Católicos notorios contradicen sistemáticamente la doctrina.
Los católicos, y especialmente los obispos, deben soportar la gran responsabilidad de una cultura cada vez más anti-católica en Estados Unidos. Porque notorios políticos católicos sostienen públicamente puntos de vista opuestos a la doctrina católica y no existe una reacción vigorosa de la autoridad eclesial para corregirlos y dar el mensaje al resto de los católicos que eso no es lo que enseña la iglesia. No hay una posición en bloque de los obispos que diga señor X o señora Z, Ud. no puede llamarse católica con lo que dice.
En el título decimos que los católicos son los peores enemigos del catolicismo, porque están dejando crecer una disidencia, como si fuera una opción más dentro del catolicismo, por no enfrentarla directa y vigorosamente.
LOS JUECES CATÓLICOS DE LA SUPREMA CORTE
El 26 de junio, el Tribunal Supremo anuló la Sección 3 de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), que define el matrimonio sólo como «una unión legal entre un hombre y una mujer como marido y mujer.»
El fallo contradice directamente milenios de experiencia, la visión de las sociedades a través de la historia, el sentido común, y miles de años de las enseñanzas religiosas católicas.
Los magistrados Anthony Kennedy y Sonia Sotomayor – dos de los seis católicos profesos de la Corte Suprema – ayudaron a formar la mayoría de 5-4. Al presentar el dictamen, el juez Kennedy, católico y principal ideólogo de la postura final, escribió que la restricción del matrimonio a personas de sexos opuestos,
crea «interferencia con la igual de dignidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo», su principal efecto es la creación de la desigualdad y «priva a las parejas del mismo sexo de los beneficios y responsabilidades que vienen con el reconocimiento federal de los matrimonios».
La mayoría de los magistrados consideró que la limitación en el término «matrimonio» refleja un sesgo y una condena, y estigmatiza a los que entran en matrimonios entre personas del mismo sexo.
Y lo peor,
afirmaron que DOMA fue el resultado de un «deseo del Congreso para dañar a un grupo políticamente impopular».
Así pues, el Tribunal definió a los que mantienen la visión tradicional del matrimonio como la única definición válida – incluyendo 85 senadores y 342 diputados que aprobaron la ley y el presidente Clinton, quien firmó la ley – como intolerantes y discriminatorios.
Los dos jueces no son los únicos los católicos que actúan en oposición directa a la enseñanza de la Iglesia.
BIDEN, PELOSI, SEBELIUS…
El vicepresidente Joe Biden en mayo de 2012, anunció que está «absolutamente cómodo» con el matrimonio entre personas del mismo sexo. En agosto, dijo a los defensores de derechos de los homosexuales que están «liberando el alma del pueblo estadounidense». Luego, en octubre, afirmó que la discriminación transexual es «la cuestión de los derechos civiles de nuestro tiempo». Como resultado de su constancia en estos asuntos de la sociedad, el Huffington Post se refirió a él como «un firme aliado de la comunidad LGBT.»
La líder demócrata Nancy Pelosi y el Padre Frank Pevone, jefe de Sacerdotes por la Vida, han tenido una creciente serie de intercambios con respecto a su apoyo al aborto mientras profesa su catolicismo. En una reciente discusión sobre un proyecto de ley para prohibir abortos después de 20 semanas, Pelosi dijo:
«Como practicante y respetuosa católica, esta es tierra sagrada para mí, cuando hablamos de esto. Yo no creo que tenga nada que ver con la política».
En una carta abierta a Pelosi, el P. Pavone escribió:
«Con esta declaración, se hace una burla a la fe católica… Lo que la fe católica reclama es el respeto y la práctica, eso no es la fe que la Iglesia católica enseña.»
Y continuó:
«El aborto no es tierra sagrada, es tierra sacrílega. Imaginar Dios dando la menor aprobación a un acto que desmiembra a un niño que ha creado es ofensivo para la fe y la razón. Y decir que una pregunta sobre la diferencia entre un procedimiento médico legal y el asesinato no debería ‘tener nada que ver con la política’ revela una profunda incomprensión de sus propias responsabilidades, que comienzan con el deber de asegurar el derecho dado por Dios a la vida de todos los ciudadanos».
En una entrevista posterior con ThinkProgress, Pelosi se mostró indiferente del P. Pavone, refiriéndose a él como arrogante y medieval. Ella dijo:
«Yo concedo a la Iglesia su posición sobre el aborto Ahí es donde ellos están, ahí es donde tienen que estar, pero mi fe no se trata de cuál es su posición…»
Fr. Pavone respondió:
«La señora Pelosi ha rechazado claramente [la fe católica], afirmando una vez más que su fe no es lo que enseña la Iglesia«.
Esta no es la primera vez que la señora Pelosi y el vicepresidente Biden han presentado públicamente posiciones en oposición a la enseñanza de la Iglesia. En una entrevista en el programa Meet The Press, pocos meses antes de la elección presidencial de 2008, Pelosi respondió a una pregunta acerca de cuándo comienza la vida, diciendo:
«Este es un tema que he estudiado durante mucho tiempo y lo que sé es sobre los siglos, los doctores de la iglesia no han sido capaces de hacer esa definición… No lo sabemos. El punto es, es que no debe tener un impacto en el derecho de la mujer a elegir».
Ella distorsionó la doctrina católica tanto que varios obispos la corrigieron públicamente. Poco después, y pese a las aclaraciones eclesiásticas, el entonces senador Joe Biden afirmó la misma mentira.
La Secretaria de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius, una católica profesa que era amiga y defensora del abortista tardío George Tiller, así como del abortista Leroy Carhart, declaró:
«Estoy alarmada por las restricciones que se aprueban en varias legislaturas que ponen fuera de control a las mujeres y sus parejas, y sus médicos, y sus sacerdotes, y sus propias decisiones sobre su atención médica».
También es la principal protagonista del mandato HHS que exige a los empleadores que proporcionen a sus empleados un seguro médico que cubre los anticonceptivos, la esterilización y medicamentos que inducen el aborto.
LAS COSAS CLARAS
El matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto son dos de los varios asuntos que la Iglesia Católica define como males intrínsecos, es decir, acciones que violan los principios morales fundamentales, a tal punto que no pueden justificarse bajo ninguna circunstancia o por cualquier motivo, no importa cuán loable sea. La postura de la Iglesia sobre estos temas es clara, inmutable y no está abierta al juicio individual.
Sin embargo, un gran número de católicos ignoran las enseñanzas de la Iglesia. Los católicos se han fusionado con la cultura americana secular tan completamente que sus puntos de vista sobre cuestiones morales y sus comportamientos son indistinguibles de la población en general.
Los políticos, católicos y no católicos por igual, pueden tomar las posiciones que tienen, ya que reciben el apoyo de los católicos, muchos de los cuales no conocen o ignoran deliberadamente los elementos básicos de su fe.
Cuando sólo uno de cada cuatro católicos asiste a misa semanalmente, no es de extrañar que en 2008, y nuevamente en 2012, la mayoría de ellos votara por un candidato presidencial carismático, aunque él defendiera el derecho al aborto, el ‘matrimonio homosexual’, y la limitación de la libertad religiosa.
Hay una crisis importante de la fe entre los católicos. Lo que se necesita es una catequización masiva de católicos existentes, seguido de una evangelización de la nación. ¿Quién va a llevar esto a cabo?
Fuentes: The Wanderer Press, Signos de estos Tiempos