En medio de una avasallante propaganda triunfalista.
El observador atento ya estará acostumbrado a comprender que las proposiciones de los políticos mundiales esconden otros intereses detrás. Y nada más claro que lo que sucede con los esfuerzos para frenar el supuesto calentamiento global.
Luego de dos semanas de diálogos intensos en Paris, los negociadores provenientes de 195 países llegaron a mediados de diciembre de 2015 a un acuerdo de último minuto en la COP21 o sea la 21ª Conferencia en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El acuerdo ha sido poner un límite en el calentamiento global promedio a 2 grados centígrados por encima de las temperaturas preindustriales. Para ello, cada país se supone que debe elaborar un plan para explicar cómo van a esforzarse por lograr este objetivo. Luego, a partir de 2018, deben desarrollar un nuevo plan cada cinco años.
Como veremos en el artículo, el acuerdo al que se llegó sobre el cambio climático es muy débil, ¿pero ese era el objetivo real central de los organizadores?, ¿no habrá sido aumentar y consolidar el poder central de la burocracia en torno a la ONU y disponer de nuevos fondos frescos de 100 mil millones de dólares?
POCO COMPROMISO A PESAR DE LA PROPAGANDA TRIUNFALISTA
Esto desató una catarata de propaganda triunfalista, pero el texto de París no es vinculante, por mucho que François Hollande quisiera que su mandato presidencial sea marcado no solamente por el acuerdo COP21, sino también por la creación de un tribunal internacional sobre el clima que tendría el poder para hacerlo cumplir.
La gente se ha asustado lo suficiente como para creer que el COP21 ha hecho un buen trabajo sobre el cambio climático, porque están siendo adoctrinada que el hombre es el principal depredador de la Naturaleza, pero organizar el castigo a aquellos que supuestamente llevan al mundo hacia el desastre, el hambre, las guerras, el terrorismo y la migración masiva es ir un poco más lejos y se necesita un consenso que no lo hay.
En realidad, a pesar de la inmensa publicidad para fomentar la narrativa del cambio climático, las recientes conversaciones sobre el clima en Paris resultaron no ser más que una decepción a los ojos de los expertos.
“Es sólo mentiras lo que ellos dicen: ‘Vamos a tener un objetivo de calentamiento de 2C y luego trataremos de mejorar un poco cada cinco años’. Son sólo palabras sin valor. No hay acción, sólo promesas. Mientras los combustibles fósiles parecen ser los combustibles más baratos, ellos van a continuar siendo quemados”
Es como dar la tarea a un estudiante en la que difícilmente se revise la asignación y que el estudiante sea libre de establecer sus propias reglas.
Por ejemplo, las conversaciones no dieron lugar a ningún mandato señalando lo que cada país debe reducir de las emisiones de gases de efecto invernadero. Poco se discutió acerca de cómo medir la implementación y éxito de estos planes.
Además, aunque muchos dicen que se trata de un «acuerdo», es un cuasi-acuerdo que no va a llegar la plenitud de sus frutos hasta que 55 países lo hayan ratificado, y esos países debe recuperar el 55 por ciento del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Eso incluye a los países en desarrollo como Rusia, India, China. La primera economía mundial a la fecha habla de la obligación moral de mantener las emisiones de dióxido de carbono bajas, pero también anunció su intención de construir más de 2.000 plantas de carbón. China ya representa el doble de las emisiones de CO2 de los EE.UU., y tiene la intención de añadir más fuentes de CO2 hasta 2030. La energía barata y las desventajas agregadas respecto a las industrias occidentales son, para ellos el gran tema.
De modo que a pesar del acuerdo COP21, no hay realmente posibilidad de que las emisiones de dióxido de carbono disminuirán o incluso estén contenidas en los años venideros. Esta es una realidad que los negociadores no pueden haber pasado por alto.
El mayor logro de esta campaña de susto climático es que está dando nacimiento a un nuevo «orden» internacional, con un fuerte cambio de valores.
EL VERDADERO OBJETIVO ENTRA DE CONTRABANDO Y SE CUMPLE
Muchas personas están seguras que cambio climático es un término que ha perforado en la cabeza de la gente con la esperanza de que si se escucha con bastante frecuencia, sea tomado como verdad.
En otras palabras, es probable que todo el cambio climático y las historias del calentamiento global sean sólo un montón de galimatías, diseñado para encender el miedo y la confusión.
Lee aquí las críticas a la teoría del cambio climático.
¿Fue realmente un gran paso para la humanidad, como se ha publicitado?
El entrelazamiento de la mayoría de las naciones para combatir el “cambio climático” puede parecer un generoso esfuerzo mundial.
Pero la organización de las naciones en un esquema mundial para frenar que la humanidad siga “calentando” la Tierra a un grado catastrófico, está basada en información cuestionable y tiene aspectos más profundos y preocupantes.
El mensaje principal enviado por el COP21 – sin importar el calentamiento global, las emisiones de dióxido de carbono y las huellas de carbono – es realmente simple;
El mundo está superpoblado, y precipitándose hacia la destrucción masiva porque cada alma en la Tierra está empeorando las cosas.
Esto no fue dicho explícitamente esta vez como en las conferencias anteriores para no entrar en el enfrentamiento directo, pero claramente sobrevoló y dirigió los esfuerzos.
