Es evidente que los intentos de evangelización del catolicismo en occidente han fracasado.

No han logrado re evangelizarlo.

Y tampoco crear una mística evangelizadora en las parroquias.

¿Por qué? 

Hay algunas causas en la historia del catolicismo y en la evolución su doctrina, que están constituyendo un freno.

Hace poco un sacerdote, en una conferencia, citó un estudio realizado en EE.UU. a católicos y a protestantes tanto de la línea principal como evangélicos “nacidos de nuevo” (pentecostales).

Se preguntó qué tan importante era para su fe cristiana la evangelización.

El 60% de los protestantes de la línea principal respondieron que era importante, el 85% de los evangélicos pentecostales también dijeron que era importante, pero sólo el 3% de los católicos dijeron que era importante.

Esto muestra claramente que no está metida actualmente la evangelización en el ADN de la Iglesia Católica.

Y es razonable históricamente que así sea, porque luego del cisma provocado por el luteranismo, que creó el protestantismo y la posterior multiplicación de nuevos grupos evangélicos, quienes tuvieron que salir a evangelizar para armar su estructura fueron los protestantes.

Mientras que los católicos se quedaron en una actitud de defensa de su estructura geográfica e institucional, porque fueron los nuevos grupos los que se fueron.

Esa lógica sigue hasta el día de hoy. Cada pastor que abre una iglesia debe conseguir sus fieles, y por lo tanto está obligado a salir a buscarlos.

Es la lógica que puede verse en cualquier empresa.

Cuando dos socios de una empresa se dividen y uno queda con la estructura empresarial, el que crea la nueva empresa es el que sale más agresivamente al mercado a conseguir clientes.

O sea que el nuevo, el que no tiene tradición institucional, es el que debe hacer más esfuerzos para conseguir adeptos.

Los nuevos son los que “hacen el gasto”.

Quizás por esto, que está en la base del catolicismo, no haya funcionado la nueva evangelización.

Lo que se empeoró luego del Concilio Vaticano II, cuándo los misioneros no tuvieron incentivos para evangelizar, a partir del espíritu del Concilio, que interpretó que no era necesario ser católico para llegar a la salvación.

En los Foros hemos publicado una noticia hace unos años, de un misionero entre los Yanomani de la Amazonia, que estuvo 40 años misionando, y según él, fue una gracia de Dios el que no haya tenido que bautizar a ningún indígena sacándolo de su religión inicial.

Obviamente esto es un absurdo total, y estamos hablando de un sacerdote misionero y no de un laico.

Veamos más analíticamente el tema.

Aquí prestemos atención a 10 causas que conspiran contra la evangelización Católica.

 

1 – CATOLICISMO CULTURAL

Muchos católicos tienen la sensación que ser católico es algo que viene de las raíces de la familia, tal como predomina en el judaísmo hoy.

No conciben la elección de ser católico.

Un irlandés es católico por tradición; un polaco lo mismo igual que un italiano.

Como si el catolicismo fuera parte de su ADN.

Es una forma de participar en la cultura en la que han estado inmersos desde su nacimiento; es la tradición.

El que escribe esta nota ha ido invitado a ver como es un shabat a una sinagoga y se encontró allí con algunas personas que no creían en Dios.

Y cuando les preguntó cómo era que cantaban los salmos con tal devoción, la contestación fue que los tomaban como parte del folklore judío. 

Por lo tanto, igual que a los judíos, a los católicos culturales no se les ocurre salir a buscar nuevos adeptos porque solamente están celebrando una tradición.

 

2 – SOBRE SACRAMENTALIZACION

La Iglesia Católica tiene un énfasis muy fuerte en los sacramentos, que puede impedir ver que hay un paso previo al sistema sacramental, que es encontrarse con la fe y con Jesucristo resucitado.

Para muchos católicos la fe es recibir la sagrada comunión y la confesión, por ejemplo, mientras que el mensaje de Jesús es secundario, o pasa desapercibido, o no es importante, o no es relevante para ser católico.

Por esta razón no se les ocurre invitar a personas a adherirse a la fe, porque para ellos la fe son los sacramentos.

