por tanto, las revelaciones extra bíblicas no son sólo posibles sino actuales. El Espíritu de Dios que Cristo envía continuamente a la Iglesia recuerda a ésta las palabras de Jesús y la conduce a la verdad completa (Juan 16,13). El no lo realiza simplemente por medio de la jerarquía, sino también a través de carismas y de sus portadores porque la Iglesia no es sólo jerárquica sino también carismática. Es por eso que el Espíritu Santo no está atado a la jerarquía, sino viceversa. El es libre y sopla donde quiere. El da incentivos a la Iglesia y conduce a la Iglesia también a través de los carismáticos. Ni la jerarquía ni los carismáticos pueden usurpar para sí el derecho exclusivo de hablar y actuar en nombre del Espíritu Santo. Sus ministerios se originan en el mismo Espíritu y deben armonizarse. Así pues, ni la jerarquía ni la Iglesia pueden ser autocomplacientes e indiferentes hacia las visiones, apariciones y revelaciones. La jerarquía no sólo debe no rechazarlas y tampoco simplemente tolerarlas, sino que debe aceptarlas y fomentarlas también. De otro modo, estaría rechazando al Espíritu mismo.

La visión y la revelación pertenecen al carisma profético, del cual la Iglesia no puede carecer y esto, no porque sea necesaria una nueva doctrina o verdad después de la revelación bíblica, sino porque es necesaria una nueva luz, un mejor entendimiento de esa misma doctrina o verdad y, especialmente, porque se requiere una nueva orientación e ímpetu para la actividad humana.

Una postura crítica hacia la revelación extra bíblica se ha manifestado en menor o mayor medida a lo largo de toda la historia. Con el comienzo de los tiempos modernos, se han iniciado debates más grandes y más numerosos acerca de ellas. Según los mismos, el mejor signo de autenticidad de una revelación y visión extra bíblica es su concordancia con la revelación bíblica. Se afirma, que el contenido de una revelación extra bíblica, que sobrepasa las capacidades de los videntes, habla mucho a su favor. En ello, juega un papel importante la salud mental y física del sujeto. La santidad personal y el estado de gracia contribuyen a su autenticidad, si bien no son indispensables. En principio, incluso grandes defectos morales no son un obstáculo para la autenticidad de la revelación. El heroísmo moral del sujeto de la visión contribuye positivamente a la autenticidad de la verdad. En ello, atendiendo a las circunstancias, los errores que la acompañan también significan algo, si bien no son necesariamente considerados como un criterio negativo. Estos criterios internos son acompañados por los externos: milagros y aprobación de la Iglesia. El involucramiento en alguna cuestión controversial y los asuntos políticos habla en contra de la autenticidad de la visión porque las visiones sirven al reino de Dios y no a la curiosidad o a algún propósito enteramente de este mundo.

Las revelaciones extra bíblicas, en general, no implican nuevas verdades, sino quizá simplemente un mejor reconocimiento de las verdades bíblicamente reveladas y cuanto más, ciertamente, la demanda de una mejor y más urgente aplicación de la revelación bíblica en alguna postura particular de la Iglesia o de grupos individuales dentro de ella. En general, pretenden inspirar a la gente a la Fe y la conversión y de ese modo, conducirlas a la salvación. Son más bien peticiones e incentivos más que aserciones. Su propósito es orientar el comportamiento del pueblo hacia Dios. En este sentido, Santo Tomás de Aquino dice: «Cuando no haya más revelaciones, la gente se quedará sin guía» (Summa II-II. q. 174 a.6). Esta es la razón de que siempre haya habido profetas en la Iglesia que efectivamente no proclamaron una nueva doctrina, sino que dieron una orientación a la actividad humana. El mismo Santo Tomás de Aquino subraya: «La revelación es dada para beneficio de la Iglesia» (Summa II-II. q. 172 a.4). Nos llama a una vida cristiana más auténtica y señala la necesidad y los medios que son de más alta prioridad. Es la respuesta del cielo a cuestiones particulares de los tiempo y de este modo, ayuda más que cualquier empeño intelectual y teológico.

Puesto que las revelaciones extra bíblicas son extraordinarias y llamativas, generalmente provocan mayor atención que la proclamación ordinaria de las verdades bíblicas y las directrices de la Iglesia y actúan como terapia de choque. Es bien sabido que las apariciones en Lourdes, Fátima y Medjugorje han intensificado la devoción y han despertado la vida espiritual alrededor del mundo. Han contribuido en gran medida a la renovación de la confesión y la reverencia por la Eucaristía.

Un énfasis demasiado grande en alguna revelación extra bíblica en vez del Evangelio no sería saludable ni normal. La revelación bíblica tiene preferencia pero la extra bíblica no debe ser rechazada, simplemente porque también proviene de Dios y porque con ella, Dios quiere decir algo al hombre. Es por eso que en ambos casos la palabra de Dios obliga.

 

LAS APARICIONES Y VISIONES DE MEDJUGORJE

Desde el 24 de Junio de 1981 hasta el día de hoy, seis videntes en Medjugorje, Ivanka Ivankovic-Elez, Mirjana Dragicevic-Soldo, Vicka Ivankovic, Marija Pavlovic-Lunetti, Ivan Dragicevic y Jacov Colo, afirman unánimemente que Nuestra Señora se les aparece. Ellos aún la ven diariamente, excepto Ivanka y Mirjana, quienes todavía la ven una vez al año, Ivanka en el aniversario de las apariciones y Mirjana en su cumpleaños. Ya desde el principio de las apariciones, se intentó de diversas maneras obtener la aprobación de la autenticidad de estas apariciones y visiones.

Adicionalmente a la persistente afirmación de los videntes, se pretendió, de un modo más o menos científico y teológico, llegar a pruebas objetivas de la autenticidad de las apariciones. Incluso desde los primeros días, el régimen comunista de ese tiempo, el cual debido a motivos ideológicos y ateos se oponía a la notoriedad de las apariciones de Nuestra Señora, trató primero que nada a través de los médicos en Citluk y Mostar de probar el dicho de que las apariciones eran una trampa infantil común y el dicho de niños insanos. Cuando los médicos establecieron que los niños estaban completamente sanos, los comunistas integraron una comisión de doce médicos y siquiatras a quienes simplemente ordenaron declarar a los niños mentalmente enfermos. Resulta significativo que, a pesar de la presión, los miembros de la comisión no lo hicieron porque era obvio que los niños eran saludables.

Después de eso, numerosas otras comisiones oficiales y no oficiales siguieron sucesivamente. Trataron de llegar a la verdad de la aparición con mayor imparcialidad. Una excepción fueron las dos comisiones constituidas por el Obispo local, Pavao Zanic. El no pidió a dichas comisiones que estudiaran el fenómeno Medjugorje, sino que confirmarán su propia opinión negativa que, tomando en cuenta las propias apariciones, no tenía sustento en absoluto. A fin de asegurar el «resultado» de la investigación, él se nombró a sí mismo presidente de la comisión y dispuso que [los miembros] pensaran y hablaran lo que él mismo, sin base alguna en la verdad, pensaba y hablaba. Las demás comisiones, a diferencia del Obispo Zanic y las instancias creadas por él, examinaron a los videntes y los hechos de Medjugorje, echando mano de expertos. Puesto que la Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezada por el Cardenal Joseph Ratzinger, rechazó los «resultados» de las comisiones del Obispo Zanic como incompetentes e infundados, ésta ordenó a la Conferencia Episcopal Yugoslava establecer su propia comisión para hacerse cargo con más seriedad de las apariciones de Medjugorje. Aún cuando esa comisión no investigó más seriamente estas apariciones, no obstante, se comportó de manera más responsable hacia ellas. Al menos, no afirmó que las apariciones no son auténticas sino que encontró una solución salomónica y declaró que aún no había arribado a pruebas reales de la sobrenaturalidad de las apariciones. Dicha postura fue también aceptada por la Conferencia Episcopal Yugoslava. Debido a la convicción cada vez más generalizada de que las apariciones son auténticas y, especialmente, a causa de los excepcionales dones espirituales al mundo entero relacionados con las apariciones, se sintió no obstante compelida a aceptar a Medjugorje como santuario y asumir un mayor cuidado del correcto desarrollo de la devoción y la adecuada provisión de las necesidades espirituales de los peregrinos de Medjugorje.

Las apariciones de Medjugorje fueron examinadas con la mayor competencia y pericia por parte de la comisión científico teológica ítalo / francesa «sobre los sucesos extraordinarios que están teniendo lugar en Medjugorje». En su investigación, la asamblea de diecisiete renombrados científicos, médicos, siquiatras y teólogos llegó a 12 conclusiones el 14 de Enero de 1986 en Paina, cerca de Milán.

1. En base a los exámenes sicológicos, en todos y cada uno de los videntes es posible excluir con seguridad un fraude o engaño.

2. En base a los exámenes médicos, pruebas y observaciones clínicas etc. es posible excluir en todos y en cada uno de los videntes alucinaciones patológicas.

3. En base a los resultados de investigaciones previas, es posible excluir en todos y cada uno de los videntes una interpretación puramente natural de estas manifestaciones.

4. En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, existe una correspondencia entre estas manifestaciones y las que generalmente se describen en la teología mística.

6. En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, es posible hablar de avances espirituales y avances en las virtudes teológicas y morales de los videntes, desde el principio de estas manifestaciones hasta el día de hoy.

7. En base a la información y las observaciones que pueden ser documentadas, es posible excluir enseñanzas o comportamientos de los videntes que estarían en clara contradicción con la Fe y la moral cristianas.

8. En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, es posible hablar de buenos frutos espirituales en personas atraídas por la actividad sobrenatural de estas manifestaciones y en la gente favorable a ellas.

9. Después de más de cuatro años, las tendencias y diversos movimientos que se han generado a través de Medjugorje, como consecuencia de estas manifestaciones, influyen en el pueblo de Dios y en la Iglesia en completa armonía con la doctrina y la moral cristianas.

10. Después de más de cuatro años, es posible hablar de frutos permanentes y objetivos de los movimientos generados por Medjugorje.

11. Es posible afirmar que todas las buenas iniciativas espirituales de la Iglesia, que están en total armonía con el auténtico magisterio de la Iglesia, encuentran sustento en los eventos de Medjugorje.

12. En consecuencia, se puede concluir que después de un examen más profundo de los protagonistas, de los hechos y de sus efectos, no sólo a nivel local sino también respecto a acordes de respuesta en la Iglesia en general, sería bueno para la Iglesia reconocer el origen sobrenatural y, por medio de ello, el propósito de los eventos en Medjugorje.

Hasta ahora, se trata de la investigación más concienzuda y completa del fenómeno Medjugorje y, por esta misma razón, es lo más positivo que hasta ahora se ha dicho acerca de él a nivel científico teológico.

Adicionalmente, un trabajo muy serio para examinar a los videntes fue también realizado por un equipo francés de expertos encabezados por el Sr. Henrio Joyeux. Utilizando el equipo y maquinaria más modernos, él examinó las reacciones internas de los videntes antes, durante y después de las apariciones así como su sincronización ocular, auditiva, cardíaca y cerebral. Los resultados de dicha comisión fueron muy significativos. Mostraron que el objeto de observación es externo a los videntes y que permite excluir cualquier manipulación del exterior y cualquier acuerdo mutuo entre los videntes Los resultados de los encefalogramas individuales y de las demás reacciones han sido reunidos y elaborados en un libro especial (H. Joyeux -R. Laurentin, Etudes médicales et scientifiques sur les apparitions de Medjugorje, Paris 1986).

Los resultados de la comisión arriba mencionada, han confirmado las conclusiones de la comisión internacional y, por su parte, prueban que las apariciones son un fenómeno que sobrepasa la ciencia moderna y que todo apunta hacia otro nivel.

Por lo que se refiere al examen científico de las apariciones de Medjugorje, es importante recordar que, en la historia de las apariciones, ninguna de ellas ha sido jamás estudiada científicamente tan amplia y minuciosamente como las de Medjugorje. Cuando se comparan los estudios de Lourdes y de Fátima con los de Medjugorje, se nota que casi no existe similitud entre ellas. Tampoco los demás videntes fueron tan minuciosamente examinados; esto no era posible con tal certidumbre y éxito a causa del nivel inferior de la ciencia y la falta de aparatos técnicos en aquellos tiempos. Es aún más significativo recordar que en Lourdes fue una sola vidente, Bernardita Soubiruó, tres en Fátima y seis en Medjugorje. La manipulación es mucho más fácil con un solo vidente que con varios. De igual modo, una confirmación de grupo es más valiosa que una individual. De Bernardita se dijo que era de salud delicada sicológica y físicamente. En cuanto a los videntes de Medjugorje, se ha establecido una salud adecuada. Si a esto agregamos las cualidades morales positivas y la uniformidad de los testimonios, no se encuentran dudas significativas de que las apariciones, de las cuales los videntes dan testimonio, sean verdaderamente sobrenaturales y dignas de fe.

