En este artículo queremos explicar de dónde sale la posición judeo cristiana sobre la homosexualidad.

No hay tal cosa como odio, homofobia, o valores primitivos.

Sino que el rechazo de la homosexualidad es parte de la domesticación de la sexualidad.

Con el objetivo de construir una sociedad estable y exitosa, como resultó ser la occidental.

Está en el diseño que Dios quiso para la humanidad.

Y revelado en los primeros cinco libros de la Biblia.

En este artículo explicamos el trasfondo verdadero y doctrinal, de por qué la homosexualidad no es opcional para el pensamiento judeo-cristiano.   

Una parte de la catequesis que no se está haciendo desde hace décadas.

   

CUANDO SE SIGUE EL DISEÑO DE DIOS LA SOCIEDAD PROSPERA

La historia de la humanidad contada por la Biblia es la domesticación de los hombres para aceptar el plan de Dios y para demostrarles que así prosperan.

Ha sido un largo camino de marchas y contramarchas, pero ha demostrado que la prosperidad viene por acatar los designios de Dios.

La revelación de Dios realizada específicamente en el Pentateuco o Torá, o sea a los primeros 5 libros dela Biblia, ponen al judeocristianismo a contrapelo de las religiones que habían existido antes.

Y a su vez, este judeocristianismo ha hecho posible el progreso material en el mundo como lo demostró durante muchos años Occidente.

Esto es lo que explica que la Torá o el Pentateuco sean sustancialmente diferentes al resto de las religiones del mundo, como para que no haya habido una revelación divina.

Estos tienden a la creación de una civilización única, que requiere el retraso de la gratificación y la canalización de los instintos naturales, en contraposición a las otras civilizaciones.

La piedra angular de esta civilización, que se consolidó en occidente, han sido la centralidad y la pureza de la vida familiar.

La familia no es algo que ha venido por instinto sino un valor que debe cultivarse y protegerse.

Y está constantemente en ataque.

Los griegos por ejemplo atacaron a la familia en nombre del eros, los marxistas la atacaron en nombre de la igualdad, y los gays la están atacando ahora en nombre de la libertad y la compasión.

Algunos cristianos y judíos que se han unido a estos ataques seguramente no saben lo que está en juego.

En este artículo nos centramos sobre la sexualidad, y podemos decir que el diseño que Dios tiene para la sexualidad implica la mayor felicidad y prosperidad para la sociedad.

El concepto católico es que la unidad básica de la sociedad es la familia y que debe haber realización sexual completa sólo en el caso del acto de amor entre esposo y esposa, comprometidos de por vida, abiertos a la vida y a la concepción.

Por lo tanto los actos sexuales que se aparten de eso son erróneos y pecaminosos.

Dios creó el sexo para la unidad familiar,  sobre la base de un hombre y la mujer.

Dios prohíbe los desvíos de este plan, porque a la larga traerán inestabilidad, no sólo a los seres humanos sino a las sociedades y a la civilización como un todo.

La dificultad que hoy tenemos es que a los católicos no se les ha enseñado sobre la doctrina y sobre las bases de las prohibiciones de Dios, porque la catequesis han sido inexistentes en las últimas décadas.

De modo que muchos católicos se sienten libres de opinar a favor de conductas sexuales condenadas por la revelación, sin entender el papel que juegan las prohibiciones.

Es más, muchos cristianos dispuestos a cumplir lo que la Biblia propone no comprenden porque tiene normativas rígidas respecto a la sexualidad.

   

LAS ESCRITURAS SON CLARAS

La Biblia enseña que es inaceptable el comportamiento homosexual, pero no se trata de una prohibición arbitraria.

Sino que se basa en el diseño que Dios quiere y planificó para el mundo.

Un ejemplo lo podemos encontrar en lo que sucedió con Sodoma y Gomorra en el Génesis.

En el Génesis 19 aparecen dos ángeles disfrazados yendo a la ciudad de Sodoma y los hombres de la ciudad le exigen a Lot que entregue a sus invitados para tener relaciones homosexuales.

Lot se niega e incluso les ofrece a dos hijas vírgenes, pero no quieren más que relaciones homosexuales

Entonces los ángeles ciegan a los hombres de Sodoma, Lot escapa y la ciudad es destruida por el fuego por su vida sexual desenfrenada.

También en el Levítico 18: 22 y más adelante, hay una condenación de la homosexualidad cuando dice “no te acostarás con un varón como con una mujer, es una abominación…”

Y en Romanos 1 Pablo pone en perspectiva lo que el Antiguo Testamento ha venido diciendo.

Atribuye los deseos homosexuales al rechazo hacia Dios.

En romanos 1: 26-28 dice que los hombres abandonaron las relaciones naturales con las mujeres y se consumieron con una pasión por unos y otros, cometiendo actos desvergonzados con hombres.

Y esto lo condena como una actitud errónea y establece que para Dios deben morir, lo que no significa necesariamente una muerte física.

También el mismo Pablo en 1 Corintios 6: 9-10 dice algo aún más directo, que el comportamiento homosexual es uno de los pecados que privará del cielo.

