Temas polémicos y un enfoque novedoso.
En una larga entrevista, bien planificada, revisada y publicada al únísono por 16 publicaciones jeuitas en el mundo, el papa Francisco habló de muchas cosas, pero sobre tuvo dichos que, a todos los católicos, le cambian la pisada, y le dan para rumiar, especialmente en los temas del aborto, anticoncepción y homosexualidad.
Los dichos de Francisco ponen luz sobre el enigma de su parquedad anterior para hablar sobre esos temas: aborto, anticoncepción y homosexualidad. Y podemos ver como comienzan a ancajar con su predicación de preocuparse por las periferias existenciales.
La entrevista completa puede leerse aquí.
Ya volveremos sobre esta entrevista porque se va a hablar mucho de ella.
LO RESALTABLE
El jueves 19 de septiembre, 16 revistas jesuitas en todo el mundo publicaron al unísono una extensa entrevista de 29 paginas hecha en el mes de agosto al Papa Francisco por el Padre Antonio Spadaro, SJ, director de la revista La Civiltá Cattolica, que es una publicación jesuita revisada por la Secretaría de Estado del Vaticano. Y en esta conversación de dos jesuitas, surgieron una serie de temas que nos mueven el piso, porque Francisco plantea un cambio en la forma de praxis pastoral respecto a por lo menos los dos papas anteriores.
Los primero que hay que resaltar es que esto no fue una nota grabada y publicada tal como salió, sino que fue revisada por el Vaticano, de modo que expresa lo que Francisco quiso anunciarnos en este momento.
En segundo lugar, su contenido es tan revolucionario en algunos puntos que dará para que corran ríos de tinta, pero sobre todo para que Francisco vaya indicando cuales son sus caminos y los de la Iglesia, porque el cambio de énfasis que Francisco pide en la práctica pastoral implica dar prioridad a algunos conceptos y poner en secundario otros ¿Pero como debemos tratar los viejos conceptos que han cimentado la acción de la iglesia por décadas? ¿Cómo articular el anuncio del evangelio dando menos peso a los temas de la moralidad? No hay que olvidar que la Iglesia es un viejo transatlántico, que necesita tiempo y espacio para cambiar de rumbo. Y que el diablo está en los detalles.
En tercer lugar, hay dos temas que darán para hablar y para tergiversar, el tema de los homosexuales y el tema del aborto / anticoncepción. La prensa del sistema dirá que Francisco cambió la doctrina respecto a sus predecesores, lo que él mismo declara que no es así y se refiere al Catecismo (CIC). Pero también dirán los conservadores dentro de la Iglesia lo mismo, queriendo ver que Francisco es una especie de anti papa. Y los sectores más de izquierda dentro de la iglesia quedarán contentos porque supondrán que efectivamente Francisco es un nuevo aire libertario en la iglesia. Pero se equivocarán, Francisco no propone una nueva doctrina sino un énfais pastoral diferente.
Y en cuarto lugar, esto que ha dicho Francisco no es más que un paso delante de su repetido criterio de que la iglesia debe ir a las periferias existenciales, pero lo novedoso ahora, es que de alguna manera lo pone por encima a la práctica actual de la lucha contra el aborto / anticoncepción y la homosexualidad, lo que el califica de temas relacionados con la moralidad.
A cuenta de más queremos citar algunos pasajes centrales de los que dijo Francico sobre lo que exponemos:
SOBRE EL NUEVO EQUILIBRIO
No podemos seguir insistiendo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar.
Las enseñanzas de la Iglesia, sean dogmáticas o morales, no son todas equivalentes. Una pastoral misionera no se obsesiona por trasmitir de modo desestructurado un conjunto de doctrinas para imponerlas insistentemente. El anuncio misionero se concentra en lo esencial, en lo necesario, que, por otra parte es lo que más apasiona y atrae, es lo que hace arder el corazón, como a los discípulos de Emaús.
Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante. Sólo de esta propuesta surgen luego las consecuencias morales.
La Iglesia, a veces, se ha dejado encerrar en pequeñas cosas, en pequeños preceptos. La cosa más importante, en cambio, es el primer anuncio: «¡Jesús te ha salvado!». Y los ministros de la Iglesia deben ser, por encima de cualquier otra cosa, ministros de misericordia […] El anuncio del amor de salvación de Dios es previo a la obligación moral y religiosa. Hoy parece prevalecer, a veces, el orden al revés.
SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
Debemos anunciar el Evangelio en cada calle, predicando la buena noticia del Reino y curando, incluso con nuestra predicación, cualquier tipo de enfermedad o de herida. En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales, que son «heridos sociales» porque me dicen que sienten que la Iglesia los ha condenado siempre. Pero la Iglesia no quiere hacer esto. Durante el vuelo de regreso de Río de Janeiro dije que, si una persona homosexual es de buena voluntad y está buscando a Dios, yo no soy nadie para juzgarla. Al decir esto yo dije lo que dice el Catecismo. La religión tiene el derecho de expresar la propia opinión para servir a la gente, pero Dios, en la creación, nos hizo libres: la injerencia espiritual en la vida de las personas no es posible.
Una vez, una persona, provocadoramente, me preguntó si aprobaba la homosexualidad. Entonces yo le respondí con otra pregunta: «Cuando Dios ve a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza condenándola?». Hay que considerar siempre a la persona. Aquí entramos en el misterio del hombre. En la vida, Dios acompaña a las personas, y nosotros debemos acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia. Cuando esto sucede, el Espíritu Santo inspira al sacerdote para que diga lo más justo.
Fuentes: Razón y Fe, Signos de estos Tiempos
El dia del juicio final Jesus va a poner unos a su derecha y otros a su izquierda, los de la derecha estaran inscritos en el libro de la vida e iran al banquete, a los de la izquierda les dira, apartate de mi que no te conozco, que pecados habran cometido exactamente los de la izquierda para irse al infierno por la eternidad?
Por supuesto que Dios nos llama a buscar el perdon y reparar sea cual sea el pecado, pero no podemos vivir con el pecado siempre y menos morir con el.