También el contenido de los mensajes de Medjugorje lo confirma. Además de los cinco mensajes principales, en los cuales concuerdan los videntes, a través de Marija Pavlovic, la Virgen da mensajes especiales para el mundo entero. Si bien son numerosos, en ninguno de ellos ha podido encontrarse algo que sea contrario a la doctrina cristiana y a la Fe. Por el contrario, junto con los mensajes principales, integran un verdadero tesoro de teología práctica y manuable, a un nivel que hoy en día no obtendrían ni siquiera el 80% de los sacerdotes. Todo esto tiene mayor significado cuando se piensa que la vidente Marija, al igual que el resto de los videntes, es una creyente absolutamente promedio que no ha podido frecuentar regularmente el catecismo y mucho menos adquirir una educación teológica práctica. Las acusaciones falsas del Obispo y de algunos otros opositores de Medjugorje, según las cuales los frailes escriben los mensajes, habla en favor de su excepcional contenido. Contribuyen igualmente a confirmar su carácter extraordinario.

 

MILAGROS

Desde un principio, las apariciones de Medjugorje estuvieron acompañadas de fenómenos inusitados, tanto en el cielo como en la tierra, especialmente por curaciones milagrosas. Yo mismo, junto con cerca de mil peregrinos, experimenté una excepcional danza del sol. Dicha manifestación fue tan inusual y evidente que todos, sin excepción, la clasificaron como un milagro. Ninguno de los presentes permaneció indiferente, de lo cual me convencí personalmente al interrogar a todos los que estaban ahí. El gozo, las lagrimas y las afirmaciones de los presentes lo confirmaron fuertemente. De sus palabras podía inferirse que ellos entendían esa manifestación como una confirmación de la autenticidad de las apariciones y como un incentivo para responder a los mensajes de Medjugorje, aceptándolos. Y éste es el propósito real de los milagros: ayudar a la gente a creer y a vivir por la Fe, porque [los milagros] están al servicio de la Fe y de la salvación del pueblo.

En cuanto a los milagros luminosos en Medjugorje, un profesor que trabaja en Viena, experto en este campo, admitió que durante una semana estudió dichos fenómenos en Medjugorje. Al final me dijo: «La ciencia no tiene respuesta para estas manifestaciones». Si bien el juicio sobre los milagros no depende de la ciencia natural o de la ciencia en general, sino sobre todo de la teología y la Fe, esto es muy importante porque donde la ciencia no alcanza a llegar, entra la Fe. Es muy significativo el hecho que muchos acontecimientos hayan sido captados por los fieles como auténticos milagros. Ellos han captado su significado y, ya sea que los hayan experimentado directa o indirectamente, se han sentido obligados a aceptar los mensajes de Medjugorje. Es difícil decir con precisión cuántos de estos eventos milagrosos se han verificado como una consecuencia de las apariciones de Medjugorje. Sin embargo, es bien sabido que varios cientos de ellos han sido reportados y confirmados. Muchos han sido concienzudamente examinados y elaborados científica y teológicamente, y no existe razón seria alguna para dudar su carácter sobrenatural. Basta mencionar tan solo unos cuantos.

La Señora Diana Basile, nacida el 5 de Octubre de 1940 en Platizza, Consenza, Italia, sufrió de esclerosis múltiple, enfermedad por otro lado incurable, desde 1972 hasta el 24 de Mayo de 1984. A pesar de la ayuda experta de profesores y médicos de una clínica de Milan, su enfermedad se agravó más y más. Por deseo propio, vino a Medjugorje y estuvo presente durante la aparición de Nuestra Señora en una habitación aledaña a la iglesia y fue curada repentinamente. Todo ello sucedió de una manera tan rápida y completa que al día siguiente, la misma mujer caminó descalza 12 kilómetros desde el hotel en Ljubuski, donde pasó la noche, a la Colina de las apariciones para dar gracias a Nuestra Señora por su curación. Desde entonces hasta hoy, ha seguido bien. A su regreso a Milan, los médicos estaban asombrados de su curación e inmediatamente integraron una comisión médica que debía examinar concienzudamente tanto la condición previa como la actual de la mujer sanada. Reunieron 143 documentos y, al final, 25 profesores, médicos en jefe y otros médicos escribieron un libro especial sobre la enfermedad y la curación, en el cual afirmaron que Diana Basile en efecto sufría de esclerosis múltiple, que por muchos años fue tratada sin éxito, pero que ahora está completamente curada y que esto no sucedió por alguna clase de terapia, ni por algún medicamento. De este modo, indicaron que la causa de la curación tenía un origen diferente que el científico.

Otro milagro más significativo le sucedió a Rita Klaus de Pittsburgh, Pensylvania, EU, maestra y madre de tres hijos, nacida el 25 de Enero de 1940, quien durante 26 años sufrió de esclerosis múltiple. También ella era alguien a quien ni los médicos ni la medicina fueron capaces de ayudar. Leyendo el libro sobre Medjugorje, «La Virgen María se aparece en Medjugorje?» de los autores Laurentin-Rupcic, ella decidió aceptar los mensajes de Nuestra Señora. Y una vez, cuando rezaba el rosario el 23 de Mayo de 1984, sintió en su interior un calor inusitado. Después de ello se sintió bien. Y desde entonces hasta hoy, la paciente está completamente bien y es capaz de realizar todas sus tareas en domésticas y su trabajo en la escuela. Existe una sólida documentación médica acerca de su enfermedad y la fútil terapia así como un certificado profesional de los médicos sobre su extraordinaria e inexplicable curación, la cual es total y permanente.

Hay aún más curaciones relacionadas Medjugorje que tuvieron lugar intempestivamente y de manera absoluta. Han sido examinadas cuanto más cuanto menos por peritos. Pero algunas de ellas no han sido analizadas del todo. No se descarta que entre ellas existan algunos casos tan grandes como los ya estudiados. En los milagros es crucial que se deriven de Dios y que sirvan a la Fe, mientras que no es importante que sean «grandes». Y la gente de buena voluntad está más abierta a la verdad que pueda reconocerlos, que los científicos prevenidos y críticos versátiles, porque éstos a menudo se encierran en esquemas donde un milagro «no debe» y «no puede» suceder.

 

EL JUICIO DE LA IGLESIA SOBRE LAS APARICIONES DE MEDJUGORJE

Puesto que las apariciones, visiones y mensajes de Medjugorje pertenecen a la revelación extra bíblica, la competencia de la Iglesia para juzgar su autenticidad es de cierto modo diferente que en la revelación bíblica. El Magisterio de la Iglesia tiene una garantía directa de infalibilidad sólo en relación a la revelación bíblica y sólo una garantía indirecta respecto a una revelación extra bíblica. Si la segunda fuese contraria a la bíblica, con toda seguridad sería falsa. En otros casos, existen otros criterios según la veracidad que se pueden atribuir a ciertas revelaciones sobrenaturales. Estos criterios son primeramente condiciones científicas. Algo que es falso según la razón, no puede ser auténtico en una revelación. Con relación al trabajo serio y experto de científicos en lo individual, en primer lugar, de la comisión internacional médico / teológica y de otros equipos científicos calificados, se ha establecido claramente que en las apariciones de Medjugorje no hay nada contrario a la ciencia. No son contrarias a la razón, sino que están por encima de la razón.

De igual modo, ni una sola de las comisiones teológicas ha encontrado algo en las apariciones de Medjugorje que pudiera ser contrario a la Fe. Incluso la última comisión, establecida por la Conferencia Episcopal Yugoslava, declaró únicamente que todavía no ha llegado a las pruebas necesarias para la sobrenaturalidad de las apariciones de Medjugorje y que, por tanto, continuará con mayores investigaciones. A través de ello confirmó, al mismo tiempo, que no encontró en ellas cosa alguna que sea contraria a la revelación bíblica y a la Fe. Cuando Dios da una revelación, bíblica o extra bíblica, siempre da la capacidad a la persona de reconocerla o al menos de tener la certeza moral de que dicha revelación es auténtica. Es muy importante que la gente sencilla haya reconocido fácilmente la revelación de Dios en el fenómeno Medjugorje y que la haya aceptado, no sólo en teoría sino también en su vida práctica. La palabra de Cristo se hace verdad aquí: «Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de Dios» (Mt 18,3). La cualidad propia de un niño es, primero que nada, la apertura a la verdad. Por otro lado, incluso quienes se rehúsan a aceptar la veracidad de las pruebas de Medjugorje, sin saberlo la aceptan porque su postura y sus argumentos muestran que las pruebas provienen de otra área de interés más que de Medjugorje.

Adicionalmente, los oponentes de Medjugorje son, a este respecto, un puñado de gente identificada. Sus argumentos consisten en engaños, mentiras e ignorancia de lo que de cualquier modo están juzgando. En contraste con ellos, están millones de personas que tienen las pruebas de la autenticidad de las apariciones de Medjugorje incluso en su experiencia personal con Dios y también en la obvia falta de argumentos contra las mismas. Aquí podemos hablar del sensus fidelium que es comúnmente un locus theologicus de la revelación y de la Fe. Los evidentes y abundantes frutos de la Fe, conversión, oración y de una profunda renovación espiritual de la Misa, dan un impulso especial a las pruebas en favor de las apariciones de Medjugorje. Incluso los opositores de Medjugorje no pueden cuestionar esto. Lo atribuyen a la Fe y no a las apariciones de Medjugorje. No tienen dudas de que se trata de frutos de la Fe. Por qué dichos frutos son insólitos y por qué están claramente ligados a Medjugorje? Por qué no se encuentran en otros lugares ni en otros santuarios o catedrales, lugares ordinarios de peregrinación? La cuestión está precisamente en que lo extraordinario y la gran multiplicidad de los frutos de Fe deben tener una razón propia. A este respecto, los oponentes se comportan como los judíos que atribuían el arrojar fuera a los demonios de Jesús a Belcebú y no a Jesús. Cuando no pudieron negar el hecho porque era obvio, negaron su verdadera causa.

En todo este asunto, adicionalmente al criterio evangélico de que al buen árbol se le conoce por sus buenos frutos, la postura del Papa es decisiva. Y ésta es absolutamente clara. El la ha expresado en diversas oportunidades cuando, al ser preguntado por muchos obispos si deben o no ir en peregrinación a Medjugorje, no sólo los ha alentado sino también se ha encomendado a sus oraciones en Medjugorje. En ocasión de su visita ad limina, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, el Arzobispo Kim, saludó al Papa Juan Pablo II con estas palabras: «Santo Padre, gracias a Ud., Polonia pudo ser liberada del comunismo». El Papa lo corrigió y le dijo: «No, no gracias a mí, es obra de la Virgen como lo afirma en Fátima y en Medjugorje» (Catholic News, The Korean Catholic Weekly, Noviembre 11 de 1990). Todo está contenido en lo que el Papa y la Iglesia dicen sobre las apariciones de Medjugorje. De ello se desprende que la Virgen está en Medjugorje y que ahí anunció la destrucción del comunismo. Todas las demás historias son bastante carentes de seriedad y por razones ajenas a la religión, pretenden oscurecer la verdad sobre Medjugorje y apartar al mundo de la aceptación de los mensajes evangélicos de la Virgen.

Fr. Ljudevit Rupcic , 1995

Fr. Ljudevit Rupcic – nace en el año 1920 en Hardomilje, Ljubuski. En 1939 entra a la orden franciscana en la provincia de Herzegovina, y en 1946 es ordenado sacerdote. Termina sus estudios de Teología en 1947 en la Facultad de Teología de Zagreb. Doctora en 1958, y doctora por segunda vez en 1971 en la misma facultad. Desde 1958 hasta 1988 enseña exégesis del Nuevo Testamento en el Instituto de Teología franciscana en Sarajevo, y durante un tiempo en la Facultad de Teología en Zagreb. Durante el régimen comunista yugoslavo pasado permanece en prisión desde 1945 hasta 1947, y desde 1952 hasta 1956.
Durante largo tiempo (1968 – 1981) es miembro de la Comisión teológica de la Conferencia episcopal de la ex Yugoslavia. Ha traducido el Nuevo Testamento del original al idioma croata; la traducción ha tenido numerosas ediciones. Ha publicado muchos libros, estudios y artículos en idioma croata, alemán, italiano, francés e inglés, y ha dado muchas conferencias en varios congresos y simposios en Europa y E.E.U.U.

 
 

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Apariciones y Visiones Magisterio, Catecismo, Biblia REFLEXIONES Y DOCTRINA

Comentario teológico de Benedicto XVI sobre las apariciones de la Virgen María

Las Apariciones Marianas no pretenden superar o corregir las revelaciones realizadas por Jesucristo en la Biblia y por el Antiguo Testamento.

Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica «aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada» y es la Virgen María la que en estos tiempos finales nos está guiando para comprenderlas mejor y avisar sobre sucesos que aparecen como oscuros e inextricables en la Biblia.

El siguiente es un artículos Publicado en “Revista María Mensajera Núm 300 Enero 2006 pp.2-5”, y reproducido por www.reinadelcielo.org, que resulta muy interesante porque muestra la posición de benedicto XVI al respecto de las «revelaciones privadas» y defiende la importancia de ellas para nuestra fe.

