Quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte han dicho que entre la tierra y el más allá no hay distancia.

Que la eternidad está acá entre nosotros.

Sólo hace falta que se descorra un velo para poder verla y penetrar.

Casi como si fuera otra dimensión coexistiendo en el mismo lugar con el mundo que vemos.

Esto los ejemplificamos con una Experiencia Cercana a la Muerte de un hombre de Ohio.
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Cuyo corazón se detuvo durante 45 minutos después de sufrir un ataque al corazón.
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Y dice que terminó en un camino celestial lleno de flores y habló con sus muertos, cuando los médicos trataban febrilmente de conseguir que su corazón marchara otra vez.

Estos testimonios del velo lo hemos oído de personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte y han revivido, pero también aparece en la Biblia.

Esta dicho como la entrada al cielo ¿pero será igual respecto al infierno?

   

LO QUE NOS RECUERDA LA BIBLIA

El Reino de Dios está entre nosotros, o sea en la Tierra.

Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, Jesús les respondió:

“El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: ‘Vedlo aquí o allá’, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros”. (Lucas 17: 20-21)

De vez en cuando escuchamos el término “velo”, como la separación con lo divino. 

Una lectura de 2 Corintios 3:15-16 nos recuerda que

“Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones.

Y cuando se convierte al Señor, se arranca el velo”.

Y San Pablo nos recuerda:

Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús.

Por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne, y con un Sumo Sacerdote al frente de la casa de Dios.

Acerquémonos con sincero corazón, en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura. 

Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa.

Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras, sin abandonar vuestra propia asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos: tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el Día”. (Hebreos 10:19-25).

  

EL VELO SE TRANSPARENTA

Solemos decir que hay un velo entre la Tierra y el más allá.

Nuestra experiencia es que el velo se adelgaza cuando penetramos conscientemente en el Reino de Dios a través de la oración en la Tierra y cuando Dios quiere darnos una visión de lo santo.

El velo es más delgado en el caso de quienes son conscientes que son parte del cuerpo místico de Cristo.

Porque siendo así podemos comunicarnos en oración por intermedio del Espíritu Santo con la Iglesia purgante y con la Iglesia triunfante, o sea con la Iglesia que está en el purgatorio y la Iglesia que está en el cielo.

Esta es la comunión de los santos que declaramos cada vez que repetimos el Credo.

Si creemos en esto aprendemos a orar por lo que están en el purgatorio, que son los que necesitan más de nuestra oración.

Y así se nos abre un mundo completamente nuevo, dónde podemos sentir la gratitud de parte de las personas por las que estamos orando.

Pero también se abre cuando oramos por la intercesión de santos que están en el cielo y nos podemos sentir vinculados a ellos.

Este criterio del velo lo debemos ver más en perspectiva de la intención que tiene Dios al velar la puerta entre la Tierra y el Cielo.

En algunas parroquias se pone un velo sobre el sagrario para separar lo sagrado de lo profano.

Porque existe un velo real entre lo humano y lo divino.

Cuando Dios se manifestó a los judíos les dijo que si vieran su rostro morirían.

Pero cuando Dios se encarnó en Jesucristo retiró parcialmente el velo que nos separa del cielo.

Nos permitió echar un vistazo de lo que hay detrás del velo.

En el episodio de la transfiguración tres de los apóstoles pudieron traspasar con su vista el velo y vieron a figuras que estaban en el cielo.

Y el velo se adelgaza también cuando sucede algún milagro en la Tierra o cuando pasan los moribundos al cielo.

Dios nos protege con el velo que nos separa de lo santo.

Cuando viene a la Tierra se aparece velado también detrás del pan y del vino en la eucaristía.

Estos velos son necesarios mientras permanecemos en la tierra, pero no serán necesarios porque cuando estemos en el cielo Lo veremos tal cual es.

ESCALERA a la jerusalen celestial

  

¿QUÉ ES EL VELO?

A veces la palabra se utiliza para describir la ceguera espiritual, como en los tiempos de Moisés.

No hay duda: cuando él cubre los ojos, significa dureza de la mente y el corazón. Esa dureza, formada por el pecado, que oscurece la visión espiritual.

Pero el término se utiliza con mayor frecuencia, sin embargo, para describir la partición entre la tierra y la eternidad.

