Una verdadera contradicción.
Está aumentando el consenso en Latinoamérica sobre que el consumo de drogas debería ser tratado como un problema de salud y no como una cuestión criminal, con al argumento de que la criminalización estigmatiza a los consumidores de drogas y viola sus derechos fundamentales, como el derecho a la salud, la información, la autonomía personal y la autodeterminación; y tiene poco impacto sobre los niveles de consumo, mientras captura recursos preciosos del Estado.
Lamentablemente los informes que presionan para la liberación del consumo de la droga, no toman en cuenta el efecto de la pendiente resbaladiza de la mayor permisividad en el consumo de drogas, que implicaría que, por efecto demostración, más jóvenes se animen a probar las drogas, y así entran en el mercado de la drogadicción.
Y de esa forma, se está dañando la salud de nuevas generaciones y el tejido social, porque muchas investigaciones muestran el efecto del cambio cerebral que produce el consumo, incluso el consumo recreacional, pero hay muchos más efectos adversos que pueden verse en este artículo.
EL RECIENTE INFORME DEL COLECTIVO DE ESTUDIOS DROGAS Y DERECHO (CEDD)
Recientemente, un informe realizado por el Colectivo de Estudios Drogas y Derecho (CEDD) (pdf) analiza los enfoques estatales al consumo de drogas en Latinoamérica.
El informe del CEDD se suma a una gran cantidad de investigaciones existentes que señalan los fracasos de las políticas que penalizan el consumo de drogas. Durante el último medio siglo, esas políticas han logrado muy poco, excepto llenar las cárceles ya superpobladas, convertir a los ciudadanos respetuosos de la ley en criminales y apartar a los adictos lejos de la ayuda que necesitan por temor al castigo y a la estigmatización.
El informe sostiene que los gobiernos regionales no sólo han fallado en implementar las reformas, sino que también han renunciado a su responsabilidad con los consumidores de drogas, dejando gran parte del tratamiento a las drogas en manos privadas. El informe también encontró que tanto las iniciativas públicas como privadas se centran demasiado en la promoción de la abstinencia en lugar de reducir los daños, que, dice el informe, ha demostrado ser más eficaz en mitigar los daños causados por el consumo de drogas.
En gran parte de Latinoamérica, el consumo de drogas está creciendo rápidamente, impulsada por factores tales como una creciente clase media con ingresos disponibles, la liberalización de las actitudes sociales, y precios más bajos y una mayor disponibilidad a medida que los grupos criminales se vuelcan hacia una gran cantidad de mercados de drogas locales, que producen pequeñas ganancias pero en los que se corren menos riesgos.
El problema adicional es el impacto negativo del consumo de drogas, que no se limita a los consumidores, sino que también incluye la violencia devastadora y la corrupción provocada por los grupos criminales que controlan el comercio. Latinoamérica es una de las regiones más afectadas del mundo, donde países enteros han llegado al punto de convertirse en estados fallidos bajo la influencia a veces insidiosa y a veces explosiva del tráfico de drogas.
En el informe del CEDD se observan ocho países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay.
Argentina
Según el CEDD, Argentina ha adoptado un marco legal «prohibicionista-abstencionista», respaldado por un discurso estigmatizante sobre los consumidores de drogas, que ha puesto «a los consumidores de esas sustancias en la posición paradójica de ser ‘criminales’ y ‘enfermos'».El enfoque punitivo todavía domina las respuestas al consumo de drogas y los programas de tratamiento y salud están estrechamente vinculados con las medidas de seguridad.
Bolivia
Aunque el consumo y la posesión de drogas para el consumo personal no son ilegales en Bolivia, el CEDD argumenta que las disposiciones para un tratamiento obligatorio, tanto para los drogadictos como para los consumidores ocasionales, equivale a una criminalización de facto. Además, con las cantidades de consumo personal definidas sobre una base de caso por caso, las personas que son atrapadas con un gramo de cocaína pueden ser acusadas de tráfico de drogas –un cargo que también es imputado contra los que venden pequeñas cantidades.