El Papa Benedicto XVI, cuando era el Card. Josep Ratzinger, hizo una elaboración sobre las apariciones, un comentario teológico, por mandato del Papa Juan Pablo II, que esclareciera perfectamente el tema de las apariciones o revelaciones privadas. Merece para nuestra revista una importancia extraordinaria ese comentario.

Para el Papa, y por tanto para la Jerarquía Sagrada de la Iglesia, en su magisterio ordinario docente, las revelaciones privadas, a saber las apariciones de la Virgen y del Señor a los santos, videntes y místicos, están TODAS contenidas en las Sagradas Escrituras, tienen su sitio especial en el Evangelio de San Juan.

Es, en primer lugar, en el discurso de despedida del Señor, cuando antes de partir de este mundo al Padre, les dijo a sus discípulos:
«Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa…» (Jn 16, 12-14)

No es que el Espíritu de la Verdad haga nuevas revelaciones ajenas totalmente al depósito de nuestra Fe, porque ya en la misma despedida reseñada en San Juan se dice que el Espíritu Santo no hablará por su cuenta, «porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

La misión del Espíritu Santo es la de explicitar lo ya existente, aclarar o desvelar mejor lo que ya estaba, pero no se entendía bien por estar velado; hacer comprensible de forma clara y gradual las verdades de fe contenidas en la Revelación Pública. Como muy bien enseña el Catecismo de la Iglesia Católica y cita el mismo Papa:
«Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos» (n. 66)

Es aquí donde las revelaciones privadas, cuando son realmente de Dios, juegan su papel. Ellas son como flechas indicadoras que me llevan a un más perfecto conocimiento de la Palabra de Dios. Gracias a estas revelaciones crezco interiormente en Fe, Esperanza y Caridad. Nadie va al Padre sino por Jesucristo. Y María cuando se aparece me lleva a Cristo, me engendra en Cristo y me lleva a la Iglesia instituida por su Hijo Jesucristo. Es una labor de María y del Espíritu Santo, Esposo de María, que nos envía el Padre y el Hijo para reconducimos mejor a Él.

 

REVELACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA

La doctrina de la Iglesia, dice el Papa Benedicto XVI en su comentario teológico sobre el secreto de Fátima, distingue entre la «Revelación Pública» y la «revelación privada». Entre estas dos realidades hay una diferencia, no sólo de grado, sino de esencia. El término «revelación pública» designa la acción reveladora de Dios destinada a toda la humanidad, que ha encontrado su expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y Nuevo Testamento. Se llama revelación porque en ella Dios se ha dado a conocer progresivamente a los hombres, hasta el punto de hacerse Él mismo hombre, para atraer a sí y para reunir en sí a todo el mundo por medio del Hijo encarnado, Jesucristo.

Y el mismo Papa cita al Catecismo de la Iglesia en su nº 67, cuando dice: «A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas privadas, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia…. Su función no es la de «completar» la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia»

 

LAS APARICIONES SON UNA AYUDA IMPORTANTE PARA LA FE

Las apariciones de la Virgen, sobre todo cuando son aprobadas por la Iglesia, son una ayuda preciosa para vivir mejor la Fe. Ellas me remiten siempre a la Revelación Pública y a vivir mejor el Evangelio de Cristo. Ellas son una ayuda y aunque no sean obligatorias para la Fe, haremos mal si las desechamos o despreciamos, entre otras cosas porque nos privaremos de unas gracias sobrenaturales que quizás sean necesarias después para poder encontrar la verdadera Luz.

Se deben aclarar, dice el Papa, no obstante, dos cosas:

1º «La autoridad de las revelaciones privadas es esencialmente diversa de la única revelación pública. En la Revelación Pública se exige nuestra Fe. En efecto, en la Revelación Pública, a través de las palabras humanas y de la mediación de la comunidad viviente de la Iglesia, Dios mismo nos habla. La fe en Dios y en su Palabra se distingue de cualquier otra fe, confianza u opinión humana. La certeza de que Dios habla me da la seguridad de que encuentro la verdad misma, y de este modo, una certeza que no puede darse en ninguna otra forma humana de conocimiento. Es la certeza sobre la cual edifico mi vida y a la cual me confío al morir».

2º «La revelación privada es una ayuda para la fe, y se manifiesta como creíble precisamente porque remite a la única revelación pública. Pero ella no da certeza como la anterior. La Iglesia, cuando las aprueba, nos las presenta únicamente como probables y piadosamente creíbles».

El Papa Benedicto XIV dice sobre las apariciones privadas: «No se debe un asentimiento de Fe católica a las revelaciones privadas. Éstas exigen más bien un asentimiento de fe humana, según las reglas de la prudencia, que nos las presentan como probables y piadosamente creíbles.”

Y el actual Papa Benedicto XVI hace suyas las palabras de un eminente teólogo francés, E. Dhanis, al afirmar que la aprobación eclesiástica de una revelación privada contiene tres elementos: a) el mensaje en cuestión no contiene nada que vaya contra la fe y las buenas costumbres. b) es lícito hacerlo público. c) y los fieles están autorizados a darle en forma prudente su adhesión. Un mensaje así, concluye el Papa, «puede ser una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el momento presente; por eso no se debe descartar que es una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio hacer uso de la misma».

El criterio de verdad y de valor de una revelación privada es, pues, su orientación a Cristo mismo. Importante: «Cuando esa revelación privada me aleja de Él, cuando se hace autónoma o, más aún, cuando se hace pasar como otro y mejor designio de salvación, más importante que el Evangelio, entonces no viene ciertamente del Espíritu Santo, que nos guía hacia el interior del Evangelio y no fuera del mismo.”

La carta más antigua de San Pablo que nos ha sido conservada, tal vez el escrito más antiguo del Nuevo Testamento, es la Primera Carta a los Tesalonicenses. El Apóstol dice: «No apaguéis el Espíritu, no despreciéis las profecías: examinad cada cosa y quedaos con lo bueno» (5, 19-21).

«En todas las épocas -dijo el actual Papa cuando era Cardenal Guardián de la Fe- se ha dado a la Iglesia el carisma de la profecía, que debe ser examinado, pero que tampoco puede ser despreciado. A este respecto, es necesario tener presente que la profecía en el sentido de la Biblia no quiere decir predecir, sino explicar la voluntad de Dios para el presente».

«El futuro no está determinado de un modo inmutable, y la imagen que los videntes vieron (se refiere a las apariciones de Fátima) no es una película anticipada del futuro, de la cual nada podría cambiarse». Está haciendo hincapié el Santo Padre a la condicionalidad de la profecía, lo que siempre hemos defendido en María Mensajera.

Y comentado el himno de adoración del Apocalispis, el Papa dijo: «La historia no está en manos de potencias oscuras, sino en manos de Dios. Ante el desencadenamiento de energías malvadas, ante la irrupción vehemente de Satanás, ante tantos azotes y males, se eleva el Señor, árbitro supremo de las vicisitudes de la historia».

 

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Apariciones y Visiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

Problemática de las Apariciones Marianas

Las apariciones de la Virgen son las que atraen más gente: Guadalupe (se habla de veinte millones de peregrinos al año), Lourdes (cuatro millones y medio al año), la Aparecida (Brasil, varios millones), etc.

A pesar de esta importancia innegable, el estatuto de las apariciones dentro de la iglesia es muy modesto y está puesto en discusión.

Cuando se manifiestan, son generalmente mal acogidas, sofocadas y al final muchas de ellas son toleradas, aunque no reconocidas oficialmente.

Se llama aparición la manifestación visible de un ser, cuya visión en aquel lugar o en aquel momento es insólita e inexplicable según el curso natural de las cosas.

En la perspectiva de Marc Oraison, sacerdote-médico francés fallecido en 1980, toda aparición que se define como tal sería una alucinación, ya que se trataría de una visión sin objeto material.

Esta conclusión, aparentemente obvia, desconoce no solamente la posible diversidad de los modos de percepción y de comunicación, que no se reducen necesariamente a la percepción común de los cinco sentidos, sino también la naturaleza misma del conocimiento caracterizado por su intencionalidad, es decir, su capacidad de entrar en contacto con una realidad, comenzando por informaciones o por estímulos que impresionan al sujeto cognoscente en su subjetividad.

La percepción sensible más común presenta un carácter subjetivo: el choque de las vibraciones que afectan a la retina, luego la transmisión psicoquímica del estímulo que alcanza al cerebro, tienen un fuerte efecto sobre el sujeto cognoscente, que es posible caracterizar de subjetivo. El conocimiento mismo es el mecanismo mental a través del cual el sujeto que conoce descodifica la combinación incolora de estas informaciones y distingue el color.

En otras palabras, el conocimiento sensible no puede reducirse a los mecanismos subjetivos. Es el acto intencional del sujeto, que alcanza el objeto a través de un proceso cuya esencia sigue siendo misteriosa. Por tanto, son posibles otros caminos de conocimiento y sería artificial oponer la aparición a la visión como conocimiento objetivo al subjetivo.

Todo conocimiento implica correlativamente, en diversos grados, un aspecto objetivo y un aspecto subjetivo. Del mismo modo sería simplista afirmar que las apariciones de seres de suyo invisibles, como Dios o los ángeles, son necesariamente subjetivas.

Está claro que esos seres no podrían manifestarse en su forma propia, extraña a la visibilidad. Pero pueden comunicarse por medio de un signo, adaptado de varias maneras, que permite entrar en contacto objetivamente con Dios.

Moisés y Pascal lo conocieron semejante a un fuego; Abrahán se encontró con él bajo el ropaje de tres visitantes; para Elías la percepción se purificó: no estaba ni en el fuego, ni en el huracán, ni siquiera -como se traduce de modo imperfecto- en una «brisa ligera», sino que era semejante a la «voz de un leve silencio».

Aquí el signo ronda con lo invisible y con la teología negativa. Las manifestaciones visibles de lo invisible pertenecen a la teoría del sueño y no a la percepción normal de los objetos materiales. La elección de estos signos guarda necesariamente relación con el ambiente cultural que la recibe.

Para la Virgen, que es lo que aquí nos interesa, el caso es diferente: se trata de un cuerpo glorificado. Puede ser percibido en su forma propia; pero el estado de los cuerpos gloriosos, cuyo carácter misterioso puso ya de relieve san Pablo, pertenece al espacio-eternidad, extraño a nuestro espacio-tiempo.

El modo con que un ser perteneciente al espacio-eternidad (definido como la duración de Dios) puede estar en relación con el espacio-tiempo es realmente misterioso con todo derecho. Implica ciertos aspectos desconcertantes, ya que a los apóstoles les costó trabajo reconocer a Cristo resucitado.

Otra singularidad es la que se manifiesta en el hecho de que la Virgen se manifiesta tomando un vestido, una estatura y hasta una edad diferente, en conformidad con los videntes.

La adaptación pedagógica a cada uno de ellos, a su ambiente, a su cultura, es la explicación más clásica de esta diversidad.

Así pues, afrontaremos estos fenómenos intentando evitar dos errores opuestos: el uno, que rechaza a priori y sistemáticamente el valor y la posibilidad de toda comunicación sobrenatural en la comunión de los santos, de forma sensible, reduciéndola a puro subjetivismo; y otro, que reduciría con ingenua simplicidad estas comunicaciones a los encuentros comunes de cada día.

Es un hecho que los millares de personas que rodeaban a Bernadette durante las apariciones no vieron a la Virgen, perfectamente visible en la cavidad de la roca en donde Bernadette la distinguía.

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Apariciones y Visiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

Apariciones antiguas y nuevas en el Pueblo de Dios, por René Laurentin

Las apariciones ocupan un espacio considerable en la biblia, desde Abrahán hasta Moisés y los profetas: teofanías, apariciones de ángeles y manifestaciones de un más allá sobrenatural.


En el NT las apariciones son relativamente raras: ángeles de los evangelios de la infancia (Mt 1-2; Lc 1-2), de la tentación en el desierto y de la agonía de Cristo.

En los Hechos de los apóstoles son muy numerosas: lenguas de fuego en pentecostés, luego visiones de Esteban (7,56), visión de Saulo (9,5), de Ananías (9,10), de Cornelio (10,3-6), de Pedro en Jafa (10,11-12) o en la prisión (12,7-11), etc.

Las apariciones continuaron en la iglesia hasta nuestros días, con modalidades muy diversas. Por lo que se refiere a la Virgen, se citan muchas de sus manifestaciones en la antigüedad: aparición a Gregorio taumaturgo (t 270); a Teófilo (narración que hará fortuna en la edad media); a María egipciaca; milagros de san Juan Damasceno (s. viii), a quien la Virgen habría devuelto la mano que le había cortado el emir de Damasco, etc.

En el mundo latino las apariciones se les atribuyen a diversos santos y místicos, especialmente a los fundadores de órdenes religiosas. Pero estas historias nos llegan a menudo de forma indirecta y poco clara. Resulta difícil distinguir lo que entra en el terreno de una experiencia excepcional o en el de su ulterior simbolización.