Después de todo no pueden invitar a alguien a una misa porque no estarían en condiciones de comulgar y no sabrían incluso que pasa dentro de la misa.

Y si por ahí llevan a un vecino a una misa y le explican que no puede comulgar, y no le explican la base de la fe, probablemente el posible converso se sienta excluido.

Es algo así como sentir “yo soy católico porque voy a misa y frecuentó los sacramentos”.

Esa es una definición personal pero no es un acercamiento sino todo lo contrario, es algo que divide.

 

3 – DEPENDENCIA DE LOS PROGRAMAS DE EVANGELIZACIÓN

Los católicos estamos muy dependientes de los programas de evangelización específicos, que puedan ser lanzados en la parroquia o en las diócesis en determinado período del año.

En una determinada fecha se va a recorrer el barrio, por ejemplo, a invitar a los vecinos para que visiten el templo.

Por lo tanto la evangelización está destinada a un momento en el calendario y no algo permanente como hacen los protestantes.

Los protestantes están siempre en actitud evangelizadora.

Le hablan a uno de Jesús y no de la estructura eclesial ni de las prácticas que tienen,

Concluyen invitándolo a seguir conversando, le llevan material para leer, y recién en tercera instancia lo invitan a su templo.

 

4 – EL DILEMA DE EVANGELIZAR HABLANDO SOBRE LA IGLESIA O HABLANDO SOBRE JESÚS

El primer paso para una evangelización es que el candidato conozca la base de nuestra religión, que es el seguimiento de Jesús.

Los católicos seguimos a una persona, que es el hijo de Dios, que vino a la tierra para salvarnos, fue crucificado, resucitó, y ahora está en los cielos, y nos envió el Espíritu Santo.

La evangelización inicial debe ser presentar a Jesús y sus mandamientos.

Es secundario hablar de la Iglesia en los primeros contactos y mucho menos sobre el sistema sacramental.

La perversión sucede por lo que vimos antes, muchos católicos están unidos a la iglesia por los sacramentos y no por la doctrina que parte de Jesucristo.

 

5 – EVANGELIO SOCIAL O BENEFICENCIA

Para muchos la evangelización inicial significa ayudar a las personas en sus necesidades físicas, hacer beneficencia, mejorar su bienestar social.

Es así como grupos de católicos le dan alimento a los más necesitados, alojan a personas sin hogar, cuidan enfermos, etc.

Es un poderoso testimonio de autenticidad del mensaje cristiano, pero no es suficiente, o hasta puede decirse que puede ser desviado.

Porque si junto a estas acciones de extensión hacia la comunidad no se da el pan de vida además del pan físico, no estamos evangelizando, solamente haciendo beneficencia.

Esto está legitimado por algunos obispos que prohíben que se hable de la religión cuando se hace caridad.

O sea que la caridad pasa hacer beneficencia y la iglesia una ONG más.

La iglesia tiene el mandato de proclamar la buena noticia de Jesucristo “vayan por el mundo y anuncien el evangelio” fue lo que dijo Jesús.

Y dijo “vayan por el mundo y den de comer a los hambrientos”.

 

6 – IGNORANCIA DE LOS POSTULADOS DE LA FE

Muchos católicos no conocen lo suficientemente su fe como para compartirla.

En la base de esto está la mala catequesis de las últimas décadas, que aparentemente ha sido en todo el mundo católico.

Sin embargo el mantra del hipermisericordismo sería muy apto para evangelizar.

A una persona que no conoce la fe decirle que Dios perdona todos los pecados y nunca deja de perdonar es una promesa muy fuerte.

Y que puede prender en mucha gente que tiene conciencia de sus malos actos y de sus pecados.

Sin embargo y para desgracia, el mantra del hiper misericordismo no se está usando para afuera de la iglesia, sino al interior de la iglesia.

Y el mensaje secundario que se da es que Dios perdona todos los pecados siempre, por lo tanto no es necesario enmendarse porque siempre va a perdonar todos los pecados.