Por lo que un velo es la barrera entre aquí y allá, delgado, a veces transparente, de vez en cuando «se trasparenta» en la forma de apariciones o milagros o algún otro tipo de comunicación.

Una persona que tuvo un episodio cercano a la muerte vio esta «partición» desplazándose hacia atrás como una puerta de cristal.
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Lo que le permitió vislumbrar antes de volver de nuevo a la tierra, mientras hacía un viaje supuesto al cielo.

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Y en un caso tras otro, los que tienen tales experiencias hacen hincapié en lo cerca que el cielo está al lado de nosotros.
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Y cómo Dios está justo aquí, a pesar de que no nos damos cuenta.

  

ELLOS NOS VEN CUANDO ORAMOS

Tras la muerte, después de que el velo se «parte» (a veces a través de un «túnel»), nos encontraremos con un mundo espiritual que incluye seres queridos que han partido antes que nosotros.

Pero ellos también están «aquí mismo».

Durante una aparición de la Virgen habría dicho que al orar por los difuntos, ¡el velo se abre y ellos nos pueden ver!

Y místicos han afirmado que en las misas se abre el cielo y aparecen las personas muertas por las que oramos.

almas encontrandose

  

UNA CORTINA TRASPARENTE

«Primero, yo estaba en un pasillo oscuro, una especie de túnel«, recordó su experiencia Gladys L. Hargis de Topeka, de Kansas, que tuvo una experiencia cercana a la muerte en agosto de 2006.

«Pude ver una luz al final del pasillo y una cortina trasparente a través de la cual podía ver a las personas moverse«.

«Inmediatamente una luz brillante me rodeó, llenando el área donde yo me encontraba.

Era indescriptiblemente hermosa, tan hermosa que me dejó sin aliento.

No estoy segura de que pueda encontrar las palabras adecuadas para describirla.

La luz me hizo sentir completa, pura, libre, bendecida, y me encantó.

Era increíble. Quería disfrutar de la energía y no dejarla nunca».

«Cuando miré a mi alrededor, a mi izquierda vi una cortina.
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Con forma de torre, que estaba cerrada en la parte superior y abierta en la parte inferior.
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Yo podía ver a la gente moverse más allá de la cortina.
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Había una zona oscura que tendría que cruzar.
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Y de alguna manera yo sabía que probablemente no volvería a la tierra si pasara a través del área con la cortina.»

Como en tantos casos, había un «punto de no retorno».

Algunos lo describen como un «valle», otros una puerta o valla, otros pueden encontrarlo con un seto.

  

ZONAS Y TIEMPOS DE ADELGAZAMIENTO DEL VELO

El adelgazamiento de la «velo» – la división entre nosotros y lo eterno – parece ocurrir en lugares particulares, en determinados momentos, y en fechas determinadas del año.

Los santuarios donde ha habido mucha oración, parece que nos ponen en la puerta de ese velo.

Y también hemos oído de zonas preparadas con anticipación desde el Cielo, donde se han dado grandes prodigios.

Por ejemplo las 15 pm, la hora de la Divina Misericordia, que es cuando murió Jesús en la cruz; y también las 3 am, son un momento en que el velo se adelgaza.
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Hasta el punto que las gracias y la guerra espiritual parecen manifestarse con más evidencias.

Se ha dicho que cuando oramos por un alma del otro lado, el alma puede vernos durante la oración.

Y hay días del año que se prestan especialmente para eso.

Uno de ellos es la Navidad.

Tal vez por eso las historias fantasmas son populares durante la temporada de Navidad.

También es fascinante que una serie de místicos a través de los siglos hayan citado el día de Navidad – no el Día de los Difuntos, o cualquier otro momento – como cuando el mayor número de almas son liberadas del purgatorio.

Así lo aseguró la doctora de la Iglesia, Santa Teresa de Ávila, mira aquí.

entrada jerusalen celestial

  

NADA NOS SEPARA DE LA OTRA VIDA

Una niña que estaba muriendo hizo hincapié en la cercanía de la próxima vida.

«Dos días antes de su muerte, el superintendente de la escuela dominical fue a verla mientras ella estaba disfrutando de un período lúcido«, señaló el investigador Maurice Rawlings en ‘Más allá del umbral de la muerte’.