En la época moderna, la aparición de la Virgen de Guadalupe, en México, reviste una gran importancia como lugar de fundación de la iglesia latinoamericana. El hecho de que la Virgen escogiera a un vidente y una localidad indios, de que trasladara de esta forma lo sagrado a los autóctonos colonizados, de que uno de ellos fuera el enviado de la Virgen para transmitir sus órdenes al obispo, todo esto provocó una ósmosis, una superación del conflicto entre opresores y oprimidos, el nacimiento de un pueblo nuevo, de una nueva cultura en el nuevo continente.

La historicidad ha sido muy discutida, por falta de documentos durante los primeros decenios. Pero actualmente está en curso en América un esfuerzo histórico importante para conciliar en este punto la fe y la historia, mientras que los cristianos y los no cristianos intentan valorar la gran importancia del fenómeno.

Otra serie importante es la que se localiza en Europa a lo largo del s. XIX:

a) Las tres apariciones de la Rue du Bac a Catalina Labouré, de veintitrés años, natural de Borgoña, durante su noviciado entre las Hijas de la Caridad de París. Las dos últimas apariciones dan origen a la medalla milagrosa, la más difundida de las medallas de todos los tiempos: muchos millones por todo el mundo. Lo mismo que en Guadalupe, María es la mujer vestida de sol de la que nos habla Ap 12; sus manos irradian la gracia y la luz de Cristo, sol de justicia. Como la vidente se negó a dar testimonio, las apariciones no fueron nunca reconocidas oficialmente, pero fueron tácita y favorablemente aceptadas por las autoridades de la iglesia. Gregorio XVI y Pío IX usaron la medalla milagrosa.

b) La Salette: una sola aparición, el 19 de septiembre de 1846, a los dos pastores Maximino Giraud, de once años, y Melania Calvat, de catorce, de la Virgen, que lloraba e invitaba a la conversión. Fue reconocida oficialmente por el obispo mons. De Bruilard el 19 de septiembre de 1851 con estas palabras: «Afirmamos que la aparición de la santísima Virgen (…) tiene de suyo todos los signos de la verdad, y que los fieles tienen buenas razones para creer en ella sin dudas ni incertidumbres».

c) Lourdes: dieciocho apariciones a Bernadette Soubirous, desde el 11 de febrero hasta el 16 de julio de 1858. Estas apariciones fueron reconocidas por el obispo el 18 de enero de 1862 y puestas de relieve en la canonización de Bernadette, que interiorizó profunda, heroica y dolorosamente aquel mensaje evangélico el resto de su vida.

d) Pontmain: el 17 de enero de 1871 tiene lugar la única y silenciosa aparición de nuestra Señora en la Francia invadida por los prusianos. Una inscripción, que apareció en el cielo y descifrada letra por letra, invita a la esperanza: «Ánimo, hijos míos; rezad. Mi Hijo se deja conmover. Dentro de poco Dios os escuchará»

e) Fátima: después de algunas apariciones de un ángel (1916), reveladas en un segundo tiempo, hubo seis apariciones de la Virgen, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre, excepto el 13 de agosto. La última aparición se caracterizó por el milagro del sol, que impresionó a una multitud de 70.000 personas. La obra monumental de J. Alonso, fallecido en 1980, está todavía inédita.

f) Beauraing (Bélgica): del 29 de noviembre de 1932 al 3 de enero de 1933, cinco niños vieron treinta y tres veces a la Virgen sobre una nube blanca, por la tarde, cerca de la gruta de Lourdes.

g) Banneux: nueve apariciones, desde el 15 de enero hasta el 2 de marzo de 1933, a Mariette Beco, una niña pobre. La aparición se revela como la Virgen de los pobres. Mons. Kerkhofs, obispo de Lieja, reconoce estas apariciones el 22 de agosto de 1949 con estas palabras: «Creemos en conciencia que podemos y debemos reconocer sin reservas (…) la realidad de las ocho apariciones de la santísima Virgen a Mariette Beco».

Hay otras apariciones que no han sido reconocidas, sino que los obispos de esos lugares se contentaron con autorizar el culto popular establecido en el lugar de las apariciones. Tal fue el caso de Saint Bauzille de la Sylve (1873, donde la Comisión estaba dividida), de Pellevoisin (1876) y más recientemente de la isla Bouchard, en donde se permitió el culto, sofocado durante varios años, debido a la obediencia y a la devoción sin sombras de los videntes y de los peregrinos.
Por lo que se refiere a estos últimos cincuenta años, B. Billet ha hecho una lista de doscientas apariciones no reconocidas y a menudo juzgadas de forma desfavorable.

El discernimiento de estos fenómenos es tanto más difícil en cuanto muchas veces implican una ambigüedad y unos excesos deplorables.

En Lourdes hubo cincuenta visionarios que sucedieron a Bernadette cuando ella dejó de ver a la Virgen (11 abril-11 julio 1858). Y esto hubiera podido parecer un argumento irrefutable para reprimirlo todo; pero entonces se habría perdido mucho.

Podemos preguntarnos por qué la iglesia, tan tolerante en lo que se refiere a las curaciones (en donde no hubo nunca sanciones), se muestra tan severa en cuestión de apariciones; a qué se deben estas tensiones, que a menudo perjudican a la vida eclesial; cómo podrían manifestarse un discernimiento y una pastoral que se hagan cargo, sin complacencias ni confusiones deplorables, de esos fenómenos que desde la época de la biblia han ocupado siempre un lugar en la vida del pueblo de Dios.

Interrogantes fundamentales que forman parte de la función y del estatuto de las apariciones. Estos interrogantes nos harán llegar a unas cuantas reglas de discernimiento.

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Apariciones y Visiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

Las apariciones a través de los siglos cristianos, por René Laurentin

Los orígenes se ven generalmente en los Hechos de los apóstoles, en las Actas de los mártires y en las vidas de los santos que presentaban a menudo fenómenos semejantes.

La crisis (limitada) entre los carismas y la institución, que Pablo supo resolver en Corinto, volvió a aparecer con la nueva profecía de Montano. El montanismo, movimiento carismático, del que resulta hoy difícil dar un juicio, ya que lo conocemos sobre todo a través de las polémicas y de las caricaturas hechas de él por sus adversarios, cayó en el cisma. Este drama provocó cierta desconfianza hacia los carismas, en cuanto corrían el peligro de sustituir a la autoridad oficial y de arrastrar a la iglesia hacia desviaciones incontrolables. Bajo esta luz es como hay que considerar las vacilaciones de la tradición: el apoyo de san Cipriano y la desconfianza de san Agustín por las visiones.

 

LA EDAD MEDIA

Durante el período medieval, las revelaciones de santa Brígida, santa Gertrudis, santa Catalina de Génova, santa Catalina de Siena, santa Magdalena de Pazzi fueron tenidas en grandísima consideración, incluso por parte de las autoridades. Pero Joaquín de Fiore, prestigioso inspirador de un gran movimiento, fue temido, criticado y a veces calumniado. Lo mismo sucedió con numerosas corrientes carismáticas de la edad media. Hoy es difícil valorar la calidad y los defectos de estos grupos, ordinariamente evangélicos, conocidos únicamente a través de sus adversarios, que hicieron una caricatura de los mismos después de haberlos reprimido y eliminado.

 

EL CONCILIO LATERANENSE V (1516)

Las medidas jurídicas tomadas respecto a las apariciones y revelaciones privadas tienden a restringir. Comienzan en 1516 con el Lateranense V: «Queremos que, según las leyes habituales, las mencionadas inspiraciones sean consideradas de ahora en adelante como reservadas al examen de la Santa Sede, antes de ser publicadas o predicadas al pueblo de Dios. Si no fuera posible esperar, o si alguna necesidad urgente lo aconsejase de otro modo, entonces hay que dar a conocer al obispo ordinario del lugar la cosa en cuestión… Este último, tomando consigo a tres o cuatro personas sabias y de confianza, examinará detenidamente el caso y, cuando les parezca oportuno, podrán conceder su permiso, que nosotros cargamos sobre sus conciencias»

Las restricciones están motivadas por dos razones principales: 1) en el plano de la fe, la necesidad de proteger a la iglesia de la proliferación de visiones en una época oscura, pietista, inquieta, en donde era necesaria la prudencia; 2) en el plano del gobierno, estos acontecimientos y mensajes locales corren siempre el peligro de estorbar el gobierno de los demás obispos y de la autoridad suprema. Por esto, la autoridad episcopal recibe la invitación de guardar reserva, manteniendo un sentido crítico y riguroso. En consecuencia, el concilio prohíbe la difusión de las predicciones que carezcan de una autorización romana (cosa que, en aquellos tiempos, requería necesariamente varios años) y acepta sólo en caso de necesidad cierta canalización, cuya grave responsabilidad ante Roma les compete a los obispos. El alcance de su juicio se resuelve en un simple permiso (licentiam concedere possint). Sin embargo, el concilio mantuvo el principio de que la autoridad «no debe apagar el Espíritu», según ITes 5,19-20 26.

 

EL CONCILIO DE TRENTO (1563)

Toma una actitud análoga en lo que se refiere a los nuevos milagros e imágenes, en cuanto éstas son frecuentemente milagrosas y la palabra milagro es el compendio de todo lo que tiene carácter de sobrenatural, incluidas las apariciones. El concilio prescribe: «No debe admitirse ningún nuevo milagro… sin el reconocimiento y la autorización del obispo, el cual, apenas sea informado, consultará con teólogos y con otros hombres de fe, regulándose luego conforme a la verdad y la piedad. Si es preciso eliminar un abuso que plantee dudas o dificultades, o bien si surge en esta materia algún problema más grave, el obispo, antes de dirimir la controversia, aguardará la opinión del metropolitano y de los demás obispos de la provincia, reunidos en concilio provincial, pero de tal manera que no se tome ninguna decisión sin haber consultado al sumo pontífice de Roma (inconsulto romano pontífice)». De esta manera la responsabilidad del obispo queda sometida a la del metropolitano (o de las instancias provinciales y del romano pontífice, como en el Lateranense V). En este punto, también las instancias de los reformadores protestantes tienden hacia un objetivo común: la eliminación de los errores, en aquel tiempo muy numerosos.

 

BENEDICTO XIV

En el s. XVIII Próspero Lambertini, el futuro Benedicto XIV (1740-1758), define más formalmente el estatuto de las apariciones, relativizando su valor muchas veces exagerado, y establece la función del magisterio en este terreno. Este documento es desde entonces clásico en la materia: «Damos a conocer que la autorización concedida por la iglesia a una revelación privada no es más que el consentimiento concedido después de un atento examen, a fin de que esa revelación sea conocida para la edificación y el bien de los fieles. A estas revelaciones, aunque aprobadas por la iglesia, no se les debe conceder un asentimiento de fe católica. Según las reglas de la prudencia, es preciso darles el asentimiento de la fe humana (assensus fidei humanae juxta prudentiae regulas), en cuanto semejantes revelaciones son probables y piadosamente creíbles. Por tanto, se les puede negar el propio asentimiento a dichas revelaciones (posse aliquem assensum non praestare) y no tomarlas en consideración, con tal que esto se haga con la oportuna reserva, por buenos motivos y sin sentimientos de desprecio». Por consiguiente, no hay obligación para nadie de creer en las apariciones privadas, aunque estén reconocidas.

 

DECRETOS DEL S. XIX

Roma se atendrá a estos principios en el futuro. La Congregación de Ritos los recoge en cierto número de respuestas y decretos: 6 de febrero de 1875, en respuesta al arzobispo de Santiago de Chile, relativo a Nuestra Señora de la Merced; 12 de mayo de 1877, en respuesta sobre Lourdes y la Salette; 31 de agosto de 1904, en respuesta sobre el escapulario de Pellevoisin: «Aunque esta devoción fue aprobada [por Pío X, en la audiencia del 30 de enero de 1900, confirmada con un documento del 4 de abril], no puede deducirse de esta aprobación ninguna aprobación directa o indirecta de aparición, revelación, gracia de curación u otras cosas, sean cuales fueren y de cualquier modo que hayan ocurrido».

 

PIO X

Con otras palabras confirmaba Pío X esta misma actitud en la encíclica Pascendi (8 de septiembre de 1907). Autoriza la adhesión a las piadosas tradiciones y revelaciones privadas sólo con las debidas precauciones y reservas (las de Urbano VIII). La autoridad de la iglesia no garantiza la verdad del hecho, incluso en este caso. Se limita tan sólo a no impedir que se crea en cosas en las que no faltan motivos de credibilidad humana. «Se trata de una regla de seguridad -continúa Pío X, después de citar el decreto del 12 de mayo de 1877-, ya que el culto que tiene por objeto alguna de estas apariciones, en cuanto se refiere al propio hecho, es relativo y supone siempre como condición la verdad del hecho; pero, en cuanto absoluto, se basa en la verdad, ya que hace referencia a las personas mismas de los santos que son venerados. Lo mismo puede decirse de las reliquias». El papa aplica, en este caso, una regla general que vale para las imágenes y los ritos. Es posible rendir culto sin reserva alguna a Cristo (y a los santos canonizados), pero el signo utilizado para ello -es decir, la imagen, la reliquia o la aparición- se considera siempre como relativo.