Pero religión cristiana, y especialmente los creyentes Católicos los verían de otra manera: la vida es un regalo de Dios, cada alma es preciosa y si las cosas están tan terriblemente mal de este lado del Paraíso es fundamentalmente por el rechazo del reinado de Dios sobre Su Creación y los innumerables pecados que alejan al ser humano de la gracia.
No se puede esperar que las 195 representaciones suscriban esto, porque la mayoría dejan a los políticos a cargo de los asuntos temporales.
Y el hecho es que el punto de vista malthusiano está detrás de la conversación “climática” y continuara liderando en las organizaciones internacionales y fundaciones internacionales para promover el control de la natalidad, la contracepción, el control de la población, el aborto “legal y seguro”, la “educación” sexual y todos los otros instrumentos de la reingeniería moral casi universalmente aceptados en las naciones “desarrolladas”.
Sin embargo, los controladores de la población y “ecologistas” han criticado el COP21 por omitir discutir sobre demografía y las políticas anti natalidad que ellos consideran necesarias para “salvar el Planeta”.
Y en efecto, el acuerdo de Paris no plantea directamente la cuestión en absoluto, concentrarse sobre la emisión de dióxido de carbono que se supone será reducido con el fin de mantener las temperaturas bajas.
Pero el punto central es que 100 mil millones de dólares serán transferidos anualmente de los países «desarrollados» a los países «en desarrollo» a partir de 2020 para financiar su “transición energética». Y aquí está la clave por la que la burocracia internacional no quiso la confrontación en el tema demográfico.
Pero al igual que con los microbios no puede verlos, pero están ahí.
Los organismos internacionales como la ONU, el Banco Mundial y otros tienen como meta promover «la salud reproductiva y sexual» a cambio de la ayuda internacional.
Esto implica el acceso universal e irrestricto al aborto y la anticoncepción. Y aunque no tienen mandato de las naciones, el mensaje anti-vida está siendo predicado fuerte y claro por estas instituciones en el mundo en desarrollo.
El acuerdo sobre el clima implica darles más poder a las instituciones especializadas bajo control de la ONU sobre los miles de millones de dólares públicos que van supuestamente a ayudar a que estos países cambien a la costosa la energía «renovable».
Estos fondos frescos manejados por esta burocracia internacional, y sin sistemas para evaluar su eficacia, está en la tapa del libro, que sean usados para promover los temas de control de la población, para lo cual la organización está aceitada.
La primera página del acuerdo COP21 da una interesante luz de fondo a todo el asunto:
“Conociendo que el cambio climático es una preocupación común de la humanidad, las Partes deberían, al tomar medidas para abordar el cambio climático, respetar, promover y considerar sus respectivas obligaciones sobre los derechos humanos, el derecho a la salud, los derechos de la gente indígena, las comunidades locales, los migrantes, los niños, las personas con discapacidad y personas en situación de vulnerabilidad y el derecho al desarrollo, así como la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y la igualdad intergeneracional … «
¿No queda claro cuál es el objetivo después de leer eso?
Por ejemplo, los derechos de los migrantes en la legislación europea ha dado paso a los «derechos culturales» que obligan a los miembros de la UE de respetar y proteger los modos de vida, costumbres y otras creencias culturales en países de llegada tradicionalmente cristianos.
La protección de las «personas con discapacidad» suena como profunda ironía cuando abortan bebés con defectos genéticos, pero es visto como un derecho y un signo de las sociedades avanzadas.
La promoción de la «igualdad de género» conduce a la «incorporación de la perspectiva de género»: poco a poco borra las diferencias complementarias entre hombres y mujeres.
En cuanto al «empoderamiento de la mujer», es citado regularmente en la prensa y por los movimientos de control de la población como la solución no coercitiva para reducir las tasas de natalidad en los países «sobre» fértiles. Los organismos internacionales como el Fondo de Población de las Naciones Unidas que tratan el «empoderamiento de la mujer» y «tiene como objetivo asegurar que todo embarazo sea deseado» o cortarlo.
El acuerdo de París también cita – 24 veces – la necesidad de «desarrollo sustentable», una palabra que implica discretamente control de la población en la jerga de la burocracia internacional.
De la misma manera el acuerdo tiene en cuenta “garantizar la integridad de todos los ecosistemas, incluidos los océanos, y la protección de la biodiversidad, reconocido por algunas culturas como la Madre Tierra, y tomando nota de la importancia de algunos de los conceptos de «justicia climática», al tomar medidas para hacer frente al cambio climático”.
¿No es esto una promoción directa del culto pagano de la New Age a la naturaleza?
Esto es lo que justifica la entrega de miles de millones a para que maneje a su discreción la burocracia internacional, así como el desguace proyectado de los combustibles fósiles que hoy conforman el 85 por ciento del consumo de energía humana.
Y a partir de ello es que se está armando desde hace décadas el esquema de funcionamiento de un gobierno mundial.
Fuentes:
- http://www.theguardian.com/environment/2015/dec/12/james-hansen-climate-change-paris-talks-fraud
- https://www.lifesitenews.com/opinion/the-cop21-agreement-a-big-step-for-humanity
- http://www.naturalnews.com/052333_COP21_global_warming_climate_quackery.html
- http://www.breitbart.com/big-government/2015/12/13/even-greenies-admit-paris-climate-talks-total-waste-time/
- http://www.naturalnews.com/052317_climate_change_scientific_consensus_fraudulent_science_survey.html