«Al salir, se volvió hacia ella y le dijo:
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‘Bueno, Daisy, pronto estarás sobre el río oscuro’
, obviamente refiriéndose a su muerte inminente.

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Daisy parecía desconcertada por la referencia.
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‘No hay río‘
, ella respondió, ‘no hay una cortina, no hay ni siquiera una línea que separa esta vida de la otra vida’».

  

EN LA PUERTA NOS RECIBEN

En el mismo cielo (después del «valle», cuando un valle es experimentado), no hay sombras, la luz viene de dentro de todo lo que está ahí.

Gladys, quien escribió un libro fascinante que se llama Vivir para Siempre , dijo que entre a quienes vio fue a la Madre, la Madre de Jesús, sentada en un suave banco de piedra, sonriendo.

«Al mirar hacia atrás y poner las piezas juntas, yo siento que después de ir a través de la nube blanca y su alma es limpiada, se ve una ciudad hermosa más allá», dice.

«Ud. tendrá que pasar por esa diáfana cortina, luego llegar a la puerta del jardín.
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Los amigos y familiares han venido y nos dan la bienvenida.
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Luego pasará por el edificio con cúpula y a la ciudad eterna».

«Algunas personas me dicen que no lo quieren hacer por no dejar a sus seres queridos, pero el ángel me dijo que sus seres queridos estarán con ustedes en el Cielo.

Para entender esto hay que recordar que no hay relojes en el cielo, así que el tiempo no es importante».

«Cuando esté listo para salir de esta tierra, sus seres queridos que se han ido anteriormente vendrán a buscarle y le recibirán.

Los que quedan atrás estarán allí antes de tener la oportunidad de extrañarlos«.

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VIO UN CAMINO CELESTIAL QUE TERMINÓ EN EL CIELO Y SE ENCONTRÓ CON FAMILIARES MUERTOS

Brian Miller, de 41 años, sufrió un ataque cardiaco masivo que involucró a su arteria principal después de recibir tratamiento en el Hospital Universitario de Ahuja Medical Center en Ohio.

El corazón de Miller, de acuerdo con el personal médico en el hospital, entró en una arritmia mortal llamada fibrilación ventricular.

“Su corazón se estremecía.

No era capaz de bombear. No estaba haciendo nada”, dijo Emily Bishop, enfermera de la UCI.

“Él estuvo así por cerca de 45 minutos”.

Mientras esto ocurría, sin embargo, Miller dijo que recibió un anticipo del cielo.

“Lo único que recuerdo es que empecé a ver una luz y empecé a caminar hacia la luz”, explicó Miller

Dijo que terminó en un camino celestial con flores y estaba caminando hacia la luz cuando su suegra Kay, que había sido enterrada la semana anterior, lo detuvo.

“Ella era la cosa más hermosa cuando la vi. Estaba como el primer día que la conocí. [Ella] se veía muy feliz, dijo Miller de su suegra.

“Ella agarró mi brazo y me dijo: ‘No es tu tiempo.

No tienes que estar aquí. Tenemos que llevarte de vuelta. Tienes cosas para ir a casa y hacer.’”

Dijo que después de unos 15 minutos también vio a su suegro Jack.

“Su esposo, Jack, estaba saludándome dándome una sonrisa. Y ella me dijo que fuera a casa. Y me acompañó de vuelta”, dijo.

Los latidos del corazón de Miller regresaron después de eso y se recuperó milagrosamente sin daño cerebral.

Hay un más allá y la gente necesita creer en lo grande”, dijo el padre de tres hijas.

Esto me hizo querer estar con mi familia, ir más despacio y tomar mi tiempo y mirar por mi salud”, dijo.

“Yo siempre he creído en el Señor, y en la vida después de la muerte y todo eso”, dijo.

Miller dijo que iba a la iglesia cuando era niño, pero no ha sido un feligrés activo desde que se casó. 

Él, sin embargo, mantuvo la creencia en Dios y el cielo – y está esperando que su historia inspire a otros que luchan con estos conceptos.

“Desde que había comenzado como conductor de camión mi madre me regaló una cosa – un ángel de la guarda para mi camión”, dijo Miller.

“Dice: ‘No vuelvas a conducir más rápido que tu ángel puede volar’ y lo beso todos los días cuando estoy conduciendo el camión”.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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