 

NUEVO CUESTIONAMIENTO

El rigor de estas restricciones fue nuevamente puesto en cuestión por iniciativa del padre C. Balié, presidente fundador de la Academia Mariana Internacional [7 Centros marianos 1, 2], el cual sometió el problema a un debate libre en el Congreso mariológico internacional de Lourdes en el centenario de las apariciones. El ruido de este centenario, el fervor de los papas (especialmente el de Pío XII, que se preparaba en secreto a ir a Lourdes el 15 de agosto de 1958, viéndose impedido para ello en el último momento por su estado de salud), daba la impresión de que no se trataba de una simple autorización ni de una simple adhesión de fe humana, sino de un positivo estímulo relacionado con la fe divina, al que era difícil no adherirse sin despreciar al magisterio. De aquí dos interrogantes planteados por el P. Balié: a) El asentimiento concedido a estas apariciones y revelaciones privadas, ¿es de fe divina? A esta pregunta hecha por los carmelitas de Salamanca, Balié nos recuerda que Suárez y Lugo habían dado (contra Cayetano, Melchor Cano y Báñez) una respuesta positiva: «El creyente que tiene una revelación procedente de Dios y percibida como tal, ¿cómo podría no darle una adhesión de fe divina?»

El concilio de Trento admitiría certezas de este tipo en el canon que declara: «Quien dijera, con absoluta e infalible. certeza, que tiene el don de la justificación garantizada hasta la perseverancia final, sea anatema, a no ser que lo haya sabido por una revelación divina». Esta reserva del concilio, preocupado de no censurar una doctrina recibida, autoriza a atenuar y equilibrar las restricciones de los textos jurídicos oficiales. b) Los consensos oficiales de Lourdes y de Fátima por parte de los papas, ¿no van acaso más allá de una simple autorización?, ¿no comprometen la infalibilidad? El P. Balié decía: «El carácter sobrenatural del hecho de Lourdes no reviste una simple y tenue probabilidad, sino una certeza moral. Las apariciones de Lourdes tienen que considerarse como un capítulo aparte ( a se et per se), y no confundirse con las otras apariciones, aprobadas sólo por el ordinario del lugar o por la Santa Sede con la cláusula restrictiva: por lo que se dice. Cabe preguntarse si no hay en este caso una autorización infalible y si a las apariciones de Lourdes no hay que concederles una adhesión de fe teológica, más que un acto de fe meramente humana» .

Fueron dos los oradores que respondieron a la invitación del P. Balié; dom Roy OSB, y el P. Valentini, salesiano. Dom Roy sostenía la tesis más comprometida: 1) Las apariciones de Lourdes, reconocidas de manera análoga a las canonizaciones, tienen el carácter de un hecho dogmático; de este modo se entiende un hecho no incluido en la revelación, pero muy estrechamente vinculado a su comunicación para poder substraerse de la autoridad infalible. En esta ambigua categoría de hechos dogmáticos se incluye la declaración del canon de las Escrituras, el hecho de que cinco proposiciones condenadas se encontraban en la doctrina de Jansenio y la canonización de los santos. 2) En este sentido se trata de fe eclesial, basada en el testimonio de la iglesia y exigida por la obediencia filial que le debemos.

La controversia volvió a surgir en el Congreso mariológico de Fátima, con las relaciones de los padres I. Ortiz de Urbina y Moreira Ferrar. Este último hacía observar el carácter positivo (no meramente permisivo) de las aprobaciones de la iglesia. Lo que hay que reconocer con Y. Congar, Karl Rahner y Ortiz de Urbina es que las aprobaciones romanas de ciertas revelaciones privadas van más allá de la simple autorización o nihil obstat. No se comprende bien, escribe Rahner, por qué una revelación privada no tiene que ser aceptada por todos los que la conocen, si éstos se sienten suficientemente ciertos de que viene de Dios. Es injustificado, ilógico y peligroso pretender (como sucede a menudo para autentificar el origen divino de las revelaciones privadas posteriores a Cristo) un grado de certeza tal que, si alguno lo pretendiera para la revelación oficial, resultaría imposible todo fundamento racional de fe en la revelación cristiana.

En resumen, puede admitirse con Rahner que, subjetivamente, la adhesión a las revelaciones privadas entra en el terreno de la fe teologal, no sólo para el vidente, sino también para todos los que reciben su testimonio profético. El mismo Juan XXIII en su radiomensaje del 18 de febrero de 1959, dirigido a Lourdes, subraya que los papas se sintieron obligados a recomendar las apariciones a la atención de los fieles. Por lo que respecta a la categoría de los hechos dogmáticos, ésta es muy ambigua y discutida. Como se ha visto, la mayor parte de los teólogos admitía, antes del Vat II, que las canonizaciones de los santos comprometían la infalibilidad en cuanto hecho dogmático. Pues bien, este juicio sobre la santidad, basado en el examen de datos particulares y conjeturales, es de la misma naturaleza que el juicio que tiene por objeto las apariciones. Por tanto, no está claro cómo la teoría clásica pudo en este punto utilizar dos pesos y dos medidas diferentes, entre el juicio de canonización considerado como infalible y el juicio sobre las apariciones considerado como una simple tolerancia que no compromete de ninguna manera la fe. Y la analogía va mucho más allá, ya que en los dos casos se trata de culto (véanse las celebraciones de la B. Virgen María de Lourdes, por ejemplo). Hoy el problema ha cambiado. Casi no se admite ya la infalibilidad de las canonizaciones; en su conjunto, la teología se muestra más reservada sobre lo que se definía más o menos como hecho dogmático y sobre su infalibilidad.

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Apariciones y Visiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

El secreto de Fátima

13 DE MAYO: EL SECRETO DE FÁTIMA, CLARIFICACIONES.
En la tercera aparición de 1917, la Virgen dio a los niños un secreto que hoy se conoce como «El Secreto de Fátima». En agosto 1941, Lucía mencionó por primera vez la división de este secreto en tres partes. Dijo Lucía: El secreto esta compuesto de tres temas diferentes y voy a revelar dos de ellos:

1 – El primero es la visión del infierno y la designación del Corazón Inmaculado de María como el remedio supremo ofrecido por Dios a la humanidad para la salvación de las almas….

…CONTIENE VIDEOS…

2 – El segundo, es la profecía concerniente a una paz milagrosa que Dios desea otorgar al mundo a través de la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María y la práctica de la comunión de los primeros cinco sábados de mes»

Lucía no hizo pública la tercera parte del secreto que se mantuvo en el archivo Vaticano hasta que el Papa, con Lucía presente, finalmente, el 13 de mayo del 2000 lo promulgó durante la beatificación de los otros dos pastorcitos, Francisco y Jacinta.

TODO SOBRE FÁTIMA

Virgen de Fátima, Portugal ( 13 de mayo)
Los Videntes de Fátima
Aparición y mensajes del Ángel, en Fátima
Las seis apariciones de Nuestra Señora de Fátima en 1917
Ultima aparición de la Virgen de Fátima, la danza del sol, Portugal ( 13 de octubre)
El secreto de Fátima
Cronología de Fátima: 3º secreto y consagración de Rusia
El cuarto secreto de Fátima, o segunda parte del tercer secreto
El pedido de la Virgen respecto a Rusia
Aparición de Rianjo a la hermana Lucía de Fátima ( agosto 1931)
Consecuencias de la Consagración de Rusia: los pedidos de Jesús y María
Una visión del mundo con base en Fátima
Devociones a Fátima


PRIMERA Y SEGUNDA PARTE DEL «SECRETO»

EN LA REDACCIÓN HECHA POR SOR LUCÍA, EN LA «TERCERA MEMORIA» DEL 31 DE AGOSTO DE 1941DESTINADA AL OBISPO DE LEIRIA-FÁTIMA

Tendré que hablar algo del secreto, y responder al primer punto interrogativo.

¿Qué es el secreto?

Me parece que lo puedo decir, pues ya tengo licencia del Cielo. Los representantes de Dios en la tierra me han autorizado a ello varias veces y en varias cartas; juzgo que V. Excia. Rvma. conserva una de ellas, del R. P. José Bernardo Gonçalves, aquella en que me manda escribir al Santo Padre.

Uno de los puntos que me indica es la revelación del secreto. Sí, ya dije algo; pero, para no alargar más ese escrito que debía ser breve, me limité a lo indispensable, dejando a Dios la oportunidad de un momento más favorable.

Pues bien; ya expuse en el segundo escrito, la duda que, desde el 13 de junio al 13 de julio, me atormentó; y cómo en esta aparición todo se desvaneció.

Ahora bien, el secreto consta de tres partes distintas, de las cuales voy a revelar dos.


LA PRIMERA PARTE fue, pues, la visión del infierno.

Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo que caían hacia todos los lados, parecidas al caer de las pavesas en los grandes incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de desesperación que horrorizaba y hacía estremecer de pavor.

Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros.

Esta visión fue durante un momento, y ¡gracias a nuestra Buena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con la promesa de llevarnos al Cielo! (en la primera aparición).

De no haber sido así, creo que hubiésemos muerto de susto y pavor.

Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra Señora que nos dijo con bondad y tristeza:

– Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz.


SEGUNDA PARTE

La guerra pronto terminará. Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor.

Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.

Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia.

Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.


SÍNTESIS Y REFLEXIÓN

Primera parte

1- Problema: Pecado que conduce al infierno

2- Remedio: Devoción y obediencia al Inmaculado Corazón de María.

Segunda parte

1-Problema: Pecado que lleva a la guerra, hambre, persecución de la Iglesia y del Santo Padre.

2-Remedio: consagración de Rusia al Inmaculado Corazón y comunión reparadora de los primeros sábados.

Con la Virgen María (consagración a su Corazón Inmaculado) vamos a Jesús (Eucaristía).

El Santo Padre ha realizado varias consagraciones en comunión con los obispos: El 25 de Marzo de 1984. (Fiesta de la Anunciación) en la Plaza de San Pedro .

El Santo Padre, en unión espiritual con los obispos del mundo, quienes habían sido convocados, confió a todos los hombres y mujeres y todos los pueblos al Inmaculado Corazón de María. El Papa repitió la consagración en 1987 y en el año 2000.

Existe una controversia referente a si estas consagraciones satisfacen la petición de la Virgen hecha en el secreto de Fátima. Nos parece que debemos confiar en el Santo Padre que ha sido escogido por la Virgen y que nos sobrepasa en santidad y sabiduría.

3-Consecuencia de responder a la Virgen: Rusia se convertirá y habrá paz

4-Consecuencias de no responder: Rusia esparcirá sus errores por el mundo (comunismo y ateismo) promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Martirio.

5-Seguridad de victoria final:«Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará» El Papa consagrará a Rusia que se convertirá y habrá paz.


TERCERA PARTE DEL SECRETO DE FATIMA

Revelado el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcitos en Cova de Iria, Fátima, transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944. La tercera parte del Secreto de Fátima se mantuvo en secreto hasta el año jubilar del 2000. Su promulgación fue anticipada el 13 de mayo del 2000 al final da la Santa Misa en Fátima, cuando el Papa Juan Pablo II beatificó los niños videntes Francisco y Jacinta. Finalmente fue dado a conocer por la Santa Sede el 26 de Junio del 2000 junto con varios comentarios.

«Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía.»

«Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: ‘algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él’ a un Obispo vestido de Blanco ‘hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre’.

También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones.

Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Angeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios».

Algunos dicen que, aunque el texto de arriba, promulgado por la Santa Sede en el año 2000, aunque verdadero, no es completo. Se fundamentan en varias publicaciones y supuestas declaraciones del Papa a la conferencia episcopal alemana en 1981. Aunque fuese cierto, nos parece que si el Papa, siendo el vicario de Cristo, estima que no deben darse a conocer, sería imprudente indagar sobre ello. Atendamos a lo que se nos ha dado y respondamos de todo corazón.


COMENTARIO TEOLÓGICO DEL CARDENAL RATZINGER A LA TERCERA PARTE DEL SECRETO

El Cardenal Ratzinger humildemente reconoce al principio del texto que su comentario es «intento de interpretación». No es por tanto a una interpretación definitiva de la iglesia.

Pero si se le debe una respetuosa consideración ya que el Papa ha querido que este comentario acompañe a la publicación de la tercera parte del secreto de Fátima.


RESUMEN

«La palabra clave de este ‘secreto’ es el triple grito: ‘¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!’. Comprender los signos de los tiempos significa comprender la urgencia de la penitencia, de la conversión y de la fe.

«El ángel con la espada de fuego a la derecha de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas en el Apocalipsis. Representa la amenaza del juicio que incumbe sobre el mundo. La perspectiva de que el mundo podría ser reducido a cenizas en un mar de llamas, hoy no es considerada absolutamente pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego».

La visión muestra después la fuerza que se opone al poder de destrucción: el esplendor de la Madre de Dios.