Dice “no sabes que los malvados no heredarán el reino de Dios” y entre ellos incluye a los homosexuales.

¿Una discriminación injusta o discurso de odio?

   

LA POSICIÓN CATÓLICA SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD

Los pasajes del Catecismo de la Iglesia Católica que se refieren a la homosexualidad están contenidos en el análisis del sexto mandamiento, que enuncia “no cometerás adulterio”.

Y vale la pena reproducirlos en este artículo.

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo.

Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas.

Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado.

Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”.

Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual.

No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas.

Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba.

Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza.

Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta.

Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad.

Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

La Iglesia también se niega a definir a una persona por su sexo en primer término.

La identidad fundamental de la persona es que es criatura de Dios y heredera de la vida eterna por la gracia.

No considera a las personas como heterosexuales u homosexuales sino como hombre o mujer.

Y también enseña que cada hombre y cada mujer deben aceptar su identidad sexual natural y la complementariedad y diferenciación entre los sexos, en un marco de igual dignidad entre ellos

El judeocristianismo diferencia el pecado de los pecadores y también el deseo del acto.

Por eso los deseos homosexuales no son pecaminosos en sí mismos, sino hasta que la persona actúa sobre ellos fomentando el deseo y actuando el deseo.

De modo que las personas tentadas por fantasías homosexuales no están pecando hasta que actúan sobre los deseos o sea magnificándolos aún más o teniendo actos.

Lo mismo puede decirse de los actos pecaminosos heterosexuales.

Pero Pablo también nos recuerda en 1 Corintios 10:13 que Dios no tienta más allá de las fuerzas y que así como la tentación viene también Dios proporciona la vía para soportarla.

Es así que en el catecismo de la iglesia católica #2357 dice que los actos homosexuales son actos de “depravación grave” y son “intrínsecamente desordenados” y “contrarios a la ley natural”.

Por otra parte como vimos, la iglesia reconoce que la génesis psicológica de la sexualidad sigue siendo inexplicable en gran parte.

Pide que los homosexuales sean aceptados con respeto, compasión y sensibilidad.

Y agrega que estas personas están llamadas a cumplir la voluntad de Dios, y por tanto llamadas a la castidad y al autodominio.

   

LAS REACCIONES DE LOS GAYS

Argumentan básicamente que no han elegido ser gays, sino que nacieron de esa manera.

Por lo tanto el comportamiento homosexual no es antinatural para ellos.

Pero aunque ellos no hayan elegido ser gay no significa que sea innato, sino que puede ser adquirido y luego fortalecido por el hábito.

Por ejemplo difícilmente alguien elige ser alcohólico pero se pueden desarrollar deseos alcohólicos emborrachándose repetidamente, lo que fomenta esa tendencia.

Y por otro lado, manejan la estrategia de acusar a los que no están de acuerdo con su actividad homosexual, diciendo que tiene miedo a los homosexuales o incluso que están ocultando o compensando el hecho de que ellos mismos son homosexuales.

Estos son argumentos falaces que deberían demostrarlos y que usan para detener la discusión racional sobre el tema.

Es legítimo que una persona esté en desacuerdo con la homosexualidad y con la conducta homosexual.

Pero eso no significa que se les tenga miedo a los homosexuales, ni que la persona tenga deseos homosexuales reprimidos.

Todo esto que hemos venido resumiendo de la posición católica sobre la homosexualidad parte de que la revelación inicial de Dios que ha sido poco y mal explicada.

   

TODO PARTE DE LA REVELACIÓN INICIAL DE DIOS

El mundo y la civilización cambiaron cuándo el judaísmo concibió que la actividad sexual se canalizara solo dentro del matrimonio.

Esta prohibición hizo posible la creación de la civilización occidental, que ha sido exitosa.

Porque los desórdenes sexuales de las culturas paganas obstaculizaban su desarrollo.

La domesticación de la sexualidad se inició en la revolución sexual del judaísmo, y consolidó luego el cristianismo

Está exigencia era para que el sexo ya no dominara la sociedad, aumentara el amor, fomentará el matrimonio y elevara la posición de la mujer.

Miles de años después de esta revolución sexual  se ha empañado la comprensión de hasta qué punto el sexo indisciplinado coartaba las posibilidades de desarrollo humano y civilizatorio, y estaba fuera de los planes de Dios.

Algo tan revolucionario como esto difícilmente tenga raíces humanas, sino que ha sido un diseño producido efectivamente por la revelación divina.

   

LA SEXUALIDAD PAGANA

Al principio de la historia la sexualidad masculina era básicamente salvaje.

Los impulsos sexuales no estaban canalizados hacia construir la sociedad y todo giraba en base al sexo, sin discriminar hombres de mujeres.

Esto lo podemos ver en las diferentes leyendas sobre la creación del mundo.

El Dios judeocristiano creó los cielos y la tierra por su propia voluntad y no a través de ninguna relación sexual, como en el caso de la mayoría de las otras civilizaciones.