Brasil
El marco legal actual de Brasil para el consumo de drogas se basa en la «despenalización» del uso -lo que significa que los consumidores no son encarcelados, pero enfrentan sanciones alternativas. Sin embargo, la ley no establece criterios para distinguir entre consumidores y traficantes, dejándolo en manos de la policía y el poder judicial, lo que significa que muchos consumidores son procesados como traficantes. Tales contradicciones son comunes en el enfoque de Brasil, dice el CEDD. El país ha desarrollado estrategias que le dan prioridad a la prevención y a la reducción de daños, reconociendo los derechos de los consumidores de drogas y distinguiendo entre los consumidores problemáticos y no problemáticos, mientras expande el tratamiento obligatorio y la introducción de medidas cada vez más punitivas de justicia penal.
Colombia
El consumo de drogas y la posesión para consumo personal se despenalizó bajo los términos de la Constitución de Colombia, aunque esto ha sido cuestionado legalmente en varias ocasiones. La legislación reciente establece los derechos de los consumidores, y hace hincapié en un enfoque basado en la salud y en la reducción de daños que están por encima de las medidas punitivas. Sin embargo, según el CEDD, hay ambigüedades legales que permiten la confusión y la interpretación selectiva sobre lo que se considera como posesión para el consumo y lo que es para el suministro. Además, el compromiso legal para prestar servicios de tratamiento se aplica por partes y la calidad puede variar mucho.
Ecuador
Ecuador cuenta con un marco legal contradictorio sobre el consumo de drogas; el consumo no es un delito bajo la Constitución, pero la posesión es un delito bajo la ley. El gobierno ha tratado de reconciliar esto con el criterio de distinguir entre las cantidades para consumo personal y el suministro pero, dice el CEDD, los jueces a menudo optan por penalizar la posesión, pese a la evidencia de que las cantidades involucradas son para consumo personal. El tratamiento se encuentra predominantemente en manos privadas y tiene un fuerte aspecto religioso, y los centros de tratamiento clandestinos han sido expuestos debido a la crueldad que despliegan hacia los consumidores. Desde la publicación del informe del CEDD, Ecuador ha promulgado una nueva ley diseñada para que los usuarios y los delincuentes de bajo nivel no sean clasificados como traficantes.
México
Desde 2009, el marco legal de México ha definido claramente las cantidades de drogas que son clasificadas como de consumo personal, las cuales no se castigan con encarcelamiento. Hasta 1.000 veces esas cantidades se clasifica como tráfico a pequeña escala (microtráfico) -un crimen que cae bajo la jurisdicción de cada estado, mientras que más de 1.000 veces la cantidad se clasifica como tráfico de drogas y es un delito federal. Según el CEDD, los usuarios continúan enfrentando la criminalización, si no el encarcelamiento, ya que incluso los que son atrapados con cantidades de consumo personal son arrestados y se les abre una investigación, mientras que los umbrales se fijan en un punto tan bajo que muchos usuarios caen en la categoría de proveedores. En los casos de los consumidores de drogas que han sido arrestados, se supone que el Ministerio Público debe informar a los proveedores de los servicios de salud, lo que debería animar a los consumidores a buscar tratamiento. Sin embargo, el CEDD dice, hay poca claridad sobre cómo debe funcionar en la práctica.
Perú
Tanto el Estado como la sociedad civil son extremadamente conservadores y restrictivos sobre la política de drogas, mientras que la policía y el poder judicial habitualmente toman una línea dura contra el consumo de drogas, según el CEDD. El consumo personal no es condenable bajo el Código Penal, y se han introducido directrices legales que distinguen entre el consumo y la oferta. Sin embargo, los umbrales son bajos y cualquier persona que los sobrepase es tratado como un distribuidor o traficante. El informe señala que la policía peruana a menudo planta drogas en los usuarios para empujarlos por encima del umbral, o piden sobornos para no hacerlo. Según el CEDD, el gobierno evita la responsabilidad de la prevención y el tratamiento, que se deja casi en su totalidad en manos privadas apenas reguladas.