Y esto también sucede porque los católicos que van a misa conocen poco su fe y las homilías tratan de no hablar de poner cargas a los fieles, como por ejemplo que dejen de hacer las cosas que les gustan.

 

7 – CLERICALISMO

El clericalismo es muy fuerte en el catolicismo.

Se espera que las iniciativas sean tomadas por obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, que son los que dirigen.

Mientras que los laicos están para obedecer, aportar ingresos y cumplir la agenda del párroco.

Aunque muchos párrocos se quejan de la falta de accionar e iniciativa de los laicos, vemos en la práctica que ellos solamente consideran las iniciativas de laicos que están dentro de su agenda.

No conciben que haya iniciativas puramente laicas sin una participación directriz de un cura o religioso.

Tan impregnado está esto en la iglesia católica que incluso el Papa Francisco, que ha hablado muchas veces contra el clericalismo, también ha dicho que espera que muchos laicos vayan a trabajar al Vaticano en la estructura eclesial.

Esto es clericalismo encubierto, porque los laicos que vayan a trabajar al Vaticano van a estar bajo las órdenes de sacerdotes y no en proyectos puramente laicos.

La verdadera opción contra el clericalismo es fomentar que los laicos hagan actividades independientemente de lo que hagan las estructuras eclesiales.

Que las estructuras eclesiales los apoyen y los promuevan; pero hoy sucede todo lo contrario.

 

8 – FALTA DE RECURSOS

No estamos hablando de falta de recursos económicos solamente sino también del mal uso de los mismos.

Cuando hay programas de evangelización los recursos son inexistentes, es sólo mano de obra de laicos y sacerdotes.

En cambio sí hay recursos para algunas actividades internas, como por ejemplo fiestas de confraternidad.

También los recursos de laicos están mal usados porque los programas de evangelización no utilizan capacidades de algunos laicos presentes en la parroquia, que de repente saben hacer videos, saben manejar redes sociales, hacer una página web, hacer un seminario e invitar gente a que diserte o hablar ellos mismos, etc..

 

9 – INDIFERENCIACIÓN

Muchos católicos tienen un sentimiento de que las denominaciones cristianas son similares y que en realidad no importa demasiado a cuál vayas.

Ellos se pueden sentir más cómodos en la Iglesia Católica pero por tradición o por cercanía o por sociabilidad.

Y piensan que otros eligen las denominaciones protestantes por la misma razón.

Es por esta razón que está extendido en la iglesia católica pensar que todos estamos yendo hacia el mismo lado y tenemos distintas rutas para subir la montaña.

Entonces da lo mismo que una persona sea católica y a su vez practique yoga, porque todo conduce al mismo fin.

En cambio los protestantes tienen un criterio más acentuado de la veracidad de su elección.

Es por esto que en sitios web católicos uno puede ver a muchos protestantes tratando de convencer a los católicos que se pasen a su denominación.

Cosa que nunca sucede con los católicos, porque no van a tratar de convencer a un protestante sobre las bondades del catolicismo.

No estamos abogando porque los católicos hagan esto, sino simplemente mostrando las diferencias de comportamiento.

Las que responden, en el fondo, a la poca importancia que los católicos dan a la evangelización.

 

10 – UNIVERSALISMO: TODOS SE SALVAN

Sostener que nadie va al infierno o que el infierno está vacío, porque Dios es tan misericordioso que no manda a nadie allí, es una de las herejías más notorias de estos últimos tiempos, sostenida por varios sacerdotes de forma más o menos notoria.

Fue condenada por la iglesia ya por el año 500 por favor lee este artículo para informarte más.

La idea es que todos van a ser salvados y que nadie, haga lo que haga, será condenado eternamente al fuego eterno.

Esta es una visión no bíblica y no cristiana, que conspira claramente contra la evangelización.

Porque un católico no le puede argumentar a un ateo que corre el riesgo de perderse e ir al infierno por sus pecados.

Si todos se salvan ¿por qué razón la gente debería ir a la iglesia católica?

¿Por qué un ateo debería acercarse a Jesús sí cualquier cosa que haga no lo va a condenar y no necesita a Jesús para salvarse?

Fuentes:

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