Los babilonios, los egipcios, los hindúes etc., establecen en sus mitologías una permanente actividad sexual de sus dioses, que no reconocía la relación sexual consensuada ni la relación central entre hombre y mujer.

Los dioses violaban sin importar si fuera hombre, mujer niño. Tenían relaciones hombres entre hombres, mujeres con mujeres, individuales, en grupo, se masturbaban etc.

Estas relaciones entre los dioses eran las mismas que funcionaban en la sociedad.

Es así como por ejemplo los sacerdotes desfloraban a las futuras esposas antes que su marido y la prostitución sagrada era casi universal.

Esto incluso ha funcionado hasta bien entrado el siglo XX porque recién en 1948 fueron ilegales en la India las relaciones entre monjas y monjes, y entre esposas y sacerdotes.

Incluso la propia sociedad judía resistió intentos reintroducir la prostitución en el templo.

De modo que la religión judía puso controles sobre la actividad sexual para encauzar la vida social.

Y para ello santifico la relación entre esposo y esposa, y restringió el comportamiento sexual a la pareja en matrimonio, hombre mujer naturalmente.

Así que no sólo fue el monoteísmo la gran revolución de la Torá o el Pentateuco, sino la restricción de las prácticas sexuales que había en el mundo pagano.

   

EL JUDAÍSMO INVENTÓ EL CONCEPTO DE HOMOSEXUALIDAD

En el mundo de las culturas paganas no había una noción de homosexualidad y heterosexualidad.

Sino que había penetradores, o sea compañeros activos, y penetrados, o sea compañeros pasivos.

Los que podían ser de cualquier sexo y edad, e incluso intercambiarse, en algunos momentos pasivo y en otros momentos activo.

Porque en realidad los paganos no estaban preocupados por las preferencias de sexo que hoy tenemos.

Y el judaísmo dotó moralmente al sexo y declaró que nadie es intercambiable sexualmente.

Esto hizo que el sexo fuera una interacción trascendente y no simplemente un hecho casual.

En su famoso estudio sobre la homosexualidad el Dr. David Grienberg dice que sólo el judaísmo fue el que declaró que la homosexualidad estaba equivocada.

Estos 5 libros mosaicos, que son el inicio de la Biblia, propusieron a un Dios moral, con obligaciones éticas, que quiere un avance hacia la redención moral y espiritual, con un significado final.

Y está cristalizado en los 10 mandamientos, en el monoteísmo ético, y en el concepto de santidad.

Lo cual constituyó una gran liberación de los hombres y de la sociedad, liberación de la sexualidad desenfrenada y revaluación de la mujer con respecto a los hombres.

El sexo comenzó a ser una relación reglada moralmente, por eso en el Pentateuco se describe la homosexualidad como abominación, o sea que se hace un juicio moral sobre ella.

Y eso a su vez estigmatizaba a las civilizaciones moralmente primitivas que rodeaban geográficamente a los judíos.

La Biblia llega incluso a amenazar que si se involucran en la sexualidad serán vomitados de la Tierra, lo que constituye una amenaza para las civilizaciones vecinas.

Todo esto es un plan de Dios.

Porque Dios creo a Adán y para resolver el problema de soledad no creo a otro hombre ni a una comunidad de hombres, sino a una mujer, y no a una comunidad de hombres y mujeres, sino sólo a una mujer.

De modo que la soledad del hombre no era una condición solucionada por estar acompañado por otros, sino solucionada por tener a su mujer.

Por lo tanto los judíos y los cristianos se han preocupado siempre de que las pasiones se canalicen dentro del matrimonio.

   

LA REVALUACIÓN DE LA MUJER

Una consecuencia de todo esto ha sido como hemos dicho, la revaluación de la mujer.

No es casualidad que la civilización más condenatoria de la homosexualidad sea la que se haya preocupado más por la condición de la mujer.

Porque en las sociedades donde los hombres buscaban hombres para relacionarse sexualmente, las mujeres eran personas de segunda categoría.

Lo vemos en Grecia donde la homosexualidad era hasta cierto punto un ideal y generó una sociedad misógina.

El judaísmo tenía el ideal del sexo conyugal y por eso se generó el Cantar de los Cantares, que es una de las obras más importantes de amor sensual entre hombre y mujer.

En comparación a otras culturas que generaban literatura homoerótica.

En los pueblos vecinos la sexualidad humana se dividía entre penetradores y penetrados, pero los judíos dijeron que eso no era santo, sino que la sexualidad se dividía entre hombres y mujeres.

Especialmente indicaron que las mujeres deben ser el único objetivo del amor erótico de los hombres.

Y no sólo productoras de bebés para alimentar la continuidad de la sociedad

Finalmente, mientras los pueblos de alrededor como los griegos, tenían como gran valor la sensualidad y la belleza física, para los judíos los bienes supremos eran la ética y la santidad.

De modo que la revelación divina al santificar el matrimonio y la relación de pareja ha logrado darle estabilidad a la civilización y permitido el crecimiento notable que ha tenido Occidente.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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