El Papa parece que precede a los otros, temblando y sufriendo por todos los horrores que lo rodean… su camino pasa en medio de los cuerpos de los muertos. El camino de la Iglesia se describe así como un viacrucis, como camino en un tiempo de violencia, de destrucciones y de persecuciones. … en el via crucis de este siglo, la figura del Papa tiene un papel especial.

«Fue una mano materna la que guió la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se detuvo en el umbral de la muerte’ (Juan Pablo habla el 13 de mayo de 1994)… muestra sólo una vez más que no existe un destino inmutable, que la fe y la oración son poderosas, que pueden influir en la historia y, que al final, la oración es más fuerte que las balas, la fe más potente que las divisiones».

Los ángeles recogen bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan con ella las almas que se acercan a Dios…ningún sufrimiento es vano y, precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en señal orientadora para la búsqueda de Dios por parte del hombre…del sufrimiento de los testigos deriva una fuerza de purificación y de renovación, porque es actualización del sufrimiento mismo de Cristo y transmite en el presente su eficacia salvífica».

Los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del ‘secreto’ de Fátima parecen pertenecer ya al pasado…

Lo que queda de válido…: la exhortación a la oración como camino para la ‘salvación de las almas’ y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión». “Mi Corazón Inmaculado triunfará”.

¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma.


COMENTARIOS DEL CARDENAL RATZINGER 15 AÑOS ANTES DE LA PUBLICACIÓN DEL SECRETO

Entrevista con Vittorio Messori (Publicada bajo el título «Informe Sobre la Fe», 1985, BAC, Madrid. pgs 118-119).

Sus palabras de entonces concuerdan perfectamente con su comentario arriba. Las publicamos porque nos ayudan a profundizar el significado del secreto:

-Messori: «Ha leído usted el llamado «tercer secreto de Fátima» el que sor Lucía, la única superviviente del grupo de videntes, hizo llegar a Juan XXIII, y que el Papa después de haberlo examinado, confió al predecesor de usted, cardenal Ottaviani, ordenándole que lo depositara en los archivos del Santo Oficio?

La respuesta es inmediata, seca: «Si, lo he leído».(Ratzinger)

-Messori: Circulan en el mundo versiones nunca desmentidas que describen el contenido de este «secreto» como inquietante, apocalíptico y anunciador de terribles sufrimientos. El mismo Juan Pablo II, en su visita pastoral a Alemania, pareció confirmar (si bien con prudentes rodeos, hablando privadamente con un grupo de invitados cualificados) el contenido, no precisamente alentador, de este escrito. Antes que él, Pablo VI, en su peregrinación a Fátima, parece haber aludido también a los temas apocalípticos del «secreto».

¿Por qué no se ha decidido nunca a publicarlo, aunque no fuera más que para evitar suposiciones aventuradas?.

-Ratzinger: «Si hasta ahora (1985) no se ha tomado esta decisión no es porque los papas quieran esconder algo terrible».

-Messori: Entonces, insisto, ¿hay «algo terrible» en el manuscrito de sor Lucía?

-Ratzinger: Aunque así fuera -replica, escogiendo las palabras-, esto no haría mas que confirmar la parte ya conocida del mensaje de Fátima.
Desde aquel lugar se lanzó al mundo una severa advertencia, que va en contra de la facilonería imperante; una llamada a la seriedad de la vida, de la historia, ante los peligros que se ciernen sobre la humanidad.

Es lo mismo que Jesús recuerda con harta frecuencia; no tuvo reparo en decir: «Si no os convertís, todos pereceréis» (Lc 13,3). La conversión -y Fátima nos lo recuerda sin ambages- es una exigencia constante de la vida cristiana. Deberíamos saberlo por la Escritura entera».

-Messori: ¿Quiere esto decir que no habrá publicación, al menos por ahora?

-Ratzinger: «El Santo Padre juzga que no añadiría nada a lo que un cristiano debe saber por la Revelación y, también, por las apariciones marianas aprobadas por la Iglesia, que no hacen sino confirmar la necesidad urgente de penitencia, de conversión, de perdón, de ayuno. Publicar el «tercer secreto» significaría también exponerse a los peligros de una utilización sensacionalista de su contenido».

Ratzinger enfatiza lo que podemos aprender del mensaje de Fátima:

-Un llamado radical a la conversión y a la penitencia.
-la gravedad absoluta del momento histórico
-los peligros que se presentan en la vida de la fe y del mundo
-la importancia y actualidad de los últimos tiempos.


CRONOLOGÍA RESUMIDA DEL SECRETO DE FÁTIMA

-1917: La Virgen Santísima revela un secreto a tres pastorcitos.

-1943: Lucía padece una enfermedad muy grave. El Obispo de Leiria, Mos. José Alves de Silva le insta a que escriba el secreto.

-1944: En Enero, la Virgen se manifiesta a Lucía y le confirma que escriba el secreto. Lucía lo escribe y lo mete en un sobre sellado. Hace entrega del texto a la jerarquía de la Iglesia en junio de 1944 y pide que el tercer secreto sea abierto y leído al mundo, al morir ella, o a mas tardar en el año 1960, lo que ocurriese primero.

-1946: el teólogo Barthas pregunta a Lucía por qué se habría de esperar hasta 1960 para revelar el secreto. Ella responde:»porque en ese momento será mas claro el contenido del secreto».

-1957: llega a Roma pedido por el Santo Oficio (Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe), se coloca en un pequeño cofre en la oficina del Papa Pío XII. -1958: muere el Papa Pío XII y el sobre estaba sin abrir.

-1959: el Papa Juan XXIII leyó el secreto en agosto, pero debido a las dificultades que surgieron por expresiones del idioma, se requirió la presencia del traductor portugués Mons. Paulo José Tavares. Mas tarde el Papa hizo que lo leyera el Cardenal Ottaviani, el Prefecto entonces, de la S.C. para la Doctrina de la Fe. No se divulgó.

-1960: se supo en comunicado que el tercer secreto no debía ser publicado.

-1967: Cardenal Ottaviani en nombre del Papa Pablo VI hizo una larga declaración explicando el porque no se había revelado.

-El Papa J.P.II y el Card. Joseph Ratzinger, PSCDF, conocían el contenido del secreto.A este respecto, JPII, en 1980, contestó a las preguntas de periodistas acerca de porque no se había revelado el secreto:

«Dada la gravedad del contenido, para no provocar a la potencia mundial del comunismo a tomar ciertas determinaciones, mis predecesores en el oficio de Pedro, han preferido aplazar su publicación…muchos quieren saber solo por curiosidad y por gusto sensacionalista, pero olvidan que el saber conlleva una responsabilidad….Aquí esta el remedio contra este mal: REZAD y confiad todo lo demás a la Madre de Dios».

-2000, 13 de Mayo: Fátima, al final de la beatificación de los videntes en Fátima, el Cardenal Sodano en nombre del Santo Padre reveló parte del secreto relacionado con su pontificado y afirmó, con la aprobación de Sor Lucía, allí presente, que Juan Pablo II es el Papa a que hace referencia el secreto.

Anunció además que todo el secreto será revelado junto con un comentario. Esto ocurre el 26 de junio del 2000.


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El tercer secreto de Fátima no es sobre el fin del mundo

tercer secreto de maria en fatima

El Secreto de Fátima


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Apariciones y Visiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

Cronología de Fátima: 3º secreto y consagración de Rusia

Esta es una cronología de Fátima que pone énfasis en lo que sucedió luego de 1917, o sea de las apariciones centrales.

Fundamentalmente trata sobre el 3º secreto y la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María.

Cita hechos y personajes de la Iglesia y fuera de ella relacionados.

TODO SOBRE FÁTIMA

Virgen de Fátima, Portugal ( 13 de mayo)
Los Videntes de Fátima
Aparición y mensajes del Ángel, en Fátima
Las seis apariciones de Nuestra Señora de Fátima en 1917
Ultima aparición de la Virgen de Fátima, la danza del sol, Portugal ( 13 de octubre)
El secreto de Fátima
Cronología de Fátima: 3º secreto y consagración de Rusia
El cuarto secreto de Fátima, o segunda parte del tercer secreto
El pedido de la Virgen respecto a Rusia
Aparición de Rianjo a la hermana Lucía de Fátima ( agosto 1931)
Consecuencias de la Consagración de Rusia: los pedidos de Jesús y María
Una visión del mundo con base en Fátima
Devociones a Fátima

13 de mayo 1917 – En plena primera Guerra Mundial, Nuestra Señora se aparece a tres pastorcitos en la «Cueva de Iria», en Fátima. Las apariciones duraron del 13 de mayo 1917 hasta el 13 de octubre de 1917. Todos los meses el día 13.

13 de julio 1917 – Les confió a los pastorcitos un Secreto, dividido en tres partes. Las dos primeras fueron dadas a conocer en 1941. La tercera parte, el «Tercer Secreto» de Fátima, debía ser revelada a más tardar en 1960.

Nuestra Señora prometió:
«Si atendieran mi pedido, muchas almas se salvarán y habrá paz.»

Advirtiendo del peligro y riesgos, si su mensaje es ignorado:
«Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas.»

13 de junio 1929 – Nuestra Señora se aparece a Sor Lucía en Tuy, y le dice:
«Ha llegado el momento en que Dios pide que el Santo Padre haga, en unión con todos los Obispos del mundo, la Consagración de Rusia.» Prometiendo la Paz para el mundo, y salvarla por medio de esta Consagración.

 

NO SE CUMPLE EL PEDIDO DEL CIELO

Agosto 1931 en Rianjo – Nuestro Señor dijo a Sor Lucía, sobre la Consagración:
«Dile a mis ministros que, en vista de seguir el ejemplo del Rey de Francia en la dilación de cumplir mi pedido, también lo han de seguir en la aflicción.»

(Desatendido el pedido de Consagrar a Francia, la revolución arrasó -justo cien años más tarde- la monarquía, causando un inmenso dolor al pais.)

Mayo 1936 – Nuestro Señor le dijo a Sor Lucía: «La conversión de Rusia acontecerá solo cuando aquella nación sea consagrada solemne y públicamente al Corazón Inmaculado, por el Papa junto con todos los obispos.»

En otra ocasión la Stma.Virgen le dijo:
«Rusia será el instrumento del castigo mundial, si antes no se hubiera conseguido su conversión por medio de la Consagración.»

8 de diciembre 1942 – Su Santidad Pío XII, actuando sólo, sin los obispos, consagra al mundo al Corazón Inmaculado de María, pero no a Rusia.

Semanas después los Aliados empiezan a ganar la mayoría de sus batallas. En la primavera de 1943 Nuestro Señor dijo a Sor Lucía que la paz mundial no resultará de esta Consagración, pero la guerra sería abreviada.

 

SOR LUCIA ESCRIBE EL SECRETO

Septiembre 1943 – El Obispo de Fátima sugiere a Sor Lucía que escriba la tercera parte del Secreto de Fátima, el «Tercer Secreto», y lo ponga en un sobre lacrado.

2 de enero 1944 – Nuestra Señora pidió a la hermana Lucía que escriba el Secreto, y que éste fuese revelado al mundo a más tardar en 1960.

Cuando le preguntaron a Sor Lucía que… ¿por qué en 1960? Ella declaró: «Porque la Santísima Virgen lo quiere así, y será más claro entonces.»

17 de junio 1944 – Sor Lucía no permite a nadie, con excepción de un obispo, llevarse la carta del «Tercer Secreto». Un obispo hace una visita, y Sor Lucía le entrega el texto. Éste lo entregó a Monseñor José da Silva, Obispo de Fátima.

15 de julio 1946 – Sor Lucía aclara al Prof. William T. Walsh, que Nuestra Señora no pidió la consagración del mundo, sino solo y especificamente a Rusia:
«Si se hace ésto Nuestra Señora promete convertir a Rusia y habrá paz.»

 

PIO XII CONSAGRA AL MUNDO

7 de julio 1952 – S.S. Pio XII consagra a Rusia específicamente, pero no en unión con todos los obispos del mundo, porque el Papa no les pidió participar. (Pio XII, no sabía en esos momentos que era necesario este requisito.)

2 de septiembre 1952 – El Padre Schweigl -enviado del Papa Pío XII-, visita a Sor Lucía en Coimbra. Le preguntó acerca del Secreto y sus consecuencias.

A su regreso a Roma P. Schweigl confió a un amigo:
«Solo puedo decir que el «Tercer Secreto» tiene dos partes: Una concierne al Papa, la otra tendría ser lógicamente la continuación de las palabras:
«En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fé».»

17 de mayo 1955 – El Cardenal Ottaviani, Presidente de la Congregación para la doctrina de la Fé, es enviado por Pío XII a Coimbra para hablar con Sor Lucía acerca del «Tercer Secreto». Y se dió orden de transferir el texto al Vaticano.

 

LAS DECLARACIONES DE SOR LUCIA

26 de diciembre 1957 – P. Agustin Fuentes, vice postulador en la causa de beatificación de Francisco y Jacinta, entrevista a Sor Lucía. Ella le cuenta de los avisos y advertencias de Nuestra Señora: Pérdida de la Fé, relajamiento del Clero, catástrofes naturales, guerras: varias naciones serán destruidas.

