Poniendo en claro el verdadero significado de este Sínodo.
Abriendo el Sínodo, el húngaro Cardenal Peter Erdo, relator general de la reunión en el Vaticano, se refirió a los próximos trabajos del Sínodo.
El sínodo sobre la familia pretende acercar al mundo de hoy «el atractivo del mensaje cristiano sobre el matrimonio y la familia, dando respuestas que son verdaderas y llenas de caridad», dijo el cardenal Peter Erdo, relator general de la Tercera Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos.
Pero el lector deberá considerar que este Sínodo se trata de un evento solamente consultivo, para medir la temperatura de las opiniones, que no va a a haber ninguna resolución, sino juntar material para un Sínodo más grande un año después.
Y por otra parte, los temas de los que se hablarán y las ponencias serán muy diversas y abiertas, por lo que rearmar una imagen única de lo que se dijo en el Sínodo será difícil.
INFORME PREVIO A LA DISCUSIÓN
En su Relatio ante disceptationem (informe previo a la discusión), que leyó durante la primera reunión, discutió el fomento de la familia que debe ser considerada «con esperanza y misericordia», subrayando que la enseñanza del Evangelio sobre la familia es una «verdadera medicina» para los muchos desafíos y amenazas que enfrenta.
Rechazó hablar de «fatalidad y entrega» dentro de la Iglesia, haciendo hincapié en que la teoría de género o de uniones del mismo sexo no encuentran consenso entre la mayoría de los católicos.
«La indisolubilidad del matrimonio no se pone en duda y las cuestiones prácticas de carácter pastoral son inseparables de las verdades de fe».
El Cardenal Erdo pidió «una mayor formación», sobre todo para las parejas comprometidas, y dijo que la familia sigue siendo una «escuela de humanidad.»
«La familia es casi la última realidad humana acogedora en un mundo determinado exclusivamente por las finanzas y la tecnología. Una nueva cultura de la familia puede ser el punto de partida para una civilización humana renovada».
Instó al «compromiso activo» por parte de los gobiernos para apoyar a la familia y a volverse a las condiciones maritales difíciles, y dijo que una «renovación y acción adecuada de la pastoral familiar» es necesaria para que las parejas se sienten amadas por Dios y la Iglesia. Esto debe ser desde una perspectiva misericordioso, pero no anulando «la verdad y la justicia», enfatizó.
«Esto significa que, en el caso de un matrimonio sacramental (consumado), y después un divorcio, es imposible un segundo matrimonio reconocido por la Iglesia mientras que el primer esposo aún esté vivo», reafirmó.
El Cardenal Erdo habló de «directrices claras» para que los pastores puedan ofrecer ayuda práctica a las parejas que enfrentan el divorcio o la vida en el matrimonio civil o de convivencia.
En cuanto a los divorciados y vueltos a casar, él dijo que sería un error centrarse sólo en la pregunta sacramental; sino que debe ser considerado en el contexto más amplio de la preparación para el matrimonio, ayudando a las personas divorciadas a entender las razones del fracaso de su primera unión e identificar las causas de nulidad.
Más específicamente, él dijo que deben hacerse «distinciones» entre aquellos que son culpables de la ruptura de un matrimonio y los que no lo son y que la atención pastoral de la Iglesia «debe extenderse a cada uno de ellos de una manera particular.»
Dijo que «no parece peligroso» creer que «muchos matrimonios que se celebran en la Iglesia pueden no ser válidos», y reconoce la necesidad de dos apelaciones sobre las declaraciones de nulidad del vínculo matrimonial «para evitar cualquier tipo de mecánica o la impresión de la concesión de un divorcio o evitar soluciones que son injustas y escandalosas».
El cardenal también subrayó la necesidad de que la familia sea vista como una parte activa en una red de relaciones que necesitan ser apoyadas, y no como una «unidad aislada». Las tragedias familiares, dijo, «son a menudo el resultado de la desesperación, la soledad y el grito doloroso que nadie sabía cómo discernir».
«Por eso es importante redescubrir el sentido de la solidaridad generalizada y concreta, para superar cualquier ‘privatización del amor’, que vacía la familia de sentido y la confía en su lugar a la elección individual».
De cualquier forma, y más allá de las expectativas, hay que tener en cuenta que:
ES VERDADERAMENTE EL VIAJE LO QUE IMPORTA Y NO EL DESTINO
El punto se aplica genéricamente a cualquier sínodo, ya que un sínodo es meramente consultivo. No se trata de una convención política, en la que los elementos de la plataforma serán votados, o los candidatos nominados o rechazadas, y así sucesivamente.
A lo sumo, lo que un sínodo hace es presentar recomendaciones al Papa, y siempre estar a lo que él quiere hacer. Como resultado, no habrá ninguna nueva política en el catolicismo a partir del 19 de octubre, cuando finalice el sínodo.
Pero incluso esta vez, el producto final es mucho menos decisivo, ya que este sínodo es meramente preparatorio de otro sínodo más grande sobre la familia, fijado para octubre de 2015. A lo sumo, lo único que se logrará en las próximas dos semanas es la creación de una agenda para la segunda reunión.
Como resultado de ello, la mejor manera de ver este sínodo es como una manera de tomar la temperatura de los obispos sobre una variedad de temas.
NO HAY UNA ÚNICA NARRACIÓN SOBRE «LO QUE PASÓ» EN EL SÍNODO EN UN DÍA DETERMINADO
Aunque en teoría hay temas de debate cada día en el sínodo, son extremadamente amplios: la «ley natural», por ejemplo, o «situaciones pastorales difíciles», que pueden aplicarse a básicamente todo bajo el sol.
En realidad, los cerca de 180 obispos y unas docenas de otros participantes pueden hablar de lo que quieran. Francisco también ha pedido tiempo asignado cada tarde para la discusión libre, sin tema establecido para ese período.
Cada día, por lo tanto, una amplia variedad de puntos saldrán a la superficie, y los diferentes medios de comunicación y grupos de defensa harán hincapié en las cosas que les interesan. Una narración puede enfatizar lo que un obispo de Europa dijo sobre el matrimonio gay, y otra lo que dijo un africano sobre la poligamia. Los espectadores probablemente tendrán que recomponer la imagen completa.
Por otra parte, también es importante tener en cuenta que las sesiones de trabajo del sínodo son cerradas, por lo que los periodistas tienen que depender de informes diarios y conversaciones informales con los participantes.
La conclusión es que la cobertura de un Sínodo de los Obispos es como armar un rompecabezas, sólo que sin la imagen a la vista que se debe respetar al final.
Fuentes: NCRegister, Crux, Signos de estos Tiempos