Uruguay
El CEDD acusa a Uruguay de tener dos estándares en la política de drogas: la plena legalización de la producción, venta y consumo de la marihuana, por un lado, mientras que toma una línea más dura contra otras sustancias a través de umbrales restrictivos para el consumo personal y programas de tratamiento obligatorio. La posesión para el consumo personal de cualquier droga está despenalizada, pero lo que constituye el consumo personal se deja a la «convicción moral libre» del juez, dejándolo abierto a la interpretación selectiva, que a menudo se basa en si el juez decide que la cantidad encontrada en un consumidor podría ser perjudicial para la salud. Los consumidores que son arrestados son examinados medicamente y, si se determina que son adictos, deben someterse a un tratamiento obligatorio.
LA POSICIÓN DEL PAPA FRANCISCO
El Papa Francisco habló durante una audiencia en la que se reunió con los participantes de la 31ª edición de la Conferencia Internacional de Lucha contra las Drogas hace un par de meses.
Su declaración fue un mensaje a los políticos y también a la interna de la Iglesia. A la vista de que muchos políticos, incluso llamados católicos, y de acuerdo a vagas declaraciones de Obispos que usan giros o sucumben a la presión de la mentalidad dominante, el Papa reiteró:
“No a cualquier tipo de droga”. “Son un flagelo”. “Las drogas no se vencen con la droga”, dijo el Pontífice. “La droga es un mal, y como un mal no podemos ceder o comprometernos”.
No es la primera vez que el Papa habló sobre el tema y también esta vez fue muy explícito al insistir que es contrario a la legalización de las llamadas ‘drogas blandas’,
“Pensar que podemos reducir el daño, consintiendo el uso de drogas a aquellas personas que continúan usando la droga, no resuelve para nada el problema. La legalización de las llamadas ‘drogas blandas’, también parcialmente, además de ser cuanto menos discutible a nivel legislativo, no produce los efectos que se pensaba. Las drogas sustitutivas, además, no son una terapia suficiente, sino un modo velado de rendirse al fenómeno. Quiero reincidir en lo que ya dije en otra ocasión: no a cualquier tipo de droga. Simplemente. No a cualquier tipo de droga”.
“Pero –ha proseguido el Papa– para decir este no, es necesario decir sí a la vida, sí al amor, sí a los otros, sí a la educación, sí al deporte, sí al trabajo, sí a más puestos de trabajo. Un joven que no tiene trabajo… creo que la cifra es de 75 millones en Europa, no estoy seguro… pero pensemos en un joven ‘ni, ni’. Ni estudia, ni trabaja. Entra en esta falta de horizonte, de esperanza y la primera tentación son las adicciones, entre las cuales está la droga. Los puestos de trabajo, la educación, el deporte, una vida sana: es el camino de la prevención de la droga. Si se dice ‘sí’ a esto, no hay sitio para la droga, para el abuso del alcohol, para otras dependencias. La Iglesia, fiel a las palabras de Jesús de ir a donde quiera que haya un ser humano que sufre, hambriento, sediento, en la cárcel –ha dicho de nuevo Bergoglio– no ha abandonado a todos los que han caído en la espiral de la droga, sino que con su amor ha ido a encontrarles. Les ha dado la mano, a través de tantos trabajadores y voluntarios, para que puedan redescubrir la propia dignidad, ayudándoles a resucitar sus propios recursos, esos talentos personales que la droga había enterrado pero que no ha podido borrar, desde el momento en que todo hombre es creado a imagen y semejanza de Dios. El ejemplo de tantos jóvenes que, deseos de salir de la dependencia de las drogas, trabajan para reconstruir su vida, es un estímulo que tenemos que mirar con confianza. El trabajo de recuperación no es suficiente: es necesario trabajar sobre la prevención”.
El Papa Francisco invitó a los que son llamados a luchar contra el tráfico a intensificar sus esfuerzos contra el tráfico de drogas.
“El flagelo de las drogas continúa haciendo estragos en formas y dimensiones impresionantes, impulsado por un mercado que cruza las fronteras nacionales y continentales. De esta manera, existe el peligro cada vez mayor para los jóvenes y adolescentes. Frente a este fenómeno, siento la necesidad de expresar mi dolor y mi preocupación”.
Fuentes: InSight Crime, Tempi, Signos de estos Tiempos