(Ver «Declaraciones»; publicadas con licencia eclesiástica en la revista «Fátima Findlings», -Junio 1959-, y en el «Messaggero dell Cuore di Maria», Septiembre de 1961-, entre otras. Y reconocidas por S.S. Pio XII.)

8 de febrero 1960 – A pesar del pedido de Nuestra Señora de publicar el Secreto a más tardar en 1960, fuentes del Vaticano anuncian anónimamente, por medio de la agencia A.N.I., que el Tercer Secreto de Fátima no será revelado.

(A Sor Lucía le prohibieron oficialmente hablar del Secreto; y no puedía recibir visitantes con la excepción de familiares y conocidos más próximos.)

 

ESPERANZA CONTRA EL TERRORISMO Y LA GUERRA

Dios obró en Fátima el Milagro del Sol (13 de Octubre 1917), como prueba palpable y fehaciente de que mensaje de Fátima es cierto. S.S. Benedicto XV, tres años después de comenzar la primera guerra mundial, suplicó a la Santísima Virgen en una oración pública, el 5 de mayo 1917, mostrarles el camino de la la paz.

La Santísima Virgen respondió dando un mensaje en Fátima «dirigido a cada ser humano», como dijo el Papa Juan Pablo II. Nuestra Señora prometió:
«Si atendieran mi pedido, muchas almas se salvarán y habrá paz.»

Advirtiendo también del riesgo y peligro, si su mensaje es ignorado:
«Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas.»

Octubre 1962 – Poco antes del Concilio Vaticano II, la diplomacía vaticana hace un acuerdo con Moscú, según el cual el Concilio no condenaría la Rusia Soviética, ni el comunismo en general. (Este acuerdo dió principio a la llamada Ostpolitik.)

21 de noviembre 1964 – El Papa Pablo VI, al final de la tercera sesión del Concilio Vaticano II, consagra el mundo otra vez. Y, de acuerdo con la Ostpolitik, no hay mención de Rusia, para no ofender a los comunistas. (El 8 de diciembre de 1965 finalizó el Concilio Vaticano Segundo.)

 

PADRE JOAQUIN ALONSO, HISTORIADOR DE FATIMA

1966 – El Obispo de Fátima Monseñor João Venancio encargó al Padre Joaquín Alonso, sacerdote claretiano muy erudito, relatar una historia crítica y completa de las REVELACIONES de Fátima, para defenderlo de los ataques y escepticismos modernistas. Casi diez años después el Padre Alonso terminaría su obra «Textos y estudios críticos de Fátima.» La obra contiene 5.396 documentos.

15 de noviembre 1966 – Revisiones en el Código Canónico permiten a cualquier persona publicar textos religiosos, o sobre apariciones marianas sin necesidad de un «imprimatur», una «licencia eclesiástica.» Pero a Sor Lucía le está todavía prohibido hablar sobre el Secreto, a pesar de que Nuestra Señora dijo que fuese revelado al mundo, a más tardar en 1960.

1967 – Son publicadas las Memorias de Sor Lucía; en ellas revela el pedido de Nuestra Señora: la Consagración de Rusia.

11 de febrero 1967 – Cercano el 50 aniversario, el Cardenal Alfredo Ottaviani, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fé, quien había leído el texto del «Secreto», en una conferencia de prensa, dijo sobre el Tercer Secreto:
Oración y penitencia pidió Maria, como medios capaces de apartar terribles castigos, que como en el Apocalipsis de San Juan amenazan a un mundo del que se pudiera decir, como dijo el Profeta:
«Ha sido profanada la Tierra por sus moradores.»

(Esta declaración fué Publicado en muchos libros y periódicos, en su día, nunca fué desmentido por el Vaticano; muy contrario: admitido en silencio.)

Y en una conferencia de 1967 (quizá la misma), dijo:
«He tenido la gracia y el don de leer el texto del tercer secreto […]. Puedo decirles solamente esto: que vendrán tiempos difíciles para la Iglesia y que hacen falta muchas oraciones para que la apostasía no sea demasiado grande».Y fué el mismo Cardenal Alfredo Ottaviani quien autorizó, al director de la revista religiosa «SANTA RITA», la publicación del Tercer Secreto de Fátima, versión diplomática, el cual, entre otras cosas, dice:
«En ningún lugar del mundo hay orden, y satanás reina sobre los más altos puestos, determinando la marcha de las cosas. Él, efectivamente, logrará introducirse hasta la cumbre de la Iglesia.»

 
CONCLUSIONES DEL PADRE ALONSO

1975 – Habiendo hablado con Sor Lucía y estudiado los archivos de Fátima, el Padre Alonso declara públicamente que las «Declaraciones de Sor Lucía», hechas al Padre Agustín Fuentes, son auténticas y verídicas. La obra del Padre Alonso sobre Fátima está lista para la publicación, pero el nuevo Obispo Monseñor Alberto Cosme do Amaral impidió que fuese imprimida.

16 de octubre 1978 – Juan Pablo II es elegido Papa. Leyó el Tercer Secreto a los pocos días de su elección, según una declaración que hizo Joaquín Navarro-Valls, portavoz oficial del Vaticano, en Mayo del año 2000. (Según cita después Monseñor Bertone, el Papa lo leyó el 18 de julio de 1981.)

13 de mayo 1981 – Atentado a Juan Pablo II, en el mismo instante en que se agachaba para mirar un retrato de Nuestra Señora.

7 de junio 1981 – El Papa, recuperándose de sus heridas, consagra al mundo al Corazón Inmaculado, pero no consagró a Rusia.

12 de diciembre 1981 – Muere el Padre Joaquín Alonso. Antes publicó algunos artículos y libritos sobre Fátima y el Secreto. En él se habla de luchas internas en el seno de la Iglesia. «Graves negligencias y deficiencias pastorales de la alta jerarquía de la Iglesia.» Y también:
«En el período que preceda al triunfo del Corazón Inmaculado sucederán cosas terribles, se dice en el Tercer Secreto.»

El testimonio del P. Alonso es importante pues tuvo acceso a los documentos originales, habló con Sor Lucía, y ésta nunca corrigió sus conclusiones.

Pero… ¿Cuáles son estas «cosas terribles»? Posiblemente se haga referencias concretas a la crisis de fé que está padeciendo la Iglesia, y al descuido de los mismos Pastores, señalado por Sor Lucia al P. Fuentes.

 

SOR LUCIA EXPLICA LOS REQUISITOS

21 de marzo 1982 – Sor Lucía explica los requisitos para una Consagración válida al nuncio papal, un obispo y el Dr. Lacerda. El nuncio, a instancias del obispo, no transmitió al Papa la condición de Nuestra Señora: «Todos los obispos del mundo deben participar junto con el Papa.»

12 de mayo 1982 – L’ Osservatore Romano, órgano vaticano, publica un artículo de una carta de Sor Lucía autentificada con fotocopia, al Padre Umberto María Pasquale, sacerdote salesiano muy conocido:

«El 5 de agosto de 1978 tuve una larga entrevista con Sor Lucía, en Coimbra. (…) Le dije: » Hermana, … ¿Le ha dicho Nuestra Señora alguna vez algo sobre la Consagración del mundo?»

Respuesta de Sor Lucía: «¡No, Padre Umberto, nunca! En 1917, Nuestra Señora prometió: Vendré a pedir la Consagración de Rusia, para impedir el esparcimiento de sus errores por el mundo. … En 1929, en Tuy, Nuestra Señora volvió para decirme que había llegado el momento para pedir al Santo Padre que hiciera la consagración de aquel país.»

El Padre Umberto, deseando tener una declaración escrita le dirigió este pedido:
«Le ha dicho Nuestra Señora alguna vez algo sobre la consagración del mundo a su Corazón Inmaculado?»

Y recibió una respuesta escrita de Sor Lucía:
«Reverendo Padre Umberto, respondiendo a su pregunta le aclaro: Nuestra Señora, en Fátima, en su pedido, solo se refirió a la Consagración de Rusia.» -Coimbra 13-IV-1980 (firmada: Sor Lucía.)

 

SE INTENTA CONSAGRAR A RUSIA

12 de mayo 1982 – Sor Lucía escribe una carta al Papa. Decía: «Y si aún no hemos visto el cumplimiento completo de esta parte final de la profecía, estamos caminando hacia ella poco a poco, con grandes pasos.»

¿Por qué le diría Sor Lucía en 1982 que «la profecía del Tercer Secreto aún no la hemos visto cumpli», si ya se hubiese cumplido con el fracasado atentado a su vida, el 13-5-1981?, (como dijo el Vaticano en Junio del año 2000.)

13 de mayo 1982 – S.S. Juan Pablo II, en Fátima, consagra el mundo, al Corazón Inmaculado de Maria. (Pero no se consagró Rusia.)

 

NO HABÍA SIDO POSIBLE

19 de mayo 1982 – Juan Pablo II explicó en L’ Osservatore Romano, publicación oficial vaticana, por qué no consagró específicamente a Rusia. Dijo que había tratado de hacer todo lo posible, dadas las circunstancias. (No hubo participación de todos los Obispos.)

1982-83 – En comentarios privados, (oficialmente está obligada al silencio), Sor Lucía dice que la Consagración, como la había pedido Nuestra Señora, no ha sido realizada. Cuando se le pidió decirlo públicamente, dijo que para ello, ella necesita un permiso oficial del Vaticano.

19 de marzo 1983 – A instancias del Santo Padre Sor Lucía se reune con el Nuncio papal, Arzobispo Portalupi, el Dr. Lacerda, y el Padre Messias Coelho. Sor Lucía les confirmó que la Consagración de Rusia NO fué aún realizada porque Rusia no se nombró claramente como el objeto de esa Consagración, y no participaron todos los obispos del mundo.

No pudo decirlo públicamente antes porque no tenía el permiso.

 

FUÉ CONSAGRADO EL MUNDO, PERO NO RUSIA

8 de diciembre 1983 – Juan Pablo II escribió a todos los obispos del mundo, pidiéndoles unirse a él el 25 de marzo 1984, para consagrar el mundo al Corazón Inmaculado de María. Incluyó el texto preparado de la Consagración.

25 de marzo 1984 – El Santo Padre consagra el mundo al Corazón Inmaculado. Poco después Su Santidad rezó estas palabras:
«iluminad especialmente a las gentes de las cuales Vos Misma estáis esperando nuestra Consagración y entrega.»

El Papa sabía que el Acto de ese día, no cumplía con el pedido de Nuestra Señora, la cual «aún espera la Consagración de algunos pueblos.» (Rusia.)

26 de marzo 1984 – L’Osservatore Romano, citó las palabras del Papa, exactamente como J. P. II las dijo: «Iluminad especialmente las gentes de las cuales Vos Misma estáis esperando nuestra consagración y entrega.»

27 de marzo 1984 – También fué publicado en L’ Avvenire, órgano oficial de los de los obispos italianos: «El Santo Padre, tres horas después de consagrar el mundo, rezó en San Pedro pidiendo a Nuestra Señora bendecir aquellas gentes, de las cuales Vos Misma estáis esperando…» («L’Osservatore».)

No se consagró Rusia, sino el mundo, pues no participando todos los obispos del mundo, el acto no era válido, de acuerdo al pedido de Nuestra Señora.

El experto de Fátima, Padre Messias Coelho -entre muchos otros-, afirmó públicamente que la Consagración de Rusia no había sido realizada. El Padre Coelho mantendrá esta posición consistentemente hasta el verano de 1989.

(A partir de 1989 cambiaron muchos de opinión.)

 

EL OBISPO DE FATIMA

10 de septiembre 1984 – La revista «Mensagem de Fátima» publica en Febrero de 1985, unas declaraciones de Monseñor Alberto Cosme do Amaral, Obispo de Fátima, en la Universidad Técnica de Viena, Austria:
«El contenido del (Tercer) Secreto, trata de nuestra Fé. La pérdida de la fé de un continente es peor que la aniquilación de una nación. Y es verdad que la fe está continuamente disminuyendo en Europa.»

El Cardenal Mario Luigi Ciappi -fallecido en 1997-, comunicó al Catedrático Baumgartner, en Salzburg, que Pio XII, del que era amigo personal, le dijo:
«En el Tercer Secreto se dice, entre otras cosas, que la pérdida de la Fe en la Iglesia -Apostasía-, saldrá de la cúspide de la Iglesia.»

(Carta manuscrita del 5.2.1998, del experto del apocalipsis Dr. Wolf Groessler a www.etika.com ambos amigos del Prof. Baumgartner.)

 

JUAN PABLO II

JPII es un profundo devoto de la Virgen. Su lema «Totus Tuus» lo ilustra. Pidió a su secretario personal, Monseñor Stanislaw Dziwisz, escribir a D. Albrecht Weber, autor de un libro en alemán sobre Garabandal; y le dijo:
«Que Dios te recompense por todo. Especialmente por el profundo amor con que estás dando a conocer los hechos de Garabandal. Que el Mensaje de la Madre… sea acogido en los corazones antes de que sea demasiado tarde. Como expresión de gozo y gratitud el Santo Padre te da su Bendición Apostólica.»

