Francia impone la “religión laica” en la enseñanza.
Antes de asumir el gobierno de Hollande ya se hababla de sus nexos con la masonería francesa. Hollande fue un antiguo portavoz del ex presidente francés Lionel Jospin, conocido por sus vínculos con la masonería, y también fue ayudante del último presidente socialista de Francia, Francois Mitterand, francmasón, que solicitó la construcción de la pirámide de Louvre, hecha de 666 paneles de vidrio, y en cuya administración la masonería tuvo un enorme influencia.
La Carta de la Laicidad, que a partir de este año rige la enseñanza francesa, es claramente anti religiosa, y no sólo maneja conceptos masónicos, sino que se puede rastrear la idea hasta un Gran Maestro del Gran Oriente de Francia.
LA CARTA DE LAICIDAD
A partir de este año en todas las escuelas francesas deberán exhibir y cumplir la Carta de Laicidad, antirreligiosa, por mandato del presidente Hollande.
La iniciativa en el gobierno partió formalmente del ministro de Educación francés Vincent Peillon, que a partir de este año hizo pidió a todas las escuelas cumplir la «Carta de la laicidad». Peillon siempre propuso incluir en el plan de estudios la enseñanza de la moral laica.
Este es el texto íntegro de la Carta de Laicidad:
1. La nación establece como misión fundamental de la escuela no sólo la transmisión de conocimientos, sino también el compartir con los alumnos los valores de la República.
La república es laica
2. Francia es una república indivisible, laica, democrática y social. Ella garantiza la igualdad de todos los ciudadanos delante de la ley en todo el territorio y respeta todas las religiones.
3. La república laica establece la separación entre las religiones y el estado, que es neutral en lo que respecta a las convicciones religiosas o espirituales. No existe una religión de estado.
4. La laicidad garantiza la libertad de conciencia de todos: cada uno es libre de creer o no creer. Ella permite la libre expresión de las propias convicciones, en el respeto de las convicciones de los otros y en los límites del orden público.
5. La laicidad permite el ejercicio de la ciudadanía, conciliando la libertad de cada uno con la igualdad y la fraternidad de todos, en el contexto del interés general.
6. La república garantiza el respeto de todos los propios principios en los institutos escolares.
La escuela es laica
7. La laicidad en la escuela ofrece a los estudiantes las condiciones adecuadas para forjar la propia personalidad, ejercitar el líbero arbitrio y formarse a la ciudadanía. Ella tutela de cualquier forma de proselitismo y de toda expresión plausible de prejuzgar sus libres elecciones.
8. Ella garantiza el acceso a una cultura común y compartida.
9. Permite a los estudiantes el ejercicio de la libertad de expresión en los límites del buen funcionamiento de la escuela y del pluralismo de las convicciones.
10. Establece el rechazo a toda violencia y discriminación, garantiza la igualdad entre hombres y mujeres y encuentra el propio fundamento en la cultura del respeto y de la comprensión del otro.
11. Todo el personal tiene que transmitir a los estudiantes el sentido y el valor de la laicidad, como también de los otros principios fundamentales de la república, y debe también vigilar para que estos se apliquen en el contexto escolar.
12. El personal tiene que dar a conocer la presente carta a los padres de los estudiantes.
13. El personal debe ser absolutamente neutral y en el ejercicio de las propias funciones no debe, por tanto, expresar las propias convicciones políticas o religiosas.
14. Los profesores son laicos. Con el fin de garantizar a los estudiantes una apertura lo más objetiva posible a las concepciones del mundo, como también a la amplitud y la corrección del saber, no se excluye a priori ninguna materia de la esfera científica o pedagógica.
15. Ningún estudiante puede apelar a una convicción política o religiosa para contestar a un profesor el derecho de tratar una parte del programa.
16. Las normas de comportamiento en relación a los diversos ambientes escolares, especificadas en el reglamento interno, son respetuosas de la laicidad. Está prohibido apelar a la propia pertenencia religiosa para rechazar conformarse a las reglas aplicables en la escuela de la república. En los institutos escolares públicos está prohibido exhibir símbolos o uniformes mediante los cuales los estudiantes ostenten de forma clara una pertenencia religiosa.
17. Los estudiantes tienen la responsabilidad de difundir estos valores dentro del propio instituto con sus reflexiones y actividades.
LA IDEA DE LA CARTA DE LAICIDAD ES MASONICA
¿Es una idea original del ministro Peillon? Y si no, ¿De quién ha tomado Peillon estas iniciativas para promover una nueva «religión republicana»?
No es una idea originaria del ministro.
En un artículo publicado en su blog personal el 5 de septiembre de 2012 Jean-Michel Quillardet, ex Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, propuso
«escribir una carta de la laicidad para la escuela de la República (…) que se inserte en el reglamento interno de las instituciones y publicarla en los locales escolares».
La propuesta también incluye
«la lectura y discusión [de la Carta] con los alumnos al comienzo de cada año escolar por parte de los profesores.»
CONTENIDO IDÉNTICO
El líder masónico también había propuesto un texto, que es casi idéntico al que Peillon ha publicado este año en las escuelas.
Si la Carta de Peillon leemos que
«el personal [de la escuela] tiene el deber de estricta neutralidad: no debe expresar creencias políticas o religiosas en el ejercicio de sus funciones»
En la que propone un año antes Quillardet escribió que
«en las escuelas públicas todos los empleados están obligados a cumplir con una estricta neutralidad y (…) expresar sus creencias religiosas en el ejercicio de sus funciones significa violar sus obligaciones».
NO SÓLO ESO
La Carta del Gran Maestre afirmaba que
«los estudiantes no pueden mostrar símbolos de su religión y no pueden rechazar los programas escolares en el nombre de su cultura o sus creencias religiosas«
En la Carta de Peillon hoy cualquiera puede leer:
«Nadie puede poner de relieve su afiliación religiosa para negarse a cumplir con las normas aplicables en la Escuela de la República, en las escuelas públicas está prohibido mostrar símbolos o divisas extranjeras que señalen que el estudiante tiene claramente una afiliación religiosa».
LA MORAL LAICA
Como si eso no bastara, el líder masón proponía en el mismo artículo de 2012
«incluir en los programas la enseñanza de la laicidad«, «que encaja perfectamente en el contexto de la enseñanza de la moral laica.»
Hoy en día, esta propuesta se ha convertido en realidad en Francia gracias a la iniciativa de Peillon, cuyo mantra es que
«nunca se podrá construir un país libre con la religión católica.»
MASONES ESCRIBEN A HOLLANDE
No es la primera vez que el gobierno socialista de François Hollande se revela en contacto con la masonería francesa. Ver aquí.
En julio pasado, el actual Gran Maestre del Gran Oriente de Francia, José Gulino, había escrito al presidente para denunciar la “Manif pour tous” y, en particular, a
«las manifestaciones de la Primavera Francesa y los Veilleurs Debout (…). Esta violencia pone en cuetión la laicidad que permite la libertad de conciencia y la concordia universal».
Fuentes: Tempi, Signos de estos Tiempos