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Profesionales discuten el daño causado.

 

La prohibición de que los padres suecos den palmadas o nalgadas a sus hijos, que rige desde 1979, ha generado niños mal educados y adultos frustrados, porque de niños tuvieron gran poder en su entorno familiar y cuando salen al mundo resulta que sus expectativas no se cumplen y se frustran, y ya no pueden patalear.

 

familia sueca

 

Esta es la muestra real de cómo teorías “noveleras” entran a partir de la ideología en occidente, generan consenso porque son “fashion”, se ponen en práctica, y unas generaciones después comienzan a darse cuenta de los problemas que causan. Y esto no se arregla con dinero, porque no se puede arreglar que haya arruinado la vida a muchos individuos.

Hoy estamos con la misma lógica aplicando la ideología a la realidad, como sucede con las leyes que se están aprobando para proteger a la ideología de género y a la homosexualidad, pero en algunas generaciones, una vez relajada la presión hacia el pensamiento único, nos enfrentaremos a un problema, que será mucho mayor que el que genera la ley anti palmadas y no poner límites a los niños.

NIÑOS SUECOS MUY MAL EDUCADOS

El psiquiatra sueco Eberhard David escribió un libro criticando la prohibición de nalgadas en su país. El autor de «¿Cómo los niños llegan al poder», afirma que la falta de corrección transformó a los niños suecos en personas «extremadamente mal educadas».

Desde 1979 Suecia prohíbe a los padres que corrijan a sus hijos con palmadas. Con el tiempo los padres comenzaron a no aplicar ninguna corrección y el resultado se describe por Eberhard como un caos.

«Ellos gritan cuando los adultos hablan en la mesa, interrumpen las conversaciones sin parar y requieren el mismo tratamiento que los adultos», dijo a AFP.

El informe del psiquiatra, el cual es padre de seis hijos, es una advertencia, especial a las sociedades que van por ese camino, como la brasileña, ya que el Congreso se apresta a votar la «ley de palmadas», que debe aplicar castigos para los padres que eligen ese castigo para corregir y enseñar a sus hijos.

La agencia de noticias AFP citó a un artículo escrito por el periodista Hola Olofsson, que quedó perplejo por la falta de educación de los compañeros de su hija. En los comentarios del artículo un profesor escribió que no podía enseñar a los niños de 4 y 5 años.

«El otro día, un niño de cuatro años de edad, me escupió en la cara cuando le pedí que dejara de subir en las estanterías», informó el profesor.

FALTA DE LÍMITES Y FRUSTACIÓN

La falta de límites ha cambiado a los niños suecos en jóvenes deseosos que desarrollan grandes expectativas en la vida y terminan frustrados. 

«Esto se manifiesta en los trastornos de ansiedad y los actos de autodestrucción, que aumentan dramáticamente en Suecia», dice Eberhard. El número de suicidios es alto en el país.

Pero hay los que protestan en contra de la tesis del psiquiatra. El terapeuta familiar Martin Foster usa una investigación internacional para decir que, a pesar de la falta de educación, los niños en Suecia son más felices.

«Suecia fue inspirada principalmente en la idea de que los niños deben ser escuchados y colocados en el centro de las preocupaciones«, dijo defendiendo la ley anti palmadas.

«El hecho de que los niños deciden muchas cosas es una cuestión de valores. Diferentes puntos de vista sobre la educación y la infancia generan diferentes culturas».

NO PELEAR CON LOS NIÑOS

Para ayudar a los padres a entender a sus hijos sin violencia, el gobierno sueco en 2010 creó un programa de educación denominado «Todos los niños en el centro.»

El objetivo era difundir la idea de que

«los fuertes lazos entre los padres y los niños son la base de una educación armoniosa para individuos con confianza e independientes en la edad adulta.»

La psicóloga Kajsa Lönn-Rhodin, que ayudó a organizar el curso, dijo que durante las clases los padres «son instruidos para adoptar el punto de vista del niño» y con eso es que estrechan la relación con ellos.

Las clases están especialmente adaptadas para los padres que ya no pueden controlar a sus hijos como fue el caso Marie Märestad y su marido, que tomaron el curso en 2012.

«Nuestra hija más joven era un escándalo y nada salía bien (…) Hemos pasado por momentos muy difíciles, hasta que decidimos que sería bueno que oyéramos a expertos, asesores», dijo Märestad.

En el curso la pareja se enteró de que no deben pelear contra los hijos, sino hablar con ellos. Sin embargo, esta alternativa es la misma adoptada por los hogares donde los niños están gobernando el país.

¿Y DONDE ESTÁN LOS LÍMITES?

«Los padres tratan de ser muy democrático (…) Ellos deben comportarse como padres y tomar decisiones, y no tratar de ser buenos todo el tiempo«, dice Hugo Lagercrantz, profesor de pediatría en la Universidad Jarolinska en Estocolmo.

El profesor critica esta relación de igualdad entre los padres y los niños recordando que los padres deben imponer su autoridad. Sin embargo, no está en contra de la ley y ve el lado positivo de esa relación: Suecia tiene un gran desarrollo económico por no valorar la jerarquía.

Fuentes: Gospel Prime, Signos de estos Tiempos

 

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