El Papa añadió un saludo personal con su letra y firma.

Sobre el Tercer Secreto de Fátima S. S. Juan Pablo II dijo:
Pregunta: «¿Qué hay del Tercer Secreto de Fátima?, ya debía haber sido publicado en 1960.»

Respuesta del Santo Padre:
«Debido a su impactante contenido, y para evitar que el poderío mundial del comunismo se interfiriera en los asuntos de la Iglesia, mis predecesores proporcionaron información confidencial, de manera diplomática. Además, debe bastar a cada cristiano saber lo siguiente: «cuando ustedes leen que los océanos inundarán continentes, que millones de personas morirán repentinamente en pocos minutos…»; y si esto es conocido, en realidad no es necesario pedir la publicación de este secreto.» C.f. Juan Pablo II

Publicado, entre otros, en «Chiesa Viva» N° 112 Brescia, Italia; «Sol de Fatima» N° 82, Santander, España; «Vox Fidei» Nº 10 de 1981, «Stimme des Glaubens», Alemania, de donde sacamos ese fragmento.

Para comprender las palabras de Juan Pablo II, debemos remontarnos a al verano de 1963, al papado de Juan XXIII y Pablo VI.

 

JUAN XXIII – PABLO VI

En 1963 la humanidad se encontraba seriamente enfrentada: la Nato y el Telón de Acero medían sus fuerzas. Se temía un holocausto atómico. o solamente por la crisis de Cuba, sino sobr todo con «Muro de la vergüenza», que no solamente dividía Berlín, sino el mundo entero.

Este temor era compartido por la Santa Sede, la cual hizo enviar un extracto de los mensajes de Fátima a los representantes de las principales potencias mundiales: U.S.A, Rusia, Inglaterra etc. para prevenirlas, tratando de evitar el holocausto atómico, precisamente profetizado en ese Secreto.

Ese texto corrió por los ambientes diplomáticos en el verano de 1963. Por eso dijo JP II : «Mis predecesores proporcionaron información confidencial, de manera diplomática»; y por eso se le conoce como Versión Diplomática

En él se anuncia la gran guerra, también profetizada en otros lugares, – c.f. 13.5.1997, y la Segunda Venida de Jesús, la parusía.

No confundamos esta expresión con la del «fin del mundo». No hay ningún «fin del mundo», sino cambios geofísicos y geodésicos, ya anunciados en numerosas apariciones marianas, y en las sagradas escrituras.

 

BENEDICTO XVI

11 de noviembre 1984 – Se publica en la revista «JESUS», de las Hnas. Paulinas, una entrevista del Cardenal Ratzinger -Benedicto XVI-.

Pregunta: «Una de las cuatro divisiones de la Congregación para la Doctrina de la Fé trata de las apariciones marianas, Cardenal Ratzinger, ¿ha leído Ud. lo que es llamado el «Tercer Secreto?» …

Respuesta: «Sí, lo he leído.»

Pregunta: «¿Por qué no ha sido revelado?»

El Cardenal respondió:
«Porque, según el juicio de los Papas (anteriores), no añade nada, a lo que un cristiano debe saber referente a lo que se deriva de la Revelación: los peligros que amenazan la fe y la vida del cristiano, y por tanto del mundo. Y la importancia de los «Novissimi» (los Ultimos Tiempos). … El contenido del «Tercer Secreto» corresponden a lo que ya ha sido anunciado en la Sagrada Escritura, lo que se ha dicho muchas veces en otras apariciones marianas, en primer lugar la de Fátima. Lo que ya se conoce de su mensaje.» Cfr. «Declaraciones del Cardenal Ratzinger»

Junio 1985 – Esta entrevista se publicó en el libro «The Ratzinger Report»; con más de 1.000.000 de copias inglés, Francés, alemán e italiano. Las referencias al Tercer Secreto fueron eliminadas.

Aún así, en el libro se admite que «la crisis de la Fé, señalada por el Padre Alonso en su estudio sobre fátima, fué profetizada en el Tercer Secreto, ya está sobre nosotros. Abarca al mundo entero.»

 

SOR LUCIA Y OTROS TESTIGOS

Septiembre 1985 – En una entrevista a la revista «Sol de Fátima» Sor Lucía afirma que la Consagración todavía NO ha sido realizada porque Rusia, el 25 de Marzo 1984, no fue el objeto claro de consagración, sino el mundo.

20 de julio 1987 – Entrevistada rápidamente mientras iba a votar, Sor Lucía confirmó al periodista Enrico Romero que «la Consagración de Rusia al Inmculado Corazón de Maria, todavía no ha sido realizada.» (Pues no fué nombrada Rusia explícitamente, sino el mundo.)

1985 – El Cardenal Gagnon, en entrevista con el Padre Caillon, reconoce que la Consagración de Rusia todavía no se ha realizado.

1986 – María do Fetal, prima de Sor Lucía, dijo públicamente que ésta le había dicho, que la Consagración de Rusia todavía no ha sido hecha. (Rusia no fué nombrada.) María do Fetal mantendrá esta postura hasta julio de 1989, tiempo en el que cambió.

25 de octubre 1987 – En una audiencia con una docena de líderes católicos el Cardenal Mayer reconoció públicamente que la Consagración de Rusia, no fué realizada, según el pedido específico de Nuestra Señora. (Pues no se nombró a Rusia, y no hubo participaron de todos los obispos.)

26 de noviembre 1987 – En una reunión privada, el Cardenal Stickler confirma que la Consagración no se realizó porque al Papa le falta el apoyo de los obispos: «ellos no le obedecen», dijo. (No participaron todos.)

1988 – El Cardenal Gagnon ataca al sacerdote que publicó su declaración de 1985: «la Consagración todavía no ha sido hecha.» El Cardenal no niega la veracidad del relato y del encuentro, pero… «no era destinado para la publicación».

 

CONFUSIONES Y PROCESO DE TRANSMUTACION

Julio 1989 – En presencia de tres testigos en el Hotel «Solar da Marta» en Fátima, el Padre Messias Coelho, experto de Fátima, revela que Sor Lucía acaba de recibir una instrucción anónima de personas no identificadas de la burocracia vaticana, según la cual ella y sus compañeras de convento, tienen que decir que la Consagración de Rusia fué realizada válidamente en la ceremonia del 25 de marzo de 1984. Aquí comenzó el proceso de transmutar la «Consagración de Rusia», a la «Consagración del mundo.»

Julio 1989 – El Nuncio Papal en Portugal es reemplazado. De acuerdo con la instrucción anónima de la burocracia vaticana, poco tiempo después María do Fetal, prima de Sor Lucia, súbitamente contradice todas sus declaraciones anteriores. Dice que la Consagración fué válida.

Sor Lucia permanece en su obligado silencio, no le es permitido hacer declaraciones públicas, necesita un permiso del Vaticano.

Agosto / noviembre 1989Aparecen notas y cartas escritas con PC, y a máquina, supuestamente firmadas por Sor Lucía, diciendo: «la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón ya ha sido realizada.» Lo cierto es que hasta ahora, Sor Lucía nunca escribió a máquina, siempre a mano. Tampoco se expresó nunca públicamente al respecto de esas cartas.

11 de octubre 1990La hermana de sangre de Sor Lucía, Carolina, dijo a un sacerdote en Fátima: «No puede uno fiarse de ‘cartas de Sor Lucía’ escritas a máquina, porque ella ni siquiera sabe escribir a máquina.»

22 de octubre 1990 – Un prestigioso experto forense, indica en un peritaje, que la presunta firma de Sor Lucía, en una de esas cartas escrita en P.C., es una falsificación. No obstante, extractos de esa carta fueron publicados por una revista católica italiana en marzo de 1990, y se difunden como «prueba» de que la Consagración de Rusia ya fué realizada.

 

VERSION OFICIAL VATICANA, JUNIO 2000

El 26 de junio del año 2.000 el Vaticano publica un texto del Secreto:
«Una visión en la cual un «obispo de blanco», es matado por una banda de soldados, que le disparan mientras estáarrodillado en un monte al pie de una gran Cruz,después de haber atravesado una ciudad en ruinas llena de cadáveres.»

Esta visión no podría referirse al atentado que sufrió Juan Pablo II, (como algunos afirman ligeramente), pues allí «no murió el obispo de blanco»; ni una banda de soldados disparó, ni pasó por una ciudad en ruinas.

También podemos leer en esta versión de Junio del 2.000:
«El triunfo del Corazón Inmaculado es el amor venciendo las bombas.»

«La devoción al Corazón Inmaculado significa que cada persona haga la voluntad de Dios, adquiriendo así su propio corazón inmaculado.» (¿!)

 

NO ACLARA LO YA SABIDO

No se hace referencia a las palabras que años antes ya habían sido dadas a conocer por el Vaticano, como inherentes del verdadero Tercer Secreto:
«En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe.»

Palabras que Sor Lucía las incluye en sus memorias, como parte integrante del Secreto, admitidas oficialmente por el Vaticano ya años antes.

Tampoco vemos los elementos del verdadero Secreto, ya citados por el Cardenal Ratzinger, Benedicto XVI, a la revista «Jesus», en Octubre de 1984:

– Peligros que amenazan a la Fé.
– Importancia de los novissimi, (los Ultimos Tiempos.)
– Profecías expresadas en las Sagradas escrituras.
– Profecías ya anunciadas en otras apariciones marianas… etc.

Tampoco se hace referencia a las declaraciones anteriores de Juan Pablo II, del Cardenal Ottaviani, y de la misma Sor Lucía, la principal testigo.

 

EL PAPA NO HIZO DECLARACIÓN ALGUNA

Algunos sacerdotes afirman que el Secreto lo publicó Juan Pablo II, en Junio del año 2.000. Eso no es cierto. Es un abuso de autoridad. Recordemos que Juan Pablo II no jugó ningún papel en la presentación del Secreto, en Junio del año 2.000. Ni Sor Lucía de Jesús tampoco.

Y esto es algo extremamente importante y y dilucidador, pues era al Papa y a la vidente de Fátima, Sor Lucia, a quien les correspondía decir y aclarar sobre el contenido del tan enigmático como esperado Tercer Secreto.

¿Porqué no hicieron ninguna declaración?

– A Sor Lucia le estaba prohibido hablar públicamente. Lo dijo ella.

– Y el Papa tiene sus consejeros, y si éstos dicen, «por el bien de la Iglesia y de la humanidad debe ser así…», pues sea. Juan Pablo II no se pronunció, porque en conciencia no podría avalar el texto presentado. Cf. Declaraciones de Juan Pablo II.

Juan Pablo II tampoco admitió nunca públicamente que la Consagración de Rsuia ya ha sido realizada válidamente, como algunos afirman sin razón.

Todo lo contrario: Juan Pablo II, después de la consagración del mundo, el 25 de Marzo de 1984, reconoció que Rusia aún no fué consagrada válidamente, según lo pedido en Fátima. Cf. las palabras del Papa.

 

LA UNICA RESPUESTA POSIBLE

¿Qué había ocurrido? ¿Porqué estos cambios de opinión tan radicales?

La respuesta pudiera dárnosla el llamado Tercer Secreto «versión diplomática 1963», enviado por Juan XXIII a las potencias mundiales, en 1963.

En 1963, el mundo se encontraba al borde de un holocausto atómico, Rusia y América (Occidente y los paises del «Telón de acero»), estaban enfrentados con la crisis de Cuba y la Alemania dividida. La castástrofe nuclear era inminente.

Ante un peligro inminente, claro y real, de holocausto atómico generalizado, el Vaticano envió un texto del Secreto a las potencias mundiales.

Este hecho que fué corroborrado por Juan Pablo II, cuando dijo del Tercer Secreto: «Mis predecesores proporcionaron información confidencial de manera diplomática.» Cf. declaraciones de J P II.

Muerto Juan XXIII, Pablo VI, hizo llegar una copia a Louis Emmrich, periodista alemán afincado en Roma. Posiblemente para que el mundo fuera consciente del peligro inminente, y del esfuerzo hecho por el Vaticano.

Louis Emmrich lo publicó el 15 de Octubre 1963, en la revista alemana «Neues Europa». Ante un conflicto atómico, como la situación amenazaba, hubiera sido en la Alemania dividida, donde el enfrentamiento parecía más cruel.

Avisadas así las potencias mundiales y el pueblo alemán, no se podría responsabilizar a la Iglesia Católica, al Vaticano, de haber permanecido inánime ante un peligro tan inminente de una gran catástrofe generalizada.

Esta hipótesis se corroborra en las «Memorias del Cardenal Cassaroli», el entonces Secretario de Estado vaticano, quien resalta el papel «disuasor» del Papa Roncalli –Juan XXXIII–, en la crisis de Cuba y Alemania.

Fuente  es.geocities.com/aparicionesymensajes2002
 
 

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