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Destruyen su ermita y les acusan de envenenarles el agua.

 

Los conflictos entre los indígenas evangélicos y los católicos son permanentes en el estado de Chiapas en México. Ahora indígenas evangélicos amarran a indígenas católicos porque los acusan de envenenarles el agua, lo que habría sido en venganza por la destrucción de su ermita.

 

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El organismo que preside el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, añadió que,

“posteriormente, fueron amenazados con rociarles gasolina y prenderle fuego ‘para acabar de una vez con los dos’”.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) denunció que dos indígenas católicos de la Colonia Puebla, municipio de Chenalhó

“fueron detenidos arbitrariamente y de manera violenta” por pobladores evangélicos que los acusan “de haber envenenado el agua de la comunidad”.

Frayba resaltó que

“al ser aprehendidos cerca de su casa” los católicos Mariano Méndez Méndez y Luciano Méndez Hernández “fueron arrastrados durante un recorrido de aproximadamente 15 minutos a la escuela del ejido y allí, amarrados de las manos, del cuello e inmovilizados a un poste en la cancha de básquetbol por Germán Gutiérrez Arias y autoridades comunitarias”.

El organismo que preside el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, añadió que “posteriormente, fueron amenazados con rociarles gasolina y prenderle fuego ‘para acabar de una vez con los dos’”.

Aseveró que entre los agresores

“se encontraban Nicolás Santiz Arias, agente auxiliar municipal y Agustín Méndez López, auxiliar de obras y además estaban presentes Calixto y Benjamín Cruz Gómez hijos del presidente Comisariado Ejidal Agustín Cruz Gómez”.

Señaló que

“también fue agredida a golpes por algunas mujeres de la comunidad, Rosa Hernández Méndez, esposa de Mariano Méndez Méndez”.

Agregó:

“Tenemos conocimiento de que llegó al ejido Puebla el síndico municipal Andrés Gómez Vázquez, a quien se le impidió la salida”.

Recordó que el 7 de abril pasado familias católicas iniciaron la construcción de una nueva ermita, pues la que se encuentra actualmente está deteriorada, lo que implicaba un riesgo para la población.

Ante esto, el 29 de abril

“un grupo de 140 personas, encabezadas por el presidente del comisariado ejidal, Agustín Cruz Gómez, pastor presbiteriano, rompieron la puerta de entrada al predio propiedad de la Iglesia católica donde se ubica la ermita y amenazaron con apoderararse de esa fracción del terreno, así como del material de construcción que se encuentra en ese espacio”.

Fuente: La Jornada de México, Signos de estos Tiempos

 

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